Disclaimer: Ninguno de estos personajes me pertenece, sino a que son de Sthepenie Meyer.
New Chapter
Sin duda alguna si alguien
me observara en este momento podría pensar que estaba concentrada en las
diapositivas que el profesor estaba pasando o mejor aún, que estaba atenta en
lo que el profesor estaba diciendo, pero no, en lo que menos pensaba era en la
clase, sin embargo, mi atención estaba absolutamente en mi profesor y
fanfiction.
—¿Isabella? –mire a mi
compañera de al lado que me preguntaba algo sobre la clase. Levante los hombros
sin poder contestar lo que me preguntaba —¿pregúntale a él? Me da vergüenza
–dijo mirando al profesor que se movía de esquina a esquina del pizarrón escribiendo
más y más siglas de nombres que no entendía.
—¿Profesor Masen? –levante
la mano para llamar su atención, él detuvo su explicación y fijo sus intensos
ojos verdes hacia los míos color marrón.
—Srta. Isabella, por fin
vuelve a hablar –trague saliva nerviosa, pero no iba a tomar atención alguna
sobre eso.
—¿Profesor? ¿Qué significa
AMPc? –el asintió.
—Si pusiera más atención en
lo que estaba explicando lo sabría ¿no? –no tuve ninguna expresión, solo quería
que me dijera la maldita respuesta para mi compañera de al lado —Adenosín monofosfato cíclico…y ponga más atención, esto debería
saberlo del año pasado –asentí y ambos seguimos en lo que estábamos haciendo.
Yo atenta a cualquier vibración de mi Iphone y el explicando el carcinoma
humano…excelente.
Mi nombre es
Isabella, estudiante de enfermería que tenia a uno de los profesores más bueno
de la universidad, Edward Masen; no había nadie en la maldita carrera que
faltara a sus clases, era bueno explicando y tenía un excelente trasero, sin
embargo…mi imaginación iba más allá respecto a este espécimen ya que su nombre había
caído del cielo cuando recién comencé mi tercer año. Además de ser adicta a las
clases de mi profesor, era adicta a fanfiction, específicamente a historias de
EdwardXBella, de la excelente saga Crespúsculo…bueno, me encantaba mi nombre
porque coincidía con la de la protagonista, era como un mundo paralelo que
hablaba de mi, pero no era real; siempre me había causado extrañeza, pero lo
deje pasar y no iba a hablar de ello …por eso casi me volví loca al saber el
nombre de mi profesor…“Edward”…era simplemente placentero nombrarlo, pero no
todo era perfecto…era un desgraciado, nos hacia la vida imposible y sus
estúpidas evaluaciones se convertían en un infierno. Por eso mismo solo venia
aquí a pensar en los posibles finales de los fics que leía y las probabilidades
de que mis ideas se cumplieran en el próximo capítulo; siempre estaba con mis
ojos llorosos, tenía que usar el famoso corrector de ojeras que había salvado
mi vida más de una vez por quedarme hasta la madrugada leyendo, estaba fuera de
control y lo sabia…pero ¿me importaba? Ni un poco, simplemente venia a esta
clase para ver a mi encantador profesor de fisiopatología hablando cosas sin
sentido mientras yo lo imaginaba dentro de un fic Rated M, haciendo cosas
innombrables e inolvidables. Sentí como alguien me daba un codazo en mi costado
izquierdo y mire a Annie que estaba mirándome atenta.
—¿Qué estás
leyendo que tienes esa cara? –ella era mi amiga, me acompañaba en esta locura
de lectora compulsiva.
—Pon atención
a la clase –no quería que me preguntara nada porque hace semanas que la
escritora no subía un maldito capitulo y ya me estaba cansando ¿Por qué no
avisa lo que le sucede? Así mi paciencia mejoraría y no me estaría trastornando
por saber que pasaba con Edward y Bella, había quedado en la mejor parte, no
podía hacer nada más que esperar.
—Yo leo “¿estás libre esta noche?”...de nuevo –sonreí,
ese fanfic era un clásico y quien no lo había leído pues no sabía de cultura
fickera. Suspire frustrada y tome mi celular para ver si tenía algún correo con
la alerta de un nuevo capítulo, estaba leyendo alrededor de veinte fics
paralelamente, pero hoy parecía que las escritoras estaban en mi contra, no había
nada nuevo porque no había llegado la alarma de un nuevo capítulo.
—¿Srta.
Isabella? –me tense al sentir una presencia al frente de mi asiento y mi
corazón comenzó a latir con fuerza al ver su mano a unos centímetros de mi
rostro. Levante la mirada y vi al Sr. Masen mirándome enojado —¿Qué es lo que
la ha mantenido tan divertida durante estos días? ¿Mirando tanto tiempo su
celular?
—No...solo
estaba…
—¿Cree que
cuando tenga un paciente en paro podrá ver su maldito celular? –fruncí el ceño,
nadie insulta daba mi celular –o cuando un pediátrico entre a un paro ¿Qué
hará?
—Disculpe,
pero yo…
—Deme el
celular… —¡demonios! Maldito infeliz, no tenía más de treinta y parecía un
maldito viejo de cien años.
—No –el
enarco su ceja y me miro sonriendo ante mi desafío.
—Deme el
celular, he dicho –hice mis manos un puño —no quiere tener problemas en su
siguiente evaluación ¿no? –demonios…¿había dicho eso al frente de todo el
curso? Rendida levante la mano y deje el celular en la suya, sin evitar sentir
como mi rostro se sonrojaba al contacto de nuestras manos.
—Después de
la clase me lo devuelve ¿cierto? –miro el celular y sonrió.
—No lo creo
–se giro y miro a los demás –veremos si la Srta. Isabella podrá vivir sin su
celular por unos días… —mire a Annie sin poder creer que esto de verdad
estuviera pasando.
—¡Disculpe!
–me puse de pie, esto no podía suceder –ese es mi celular y lo quiero devuelta,
profesor Masen –el no me tomo en cuenta y comenzó a alejarse de mi hasta llegar
al primer pasillo de mesas —¡Disculpe! –le grite para que me tomara atención,
esto estaba rayando en la mala educación de su parte.
—Retírese del
salón, Srta. Isabella –mire a mis compañeras, todas mirándome sorprendidas por
lo que estaba haciendo. Cansada, frustrada por perder mi celular, no tener
capitulo y además estar muerta de sueño tome mi bolso más mi abrigo y me dirigí
hacia la puerta, pero me detuve delante del idiota de profesor que tengo y lo
mire cansada.
—Esto no se
va a quedar así Sr. Edward –el sonrió y negó.
—Eso ya lo
veremos…le entregare su celular en la próxima clase —estúpida sonrisa curvada y
extremadamente sexy que tenia. Me dirigí hacia la puerta con un caminar digno
ante esta humillación pública.
Aquel día
mejoro un poco al ver que había un nuevo capítulo de SNG lo que me alegro sin
duda, ver a ese Edward tan sexy volviendo loca a Bella, pero no pude sacarme de
la cabeza a mi profesor mientras leía, las descripciones de Edward eran
idénticas a las de mi profesor, simplemente perturbador.
Pasaron dos
días antes que tuviera clases con Edward. Al entrar a la sala fui de inmediato
a ver y exigir que me entregara mi celular antes de que comenzara con la clase,
no había llegado nadie aun.
—Buenas
tardes, profesor –me concentre para que viera lo molesta que estaba por su
actitud.
—Buenas
tardes…¿tiene alguna duda? –enarque una ceja.
—Si, necesito
mi celular…
—Oh…ese
celular, bueno…se me ha olvidado –lo mire extrañada.
—¿Cómo que se
le ha olvidado?
—Si, se quedo
en mi departamento, lo traeré la próxima clase –sentí un nudo de rabia que fue
subiendo desde mi estomago hacia mi boca.
—¡¿Cómo que
se la ha olvidado?! ¿Qué clase de profesor es usted? –el se puso de pie y
camino mirándome de una forma extraña; se quedo al frente mío apoyado en su
escritorio.
—¿Qué clase
de profesor? Yo me pregunto qué clase de alumna es usted…he descubierto
varias…como decirlo –sonrió de nuevo, parecía una sonrisa malévola —¿características?
De usted que no conocía –me quede helada…él no se atrevería a… —soy un profesor
que se interesa por la vida que llevan sus alumnos, para ver si serán buenos
profesionales en el día de mañana…
—¿Está
diciendo que usted…entro a mi correo?
—Si, estuve
viendo su celular por motivos pedagógicos, a todo esto tiene muchas alarmas de
nuevos capítulos –fruncí el ceño.
—Usted ni
siquiera un pedagogo, es un enfermero con un magister…¡que hizo online! —fue su
turno de enojarse.
—¿Quiere
perderse otra de mis clases, Srta.?
—Me importa
un comino….vendré hoy a su clase que tiene con los estudiantes de Medicina y
espero que traiga mi celular porque o sino esto llegara a oídos de mi jefa de
carrera…
—¿Me está
amenazando? –dio un paso hacia mí y sentí como mis piernas flaqueaban, por lo
que retrocedí y apoye mi mano en la silla más cercana.
—Tómelo como
usted quiera, pero no quiero quejas... –no iba a demostrarme débil ante él ¡jamás!
—¡Retírese de
aquí ahora mismo! Y no quiero volver a verla en una de mis clases… —lo mire
sorprendida, estaba enfurecido y ¡demonios! Se veía tan bien de esa manera.
—Yo…
—¡Usted! Es
la alumna más desafiante que he conocido… —sonreí.
—No ha hecho más
de dos años clases, tiene mucho que conocer…y es el peor profesor que he
conocido en mi vida, no piensa en nada más que usted –tome con más fuerza mi
bolso, pero no sirvió de nada tomar más valor de esa forma porque al ver como se
acercaba a mí y me tomaba del brazo para llevarme a la puerta hizo que mis
defensas bajaran hasta cero.
—Suélteme… —se
detuvo antes de que llegáramos a la puerta.
—Y que le
quede claro algo… —me tense al escuchar su voz en mi oído ¡Oh Dios! ¡era mi
profesor! Los profesores no deberían hablar al oído, mucho menos uno tan
atractivo –sé muy bien qué clase de lectura tiene, deberá tomar más atención a
su libro de fisiopatología que a leer sobre ese tal Edward Cullen…. –trague
saliva sin poder creer lo que estaba escuchando, mis mejillas se sonrojaron de
inmediato al ver que había descubierto el tipo de lectura que frecuentaba. Di
unos pasos hacia atrás hasta apoyarme en la puerta, aun con su mano en mi brazo
–tiene gustos peculiares, Srta. Isabella… —se acerco un poco más a mí.
—¿Qué…? ¿Qué
hace? –era primera vez que podía ver sus labios tan cerca.
—¿Qué cree
que estoy haciendo?... –esto no podía estar pasando, no podía ser real —¿Cómo
es que se le dice? ¿Darkward? –abrí mis ojos.
—¡Es un
entrometido! –leer ese tipo de fanfics era mi mayor secreto ¡y el había acabado
con ello!
—¿Si?...¿sabe?
puedo ver muy bien su mirada cada clase… —sonrió de forma arrogante, pero antes
de poder responder sentimos que alguien se acercaba. Me soltó y llevo su mano a
su cabello –como le dije…quiero que salga de mi clase y no vuelva a entrar.
—Muy bien –Salí
de la maldita clase de nuevo.
Estuve en la
biblioteca el resto del día esperando a que pasara cada hora y tratando de
tranquilizarme…tratando de estudiar, pero fue inútil, simplemente con mi
notebook llegue a fanfiction y de la
única forma que podría relajarme comencé a leer Alphabet
Weekends…lo que no fue del todo bueno, no viendo a ese Edward que provocaba que
tu boca se secara…igual como me había pasado hace unas horas atrás. ¿En qué
demonios estas pensando Isabella? ¿ahora te crees un personaje de
Fanfiction?...no podía estar dejando que esas ideas entraran a mi cabeza porque
me dejaría llevar por ese profesor ¿Qué esperaba él? ¿Por qué se acerco de esa
forma?...demonios, era como cuando Edward de Invitación Peligrosa acorralaba a
Bella. Termine leyendo Alphabet Weekends y volví a tomar mis cosas, eran más de
las nueve de la noche y esta era la última clase que el profesor Edward Masen tenía
programada para hoy. Subí hasta el quinto piso del edificio y llegue cuando los
alumnos estaban saliendo, espere a que todos lo hicieran y mire por la ventana
de la puerta hacia el interior, pude ver su perfil, con su piel blanca…aquel
cabello cobrizo, jugando con él con aquellos dedos de pianista. Tenía su saco
apoyado en la silla, quedando solo con sus pantalones de tela negros y su
camisa azul…demonios, se veía bien, antes no tuve la oportunidad de apreciar
mejor como lucia. Arregle mi sweater azul con mi camiseta blanca y mi falda
negra, era pésima combinando, no tenía el tiempo para ese estilo de cosas. Me
entretuve un poco más y vi como jugaba con mi Iphone, haciéndolo girar en el
escritorio… sabía que vendría. Decidida toque a la puerta y entre sin más,
cerrando detrás de mí con seguro; su mirada se fijo a la mía y se puso de pie
en un segundo.
—Debo
pedirle disculpas Srta. Isabella –me acerque a él sin decir nada y tome mi
celular. Estúpido profesor cobarde –mi comportamiento no fue el adecuado… —enarque
una ceja ante su comentario y sonreí al ver que lucía arrepentido.
—Así
es…ha estado fuera de línea, creo que más que una disculpa también merezco un
agradecimiento por no ir a rectoría y avisar sobre sus acciones… —me
entretendría mientras dure esto —¿Qué más vio? ¿Mi twitter, facebook,
tumblr? ¿O se dedico a leer mis historias favoritas? Porque está claro que
entro a mi correo electrónico.
—Bien…entonces gracias ¿es eso lo que querías escuchar, Isabella? –era
primera vez que me tuteaba, me tomo segundos volver a tomar la compostura.
—Con eso está bien…ahora ya
que todo está resuelto, me voy…tengo mucho que estudiar –triunfadora decidí
salir de la boca del lobo y escapar, pero no pude hacerlo porque el Sr. Edward
volvió a hablar.
—¿Por qué te gusta
desafiarme? Pensé que esto terminaría bien, pero por lo visto no es así…
—Eso no importa, de todas
formas no estaré en ninguna de sus clases ¿no fue eso lo que dijo?
—Así es, eso se
mantiene…iras a la sección dos, con el otro profesor… —si, el que tenía más de
cien años.
—La pregunta no es porque me
gusta desafiarlo, es ¿Por qué usted no es capaz de manejar a una alumna? –pude
ver cómo me estaba mirando con esos ojos más oscurecidos –un buen profesor no
se dejaría intimidar de esta forma…así que bien, no diré nada de lo que sucedió
y me iré a la otra sección –me gire y me fui definitivamente hacia la puerta,
pero solo tuvieron que pasar unos segundos para que él se adelantara y tomara
mi mano para hacerme girar y que lo mirara. Lo que paso después fue
desconcertante y ciertamente…fuera de toda posibilidad dentro de mi
imaginación. El profesor Edward tomo mi rostro entre sus manos y simplemente me
hizo callar, cuando le iba a gritar que me soltase, con sus labios moviéndose
sobre los míos. Como si cada defensa me abandonara de nuevo mis brazos cayeron
a los lados y solo me quede ahí, respondiendo a sus labios, que se movían con
destreza hasta el punto de provocar que mis extremidades despertaran de su
sueño y se movieran con vida propia. Mis manos subieron hasta su cabello y
enredé cómodamente mis dedos ahí, al momento de sentir su lengua pasar por mi
labio inferior, pidiendo autorización para profundizar aquel beso, acepte sin
poner resistencia alguna. Aun no podía creer que esto estuviera pasando, no era
algo que pasara cotidianamente en la vida normal de una persona…menos en la
mía. Al momento de sentir como aquel beso me estaba robando el aliento, todo
cambio. No sé qué efecto habrán tenido mis manos en su cabello cuando lo
tironee suavemente, pero con rapidez el profesor Edward me llevo al escritorio
de la sala, donde de un solo movimiento con su brazo tiro todo lo que estaba
ahí, gracias al cielo que tenía guardado su notebook. Con facilidad me tomo de
la cadera y me sentó sobre la madera, atacando con más vehemencia mis labios,
mis manos como si estuviera desesperadas por sentirlo se fueron a su camisa
azul; fui desabotonando esta para poder sentir su piel…¡demonios! Había soñado
tantas veces con este preciso momento. Sentí como un escalofrió paso por mi
espalda cuando su mano llego a mi pierna izquierda y la movió hacia un lado
para quedar cómodamente entre estas.
—Muy propicio para el
momento vestir con falda ¿no? –me sonroje al escuchar su voz ¿Por qué hablaba?
Me ponía nerviosa, sentimiento que desapareció al sentir como besaba mi cuello
y bajaba mi sweater pasando sus manos por mis hombros. Yo hice lo mismo con su camisa y me quede sorprendida al ver su
abdomen marcado, eso no se notaba en clases.
—Profesor Edward…¿con
cuantas ha hecho esto? –lo mire concentrada en sus ojos verdes que ahora
estaban más oscurecidos comparado con su par de esmeraldas que me
desconcentraban en clases. Sonreí al sentir sus frías manos colarse por mi camiseta
blanca.
—Ninguna… —deje caer su
camiseta a un lado y suspire al sentir que ahora una de su mano viajaba a
través de nuestros cuerpos hasta meterse bajo mi falda y llegar a aquel lugar
tan sensible que siempre respondía ante sus miradas –hasta ahora has sido la
única que me saca de mis casillas… —segundo después de decir eso, sentí como su
mano traspasaba mi ropa interior, un grito ahogado fue silenciado por su boca.
De ahí todo se volvió en locura y fuego. Rápidamente saque mis sandalias y las
arroje a no ser que lugar, me fui directo a los pantalones de mi profesor y me
deshice de su cinturón y desabotone con cuidado estos, sintiendo como gruñía en
mi cuello cuando mis manos rozaron su miembro.
—Srta. Isabella… —no le iba
a decir que me dejara de llamar así porque sinceramente me excitaba de
sobremanera.
—¿Si? –dije bajando sus
pantalones y suspirando cuando sus manos subieron mi camiseta y la arrojaron al
piso.
—La puerta… —se iba a alejar
de mi, pero lo detuve dejando mis manos en su bóxer negros de Calvin Klein…me
pregunté ¿Por qué no era modelo de esa línea? ¡sería perfecto!
—Ya la asegure…deja de… —cerré
los ojos al sentir como sus mano que estaba en mi parte más intima encontraba
ese botón que hacía que me volviera loca.
—¿Algún problema Srta. Isabella?
–apoye mi cabeza en su pecho y como venganza simplemente lleve mi mano al
interior de su bóxer.
—Ninguno, Sr. Masen –sus
ojos se entrecerraron un poco y tomo de nuevo mis labios de una forma más
agresiva…lo que sin duda me agrado. Me recostó en el escritorio y se deshizo de
mi falda y mi sujetador en menos de un minuto. Sorpresivamente sentí como sus
labios junto con sus manos atrapaban mis senos. Mis suspiros y gemidos no
demoraron en llegar…demonios, era bueno en lo que hacía —¡profesor! –el sonrió
al escucharme y su mano bajo de nuevo hasta mis bragas azules y de un solo
movimiento, mirándome a los ojos las arranco y las dejo a un lado como si nada,
pero no tuve tiempo de decir nada porque con una rapidez sorprendente se
deshizo de sus bóxer negros y mi concentración se fue hacia su miembro…Y
Dios…¿es que este profesor era bueno en todo?
—Creo que por fin puedo
llamar por completo su atención, Srta. Isabella…
—Edward… —dije al sentir
como su mano seguía jugando con mi centro, haciendo que me removiera en el
escritorio.
—¿Algo que necesites? –sonreí
al escuchar cómo me tuteaba, pero no dije nada porque con fuerza me tomo de mi
tobillo y me hizo bajar del escritorio, me dejo al frente de él para besarme
por unos minutos mientras sentía como su miembro chocaba con mi vientre. Después
de esa sesión de besos me giro repentinamente, lo que me tenso, pero aquella incomodidad
no duro nada. Con su pierna logro separar las mías y de un solo movimiento entro
en mi cuerpo.
—¡Dios! –grite sin poder
controlarlo. Me apoye en la mesa, dejando que el hicieron lo que se le
frunciera.
—¿Crees que ahora tomaras más
atención? –lo mire sin entender porque me preguntaba eso y no se movía.
—¡Ya basta! ¡Muévete!
Edward…
—No mas fanfiction para ti,
Isabella –al decir eso comenzó a salir y entrar en mi cuerpo como si fuera
dueño de este y tuviera el derecho de hacer lo que quisiera. Sus manos tomaron
mi cadera y seguía con esos movimientos.
—¡Oh! Edward…así… —mis
terminaciones nerviosas se volvieron locas por todo mi cuerpo, dejando que
sintiera en toda plenitud a Edward, dejando mi cerebro colapsado y sin la
capacidad de pensar en nada más que en el hombre que entraba y salía de mi
cuerpo.
—Isabella… —dicho esto me
tomo de la cintura y me acerco a su cuerpo, dejando que mi cabeza se apoyara en
él. Mi capacidad mental fue anulada al sentir como me penetraba y tocaba mi
centro. No pasaron muchos minutos más cuando sentí que esa bola de fuego se
comenzaba a expandir desde mi vientre hasta sentir como si cientos de fuegos artificiales
estuviera al frente mío cuando cerré mis ojos. Envolví y presione a Edward
cuando mi orgasmo llevo hasta su punto más alto, sin evitarlo grite su nombre
al igual como hizo el obtener su liberación junto conmigo.
—Dios… —el salió de mi
cuidadosamente y me quedo mirando, ambos comenzamos a pensar en lo que habíamos
hecho. Sin decir nada comencé a buscar mi ropa que estaba por todo el suelo y
me vestí con rapidez. El me iba a decir algo cuando estaba abotonando su
camisa, pero mi celular comenzó a vibrar y note que era la alarma de un nuevo capítulo
en fanfiction “New Chapter”, mi
corazón salto al ver de qué fanfic era.
—Me tengo que ir…–dije
sonriendo mientras levantaba mi celular. El frunció el ceño confundido – bueno supongo
que…
—Estarás en la sección dos
–¡Dios santo! Esto era tan incomodo. Asentí para salir pronto de aquí.
—Muy bien… —tome mi bolso y
me lo cruce para salir de la sala, pero al pasar por su lado el astutamente me
detuvo y me dio un corto beso en los labios.
—Sabes que esto debe…
—Ser secreto, claro –asentí
–y supongo que la sección dos…es...
—Para poder invitarte a
salir sin problemas… —asentí sonriendo. Demonios ¿Quién diría que esto
terminaría así? –podría ser ahora…
—No puedo –dije sonriendo
–tengo algo que hacer –claro que tenía que hacer algo, que era leer mi fanfic
preferido que había subido luego de tanto tiempo. Sin más que una sonrisa me
fui del salón al pensar que mi profesor Edward…seria mi profesor favorito.
—¡Isabella! –me gire al ver
como corría hacia mí. Fruncí el ceño, me estaba demorando para llegar a casa y
poder leer bien el capitulo –ya sé lo que vas hacer y te dije… —se acerco aun
más a mi hasta dejarme apoyada en la pared –que no hay mas fanfiction para ti
–sin más, abrió la puerta de atrás y me hizo entrar a la habitación del aseo
donde comenzó a besarme sin decir nada más.
Abrí mis ojos de un salto y
mire a mi alrededor.
—¿Pero qué demonios?
—¿Qué sucede, amor? –mire a
Edward que estaba a mi lado.
—Dios, he tenido el sueño más
raro de mi vida…donde era estudiante de enfermería y tú eras mi profesor…
—Mmm…¿enfermería? –sonrió al
escucharme.
—Si y era adicta a nuestras
historias…que eran, bueno…una tanto, calientes…
—¿De qué estás hablando? –frunció
el ceño mi increíble vampiro que cuidaba mi sueño.
—Creo que debo prender el
computador, solo unos minutos ¿has escuchado de la saga Crepúsculo? –dije
sonriendo, pensando que quizás había un mundo paralelo donde fanfiction si
existiera.
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