Historia beteada por Iria
Falsos ojos verdes
— ¡Dios! –gruñó
frustrada Dana, moviendo de un lado a otro su brazo derecho y dejando que se
desplegara su nueva arma, pero le era muy difícil sostener las seis garras metálicas
que aparecían de la nada. Se balanceaba, perdiendo el equilibrio y teniendo que
dejar caer su brazo para evitar estamparse contra el suelo.
—Eso sin duda
luce complicado –dijo Arial –quizás la compra no fue del todo buena.
— ¡Oh, vamos! –Dijo
Lilia tratando de animar a Dana –esto solo requiere de más práctica.
—Es cierto –el
sudor mojaba la frente del ángel –gracias de nuevo por darme su tarde.
Luego de
descubrir lo complicadas que eran sus nuevas armas, había pedido a sus amigas
que le ayudaran. Ahora se encontraban en casa de Adam, usando su zona de
entrenamiento para poder levantar aquellas garras de plata.
—Por lo menos,
avanzaste muy bien con las Shuriken
¿no? tienes una excelente puntería –dijo Arial orgullosa.
Las tres
observaron hacia la pared de atrás, cinco Shuriken
estaban enterradas en la madera. Las estrellas con puntas entre sus cuatro extremos,
habían sido lanzadas con furia por parte de Dana que estaba practicando luego
de estar dos horas dejando que el arma de su brazo, acabara una y otra vez con
ella. Liberó su frustración.
—Debes
fortalecer la masa muscular de tus brazos Dana, de otra forma no podrás
manejarla –dijo Lilia acercándose a ella para poder sacarle su arma.
—Eso parece una
araña horrible, creo que le queda el nombre –dijo Arial al lado de Lilia,
presionando el botón para que las garras se escondieran.
—Las arañas
tienen ocho extremidades –aclaró Dana, sentándose en el piso, cansada.
—Bueno, esta es
tres cuartos de una araña –dijo Arial –oye, a todo esto ¿no has recibido
llamada de tu enamorado?
Dana se dejó
caer por completo al suelo, cansada y dejando que su corazón latiera con
rapidez.
—Si, dijo que cenaríamos
juntos, pero le expliqué que no estaba libre, que tenía que ayudar a Adam
–susurró respirando con dificultad.
— ¿Este pésimo
estado físico, de donde ha salido? ¿También te quitan eso desde arriba al dejar
de ser un ángel? –preguntó Lilia, curiosa.
—No, no se me
quita, realmente ese tres cuartos de araña me odia… que agotador, pesa mucho
–una tolla cayó sobre su rostro para secar su sudor –como sea, ya pronto será
medianoche y me siento fatal por no haber podido cenado con Ethan,
supuestamente debo protegerlo, pero no estoy ni siquiera a su lado.
—Solo ha sido
un día –dijo Lilia sentándose a su lado –siempre lo proteges en la tarde. Durante
el resto del día siempre estás entrenando y estudiando para cuidarlo.
—Realmente lo
que estás haciendo es muy tierno –Arial también se sentó, pero al otro lado de
Dana –me gustaría tener a alguien como tú, pero que no fuera chica, no se me
dan esas cosas.
El ángel sonrió
y secó su rostro con la toalla, para después observar a sus amigas.
—Tenía otros
planes para esta noche ¿saben? Me agradan, pero preferiría no estar entrenando.
Las tres rieron
por las palabras de la pequeña angelito.
—Bueno, mejor
me voy. Es tarde y ¿mañana podrían seguir ayudándome?
—No te
preocupes –dijo asintiendo Arial.
—Nos vemos
mañana, temprano –Lilia también sonrió ante la idea de seguir entrenando con la
Araña.
Las tres se
despidieron, el ángel corrió hasta la puerta trasera y sin tener cuidado de que
alguien mirara dejó expandir sus alas. Ahora llevaba una camiseta blanca
adaptada para hacerlo sin romper la prenda. Se sintió mucho mejor cuando notó que
el viento chocaba contra su rostro y cuerpo. Se sintió libre y por primera vez
en el día, no sentía que estaba haciendo mal las cosas al saber que estaba con
Ethan y que no era un secreto.
Dejar de ser un
Ángel Custodio, le estaba quedando mucho más que serlo.
Después de
largos minutos, donde disfrutó de volar libremente, llegó hasta la azotea del edificio
y se dejó caer sin mayores preámbulos. No había nadie que pudiera estar ahí a
esas horas. Humanos, por lo menos.
—Estas no son
horas para llegar, las chicas buenas están en sus casas antes de las diez.
Sin esconder
sus alas, ella avanzó un par de metros caminando, con sus calzas negras y su
camiseta blanca, parecía un ser humano normal, si no fuera por las amplias y
hermosas alas que salían de su espalda.
Gabriel sonrió
al ver tal imagen. Se encontraba apoyado a un lado de la puerta de escape que
era la entrada para el edificio.
—Buenas noches,
Dana –ella tensó su mordida.
— ¿Qué haces
aquí?
—Oh vamos,
cambia ese tono, he venido a ver a mi nueva compañera… por lo visto ahora eres
un ángel caído –ella lo miró enojada.
Gabriel salió
de la oscuridad, dejando ver su sonrisa malévola. Vestido de negro como siempre
lo caracterizaba y cubierto por un largo abrigo, se acercó hasta estar a unos
centímetros de Dana.
—Estás muy
desabrigada para esta fría noche ¿ahora tienes sangre más caliente?
—No vuelvas a
llamarme compañera, no soy ninguna demonio, solo soy un ángel caído –él volvió
a sonreír.
Dana se sintió
aliviada al ver que tenía sus ojos dorados, eso lo hacía menos peligroso ya que
no estaba deseoso de sangre.
—Te advertí que
caerías.
—Me importa muy
poco lo que tú digas ¿Qué quieres? –las manos del ángel estaban hecho unos
puños, listos para tener que luchar si era necesario.
—Tan solo quería
verte ¿es eso tan difícil de creer? –Levantó su mano para poder tocarla, pero
Dana con un golpe alejó su brazo — ¿Qué harás para poder vencerme? ¿Ah?
—Solo aléjate,
Gabriel.
—Ni siquiera
tienes la opción de ser Arcángel ahora ¿Cuál será tu plan?
—Y tú ni
siquiera tienes la opción de ser digno para que yo te asesine, ahora déjame
tranquila.
Dana se estaba
hartando, no había sido un excelente día y solo deseaba volver a los brazos de
Ethan para sentirse en paz.
Con una rapidez
que ella no previno, Gabriel tomó su rostro con una fuerza impresionante,
dejando inmovilizada al ángel.
—No tienes idea
–susurró acercándose a ella –de lo agradable que es tocarte sin sentir que me
quemo.
Levantó unos
centímetros el cuerpo de Dana, solo sujetándola de su rostro. Ella no se quejó en
ningún momento, no porque estuviera soportando el dolor en silencio, sino simplemente
porque no sentía nada. Su umbral del dolor era demasiado alto como ángel y
Gabriel no estaba usando tanta fuerza como para herirla. Dana seguía siendo
fuerte y resistente.
—Las marcas te
quedan muy bien, mi pequeña angelito –ella entrecerró los ojos –naciste para
tenerlas, me habría gustado ser el causante, pero nos conformaremos con ese
simple humano.
—Palabras
llenas de resentimiento, ni siquiera las puedes esconder. Qué vergüenza
deberías sentir –dijo con dificultad por el agarre de su enemigo.
—Te habría
hecho disfrutar mucho más, Dana.
Gabriel, después
de decir aquellas palabras, solo sintió una patada en su tórax, tan fuerte que
hizo que soltara a Dana.
Ella aprovechó
ese momento para darle otra patada que se alojó justo en la cabeza de Gabriel,
logrando que cayera al suelo, pero él era demasiado rápido para ella, antes de poder
atacarlo de nuevo, se encontraba de pie a unos metros de distancia.
—Has mejorado,
no lo puedo negar, tus golpes duelen realmente –dijo acariciando su mejilla,
donde había chocado el pie de Dana.
— ¿Quieres
pelear? ¿Por eso sigues aquí?
—Tranquila ¿tantos
deseos tienes de tocarme que quieres tener problemas conmigo? vamos, si no soy
tan difícil, pídeme y me tendrás.
—Gabriel,
lárgate de aquí.
— ¿O qué harás?
No puedes hacer nada, sigues siendo solo un ángel custodio… un ángel caído.
Debiste acostarte con tu asqueroso humano cuando ascendieras, habría sido lo más
inteligente.
Ella negó ante
las palabras de su enemigo, pensando en que no valía la pena gastar otro
segundo con él.
—Vete Gabriel,
no me hables como si tuvieras derecho a hacerlo.
Él sonrió al
escucharla, le gustaba obtener esas emociones de ella, le agradaba hacerla
enojar porque sabía que nadie más lograba aquello, ni siquiera el humano que
ella adoraba.
—Sabes que eso
no es del todo cierto –dijo caminando hacia ella –en el pasado si tuve ciertos
derechos ¿no los recuerdas, pequeña angelito?
—Sí, lo
recuerdo, cuando tenías unas alas de blancas plumas y cuando eras bueno
¿recuerdas? Tus ojos no se llenaban de sangre y existía otro gran detalle
Gabriel, te amaba. Sentimiento que desperdiciaste como si fuera una de tus
plumas, así que todo derecho que tuviste, en este segundo, no vale nada.
Ella se mantuvo
seria, sin dejar de observar como avanzaba a ella. Prefería tenerlo al frente
de sus ojos que imaginándole haciendo daño a Ethan.
—Oh vamos, no
seas tan rencorosa, te puedo dar un tiempo en mi apretada agenda. Pasarías un
buen momento conmigo.
Gabriel levantó
su mano para tocarla, pero ella con rapidez dejó expandir sus alas y se cubrió
con ellas, dejando que la parte frontal de su cuerpo no estuviera a la vista
del vampiro.
Él gruñó por lo
bajo, molesto al darse cuenta de que no tenía ni una reacción por parte de
ella. Rendido, tuvo que desaparecer de la azotea; debía ir con cuidado para que
su plan con Dana resultara y por ahora, ella no quería verlo.
Para cuando
Dana escondió sus alas, ya se encontraba sola en la azotea. Molesta entró al
edificio, no le hacía gracia alguna tener que ver el rostro de Gabriel, justo
cuando ella deseaba llegar a su cama y descansar; sin embargo, las palabras de
él calaron en lo más profundo de ella.
—Derechos
–susurró molesta, llegando hasta su puerta.
Para cuando
entró, su celular comenzó a sonar y todo el enojo se esfumó al ver que era
Ethan.
— ¿Qué haces
despierto? –ella sonrió y cerró su puerta.
—Primero que
todo buenas noches y estoy despierto porque estoy trabajando aun, tengo para
varias horas más.
—Lamento no
haber llegado más temprano –ella fue hasta su habitación y tomó su pijama.
—Si quieres
puedes venir ahora.
—Me debo dar un
baño, estoy cansada –no estaba agotada, pero si deseaba que él descansara
y sabía que ella se volvería en una
distracción para su trabajo.
En cambio
Ethan, dejó a un lado su computador y se recostó en el sofá, con el ceño
fruncido. Molesto por no haber estado en la tarde con ella como había deseado,
en cambio, su amigo y jefe Gaspar lo había distraído todo el tiempo.
Lo que él no
sabía era que su jefe era el encargado de cuidarlo cuando Dana no estaba cerca
de él. Aquello ni siquiera su ángel lo sabía.
— ¿Qué sucede,
Ethan?
Él observó
hacia el techo de su sala, llena de pequeñas luces, pero a diferencia de las
veces anteriores, ahora sonrió, pensando en lo que había hecho durante su
trabajo.
—Nada realmente
importante, hoy ayudé a una chica con un alma que la estaba rondando, trabaja
en la oficina, fue gracioso ver su rostro.
— ¡¿Qué?! –Dana
se quedó inmóvil al frente del baño — ¿ayudaste a alguien por gusto?
—Eso suena como
si fuera alguien malvado. Claro que la ayudé por gusto ¿no es eso lo que
siempre andas diciendo?
— ¡Qué orgullosa
estoy por ti! Quiero saber qué hiciste ¿estás muy ocupado? Es tarde.
—Si quieres
visitarme, eres bienvenida.
— ¿Hoy dormirás
en tu departamento?
Hacía más de
una semana que él estaba durmiendo con ella en su departamento. Ethan no pasaba
por su propia habitación hacía ya bastante tiempo.
— ¿Por qué? ¿Quieres
que te vaya a visitar?
Ella sonrió al
imaginarse la expresión de él diciendo aquellas palabras.
—Si –susurró,
ahora apoyada en la tina del baño.
— ¿Para qué? Ya
es muy tarde –ella se sonrojó, él solo estaba jugando.
—Podrías
trabajar aquí mientras me cuentas lo que ocurrió en tu oficina.
—Está bien, me
has convencido.
Ambos cortaron
y ella corrió a abrir la puerta para después volver al baño. Se duchó con
rapidez mientras Ethan se instalaba en la cama de Dana con su laptop y seguía
trabajando en la próxima campaña que le habían asignado.
Para cuando
Dana salió del baño, vio que las luces de su sala y cocina estaban apagadas.
Solo percibía iluminación desde su habitación. Rápidamente, ya vestida con su
pijama, corrió para encontrarse con Ethan, pero justo cuando iba abrir la
puerta de un golpe, se dio cuenta que no tenía aquel líquido especial que
Thomas le había dado para sus marcas.
Retrocedió paso
a paso hasta que sintió que Ethan seguía presionando el teclado. Sin pensarlo
dos veces corrió hacia la sala.
— ¡Ethan! ¡Ven!
–dijo apoyada en un sofá, escondida en la oscuridad aunque si se concentraba podía
ver que había varias llamas de colores dando vueltas, escondidas entre los
muebles o sobre su cabeza en el techo.
— ¿Qué? –gritó
él desde la cama, estaba trabajando.
— ¡Ven! –volvió
a decir ella, esperando a que fuera hasta la sala.
Pudo escuchar cómo
se levantaba de la cama y cómo sus pasos se acercaban hasta donde ella se
encontraba. Astutamente corrió hasta quedarse en un lado de la pared, justo
para cuando él pasara, ella pudiera correr a su habitación que iba a estar vacía.
Así lo hizo. Corrió
dejando a Ethan solo por unos segundos, sus pasos no se sintieron en ningún
momento. Buscó en su mesa de noche y se puso de aquel líquido sobre las marcas.
Estas fueron desapareciendo, tomado el color de su piel hasta que no quedaron
rastros, pero al tacto, esos relieves seguían ahí. Sin embargo, no era algo que
fuera gran problema.
Volvió a correr
hacia donde estaba Ethan y cuando él la buscaba detrás de un sofá, aun en la
oscuridad, ella se acercó a él por detrás y lo rodeó con sus brazos, obteniendo
un gruñido de molestia por parte de él.
—Sabes que no
me gusta la oscuridad y me haces esto –dijo girándose para verla, pero todo
enojo se esfumó cuando vio esos ojos miel atentos a él.
La luz de la
luna que llegaba por las grandes ventanas de la sala dejaba que ambos pudieran
verse con claridad.
— ¿Sabes? Sigue
siendo extraño que un montón de fantasmas –ella pellizcó su brazo desnudo por
el término que uso — ¡auch, dolió! Como sea, las almas perdidas, es raro que
nos estén mirando.
—No están
concentradas en nosotros –dijo ella poniendo atención en los labios de Ethan —
¿crees que les importa ver a su humano asustado por caminar entre la oscuridad?
—Ja ja, muy
graciosa –rodeó con sus brazos la cintura de su vecina favorita y tiró de esta
para que estuviera más cerca de él –mejor salúdame.
Sin dejarla
responder él se acercó y la besó, atrapando sus labios con ansias. Ella solo
pudo rodear el cuello de su amado humano y entregarse a la agradable sensación
que le entregaban sus labios.
Ethan la presionó
con más fuerza y la levantó unos centímetros de altura, los suficientes para
que ella rodeara su cadera con las piernas y pudieran seguir entregándose uno
al otro.
— ¿Qué hiciste
hoy en la oficina? –dijo ella sonriendo mientras él avanzaba sin problema
alguno hasta la habitación.
—No quiero
hablar de eso ahora –Ethan besó el cuello de ella, logrando que riera por las
cosquillas que sintió justo cuando estaban por cruzar la puerta de su habitación.
— ¡Oh vamos! Dime.
—No, tengo
otros planes para ti –dijo apoyándola contra la pared, antes de entrar a la
habitación, logrando que la risa de ella se quedara atrapada en su garganta.
— ¿Quieres de
nuevo? –su voz escapó muy baja en comparación a hace segundos atrás –pensé que
tenías que trabajar.
—Créeme, mi
trabajo nunca será más irresistible que tú.
Sus labios
volvieron a atrapar los de ella hasta que volvió a tomarla con fuerza y la
llevó hasta la habitación, donde la dejó delicadamente sobre la cama, al mismo
tiempo que movía la laptop para que no le molestara.
Ethan se
deshizo de su camiseta gastada bajo la mirada de Dana, la lanzó al suelo y después
se concentró él su hermosa vecina, que para su sorpresa, llevaba unos
pantalones cortos color celeste y una camiseta negra con tiras.
— ¿Ya no te
quieres cubrir? –dijo él curioso, observándola mientras se acercaba a ella,
logrando que Dana sintiera mariposas en su estómago debido a los nervios que él
le provocaba.
Ethan terminó
quedando sobre ella, apoyando sus codos en los costados de su vecina y entre
sus piernas mientras observaba que no había nada malo con su piel. Antes
tampoco lo había notado ¿Por qué la noche anterior se había cubierto?
— ¿Es que es tu
“cosa”? –Ella lo miró sin entender —
¿te gusta más hacerlo de esa forma? –apoyó sus manos sobre el abdomen de Dana,
que estaba sobre sus codos observando la mirada esmeralda de Ethan.
—No es mi “cosa” ni siquiera sé lo que quiere
decir eso. Fue una estupidez, nada por lo que preocuparse –dijo cuando Ethan
besaba su hombro izquierdo. Se sentía mucho mejor por no tener que esconder sus
brazos como en el día anterior, todo gracias al liquido que Thomas le había
regalado.
—No me
importaría que tuvieras algo, te amaría igual.
Esas palabras
hicieron que el corazón de Dana comenzara a latir con fuerza al mismo tiempo que
se controlaba para que sus alas no se expandieran por lo emocionada que se
encontraba.
En cambio los
pensamientos de Ethan, estaban concentrados en algo mucho más terrenal que los
de Dana.
—Ayer hicimos
algo extremadamente irresponsable –susurró, con una expresión muy seria –sé que
no has estado con nadie más y personalmente siempre tengo sexo con protección,
pero tú no tomas la pastilla ¿cierto?
Dana se quedó
en silencio, mirándolo sin saber qué responder. Su mandíbula se tensó por no
entender lo que estaba hablando.
—Por tu mirada
puedo entender que no tomas nada y… espero que no estés en tus días más
fértiles, que no creo que sea lo más correcto… tener un… bebé –Ethan dijo
aquella frase lentamente, como si cada palabra fuera alguna bomba que lanzaba a
Dana.
— ¡Oh! Ya
entiendo –ella comenzó a reír.
Relajada y
aliviada se dejó caer por completo sobre la cama, sin dejar de reír producto de
los nervios al no entender a lo que se refería su humano.
— ¿Qué sucede?
¿Por qué te ríes?
—Lo siento
–continuo riéndose hasta que su abdomen comenzó a dolerle — ¡lo siento!
—Ya basta ¿Por
qué te ríes? –volvió a preguntar él, molesto por no entender la gracia que le hacía
a Dana.
—Es que yo no
puedo tener bebés –dijo riendo, pero al ver la expresión muy seria de Ethan, su
risa desapareció por completo.
— ¿Cómo? O sea…
¿Cómo?
Era cierto que a
él nunca se le pasó por la mente tener un bebé con Dana, esas palabras solo
estaban unidas en una frase donde decía explícitamente que no deseaba tener un
bebé con Dana, por ahora.
Dana se removió
bajo el agarre de Ethan y se separó de él, sentándose sobre la cama.
—Que no puedo
tener bebés.
—Si escuché lo
que me dijiste, pero ¿Cómo sabes eso?
Dana tuvo el
gran deseo de decirle toda la verdad, estaba cansada de decirle solo mentiras
cuando hablaban temas que relacionaban su verdadera identidad.
—Es algo de
familia –él frunció el ceño.
—Tú estas aquí,
al frente de mis ojos… ¿me explicas como es algo familiar? Por lo visto tu
madre pudo darte a luz, madre que no conoces ¿Cómo sabes que es genético?
Aquellas fueron
demasiadas palabras para la mente no humana de Dana. Cerró sus ojos unos
segundos y analizó las frases de Ethan.
—Bueno, no es
de familia exactamente.
—Explícate
Dana, no te estoy pidiendo respuestas porque desee tener un bebé contigo, pero
me estás mintiendo y se está notando.
Él se sentó en
la cama. Dana pudo notar como los músculos de sus brazos estaban todos
completamente tensos. ¿Desde cuándo la descubría con sus mentiras? ¿Es qué
haber hecho el amor con él le daba ese derecho?
—Dana.
—Lo sé. Ethan
¿tenemos que hablar de esto ahora?
—Si –dijo
cortante y serio, como pocas veces lo notaba el ángel.
—Es una
enfermedad que se me traspasó cuando fui bebé ¿sí? –Ethan frunció el ceño –después
fui curada pero quedé con esta secuela, de no poder procrear.
—Eres estéril –ella
asintió — ¿Qué enfermedad era? ¿Te has controlado?
— ¡Oh ya basta!
Estoy sana, pero por esta noche no tendrás que preocuparte por ello ¿sabes?
El ángel se
puso de pie sobre la cama, apagó la luz, dejando solo que las luces violetas
encendieran la habitación. Después se acostó bajo el cobertor, dándole la
espalda a Ethan, quien también se cubrió bajo las sábanas, pero con la laptop
sobre sus piernas.
Él no dejó de
mirar en ningún momento a Dana, que se aferraba a una almohada.
Ella sentía que
su pecho le dolía por estar enojada con su humano. Era la culpable de la
discusión y lo sabía muy bien, ansiaba confesarle toda la verdad, pero sabía
que todavía no era el tiempo correcto.
—No dudo cuando
me dices que estás sana –aclaró él, observando la pantalla del computador –pero
me estás mintiendo sobre algo y no me agrada. Odio cuando me mienten, Dana.
Ella se aferró
aun más a su almohada. Entendía que esas palabras eran una advertencia que
debía tomar en cuenta. El día que todo se supiera, nadie iba a controlar a
Ethan, ni siquiera ella, pero si esperaba unas semanas más para que él se
acostumbrara a las almas, sería un factor influyente para que él no perdiera el
rumbo, ni siquiera cuando deseara estar solo.
Dana hizo mohín,
estaba llena de tristeza. No era un ser que estuviera entrenado para discutir y
mantener peleas con personas a las que amaba. Sin embargo, no podía dejar de
sentirse molesta y frustrada al mismo tiempo.
— ¿Quieres que
me vaya?
Ella no fue
capaz de decir palabra porque entendió que sus excusas cada día se agotaban, su
imaginación se estaba viendo limitada. Sin embargo, no deseaba que él se fuera,
por lo que solo movió su pie hasta tocar la tela del pantalón de Ethan, justo
en su pantorrilla.
Ninguno dijo
palabra alguna. Él se dedicó a seguir con su trabajo mientras daba cada cierto
segundo miradas furtivas hacia Dana. Mientras tanto ella luchaba por no
quedarse dormida hasta que él lo hiciera, pero sus párpados fueron pesando cada
vez más, hasta que finalmente se quedó dormida.
Iban a ser las tres
de la mañana cuando Ethan apagó su computador y lo dejó en el suelo. Luego se
cubrió con las sábanas, pero sin poder controlarlo, rodeó la cintura de Dana,
que entre sueños pudo entender que él la estaba abrazando.
— ¿Dios, no podrías
ser un poco más inteligente? –Murmuró enojado Gabriel, apoyado en los pocos
centímetros que la ventana de la habitación de Dana le proporcionaba — ¿te das
cuenta a quien le das Dones? No tiene sentido que este humano sea tan importante
¿Qué piensas tu, Liam?
Su rubio discípulo
estaba de pie, observando la luna mientras se apoyaba en el marco superior de
la ventana.
—Pienso que te estás
comportando como un psicópata y arrastrarme hasta aquí, ha sido ridículo.
—Cuida tu boca,
quiero que memorices con tu inepta cabeza a Dana, no quiero que la pierdas de
vista. Zoe ha estado haciendo un excelente trabajo hoy con Ethan, quiero que
hagas lo mismo con mi pequeña angelito.
—Eso será
difícil, ella pasa mucho tiempo con Arial.
— ¿Y me debe
importar que le temas a tu ex novia, idiota? –Gabriel entrecerró los ojos al
ver que Dana se giraba hacia su humano, escondiendo su cabeza en el cuello de
él –la vigilarás y no interferirás, necesito encontrar un patrón en su
comportamiento.
— ¿Un patrón?
Es un ángel jugando a ser humana ¿crees qué eso no es nada espontáneo cada día?
¡Vamos!
—Vamos nada, si
quiero saber su patrón, es debido a que deseo saber cuánto tiempo pasa con
Ethan. Si comen juntos, si duermen juntos todas las noches ¡todo! –levantó la
mirada, justo para cuando el humano estaba hablándole al oído a su ángel, que
estaba despertando.
Los ojos rojos
de Gabriel parecieron arder cuando escuchaba las tiernas palabras que le decía
Ethan a Dana.
—Haz lo que te
ordeno, chico –sus colmillos aparecieron justo para cuando sintió como los
labios de Dana se unían a los de otro, bajo un leve gemido de placer que le
estaba provocando Ethan al colar su mano por bajo la camiseta de ella.
— ¿Eres
voyerista ahora, Gabriel? –Liam sonrió al escuchar como los latidos cardiacos
de Dana y Ethan aumentaban considerablemente.
—Cuida tu boca,
es hora de irnos ¡lárgate y haz lo que te ordeno!
—Muy bien, muy
bien –Liam se dejó caer al vacío, desapareciendo de la vista de Gabriel.
El vampiro
tensó su mordida al ver como Ethan hacia reír entre besos a Dana mientras le
decía que no importaba lo que le había ocurrido, que él esperaría a que le
explicara todo a su debido tiempo.
Rasguñó el
material del edificio, pensando en lo fácil que se le haría destruir esa imagen.
Solo debía presentarse al frente de ellos, traumatizar al humano con una
entrada sobrenatural, pero necesitaba tener a Dana, aunque fuera una vez y para
eso, su propia paciencia estaba en juego. Un buen trago siempre se hace
esperar.
—Lo siento, te
amo –le susurró Dana.
Esas palabras
solo calaron en lo más profundo de Gabriel, que hizo chirrear sus dientes por
la rabia. Antes aquel sentimiento de su ángel favorito, había estado dedicado a
él, ahora un humano, un simple humano, había robado el corazón de aquel ángel
caído, que estaba dejando todo de lado por el amor que sentía. ¡Y él ni
siquiera pudo probar los labios del ángel!
—Eric… infeliz –dijo
Gabriel, evocando recuerdos que mantenía en secreto, que solo aparecían en sus
peores épocas.
“Si no fuera por ti, lo más probable es que
fuera yo quien rodeara su cuerpo con mis brazos”
Gabriel se
quedó observando unos segundos más como Ethan se iba apoderando de los sentidos
de Dana, como estaba provocando que ella se deshiciera entre sus manos de una
forma que él sabía que nunca obtendría. Había perdido su oportunidad hacía ya
décadas, pero juró, en ese mismo segundo, que rompería esa pareja en pedazos,
provocando que Ethan se uniera a la oscuridad y que Dana se convirtiera en
Arcángel a toda costa. No estaba dispuesto a seguir envidiando y odiando a esa
pareja que profetizaba amarse.
Se dejó caer al
vació, sonriendo ante las cientos de ideas que llegaban a su mente.
Ethan observó
como su increíble vecina dormía, dejando expuesta su espalda desnuda. Dejó la
bandeja con el desayuno de ambos a un lado y se acercó a ella al ver las marcas
que tenía en su espalda. Dos líneas blancas, muy finas, casi imperceptibles.
— ¿Qué te
sucedió? –susurró al observar las cicatrices de cuando Dana se cortó sus alas
por él. Claramente él no tenía esa información.
Recorrió con su
dedo índice la suave piel de su vecina y con el pulgar acarició aquellas
cicatrices, lentamente. Eran muy suaves y lisas, solo eran dos líneas blancas.
Ella se removió
sobre la cama ante el tacto de él y se giró, aun durmiendo. El rostro de Dana
quedó expuesto ante Ethan, que se acercó a ella y le dio un beso corto en los
labios.
—Despierta
–dijo haciendo círculos en su cuello –vamos, despierta.
Ella se removió
de nuevo y lentamente fue abriendo sus ojos color miel hasta encontrarse con
los verdes de Ethan, que estaban atentos a ella.
— ¿Qué hora es?
—Muy temprano,
pero yo debo trabajar y tú no sé qué harás tan temprano pero siempre tienes que
hacer algo ¿no?
—Sí.
Se sentó en la
cama, cubriéndose con la sabana y observando a Ethan. Ella tenía su cabello
completamente desordenado, tanto por haber dormido como por haber tenido una
noche bastante activa con Ethan.
—He traído
desayuno para los dos, me rehúso a dejar un café sin terminar esta vez
¿entendido? –ella sonrió por las palabras de él, quien se acercó y besó su
hombro.
—Buenos días
–dijo ella.
—Espero que
hayas dormido bien –se acercó a ella y la besó, logrando que ella se acercara
más a él, dejando una de sus manos en el rostro de su humano amado.
—Ethan –susurró
ella, alejándose un poco de él para poder controlarse. Apoyó su frente contra
la de él –tengo hambre.
Él se metió
bajo las sabanas, dejando la bandeja entre ellos. Había café, tostadas con
mermelada y jugo.
— ¿Cómo has
amanecido hoy? –él observaba como ella estaba incómoda, tratando de tomar su
café sin que la sábana se cayera, así que para que estuviera más tranquila se
sacó su propia camiseta y se la entregó. No tenía ánimos de salir de la cama
para poder conseguir otra.
Ella sonrió
ante el gesto de su humano y la recibió encantada.
—Estoy muy
bien, gracias.
Aquello lo dijo
mientras dejaba caer la sábana. Ethan observó como quedaba en parte desnuda
otra vez. Le gustaría tenerla siempre así, pero si ella se quería cubrir ¿Quién
era él para impedírselo?
— ¿Qué te
sucedió en la espalda? Acabo de notar que tienes dos finísimas cicatrices –Dana
se puso pálida ante aquellas palabras y de inmediato observó su brazo derecho.
Sus marcas seguían cubiertas –lo siento… no pensé que te sentirías mal.
—No, está bien
–aclaró ella de inmediato. Lo que menos necesitaba era que Ethan le diera
importancia a sus cicatrices –no sé por qué quedaron de esa forma, pero sucedió
cuando me caí, de la azotea ¿recuerdas? Cuando me encontró Diego –afirmó.
—Oh, sí
recuerdo, que fea caída debió ser esa.
—Horrible, no
te imaginas –dijo ella tomando su taza de café y ofreciéndole la otra a Ethan
–siento lo sucedido anoche. No me gusta discutir.
Ethan se tensó,
era cierto que se habían reconciliado ¡y de qué forma! Pero no le agradaba ni
un poco saber que ella le mentía. Eso no ayudaba a tenerle toda la confianza
que él deseaba entregarle.
—Yo igual te
debo una disculpa, es un tema delicado y sin duda no lo manejé de la mejor
forma.
—No tienes nada
de qué preocuparte, en serio –quiso aclarar ella.
—Te creo, pero
algo me estas escondiendo. Se nota, te pones nerviosa y me miras de esa forma
culpable –ella bebió de su café y tomó una de sus tostadas.
—Esto es
injusto, hacer el amor contigo no debería darte el poder de saber cuándo miento
o no –lo que dijo solo hizo sonreír a Ethan.
—Bueno, por lo
menos ya has admitido de que mientes, pero si no me lo quieres decir aun, no
importa… lo que me molesta es que trates esconderme cosas de tu vida. Sabes que
puedo ver almas y temas que nunca he hablado con nadie, puedes hacer lo mismo
conmigo.
—Lo siento
–dijo sintiéndose mal consigo misma, sabía que ella le estaba escondiendo todo
a Ethan –lo siento mucho, de verdad –dejo su taza en la bandeja de nuevo.
—No, basta de
disculparte, ya lo has dicho y fue ayer. Solo estamos conversando.
Ella lo quedó
observando, realmente se le estaba haciendo difícil entender de qué iba todo lo
relacionado con las parejas humanas.
—Está bien,
entiendo –ella asintió y le dio un mordisco a tu tostada. Sin duda la actitud
que Ethan había tomado, la beneficiaba. Sonrió al darse cuenta que él realmente
trataba de ser cuidadoso con ella.
— ¿De qué ríes?
—Nada, solo
estaba recordando lo de anoche –mintió, pero al momento de decir esas palabras
y en efecto, recordar lo que sucedió anoche, sus mejillas se sonrojaron.
—Tuvimos
nuestra primera discusión, es digno que tuviéramos nuestra primera reconciliación
–ella tomó de nuevo su taza de café y bebió de esta.
—No tengo idea
de lo que estás hablando, pero sin duda lo de anoche fue increíble, creo que me
estoy volviendo adicta a ti… me siento tan bien cuando lo hacemos.
Ethan se
sonrojó por lo sincera que sonaba su vecina.
—Ahora dime
¿Qué hiciste ayer por cuenta propia? Nunca me lo dijiste al final.
—Oh –Ethan comió
de su tostada y la miró sonriendo, dejando migas en sus labios, los que Dana
sacó con su mano –gracias. Ayer estaba en una de las oficinas cuando apareció
una chica, creo que era una de las secretarias de la empresa, como sea, un
llama color azul estaba dando vueltas alrededor de ella, dije solemnemente que
se me presentara y ¡lo hizo! Era su abuela, me explicó que deseaba decirle a su
nieta que la quería mucho, cosa que nunca le había dicho en el pasado, aunque
la había criado.
— ¿Y le
hablaste a la chica? –Dana se sorprendió al entender que no tuvo que presionar
a Ethan para que ayudara a alguien.
—Claro. Le dije
que necesitaba que me acompañara a mi oficina, lo hizo. Le expliqué lo que sucedía
y le pedí que guardara el secreto. Ella rompió a llorar, fue muy incómodo, en
serio, no creo poder acostumbrarme jamás a ello, pero después estaba tan feliz,
que no dejaba de abrazarme y agradecerme… fue, fue gratificante –dijo
finalmente para después beber de su café, recordando la sorpresa que le causó
sentirse bien al ayudar a aquella chica.
—Claro que es
gratificante ¡oh! No sabes lo feliz que me haces –se acercó y le dio un beso en
su mejilla –ayudaste a aquella mujer.
—Después su
abuela desapareció, ahora entiendo… es muy impresionante como logran irse a
donde quiera que vayan ¿sabes? Creo que haber ayudado a esa chica, Sandra, era
su nombre a todo esto, me hizo pensar en lo que dices.
— ¿Qué cosa?
—Mmm… que
bueno, si tengo esta habilidad, debe ser para poder ayudar a los demás ¿no?
dijimos que iba a tener mi período de prueba, hacer algo bueno por los demás no
debe traer problemas ¿cierto?
Ella lo quedó
observando, sin poder creer que su humano favorito estuviera diciendo esas
palabras. Todo por lo que ella había estado trabajando desde que él nació, había
sido para poder escuchar esas palabras. Su misión estaba completándose de
manera exitosa. Solo debía tener cuidado en no estropear todo, Ethan podía ser
muy inestable en ciertos momentos.
—Claro que no atraería
nada malo, estás haciendo bien las cosas ¡muy bien! estoy tan orgullosa.
Se acercó a él
y lo besó, esta vez en serio. De a poco la bandeja terminó en el suelo, sin
importarle a ninguno de los dos. Ethan rodeó con sus manos la cintura de ella,
logrando que se sentara sobre él.
Sin poder
controlarse él subió la camiseta que le había entregado a ella para después
rodear a Dana con sus brazos y recostarla en la cama mientras besaba el cuello
de ella, logrando que el cuerpo de su vecina comenzara a subir varios grados de
temperatura.
—Si esta será
mi recompensa cada vez que ayude a alguien, créeme, no me cansaré de hacerlo.
Ella no fue
capaz de responderle, solo cerró sus ojos y se removió en la cama, dejando que
los labios de su humano se apoderaran de uno de sus pechos. Solo pudo aferrar
sus manos a la sabana, permitiendo que él hiciera con ella lo que deseara.
—De verdad te
gusta esto ¿no? –dijo Ethan a centímetros de su vecina. Recorriendo una de las
piernas de Dana con su mano.
—Si –sonriendo
le respondió. Levantó sus manos para tocar el cuello y mejilla de su humano,
provocando que él cerrara sus ojos, justo para cuando ella vio que las marcas
en su mano derecha estaban apareciendo –No… —susurró.
Antes de que
Ethan abriera sus ojos de nuevo, ella lo besó y provocó con una serie de
movimientos que él quedara abajo de ella.
— ¡¿Pero qué
demonios?! –dijo Ethan notando que ahora estaba en otra posición sin darse
cuenta.
—Lo siento –volvió
a besarlo –Adam dijo que tenía que volver temprano hoy, me tengo que ir. Nos
vemos en la tarde, llámame para que almorcemos ¿sí? –cubrió los ojos de su
Ethan con la mano izquierda mientras miraba como las marcas iban apareciendo en
su brazo derecho. Negras como la noche recorrían su brazo hasta llegar a su
hombro.
— ¡Dana!
—Te amo, nos
vemos –le dio un beso corto en los labios y después lo liberó.
Corrió tan
rápido que Ethan ni siquiera la vio cuando ella se refugió en el baño mientras
que él dejaba caerse por completo en la cama, pensando en Diego vestido solo
con una tanga rosada para que su erección desapareciera.
Dana cerró la
puerta con seguro y observó su rostro en el espejo para después darle atención
a sus marcas.
—Dios, Dios,
Dios… eso estuvo demasiado cerca.
Ethan desilusionado
se puso de pie y buscó su ropa, se vistió con rapidez para irse a su
departamento, aun tenía que ir a trabajar y debía apresurarse. Pero su zapato
derecho estaba rebelde, escondiéndose de él para no ser encontrado, es por ello
que tuvo que agacharse y comenzar a meter su brazo, por completo, bajo la cama,
tratando de sentir si estaba ahí, pero en cambio, tomó algo frío y metálico.
— ¿Qué es esto?
–dijo tirando de aquel objeto de una textura extraña.
Sin siquiera
saber de qué trataba aquel dichoso aparato, no se dio cuenta cuando presionó la
diminuta palanca que abría las seis garras.
— ¡Mierda!
–dijo dejando caer el arma y notando como su brazo izquierdo había salido
dañado. Cinco líneas de sangre caían desde su mano a su brazo, al mantenerlo en
alto.
Ethan bajó la
mirada hacia la horrible arma de plata que había a sus pies, abierta y dejando
que seis garras aparecerían ante sus ojos. Tragó saliva con dificultad y con el
pie trató de moverla hacia debajo de la cama, sin cerrarla. La tiró lejos, sin
saber qué pensar de la mujer con la que estaba compartiendo las noches cada día.
Rápidamente
tomó una camiseta de Dana y envolvió su mano que seguía sangrando con esta.
Tomó el resto de sus cosas con dificultad y después salió del departamento de
su vecina favorita, la cual se estaba volviendo en una extraña. Dejando su
zapato.
Cuando Dana salió
del baño y fue hasta su habitación, ya luego de haberse dado una ducha, se
acercó a su cama y sacó su arma.
— ¿Qué?
–susurró al darse cuenta que estaba abierta, las seis garras de plata estaban
expuestas y cuando miró hacia su alfombrado piso, se dio cuenta que gotas de sangre
lo habían manchado.
Inspeccionó de
inmediato sus brazos, pero solo quedaban las marcas en su brazo derecho. No había
rastros de haberse hecho daño, pero tampoco entendía de donde pudieron haber
salido aquellas manchas que obviamente eran sangre.
Cuando levantó
la mirada y observó hacia su ventana se dio cuenta que estaba el zapato de
Ethan bajo esta. No entendió por qué había dejado solo un zapato.
“Imposible que se le haya quedado, está a la
vista de cualquiera” pensó en el zapato de su Ethan mientras cerraba su
arma.
Arregló su cama
y la ropa que estaba tirada en el suelo, después llevó la bandeja con lo que
quedaba a la cocina.
Fue en ese
momento cuando el vampiro demonio metió sus manos por la parte externa de la
ventana y la abrió, pudiendo entrar sin ningún problema a la habitación de
Dana.
Se acercó
sigilosamente hacia donde estaban las gotas de sangre de Ethan y pasó un dedo
para después llevárselo a la boca.
—Mmm… —susurró
sonriendo –nada mal. Solo una gota basta, humano.
Observó el arma
de Dana que ahora estaba sobre la cama recién hecha y la tomó, pero no pudo
tenerla ni por un segundo, ya que esta provocó que su mano ardiera.
—Niños con
armas de grandes –dijo pensando en cómo Ethan se había cortado.
Se dirigió
hacia la ventana para retirarse al ver su pequeña trampa había resultado, ya
que él había escondido el zapato de Ethan para que encontrara el arma de Dana, quería
ver como actuaba su ángel favorito cuando su humano comenzara a desconfiar de
la novia que tenía.
Sin embargo,
para cuando estaba por salir, sintió que unos apresurados pasos se acercaban
hasta donde él estaba. Sin poder tener tiempo para escapar tuvo que improvisar
sin haber ensayado antes tal conversión, ya que recién había probado la sangre
de Ethan y no sabía si era suficiente, pero cuando Dana entró a la habitación,
se sintió satisfecho de saber que sus poderes no tenían limite.
— ¿Ethan? –el
ángel miró desconcertada como estaba su humano mirando hacia la ventana. Ni
siquiera había sentido sus pasos — ¿Cómo entraste? –se sintió aliviada al haber
elegido una camiseta de manga larga, pero de todas formas escondió su mano
derecha en su bolsillo y se dirigió hacia la cama, cubriendo su arma, la que
estaba expuesta ante los ojos de aquel Ethan.
Gabriel se giró
hacia Dana, sonriendo al darse cuenta que ella no notaba la diferencia. Siendo
un ángel caído las energías entre el bien y el mal, no se percibían con tal
facilidad como cuando se era un ángel. No era hasta que se tenía bastante
experiencia en la tierra, que se podía identificar entre el bien y el mal de
las personas y seres sobrenaturales.
—Dana, vine por
mi zapato, se me quedó hace un rato.
Ella observó
curiosa a Ethan, vestía extraño, de traje y un abrigo negro. Bastante formal
para ser él.
— ¿Cómo
entraste?
—No cerré bien
la puerta para poder volver ¿te he molestado?
—No, pero me
asustaste. Oye, esa mancha en el piso ¿te hiciste daño antes de salir? –dijo
mirando las gotas de sangre que quedaban en su alfombra, justo traía un paño
para poder limpiarlas.
—No, estoy como
nuevo… de seguro fue la mermelada en las tostadas –la ángel asintió, recién pensando
en esa posibilidad.
—Es cierto…
sobre lo sucedido, siento haber prácticamente escapado –se sonrojó al recordar
lo que había pasado, no había dejado a su humano en buenas condiciones.
—No te
preocupes –Gabriel mantenía la distancia, atento en cada detalle de Dana — ¿Ese
es un estilo de control remoto touch último modelo? –indicó con su cabeza hacia
el arma que el ángel escondía.
—Si, Arial me
lo trajo para que probara manejar todo con él –prácticamente suspiró porque
Ethan le había entregado una buena excusa.
—Es lo más raro
que he visto en mi vida. Bueno, me debo ir, tengo que llegar pronto… Gaspar me
espera abajo –dijo él temiendo acercarse a ella, pero sabiendo que estaba
seguro teniendo la apariencia de Ethan y ahora que ella podía ser tocada por un
demonio, no lo quemaría ni nada por el estilo.
—Muy bien.
Ella lo
observaba sonriendo, dejando que sus ojos miel brillaran por quien creía ser,
por Ethan, el humano al que ella amaba. No por Gabriel, su enemigo mortal.
El vampiro se
acercó despacio hasta donde estaba ella y rodeó su cintura con ambos brazos.
Acercó sus labios hasta los de ella, pero no fue él quien terminó con aquella
distancia, si no que fue Dana quien sin controlarse, como siempre sucedía
cuando estaba con Ethan, rodeó el cuello de Gabriel y sus labios se unieron.
Aquello fue lo último
que pudo soportar Gabriel, quien la tomó con fuerza y la acercó hasta su
cuerpo, besándola con toda la lujuria que su poder demoniaco le ofrecía.
Dana sintió que
sus piernas temblaban ante aquel poderoso beso. Más cuando su supuesto Ethan,
fue colando sus manos bajo su camiseta, tocando la piel de su es espalda baja.
Ella como respuesta tiró levemente de su cabello, lo que descontroló a Gabriel.
Sin pensarlo la
hizo chocar contra la pared que estaba detrás de él y la levantó varios
centímetros para que sus piernas rodearan su cadera. Dejó los labios de ella y
se concentró en besar su cuello, deseando poder morderla, solo eso bastaría
para tenerla a su disposición, pero no quería arruinar aquel momento, no cuando
ahora sus manos estaba subiendo por el abdomen de su ángel y presionar sus
perfectos pechos, logrando obtener un suave gemido por parte de Dana.
Ella frunció el
ceño, generalmente Ethan era muy delicado con ella, pero ahora se estaba
comportando como un salvaje. Cosa que no le estaba molestando en nada.
—Ethan –susurró
ella cuando las manos de Gabriel iban al botón de sus jeans y seguía besando su
cuello. Tiempo en el cual ella pudo observar su brazo derecho, lo que la trajo
a tierra bruscamente. No podía hacer el amor con Ethan, no cuando sus marcas
estaban expuestas –amor, detente, no podemos.
Gabriel tensó
su mordida, molesto. Gruñó por lo bajo, pero no se detuvo, volvió a atrapar los
labios de Dana, quien dudó en seguir pidiendo que se detuviera cuando esos
labios ardientes se apoderaban de los suyos.
Sus gemidos
quedaron silenciados por los besos que Gabriel le daba, al mismo tiempo que su
cadera se movían en contra de la de ella.
—Ethan… —Gabriel
volvió a tensar su mordida, molesto por escuchar el nombre del humano en vez
del sueño –detente un poco –ella cubriendo su mano con la misma manga del
brazo, pudo apoyarla sobre el hombro de él para alejarlo. Lo hizo sin dificultad
pues ella era muy fuerte –sabes que te amo mucho, pero llegarás tarde ¿sí? no
podemos.
Al escuchar cómo
le decía que lo amaba y al entender que esas palabras no eran para él, Gabriel
se alejó de ella, dejando que apoyara sus pies sobre el suelo.
—Muy bien,
tienes razón. Me retiraré –retrocedió para irse. Enojado.
Aquella
reacción no pasó desapercibida para Dana, quien tomó su mano delicadamente, con
la izquierda ya que aun escondía su brazo derecho por las marcas. Acercó a su
falso Ethan hasta ella y se empinó para darle un beso en la mejilla.
—Te amo, nos
vemos.
Los falsos ojos
verdes de Gabriel brillaron hambrientos y sin dejarle reaccionar, volvió a
besarla de tal forma que Dana sintió que su corazón se disparaba como una
locomotora de última generación. Sin embargo, sintió cierta distancia entre
ella y Ethan, que la dejó helada.
— ¿Ethan? –Dijo
separándose de él — ¿estás enojado? –preguntó con sus ojos dorados brillando
por el amor hacia su humano.
Gabriel tensó
su mordida y se rindió, no podía seguir jugando esta vez con su angelito.
—Para nada, nos
vemos ¿sí? –le dio un corto beso en los labios y se alejó de ella. Dejándola
desconcertada.
Para cuando
Gabriel cerró la puerta del departamento de Dana, su rostro fue volviendo a la
normalidad, al igual como el resto de su cuerpo. Entró al ascensor sintiéndose
satisfecho y mojando sus labios con la lengua para retener el sabor de su ángel
en la boca.
Dana se sentó
en la cama, sintiendo aun como sus piernas temblaban por su sesión de pasión
que Ethan le había entregado. Aun así sentía que algo extraño había sucedido, él
siempre la trataba con cuidado y esta vez no había ocurrido lo mismo.
Miró hacia su
lado y negó al ver que había dejado el zapato sobre la cama.
—Ethan, eres un
olvidadizo.
Las horas habían
transcurrido y ahora Ethan estaba en su oficina, observando cómo su amigo Diego
comía de unos de los sándwiches que habían encargado para su almuerzo.
— ¿No deberías
estar almorzando con Dana? Siempre me alegas que la ves poco, ahora me has
llamado para que venga hasta aquí.
Ethan asintió,
recordando de cómo hace una hora había cancelado el almuerzo con su novia.
Observó como tenía vendada su mano izquierda e hizo una mueca de desagrado.
—Es que quería
almorzar contigo, eres mi amigo.
Diego
entrecerró sus ojos al escucharlo. Aun estaba vestido con su uniforme verde del
Hospital, había tenido que escapar en su hora de colación para visitar a su
amigo, que se escuchaba un tanto atormentado.
—Oye ¿Qué
sucede? ¿Estás viendo cosas muy raras? Emma me dijo que ahora estabas en esa
onda ¿no lo estas controlando?
—No es eso. Va
todo bien ahí, el tema es Dana –Ethan bebió de su café.
— ¿Qué sucede
con ella? ¿Te quiere cortar por estar loco?
—Cállate, Diego
–su amigo rió, pero no lo tomó en cuenta y continuó –hoy encontré algo muy raro
bajo su cama.
— ¿Qué? ¿Revistas
de hombres desnudos?
Ethan lo miró
molesto.
—No, era una
cosa rara, como un arma, incluso me corté con ella –dijo levantando su brazo
izquierdo.
— ¿Y? más raro
es que tú andes hurgando bajo su cama.
—Diego, esta
cosa era muy rara, tenía como garras ¿Qué haces con algo así bajo tu cama? Te creo
un revolver o esa Daga que le encontré hace un tiempo, pero no esa cosa… tan
extraña, parecía de películas de terror.
—Bueno, si te
parece tan extraña, córtala ¿no deberías terminar con una chica que guarda ese
tipo de armas?
—Claro que no,
no seas ridículo.
— ¿Entonces por
qué estas tan preocupado? ¿Qué crees? ¿Qué es una asesina?
—No, es solo
que me parece demasiado extraño, además…
Se quedó en
silencio y volvió a beber de su café, pensando en las últimas ideas que estaban
pasando por su cabeza.
—Ethan ¿Qué te está
sucediendo? Hablando en serio –Diego dejó su sándwich en el escritorio –ella es
una buena chica, te ha hecho bien y me has dicho que te has enamorado de ella.
—Es solo que
pareciera que me esconde demasiada información.
—Claro, todo el
mundo tiene secretos. Tú no les decías nada a las chicas con las que salías
¿cierto?
—Pero no estaba
en una relación real con ellas. Esa es la diferencia, además sé que me esconde
algo grande.
—Trata de
sacarle la verdad entonces.
—Había pensando
en ello, quizás llevarla de viaje sería algo diferente, que se sienta cómoda
conmigo, si no me está diciendo todo es porque aun no me tiene confianza.
—Buena técnica,
además despejas todas esas ideas extrañas que te están pasando por la cabeza.
—Sí, es cierto.
Se lo diré hoy en la tarde, mañana ya es
sábado y puedo pedir libre el lunes.
— ¿Ves? Todo resuelto,
ahora seguiré comiendo.
Diego le dio
una gran mordida a su pan, pero se quedó quieto al recordar las palabras
incompletas de Ethan. Tragó rápidamente para poder volver a hablar.
— ¿Qué es lo “además…”?
¿Qué más estas pensando sobre ella?
Ethan levantó
sus hombros, quitándole importancia.
—Es solo que
pareciera… que la conociera de antes ¿sabes? Se me hace tan conocida, pero
extraña a la vez. Algo no cuadra en la vida de Dana y quiero saber que es. Lo
voy a averiguar.
Hola a todas y a todos, espero que hayan pasado una buena noche de brujas, llenas de sustos.. alcohol y musica ajaj en fin, aqui les traigo un nuevo capitulo, espero que les haya gustado y gracias a quienes siguen leyendo la historia. ¡saludos!
Hola Dani q emoción q hay cap tan pronto, me preocupa Dana con tantas mentiras, creo q deberia contarle la verdad por q la desconfianza no es buena, se va abriendo un espacio entre los dos q es dificil de cerrar, por otra parte q colera con Gabriel!, no me gusta nadita y como se aprovecha de ella por favor no me digas q se acuesta con él pensando q es Ethan noooo por favor. Me encanto el cap, se va enrredando todo y se pone mas interesante!.
ResponderEliminarOk Dani gracias por escribir nos vemos, besos
Chau
QUE CARAJOS!!!!!!!!! QUE PUTA MADRE PASA CON ESO DE GABRIEL SIENDO ETHAN WTF!
ResponderEliminarMe encanto el cap (: Creo que es hora de que Dana se vaya sincerando con Ethan al fin y al cabo el merece saber la verdad jaja! siguiendo con mi pensamiento inicial: QUE PASA!! jajajaja por que Dana no se da cuenta???
Espero el prox cap con ansias y ojalaa Dana le cuente la verdad!! :D
Por fin llegó capitulo nuevo!!! Ethan esta empezado a dudar de Dana... espero que después no se arrepienta de saber.
ResponderEliminar... y tengo una duda, ¿No se supone que las armas de Dana no le hacen daño a los humanos?? ¿Hay algo extraño aquí o yo estoy mal??
Ok un cap muy pero muy importante porque de aqui se vienen muchas cosas por lo que creo y una de ellas es Ethan cada vez mas esta descubriendo que Dana le oculta algo .y cuando lo sepa no creo que lo tome de la mejor manera Dana se esta jugando muchas cosas y siento que su amor hacia Ethan no la esta dejando ver ni pensar con claridad no los pro y contras que tiene o puede tener al dejar todo por Ethan me encanta la historia de amor que hay entre ellos el como Dana ha hecho que Ethan se enamore de ella pero Dana esta juagndo a ser humana lo cual no es le esta mostrando un mundo muy diferente a Ethan uno el lado bueno y las cosas que puede hacer con ese Don pero por otro lado le esta mintiendo y no esta siendo sincera con el creo que Dana no se ha puesto a pensar que al ser descubierta es lo que puede ocupar Gabriel para que Ethan por la decepcion se vaya al lado del mal por asi decirlo .. aparte Gabriel esta jugando muy bien sus cartas y eso Dana no lo esta ni siquiera pensando ella esta tan enfocada en lo que siente por Ethan que ni siqueira percibe que Gabriel pueda tener un plan el cual lo tiene solo esta entrenando pero no siento que este dando todo su petencial como angel que es aunque sea un angel caido .. Gabriel la esta manejando (por asi decirlo ) sin que ella se de cuenta tan asi que ni siquiera distingui que Gabriel se hizo pasar por Ethan .. que esta parte me encanto la verdad Gabriel es lo que hace que la historia se vuelva mas emocionanate jajajaja ... otra cosa puede que este mal pero que no se supone que el arma que compro no le hace daño a los humanos ??? me encatnaria que me corrijas si esto mal Dani porfa... y otra duda que tengo que tuvo que ver Eric o que hizo para que Gabriel no estuviera con Dana cuando era un Arcangel Gabriel y aun no se volvia hacia el lado malo ???
ResponderEliminarNo se que pase pero si Dana sigue asi creo que cometera algun error que le puede costar muy caro o la descubre Ethan o Gabriel le gana otra batalla .. nos leemos en el sig cap .. y espeor y sea pronto muero por saber que pasara cuando dana se de cuenta que no fue Ethan a quien beso jajajaa
Wowww esto cada vez se pone más difícil para la pequeña angelito!!
ResponderEliminarHello Mariposa!!!
Ps me hqa gustado mucho aunq me siento mal por Ethan... y por Gabriel. Siiiiii lo se soy una traidora pero esq algo me dice q Gabriel esta en el infierno y es un demonio por una razón, estoy segura q si es malo porq eso es obvio, perooooooo algo me dice q ahí hay algo más. Y también mi pobre humano, Ethan no sabe nada y viendo lo extremista y despechado q es, no se como va a reaccionar cuando se entere sobre la verdadera identidad de Dana. Por otro lado también entiendo a mi angelito favorito y se porq hizo lo q hizo.
Awwwwww creo q es la primera historia tuya en la q me caen bn tanto los 2 protagonistas como el antagonista. No es justo aquí por lo pronto los 3 me caen bn, ya iremos viendo cn el paso de los capítulos si esto continua así o cambio de opinión.
Ushhhh ¿Por qué a Dana le toca besarse cn esos 2 bombones? ¿Qué hay de mi? No es justo, yo también quiero jajaja.
Muchas gracias por el capitulo Dani, me encanta leer esta historia.
Te mando un abrazo y nos seguimos leyendo!!!
Ah no, pero que Gabriel más malote. Pero entendamoslo plis, él también quería disfrutar, además la Dana fue quién no se dio cuenta... Jajajjaa OMFG yo, defendiendo a Gabriel, en qué universo, se supone que debe caerme mal Eric por lo que hizo, pero plis, él es mi amor forver, imposible. Esa cosa tuya de facebook de elegir a qué Nephilim nos caía mejor fue algo muy perverso, no voté porque no sé, las dos son la raja, me encantan. Dana qla, la van a pillar y va a quedar la cagá, dioh mio no quiero leer eso, pobre Ethan, super confundido, si yo pillara eso en la casa de mi novio (algún dia, cuando tenga uno, en un futuro lejano) arrancaría a la mierda!!!! jajajajajjajaajaja iría a los carabineros, la PDI, el FBI, la CIA, los Vengadores y hasta donde el Papa xD
ResponderEliminarMe gustó el capítulo, cuídate Dani :)
Me parece extraño l dana no haya notando el cbio.aunk ten en po o en las relaciones ahumadas pedo debe saber k los demonios toman la imagen de in aer querido para hacer caer a alguien,o bien o k l agota de sangre no dirá mucho pedo me pregunto k pasara si lo muere ya toma un buen sorbo, k pasara si Gabriel y dana tienen relaciónes
ResponderEliminarQueeeeeeeeeee?????????? como lo hizo, me ha dejado impreiosanada ese Gabrielote deliciosote haciendo pasar por Ethan, y Dana esta tan metida en las sensaciones que despierta en ella que ni siquiera lo noto, no puede haber otra razon a demas de la culpa de mentirle claro está, bueno por otro lado me ha dado la impresion de que la manera de separarlos que ha encontrado Gabriel es que los pille en la cama y para rematar que le confiese en ese momento toda la verdad para que no vea que no le estaba taicionando digo yo, y pues este chico curioso se ha lastimado con tremenda garra pero al no ser un humano normal esta bien, aunque ahi de pronto por eso tenga alguna concecuencia me gustaria saberlo Dani si esas armas tiene alguna efecto en un humano como Ethan... nada mas que decir al momento tengo que leerlo de vuevo para ver que me perdi y volveré a comentar... gracias mariposa por el capi..... :)
ResponderEliminaruichh!! ese gabriel es detestable pero muy astuto y sexiii ;D espero con ansias el proximo cap.. bye
ResponderEliminarwaaaaash!!!!
ResponderEliminaren cuanto leí el titulo de el cap pense "nooo!!! ¿¿puede??, Gabriel puede "transformarce" en Ethan??? D:" y si, pudo xD
que loco wn!!!
pero Dana como no se da cuenta, si Ethan es tan lindo y tierno!! nada que ver a como la trato Gabito, ademas de lo tenso q estaba .... osea Dana!!! dos dedos de frente para no darte cuenta!!! pero bue, esta Dana es tan ingenia q cualquiera la engaña ... jojsjoajja poooobre Angelito!! XDD
me qeda una duda... bueno, es muy obvia la duda seguramente todas estan igual porque tu lo hiciste especialmente para que todas qedaramos como WTF? XD
y es que eso que dijo Ethan al final... a que se refiere??? juuuuum teorias vienen a mi a por mil!! xD
aqui tambien hay re encarnación ?? mmmm no creo ... o si ??
*mil disculpas por leer tan tarde!!! >.< *
Que ganas tenia por fin de leer el capitulo aun me quedan muchos para ponerme al día pero estoy tan ocupada que no encuentro un ratito a solas con mi ángel favorito ja ja ja.
ResponderEliminarEl capitulo me encanto, me sorprendió el titulo del capi y no lo entendía pero..... quede un poco O.o... y medio tic en un ojo tipo anime cuando Gabriel se hizo pasar por Ethan y tuvo ese momento tan intenso con Dana, aun no conoce en ese tema del todo a Ethan por eso no me extraño que no lo reconociera en el tema de ser tan brusco.. aun tiene que aprender mucho sobre la pasión. Reconozco que babee un poco porque por muy malvado que sea Gabriel no hay que olvidar lo sexy que es y mas si tenemos su personalidad pasional con el cuerpo de Ethan ,mmm.lo adoro.
Dana tiene que aprender a mentir mucho mejor.. Ethan ya no se queda satisfecho con sus respuestas y ahora va a querer saber más y como no... si intenta averiguar algo va a encontrarse con un mundo totalmente ajeno a él... ufff. Ya viendo como se puso con el arma, aunque yo soy Dana y lo primero que pienso es "la encontró", si no porque iba a estar a la vista y rastros de sangre en la alfombra?.. anda que esconder ese arma allí ja ja ja ja.
A ver si me da tiempo a leer otro capitulo o lo tengo que dejar para mañana ssnif ssnif.
Besitos Dani. Cada dia me sorprendes y me enganchas más con la historia.
dios, por fin he podido leer un capítulo!!!! veré que tan lejos puedo llegar. Danii sigo en lo mismo eres maravillosa. Quiero matar a Gabriel....
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