Revelaciones
El nuevo
objetivo era llegar hasta el hogar de los licántropos. Tanto Ethan y Dana
tomaron un atajo, optando por sus capacidades naturales, es por ello que Dana
opto por volar y Ethan por correr utilizando su máxima velocidad. Aun así, les tomó
más de una hora poder llegar a destino.
—No creo
que esta sea la mejor idea que has tenido —dijo cuándo observó que estaban a
las afueras de un bosque —hay demasiados obstáculos, pueden atacarnos.
— ¿Tienes
miedo, vampiro? —dijo ella sonriendo, con una mirada que retaba a su
acompañante.
—No… solo
estoy un poco preocupado, me has dicho que ellos tienen las mejores armas para
asesinarme ¿no?
—Sí, pero
el objetivo es otro vampiro, además no creas que los licántropos viven odiando
a los de tu especie.
— ¿No es así?
¿Por eso tienen las mejores armas?
Aquello
hizo sonreír a Dana.
—Claro,
ustedes son los enemigos más capacitados para acabar con ellos, exactamente
como lo son los licántropos para ustedes, pero eso no quiere decir que los
licántropos no puedan tener amigos vampiros, he conocido muchas historias donde
incluso han tenido parejas con las cuales han durado décadas.
Dana
recordó la situación del rey de los licántropos, él había tenido a una vampira
muy cerca, tanto que la llamaba su esposa, sin embargo, ciertas situaciones
hicieron que ella acabara muerta ante sus ojos.
—No tengas
miedo, yo te cuidaré ¿No es eso lo que siempre he hecho?
Dana se dirigió
hacia la oscuridad del bosque, sin esperar a que Ethan se animara a seguirla.
Rendido, el
vampiro decidió ir tras ella.
—Un día
lograrás que me maten ¿lo sabes? —dijo a cierta distancia de ella.
—Oh vamos,
no seas melodramático.
Ambos
siguieron sumergiéndose hacia la oscuridad.
Ethan
estaba atento en todo momento, esperando que apareciera alguien que deseaba
matarlos, pero no surgió nadie.
—Muy bien —dijo
Dana, deteniéndose sin aviso. Estaban rodeados de árboles.
— ¿Qué es
esto? No hemos llegado a ninguna parte —dijo Ethan, esperando encontrar una
puerta o algo que indicara el ingreso hacia alguna fortaleza.
—No miras a
la dirección correcta, Ethan —dijo ella, poniéndose sobre sus rodillas y
escarbando entre la tierra y césped.
— ¿Qué
haces? —pregunto él, confundido.
No fue
hasta que ella escarbó por otro par de minutos que se dio cuenta que estaba
buscando la cerradura de la entrada. Cuando Dana la tomó y levantó la puerta de
un metro cuadrado, lo quedo observando con esa sonrisa de suficiencia que Ethan
comenzaba a odiar.
—No me
mires como si fuera un idiota.
—Muy bien —dijo
ella sin dejar de sonreír.
Sin aviso
alguno, Dana saltó hacia la oscuridad.
Cuando
Ethan llego a su lado, siguieron con la caminata. No pasaron más de cinco
minutos cuando encontraron la primera antorcha de aquel túnel.
—Es grande,
podría caber cualquier animal —dijo Ethan, admirando aquel pasadizo. Noto que
habían diferentes túneles — ¿Has venido muchas veces hasta acá? Pareciera que
estuviéramos en u laberinto.
—Es
exactamente eso, lo hicieron de esa forma para que los curiosos se perdieran,
antes de llegar al centro de la guarida.
—Interesante.
Ethan no
quiso averiguar el motivo del conocimiento de Dana. No quería saber qué tipo de
relación había tenido ella con el rey de los licántropos.
—No
entiendo porque quieres conseguir armas contra los vampiros, podríamos acabar
sin problemas con Gabriel, solo los dos.
Ella no lo
miro.
—No es solo
para nosotros, no voy a correr el riesgo de perder a más personas —dijo Dana,
pensando en Arial —Lilia y Adam también están involucrados en esto, es mejor si
estamos preparados. Lo que sucedió hoy, volverá a pasar, ahora Gabriel tiene un
ejército de su lado.
—Pero ya
dejamos en claro que no deben meterse con nosotros.
—No seas
iluso, no es como si los vampiros tuvieran consciencia propia, pueden ser muy
inteligentes, pero si su rey les ordena algo, no tendrán opción… seguir las
ordenes de su jefe es lo que aun los ha mantenido con vida.
—No tiene
sentido, jamás podría tomar en cuenta las palabras de Gabriel —dijo Ethan,
sintiéndose seguro de sus palabras.
—Ethan, tu
eres un vampiro, pero no eres parte de ellos.
Ambos se
quedaron en silencio, lo suficiente como para haber avanzado hasta la gran
entrada. No era difícil llegar si sabias el camino correcto.
—Buenas
noches —dijo Dana.
Ethan miró
hacia los lados, ahí no había nadie. Sus sentidos no captaban a nadie.
—No hay… —trato
de decir Ethan, pero fue interrumpido.
—Hija de
Lucifer —apareció ante ellos un hombre alto, moreno, calvo y musculoso, de ojos
color miel —debes saber que los vampiros no son bienvenidos en nuestra guarida.
—Creo que
Bael no tendrá problemas en hacer una excepción ¿No lo crees? —dijo ella, con
su mejor sonrisa.
Ethan la
quedo mirando sorprendido, pero aún más cuando apareció otro licántropo en su
forma humana. Tan alto y fuerte como el otro, pero de tez blanca.
—Guardias… —dijo
ella, sonriendo —un gusto volver a verlos, al parecer no han podido ascender
¿no? ¿Aún siguen castigados?
Los dos
licántropos se tensaron. Ethan pudo notar como sus músculos se tensaban contra
la camiseta negra que llevaban. Parecían guardias de un pub exclusivo… en el
Inframundo. Trato de descubrir desde donde habían aparecido y la única opción
era la pared negra de concreto ¿Eran parte de ellas?
—Muy
graciosa, por lo visto tú has ascendido ¿no, angelito? —dijo él de tez blanca.
—Oh chicos,
no me hagan enojar, no quiero romper esa puerta —Dana ni siquiera estaba tensa,
incluso, se encontraba más relajada que el resto de la noche.
—Bael se
encuentra ocupado, no pueden entrar, ni tú o el vampiro —dijo el moreno,
mirando de forma despectiva a Ethan —deberías saberlo, la última vez que
estuviste acá hicieron que te retiraras ¿no?
—Kroni, eso
sucedió cuanto tú eras solo un bebé y recién te habían dado el gran honor de
ser el guardián de Bael, como un buen perrito.
—Cuida tus
palabras, demonio —dijo el moreno, que respondía al nombre de Kroni.
—Contaré
hasta cinco ¿entendido?
Dana puso
su mano en la pared a su lado, esta comenzó a adquirir un color rojo, como si
hubiese una fogata al otro lado o como si la lava estuviera pronta a romper la
pared para despedazarlos a todos.
El
licántropo de tez blanca se llevó la mano al oído, escuchando nuevas órdenes y
tomo el brazo de Kroni para luego asentir.
—Basta —dijo
Kroni —no es necesario que hagas explotar el lugar.
—Bael dice
que pueden entrar, ambos —miró de mala forma a Ethan, queriendo acabarlo con su
mirada.
Kroni llevo
su mano hasta la pared detrás de él y esta comenzó a moverse lentamente,
dejando en claro que eran toneladas de concreto las que se estaban movilizando.
—Muchas
gracias, caballeros —dijo Dana, caminando hacia el interior.
Ethan la
siguió.
Ahora se
encontraban en un nuevo pasillo, iluminado y mucho más limpio.
— ¿Los
conoces? —pregunto cuando las puertas se cerraron detrás de ellos.
—A Kroni,
el otro es nuevo. Los guardias de los reyes licántropos son eternos, esas
puertas están hechas de plata y más plata, dañinas para los licántropos y…
vampiros. Pero para los guardias es diferente porque unen su sangre a las
puertas, es por eso que solo ellos pueden abrir o cerrar la entrada.
—Interesante
—dijo Ethan, realmente sorprendido por la capacidad de los licántropos. Ellos,
como vampiros, no tenían nada parecido, aunque tampoco era como si Ethan
participara mucho de la comunidad vampírica.
—Ahora, no dirás
nada cuando estemos ante Bael, si bien no odia a los vampiros, tampoco son sus
seres favoritos.
—Está bien.
Ethan no tenía
ningún problema en mantenerse callado. Tenía cierto respeto por los
licántropos, por lo que sabía, eran mortíferos y feroces, podrían acabar con
quien quisieran, aunque los vampiros seguían siendo sus peores enemigos ya que tenían
la capacidad de acabar con ellos. Sin embargo, solo había escuchado rumores, ya
que hasta un par de horas atrás, los licántropos ni siquiera estaban cerca de
su zona.
Antes que
pudieran notarlo, una mujer apareció ante ellos, llevaba una vestimenta formal,
un traje negro, el cabello negro tomado y una sonrisa formal que no convenció
ni a Ethan o Dana.
—Buenas
noches, hija de Lucifer —dijo aquella licántropa —te guiaré hasta Bael.
No dijo
nada sobre Ethan, pero tampoco interfirió en que las siguiera. Por lo visto hoy
se había vuelto invisible.
—Prefiero
Dana, hija de Lucifer ya está pasado de moda.
— ¿Cambiaste
de padre o descubriste que eres adoptada? —preguntó la mujer.
—Ninguna de
las dos.
—Entonces
sigues siendo la hija de lucifer.
Ethan miro
a Dana, esperando que contestara algo, pero simplemente se calló. No pudo
evitar sentirse sorprendido.
—Debes
saber que Bael estaba en medio de algo, bastante ocupado. Siéntete honrada por
ser recibida, más aun, acompañada de un… vampiro —la mujer le dio una mirada
extraña a Ethan.
—Pero mira
lo guapo que es ¿Cómo lo iba a dejar afuera? Es probable que Kroni lo quisiera
para él —dijo Dana, sonriendo.
—Y he
jurado seguir a la hija de Lucifer hasta el final —dijo Ethan, sonriendo —así que
no me pueden robar, por muy guapo y simpático que sea Kroni tendría que
rechazar esa invitación.
Aquello no
pudo evitar lograr una sonrisa por parte de Dana, sin embargo, la mujer los
miro con odio. Parecía que habían interrumpido algo importante.
Nadie dijo
nada más hasta que llegaron a un ascensor gigante, de metal. Ingresaron y
comenzaron a descender por muchos pisos. Ethan comenzaba a ponerse nervioso, no
le gustaba tener kilómetros de tierra sobre su cabeza. Si deseaban escapar de
ese lugar, se les haría imposible. Confiaba en que los licántropos temieran de
Dana.
Llegaron al
último piso, donde se encontraba el rey de los licántropos. Cuando salieron del
ascensor, se encontraron con una gran sala, llena de armas, computadores y un
escritorio simple en al final y centro del salón. Ethan pudo corroborar que
estaban muy ocupados.
Detrás de
cada computador había un licántropo en su forma humana digitando sin parar
mientras que detrás del escritorio, se encontraba el rey de los licántropos,
ejerciendo su poder de una forma bastante peculiar.
Bael estaba
concentrado en una carpeta, leyendo el contenido de esta y firmando algunos
papeles. No era difícil saber que él era el rey de los licántropos, era grande
y musculoso. Un macho alfa atractivo para las mujeres y admirado por los
hombres. Tenía el cabello largo color negro, tomado en una cola baja, se podían
notar un par de canas; vestía tan solo con una camiseta gris y unos jeans
oscuros… iba descalza. Ethan recién en ese momento se dio cuenta que todos los licántropos
no eran simpatizantes del calzado.
—Dana —dijo
Bael, dejando de lado sus papeles y alzando la vista para poder ver a la hija
de Lucifer — ¿Qué demonios haces aquí y con un vampiro? El pobre chico está más
pálido de lo normal.
—Es la
falta de sangre, nada más —respondió Ethan —me salte la cena.
—Creo que
has tomado un nuevo rumbo —dijo Dana, haciendo caso omiso al comentario de
ambos hombres — ¿Te estas dedicando a invertir en la bolsa?
—No,
estamos exportando armas, debemos mantenernos de alguna forma ¿no?
—Interesante
—dijo Dana —porque es precisamente debido a ello que he venido a visitarte.
Necesito armas contra los vampiros, específicamente contra Gabriel, sabes que
es un vampiro bastante especial.
Bael la
quedo mirando dos segundos sin decir nada, luego solo le dio una mirada a la
mujer que los había llevado hasta él y todo el mundo comenzó a moverse para
dejarlos solos. Solo un minuto basto para quedarse con el rey de los
licántropos.
—Si con
especial te refieres a que fue un puto ángel y luego un maldito demonio, si, es
bastante especial y muy peligroso. Solo hace un par de horas nos enteramos de
la noticia.
—Ascendió
rápidamente, ya sabes, Azazel tuvo una muerte repentina —respondió Dana,
sonriendo.
—Sí,
repentina… Repentinamente atravesaste su pecho para arrancarle el corazón.
—Quien lo
diría —dijo ella —sabes todos los rumores, incluso en este hoyo.
—No te
quiero ayudar, siempre que lo hago tengo perdidas.
—Pero
siempre que has necesito ayuda, te la he proporcionado.
—Ya no
necesito de tus cualidades, Dana, es por ello que hemos estado escondidos y
viviendo bastante tranquilos, sin meternos en nada que relacione a la Luz y la
Oscuridad… darte armas seria tomar un bando.
—No tengo
bando —dijo ella.
—Claro que sí,
el tuyo, el más peligroso de todos porque estas en contra tanto de tu padre
como del caballero de barba blanca.
— ¿Dios
tiene la barba blanca? —pregunto Ethan, sorprendido.
Nadie le respondió.
—Me
sorprende en lo que te has vuelto, tienes bastante miedo —dijo Dana con el ceño
fruncido.
—Si no
tuviera miedo de los nuevos tiempos, me habría convertido en alguien estúpido,
prefiero quedar como un miedoso.
—Gabriel y
los vampiros están asesinando a quienes eligen la Luz, Bael —dijo ella,
poniéndose más seria
—No hay
prueba de ello, no se sabe quién es… no vengas hasta acá con mentiras, Dana.
—Está bien,
pero de todas formas debo eliminar a Gabriel ¿podrías ayudarme?
—No me voy
a involucrar, prometí no poner en riesgo mi manada por asuntos personales —dijo
Bael, poniéndose de pie y caminando hasta apoyarse en el escritorio —además
eres lo suficientemente fuerte como para acabar con él, tu solita.
—Pensé que
podría obtener algo de ayuda de tu parte, debido al asunto con Morgana, ya
sabes, un poco de venganza no le hace mal a nadie.
Bael cambio
por completo su expresión, se volvió más serio.
—Morgana
lleva muerta el tiempo suficiente como para que ya no este sediento de
venganza. Eso sucedió muchos años atrás, tu solo eras una cachorra… ahora que
lo pienso mejor, ni siquiera existías.
—De todas
formas, Gabriel la mato ¿no? Cuando era un ángel, la considero un demonio y
simplemente barrio con su existencia.
Ethan miro
sorprendido a Dana, por un momento quiso decir algo, detenerla, pero se
arrepintió. Por un segundo se dio cuenta que ella estaba utilizando el dolor de
los demás para conseguir su objetivo y eso… no le gustó ni un poco.
—Estoy
dispuesta a pagar —dijo luego de que Bael no respondiera a sus palabras.
—Entonces
puedes ir con el Sr. Santderic ¿no son familia?
—Demasiados
ojos en el Mercado Negro, Bael.
— ¿No te
irás hasta que te diga que si?
—Tú eliges,
mi viejo amigo, sabes que se me da bien destruir lo que las personas aman… soy
la hija de Lucifer —dijo ella sonriendo.
Bael dio
media vuelta y se dirigió hacia su computador, donde comenzó a teclear y hacer
clic mientras Ethan miraba sorprendido a Dana. En todo momento, el vampiro, había
creído que iban por una conversación pacífica entre conocidos, no a una oleada
de amenazas.
—Las irán a
dejar hasta tu departamento.
—No —dijo
ella —te daré otra dirección, algo que no sea tan sospechoso.
Ella se acercó
y escribió la dirección.
—Es un
gusto hacer negocios contigo, Bael.
—Espero no
volver a verte, Dana.
—No
exageres —dijo ella, sonriendo y guiñándole el ojo —es hora de irnos, Ethan.
Bael quedo
mirando a Ethan por unos segundos y luego negó, cansado.
Ethan
siguió a Dana, sintiéndose bastante confundido.
Adam estaba
leyendo uno de los cientos libros que había tomado esa tarde. Desde que Eric se
había ido, él se concentró en todas las técnicas de comunicación con los espíritus
que vagaban por la dimensión de los vivos. Lo que no tenía del todo sentido, ya
que Arial, no estaba vagando.
— ¿Por qué estás
leyendo todos esos libros? —dijo Lilia, entrando a la habitación.
Adam solo
se limitó a dejar el libro a un lado y dirigirse hacia su hermosa Nephilim.
— ¿Es que
no puedo disfrutar de una buena lectura? —dijo rodeando sus brazos en la
cintura de ella.
—Claro que
puedes —dijo ella, besando la mejilla de él — ¿no deberíamos estar ayudando a
Dana y Ethan?
—Así es,
pero démosle un tiempo a solas, para ver que pueden lograr.
— ¿Sabes? —Dijo
ella, mirando de frente a Adam —no creo que esto de los asesinatos sea cosa de
Gabriel.
Adam frunció
el ceño. Lilia odiaba a Gabriel por haber estado involucrado en la muerte de
Arial.
— ¿Qué estás
queriendo decir? Todo indica que es él.
—Exacto, lo
que es sospechoso. Gabriel solo ha sido descuidado con todo en relación a Dana,
pero todos sus otros planes han sido muy bajo perfil, no sabemos lo que hace
hasta que todo está arruinado.
Adam se quedó
un momento en silencio, pensando en las palabras de Lilia.
—Es
imposible —dijo negando, sin poder creer que alguien más estuviera involucrado —debe
ser él ¿Quién más, aparte de Lucifer, estaría interesando en algo como eso?
—Mmm bueno,
es cierto, aunque no quita que es demasiado ridículo, tampoco es la forma de
actuar de Lucifer… sobre todo porque los demonios están bajo su tutela, puede
hacer con ellos lo que quiera mientras sigan siendo parte de la Oscuridad ¿Por
qué no acabarlos cuando percibe su traición?
—Tiene
sentido lo que dices, pero… esto se volvería muy complejo si no es Gabriel.
—Sabes que
quiero que Gabriel muera, pero nos estamos saltando algo y lo sabes.
—Solo sé
que nada sé —dijo él, sonriendo y besando suavemente la boca de ella — ¿Cómo te
sientes?
—Ahora
mucho mejor, deberíamos ir al pub para trabajar ¿no?
—Nada de
eso, hablaba en serio cuando dije que tomaríamos las cosas con calma.
—Eso no
significa que me quedare haciendo nada por el resto de mis días, vamos, debemos
hacer algo.
—Tengo
buenos planes para esta noche —dijo él, sonriendo de forma seductora,
desconcentrando por un momento a Lilia.
—No podemos
—dijo ella, escapando del hechizo de los ojos de Adam —no quiero volver a
quedar fuera de algo importante, deberíamos ayudar a Dana y Ethan, no quiero
que se repita la historia y terminar con otra amiga muerta.
Adam la
quedo mirando unos segundos, sorprendido por las palabras de Lilia, pero no
pudo refutar sus dichos. La vez pasada se había desconcentrado mucho por haber
dado los primeros pasos de su relación, tanto, que ni siquiera se habían dado
cuenta de que Arial y Eric tenían algo.
—Bien, creo
que es mejor que averigüemos que sucede, tanto Dana como Ethan se han
preocupado de llevar esto hacia el camino de Gabriel, nosotros buscaremos un
atajo.
— ¿De qué
hablas? —preguntó ella confundida.
—Veremos si
realmente el rey de los vampiros está involucrado en esto. También creo que no
es la técnica de Lucifer jugar a eliminar a sus demonios de esa manera, no es
como si tuviera escases de ellos… además en su mente solo tiene a Dana, la
quiere en su reino a toda costa.
— ¿Por qué
él desea tenerla de su lado? —pregunto Lilia.
—Hasta el
rey de los demonios se cansa de su trabajo, amor.
Ella abrió
sus ojos sorprendida, entendiendo las palabras de Adam.
Ethan y
Dana llegaron al edificio donde vivían, justo cuando el reloj marcaba las tres
de la madrugada. Subieron en el ascensor, en un tenso silencio hasta que ella decidió
romper el hielo.
—Descansaré
en mi departamento y tú en el tuyo —dijo sin mirar a Ethan.
—Eso es un
tanto injusto, pasó frio durante las noches.
Dana no
pudo evitar sonreír, lo que siempre le sorprendía ya que al parecer solo él
lograba esa reacción en ella.
—No hay
excusa, no te pases de listo.
—Solo estoy
dando un fundamento bastante valido para no pasar frio esta noche, dormir
contigo sería un beneficio y tu ayudarías a un pobre samaritano.
—Ni lo
pienses… —ella volvió a adoptar esa expresión seria —no es como antes Ethan,
debes entenderlo.
—Claro que
no es como antes, ahora sé tú naturaleza, estamos bien.
La puerta
del ascensor se abrió, justo en el piso de Dana.
—Buenas
noches, Ethan.
—No serán
unas buenas noches —dijo él, cruzando los brazos, pero pensando que lo mejor
era no seguir presionando a Dana. Ya había llegado al límite con su carácter
hacia solo un par de horas cuando la encerró en esa caja de metal al
enfrentarse a los vampiros —que duermas bien.
La puerta
se cerró y ella pudo respirar tranquila, necesitaba un tiempo a solas y al parecer
Ethan la había entendido.
Se acercó a
su departamento y abrió la puerta, todo estaba a oscuras pero al parecer nada
estaba fuera de lo normal. Si fuera una humana no se habría dado cuenta que tenía
compañía, pero como no lo era, solo tuvo que llegar al salón para suspirar
cansada.
—Me
sorprenden tus deseos de morir, Gabriel.
Él se
encontraba sentado en el sofá más grande, sin ningún deseo de luchar o discutir
con alguien. Solo estaba cansado y no sabía a donde ir, sobre todo luego de
haber visto como Ethan y Dana estaban tan bien complementados. La forma como el
vampiro la había calmado, aun no dejaba de sorprenderlo.
—Técnicamente
no estoy aquí ¿sabes? —dijo sin mirarla, solo estaba poniendo atención a la
mesa de centro.
—Mi querido
y adorable padre te dotó de nuevas armas, interesante.
Dana noto
de inmediato que las palabras de Gabriel eran ciertas, él no se encontraba ahí
con ella, no en su forma natural por lo menos. Los poderes que podía entregar
Lucifer eran ilimitados.
— ¿Qué
haces aquí? Dudo que sea para tomar una taza de café —dijo ella, obligándose a
ir hasta donde se encontraba Gabriel. Al no poder tenerlo de forma física, no
se podía desgastar haciéndole daño, era imposible.
Se sentó a
su lado, solo los separaba un metro de distancia.
—Tan solo
quería un momento de tranquilidad, actualmente me encuentro en el mismo
infierno, sabes que salir de ahí es bastante agradable.
Ella lo
miro por unos segundos, deseando poder atravesarlo con sus manos y acabar con
su existencia, pero se dio cuenta que ni siquiera eso se merecía esa imagen de
Gabriel, no quería estar de mal humor solo por gusto.
— ¿Es que
acaso ser el rey de los vampiros te está agobiando? Siempre puedes renunciar —dijo
ella de forma irónica. Ese cargo era para toda una eternidad, a menos que te
maten.
Gabriel
apoyó su cabeza en el respaldo del sofá y giró su cabeza, para mirar a Dana en
la oscuridad.
— ¿De
verdad ayudaras para que no sigan asesinado a los Demonios traidores? —Pregunto
con el ceño fruncido —pensé que ya no cooperarias con la Luz.
— ¿Por qué
crees que respondería a esa pregunta? No es como si fuéramos amigos.
—Pero lo
fuimos, incluso más que eso.
—No —dijo
ella sin mirarlo, pensando en otro vampiro —realmente nunca lo fuimos.
Gabriel no
podía amar, no podía sentir demasiadas emociones que fueran a favor de otro ser
aparte de él… por eso no podía evitar preguntarse ¿Qué le provocaba dolor en su
pecho cuando ella le hablaba de esa manera?
—No
mientas, no tiene sentido.
— ¿Sabes?
Este juego me está aburriendo, el hecho de encontrarnos reiteradas veces y no
poder acabarte ¿Qué te hace pensar que quiero verte? Cuando pueda poner mis
manos sobre ti, estarás acabado, demonio.
Él la miró
por otros largos segundos, disfrutando de cierta manera, poder tenerla a su
lado sin estar agitando sus manos o esquivando golpes.
—No es por
ti, lo hago por mi… me gusta verte, más cuando estás sola. Lo que es bastante
difícil en estos últimos días.
Ella no
dijo nada, no tenía palabras para los dichos de Gabriel.
—Hoy vi cómo
fueron atacados —dijo él, sin dejar de mirar a Dana, que no le regalaba ninguna
respuesta.
—Tú diste
la orden.
—Sí, quería
ver que tan fuerte podía ser Ethan… lo subestime por completo. Fue mi error
enviarlo a entrenar. A veces no pienso bien las cosas cuando deseo resultados rápidos.
Ella se giró
a verlo.
—Jodiste la
mente de Ethan, eso también te lo hare pagar.
Su ceño
estaba fruncido y sus ojos miel lo miraban con odio… una expresión muy
diferente a la que Gabriel había visto en el pasado, cuando ella lo miraba como
si fuera lo único importante en su existencia.
—No es
justo —dijo él —No debimos acabar de esta manera.
—Creo que
es mejor que te retires. Tus palabras no las escucha nadie, no tiene sentido
que te hagas la víctima en este momento, es demasiado tarde para lamentarse.
Él negó, no
deseaba irse, no quería volver al infierno ni tener que ir a un pub o a
alimentarse de alguien.
—Lucifer te
quiere a su lado, ya lo sabes, nos tendremos que ver constantemente cuando
aceptes que tu lugar es la Oscuridad.
Ella sonrió,
sin poder creer que en algún momento estuviera enamorada de alguien como él. Si
bien Gabriel era un demonio, antes era igual de egoísta que ahora. Era probable
que Lucifer se hubiese aferrado a ese defecto de él para hacerlo caer.
—Interesante,
sobre todo porque no tengo ningún deseo de terminar en ese lugar, me gusta la
tierra, hay aire acondicionado comparado con el Infierno.
Él negó a
sus palabras.
—Todo el
mundo se cansa, Dana.
—No creo
que me agote tanto la tierra como para elegir el Infierno.
Gabriel se
enderezó.
—No hablo
de ti, sino de tu padre. Alguien debe tomar su lugar…
Tan solo al
escuchar esa frase, Dana comenzó a entender de qué iba todo este juego de
Lucifer. Se puso de pie, sin poder evitarlo.
— ¿De
verdad crees que viniendo hasta acá y decirme eso te servirá para que yo elija
a Lucifer?
—No —dijo
el, suspirando —yo también estoy cansado, decirlo directamente me pareció una
buena idea.
—Gabriel,
si estás cansado, ven hasta acá en tu forma natural, así acabare contigo y
terminaré tu suplicio. ¿Sabes que si acepto lo que dice Lucifer, lo primero que
haría como reina de todos los demonios, seria acabarte?
El demonio
no respondió, solo se quedó mirando la imagen de ella. Tenía su cabello blanco
y Marcas en los brazos. Le parecía tan guapa como la primera vez que la vio,
sin embargo, esta vez ella no lo miraba con cariño, como en el pasado. Lo
odiaba, realmente lo odiaba y sus palabras eran ciertas, ante la primera
oportunidad ella lo destruiría.
—Me
arrepiento de lo que hice ¿eso no cuenta? —Pregunto más para sí mismo —no pensé
que todo esto acabaría de esta forma, no pensé que te perdería.
Ella lo
miro sin decir nada, tan solo por unos segundos. Dana conocía bien a Gabriel,
si bien pudo engañarla en el pasado, habían ciertas expresiones y movimientos
que solo se sabe interpretar en otra persona, si se estuvo enamorada.
Nada se
puede borrar por completo de la faz de la tierra.
—Te ves
patético —dijo ella, sorprendida por esta actitud tan pasiva en el — ¿sabes? No
deberías arrepentirte de nada sobre nuestra relación, ya está hecho, además, no
hubiese resultado de una u otra forma…nunca estuvimos realmente enamorados.
Él la miro
sorprendido. Gabriel podía entender que ella lo odiara, pues había hecho lo
suficiente para ganarse ese sentimiento, pero otro tema era que ella le hablara
tranquilamente sobre lo que pudo haber pasado.
—No hables
de esa forma, yo realmente te amaba.
Ella negó.
—Yo pensaba
lo mismo, incluso hasta hace poco, pero lo tuyo jamás fue amor, no sabría decir
que era, pero jamás me trataste como…
— ¿Cómo
Ethan? —Preguntó él, frunciendo el ceño —tan solo es condescendiente contigo,
para que no vuelvas a la Oscuridad.
—Puede ser —dijo
ella —pero ¿no te has dedicado a pensar que jamás sacrificaste nada por mí? Por
lo menos el vampiro bebé ha hecho bastante como para ganarse un voto de
confianza, además… a pesar de que me he dedicado a pensarlo, no los puedo
comparar. Ethan ha sido leal hacia mí.
—Te engañó
a la semana de estar juntos, Dana —Gabriel se puso de pie, sin poder comprender
como ella le hablaba de esa forma.
Era cierto
que desde que se convirtió en un demonio, no había hecho nada más que cometer
errores. Sin embargo, para él, su historia con Dana era sagrada, irremplazable
y única.
—Y yo lo
engañé, contigo, debo reconocer que una parte de mí en ese entonces deseaba
estar con el vampiro malo, eran algo que no podía comprender porque no sabía
nada sobre nuestro pasado.
—Dana… —dijo
él, dolido.
—Ten algo
en claro Gabriel, es cierto que te deseo muerto, pero quiero que sepas y no
dudes al momento de que si tuviera que elegir entre tú y Ethan, no tendrías
oportunidad, aunque no te hubieses vuelto en un demonio… quizás si lo nuestro
hubiese durado hasta ahora, se habría terminado de todas maneras porque es muy
probable que conociera a Ethan.
Gabriel
negó, sin poder creer aquellas palabras. Ella mentía para herirlo, para acabar
con lo poco que quedaba de él, de esa forma no podría pensar claramente para
llevar a cabo sus planes y alcanzar los objetivos de Lucifer.
—Mientes —susurró.
—No estoy
diciendo que me quedare con él, pero sí que es mucho mejor que tú, incluso que
yo.
—Solo te está
engañando.
—Es una
posibilidad —dijo ella, cruzándose de brazos —sin embargo, me ha tratado de una
forma que tu jamás hiciste.
El demonio
abrió su boca para defenderse, pero recordó la imagen de hace unas horas, donde
Ethan había protegido a Dana de sí misma y luego la había calmado de una forma
que él jamás había hecho. Él nunca se interpuso entre la maldad que había en
ella, en sus deseos de sangre y en el daño que le hacía a otros… o hacia ella
misma.
No podía
decir nada, Dana tenía razón. Él nunca la había protegido porque siempre la vio
como alguien incapaz de vencer. Nunca se detuvo a pensar que ella era tan
fuerte, que podía hacerse daño de una forma muy fácil.
—Lo mataré —dijo
él, sin levantar la voz y sin cambiar su expresión —no solo porque lo desee
muerto desde que nació, sino porque ahora lo veo con claridad.
Ella frunció
el ceño, sin comprenderlo.
—Tampoco lo
mataré para tenerte de una buena vez —continué el demonio —sino porque él es el
verdadero obstáculo para que tu crezcas, tomes el lugar que debes y controles a
los seres que te corresponden por derecho.
Una leve
sonrisa psicópata apareció en el rostro del demonio.
— ¿Por
derecho? —Preguntó ella, sin preocuparse por las amenazas de Gabriel —si fuera
por eso, deberías averiguar un poco más, demonio —dijo ella, sonriendo —porque
de ser así, me tendría que corresponder manejar a todos los ángeles de la Luz.
Gabriel
pudo sentir como su cuerpo se helaba en el mismo infierno ante la sonrisa
frívola y superior de Dana.
—Es por
esto que jamás te elegiría, Gabriel. No me conoces y no tienes idea de dónde
vengo, nunca lo entendiste y ninguna vez te dedicaste a averiguarlo.
Dana ni
siquiera se preocupó de darle la espalda. La visita del demonio solo hizo que
no deseara estar en su departamento, además comenzó a sentir frio y realmente
no deseaba dormir sola en su cama.
Salió de su
hogar, dejando a un inmóvil vampiro sin esencia.
Ethan
estaba saliendo de la ducha, secando su cabello mientras que una toalla
envolvía su cadera. Se dirigió hacia su habitación, tanta tensión lo había
dejado sin duda cansado, además de la lucha que debió efectuar contra los
vampiros que querían su cabeza.
Cuando
abrió la puerta no pudo evitar sonreír al encontrar que ella se encontraba
entre sus sabanas, usando alguna camiseta suya del armario y durmiendo sin
problema alguno. Se deshizo de las toallas y se metió a la cama.
—Estás
desnudo, pervertido —dijo ella, prácticamente inconsciente por el cansancio que
sentía.
—Buenas
noches, amor —él besó el hombro descubierto de ella y la rodeó con sus brazos.
Dana se quedó
en silencio por unos segundos.
—Buenas
noches, estúpido vampiro.
En nombre de todo lo que es correcto, me tomo ¡MESES! volver a actualizar, es realmente absorbente el internado mis queridas mariposas lectoras, pero ya queda cada vez menos. Cuando salga y no encuentre trabajo xD podre escribir tambien. Espero que aun queden lectoras :3
Querida mariposa, todavía no he podido leer el capi completo pero te comento de una vez para que sepas que aquí queda una lectora que no te ha olvidado y esperaba la actualización, ahora que termine el capitulo te lo comentare pero por lo pronto un beso y nos seguimos leyendo!!!!!!
ResponderEliminarGracias poe el xap.me encanto y mas con los seres k agregaste
ResponderEliminarme quedo una duda cual es el origen de Danna
Creo k tiend razon danna ethan la protege hasta de ella misma
pobre gabriel kreo k su muerto corazon murio
me hubiera gustado k ethan qyudara a bael con el alma de su esposa.
asi tendria aliados poderosos
quien es el rey de los vampiros que va a buscar adam
crei k era gabriel
Sera verdad lo k dice lilia?
Uff se me hace que le queda un buen a esta historia
Holaaa! Bueno yo soy una lectora que siempr te he seguido en silencio. Acostumbro a revisar periódicamente tus actualizaciones para inmediatamente leerlas cuando las hay. XD
ResponderEliminarEspero que te vaya muy bien en tu internado, y que tengas más tiempo libre que invertir para que nosotras (las más beneficiadas) podamos disfrutar un cachito más de tu mente.
ahora si, vamos a la historia.
¡¡¡QUE!!! ME MATÓ! ahhh!! :O Dios bendito! Como que heredera de los Ángeles de la luz :O Danna es hija de Dios o algo asi?... ahh -.-' Si... ignoramos eso... gracias, que cosa más tonta he dicho allí, Dios!
No veo la hora en poder volver a leerte, ojala tengas tiempo. ¡PRONTO!
Bueno, aprovechando el mensaje te digo que me encantó la forma en la que peleó Ethan, en la que trató a Danna y como manejo su enojo cuando la libero xD jajaj se merecía un buen porrazo por eso jajaja xD sin embargo me encantó :Q___ Dios! ETHAN! Jajaja
En otra observación me gustaría decirte que quisiera ver más a Ethan ejerciendo el pos por el que Danna cayó al mundo terrenal (aparte de que estuviera enamorada, claro)
Me encanto ese golpe se frente que merecia Gabriel, ese tipo me la corre -.- si pudiera hubiera vanagloreado a Danna donde lo hubiera matado cuando pudo...ahora veamos que toca hacer.
Me dio, demasiada, ir a la forma en la que muere Arial, más que nada no es por el lugar al que llega, si no, por que murió por un acto desesperado de un momento desesperado. Apoyo 100% a Danna en la forma en que mató al desgraciado... bueno yo hubiera torturado por un mes al perro y luego si lo mataba pero... comprendo que quisiera matarlo e inmediatamente irse a su lugar de retiro...
a todas estas tengo un enredo, tendré que reeleer la temporada pues no recuerdo si Ethan realmente tiene aun el poder de ayudar las almas sólo he ahora las ignora más olímpicamente que antes... sólo confundida