viernes, 1 de noviembre de 2013

Un ángel caerá - Capitulo 22


Historia beteada por Iria
Falsos ojos verdes

— ¡Dios! –gruñó frustrada Dana, moviendo de un lado a otro su brazo derecho y dejando que se desplegara su nueva arma, pero le era muy difícil sostener las seis garras metálicas que aparecían de la nada. Se balanceaba, perdiendo el equilibrio y teniendo que dejar caer su brazo para evitar estamparse contra el suelo.
—Eso sin duda luce complicado –dijo Arial –quizás la compra no fue del todo buena.
— ¡Oh, vamos! –Dijo Lilia tratando de animar a Dana –esto solo requiere de más práctica.
—Es cierto –el sudor mojaba la frente del ángel –gracias de nuevo por darme su tarde.
Luego de descubrir lo complicadas que eran sus nuevas armas, había pedido a sus amigas que le ayudaran. Ahora se encontraban en casa de Adam, usando su zona de entrenamiento para poder levantar aquellas garras de plata.
—Por lo menos, avanzaste muy bien con las Shuriken ¿no? tienes una excelente puntería –dijo Arial orgullosa.

Las tres observaron hacia la pared de atrás, cinco Shuriken estaban enterradas en la madera. Las estrellas con puntas entre sus cuatro extremos, habían sido lanzadas con furia por parte de Dana que estaba practicando luego de estar dos horas dejando que el arma de su brazo, acabara una y otra vez con ella. Liberó su frustración.
—Debes fortalecer la masa muscular de tus brazos Dana, de otra forma no podrás manejarla –dijo Lilia acercándose a ella para poder sacarle su arma.
—Eso parece una araña horrible, creo que le queda el nombre –dijo Arial al lado de Lilia, presionando el botón para que las garras se escondieran.
—Las arañas tienen ocho extremidades –aclaró Dana, sentándose en el piso, cansada.
—Bueno, esta es tres cuartos de una araña –dijo Arial –oye, a todo esto ¿no has recibido llamada de tu enamorado?
Dana se dejó caer por completo al suelo, cansada y dejando que su corazón latiera con rapidez.
—Si, dijo que cenaríamos juntos, pero le expliqué que no estaba libre, que tenía que ayudar a Adam –susurró respirando con dificultad.
— ¿Este pésimo estado físico, de donde ha salido? ¿También te quitan eso desde arriba al dejar de ser un ángel? –preguntó Lilia, curiosa.
—No, no se me quita, realmente ese tres cuartos de araña me odia… que agotador, pesa mucho –una tolla cayó sobre su rostro para secar su sudor –como sea, ya pronto será medianoche y me siento fatal por no haber podido cenado con Ethan, supuestamente debo protegerlo, pero no estoy ni siquiera a su lado.
—Solo ha sido un día –dijo Lilia sentándose a su lado –siempre lo proteges en la tarde. Durante el resto del día siempre estás entrenando y estudiando para cuidarlo.
—Realmente lo que estás haciendo es muy tierno –Arial también se sentó, pero al otro lado de Dana –me gustaría tener a alguien como tú, pero que no fuera chica, no se me dan esas cosas.
El ángel sonrió y secó su rostro con la toalla, para después observar a sus amigas.
—Tenía otros planes para esta noche ¿saben? Me agradan, pero preferiría no estar entrenando.
Las tres rieron por las palabras de la pequeña angelito.
—Bueno, mejor me voy. Es tarde y ¿mañana podrían seguir ayudándome?
—No te preocupes –dijo asintiendo Arial.
—Nos vemos mañana, temprano –Lilia también sonrió ante la idea de seguir entrenando con la Araña.
Las tres se despidieron, el ángel corrió hasta la puerta trasera y sin tener cuidado de que alguien mirara dejó expandir sus alas. Ahora llevaba una camiseta blanca adaptada para hacerlo sin romper la prenda. Se sintió mucho mejor cuando notó que el viento chocaba contra su rostro y cuerpo. Se sintió libre y por primera vez en el día, no sentía que estaba haciendo mal las cosas al saber que estaba con Ethan y que no era un secreto.
Dejar de ser un Ángel Custodio, le estaba quedando mucho más que serlo.

Después de largos minutos, donde disfrutó de volar libremente, llegó hasta la azotea del edificio y se dejó caer sin mayores preámbulos. No había nadie que pudiera estar ahí a esas horas. Humanos, por lo menos.
—Estas no son horas para llegar, las chicas buenas están en sus casas antes de las diez.
Sin esconder sus alas, ella avanzó un par de metros caminando, con sus calzas negras y su camiseta blanca, parecía un ser humano normal, si no fuera por las amplias y hermosas alas que salían de su espalda.
Gabriel sonrió al ver tal imagen. Se encontraba apoyado a un lado de la puerta de escape que era la entrada para el edificio.
—Buenas noches, Dana –ella tensó su mordida.
— ¿Qué haces aquí?
—Oh vamos, cambia ese tono, he venido a ver a mi nueva compañera… por lo visto ahora eres un ángel caído –ella lo miró enojada.
Gabriel salió de la oscuridad, dejando ver su sonrisa malévola. Vestido de negro como siempre lo caracterizaba y cubierto por un largo abrigo, se acercó hasta estar a unos centímetros de Dana.
—Estás muy desabrigada para esta fría noche ¿ahora tienes sangre más caliente?
—No vuelvas a llamarme compañera, no soy ninguna demonio, solo soy un ángel caído –él volvió a sonreír.
Dana se sintió aliviada al ver que tenía sus ojos dorados, eso lo hacía menos peligroso ya que no estaba deseoso de sangre.
—Te advertí que caerías.
—Me importa muy poco lo que tú digas ¿Qué quieres? –las manos del ángel estaban hecho unos puños, listos para tener que luchar si era necesario.
—Tan solo quería verte ¿es eso tan difícil de creer? –Levantó su mano para poder tocarla, pero Dana con un golpe alejó su brazo — ¿Qué harás para poder vencerme? ¿Ah?
—Solo aléjate, Gabriel.
—Ni siquiera tienes la opción de ser Arcángel ahora ¿Cuál será tu plan?
—Y tú ni siquiera tienes la opción de ser digno para que yo te asesine, ahora déjame tranquila.
Dana se estaba hartando, no había sido un excelente día y solo deseaba volver a los brazos de Ethan para sentirse en paz.
Con una rapidez que ella no previno, Gabriel tomó su rostro con una fuerza impresionante, dejando inmovilizada al ángel.
—No tienes idea –susurró acercándose a ella –de lo agradable que es tocarte sin sentir que me quemo.
Levantó unos centímetros el cuerpo de Dana, solo sujetándola de su rostro. Ella no se quejó en ningún momento, no porque estuviera soportando el dolor en silencio, sino simplemente porque no sentía nada. Su umbral del dolor era demasiado alto como ángel y Gabriel no estaba usando tanta fuerza como para herirla. Dana seguía siendo fuerte y resistente.
—Las marcas te quedan muy bien, mi pequeña angelito –ella entrecerró los ojos –naciste para tenerlas, me habría gustado ser el causante, pero nos conformaremos con ese simple humano.
—Palabras llenas de resentimiento, ni siquiera las puedes esconder. Qué vergüenza deberías sentir –dijo con dificultad por el agarre de su enemigo.
—Te habría hecho disfrutar mucho más, Dana.
Gabriel, después de decir aquellas palabras, solo sintió una patada en su tórax, tan fuerte que hizo que soltara a Dana.
Ella aprovechó ese momento para darle otra patada que se alojó justo en la cabeza de Gabriel, logrando que cayera al suelo, pero él era demasiado rápido para ella, antes de poder atacarlo de nuevo, se encontraba de pie a unos metros de distancia.
—Has mejorado, no lo puedo negar, tus golpes duelen realmente –dijo acariciando su mejilla, donde había chocado el pie de Dana.
— ¿Quieres pelear? ¿Por eso sigues aquí?
—Tranquila ¿tantos deseos tienes de tocarme que quieres tener problemas conmigo? vamos, si no soy tan difícil, pídeme y me tendrás.
—Gabriel, lárgate de aquí.
— ¿O qué harás? No puedes hacer nada, sigues siendo solo un ángel custodio… un ángel caído. Debiste acostarte con tu asqueroso humano cuando ascendieras, habría sido lo más inteligente.
Ella negó ante las palabras de su enemigo, pensando en que no valía la pena gastar otro segundo con él.
—Vete Gabriel, no me hables como si tuvieras derecho a hacerlo.
Él sonrió al escucharla, le gustaba obtener esas emociones de ella, le agradaba hacerla enojar porque sabía que nadie más lograba aquello, ni siquiera el humano que ella adoraba.
—Sabes que eso no es del todo cierto –dijo caminando hacia ella –en el pasado si tuve ciertos derechos ¿no los recuerdas, pequeña angelito?
—Sí, lo recuerdo, cuando tenías unas alas de blancas plumas y cuando eras bueno ¿recuerdas? Tus ojos no se llenaban de sangre y existía otro gran detalle Gabriel, te amaba. Sentimiento que desperdiciaste como si fuera una de tus plumas, así que todo derecho que tuviste, en este segundo, no vale nada.
Ella se mantuvo seria, sin dejar de observar como avanzaba a ella. Prefería tenerlo al frente de sus ojos que imaginándole haciendo daño a Ethan.
—Oh vamos, no seas tan rencorosa, te puedo dar un tiempo en mi apretada agenda. Pasarías un buen momento conmigo.
Gabriel levantó su mano para tocarla, pero ella con rapidez dejó expandir sus alas y se cubrió con ellas, dejando que la parte frontal de su cuerpo no estuviera a la vista del vampiro.
Él gruñó por lo bajo, molesto al darse cuenta de que no tenía ni una reacción por parte de ella. Rendido, tuvo que desaparecer de la azotea; debía ir con cuidado para que su plan con Dana resultara y por ahora, ella no quería verlo.
Para cuando Dana escondió sus alas, ya se encontraba sola en la azotea. Molesta entró al edificio, no le hacía gracia alguna tener que ver el rostro de Gabriel, justo cuando ella deseaba llegar a su cama y descansar; sin embargo, las palabras de él calaron en lo más profundo de ella.
—Derechos –susurró molesta, llegando hasta su puerta.
Para cuando entró, su celular comenzó a sonar y todo el enojo se esfumó al ver que era Ethan.
— ¿Qué haces despierto? –ella sonrió y cerró su puerta.
—Primero que todo buenas noches y estoy despierto porque estoy trabajando aun, tengo para varias horas más.
—Lamento no haber llegado más temprano –ella fue hasta su habitación y tomó su pijama.
—Si quieres puedes venir ahora.
—Me debo dar un baño, estoy cansada –no estaba agotada, pero si deseaba que él descansara y  sabía que ella se volvería en una distracción para su trabajo.
En cambio Ethan, dejó a un lado su computador y se recostó en el sofá, con el ceño fruncido. Molesto por no haber estado en la tarde con ella como había deseado, en cambio, su amigo y jefe Gaspar lo había distraído todo el tiempo.
Lo que él no sabía era que su jefe era el encargado de cuidarlo cuando Dana no estaba cerca de él. Aquello ni siquiera su ángel lo sabía.
— ¿Qué sucede, Ethan?
Él observó hacia el techo de su sala, llena de pequeñas luces, pero a diferencia de las veces anteriores, ahora sonrió, pensando en lo que había hecho durante su trabajo.
—Nada realmente importante, hoy ayudé a una chica con un alma que la estaba rondando, trabaja en la oficina, fue gracioso ver su rostro.
— ¡¿Qué?! –Dana se quedó inmóvil al frente del baño — ¿ayudaste a alguien por gusto?
—Eso suena como si fuera alguien malvado. Claro que la ayudé por gusto ¿no es eso lo que siempre andas diciendo?
— ¡Qué orgullosa estoy por ti! Quiero saber qué hiciste ¿estás muy ocupado? Es tarde.
—Si quieres visitarme, eres bienvenida.
— ¿Hoy dormirás en tu departamento?
Hacía más de una semana que él estaba durmiendo con ella en su departamento. Ethan no pasaba por su propia habitación hacía ya bastante tiempo.
— ¿Por qué? ¿Quieres que te vaya a visitar?
Ella sonrió al imaginarse la expresión de él diciendo aquellas palabras.
—Si –susurró, ahora apoyada en la tina del baño.
— ¿Para qué? Ya es muy tarde –ella se sonrojó, él solo estaba jugando.
—Podrías trabajar aquí mientras me cuentas lo que ocurrió en tu oficina.
—Está bien, me has convencido.
Ambos cortaron y ella corrió a abrir la puerta para después volver al baño. Se duchó con rapidez mientras Ethan se instalaba en la cama de Dana con su laptop y seguía trabajando en la próxima campaña que le habían asignado.
Para cuando Dana salió del baño, vio que las luces de su sala y cocina estaban apagadas. Solo percibía iluminación desde su habitación. Rápidamente, ya vestida con su pijama, corrió para encontrarse con Ethan, pero justo cuando iba abrir la puerta de un golpe, se dio cuenta que no tenía aquel líquido especial que Thomas le había dado para sus marcas.
Retrocedió paso a paso hasta que sintió que Ethan seguía presionando el teclado. Sin pensarlo dos veces corrió hacia la sala.
— ¡Ethan! ¡Ven! –dijo apoyada en un sofá, escondida en la oscuridad aunque si se concentraba podía ver que había varias llamas de colores dando vueltas, escondidas entre los muebles o sobre su cabeza en el techo.
— ¿Qué? –gritó él desde la cama, estaba trabajando.
— ¡Ven! –volvió a decir ella, esperando a que fuera hasta la sala.
Pudo escuchar cómo se levantaba de la cama y cómo sus pasos se acercaban hasta donde ella se encontraba. Astutamente corrió hasta quedarse en un lado de la pared, justo para cuando él pasara, ella pudiera correr a su habitación que iba a estar vacía.
Así lo hizo. Corrió dejando a Ethan solo por unos segundos, sus pasos no se sintieron en ningún momento. Buscó en su mesa de noche y se puso de aquel líquido sobre las marcas. Estas fueron desapareciendo, tomado el color de su piel hasta que no quedaron rastros, pero al tacto, esos relieves seguían ahí. Sin embargo, no era algo que fuera gran problema.
Volvió a correr hacia donde estaba Ethan y cuando él la buscaba detrás de un sofá, aun en la oscuridad, ella se acercó a él por detrás y lo rodeó con sus brazos, obteniendo un gruñido de molestia por parte de él.
—Sabes que no me gusta la oscuridad y me haces esto –dijo girándose para verla, pero todo enojo se esfumó cuando vio esos ojos miel atentos a él.
La luz de la luna que llegaba por las grandes ventanas de la sala dejaba que ambos pudieran verse con claridad.
— ¿Sabes? Sigue siendo extraño que un montón de fantasmas –ella pellizcó su brazo desnudo por el término que uso — ¡auch, dolió! Como sea, las almas perdidas, es raro que nos estén mirando.
—No están concentradas en nosotros –dijo ella poniendo atención en los labios de Ethan — ¿crees que les importa ver a su humano asustado por caminar entre la oscuridad?
—Ja ja, muy graciosa –rodeó con sus brazos la cintura de su vecina favorita y tiró de esta para que estuviera más cerca de él –mejor salúdame.
Sin dejarla responder él se acercó y la besó, atrapando sus labios con ansias. Ella solo pudo rodear el cuello de su amado humano y entregarse a la agradable sensación que le entregaban sus labios.
Ethan la presionó con más fuerza y la levantó unos centímetros de altura, los suficientes para que ella rodeara su cadera con las piernas y pudieran seguir entregándose uno al otro.
— ¿Qué hiciste hoy en la oficina? –dijo ella sonriendo mientras él avanzaba sin problema alguno hasta la habitación.
—No quiero hablar de eso ahora –Ethan besó el cuello de ella, logrando que riera por las cosquillas que sintió justo cuando estaban por cruzar la puerta de su habitación.
— ¡Oh vamos! Dime.
—No, tengo otros planes para ti –dijo apoyándola contra la pared, antes de entrar a la habitación, logrando que la risa de ella se quedara atrapada en su garganta.
— ¿Quieres de nuevo? –su voz escapó muy baja en comparación a hace segundos atrás –pensé que tenías que trabajar.
—Créeme, mi trabajo nunca será más irresistible que tú.
Sus labios volvieron a atrapar los de ella hasta que volvió a tomarla con fuerza y la llevó hasta la habitación, donde la dejó delicadamente sobre la cama, al mismo tiempo que movía la laptop para que no le molestara.
Ethan se deshizo de su camiseta gastada bajo la mirada de Dana, la lanzó al suelo y después se concentró él su hermosa vecina, que para su sorpresa, llevaba unos pantalones cortos color celeste y una camiseta negra con tiras.
— ¿Ya no te quieres cubrir? –dijo él curioso, observándola mientras se acercaba a ella, logrando que Dana sintiera mariposas en su estómago debido a los nervios que él le provocaba.
Ethan terminó quedando sobre ella, apoyando sus codos en los costados de su vecina y entre sus piernas mientras observaba que no había nada malo con su piel. Antes tampoco lo había notado ¿Por qué la noche anterior se había cubierto?
— ¿Es que es tu “cosa”? –Ella lo miró sin entender — ¿te gusta más hacerlo de esa forma? –apoyó sus manos sobre el abdomen de Dana, que estaba sobre sus codos observando la mirada esmeralda de Ethan.
—No es mi “cosa” ni siquiera sé lo que quiere decir eso. Fue una estupidez, nada por lo que preocuparse –dijo cuando Ethan besaba su hombro izquierdo. Se sentía mucho mejor por no tener que esconder sus brazos como en el día anterior, todo gracias al liquido que Thomas le había regalado.
—No me importaría que tuvieras algo, te amaría igual.
Esas palabras hicieron que el corazón de Dana comenzara a latir con fuerza al mismo tiempo que se controlaba para que sus alas no se expandieran por lo emocionada que se encontraba.
En cambio los pensamientos de Ethan, estaban concentrados en algo mucho más terrenal que los de Dana.
—Ayer hicimos algo extremadamente irresponsable –susurró, con una expresión muy seria –sé que no has estado con nadie más y personalmente siempre tengo sexo con protección, pero tú no tomas la pastilla ¿cierto?
Dana se quedó en silencio, mirándolo sin saber qué responder. Su mandíbula se tensó por no entender lo que estaba hablando.
—Por tu mirada puedo entender que no tomas nada y… espero que no estés en tus días más fértiles, que no creo que sea lo más correcto… tener un… bebé –Ethan dijo aquella frase lentamente, como si cada palabra fuera alguna bomba que lanzaba a Dana.
— ¡Oh! Ya entiendo –ella comenzó a reír.
Relajada y aliviada se dejó caer por completo sobre la cama, sin dejar de reír producto de los nervios al no entender a lo que se refería su humano.
— ¿Qué sucede? ¿Por qué te ríes?
—Lo siento –continuo riéndose hasta que su abdomen comenzó a dolerle — ¡lo siento!
—Ya basta ¿Por qué te ríes? –volvió a preguntar él, molesto por no entender la gracia que le hacía a Dana.
—Es que yo no puedo tener bebés –dijo riendo, pero al ver la expresión muy seria de Ethan, su risa desapareció por completo.
— ¿Cómo? O sea… ¿Cómo?
Era cierto que a él nunca se le pasó por la mente tener un bebé con Dana, esas palabras solo estaban unidas en una frase donde decía explícitamente que no deseaba tener un bebé con Dana, por ahora.
Dana se removió bajo el agarre de Ethan y se separó de él, sentándose sobre la cama.
—Que no puedo tener bebés.
—Si escuché lo que me dijiste, pero ¿Cómo sabes eso?
Dana tuvo el gran deseo de decirle toda la verdad, estaba cansada de decirle solo mentiras cuando hablaban temas que relacionaban su verdadera identidad.
—Es algo de familia –él frunció el ceño.
—Tú estas aquí, al frente de mis ojos… ¿me explicas como es algo familiar? Por lo visto tu madre pudo darte a luz, madre que no conoces ¿Cómo sabes que es genético?
Aquellas fueron demasiadas palabras para la mente no humana de Dana. Cerró sus ojos unos segundos y analizó las frases de Ethan.
—Bueno, no es de familia exactamente.
—Explícate Dana, no te estoy pidiendo respuestas porque desee tener un bebé contigo, pero me estás mintiendo y se está notando.
Él se sentó en la cama. Dana pudo notar como los músculos de sus brazos estaban todos completamente tensos. ¿Desde cuándo la descubría con sus mentiras? ¿Es qué haber hecho el amor con él le daba ese derecho?
—Dana.
—Lo sé. Ethan ¿tenemos que hablar de esto ahora?
—Si –dijo cortante y serio, como pocas veces lo notaba el ángel.
—Es una enfermedad que se me traspasó cuando fui bebé ¿sí? –Ethan frunció el ceño –después fui curada pero quedé con esta secuela, de no poder procrear.
—Eres estéril –ella asintió — ¿Qué enfermedad era? ¿Te has controlado?
— ¡Oh ya basta! Estoy sana, pero por esta noche no tendrás que preocuparte por ello ¿sabes?
El ángel se puso de pie sobre la cama, apagó la luz, dejando solo que las luces violetas encendieran la habitación. Después se acostó bajo el cobertor, dándole la espalda a Ethan, quien también se cubrió bajo las sábanas, pero con la laptop sobre sus piernas.
Él no dejó de mirar en ningún momento a Dana, que se aferraba a una almohada.
Ella sentía que su pecho le dolía por estar enojada con su humano. Era la culpable de la discusión y lo sabía muy bien, ansiaba confesarle toda la verdad, pero sabía que todavía no era el tiempo correcto.
—No dudo cuando me dices que estás sana –aclaró él, observando la pantalla del computador –pero me estás mintiendo sobre algo y no me agrada. Odio cuando me mienten, Dana.
Ella se aferró aun más a su almohada. Entendía que esas palabras eran una advertencia que debía tomar en cuenta. El día que todo se supiera, nadie iba a controlar a Ethan, ni siquiera ella, pero si esperaba unas semanas más para que él se acostumbrara a las almas, sería un factor influyente para que él no perdiera el rumbo, ni siquiera cuando deseara estar solo.
Dana hizo mohín, estaba llena de tristeza. No era un ser que estuviera entrenado para discutir y mantener peleas con personas a las que amaba. Sin embargo, no podía dejar de sentirse molesta y frustrada al mismo tiempo.
— ¿Quieres que me vaya?
Ella no fue capaz de decir palabra porque entendió que sus excusas cada día se agotaban, su imaginación se estaba viendo limitada. Sin embargo, no deseaba que él se fuera, por lo que solo movió su pie hasta tocar la tela del pantalón de Ethan, justo en su pantorrilla.
Ninguno dijo palabra alguna. Él se dedicó a seguir con su trabajo mientras daba cada cierto segundo miradas furtivas hacia Dana. Mientras tanto ella luchaba por no quedarse dormida hasta que él lo hiciera, pero sus párpados fueron pesando cada vez más, hasta que finalmente se quedó dormida.
Iban a ser las tres de la mañana cuando Ethan apagó su computador y lo dejó en el suelo. Luego se cubrió con las sábanas, pero sin poder controlarlo, rodeó la cintura de Dana, que entre sueños pudo entender que él la estaba abrazando.



— ¿Dios, no podrías ser un poco más inteligente? –Murmuró enojado Gabriel, apoyado en los pocos centímetros que la ventana de la habitación de Dana le proporcionaba — ¿te das cuenta a quien le das Dones? No tiene sentido que este humano sea tan importante ¿Qué piensas tu, Liam?
Su rubio discípulo estaba de pie, observando la luna mientras se apoyaba en el marco superior de la ventana.
—Pienso que te estás comportando como un psicópata y arrastrarme hasta aquí, ha sido ridículo.
—Cuida tu boca, quiero que memorices con tu inepta cabeza a Dana, no quiero que la pierdas de vista. Zoe ha estado haciendo un excelente trabajo hoy con Ethan, quiero que hagas lo mismo con mi pequeña angelito.
—Eso será difícil, ella pasa mucho tiempo con Arial.
— ¿Y me debe importar que le temas a tu ex novia, idiota? –Gabriel entrecerró los ojos al ver que Dana se giraba hacia su humano, escondiendo su cabeza en el cuello de él –la vigilarás y no interferirás, necesito encontrar un patrón en su comportamiento.
— ¿Un patrón? Es un ángel jugando a ser humana ¿crees qué eso no es nada espontáneo cada día? ¡Vamos!
—Vamos nada, si quiero saber su patrón, es debido a que deseo saber cuánto tiempo pasa con Ethan. Si comen juntos, si duermen juntos todas las noches ¡todo! –levantó la mirada, justo para cuando el humano estaba hablándole al oído a su ángel, que estaba despertando.
Los ojos rojos de Gabriel parecieron arder cuando escuchaba las tiernas palabras que le decía Ethan a Dana.
—Haz lo que te ordeno, chico –sus colmillos aparecieron justo para cuando sintió como los labios de Dana se unían a los de otro, bajo un leve gemido de placer que le estaba provocando Ethan al colar su mano por bajo la camiseta de ella.
— ¿Eres voyerista ahora, Gabriel? –Liam sonrió al escuchar como los latidos cardiacos de Dana y Ethan aumentaban considerablemente.
—Cuida tu boca, es hora de irnos ¡lárgate y haz lo que te ordeno!
—Muy bien, muy bien –Liam se dejó caer al vacío, desapareciendo de la vista de Gabriel.
El vampiro tensó su mordida al ver como Ethan hacia reír entre besos a Dana mientras le decía que no importaba lo que le había ocurrido, que él esperaría a que le explicara todo a su debido tiempo.
Rasguñó el material del edificio, pensando en lo fácil que se le haría destruir esa imagen. Solo debía presentarse al frente de ellos, traumatizar al humano con una entrada sobrenatural, pero necesitaba tener a Dana, aunque fuera una vez y para eso, su propia paciencia estaba en juego. Un buen trago siempre se hace esperar.
—Lo siento, te amo –le susurró Dana.
Esas palabras solo calaron en lo más profundo de Gabriel, que hizo chirrear sus dientes por la rabia. Antes aquel sentimiento de su ángel favorito, había estado dedicado a él, ahora un humano, un simple humano, había robado el corazón de aquel ángel caído, que estaba dejando todo de lado por el amor que sentía. ¡Y él ni siquiera pudo probar los labios del ángel!
—Eric… infeliz –dijo Gabriel, evocando recuerdos que mantenía en secreto, que solo aparecían en sus peores épocas.
“Si no fuera por ti, lo más probable es que fuera yo quien rodeara su cuerpo con mis brazos”
Gabriel se quedó observando unos segundos más como Ethan se iba apoderando de los sentidos de Dana, como estaba provocando que ella se deshiciera entre sus manos de una forma que él sabía que nunca obtendría. Había perdido su oportunidad hacía ya décadas, pero juró, en ese mismo segundo, que rompería esa pareja en pedazos, provocando que Ethan se uniera a la oscuridad y que Dana se convirtiera en Arcángel a toda costa. No estaba dispuesto a seguir envidiando y odiando a esa pareja que profetizaba amarse.
Se dejó caer al vació, sonriendo ante las cientos de ideas que llegaban a su mente.

Ethan observó como su increíble vecina dormía, dejando expuesta su espalda desnuda. Dejó la bandeja con el desayuno de ambos a un lado y se acercó a ella al ver las marcas que tenía en su espalda. Dos líneas blancas, muy finas, casi imperceptibles.
— ¿Qué te sucedió? –susurró al observar las cicatrices de cuando Dana se cortó sus alas por él. Claramente él no tenía esa información.
Recorrió con su dedo índice la suave piel de su vecina y con el pulgar acarició aquellas cicatrices, lentamente. Eran muy suaves y lisas, solo eran dos líneas blancas.
Ella se removió sobre la cama ante el tacto de él y se giró, aun durmiendo. El rostro de Dana quedó expuesto ante Ethan, que se acercó a ella y le dio un beso corto en los labios.
—Despierta –dijo haciendo círculos en su cuello –vamos, despierta.
Ella se removió de nuevo y lentamente fue abriendo sus ojos color miel hasta encontrarse con los verdes de Ethan, que estaban atentos a ella.
— ¿Qué hora es?
—Muy temprano, pero yo debo trabajar y tú no sé qué harás tan temprano pero siempre tienes que hacer algo ¿no?
—Sí.
Se sentó en la cama, cubriéndose con la sabana y observando a Ethan. Ella tenía su cabello completamente desordenado, tanto por haber dormido como por haber tenido una noche bastante activa con Ethan.
—He traído desayuno para los dos, me rehúso a dejar un café sin terminar esta vez ¿entendido? –ella sonrió por las palabras de él, quien se acercó y besó su hombro.
—Buenos días –dijo ella.
—Espero que hayas dormido bien –se acercó a ella y la besó, logrando que ella se acercara más a él, dejando una de sus manos en el rostro de su humano amado.
—Ethan –susurró ella, alejándose un poco de él para poder controlarse. Apoyó su frente contra la de él –tengo hambre.
Él se metió bajo las sabanas, dejando la bandeja entre ellos. Había café, tostadas con mermelada y jugo.
— ¿Cómo has amanecido hoy? –él observaba como ella estaba incómoda, tratando de tomar su café sin que la sábana se cayera, así que para que estuviera más tranquila se sacó su propia camiseta y se la entregó. No tenía ánimos de salir de la cama para poder conseguir otra.
Ella sonrió ante el gesto de su humano y la recibió encantada.
—Estoy muy bien, gracias.
Aquello lo dijo mientras dejaba caer la sábana. Ethan observó como quedaba en parte desnuda otra vez. Le gustaría tenerla siempre así, pero si ella se quería cubrir ¿Quién era él para impedírselo?
— ¿Qué te sucedió en la espalda? Acabo de notar que tienes dos finísimas cicatrices –Dana se puso pálida ante aquellas palabras y de inmediato observó su brazo derecho. Sus marcas seguían cubiertas –lo siento… no pensé que te sentirías mal.
—No, está bien –aclaró ella de inmediato. Lo que menos necesitaba era que Ethan le diera importancia a sus cicatrices –no sé por qué quedaron de esa forma, pero sucedió cuando me caí, de la azotea ¿recuerdas? Cuando me encontró Diego –afirmó.
—Oh, sí recuerdo, que fea caída debió ser esa.
—Horrible, no te imaginas –dijo ella tomando su taza de café y ofreciéndole la otra a Ethan –siento lo sucedido anoche. No me gusta discutir.
Ethan se tensó, era cierto que se habían reconciliado ¡y de qué forma! Pero no le agradaba ni un poco saber que ella le mentía. Eso no ayudaba a tenerle toda la confianza que él deseaba entregarle.
—Yo igual te debo una disculpa, es un tema delicado y sin duda no lo manejé de la mejor forma.
—No tienes nada de qué preocuparte, en serio –quiso aclarar ella.
—Te creo, pero algo me estas escondiendo. Se nota, te pones nerviosa y me miras de esa forma culpable –ella bebió de su café y tomó una de sus tostadas.
—Esto es injusto, hacer el amor contigo no debería darte el poder de saber cuándo miento o no –lo que dijo solo hizo sonreír a Ethan.
—Bueno, por lo menos ya has admitido de que mientes, pero si no me lo quieres decir aun, no importa… lo que me molesta es que trates esconderme cosas de tu vida. Sabes que puedo ver almas y temas que nunca he hablado con nadie, puedes hacer lo mismo conmigo.
—Lo siento –dijo sintiéndose mal consigo misma, sabía que ella le estaba escondiendo todo a Ethan –lo siento mucho, de verdad –dejo su taza en la bandeja de nuevo.
—No, basta de disculparte, ya lo has dicho y fue ayer. Solo estamos conversando.
Ella lo quedó observando, realmente se le estaba haciendo difícil entender de qué iba todo lo relacionado con las parejas humanas.
—Está bien, entiendo –ella asintió y le dio un mordisco a tu tostada. Sin duda la actitud que Ethan había tomado, la beneficiaba. Sonrió al darse cuenta que él realmente trataba de ser cuidadoso con ella.
— ¿De qué ríes?
—Nada, solo estaba recordando lo de anoche –mintió, pero al momento de decir esas palabras y en efecto, recordar lo que sucedió anoche, sus mejillas se sonrojaron.
—Tuvimos nuestra primera discusión, es digno que tuviéramos nuestra primera reconciliación –ella tomó de nuevo su taza de café y bebió de esta.
—No tengo idea de lo que estás hablando, pero sin duda lo de anoche fue increíble, creo que me estoy volviendo adicta a ti… me siento tan bien cuando lo hacemos.
Ethan se sonrojó por lo sincera que sonaba su vecina.
—Ahora dime ¿Qué hiciste ayer por cuenta propia? Nunca me lo dijiste al final.
—Oh –Ethan comió de su tostada y la miró sonriendo, dejando migas en sus labios, los que Dana sacó con su mano –gracias. Ayer estaba en una de las oficinas cuando apareció una chica, creo que era una de las secretarias de la empresa, como sea, un llama color azul estaba dando vueltas alrededor de ella, dije solemnemente que se me presentara y ¡lo hizo! Era su abuela, me explicó que deseaba decirle a su nieta que la quería mucho, cosa que nunca le había dicho en el pasado, aunque la había criado.
— ¿Y le hablaste a la chica? –Dana se sorprendió al entender que no tuvo que presionar a Ethan para que ayudara a alguien.
—Claro. Le dije que necesitaba que me acompañara a mi oficina, lo hizo. Le expliqué lo que sucedía y le pedí que guardara el secreto. Ella rompió a llorar, fue muy incómodo, en serio, no creo poder acostumbrarme jamás a ello, pero después estaba tan feliz, que no dejaba de abrazarme y agradecerme… fue, fue gratificante –dijo finalmente para después beber de su café, recordando la sorpresa que le causó sentirse bien al ayudar a aquella chica.
—Claro que es gratificante ¡oh! No sabes lo feliz que me haces –se acercó y le dio un beso en su mejilla –ayudaste a aquella mujer.
—Después su abuela desapareció, ahora entiendo… es muy impresionante como logran irse a donde quiera que vayan ¿sabes? Creo que haber ayudado a esa chica, Sandra, era su nombre a todo esto, me hizo pensar en lo que dices.
— ¿Qué cosa?
—Mmm… que bueno, si tengo esta habilidad, debe ser para poder ayudar a los demás ¿no? dijimos que iba a tener mi período de prueba, hacer algo bueno por los demás no debe traer problemas ¿cierto?
Ella lo quedó observando, sin poder creer que su humano favorito estuviera diciendo esas palabras. Todo por lo que ella había estado trabajando desde que él nació, había sido para poder escuchar esas palabras. Su misión estaba completándose de manera exitosa. Solo debía tener cuidado en no estropear todo, Ethan podía ser muy inestable en ciertos momentos.
—Claro que no atraería nada malo, estás haciendo bien las cosas ¡muy bien! estoy tan orgullosa.
Se acercó a él y lo besó, esta vez en serio. De a poco la bandeja terminó en el suelo, sin importarle a ninguno de los dos. Ethan rodeó con sus manos la cintura de ella, logrando que se sentara sobre él.
Sin poder controlarse él subió la camiseta que le había entregado a ella para después rodear a Dana con sus brazos y recostarla en la cama mientras besaba el cuello de ella, logrando que el cuerpo de su vecina comenzara a subir varios grados de temperatura.
—Si esta será mi recompensa cada vez que ayude a alguien, créeme, no me cansaré de hacerlo.
Ella no fue capaz de responderle, solo cerró sus ojos y se removió en la cama, dejando que los labios de su humano se apoderaran de uno de sus pechos. Solo pudo aferrar sus manos a la sabana, permitiendo que él hiciera con ella lo que deseara.
—De verdad te gusta esto ¿no? –dijo Ethan a centímetros de su vecina. Recorriendo una de las piernas de Dana con su mano.
—Si –sonriendo le respondió. Levantó sus manos para tocar el cuello y mejilla de su humano, provocando que él cerrara sus ojos, justo para cuando ella vio que las marcas en su mano derecha estaban apareciendo –No… —susurró.
Antes de que Ethan abriera sus ojos de nuevo, ella lo besó y provocó con una serie de movimientos que él quedara abajo de ella.
— ¡¿Pero qué demonios?! –dijo Ethan notando que ahora estaba en otra posición sin darse cuenta.
—Lo siento –volvió a besarlo –Adam dijo que tenía que volver temprano hoy, me tengo que ir. Nos vemos en la tarde, llámame para que almorcemos ¿sí? –cubrió los ojos de su Ethan con la mano izquierda mientras miraba como las marcas iban apareciendo en su brazo derecho. Negras como la noche recorrían su brazo hasta llegar a su hombro.
— ¡Dana!
—Te amo, nos vemos –le dio un beso corto en los labios y después lo liberó.
Corrió tan rápido que Ethan ni siquiera la vio cuando ella se refugió en el baño mientras que él dejaba caerse por completo en la cama, pensando en Diego vestido solo con una tanga rosada para que su erección desapareciera.
Dana cerró la puerta con seguro y observó su rostro en el espejo para después darle atención a sus marcas.
—Dios, Dios, Dios… eso estuvo demasiado cerca.
Ethan desilusionado se puso de pie y buscó su ropa, se vistió con rapidez para irse a su departamento, aun tenía que ir a trabajar y debía apresurarse. Pero su zapato derecho estaba rebelde, escondiéndose de él para no ser encontrado, es por ello que tuvo que agacharse y comenzar a meter su brazo, por completo, bajo la cama, tratando de sentir si estaba ahí, pero en cambio, tomó algo frío y metálico.
— ¿Qué es esto? –dijo tirando de aquel objeto de una textura extraña.
Sin siquiera saber de qué trataba aquel dichoso aparato, no se dio cuenta cuando presionó la diminuta palanca que abría las seis garras.
— ¡Mierda! –dijo dejando caer el arma y notando como su brazo izquierdo había salido dañado. Cinco líneas de sangre caían desde su mano a su brazo, al mantenerlo en alto.
Ethan bajó la mirada hacia la horrible arma de plata que había a sus pies, abierta y dejando que seis garras aparecerían ante sus ojos. Tragó saliva con dificultad y con el pie trató de moverla hacia debajo de la cama, sin cerrarla. La tiró lejos, sin saber qué pensar de la mujer con la que estaba compartiendo las noches cada día.
Rápidamente tomó una camiseta de Dana y envolvió su mano que seguía sangrando con esta. Tomó el resto de sus cosas con dificultad y después salió del departamento de su vecina favorita, la cual se estaba volviendo en una extraña. Dejando su zapato.
Cuando Dana salió del baño y fue hasta su habitación, ya luego de haberse dado una ducha, se acercó a su cama y sacó su arma.
— ¿Qué? –susurró al darse cuenta que estaba abierta, las seis garras de plata estaban expuestas y cuando miró hacia su alfombrado piso, se dio cuenta que gotas de sangre lo habían manchado.
Inspeccionó de inmediato sus brazos, pero solo quedaban las marcas en su brazo derecho. No había rastros de haberse hecho daño, pero tampoco entendía de donde pudieron haber salido aquellas manchas que obviamente eran sangre.
Cuando levantó la mirada y observó hacia su ventana se dio cuenta que estaba el zapato de Ethan bajo esta. No entendió por qué había dejado solo un zapato.
“Imposible que se le haya quedado, está a la vista de cualquiera” pensó en el zapato de su Ethan mientras cerraba su arma.
Arregló su cama y la ropa que estaba tirada en el suelo, después llevó la bandeja con lo que quedaba a la cocina.
Fue en ese momento cuando el vampiro demonio metió sus manos por la parte externa de la ventana y la abrió, pudiendo entrar sin ningún problema a la habitación de Dana.
Se acercó sigilosamente hacia donde estaban las gotas de sangre de Ethan y pasó un dedo para después llevárselo a la boca.
—Mmm… —susurró sonriendo –nada mal. Solo una gota basta, humano.
Observó el arma de Dana que ahora estaba sobre la cama recién hecha y la tomó, pero no pudo tenerla ni por un segundo, ya que esta provocó que su mano ardiera.
—Niños con armas de grandes –dijo pensando en cómo Ethan se había cortado.
Se dirigió hacia la ventana para retirarse al ver su pequeña trampa había resultado, ya que él había escondido el zapato de Ethan para que encontrara el arma de Dana, quería ver como actuaba su ángel favorito cuando su humano comenzara a desconfiar de la novia que tenía.
Sin embargo, para cuando estaba por salir, sintió que unos apresurados pasos se acercaban hasta donde él estaba. Sin poder tener tiempo para escapar tuvo que improvisar sin haber ensayado antes tal conversión, ya que recién había probado la sangre de Ethan y no sabía si era suficiente, pero cuando Dana entró a la habitación, se sintió satisfecho de saber que sus poderes no tenían limite.
— ¿Ethan? –el ángel miró desconcertada como estaba su humano mirando hacia la ventana. Ni siquiera había sentido sus pasos — ¿Cómo entraste? –se sintió aliviada al haber elegido una camiseta de manga larga, pero de todas formas escondió su mano derecha en su bolsillo y se dirigió hacia la cama, cubriendo su arma, la que estaba expuesta ante los ojos de aquel Ethan.
Gabriel se giró hacia Dana, sonriendo al darse cuenta que ella no notaba la diferencia. Siendo un ángel caído las energías entre el bien y el mal, no se percibían con tal facilidad como cuando se era un ángel. No era hasta que se tenía bastante experiencia en la tierra, que se podía identificar entre el bien y el mal de las personas y seres sobrenaturales.
—Dana, vine por mi zapato, se me quedó hace un rato.
Ella observó curiosa a Ethan, vestía extraño, de traje y un abrigo negro. Bastante formal para ser él.
— ¿Cómo entraste?
—No cerré bien la puerta para poder volver ¿te he molestado?
—No, pero me asustaste. Oye, esa mancha en el piso ¿te hiciste daño antes de salir? –dijo mirando las gotas de sangre que quedaban en su alfombra, justo traía un paño para poder limpiarlas.
—No, estoy como nuevo… de seguro fue la mermelada en las tostadas –la ángel asintió, recién pensando en esa posibilidad.
—Es cierto… sobre lo sucedido, siento haber prácticamente escapado –se sonrojó al recordar lo que había pasado, no había dejado a su humano en buenas condiciones.
—No te preocupes –Gabriel mantenía la distancia, atento en cada detalle de Dana — ¿Ese es un estilo de control remoto touch último modelo? –indicó con su cabeza hacia el arma que el ángel escondía.
—Si, Arial me lo trajo para que probara manejar todo con él –prácticamente suspiró porque Ethan le había entregado una buena excusa.
—Es lo más raro que he visto en mi vida. Bueno, me debo ir, tengo que llegar pronto… Gaspar me espera abajo –dijo él temiendo acercarse a ella, pero sabiendo que estaba seguro teniendo la apariencia de Ethan y ahora que ella podía ser tocada por un demonio, no lo quemaría ni nada por el estilo.
—Muy bien.
Ella lo observaba sonriendo, dejando que sus ojos miel brillaran por quien creía ser, por Ethan, el humano al que ella amaba. No por Gabriel, su enemigo mortal.
El vampiro se acercó despacio hasta donde estaba ella y rodeó su cintura con ambos brazos. Acercó sus labios hasta los de ella, pero no fue él quien terminó con aquella distancia, si no que fue Dana quien sin controlarse, como siempre sucedía cuando estaba con Ethan, rodeó el cuello de Gabriel y sus labios se unieron.
Aquello fue lo último que pudo soportar Gabriel, quien la tomó con fuerza y la acercó hasta su cuerpo, besándola con toda la lujuria que su poder demoniaco le ofrecía.
Dana sintió que sus piernas temblaban ante aquel poderoso beso. Más cuando su supuesto Ethan, fue colando sus manos bajo su camiseta, tocando la piel de su es espalda baja. Ella como respuesta tiró levemente de su cabello, lo que descontroló a Gabriel.
Sin pensarlo la hizo chocar contra la pared que estaba detrás de él y la levantó varios centímetros para que sus piernas rodearan su cadera. Dejó los labios de ella y se concentró en besar su cuello, deseando poder morderla, solo eso bastaría para tenerla a su disposición, pero no quería arruinar aquel momento, no cuando ahora sus manos estaba subiendo por el abdomen de su ángel y presionar sus perfectos pechos, logrando obtener un suave gemido por parte de Dana.
Ella frunció el ceño, generalmente Ethan era muy delicado con ella, pero ahora se estaba comportando como un salvaje. Cosa que no le estaba molestando en nada.
—Ethan –susurró ella cuando las manos de Gabriel iban al botón de sus jeans y seguía besando su cuello. Tiempo en el cual ella pudo observar su brazo derecho, lo que la trajo a tierra bruscamente. No podía hacer el amor con Ethan, no cuando sus marcas estaban expuestas –amor, detente, no podemos.
Gabriel tensó su mordida, molesto. Gruñó por lo bajo, pero no se detuvo, volvió a atrapar los labios de Dana, quien dudó en seguir pidiendo que se detuviera cuando esos labios ardientes se apoderaban de los suyos.
Sus gemidos quedaron silenciados por los besos que Gabriel le daba, al mismo tiempo que su cadera se movían en contra de la de ella.
—Ethan… —Gabriel volvió a tensar su mordida, molesto por escuchar el nombre del humano en vez del sueño –detente un poco –ella cubriendo su mano con la misma manga del brazo, pudo apoyarla sobre el hombro de él para alejarlo. Lo hizo sin dificultad pues ella era muy fuerte –sabes que te amo mucho, pero llegarás tarde ¿sí? no podemos.
Al escuchar cómo le decía que lo amaba y al entender que esas palabras no eran para él, Gabriel se alejó de ella, dejando que apoyara sus pies sobre el suelo.
—Muy bien, tienes razón. Me retiraré –retrocedió para irse. Enojado.
Aquella reacción no pasó desapercibida para Dana, quien tomó su mano delicadamente, con la izquierda ya que aun escondía su brazo derecho por las marcas. Acercó a su falso Ethan hasta ella y se empinó para darle un beso en la mejilla.
—Te amo, nos vemos.
Los falsos ojos verdes de Gabriel brillaron hambrientos y sin dejarle reaccionar, volvió a besarla de tal forma que Dana sintió que su corazón se disparaba como una locomotora de última generación. Sin embargo, sintió cierta distancia entre ella y Ethan, que la dejó helada.
— ¿Ethan? –Dijo separándose de él — ¿estás enojado? –preguntó con sus ojos dorados brillando por el amor hacia su humano.
Gabriel tensó su mordida y se rindió, no podía seguir jugando esta vez con su angelito.
—Para nada, nos vemos ¿sí? –le dio un corto beso en los labios y se alejó de ella. Dejándola desconcertada.
Para cuando Gabriel cerró la puerta del departamento de Dana, su rostro fue volviendo a la normalidad, al igual como el resto de su cuerpo. Entró al ascensor sintiéndose satisfecho y mojando sus labios con la lengua para retener el sabor de su ángel en la boca.
Dana se sentó en la cama, sintiendo aun como sus piernas temblaban por su sesión de pasión que Ethan le había entregado. Aun así sentía que algo extraño había sucedido, él siempre la trataba con cuidado y esta vez no había ocurrido lo mismo.
Miró hacia su lado y negó al ver que había dejado el zapato sobre la cama.
—Ethan, eres un olvidadizo.


Las horas habían transcurrido y ahora Ethan estaba en su oficina, observando cómo su amigo Diego comía de unos de los sándwiches que habían encargado para su almuerzo.
— ¿No deberías estar almorzando con Dana? Siempre me alegas que la ves poco, ahora me has llamado para que venga hasta aquí.
Ethan asintió, recordando de cómo hace una hora había cancelado el almuerzo con su novia. Observó como tenía vendada su mano izquierda e hizo una mueca de desagrado.
—Es que quería almorzar contigo, eres mi amigo.
Diego entrecerró sus ojos al escucharlo. Aun estaba vestido con su uniforme verde del Hospital, había tenido que escapar en su hora de colación para visitar a su amigo, que se escuchaba un tanto atormentado.
—Oye ¿Qué sucede? ¿Estás viendo cosas muy raras? Emma me dijo que ahora estabas en esa onda ¿no lo estas controlando?
—No es eso. Va todo bien ahí, el tema es Dana –Ethan bebió de su café.
— ¿Qué sucede con ella? ¿Te quiere cortar por estar loco?
—Cállate, Diego –su amigo rió, pero no lo tomó en cuenta y continuó –hoy encontré algo muy raro bajo su cama.
— ¿Qué? ¿Revistas de hombres desnudos?
Ethan lo miró molesto.
—No, era una cosa rara, como un arma, incluso me corté con ella –dijo levantando su brazo izquierdo.
— ¿Y? más raro es que tú andes hurgando bajo su cama.
—Diego, esta cosa era muy rara, tenía como garras ¿Qué haces con algo así bajo tu cama? Te creo un revolver o esa Daga que le encontré hace un tiempo, pero no esa cosa… tan extraña, parecía de películas de terror.
—Bueno, si te parece tan extraña, córtala ¿no deberías terminar con una chica que guarda ese tipo de armas?
—Claro que no, no seas ridículo.
— ¿Entonces por qué estas tan preocupado? ¿Qué crees? ¿Qué es una asesina?
—No, es solo que me parece demasiado extraño, además…
Se quedó en silencio y volvió a beber de su café, pensando en las últimas ideas que estaban pasando por su cabeza.
—Ethan ¿Qué te está sucediendo? Hablando en serio –Diego dejó su sándwich en el escritorio –ella es una buena chica, te ha hecho bien y me has dicho que te has enamorado de ella.
—Es solo que pareciera que me esconde demasiada información.
—Claro, todo el mundo tiene secretos. Tú no les decías nada a las chicas con las que salías ¿cierto?
—Pero no estaba en una relación real con ellas. Esa es la diferencia, además sé que me esconde algo grande.
—Trata de sacarle la verdad entonces.
—Había pensando en ello, quizás llevarla de viaje sería algo diferente, que se sienta cómoda conmigo, si no me está diciendo todo es porque aun no me tiene confianza.
—Buena técnica, además despejas todas esas ideas extrañas que te están pasando por la cabeza.
—Sí, es cierto. Se lo diré hoy en la tarde,  mañana ya es sábado y puedo pedir libre el lunes.
— ¿Ves? Todo resuelto, ahora seguiré comiendo.
Diego le dio una gran mordida a su pan, pero se quedó quieto al recordar las palabras incompletas de Ethan. Tragó rápidamente para poder volver a hablar.
— ¿Qué es lo “además…”? ¿Qué más estas pensando sobre ella?
Ethan levantó sus hombros, quitándole importancia.

—Es solo que pareciera… que la conociera de antes ¿sabes? Se me hace tan conocida, pero extraña a la vez. Algo no cuadra en la vida de Dana y quiero saber que es. Lo voy a averiguar. 

Hola a todas y a todos, espero que hayan pasado una buena noche de brujas, llenas de sustos.. alcohol y musica ajaj en fin, aqui les traigo un nuevo capitulo, espero que les haya gustado y gracias a quienes siguen leyendo la historia. ¡saludos!

12 Lectores:

  1. Hola Dani q emoción q hay cap tan pronto, me preocupa Dana con tantas mentiras, creo q deberia contarle la verdad por q la desconfianza no es buena, se va abriendo un espacio entre los dos q es dificil de cerrar, por otra parte q colera con Gabriel!, no me gusta nadita y como se aprovecha de ella por favor no me digas q se acuesta con él pensando q es Ethan noooo por favor. Me encanto el cap, se va enrredando todo y se pone mas interesante!.
    Ok Dani gracias por escribir nos vemos, besos
    Chau

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  2. QUE CARAJOS!!!!!!!!! QUE PUTA MADRE PASA CON ESO DE GABRIEL SIENDO ETHAN WTF!
    Me encanto el cap (: Creo que es hora de que Dana se vaya sincerando con Ethan al fin y al cabo el merece saber la verdad jaja! siguiendo con mi pensamiento inicial: QUE PASA!! jajajaja por que Dana no se da cuenta???
    Espero el prox cap con ansias y ojalaa Dana le cuente la verdad!! :D

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  3. Por fin llegó capitulo nuevo!!! Ethan esta empezado a dudar de Dana... espero que después no se arrepienta de saber.
    ... y tengo una duda, ¿No se supone que las armas de Dana no le hacen daño a los humanos?? ¿Hay algo extraño aquí o yo estoy mal??

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  4. Ok un cap muy pero muy importante porque de aqui se vienen muchas cosas por lo que creo y una de ellas es Ethan cada vez mas esta descubriendo que Dana le oculta algo .y cuando lo sepa no creo que lo tome de la mejor manera Dana se esta jugando muchas cosas y siento que su amor hacia Ethan no la esta dejando ver ni pensar con claridad no los pro y contras que tiene o puede tener al dejar todo por Ethan me encanta la historia de amor que hay entre ellos el como Dana ha hecho que Ethan se enamore de ella pero Dana esta juagndo a ser humana lo cual no es le esta mostrando un mundo muy diferente a Ethan uno el lado bueno y las cosas que puede hacer con ese Don pero por otro lado le esta mintiendo y no esta siendo sincera con el creo que Dana no se ha puesto a pensar que al ser descubierta es lo que puede ocupar Gabriel para que Ethan por la decepcion se vaya al lado del mal por asi decirlo .. aparte Gabriel esta jugando muy bien sus cartas y eso Dana no lo esta ni siquiera pensando ella esta tan enfocada en lo que siente por Ethan que ni siqueira percibe que Gabriel pueda tener un plan el cual lo tiene solo esta entrenando pero no siento que este dando todo su petencial como angel que es aunque sea un angel caido .. Gabriel la esta manejando (por asi decirlo ) sin que ella se de cuenta tan asi que ni siquiera distingui que Gabriel se hizo pasar por Ethan .. que esta parte me encanto la verdad Gabriel es lo que hace que la historia se vuelva mas emocionanate jajajaja ... otra cosa puede que este mal pero que no se supone que el arma que compro no le hace daño a los humanos ??? me encatnaria que me corrijas si esto mal Dani porfa... y otra duda que tengo que tuvo que ver Eric o que hizo para que Gabriel no estuviera con Dana cuando era un Arcangel Gabriel y aun no se volvia hacia el lado malo ???
    No se que pase pero si Dana sigue asi creo que cometera algun error que le puede costar muy caro o la descubre Ethan o Gabriel le gana otra batalla .. nos leemos en el sig cap .. y espeor y sea pronto muero por saber que pasara cuando dana se de cuenta que no fue Ethan a quien beso jajajaa

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  5. Wowww esto cada vez se pone más difícil para la pequeña angelito!!
    Hello Mariposa!!!
    Ps me hqa gustado mucho aunq me siento mal por Ethan... y por Gabriel. Siiiiii lo se soy una traidora pero esq algo me dice q Gabriel esta en el infierno y es un demonio por una razón, estoy segura q si es malo porq eso es obvio, perooooooo algo me dice q ahí hay algo más. Y también mi pobre humano, Ethan no sabe nada y viendo lo extremista y despechado q es, no se como va a reaccionar cuando se entere sobre la verdadera identidad de Dana. Por otro lado también entiendo a mi angelito favorito y se porq hizo lo q hizo.
    Awwwwww creo q es la primera historia tuya en la q me caen bn tanto los 2 protagonistas como el antagonista. No es justo aquí por lo pronto los 3 me caen bn, ya iremos viendo cn el paso de los capítulos si esto continua así o cambio de opinión.
    Ushhhh ¿Por qué a Dana le toca besarse cn esos 2 bombones? ¿Qué hay de mi? No es justo, yo también quiero jajaja.
    Muchas gracias por el capitulo Dani, me encanta leer esta historia.
    Te mando un abrazo y nos seguimos leyendo!!!

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  6. Ah no, pero que Gabriel más malote. Pero entendamoslo plis, él también quería disfrutar, además la Dana fue quién no se dio cuenta... Jajajjaa OMFG yo, defendiendo a Gabriel, en qué universo, se supone que debe caerme mal Eric por lo que hizo, pero plis, él es mi amor forver, imposible. Esa cosa tuya de facebook de elegir a qué Nephilim nos caía mejor fue algo muy perverso, no voté porque no sé, las dos son la raja, me encantan. Dana qla, la van a pillar y va a quedar la cagá, dioh mio no quiero leer eso, pobre Ethan, super confundido, si yo pillara eso en la casa de mi novio (algún dia, cuando tenga uno, en un futuro lejano) arrancaría a la mierda!!!! jajajajajjajaajaja iría a los carabineros, la PDI, el FBI, la CIA, los Vengadores y hasta donde el Papa xD
    Me gustó el capítulo, cuídate Dani :)

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  7. Me parece extraño l dana no haya notando el cbio.aunk ten en po o en las relaciones ahumadas pedo debe saber k los demonios toman la imagen de in aer querido para hacer caer a alguien,o bien o k l agota de sangre no dirá mucho pedo me pregunto k pasara si lo muere ya toma un buen sorbo, k pasara si Gabriel y dana tienen relaciónes

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  8. Queeeeeeeeeee?????????? como lo hizo, me ha dejado impreiosanada ese Gabrielote deliciosote haciendo pasar por Ethan, y Dana esta tan metida en las sensaciones que despierta en ella que ni siquiera lo noto, no puede haber otra razon a demas de la culpa de mentirle claro está, bueno por otro lado me ha dado la impresion de que la manera de separarlos que ha encontrado Gabriel es que los pille en la cama y para rematar que le confiese en ese momento toda la verdad para que no vea que no le estaba taicionando digo yo, y pues este chico curioso se ha lastimado con tremenda garra pero al no ser un humano normal esta bien, aunque ahi de pronto por eso tenga alguna concecuencia me gustaria saberlo Dani si esas armas tiene alguna efecto en un humano como Ethan... nada mas que decir al momento tengo que leerlo de vuevo para ver que me perdi y volveré a comentar... gracias mariposa por el capi..... :)

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  9. uichh!! ese gabriel es detestable pero muy astuto y sexiii ;D espero con ansias el proximo cap.. bye

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  10. waaaaash!!!!
    en cuanto leí el titulo de el cap pense "nooo!!! ¿¿puede??, Gabriel puede "transformarce" en Ethan??? D:" y si, pudo xD
    que loco wn!!!
    pero Dana como no se da cuenta, si Ethan es tan lindo y tierno!! nada que ver a como la trato Gabito, ademas de lo tenso q estaba .... osea Dana!!! dos dedos de frente para no darte cuenta!!! pero bue, esta Dana es tan ingenia q cualquiera la engaña ... jojsjoajja poooobre Angelito!! XDD
    me qeda una duda... bueno, es muy obvia la duda seguramente todas estan igual porque tu lo hiciste especialmente para que todas qedaramos como WTF? XD
    y es que eso que dijo Ethan al final... a que se refiere??? juuuuum teorias vienen a mi a por mil!! xD
    aqui tambien hay re encarnación ?? mmmm no creo ... o si ??

    *mil disculpas por leer tan tarde!!! >.< *

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  11. Que ganas tenia por fin de leer el capitulo aun me quedan muchos para ponerme al día pero estoy tan ocupada que no encuentro un ratito a solas con mi ángel favorito ja ja ja.

    El capitulo me encanto, me sorprendió el titulo del capi y no lo entendía pero..... quede un poco O.o... y medio tic en un ojo tipo anime cuando Gabriel se hizo pasar por Ethan y tuvo ese momento tan intenso con Dana, aun no conoce en ese tema del todo a Ethan por eso no me extraño que no lo reconociera en el tema de ser tan brusco.. aun tiene que aprender mucho sobre la pasión. Reconozco que babee un poco porque por muy malvado que sea Gabriel no hay que olvidar lo sexy que es y mas si tenemos su personalidad pasional con el cuerpo de Ethan ,mmm.lo adoro.

    Dana tiene que aprender a mentir mucho mejor.. Ethan ya no se queda satisfecho con sus respuestas y ahora va a querer saber más y como no... si intenta averiguar algo va a encontrarse con un mundo totalmente ajeno a él... ufff. Ya viendo como se puso con el arma, aunque yo soy Dana y lo primero que pienso es "la encontró", si no porque iba a estar a la vista y rastros de sangre en la alfombra?.. anda que esconder ese arma allí ja ja ja ja.

    A ver si me da tiempo a leer otro capitulo o lo tengo que dejar para mañana ssnif ssnif.

    Besitos Dani. Cada dia me sorprendes y me enganchas más con la historia.

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  12. dios, por fin he podido leer un capítulo!!!! veré que tan lejos puedo llegar. Danii sigo en lo mismo eres maravillosa. Quiero matar a Gabriel....

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