Capitulo 14
Con un poco de
suerte había dormido, no podía olvidar lo que había pasado ayer en la
habitación de Damián y ahora estaba hace quince minutos en el estacionamiento
del colegio.
Gracias al
cielo alguien golpeó a la ventana de mi lado para despertarme. Miré y encontré
a Leonardo mirándome un tanto confundido.
— ¿Estas bien?
–tomé mi mochila y salí del auto, poniéndole seguro.
—Buenos días
–me acerqué y besé su mejilla, él me miró por unos segundos sonriendo.
—Entonces… ¿Qué
te pasaba que estabas ahí sin moverte? ¿Está todo bien con tu novio? –fue
inevitable, mi corazón latió con fuerza cuando dijo eso. Nada iba a bien con mi
supuesto novio.
—Todo como debe
ser, ¿estás con mejor ánimo?
—Sí, pensaba si
hoy podríamos ir a tomar ese helado que me ofreciste –sonreí emocionada,
olvidando lo que pasó con Damián.
—Eso sería
fantástico, así trato de animarte un poco y verás lo magnifico que puede ser un
helado en momentos como estos.
—Suenas como
toda una experta –sonreí ante la pregunta encubierta por parte de Leonardo.
—No es que haya
tenido muchos novios, solo dos… pero si tuve muchas amigas y ellas si rompían
con facilidad sus relaciones.
—Ya veo,
entonces tengo una experta en rompimientos ¿no?
—En simples
palabras si ¿Cómo estás para el test de mañana?
—Matemáticas no
es mi fuerte y este profesor es muy complicado, toda su familia ha sido
profesor de matemáticas en este colegio, antes era su padre el que enseñaba
–sonreí.
—Entonces
podríamos juntarnos para estudiar ¿te gustaría?
—Helado y matemáticas
no luce como una buena combinación, pero no me negaré a tener una tutora
personal –sonreí por sus palabras.
—Hoy no tengo
clases de conducir, así que podemos irnos directo a mi casa ¿sí? Allá podemos
pedirle a mi Nana que nos compre algo de helado. No tengo ánimos de ir al club
de atletismo.
—O… podríamos
pasarlo a comprar antes de llegar a tu casa ¿no sería eso más practico? –tenía
toda la razón y así le evitábamos molestias a Nana.
—Excelente –me
emocionaba saber que tendría una tarde junto a Leonardo, era entretenido
tenerlo cerca –es un hecho –caminamos hasta llegar al pasillo principal del
colegio.
—Nos toca en el
edificio lateral derecho –asentí, aun me perdía dentro de este lugar.
—Buenos días… —aferré
mis manos a las tiras de mi mochila cuando sentí la voz de Damián en mi oído.
—Buenas días
–me giré rápidamente para no tenerlo cerca. Dios… esto estaba mal, no tenía
nada de especial a los otros días, pero lucía un poco más guapo de lo que era
–nos vemos, ahora con Leonardo vamos a clases –mordí mi labio inferior al
recordar el beso de ayer.
Tomé del brazo
a Leonardo para avanzar, sin esperar alguna respuesta de Damián. Leo me miró
extrañado mientras avanzábamos.
— ¿Estás bien?
–dijo cuando llegamos a la sala.
—Pudieron
esperar unos días más antes de andar tomaditos de manos ¿no? –me giré al
escuchar la voz de Juliana, me miraba realmente molesta.
—No es lo que
piensas —dije para no dejar mal a Leonardo.
—Claro,
exactamente como en la costanera ¿no? Eres una zorra, ten claro que aquí no
aceptamos gente así, no sé cómo será donde vivías antes pero…
—Cállate Juliana
–dijo Leonardo mirándola enojado –no tienes nada que ver aquí, ella y yo solo
somos amigos, así que cuida tus palabras que solo estás quedando como una neurótica
y mal educada –ella lo miró sorprendida y simplemente entró a la sala. Si fuera
ella, estaría roja de vergüenza.
—No tenias que
hacer eso –no quería que se metiera en problemas por mi culpa.
—Eres mi amiga
y no dejaré que ella te trate de esa forma, ahora mejor entremos a clases.
Entré a la sala
con una sonrisa en mi rostro, me agradaba que Leonardo fuera lo suficientemente
cuerdo como para darse cuenta que Juliana era una estúpida. Nos sentamos juntos
en el último asiento y tomamos atención a lo que decía nuestro profesor de matemáticas,
ya que así nos serviría para el test de mañana.
Durante las
primeras horas no me separé de Leonardo e hice que recorriéramos el colegio
para no toparme con Damián, no tenia ánimos de que mi cabeza diera un par de
vueltas al verlo, era algo que debía controlar, no iba a dejar que los encantos
de ese chico acabaran con mi tranquilidad, era peligroso y no tenia las ganas
de estar sumando problemas a mi vida. Sin embargo cuando salimos de la clase
para poder ir a almorzar, no pude escaparme de los hermanitos Andrade.
—Hola –dijo Amalia
apareciendo de sorpresa en un pasillo cuando con Leonardo íbamos a la
cafetería.
—Hola –mi tono
de voz demostró lo precavida que estaba siendo con ella.
— ¿Podríamos
hablar unos minutos? No tomará mucho –miré a Leonardo, él solo asintió y se
fue, entendiendo que no podía estar presente en la conversación.
Con Amalia nos
dirigimos hacia el patio, donde había una gran cantidad de alumnos comiendo sus
almuerzos. El día estaba lindo.
—Por aquí está
bien –no me quería alejar mucho con ella, así que nos sentamos en una de las
bancas libres que habían — ¿Qué sucede?
—Te debo pedir
disculpas, ayer me comporté como una verdadera bruja y no quería hacerlo, de
verdad me caes bien y sé que en otras circunstancias podríamos ser hasta
amigas.
—Está bien…
¿eso es todo? –no quería seguir cerca de ella, no me gustó la actitud que tuvo
ayer, de verdad me había asustado.
—Solo fue el
miedo hablando ayer, de verdad no quería asustarte ni decirte esas cosas
horribles.
—Entiendo –ella
me quedó mirando unos segundos, esperando alguna otra palabra de mi parte, pero
no había nada más que decir.
—Solo me aferro
a lo único que tengo para obtener tu ayuda, sé que es malo lo que hago, pero
eres mi esperanza, Damián debe salir de todo este lio.
—Podrías probar
hablar más con él, yo no te aseguro nada.
—Lo he
intentado, pero es un testarudo, se enoja y me deja hablando sola –asentí, no
me sorprendía esa actitud de su parte –solo quiero que sepas que de verdad lo
siento y que no se volverá a repetir, pero no puedes salir de esto.
—Entiendo ¿es
todo lo que necesitas hablar conmigo? –ella negó.
— ¿Has
arreglado tu altercado con Damián? –de inmediato vino a mi memoria lo sucedido
ayer en su habitación.
—Se podría
decir que sí.
— ¿Qué fue lo
que hizo? –suspiré, no quería decirle nada.
—Mira, quedamos
en que cumpliría con mi parte de tu chantaje, pero eso no significa que te
contaré cada detalle de lo que está sucediendo.
—Te está
gustando Damián ¿es eso? No puede gustarte o si no te manipulará como lo hace
con todas.
— ¡Claro que no
me gusta! –bueno, quizás solo un poquito, por eso me estaba escondiendo de él…
Dios, es que solo de verlo recordaba el beso de ayer y me daban ganas de
hacerlo de nuevo, pero era un comienzo, si lo controlaba no habría problema
alguno.
—Entonces
estamos bien, ahora cuéntame ¿Cómo te ha ido estas semanas? ¿Te has habituado
al colegio y su pequeña comunidad? –hice una mueca de desagrado.
—No mucho,
realmente solo me he hecho un amigo y… Damián.
—Bueno, si
necesitas hablar con alguien no dudes en decírmelo, me agradaría conocerte en
otro contexto –sonreí por sus palabras.
—Creo que eso
no será posible Amalia, me estas obligando a hacer algo que no quiero,
chantajeándome con un problema que me tuvo en condiciones muy malas tiempo atrás
–ella me quedó mirando, sin saber que decir –bueno, mi estómago ruje, ha sido
una mañana interesante, pero ahora iré a comer, que estés bien.
Solo me puse de
pie y me dirigí hasta la cafetería, donde encontré a Leonardo con dos bandejas
en la mesa redonda.
—Pedí por ti –sonreí
al ver lo que había pedido.
—Me encantan
las ensaladas y las papas fritas, muchas gracias.
—Lo he notado, así
que para evitar que pierdas tiempo lo pedí, no te preocupes que esta vez pago
yo… ya que serás mi tutora personal de matemáticas por hoy –sonreí y dejé mi
mochila en el suelo para poder sentarme a comer.
— ¿Tutora de qué?
–presioné los cubiertos en mis manos al escuchar esa voz. Leonardo me miró
extrañado y después miró a Damián.
—De matemáticas,
Amaya me ayudará –miré a mi costado y Damián ya se estaba sentando con
nosotros.
— ¿De nuevo
tienes problemas en tu grupo de amigos que vienes a comer con nosotros?
—No realmente
–dijo tomando de su jugo de naranja –solo me agrado comer con ustedes, eres mi
novia ¿a quién le molestaría comer con su novia? A nadie… hoy te he visto poco
–pude escuchar el suspiro de Leonardo al notar que estaba siendo excluido.
—Estuvimos
ocupados –dije comiendo una papa –Leo, no alcancé a preguntarte ¿tomaste todos
los apuntes necesarios?
—Sí, todo
preparado para poder estudiar esta tarde.
— ¿Tienen test
de matemáticas? –asentimos.
—Si quieren
puedo ayudarlos, no tengo nada para mañana y me va muy bien en esa asignatura,
podría ser de ayuda, además también tengo ese test, pero hoy en la tarde –lo
dijo con un tono completamente normal mientras comía su almuerzo.
—No creo que
sea necesario, no te molestes –dije de inmediato, no tenia ánimos de estar en
un ambiente tenso, además que con Leonardo lo más probable es que habláramos de
Juliana… cosa que me interesaba saber, no quería que volviera a recaer en esa
tipa, me desagradaba.
—Me pasaré en
la tarde por si necesitan ayuda –fruncí el ceño al ver esa mirada en Damián,
pero mejor lo dejé pasar y tomé un poco de mi jugo.
Sorprendentemente
esta vez el almuerzo no estuvo tan tenso como el día anterior, así que pudimos
conversar amenamente sobre cualquier tontería, pero de todas formas los demás
se encargaron de que no fuera tan relajado el ambiente ya que nos miraban…
sobre todo las chicas, más de una llamó mi atención con esos ojos que
prácticamente tiraban chispas.
—Iré al baño y
vuelvo –dije cuando terminé mi almuerzo. Fui con mi mochila para poder lavar
mis dientes como siempre lo hacía.
Cuando entré al
baño y comencé a cepillar mis dientes, tres chicas, que lucían un poco mayores
aparecieron de golpe, rodeándome.
— ¿Quién
demonios eres tú? –tenía mi boca llena de pasta dental ¿es qué acaso esperaban
que les contestara de esa forma? Eran tres morenas, altas y bastante guapas,
una de ellas llevaba lentes.
Boté la pasta y
las quedé mirando raro ¿Qué se creían?
— ¿Cómo te
llamas? –Preguntó la del costado derecho — ¿y qué demonios haces con Damián?
— ¿Se conocían
de antes? –esto era increíble, volví a llevar mi cepillo a la boca y me giré
hacia el espejo, no pensaba perder el tiempo con ellas.
— ¿Es qué acaso
es sorda? –preguntó una a la otra, rodee los ojos, no lucían muy astutas — ¡Ey!
¡Te estamos hablando! –me tensé cuando una tomó mi cepillo de dientes y lo sacó
de mi boca, dejándolo en el lavamanos.
— ¡Ey! –le dije
molesta, tomando mi cepillo de nuevo.
—Por lo menos
hablas, responde nuestras preguntas.
— ¿Y por que tendría
que hacerlo? –dije aun cepillando mis dientes. Las tres me quedaron mirando
enojadas.
— ¿Es qué acaso
eres su novia? Él jamás ha estado con nadie ¿de dónde apareciste tú?
—Mira… —dije
con el cepillo en la boca –es preferible que se vayan y dejen de perder el
tiempo, no tengo por qué responder a sus preguntas –me giré de nuevo y enjuagué
mi boca, pero antes de poder escupir el agua, una me tomó con fuerza de mis
mejillas, presionando de tal forma que tuve que escupir con fuerza.
— ¡Ey! –la
puerta se abrió y apareció una chica, de ojos azules y que vestía de porrista,
la reconocí de inmediato, era la que había insistido en que ingresara a su
grupito… Nicole creo que era su nombre — ¡dejen a esa chica ahora mismo! –El trió
de idiotas retrocedieron al mismo tiempo y se miraron nerviosas –si las pillo
de nuevo en algo como esto, no duden que se los diré al director, créanme que
no le agradará nada, tanto a él como a sus padres, así que ¡váyanse de aquí!
Fue realmente
impresionante que esa chica les causara miedo, ya que las tres se miraron entre
ellas y se retiraron del baño.
— ¿Estás bien?
–Dijo mirándome preocupada –Dios, se pueden volver muy matonas cuando quieren ¿te
hicieron algo más? –la quedé mirando en shock con mi cepillo en la mano.
— ¿Gracias?
–dije dudosa, ella había lucido bastante matona también… Dios, este colegio era
tan raro –no me hicieron nada más, no creo que se atrevieran.
—No dudes algo
como eso, el año pasado otro trió dejó colgando a una chica en el mástil del
centro… fue horrible, las tres fueron expulsadas y ahora están en la escuela pública
¿Qué peor que eso? –está bien, haría caso omiso a su último comentario solo
porque me había defendido.
—Supongo que
nada ¿cierto? –le iba a seguir la corriente.
—Nicole –estiró
su mano para que la saludara, lo hice con un poco de desconfianza –soy la
capitana de porristas, no sé si me recuerdas.
—Sí, algo –en
ese momento recordé cuando Leonardo me dijo que era novia de Felipe, un amigo
de Damián.
—Amalia me dijo
que eran conocidas, ella es mi amiga, como también Damián, sé que son novios
¿no? –Se giró hacia el espejo y comenzó a arreglar su cabello –hoy he olvidado
traer mi bolso con el uniforme, me debo sacar este para no verme ridícula, pero
no he podido.
—Claro —volví a
enjuagar mi boca.
—Entonces ¿eres
la novia de Damián? –tensé mi mordida, teníamos otra curiosa por aquí.
—Algo así.
—Muy bien, si
necesitas ayuda no dudes en pedírmela, ellos son mis amigos y si eres cercana a
mis amigos, eso te convierte en mi amiga, si pasas por algo como esto de nuevo,
no dudes en decírmelo, tengo varios contactos en dirección que ayudarían a la
expulsión de cualquier alumno que este aceptando hacer Bullying, está
estrictamente prohibido.
—Ya veo… —era
extraño que ella fuera tan simpática, pero de seguro era porque conocía a los Andrade.
—Bien, me tengo
que ir, nos vemos Amaya –ella me guiñó un ojo y se fue del baño. Fruncí el ceño
¿En qué momento le dije mi nombre?
Salí del baño
un tanto desorientada, sabía que algo así podía ocurrir, pero jamás pensé que
iba a ser tan pronto, además había sido todo muy extraño ¿Quién demonios era Nicole?
Creo que esta tarde le sacaría información a Leonardo, él parecía saber mucho
de los círculos sociales del colegio, aunque dudo que no los sepa si tuvo a Juliana
como novia.
Cuando volvía a
la cafetería por Leonardo, ya que aun
debía estar ahí, pude identificar a las chicas que me interceptaron en el baño,
cada una estaba conversando con otra y todas me miraban bastante mal.
—No… —susurré
al notar que esto se iba a esparcir como pan caliente, estaba metida en
problemas.
Cuando llegué a
la mesa, encontré solo a Damián.
—No te
preocupes, no lo he largado de aquí –dijo cuando me senté –Leonardo está
dejando las bandejas en su lugar.
—No me vas a
creer lo que me pasó en el baño –él me miró un tanto preocupado.
—Nicole ya me
dijo, no pensé que iban a ser tan rápidas, lo siento de verdad, no volveré a
dejarte expuesta de esa forma –rodeé los ojos, Dios, como volaban las noticias.
—No fue para
tanto, aunque no alcance a defenderme cuando llegó esa amiga de ustedes ¿has
hablado de mí con ella? –él negó, confundido.
— ¿Por qué?
–levanté los hombros.
—No recuerdo
haberle dicho mi nombre, de seguro cuando insistió tanto para que entrara en su
grupo, supongo que se lo dije, aunque personalmente no recordaría a alguien que
no veo desde semanas... creo que en ese entonces también supo mi nombre.
— ¿No? tienes
pésima memoria entonces.
—No me refiero
a eso, solo he hablado con ella una vez –quedamos en un silencio un tanto incómodo,
no era como cuando estaba con Leonardo.
— ¿Estas
enojada por lo de ayer? –Negué de inmediato –hoy te has escondido de mí y no lo
niegues, estas enojada ¿no?
—Solo estuve
ocupada con Leonardo y hoy no te aparezcas por mi casa –aproveché de decir –no
es necesario.
—A ti te gusta
ese chico ¿no?
—Es mi amigo y
debes dejar de interrumpir mi tiempo con él, solo lo tengo a él aquí y no lo
voy a perder por tener un seudo novio psicópata ¿sí?
—Me tienes a mí
también, soy tu amigo ¿no? –uno que me estaba trayendo muchos problemas.
—Sí, claro…
amigo que se aprovecha de las circunstancias, así te tengo calificado.
—Ya veo.
Pasaron unos
segundos cuando llegó Leonardo, así que nos pusimos de pie para retirarnos,
bajo la mirada de varios alumnos que aun seguían en la cafetería. Negué, esta
situación iba a empeorar sin duda alguna.
Leonardo a
medida que avanzábamos, se iba adelantando, dejándome sola con Damián, cosa que
no quería, pero antes de poder acelerar también el paso, miré a mi acompañante
que estaba poniéndome más atención de la permitida.
— ¿Qué? –no me
contestó, justo cuando íbamos a doblar en la esquina del pasillo, tomó mi mano
y se metió en esas escaleras un tanto escondidas que habían cada ciertos
trechos en el colegio. Hizo que subiera un par de escalones y después me
acorraló contra la pared de piedra — ¡Damián!
—No he podido
dejar de pensar en esto –nuevamente, sin más me tomó del cuello y se acercó
para poder besarme. Cerré mis ojos y moví mi rostro hacia otro lado, pero él
con rapidez pudo alcanzar mis labios… Demonios.
Traté de no
hacerle caso y no responder a sus labios, pero fue imposible; abrí mis ojos y
los suyos me miraban fijamente. Se acercó más a mi cuerpo, aprisionándome con
el suyo y fue inevitable.
Entreabrí mis
labios un poco y él aprovechó eso para besarme con mayor ímpetu, así que
comencé a responderle. Apoyé mis manos en las suyas que tomaban mi rostro y
parte de mi cuello para que no me pudiera mover.
Mi corazón
comenzó a latir con fuerza y el beso fue subiendo de tono hasta que pude tener
contacto con su lengua; estar mirando sus ojos mientras sentía ese beso solo
estaba logrando que mi ansias de besarlo aumentaran. Evité con toda la fuerza
de voluntad que me quedaba de que un suspiro escapara de mi boca cuando su lengua pasó por mi labio
inferior.
—Damián… —me
quedé helada al escuchar una voz femenina que nos había encontrado en esto.
Ambos nos
separamos lentamente y miramos a la propietaria de esa voz. No pude evitar
sorprenderme cuando vi a Joan, que estaba acompañada… nada menos que de Amalia,
¿Qué demonios hacían estas dos juntas?
Espero que les haya gustado estos capítulo :D
Ya dani realmente iba lo de que me mandes la historia completa... quiero saber que pasa es injusto jajajaja espectacular el capítulo mil besos dani
ResponderEliminarestuvieron muy buenos ambos capis, amo recordar todo de una forma divertida buahahaha :D
ResponderEliminarDicen que recordar es volver a vivirlo jajajaja esta historia me trae muchos recuerdos y estos nuevos personajes si que estan muy bien una disculpa por leer y comentar apenas pero he tenido una semana muy pesada de trabajo pero ya estoy por aqui de vuelta jejeje a lo mejor estoy mal o no se jajaja pero la pareja de Damian y Amaya me gusta muy aparte de lo que suceda jejeje
ResponderEliminar