martes, 16 de septiembre de 2014

Un Ángel Traicionado - Capitulo 19


“Pánico”

Adam observó con cierta sorpresa la supuesta casa de Thomas Santderic. Era de un piso, color blanco en un barrio donde había más casas como esas. Lilia le había dicho que nadie además de ella y otro ser más sabían de la existencia de dicha residencia.
—Esto luce demasiado normal ¿estás segura?
Lilia lo miró enarcando una ceja y luego se puso el gorro de su abrigo, cubría la mitad de su rostro.

—Obviamente aun no comprendes que los Nephilim buscando normalidad. Esta casa es perfecta, tiene todo lo que podrías necesitar y las camas son muy cómodas.
Adam dejo de sonreír burlón y miró a Lilia con cierto reproche, pero ella ya estaba avanzando hasta la puerta. El Caído odiaba cuando ella le recordaba que había sido de Thomas, más de una docena de veces.
—Thomas no está, es por eso que no tendremos problemas para entrar.
— ¿Y crees qué fácil hacerlo? Debe tener una trampa —dijo Adam saltando la cerca junto con Lilia.
—No, Thomas no cree que los Contratos de Sangre deban tener tanta protección ¿Quién además de él y su negociador querrían saber dónde están? Nadie puede utilizarlos de mala forma aparte de Thom.
Para sorpresa de Adam, Lilia sacó una llave de su bolsillo. Fue como recibir un golpe en la cara, ella tenía una relación bastante cercana y seria con Thomas, como para tener todos esos accesos al Nephilim.
— ¿Cuándo te dio su llave?
—Años atrás —dijo ella entrando sin mirar atrás.
— ¿Por qué dejaste que él creyera en una relación seria? Dijiste que jamás habías tomado en serio a Thomas.
Adam ni siquiera se fijó en el interior de la casa, solo estaba atento a la espalda de la Nephilim.
—Yo nunca dije algo como eso, es más, en tiempo traté de que todo funcionara con Thomas, como correspondía.
Adam esperó a que siguiera hablando, que diera otra justificación, algo que dejara en claro que no sentía nada por Thomas.
—Está en el sótano —dijo Lilia, avanzando hacia la puerta que se encontraba en un largo pasillo. Todo estaba a oscuras y ella estaba usando su propia luz violeta para ver hacia donde se dirigía.
— ¿Y ahora? ¿Te sigue gustando?
Lilia ni siquiera se giró para ver el rostro de Adam.
—No te voy a dar explicaciones, ya te he dicho demasiadas veces las mismas palabras.
Adam se sintió mejor, pero no aliviado ya que cada vez que Lilia le hablaba, era para dejar en claro que estaba furiosa con él, aunque no lo dijera literalmente. El ángel caído conocía los tonos de voz de la Nephilim y actualmente, estaba furiosa como nunca con él.
—He tratado de agradecerte, pero nunca me dejas —dijo Adam cuando ella abrió la puerta —por haberte quedado conmigo todo el tiempo que estuve inconsciente.
Lilia comenzó a bajar las escaleras hacia la oscuridad. Adam tuvo que seguirla.
—Si hubiese sabido que era normal que durmieras tanto, me habría ido a mi departamento.
El Caído se tensó, no le gustaba ni un poco esta Lilia, tan fría y arisca con él, aunque ya había quemado todas las oportunidades de que ella siguiera siendo dulce con él. Su actitud había sido muy mala hacia ella.
—Thomas dijo que saldría.
—Si —reafirmó Lilia, llegando por completo al sótano. Estaba limpio y ordenado, solo habían un par de muebles viejos y una puerta de hierro, justo a la derecha de ella.
— ¿Dónde crees qué habrá ido? —Preguntó curioso Adam —dijo que iría por el antídoto, pero Thomas no deja su trabajo así como así ¿Quién crees que le proporcionó ese antídoto desde un principio?
Lilia se giró hacia Adam, había captado con claridad el intento del ángel caído para entablar una conversación con ella. La Nephilim tuvo que mirar hacia otro lado para no caer ante la mirada de Adam.
— ¿Cómo abriremos esa puerta? De seguro la tiene con mil seguros.
Lilia no respondió ante la duda de Adam, solo se acercó a la puerta de hierro, lo suficiente para que no hubiera distancia entre esta y su cuerpo. Su rostro tocó el frío metal mientras sus manos iban dirigidas hacia la cerradura.
—No digas una palabra más, debo estar concentrada o esto no funcionará.
Lilia apoyó su mano izquierda justo donde debía ser insertada la llave y dejó que su fuego traspasara aquel orificio.
Adam estaba enterado de aquella facultad de Lilia para darle forma al fuego que ella creaba, pero no le gustaba que lo llevara a la práctica. Toda evolución en el poder de un Nephilim solo era prueba de que su lado demoniaco estaba desarrollándose con mayor fuerza.
—Abrir puertas es demasiado difícil —susurró ella, apoyando por completo su cuerpo contra la pared, como si eso ayudara de algo.
Adam estaba comenzando a sentirse nervioso porque no le agradaba la idea de entrar a una casa sin la autorización del dueño, era demasiado íntimo. Prefería sin duda alguna golpear a Thomas hasta que él mismo le diera las llaves.
—Listo —dijo Lilia con su frente perlada de sudor. La puerta se abrió con un leve empujón por parte de ella.
Cuando entraron a la sala que seguía, se sorprendieron al ver la semejanza que había con las cajas de seguridad de los bancos. Había cientos de pequeñas puertas, con seguro, por las cuatro paredes que los rodeaban. La puerta, el piso y el techo era lo único que no tenía cajas de seguridad.
—Bueno —susurró un tanto preocupada Lilia, avanzando junto a Adam. No obstante, cuando dieron un par de pasos, la puerta se cerró con fuerza detrás de ellos.
—Espero que eso no sea una alarma —dijo Adam, mirando a Lilia que seguía con la llama de luz en la palma de su mano.
—No, es un cerrado automático —susurró ella mirando atentamente la puerta —muy bien, comenzaré a ver las casillas, todas han de tener seguro con llave.
Adam se acercó a una y trató de abrirla, pero esta no cedió. Cada una de ellas tenía una llave diferente.
—No es necesario que hagas esto, quizás sea mejor que las rompa —propuso el ángel caído, aunque Lilia negó de inmediato.
—Imposible, no queremos que Thomas sepa lo que hemos hecho. Necesitamos el antídoto, así que si más tarde se entera, mejor. Me gustaría seguir teniendo su amistad por el máximo tiempo posible.
Lilia se dirigió a una caja que eligió por azar para comenzar con un largo trabajo.



Lo último coherente que escuchó Arial entre todo el caos, fue como Eric le gritaba que corriera. Sería muy fácil si tuviera una buena visibilidad de su alrededor, pero Azazel la había rodeado de humo. Podía respirar con tranquilidad, no era un humo común y corriente, era parte del demonio.
Cuando la Nephilim comenzó a tener un ataque de pánico porque sabía que aquel demonio la estaba rodeando, cerró sus ojos con fuerza, esperando encontrar una salida, pero todo lo había absorbido la oscuridad de Azazel.
— ¡Hijo de perra! —escuchó la voz de Philip, perdida en algún lugar. Esperaba que Eric estuviera acabando con aquel traidor.
Tan solo recordar a su ángel Dominacion hizo que la oscuridad donde estaba perdida, no fuera tan horrible. Él estaba ahí, de alguna manera atacaría a Azazel o algo por el estilo, solo debía tranquilizarse y buscar una salida y no volverse en una molestia. Ella se sabía defender, tan solo tenía que evitar caer en el pánico que le causaba su padre.
No era fácil, no cuando Azazel estaba dispuesto a pasar un buen rato jugando con la mente de su hija, es por eso que cuando Arial escuchó la voz de demonio, se quedó paralizada.
—Estás sola, Arial —susurró en el oído de ella, provocándole un terror que muy pocas veces había experimentado en su vida, todas a causa de él.
Arial se giró hacia su derecha, asustada por escuchar el susurró de aquel demonio, pero no se encontró con su rostro, solo con más oscuridad. Rápidamente tomo uno de los cuchillos que estaba en su pierna.
—Aunque siempre lo has estado.
Arial volvió a moverse hacia donde provenía la voz, pero no encontró nada. Ella sabía que él solo deseaba aterrarla, siempre era igual, ya que se alimentaba del miedo que ella sentía.
La Nephilim cerró sus ojos, tratando de controlar los latidos de su corazón. Mentalmente se ubicó en el club Excalibur, pensando en qué lugar había estado con Eric la última vez, recordando como él regañaba a la estúpida de Marisa. Habían sofás rodeándola, mesas y sillas. La puerta quedaba hacia el oeste mientras que el escape por emergencias se encontraba en dirección contraria. Ninguna de ellas eran opciones, estaban rodeados de vampiros.
— ¿Dónde está tu ángel ahora?
Arial cubrió sus orejas al sentir en la derecha los labios de Azazel recorriendo la zona del lóbulo.
— ¡Basta! —gritó sin saber que decir, no esperaba misericordia por parte de aquel ser, pero no deseaba ser torturada.
 “¿Por qué no lo hace de una vez?” Se preguntaba una y otra vez.
—Me has desilusionado hija, involucrarte con un ángel… te has vuelto la vergüenza de la familia.
Arial se quedó paralizada, observando como ante sus ojos y rodeado de aquella neblina negra, aparecía la viva imagen de Azazel; su cabello y ojos eran igual a los de ella, es por eso que ese color era el que más odiaba. Por mucho tiempo ella se despreció por parecerse tanto a él.
—Y ahora como un buen padre ejemplar, te tendré que castigar —dijo él sonriendo.
Arial ante la desesperación de tenerlo solo a un par de metros, comenzó a recuperar el poder sobre su cuerpo. Retrocedió lentamente, pero con seguridad, los suficientes centímetros para luego girarse por completo y correr hacia la oscuridad.

Eric no podía ser opacado por la neblina negra que Azazel había usado para distraer a todo ser que se encontraba en aquel club. El Dominacion tenía sus alas completamente expuestas, dejando que la luz de su categoría cegara a los vampiros de peor calaña.
Cuando visualizó a Philip y su horrible collar con púas, se lanzó a por él solo con un movimiento de sus alas. Ni siquiera le dio tiempo para hablar. Cubrió el rostro del vampiro con la palma de su mano y observó por unos segundos como su rostro comenzaba a quemarse. Atravesó su cuerpo por la mitad, con su espada. Su brazo se movió con una facilidad que solo la vasta práctica podría provocar.
Dejó el cuerpo inerte en el suelo, para girarse a los demás que iba apareciendo por todos lados entre aquella neblina.
Tomó su espada con ambas manos y ante las miradas sorprendidas de aquellos vampiros jóvenes, la separó en dos. El Dominacion sonrió con suficiencia.
Las armas cuando se ascendía a Dominacion, mutaban a como lo deseara el ángel que poseía dicha arma. Exactamente como lo hacía Sebastián, quien siempre convertía su arma en la cruz que colgaba en su cuello, así, con su apariencia de humano, podría ir siempre armado.
Sin embargo, Eric había cambiado su arma de mil formas, es por eso que era el mejor luchando, el que más demonios había acabado y a quien habían nombrado como entrenador de Arcángeles, posición que en el pasado había sido de Gabriel.
Solo duró dos segundos, los vampiros ni siquiera se dieron cuenta de la rapidez que tenía Eric para eliminarlos, por lo que cuando este volvió a su lugar y observó a sus enemigos, solo encontró parte de ellos, deshaciéndose sobre el piso, desapareciendo de la faz de la tierra.
— ¡Basta!
Eric se tensó al escuchar el grito de Arial. Deseaba tener alguna forma de encontrarla en la oscuridad, de atraerla a él con algún poder, pero no era un demonio y no poseía dichas habilidades. Es por ello que no podía eliminar con facilidad a los demonios con mayor categoría. Aunque eso no influía con lo valiente que era.
Sin dudar se sumergió en aquella neblina, en busca de su Nephilim.

Arial chocó bruscamente contra una pared, se alegró de encontrar algo que la ayudara a ubicarse en aquel lugar, aunque a los pocos segundos se dio cuenta que aquello no le ayudaría mucho. No podría salir de ahí mientras tuviera contacto con Azazel, esa neblina era él, la tenía rodeada.
— ¡No, basta, déjame!
La Nephilim se quedó helada al escuchar su propia voz; podía reconocer que era cuando ella estaba cruzando la adolescencia, décadas atrás. Era su voz gritando por ayuda cuando Azazel la atrapó.
—Quiero desaparecer —susurró su propia voz al oído —solo quiero ser normal.
Los ojos de Arial se llenaron de lágrimas, sintiendo como su estómago se revolvía por el terror y asco que le provocaba Azazel al traer esos recuerdos a su memoria.
—Esto no está pasando.
Cada susurró que llegaba a sus oídos iba acabando con la fiera valentía que había tenido minutos atrás. Azazel la necesitada destrozada, no siendo una heroína, es por eso que llegaría a lo que fuera necesario para atemorizarla.
Arial cubrió sus ojos para que no siguieran cayendo sus lágrimas, tan solo deseaba desaparecer, exactamente como el pasado, escapar a kilómetros de distancia de donde se encontraba Azazel, incluso deseaba no haber existido jamás para no tener que vivir en un mundo donde él fuera su malvado progenitor.
La Nephilim se quedó sin aire en sus pulmones cuando sintió la mano de Azazel contra su cuello, haciendo que ella observara hacia arriba. Sabía muy bien era la neblina la que la rodeaba.
—Podría matarte ahora mismo, tan solo quebrar tu cuello de porcelana —dijo él, presionando con fuerza —no me gustó nada que ese Dominacion me haya atacado por tu culpa, si no te hubieses involucrado seguiría pasando desapercibido para la Luz. Ahora no, todo por ti y ese ángel. No me gusta ni un poco, muñeca.
Los ojos de Arial fueron perdiendo vitalidad a medida que escuchaba como hablaba aquel demonio, tenerlo tan cerca y tocándola solo causaba que ella tratara de esfumarse de aquel lugar, aunque fuese perdiéndose en su propia mente.
—Quiero mi revancha con él —dijo susurrando, dejando que sus labios casi rozaran los de ella, disfrutando como Arial temblaba por el pánico —sabes que me gustan los juegos.
Arial sentía cada segundo como la mano de Azazel se volvía más y más corpórea, es por ello, que perdida en algún lugar de su cabeza pudo encontrar la tranquilidad que necesitaba para luego volver al presente, detener el temblor que sentía y disparar hacia la sien del demonio que la tenía apresada.
Azazel la vio con terror por un solo segundo para después volverse etéreo y unirse al resto de la neblina. Ella no podía matarlo, pero si causarle dolor y una bala en la cabeza podría lograr aquel objetivo.
Cuando la Nephilim vio la reja que daba hacia los conductos de ventilación a un par de metros sobre su cabeza, pensó que por un momento el jefe de la Luz se había acordado de ella. En parte fue de esa manera, pero no para salvarla, ella era una herramienta para fines mayores.  De un salto Arial rompió la reja con su cuchillo más grande, no dudo en acercar cualquier superficie cerca, subirse a ella y meterse en los conductos, dejando atrás a Azazel y todo su infierno.
No se dio cuenta que estaba cayendo en una trampa mucho peor.



Lilia se quedó con un contrato en la mano, llevaba varias cajas abiertas pero ninguna era la de Adam.
—Deberías descansar —dijo el ángel caído.
Ella no lo escuchaba, se había quedado helada al encontrar cierto Contrato de Sangre, uno que su confiable y querido Thomas Santderic tenía con Gabriel.
—No puede ser, mira esto —dijo sin despegar la mirada del papel que tenía en sus manos.
Adam se acercó a ella para poder leer lo que ese contrato decía. Se quedó de una pieza.

“Yo, Gabriel me comprometo a proporcionar la ayuda necesaria para facilitar la seguridad de Thomas Santederic cuando llegue el momento”

—Bueno —dijo Adam un tanto desilusionado —esto no dice mucho sobre ninguno de los dos, todos hemos hecho negocios con Thomas alguna vez.
Lilia lo miró curiosa, esperaba escuchar una sarta de insultos hacia el Nephilim, como siempre lo hacía el Caído.
—Sí, eso tendría sentido si fuera un Contrato de siglos, pero este es de hace menos de un año. Todo lo que Gabriel quiere es a Dana, si tiene un trato con Thomas solo puede tratarse sobre ella.
Adam lo pensó unos segundos, no apoyando del todo esa hipótesis porque generalmente Gabriel conseguía todo lo que deseaba por sí solo, aunque, conseguir la ayuda de Azazel no le debió ser nada fácil, él lo repudiaba sobre todo porque el demonio estuvo involucrado con Dana en el pasado. Azazel odiaba a Gabriel porque había destruido a Dana, a pesar de haber sido el encargado de convertir a Gabriel en vampiro. Ambos demonios solo tenían una persona en común.
—Arial —susurró Adam, un tanto confundido.
— ¿Qué tiene que ver Arial en todo esto?
—Lo más probable es que Thomas ayudó a Gabriel consiguiendo que Azazel se involucrara en todo este drama para borrar la memoria de Ethan. Azazel desea a Arial, ya sabemos que quiere su sangre y su vida ¿no?
Lilia asintió sin comprender.
—Y Gabriel por alguna razón debe querer lo mismo, acabar con Arial. No tiene sentido, a Gabriel le agrada Arial —se dijo a sí mismo el ángel caído.
—Estás hablando estupideces, esa teoría no tiene pies ni cabezas, Adam ¿Qué le importaría a Thomas ayudar en algo relacionado con todo lo que has dicho?
—Thomas es hijo de su padre, Lilia y créeme… Lucifer no quiere a Dana y Ethan juntos, ni siquiera la Luz quiere que ella esté con alguien.
Lilia sintió un vacío en su estómago.
— ¿Crees qué Thomas pueda estar coludido con Lucifer? Él dijo que no. Además ¿Por qué Lucifer querría acabar con Arial? no tiene sentido —dijo Lilia, sin comprender a Adam —según tú, tenemos a Gabriel, a Azazel e incluso al mismo Lucifer tratando de terminar con ella ¿Por qué? ¿Ah?
Adam se giró hacia las cajas de seguridad para golpear su frente contra ellas. Les faltaba un dato importante para resolver la pregunta de Lilia, pero no encontraban el pequeño detalle que se estaban saltando.
—No lo sé —dijo finalmente el ángel caído.
—Eric es fuerte ¿cierto? —Preguntó preocupada Lilia —se han ido juntos a investigar ¿crees qué si trataran de atacar a Arial, él la ayudaría, aunque fuese una Nephilim?
—Por supuesto, aunque no le agrade.



Eric sentía que su corazón, a pesar de ser un ángel, latía desenfrenado por no encontrar a Arial. Había recorriendo todo el lugar, estaba seguro de ello pero solo se había encontrado con vampiros y más vampiros. Acabó con todos los que se enfrentaron a él y dejó huir a los que corrían despavoridos.
Para su pesar debía admitir que se estaba asustado, sobre todo cuando la niebla comenzó a bajar cada vez más, dejando expuesto los restos de vampiros en todo el club.
— ¡Arial! —gritó, esperando recibir una respuesta, pero lo único que escucho fue un grito de terror. Sabía que era ella, en algún lugar de los conductos de ventilación, no tenía tiempo para ir por ella, es por eso que solo miró su gran espada y cerró sus ojos, concentrándose.

Arial se había metido al conducto de ventilación, sintiendo como el pánico, de nuevo, se iba a apoderando de su cuerpo. La adrenalina que había liberado se estaba agotando al ver que no había neblina por donde ella iba. Sin embargo, se obligó a seguir.
La Nephilim avanzó por largos segundos, siguiendo su instinto hasta que el conducto se amplió gradualmente, dándole espacio para sentarse, se apoyó contra la pared de metal. Era un espacio lo bastante grande como para que ella estirara las piernas. No sabía dónde se encontraba pero veía que era el lugar donde se unían cuatro partes de los conductos de ventilación. No sabía tampoco hacia dónde ir, pero tenía cuatro opciones, lo que era mejor que nada.
Por unos segundos la Nephilim se dio el lujo de cerrar sus ojos, aprovechando el silencio de aquel lugar, esperando que Eric se encontrara bien, aunque no lo dudaba. Para cuando volvió a mirar donde se encontraba, la neblina negra comenzaba a entrar por todos los conductos que antes había tenido como opción de escape.
—No puedes hacer nada contra mí, Arial, nunca podrás escapar —dijo Azazel ante su rostro nuevamente, apoyando sus manos a los costados de ella —aunque me eliminaran, siempre seguirás siendo mi prisionera.
No tenía a donde escapar ya que el lugar se había vuelto extremadamente pequeño con ellos dos ahí.
—Quizás me divierta un rato contigo, aquí, los dos solos, sin que nadie nos moleste.
Arial cerró sus ojos cuando sintió la mano del demonio en su mejilla, recorriéndola con su dedo índice. Había dejado de lado su forma etérea, estaba en carne y hueso junto a ella.
— ¿Sabes por qué eres mitad vampiro, hermosa? —preguntó él, acercándose aún más al rostro de ella y dejando que nariz recorriera la otra mejilla de Arial quien estaba comenzando a llorar —te contaré un secreto, técnicamente se podría decir que soy el padre de todos los vampiros, dentro de muchas otras habilidades que tengo —rozó el brazo descubierto de Arial con su mano libre, sintiendo lo fría que estaba por el miedo —y a pesar de eso, nunca he probado de tu sangre…
Arial escuchó con claridad como los colmillos de Azazel se expandían y segundo después sintió como se clavaban en su cuello, bebiendo de ella como si no hubiese un mañana.
La Nephilim volvió a gritar de terror, como hacía décadas no lo hacía. Algo comenzó a desgarrarse en ella a medida que la sangre se escapaba de su cuerpo para ir a la boca de Azazel.
Todo duró menos de quince segundos.
El Demonio se detuvo de forma improvista con un gruñido de dolor. Cuando Arial se atrevió a mirar pudo ver que había tres sables atravesando el cuerpo del demonio.
—Puto ángel —dijo Azazel sintiendo como los sables se removían dentro de su cuerpo. Tenía uno atravesando su cuello, otro enterrado en su abdomen y el ultimo en su espalda —Nunca será así de fácil, Arial, soy invencible.
Cuando Azazel sonrió y volvió a convertirse en un demonio volátil, ella sintió como toda esperanza se desvanecía a medida que los sables caían. Ese demonio la atormentaría de por vida.
—Sigo deseando estar cerca de ti, unidos como una familia.
Antes que ella pudiera decir algo, él acercó su extraña mano hecha de neblina y se fue introduciendo en el cuerpo de Arial, por su boca, ojos, nariz e incluso sus oídos. Inundó todo el cuerpo de la Nephilim mientras ella se quedaba paralizada, sin poder tener control sobre sí misma.
El demonio salió del cuerpo de su víctima justo para cuando el conducto de ventilación se rompía. La dejó sumida en un profundo sueño lleno de pesadillas. La había roto.
Azazel desapareció justo cuando Eric encontraba a Arial, rompiendo todo lo que había a su paso. Ver la cara de preocupación del ángel fue un placer extra que sintió el demonio, no siempre lograbas perturbar a un ángel, menos a alguien como Eric. Se sintió más fuerte a medida que se retiraba del club.

Eric alcanzó a ver como aquel demonio salía del cuerpo de Arial y se retiraba tan rápido como le era posible. Rompió todo el resto del conducto hasta hacer el espacio suficiente para sacar a Arial con cuidado, sabía muy bien lo que había hecho Azazel.
Tomó a una inconsciente Arial entre sus brazos y luego sacó sus sables para volver a unirlos en una espada y envainarla a su costado. Volvió a tomar a la Nephilim y salió con ella de ese club, necesitaba sacarle todos los restos que Azazel había dejado en ella antes de que se apoderara aquel demonio de su cuerpo.



Adam tomó la mano de Lilia, quien que estaba abriendo otra puerta más, la alejó para que no siguiera, se veía agotada y aun no encontraban nada.
—Basta, es mejor que volvamos.
—No —dijo ella, soltándose del agarre de Adam.
—Buscaremos otro modo, no puedes seguir así.
—No, no permitiré que Thomas se quede con algo que pueda dañarte, así de simple —dijo ella, volviendo a concentrarse para abrir la puerta. El sudor comenzaba a caer por su cuello, lo que estaba desconcentrando a Adam desde que lo notó.
—Detente, Lilia —dijo él con un tono de voz tranquilo, no quería hacerla enojar —estás cansada, no tiene sentido que te agotes de esta forma.
Ella iba a seguir insistiendo en que la dejara tranquila, pero él atrapó la mano que estaba ocupando para abrir las puertas y entrelazó sus dedos en los de ella.
—No —dijo sin mucha fuerza de voluntad, ya que no se separó de él.
—Es mejor que nos vayamos, así nos contactamos con Eric y vamos a ayudarlos ¿no es más practico?
—No quiero —dijo ella, testaruda —además está caja ya se ha abierto.
Adam tiró de ella, sin darle oportunidad para que abriera la pequeña caja de seguridad y la rodeó con sus brazos. Se concentró en los ojos violetas de ella, que lo miraban enojados, furiosos por el atrevimiento de tocarla siendo que ella estaba molesta con él.
—Gracias por hacer esto —dijo él, logrando que Lilia acelerara sus latidos cardiacos.
La Nephilim odiaba tener reacciones tan reveladoras con simples palabras de Adam, sentía que siempre estaba dando más que él y no le agradaba ni un poco.
—Te estas obsesionando con salvar mi vida, primero pidiendo ayuda a Thaumiel, luego con esto… de verdad lo agradezco.
Lilia miró hacia un lado, testaruda y sin desear caer ante la mirada de Adam.
—Sé que me he portado muy mal contigo.
—Lo sé muy bien, no me tienes que rodear con tus brazos y decírmelo, ahora suéltame.
Los ojos de Adam brillaron por el desafío que se estaba volviendo eliminar el enojo de Lilia, usualmente solo debía pedirle disculpa y todo volvía a la normalidad. Él aceptaba humildemente que esta vez se había propasado con ella.
—No tengo tiempo para escuchar palabras lindas, solo deseo encontrar ese Contrato y largarnos de aquí, mi cabeza está ardiendo de cansancio.
—Quizás me pueda encargar de eso —susurró él, atento a los labios de ella.
—Ni se te ocurra hacer lo que piensas hacer, suéltame.
Él no la escucho, solo se acercó y al besó, sintiendo como ella se removía entre sus brazos por dos segundos para luego quedarse tranquila. Sus labios se movieron lentamente contra los de ella, con cierto cuidado, como si poco a poco fuera pidieron permiso para poder dejar que su lengua recorriera el labio inferior de Lilia.
Las manos de la Nephilim se encendieron, como cada vez que Adam la besaba o la tocaba más de la cuenta. Su fuego violeta fue ascendiendo por sus brazos, buscando el resto de su cuerpo, pero Adam se separó antes de que ella pudiera seguir ardiendo por él.
—Debes parar con eso, debes controlarlo amor, usas demasiado tu lado demoniaco, sabes que es peligroso —dijo sin darle tiempo de contestar ya que volvió a atacarla, pero esta vez besando el cuello de Lilia.
Las manos del Caído bajaron hasta la cadera de ella, para meter sus pulgares bajo la camiseta que ella llevaba y acariciar la piel de Lilia, zona bastante erógena en la Nephilim. Y él lo sabía muy bien.
—No, no hagas eso —dijo ella separándose de él y mirándolo con sus mejillas sonrojadas. Tan solo una caricia de él bastaba para excitarla.
—Creo que es mejor irnos, para que yo siga pidiéndote disculpas. Ya que no te gustan las palabras lindas, puedo hacer cosas que realmente te encantarían.
Ella lo miró con sus ojos entrecerrados.
—Hablas demasiado —dijo girándose hacia la caja de seguridad, de donde sacó un papel. Sus ojos se fueron directo hacia la línea donde iba el nombre.
— ¿Y bien? —preguntó Adam.
—Es el tuyo… y ya no está en blanco —dijo ella sonriendo de una forma que le extrañó a Adam.



Eric entró a su habitación con Arial en sus brazos, rápidamente la dejó sobre la cama. Luego se dirigió hacia el suelo y con su misma espada hirió sus propios dedos para obtener la sangre necesaria para hacer los círculos que necesitaba, lo suficientemente grandes para que Arial cupiera en ellos. Lamentó en ese segundo que ella fuera tan alta.
Debía hacer un exorcismo, cosa en la que no era experto pero que sabía hacer. No dudaría en usar sus conocimientos con Arial.
Cuando los tres Círculos, uno dentro del otro quedaron perfectamente marcados y unidos en la alfombra de la habitación, Eric se decidió a proseguir. Tomó a una inerte Arial entre sus brazos y la dejó al centro de los tres círculos unidos.
—Ya todo pasará, mi Nephilim —le susurró al oído.
Se ubicó justo detrás de la cabeza de Arial y apoyó sus manos al nivel de sus sienes, solo le faltaban centímetros para tocarla. Luego comenzó a rezar.
Era un idioma antiguo y que no mucho ángeles usaban, ni siquiera los de mayor categoría. Sin embargo, Eric lo había aprendido desde que comenzó a formarse para ser un ángel, así que cada vez que lo necesitaba, lo decía de una forma fluida y sin errores. Siempre decía que no sabía esa lengua debido al gran poder que tenía y nunca era bueno revelar cuan poderoso podías ser.
Nombró a los ángeles, a Dios y a todo el universo, logrando que el cuerpo de Arial se convulsionara poco a poco, aunque su cabeza no se movió de su lugar. La Nephilim abrió sus ojos, pero esta vez un color negro se apoderaba de ellos. Fue en ese momento que unas extrañas y pequeñas partículas negras fueron saliendo de la boca y ojos de Arial, mientras su cuerpo se seguía moviendo.
Eric cerró sus ojos y no dejo de rezar hasta que pasaron varios minutos después de que Arial se quedara tranquila. Luego el Dominacion la tomó en sus brazos con cuidado y la recostó en su cama, quitándole sus botines y armas. La cubrió con el cobertor y sin dejar de lucir como un ángel, se acomodó a su lado, cerrando sus ojos y esperando que ella estuviera teniendo algún sueño.
Volvería a entrar en la mente de la Nephilim.

Cuando el Dominacion abrió sus ojos le pareció desolador el lugar donde se encontraba. Era el bosque de cerezos sin color, todo era gris y estaba cubierto de cenizas. No le costó adivinar donde estaría Arial, así que volando se dirigió hacia donde ella estaba.
La Nephilim se encontraba recostada con un vestido blanco, junto a la fuente de agua que antes había visitado con Eric, su cabello rojo destacaba en toda esa blancura. Las cenizas que caían del cielo estaban cubriendo gran parte de su cuerpo y sentía tanto frío que le costó sentir las manos que la limpiaban, aun mas le costó escuchar la voz que la llamaba.
—Arial, mírame —por alguna razón la Nephilim se giró hacia la voz masculina.
Lo primero que vio fueron los ojos verdes del hombre más guapo que había visto, llevaba su cabello negro suelto y le costó unos segundos descubrir que era Eric, el ángel Dominacion. Toda emoción fue desecha.
—No vale que seas tan guapo en mis sueños —susurró, mirando hacia otro lado.
— ¿Sueñas conmigo? —preguntó el ángel, sin poder evitar una sonrisa —porque ahora estoy aquí, me metí en tus sueños.
— ¿Qué? —preguntó ella, sintiendo como su corazón comenzaba a latir más fuerte.
— ¿Por qué no despiertas y vuelves conmigo? Este lugar es muy triste —dijo él con el ceño fruncido, mirando aquel paisaje sin color. Solo el cabello de ella resaltaba en el lugar.
— ¡Eric! —para sorpresa de él, Arial se sentó, como si hubiese tenido una inyección de vitalidad. Lo abrazó, sin poder detenerse ante el impulso — ¿se ha ido? Estuvo rondando por aquí, de verdad, no como una pesadilla… él de verdad….
—Lo sé, no volverá, he sacado todo rastro que dejó en ti.
Eric se arrodilló, logrando que ella lo abrazara más fuerte.
—Despierta Arial, necesito ver que estás bien, debes salir de aquí —susurró él contra su oído, pero ella negó —no te voy a dejar sola, si vuelves podrás ver que te tengo abrazada.
—Eric… —ella se separó de él para observarlo, sintiendo su corazón en la garganta.
Arial deseaba decirle que quería quedarse aquí, con él y para siempre. No deseaba volver a la realidad porque no había nada bueno allí. Pronto él se iría y se sentiría sola… y no por el hecho de quedar indefensa ante Azazel, sino porque jamás en toda su existencia había sentido ese amor por alguien. Arial pudo descubrir con claridad que lo que alguna vez tuvo con Liam, no había sido nada más que un juego. Amaba y amaría por siempre a Eric y volver a la realidad solo significaba volver al reloj de arena que se estaba acabando, llevándose el tiempo que tenían por compartir juntos.
“Te amo, no te vayas” esas eran las palabras que deseaba decirle, pero sabía que no debía, que Eric había elegido hacía mucho tiempo que camino recorrer.
— ¿Si? —preguntó él, preocupado.
—Solo abrázame fuerte cuando despierte ¿sí? —él sonrió.
—Ya lo estoy haciendo —le respondió, besando su mejilla.

Cuando Arial abrió sus ojos, descubrió de inmediato que estaba en la habitación de Eric, quien la tenía abrazada con fuerza y quien estaba besando su mejilla, justo en ese momento. Se giró hacia él, sin alejarse. Lo quedo mirando atentamente por unos segundos y luego escondió su rostro en el pecho de él.
Eric aun con sus alas expandidas, hizo que una rodeara a Arial, quien gimió bajito al sentir el calor de sus plumas. El Dominacion supo que Azazel había herido de una forma inimaginable a su Nephilim, ya que ella no dejaba caer una sola lágrima.
—Eres la persona más valiente que he conocido en todos mis años —dijo él, contra el oído de ella, tratando de que aceptara volver por completo al mundo ya que tenerla ahí en silencio solo aumentaba su preocupación por la Nephilim.
—No quiero hablar, solo abrázame ¿sí?
—Como ordenes —dijo él, besando la mejilla de ella, otra vez.
—O bésame, hazlo donde él tocó —dijo apenas con un susurro.
Eric no dudo en hacerlo, es por eso que la recostó cómodamente en la cama, dejando que quedara sobre una de sus alas. A él no le dolía, es más, le causaba una agradable sensación sentir la piel desnuda en los brazos de Arial contra sus plumas, es por ello que hizo que su otra ala también quedara bajo ella.
Una Nephilim recostada sobre las plumas de un ángel, eso no había pasado nunca en la historia de los ángeles.
Ella levantó su mano derecha para tocar el rostro de él, logrando que el cerrara sus ojos, disfrutando de aquella sensación.
— ¿No te duele o molesta? —preguntó ella al notar el calor que le proporcionaban las alas de su Dominacion.
—Claro que no, pueden soportar cualquier cosa —respondió él, sonriendo de tal forma que aceleró el corazón de la Nephilim.
Arial observó atentamente a Eric, tratando de grabar cada detalle mientras sus manos recorrían sus hombros hasta llegar a los broches de la armadura, las que sin ningún problema abrió, dejando que parte de esta cayera sobre ella. La dejó a un lado, una cota de malla que nunca algún humano había usado en el pasado, tan resistente como las mismas plumas de Eric.
— ¿Qué pretendes hacer? —preguntó él, con sus ojos verdes levemente oscurecidos.
Arial se acercó a él, llevando sus manos a la espalda de Eric para poder soltar aquella camisa formada por anillos de hierro. Sus dedos recorrieron el inicio de las alas del ángel.
—Arial —se quejó Eric, sin poder detenerla. Solo fue capaz de cerrar sus ojos, momento donde cayó aquella prenda que lo protegía, no podía creer que dejara a la Nephilim hacer aquello, nunca antes se había sacado su armadura.
Siendo ángel, Eric podía cambiar su aspecto de humano a ángel en cosa de segundos, cuando estaba autorizado por la Luz e involucrado en alguna misión importante, como en la actualidad, pero jamás, en ningún momento dentro de su pasado, se había sacado aquella armadura estando como ángel.
—Solo quiero sentir tu piel, de verdad —dijo ella en el oído de él.
Ciertamente ese era el objetivo de la Nephilim, solo quería seguir sintiendo esa agradable sensación que le daban las alas de Eric. Solo deseaba estar en una burbuja con él, donde nadie más pudiera verlos o molestarlos.
Cuando la cota de mallas quedo en un costado de la cama, Arial sonrió al ver que ahora tendría que sacar aquella túnica blanca que llevaba, era demasiado larga y al nivel de la cadera llevaba más armadura y su espada. Iba mucho más vestido que ella, como si esa armadura estuviera hecha para protegerlo de ella.
Las manos de Arial fueron a donde se ajustaba el cinturón de hierro tan maleable que la sorprendió. Cuando fue detenida por Eric, vio en sus ojos que estaba traspasando los límites.
—Es mi arma, no… no puedes —dijo él con el ceño fruncido.
Eric jamás se había separado de su espada, era parte de él como la cruz que llevaba Sebastián colgando de su cuello. Dejarla ir seria desgarrarle una parte, un dolor tan profundo como el que Adam sintió al dejar sus armas para liberarse del peso de ellas.
—Solo por un momento, Eric, por favor.
La forma y el tono de voz con el que Arial hizo aquella petición, lograron que su corazón se dulcificara aun más. Fue el mismo quien con el dolor de su alma dejó caer el cinturón y con rapidez el resto de su armadura, quedando solo con la túnica blanca.
—Si tú quieres sentir mi piel —dijo el sonriendo —yo quiero sentir la tuya.
Aquellas palabras hicieron temblar a Arial, quien sin dudarlo aceptó los términos de Eric. Con su ayuda logró sacarse su blusa y su jeans, quedando solo con su ropa interior, descalza.
—Eric… tus alas —susurró ella, aun rodeada por aquellas extremidades extras por parte del ángel. Al removerse sobre estas hizo que el ángel se estremeciera — ¿Te duele? —preguntó ella preocupada, no deseaba hacerle daño.
—No, claro que no —dijo él acercándose a ella, atrapando sus labios de forma ansiosa y peligrosa. Gruñó contra la boca de Arial, deseando verdaderamente poder llegar al final del camino que estaban recorriendo, aunque él sabía muy bien que eso era imposible.
El ángel estaba usando todo su autocontrol ya que estando con su verdadera forma, sentía de otra manera. Sus alas le enviaban descargas eléctricas a su espalda y su cuerpo de una forma gloriosa. Las manos de Arial lo llevaban a otra dimensión mientras esta recorría su cuello y sus hombros.
—Sigues demasiado cubierto, Eric —dijo ella, removiéndose un poco sobre las alas del ángel.
Eric la quedo mirando unos segundos, alejándose un par de centímetros de ella. De aquella forma, con sus alas saliendo ahora de su espalda, lucia como un verdadero ángel, uno con el cabello y ojos del infierno. Eran tan hermosa que Eric sentía que podría pasarse horas mirándola, solo observando cada detalle de su cuerpo y sobre todo de sus ojos tan únicos.
—Sabes que no puedo quitarme esto —susurró él, rendido ante Arial y besando el cuello de esta —no llevo nada debajo.
—Te he visto desnudo otras veces.
—Sabes a lo que me refiero.
Su autocontrol estaba al límite, si quedaba completamente expuesto a Arial, era probable que se volviera en un Caído. Arial asintió, entendiendo que lo estaba dejando en una situación complicada, por lo que solo rodeó el cuello del ángel y lo atrajo a su cuerpo para poder besarlo.
—No tienes idea de cuánto te voy a extrañar —susurró ella, sin poder evitarlo.
Él no pudo responder, solo se limitó a acariciar los labios de Arial con su pulgar, le encantaba hacer ello. Después la besó y siguió besándola hasta que ella lo abrazó y se durmió entre sus brazos…por última vez.

  Adelanto Cap. 20 y final
"Gabriel tomó entre sus manos el bastón de sombras y lo observó por unos segundos. La Ceremonia que debía llevar a cabo en unas horas, debía involucrar a Ethan, sin duda alguna, pero debía estar rodeado de Oscuridad, en el lugar donde fue convertido en vampiro. Tomar el alma de un ser que alguna vez fue humano, era un proceso complejo. Lucifer le había dado las herramientas, pero debía ser cuidadoso.Tomo las medidas adecuadas y comenzó a formar un circulo perfecto, quemando el césped con aquel bastón de sombras; luego con cuidado hizo otro circulo a unos centímetros del anterior para finalmente darle forma a un pentagrama. Cinco puntas, los cuatro elementos naturales y el símbolo del hombre, rodeados por el espíritu de Lucifer. Todo se unía por los canales que había formado con el fuego de Lucifer.
—Siendo un Demonio no podrás estar nunca con ella —susurró, mirando su obra de arte."
Aaah llegamos casi al final, espero ver comentarios de quienes nunca comentan para saber que les parecio esta temporada. Gracias a quienes siempre dejan sus opiniones, son un gran regalo de su parte para mua *-* me encanta leerlos. 

8 Lectores:

  1. Tururu tutu lloro, pobre Arial ¿cuánto más tiene que sufrir por ese desgraciado de Azazel?
    Hola Dani!
    Muy buen capi como siempre, mi Eric juro que es lo máximo. De verdad que él si es al ángel protector de Arial y me entristece saber que es la última vez que estarán juntos de esa manera T_____T
    Que bueno que buscaron el contrato y quiero saber que es lo que dice y también me dejo intrigada el de Gabriel, es muy plausible la teoría de Adam, pero también puede ser otra cosa, en esta historia todo puede pasar.
    Ese adelanto no me deja nada tranquila, espero que se pueda evitar que Ethan se vuelva un total demonio, que se te vaya a haya ablandado el corazón mientras escribías y no nos dejes en tristeza total. Aunque honestamente no tengo muchas esperanzas porque ya vi en face el nombre de la tercera temporada y el titulo no nada alegre >_<
    Muchas gracias por el capi y ya solo nos toca esperar el capitulo final.
    ¡¡¡Que nervios!!!
    Un beso y nos seguimos leyendo.

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  2. tengo ganas de llorar¡¡ de verdad no se que es peor, ademas ahora resulta que mi adorada Arial esta como en el centro de una cosa rara...como esta eso de que todos quieren acabar con ella?? por que es taaan importante acabarla?? estoy llena de dudas y tengo miedo por ella...
    Ahora me quede con las ganas de saber que dice el contrato de Adam...y por que Lilia estaba sonriendo??
    me da penita decir esto pero después de que Eric y Arial despiertan de su "sueño" hay un pequeño error, pues dice "Eric aun con sus alas expandidas, hizo que rodearan a una Lilia"...y es Arial.
    Saludos¡¡¡

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  3. y ya hay nombre para la tercera temporada verdad??ooo eso no me deja nada tranquila y ni que decir de ese adelanto, ahora si me voy¡¡¡

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  4. NAaaahhhh
    Como es eso de última vez, acaso ta Eric va ascender, pobre Arial de verdad se quedo fuera del trato si Danna hizo más daño y la perdonaron pork a ella no

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  5. Ohhh pobre Arial de verdad q es un desgraciado y perro ese Azazel uyy q colera! Quiero q Eric lo elimine y quiero q se quede con Ariallll por q no pueden estar juntos buaaaa me muero de pena, Adam y Lilia bueno me gusta q Lilia se haga de rogar bien echo por todos los desplantes anteriores....
    Ahora se acerca el final de temporadaaaaa que emocionnnnnn
    Besos chau

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  6. Ahhhhhh q puedo decir arial y erick son unicos en serio y bueno es su despedida espero q el angel haya dejado algo de luz en arial con su rezo, bueno lilian encontro el contrato q sera lo q pidio tomas muero por saber jajajjajajajjajaj saludos

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  7. La verdad estoy mas que sorprendida estoy que no se ni como escribir todo lo que tengo en la mente que Cap!!! tan intenso .. No se porque pero lo que hicieron Lilia y Adam siento que traira problemas y no cualquier problema a lo mejor lo estan subestimando y no saben de lo que puede llegar hacer y mas porque se sentira traicionado Thomas por Lilia si se llega ha enterar de lo que ha hecho ella ha traicinado toda confianza al entrar a su casa desde ahi el puede ser una enemigo mas el es hijo de Lucifer y estan subestimando eso . bueno es lo que creo jejeje ..
    Arial si de que plano si le esta yendo mal con el maldito de su padre Azazel y esta consiguiendo que Eric un dia en la sig temporada lo elimine jejeje porque creo que lo van a eliminar creo yo ..creo que si Arial sigue portándose así Eric se unirá a la lista de los Ángeles caídos y no creo que sea nada bueno que eso pase y menos cuando los problemas que se les vienen encima serán bastante grandes en mi opinión xq si ya los 4 están mas metidos en sus cosas que en lo que se suponía que harían hasta ellos mismos están complicando mas las cosas que ni Gabriel jejeje me encato la parte de Arial con Eric de verdad si que se han enamorado pero ambos saben que juntos no pueden estar a menos que Eric decida dejar de ser quien es para ser un caído y Eric no es cualquier Angel cualquiera el tendría que tomar la decisión mas difícil si decide ser un caído o seguir siendo el al que tanto admiran y respetan los de la Luz ..por a si decirlo o ser uno caído que se decidió por la vida mundana en pocas palabras jeje esto creo que nos espera para la 3ra temporada.. algo que me dejo intrigada es el contrato que vieron Lilia y Adam de Grabriel que tiene con Thomas que sera ?? o para que sera ?? estoy segura que los de la Luz como los d la oscuridad saben lo que esta pasando ya que todo lo saben asi que siento que nos espera grandes sorpresas y no todas serán buenas mientras Lilia , Adam , Arial y Eric andan en sus mundos .nuestro Gabriel esta terminando parte de su plan con Ethan haaaa ya quiero leer el sig cap .. Dani de nuevo muchas gracias por tan super historia y que cap nos dejas cada vez juegas mas con nuestras emociones jejejeje

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  8. Me encanto es muy bueno wooooo estuvo genial gracias dani
    Pd: espero el otro con ansias graciaa

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