domingo, 5 de julio de 2015

Un ángel negro - Capitulo 11


Revelaciones

El nuevo objetivo era llegar hasta el hogar de los licántropos. Tanto Ethan y Dana tomaron un atajo, optando por sus capacidades naturales, es por ello que Dana opto por volar y Ethan por correr utilizando su máxima velocidad. Aun así, les tomó más de una hora poder llegar a destino.
—No creo que esta sea la mejor idea que has tenido —dijo cuándo observó que estaban a las afueras de un bosque —hay demasiados obstáculos, pueden atacarnos.
— ¿Tienes miedo, vampiro? —dijo ella sonriendo, con una mirada que retaba a su acompañante.

—No… solo estoy un poco preocupado, me has dicho que ellos tienen las mejores armas para asesinarme ¿no?
—Sí, pero el objetivo es otro vampiro, además no creas que los licántropos viven odiando a los de tu especie.
— ¿No es así? ¿Por eso tienen las mejores armas?
Aquello hizo sonreír a Dana.
—Claro, ustedes son los enemigos más capacitados para acabar con ellos, exactamente como lo son los licántropos para ustedes, pero eso no quiere decir que los licántropos no puedan tener amigos vampiros, he conocido muchas historias donde incluso han tenido parejas con las cuales han durado décadas.
Dana recordó la situación del rey de los licántropos, él había tenido a una vampira muy cerca, tanto que la llamaba su esposa, sin embargo, ciertas situaciones hicieron que ella acabara muerta ante sus ojos.
—No tengas miedo, yo te cuidaré ¿No es eso lo que siempre he hecho?
Dana se dirigió hacia la oscuridad del bosque, sin esperar a que Ethan se animara a seguirla.
Rendido, el vampiro decidió ir tras ella.
—Un día lograrás que me maten ¿lo sabes? —dijo a cierta distancia de ella.
—Oh vamos, no seas melodramático.
Ambos siguieron sumergiéndose hacia la oscuridad.
Ethan estaba atento en todo momento, esperando que apareciera alguien que deseaba matarlos, pero no surgió nadie.
—Muy bien —dijo Dana, deteniéndose sin aviso. Estaban rodeados de árboles.
— ¿Qué es esto? No hemos llegado a ninguna parte —dijo Ethan, esperando encontrar una puerta o algo que indicara el ingreso hacia alguna fortaleza.
—No miras a la dirección correcta, Ethan —dijo ella, poniéndose sobre sus rodillas y escarbando entre la tierra y césped.
— ¿Qué haces? —pregunto él, confundido.
No fue hasta que ella escarbó por otro par de minutos que se dio cuenta que estaba buscando la cerradura de la entrada. Cuando Dana la tomó y levantó la puerta de un metro cuadrado, lo quedo observando con esa sonrisa de suficiencia que Ethan comenzaba a odiar.
—No me mires como si fuera un idiota.
—Muy bien —dijo ella sin dejar de sonreír.
Sin aviso alguno, Dana saltó hacia la oscuridad.
Cuando Ethan llego a su lado, siguieron con la caminata. No pasaron más de cinco minutos cuando encontraron la primera antorcha de aquel túnel.
—Es grande, podría caber cualquier animal —dijo Ethan, admirando aquel pasadizo. Noto que habían diferentes túneles — ¿Has venido muchas veces hasta acá? Pareciera que estuviéramos en u laberinto.
—Es exactamente eso, lo hicieron de esa forma para que los curiosos se perdieran, antes de llegar al centro de la guarida.
—Interesante.
Ethan no quiso averiguar el motivo del conocimiento de Dana. No quería saber qué tipo de relación había tenido ella con el rey de los licántropos.
—No entiendo porque quieres conseguir armas contra los vampiros, podríamos acabar sin problemas con Gabriel, solo los dos.
Ella no lo miro.
—No es solo para nosotros, no voy a correr el riesgo de perder a más personas —dijo Dana, pensando en Arial —Lilia y Adam también están involucrados en esto, es mejor si estamos preparados. Lo que sucedió hoy, volverá a pasar, ahora Gabriel tiene un ejército de su lado.
—Pero ya dejamos en claro que no deben meterse con nosotros.
—No seas iluso, no es como si los vampiros tuvieran consciencia propia, pueden ser muy inteligentes, pero si su rey les ordena algo, no tendrán opción… seguir las ordenes de su jefe es lo que aun los ha mantenido con vida.
—No tiene sentido, jamás podría tomar en cuenta las palabras de Gabriel —dijo Ethan, sintiéndose seguro de sus palabras.
—Ethan, tu eres un vampiro, pero no eres parte de ellos.
Ambos se quedaron en silencio, lo suficiente como para haber avanzado hasta la gran entrada. No era difícil llegar si sabias el camino correcto.
—Buenas noches —dijo Dana.
Ethan miró hacia los lados, ahí no había nadie. Sus sentidos no captaban a nadie.
—No hay… —trato de decir Ethan, pero fue interrumpido.
—Hija de Lucifer —apareció ante ellos un hombre alto, moreno, calvo y musculoso, de ojos color miel —debes saber que los vampiros no son bienvenidos en nuestra guarida.
—Creo que Bael no tendrá problemas en hacer una excepción ¿No lo crees? —dijo ella, con su mejor sonrisa.
Ethan la quedo mirando sorprendido, pero aún más cuando apareció otro licántropo en su forma humana. Tan alto y fuerte como el otro, pero de tez blanca.
—Guardias… —dijo ella, sonriendo —un gusto volver a verlos, al parecer no han podido ascender ¿no? ¿Aún siguen castigados?
Los dos licántropos se tensaron. Ethan pudo notar como sus músculos se tensaban contra la camiseta negra que llevaban. Parecían guardias de un pub exclusivo… en el Inframundo. Trato de descubrir desde donde habían aparecido y la única opción era la pared negra de concreto ¿Eran parte de ellas?
—Muy graciosa, por lo visto tú has ascendido ¿no, angelito? —dijo él de tez blanca.
—Oh chicos, no me hagan enojar, no quiero romper esa puerta —Dana ni siquiera estaba tensa, incluso, se encontraba más relajada que el resto de la noche.
—Bael se encuentra ocupado, no pueden entrar, ni tú o el vampiro —dijo el moreno, mirando de forma despectiva a Ethan —deberías saberlo, la última vez que estuviste acá hicieron que te retiraras ¿no?
—Kroni, eso sucedió cuanto tú eras solo un bebé y recién te habían dado el gran honor de ser el guardián de Bael, como un buen perrito.
—Cuida tus palabras, demonio —dijo el moreno, que respondía al nombre de Kroni.
—Contaré hasta cinco ¿entendido?
Dana puso su mano en la pared a su lado, esta comenzó a adquirir un color rojo, como si hubiese una fogata al otro lado o como si la lava estuviera pronta a romper la pared para despedazarlos a todos.
El licántropo de tez blanca se llevó la mano al oído, escuchando nuevas órdenes y tomo el brazo de Kroni para luego asentir.
—Basta —dijo Kroni —no es necesario que hagas explotar el lugar.
—Bael dice que pueden entrar, ambos —miró de mala forma a Ethan, queriendo acabarlo con su mirada.
Kroni llevo su mano hasta la pared detrás de él y esta comenzó a moverse lentamente, dejando en claro que eran toneladas de concreto las que se estaban movilizando.
—Muchas gracias, caballeros —dijo Dana, caminando hacia el interior.
Ethan la siguió.
Ahora se encontraban en un nuevo pasillo, iluminado y mucho más limpio.
— ¿Los conoces? —pregunto cuando las puertas se cerraron detrás de ellos.
—A Kroni, el otro es nuevo. Los guardias de los reyes licántropos son eternos, esas puertas están hechas de plata y más plata, dañinas para los licántropos y… vampiros. Pero para los guardias es diferente porque unen su sangre a las puertas, es por eso que solo ellos pueden abrir o cerrar la entrada.
—Interesante —dijo Ethan, realmente sorprendido por la capacidad de los licántropos. Ellos, como vampiros, no tenían nada parecido, aunque tampoco era como si Ethan participara mucho de la comunidad vampírica.
—Ahora, no dirás nada cuando estemos ante Bael, si bien no odia a los vampiros, tampoco son sus seres favoritos.
—Está bien.
Ethan no tenía ningún problema en mantenerse callado. Tenía cierto respeto por los licántropos, por lo que sabía, eran mortíferos y feroces, podrían acabar con quien quisieran, aunque los vampiros seguían siendo sus peores enemigos ya que tenían la capacidad de acabar con ellos. Sin embargo, solo había escuchado rumores, ya que hasta un par de horas atrás, los licántropos ni siquiera estaban cerca de su zona.
Antes que pudieran notarlo, una mujer apareció ante ellos, llevaba una vestimenta formal, un traje negro, el cabello negro tomado y una sonrisa formal que no convenció ni a Ethan o Dana.
—Buenas noches, hija de Lucifer —dijo aquella licántropa —te guiaré hasta Bael.
No dijo nada sobre Ethan, pero tampoco interfirió en que las siguiera. Por lo visto hoy se había vuelto invisible.
—Prefiero Dana, hija de Lucifer ya está pasado de moda.
— ¿Cambiaste de padre o descubriste que eres adoptada? —preguntó la mujer.
—Ninguna de las dos.
—Entonces sigues siendo la hija de lucifer.
Ethan miro a Dana, esperando que contestara algo, pero simplemente se calló. No pudo evitar sentirse sorprendido.
—Debes saber que Bael estaba en medio de algo, bastante ocupado. Siéntete honrada por ser recibida, más aun, acompañada de un… vampiro —la mujer le dio una mirada extraña a Ethan.
—Pero mira lo guapo que es ¿Cómo lo iba a dejar afuera? Es probable que Kroni lo quisiera para él —dijo Dana, sonriendo.
—Y he jurado seguir a la hija de Lucifer hasta el final —dijo Ethan, sonriendo —así que no me pueden robar, por muy guapo y simpático que sea Kroni tendría que rechazar esa invitación.
Aquello no pudo evitar lograr una sonrisa por parte de Dana, sin embargo, la mujer los miro con odio. Parecía que habían interrumpido algo importante.
Nadie dijo nada más hasta que llegaron a un ascensor gigante, de metal. Ingresaron y comenzaron a descender por muchos pisos. Ethan comenzaba a ponerse nervioso, no le gustaba tener kilómetros de tierra sobre su cabeza. Si deseaban escapar de ese lugar, se les haría imposible. Confiaba en que los licántropos temieran de Dana.
Llegaron al último piso, donde se encontraba el rey de los licántropos. Cuando salieron del ascensor, se encontraron con una gran sala, llena de armas, computadores y un escritorio simple en al final y centro del salón. Ethan pudo corroborar que estaban muy ocupados.
Detrás de cada computador había un licántropo en su forma humana digitando sin parar mientras que detrás del escritorio, se encontraba el rey de los licántropos, ejerciendo su poder de una forma bastante peculiar.
Bael estaba concentrado en una carpeta, leyendo el contenido de esta y firmando algunos papeles. No era difícil saber que él era el rey de los licántropos, era grande y musculoso. Un macho alfa atractivo para las mujeres y admirado por los hombres. Tenía el cabello largo color negro, tomado en una cola baja, se podían notar un par de canas; vestía tan solo con una camiseta gris y unos jeans oscuros… iba descalza. Ethan recién en ese momento se dio cuenta que todos los licántropos no eran simpatizantes del calzado.
—Dana —dijo Bael, dejando de lado sus papeles y alzando la vista para poder ver a la hija de Lucifer — ¿Qué demonios haces aquí y con un vampiro? El pobre chico está más pálido de lo normal.
—Es la falta de sangre, nada más —respondió Ethan —me salte la cena.
—Creo que has tomado un nuevo rumbo —dijo Dana, haciendo caso omiso al comentario de ambos hombres — ¿Te estas dedicando a invertir en la bolsa?
—No, estamos exportando armas, debemos mantenernos de alguna forma ¿no?
—Interesante —dijo Dana —porque es precisamente debido a ello que he venido a visitarte. Necesito armas contra los vampiros, específicamente contra Gabriel, sabes que es un vampiro bastante especial.
Bael la quedo mirando dos segundos sin decir nada, luego solo le dio una mirada a la mujer que los había llevado hasta él y todo el mundo comenzó a moverse para dejarlos solos. Solo un minuto basto para quedarse con el rey de los licántropos.
—Si con especial te refieres a que fue un puto ángel y luego un maldito demonio, si, es bastante especial y muy peligroso. Solo hace un par de horas nos enteramos de la noticia.
—Ascendió rápidamente, ya sabes, Azazel tuvo una muerte repentina —respondió Dana, sonriendo.
—Sí, repentina… Repentinamente atravesaste su pecho para arrancarle el corazón.
—Quien lo diría —dijo ella —sabes todos los rumores, incluso en este hoyo.
—No te quiero ayudar, siempre que lo hago tengo perdidas.
—Pero siempre que has necesito ayuda, te la he proporcionado.
—Ya no necesito de tus cualidades, Dana, es por ello que hemos estado escondidos y viviendo bastante tranquilos, sin meternos en nada que relacione a la Luz y la Oscuridad… darte armas seria tomar un bando.
—No tengo bando —dijo ella.
—Claro que sí, el tuyo, el más peligroso de todos porque estas en contra tanto de tu padre como del caballero de barba blanca.
— ¿Dios tiene la barba blanca? —pregunto Ethan, sorprendido.
Nadie le respondió.
—Me sorprende en lo que te has vuelto, tienes bastante miedo —dijo Dana con el ceño fruncido.
—Si no tuviera miedo de los nuevos tiempos, me habría convertido en alguien estúpido, prefiero quedar como un miedoso.
—Gabriel y los vampiros están asesinando a quienes eligen la Luz, Bael —dijo ella, poniéndose más seria
—No hay prueba de ello, no se sabe quién es… no vengas hasta acá con mentiras, Dana.
—Está bien, pero de todas formas debo eliminar a Gabriel ¿podrías ayudarme?
—No me voy a involucrar, prometí no poner en riesgo mi manada por asuntos personales —dijo Bael, poniéndose de pie y caminando hasta apoyarse en el escritorio —además eres lo suficientemente fuerte como para acabar con él, tu solita.
—Pensé que podría obtener algo de ayuda de tu parte, debido al asunto con Morgana, ya sabes, un poco de venganza no le hace mal a nadie.
Bael cambio por completo su expresión, se volvió más serio.
—Morgana lleva muerta el tiempo suficiente como para que ya no este sediento de venganza. Eso sucedió muchos años atrás, tu solo eras una cachorra… ahora que lo pienso mejor, ni siquiera existías.
—De todas formas, Gabriel la mato ¿no? Cuando era un ángel, la considero un demonio y simplemente barrio con su existencia.
Ethan miro sorprendido a Dana, por un momento quiso decir algo, detenerla, pero se arrepintió. Por un segundo se dio cuenta que ella estaba utilizando el dolor de los demás para conseguir su objetivo y eso… no le gustó ni un poco.
—Estoy dispuesta a pagar —dijo luego de que Bael no respondiera a sus palabras.
—Entonces puedes ir con el Sr. Santderic ¿no son familia?
—Demasiados ojos en el Mercado Negro, Bael.
— ¿No te irás hasta que te diga que si?
—Tú eliges, mi viejo amigo, sabes que se me da bien destruir lo que las personas aman… soy la hija de Lucifer —dijo ella sonriendo.
Bael dio media vuelta y se dirigió hacia su computador, donde comenzó a teclear y hacer clic mientras Ethan miraba sorprendido a Dana. En todo momento, el vampiro, había creído que iban por una conversación pacífica entre conocidos, no a una oleada de amenazas.
—Las irán a dejar hasta tu departamento.
—No —dijo ella —te daré otra dirección, algo que no sea tan sospechoso.
Ella se acercó y escribió la dirección.
—Es un gusto hacer negocios contigo, Bael.
—Espero no volver a verte, Dana.
—No exageres —dijo ella, sonriendo y guiñándole el ojo —es hora de irnos, Ethan.
Bael quedo mirando a Ethan por unos segundos y luego negó, cansado.
Ethan siguió a Dana, sintiéndose bastante confundido.


Adam estaba leyendo uno de los cientos libros que había tomado esa tarde. Desde que Eric se había ido, él se concentró en todas las técnicas de comunicación con los espíritus que vagaban por la dimensión de los vivos. Lo que no tenía del todo sentido, ya que Arial, no estaba vagando.
— ¿Por qué estás leyendo todos esos libros? —dijo Lilia, entrando a la habitación.
Adam solo se limitó a dejar el libro a un lado y dirigirse hacia su hermosa Nephilim.
— ¿Es que no puedo disfrutar de una buena lectura? —dijo rodeando sus brazos en la cintura de ella.
—Claro que puedes —dijo ella, besando la mejilla de él — ¿no deberíamos estar ayudando a Dana y Ethan?
—Así es, pero démosle un tiempo a solas, para ver que pueden lograr.
— ¿Sabes? —Dijo ella, mirando de frente a Adam —no creo que esto de los asesinatos sea cosa de Gabriel.
Adam frunció el ceño. Lilia odiaba a Gabriel por haber estado involucrado en la muerte de Arial.
— ¿Qué estás queriendo decir? Todo indica que es él.
—Exacto, lo que es sospechoso. Gabriel solo ha sido descuidado con todo en relación a Dana, pero todos sus otros planes han sido muy bajo perfil, no sabemos lo que hace hasta que todo está arruinado.
Adam se quedó un momento en silencio, pensando en las palabras de Lilia.
—Es imposible —dijo negando, sin poder creer que alguien más estuviera involucrado —debe ser él ¿Quién más, aparte de Lucifer, estaría interesando en algo como eso?
—Mmm bueno, es cierto, aunque no quita que es demasiado ridículo, tampoco es la forma de actuar de Lucifer… sobre todo porque los demonios están bajo su tutela, puede hacer con ellos lo que quiera mientras sigan siendo parte de la Oscuridad ¿Por qué no acabarlos cuando percibe su traición?
—Tiene sentido lo que dices, pero… esto se volvería muy complejo si no es Gabriel.
—Sabes que quiero que Gabriel muera, pero nos estamos saltando algo y lo sabes.
—Solo sé que nada sé —dijo él, sonriendo y besando suavemente la boca de ella — ¿Cómo te sientes?
—Ahora mucho mejor, deberíamos ir al pub para trabajar ¿no?
—Nada de eso, hablaba en serio cuando dije que tomaríamos las cosas con calma.
—Eso no significa que me quedare haciendo nada por el resto de mis días, vamos, debemos hacer algo.
—Tengo buenos planes para esta noche —dijo él, sonriendo de forma seductora, desconcentrando por un momento a Lilia.
—No podemos —dijo ella, escapando del hechizo de los ojos de Adam —no quiero volver a quedar fuera de algo importante, deberíamos ayudar a Dana y Ethan, no quiero que se repita la historia y terminar con otra amiga muerta.
Adam la quedo mirando unos segundos, sorprendido por las palabras de Lilia, pero no pudo refutar sus dichos. La vez pasada se había desconcentrado mucho por haber dado los primeros pasos de su relación, tanto, que ni siquiera se habían dado cuenta de que Arial y Eric tenían algo.
—Bien, creo que es mejor que averigüemos que sucede, tanto Dana como Ethan se han preocupado de llevar esto hacia el camino de Gabriel, nosotros buscaremos un atajo.
— ¿De qué hablas? —preguntó ella confundida.
—Veremos si realmente el rey de los vampiros está involucrado en esto. También creo que no es la técnica de Lucifer jugar a eliminar a sus demonios de esa manera, no es como si tuviera escases de ellos… además en su mente solo tiene a Dana, la quiere en su reino a toda costa.
— ¿Por qué él desea tenerla de su lado? —pregunto Lilia.
—Hasta el rey de los demonios se cansa de su trabajo, amor.
Ella abrió sus ojos sorprendida, entendiendo las palabras de Adam.


Ethan y Dana llegaron al edificio donde vivían, justo cuando el reloj marcaba las tres de la madrugada. Subieron en el ascensor, en un tenso silencio hasta que ella decidió romper el hielo.
—Descansaré en mi departamento y tú en el tuyo —dijo sin mirar a Ethan.
—Eso es un tanto injusto, pasó frio durante las noches.
Dana no pudo evitar sonreír, lo que siempre le sorprendía ya que al parecer solo él lograba esa reacción en ella.
—No hay excusa, no te pases de listo.
—Solo estoy dando un fundamento bastante valido para no pasar frio esta noche, dormir contigo sería un beneficio y tu ayudarías a un pobre samaritano.
—Ni lo pienses… —ella volvió a adoptar esa expresión seria —no es como antes Ethan, debes entenderlo.
—Claro que no es como antes, ahora sé tú naturaleza, estamos bien.
La puerta del ascensor se abrió, justo en el piso de Dana.
—Buenas noches, Ethan.
—No serán unas buenas noches —dijo él, cruzando los brazos, pero pensando que lo mejor era no seguir presionando a Dana. Ya había llegado al límite con su carácter hacia solo un par de horas cuando la encerró en esa caja de metal al enfrentarse a los vampiros —que duermas bien.
La puerta se cerró y ella pudo respirar tranquila, necesitaba un tiempo a solas y al parecer Ethan la había entendido.
Se acercó a su departamento y abrió la puerta, todo estaba a oscuras pero al parecer nada estaba fuera de lo normal. Si fuera una humana no se habría dado cuenta que tenía compañía, pero como no lo era, solo tuvo que llegar al salón para suspirar cansada.
—Me sorprenden tus deseos de morir, Gabriel.
Él se encontraba sentado en el sofá más grande, sin ningún deseo de luchar o discutir con alguien. Solo estaba cansado y no sabía a donde ir, sobre todo luego de haber visto como Ethan y Dana estaban tan bien complementados. La forma como el vampiro la había calmado, aun no dejaba de sorprenderlo.
—Técnicamente no estoy aquí ¿sabes? —dijo sin mirarla, solo estaba poniendo atención a la mesa de centro.
—Mi querido y adorable padre te dotó de nuevas armas, interesante.
Dana noto de inmediato que las palabras de Gabriel eran ciertas, él no se encontraba ahí con ella, no en su forma natural por lo menos. Los poderes que podía entregar Lucifer eran ilimitados.
— ¿Qué haces aquí? Dudo que sea para tomar una taza de café —dijo ella, obligándose a ir hasta donde se encontraba Gabriel. Al no poder tenerlo de forma física, no se podía desgastar haciéndole daño, era imposible.
Se sentó a su lado, solo los separaba un metro de distancia.
—Tan solo quería un momento de tranquilidad, actualmente me encuentro en el mismo infierno, sabes que salir de ahí es bastante agradable.
Ella lo miro por unos segundos, deseando poder atravesarlo con sus manos y acabar con su existencia, pero se dio cuenta que ni siquiera eso se merecía esa imagen de Gabriel, no quería estar de mal humor solo por gusto.
— ¿Es que acaso ser el rey de los vampiros te está agobiando? Siempre puedes renunciar —dijo ella de forma irónica. Ese cargo era para toda una eternidad, a menos que te maten.
Gabriel apoyó su cabeza en el respaldo del sofá y giró su cabeza, para mirar a Dana en la oscuridad.
— ¿De verdad ayudaras para que no sigan asesinado a los Demonios traidores? —Pregunto con el ceño fruncido —pensé que ya no cooperarias con la Luz.
— ¿Por qué crees que respondería a esa pregunta? No es como si fuéramos amigos.
—Pero lo fuimos, incluso más que eso.
—No —dijo ella sin mirarlo, pensando en otro vampiro —realmente nunca lo fuimos.
Gabriel no podía amar, no podía sentir demasiadas emociones que fueran a favor de otro ser aparte de él… por eso no podía evitar preguntarse ¿Qué le provocaba dolor en su pecho cuando ella le hablaba de esa manera?
—No mientas, no tiene sentido.
— ¿Sabes? Este juego me está aburriendo, el hecho de encontrarnos reiteradas veces y no poder acabarte ¿Qué te hace pensar que quiero verte? Cuando pueda poner mis manos sobre ti, estarás acabado, demonio.
Él la miró por otros largos segundos, disfrutando de cierta manera, poder tenerla a su lado sin estar agitando sus manos o esquivando golpes.
—No es por ti, lo hago por mi… me gusta verte, más cuando estás sola. Lo que es bastante difícil en estos últimos días.
Ella no dijo nada, no tenía palabras para los dichos de Gabriel.
—Hoy vi cómo fueron atacados —dijo él, sin dejar de mirar a Dana, que no le regalaba ninguna respuesta.
—Tú diste la orden.
—Sí, quería ver que tan fuerte podía ser Ethan… lo subestime por completo. Fue mi error enviarlo a entrenar. A veces no pienso bien las cosas cuando deseo resultados rápidos.
Ella se giró a verlo.
—Jodiste la mente de Ethan, eso también te lo hare pagar.
Su ceño estaba fruncido y sus ojos miel lo miraban con odio… una expresión muy diferente a la que Gabriel había visto en el pasado, cuando ella lo miraba como si fuera lo único importante en su existencia.
—No es justo —dijo él —No debimos acabar de esta manera.
—Creo que es mejor que te retires. Tus palabras no las escucha nadie, no tiene sentido que te hagas la víctima en este momento, es demasiado tarde para lamentarse.
Él negó, no deseaba irse, no quería volver al infierno ni tener que ir a un pub o a alimentarse de alguien.
—Lucifer te quiere a su lado, ya lo sabes, nos tendremos que ver constantemente cuando aceptes que tu lugar es la Oscuridad.
Ella sonrió, sin poder creer que en algún momento estuviera enamorada de alguien como él. Si bien Gabriel era un demonio, antes era igual de egoísta que ahora. Era probable que Lucifer se hubiese aferrado a ese defecto de él para hacerlo caer.
—Interesante, sobre todo porque no tengo ningún deseo de terminar en ese lugar, me gusta la tierra, hay aire acondicionado comparado con el Infierno.
Él negó a sus palabras.
—Todo el mundo se cansa, Dana.
—No creo que me agote tanto la tierra como para elegir el Infierno.
Gabriel se enderezó.
—No hablo de ti, sino de tu padre. Alguien debe tomar su lugar…
Tan solo al escuchar esa frase, Dana comenzó a entender de qué iba todo este juego de Lucifer. Se puso de pie, sin poder evitarlo.
— ¿De verdad crees que viniendo hasta acá y decirme eso te servirá para que yo elija a Lucifer?
—No —dijo el, suspirando —yo también estoy cansado, decirlo directamente me pareció una buena idea.
—Gabriel, si estás cansado, ven hasta acá en tu forma natural, así acabare contigo y terminaré tu suplicio. ¿Sabes que si acepto lo que dice Lucifer, lo primero que haría como reina de todos los demonios, seria acabarte?
El demonio no respondió, solo se quedó mirando la imagen de ella. Tenía su cabello blanco y Marcas en los brazos. Le parecía tan guapa como la primera vez que la vio, sin embargo, esta vez ella no lo miraba con cariño, como en el pasado. Lo odiaba, realmente lo odiaba y sus palabras eran ciertas, ante la primera oportunidad ella lo destruiría.
—Me arrepiento de lo que hice ¿eso no cuenta? —Pregunto más para sí mismo —no pensé que todo esto acabaría de esta forma, no pensé que te perdería.
Ella lo miro sin decir nada, tan solo por unos segundos. Dana conocía bien a Gabriel, si bien pudo engañarla en el pasado, habían ciertas expresiones y movimientos que solo se sabe interpretar en otra persona, si se estuvo enamorada.
Nada se puede borrar por completo de la faz de la tierra.
—Te ves patético —dijo ella, sorprendida por esta actitud tan pasiva en el — ¿sabes? No deberías arrepentirte de nada sobre nuestra relación, ya está hecho, además, no hubiese resultado de una u otra forma…nunca estuvimos realmente enamorados.
Él la miro sorprendido. Gabriel podía entender que ella lo odiara, pues había hecho lo suficiente para ganarse ese sentimiento, pero otro tema era que ella le hablara tranquilamente sobre lo que pudo haber pasado.
—No hables de esa forma, yo realmente te amaba.
Ella negó.
—Yo pensaba lo mismo, incluso hasta hace poco, pero lo tuyo jamás fue amor, no sabría decir que era, pero jamás me trataste como…
— ¿Cómo Ethan? —Preguntó él, frunciendo el ceño —tan solo es condescendiente contigo, para que no vuelvas a la Oscuridad.
—Puede ser —dijo ella —pero ¿no te has dedicado a pensar que jamás sacrificaste nada por mí? Por lo menos el vampiro bebé ha hecho bastante como para ganarse un voto de confianza, además… a pesar de que me he dedicado a pensarlo, no los puedo comparar. Ethan ha sido leal hacia mí.
—Te engañó a la semana de estar juntos, Dana —Gabriel se puso de pie, sin poder comprender como ella le hablaba de esa forma.
Era cierto que desde que se convirtió en un demonio, no había hecho nada más que cometer errores. Sin embargo, para él, su historia con Dana era sagrada, irremplazable y única.
—Y yo lo engañé, contigo, debo reconocer que una parte de mí en ese entonces deseaba estar con el vampiro malo, eran algo que no podía comprender porque no sabía nada sobre nuestro pasado.
—Dana… —dijo él, dolido.
—Ten algo en claro Gabriel, es cierto que te deseo muerto, pero quiero que sepas y no dudes al momento de que si tuviera que elegir entre tú y Ethan, no tendrías oportunidad, aunque no te hubieses vuelto en un demonio… quizás si lo nuestro hubiese durado hasta ahora, se habría terminado de todas maneras porque es muy probable que conociera a Ethan.
Gabriel negó, sin poder creer aquellas palabras. Ella mentía para herirlo, para acabar con lo poco que quedaba de él, de esa forma no podría pensar claramente para llevar a cabo sus planes y alcanzar los objetivos de Lucifer.
—Mientes —susurró.
—No estoy diciendo que me quedare con él, pero sí que es mucho mejor que tú, incluso que yo.
—Solo te está engañando.
—Es una posibilidad —dijo ella, cruzándose de brazos —sin embargo, me ha tratado de una forma que tu jamás hiciste.
El demonio abrió su boca para defenderse, pero recordó la imagen de hace unas horas, donde Ethan había protegido a Dana de sí misma y luego la había calmado de una forma que él jamás había hecho. Él nunca se interpuso entre la maldad que había en ella, en sus deseos de sangre y en el daño que le hacía a otros… o hacia ella misma.
No podía decir nada, Dana tenía razón. Él nunca la había protegido porque siempre la vio como alguien incapaz de vencer. Nunca se detuvo a pensar que ella era tan fuerte, que podía hacerse daño de una forma muy fácil.
—Lo mataré —dijo él, sin levantar la voz y sin cambiar su expresión —no solo porque lo desee muerto desde que nació, sino porque ahora lo veo con claridad.
Ella frunció el ceño, sin comprenderlo.
—Tampoco lo mataré para tenerte de una buena vez —continué el demonio —sino porque él es el verdadero obstáculo para que tu crezcas, tomes el lugar que debes y controles a los seres que te corresponden por derecho.
Una leve sonrisa psicópata apareció en el rostro del demonio.
— ¿Por derecho? —Preguntó ella, sin preocuparse por las amenazas de Gabriel —si fuera por eso, deberías averiguar un poco más, demonio —dijo ella, sonriendo —porque de ser así, me tendría que corresponder manejar a todos los ángeles de la Luz.
Gabriel pudo sentir como su cuerpo se helaba en el mismo infierno ante la sonrisa frívola y superior de Dana.
—Es por esto que jamás te elegiría, Gabriel. No me conoces y no tienes idea de dónde vengo, nunca lo entendiste y ninguna vez te dedicaste a averiguarlo.
Dana ni siquiera se preocupó de darle la espalda. La visita del demonio solo hizo que no deseara estar en su departamento, además comenzó a sentir frio y realmente no deseaba dormir sola en su cama.
Salió de su hogar, dejando a un inmóvil vampiro sin esencia.


Ethan estaba saliendo de la ducha, secando su cabello mientras que una toalla envolvía su cadera. Se dirigió hacia su habitación, tanta tensión lo había dejado sin duda cansado, además de la lucha que debió efectuar contra los vampiros que querían su cabeza.
Cuando abrió la puerta no pudo evitar sonreír al encontrar que ella se encontraba entre sus sabanas, usando alguna camiseta suya del armario y durmiendo sin problema alguno. Se deshizo de las toallas y se metió a la cama.
—Estás desnudo, pervertido —dijo ella, prácticamente inconsciente por el cansancio que sentía.
—Buenas noches, amor —él besó el hombro descubierto de ella y la rodeó con sus brazos.
Dana se quedó en silencio por unos segundos.

—Buenas noches, estúpido vampiro.

En nombre de todo lo que es correcto, me tomo ¡MESES! volver a actualizar, es realmente absorbente el internado mis queridas mariposas lectoras, pero ya queda cada vez menos. Cuando salga y no encuentre trabajo xD podre escribir tambien. Espero que aun queden lectoras :3 

3 Lectores:

  1. Querida mariposa, todavía no he podido leer el capi completo pero te comento de una vez para que sepas que aquí queda una lectora que no te ha olvidado y esperaba la actualización, ahora que termine el capitulo te lo comentare pero por lo pronto un beso y nos seguimos leyendo!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias poe el xap.me encanto y mas con los seres k agregaste
    me quedo una duda cual es el origen de Danna
    Creo k tiend razon danna ethan la protege hasta de ella misma
    pobre gabriel kreo k su muerto corazon murio
    me hubiera gustado k ethan qyudara a bael con el alma de su esposa.
    asi tendria aliados poderosos
    quien es el rey de los vampiros que va a buscar adam
    crei k era gabriel
    Sera verdad lo k dice lilia?
    Uff se me hace que le queda un buen a esta historia

    ResponderEliminar
  3. Holaaa! Bueno yo soy una lectora que siempr te he seguido en silencio. Acostumbro a revisar periódicamente tus actualizaciones para inmediatamente leerlas cuando las hay. XD
    Espero que te vaya muy bien en tu internado, y que tengas más tiempo libre que invertir para que nosotras (las más beneficiadas) podamos disfrutar un cachito más de tu mente.
    ahora si, vamos a la historia.
    ¡¡¡QUE!!! ME MATÓ! ahhh!! :O Dios bendito! Como que heredera de los Ángeles de la luz :O Danna es hija de Dios o algo asi?... ahh -.-' Si... ignoramos eso... gracias, que cosa más tonta he dicho allí, Dios!
    No veo la hora en poder volver a leerte, ojala tengas tiempo. ¡PRONTO!
    Bueno, aprovechando el mensaje te digo que me encantó la forma en la que peleó Ethan, en la que trató a Danna y como manejo su enojo cuando la libero xD jajaj se merecía un buen porrazo por eso jajaja xD sin embargo me encantó :Q___ Dios! ETHAN! Jajaja
    En otra observación me gustaría decirte que quisiera ver más a Ethan ejerciendo el pos por el que Danna cayó al mundo terrenal (aparte de que estuviera enamorada, claro)
    Me encanto ese golpe se frente que merecia Gabriel, ese tipo me la corre -.- si pudiera hubiera vanagloreado a Danna donde lo hubiera matado cuando pudo...ahora veamos que toca hacer.
    Me dio, demasiada, ir a la forma en la que muere Arial, más que nada no es por el lugar al que llega, si no, por que murió por un acto desesperado de un momento desesperado. Apoyo 100% a Danna en la forma en que mató al desgraciado... bueno yo hubiera torturado por un mes al perro y luego si lo mataba pero... comprendo que quisiera matarlo e inmediatamente irse a su lugar de retiro...
    a todas estas tengo un enredo, tendré que reeleer la temporada pues no recuerdo si Ethan realmente tiene aun el poder de ayudar las almas sólo he ahora las ignora más olímpicamente que antes... sólo confundida

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena