Capítulo 1
Entrelacé mis
dedos junto a los de Oliver y solo cerré los ojos. Ambos nos quedamos
recostados, mirándonos, escuchando como esos hombres revolvían todo en el
primer piso de nuestra casa, era demasiado tarde para escapar y lo entendíamos.
Entraron a
nuestra habitación tan rápido que no me dieron tiempo de gritar. Oliver no me soltó en ningún momento, hasta que la situación llegó a un límite
que no pudimos controlar. Cubrieron mi rostro con una bolsa de género negra y
lo último que recuerdo antes del golpe en mi cabeza, fue el grito de Oliver
llamándome.
Abrí mis ojos y sonreí al notar como el sol
calentaba mi rostro, miré a mi lado y mi corazón saltó aun más al ver a Oliver recostado
en el pasto entre diferentes flores. Tocó un mechón de mi cabello y lo envolvió
en su dedo. Se acercó a mí y me quedó mirando frente a frente, sobre mí.
—Te amo –dije acariciando su mejilla — ¿ves
que todo salió bien? –él me sonrió.
—Debo escucharte más seguido –no pude evitar
sonreír al notar que se acercaba a mis labios. Me besó pausadamente llevándose
todo temor con aquel beso, todo estaba bien, exactamente como lo merecíamos en
un principio.
Se separó y ahora su mirada era más fría.
— ¡будить! –fruncí el
ceño sin entender porque me estaba hablando en ruso, el odiaba ese idioma y yo
solo entendía un poco. Pasé mi mano por su rostro.
—Estoy despierta –dije
respondiendo a lo que me dijo.
– ¡будить!
–volvió a gritar, exaltándome.
Mis ojos se cerraron, como un pestañeo y cuando volví a abrirlos vi
realmente donde me encontraba.
— ¡Oliver! –grité con todas mis fuerzas al ver en el calabozo donde
me encontraba.
Estaba todo oscuro, exceptuando por la luz que llegaba desde el marco
de la puerta y la ventana de rejas metálicas que había atrás mío, a varios
metros de altura.
— ¡Oliver! –traté de ponerme de pie, pero me fue inútil. Llevé mis
manos a mis piernas y pude sentir algunas marcas.
Me habían golpeado, demonios. Sentí como el frío me envolvía y me di
cuenta que solo estaba con aquella bata de hospital, abrochadas con varias
tiras por la parte de la espalda, dejando descubierto mis brazos y mis piernas,
gracias al cielo conservaba mis pantaletas.
Llevé mis manos a mi rostro, cansada, sin saber donde me encontraba,
daba por hecho que nos asesinarían, pero que estuviéramos presos en este lugar
solo indicaba que nos había atrapado la nación equivocada.
Me quedé estática al notar que no sentía mi cabello entre mis dedos.
Tragué saliva y pasé mis manos por mi cabeza….me habían rapado.
Comencé a llorar desesperada por mi cabello, por estar encarcelada
aquí y por no tener la menor idea de donde se encontraba Oliver. Tomé mi mano
derecha y suspiré al notar que mi anillo de matrimonio seguía ahí, pero aun así
no pude parar de llorar mientras sentía que la desesperación se propagaba por
todo mi cuerpo, con temblores y nauseas por el terror, con un zumbido en mis oídos
y dolor de cabeza por la angustia de saber donde se encontraba él, mi Oliver.
No tengo la
idea de cuantas horas habrán pasado, pero mi garganta me dolía de tanto llorar.
Mis piernas estaban mojadas, al igual que mis brazos. Las lágrimas no paraban
de escapar al mismo tiempo que mi cuerpo no dejó de sudar por el ataque de
histeria que tuve. Estaba asustada y no tenía a Oliver sosteniendo mi mano como
siempre lo hacía en momentos de desesperación.
Tapé mi boca
con rapidez luego de unos minutos cuando escuché unos pasos, no quería que me
escucharan llorar, aunque de seguro ya era tarde para eso.
Comencé a
controlar mi llanto para pasar desapercibida, pero me fue imposible hacerlo. Traían
a alguien y sabía exactamente quién era, por los gritos que estaba lanzando al
aire sin considerar los golpes que le daba al gritar.
— ¡Julie! –Gritó
con fuerza, atravesando mi cuerpo con su voz, estaba vivo pero estaba sufriendo
por culpa de estos carceleros — ¡Julie! ¿Dónde estás? –Dios santo, recién lo traían
hasta acá ¿Qué le había hecho?
No sé con qué
capacidad me puse de pie y corrí a la puerta que estaba a unos tres metros de
la esquina donde me encontraba. De inmediato me di cuenta que este lugar no debía
ser mas grande que tres metros cuadrados.
— ¡Oliver!
— ¡Julie! –Ni
siquiera alguien lo hizo callar con una palabra, solo escuchó el golpe que le
dieron, pero no se mantuvo callado — ¡Grita para saber donde…! –otro golpe.
Comencé a
llorar desesperada por no poder salir de aquí y ayudarlo, matar a golpes a ese
infeliz que le estaba haciendo daño.
Segundos
después se escuchó como abrían una puerta y él era lanzado al suelo. Me acerqué
a la pared para ver si estaba a mi lado, quizás alguien había intercedido por
nosotros y se había apiadado para que estuviéramos cerca, era algo realmente
favorable en estas circunstancias.
— ¿Oliver?
–dije un poco más alto, pero sin gritar como segundos antes. Se cerró la puerta
de un solo golpe. Tragué saliva nerviosa al ver la sombra, en la parte inferior
de la puerta, de aquel desconocido — ¿Oliver?
–no me contestaba, quizás el golpe había sido demasiado fuerte y lo dejó inconsciente.
Mi labio
inferior formo un mohín y el dolor volvió aflorar en mi pecho como en el resto
de mi cuerpo.
Me apoyé en la
pared y fui cayendo de a poco hasta quedar sentada en el suelo, abrazando mis
piernas. Tenía que comenzar con nuestro plan o me volvería loca en este lugar,
sin poder sostener su mano. Cerré con fuerzas mis ojos, tratando de
concentrarme.
Números…números…números….Oliver…..Espía…ingeniera…Teo...Mimi…Oliver….juramento…Oliver….
Confidencial….Rusia……Oliver…..Te amo.
Estábamos en el
año 2013 cuando lo vi por primera vez, ambos trabajando para agencias
diferentes del Gobierno, pero aun así, estaban interconectadas.
Yo me encontraba
en mi cubículo trabajando cuando me llamó la atención como un hombre le hablaba
a nuestro jefe con un tono de voz bastante alto, incluso se podría decir que
con muy poco respeto.
— ¡Recuerde su
lugar, Sr. Conlan! –nuestro jefe, Robert Green, estaba regañando a un agente,
claramente uno que tenía problemas de autoridad, pero aun así, uno muy guapo.
Estaba con su
traje azul oscuro, su intercomunicador en su oreja y esa mirada tan seria que
no se podía averiguar qué demonios estaba pensando.
Era muy alto,
de espalda ancha, se notaba que había un cuerpo trabajado bajo ese traje tan
serio; su piel era blanca y tenía unos ojos azules, profundos, de esos que te
quedas mirando por un par de segundos antes de fijarte en el resto del rostro
de dicha persona. Su cabello era corto, no al estilo militar, lo
suficientemente largo como para averiguar que era de un color castaño y cobrizo
al mismo tiempo. Debía tener poco menos de treinta años.
—Julie,
siéntate y deja de curiosear, hay mucho que hacer y lo sabes –rodeé los ojos al
escuchar a Melisa.
—Lo sé —aun así
me quede mirando como aquel hombre, que ahora podía notar que sus ojos azules
estaban oscurecidos por la rabia que sentía hacia Robert; caminó enfurecido por
el pasillo al lado de las oficinas. Miró hacia un lado y me descubrió observando
aquel espectáculo.
Me senté de
inmediato, roja de vergüenza. Mire a Melisa y ella solo me regañaba con esa
expresión enojada que tenía.
Era el típico ratón
de laboratorio, con un moño negro muy ajustado y unos lentes oscuros, grandes;
se desquitaba yendo al ejercicio y con su novio, por ello tenía un cuerpo
fenomenal, pura fibra. Aun así tenía un carácter de mierda.
–Lo sé –dije volviendo a trabajar en nuestro
proyecto.
Salimos de la
oficina muy tarde esa vez, solo nos quedaban días para terminar el software y
todo estaría tranquilo como antes, bueno, realmente eso no era cierto. Con Melisa
seriamos ingenieras informáticas que se destacarían hasta en Tombuctú, todo el
mundo nos iba a reconocer por nuestra inteligencia y nuestra increíble idea.
—Nos vemos –Melisa
se despidió haciendo una seña y se fue hacia la dirección contraria a donde yo
iba.
Comencé a
caminar bajo la luz de la luna, notando que las personas a mi alrededor
comenzaban a quedar atrás. Sonreí porque me agradaba estar sola; puse mis
audífonos en mis orejas y me fui escuchando música clásica, me relajaba mucho después
del trabajo.
Realmente es
una locura que aun recuerde lo que escuchaba ese día, pero no importaba, el
hecho es que estaba en eso cuando me llamó la atención una sombra que estaba
apoyada en la pared del edificio, a unos metros de distancia.
Sonreí,
descubriendo de quien se trataba. Los agentes son demasiado predecibles. Me
saqué los audífonos antes de que él hablara, es más, hasta lo adelante en saludar.
—Buenas noches,
señor Conlan –me detuve y lo quedé mirando. A mí nadie me sorprendía, ya había
averiguado todo sobre este hombre. Realmente tenia 33 años, era un agente
importante dentro de todos, tenía varias misiones de calibre pesado, parecía
tener las características necesarias para ser un agente secreto. Sin duda no
era un agente cualquiera y sin duda…yo tampoco era una ingeniera en informática
normal.
—Buenas noches,
señorita Sinclair –me quedó mirando con una sonrisa bastante coqueta, curvando
sus labios y dejando que sus dientes tan blancos salieran a la vista. Sus ojos
azules ahora eran más vivos, más brillantes. Tenía sus manos en los bolsillos…
caramba, si que era alto.
— ¿En qué puedo
ayudarlo? –sabía exactamente lo que me iba a contestar, eran todos iguales.
—Necesito un
favor de tu parte… —fruncí el ceño, eso no entraba en mi teoría de los agentes.
Todos parecían haber
salido de una fábrica de agentes, unos sinvergüenzas que se creían superiores a
todos los otros trabajadores del estado, pero simplemente era uno más de la
larga lista, no destacaban y si lo hacían, bueno, habría una medalla colgada en
su frio cuerpo. Era su triste realidad.
— ¿Y eso sería?
—Que vengas
conmigo, nada de compromisos, solo algo entre adultos –enarqué una ceja ¿esto era
una broma? No pude evitar sonreír.
—Tú serás el adulto
de 33 años, pero yo tengo solo 24, estoy en plena juventud —él me sonrió, sus
ojos era realmente atrayentes – Además no soy ese estilo de chica –dije ahora
más seria — que estés bien.
Le respondí de
forma altanera y comencé a caminar dejándolo atrás, no contaba con que fuera un
espécimen digno de dejar huella en mi propia historia. No me siguió, otra
teoría que no me funcionó, lo que no me gustó y provocó que me detuviera y lo
mirara.
Seguía apoyado
en la pared, mirándome.
— ¿Entonces,
vamos? –me tomó varios segundos responderle, pero realmente se estaba volviendo
muy atrayente e interesante, no actuaba según mis prejuicios.
Quizás podría
jugar con él, solo un poquito.
—Espero que
seas bueno y no me hagas perder mi tiempo –él se carcajeó. Debo admitir que
aquello me dejo un tanto perdida, su risa era realmente agradable de escuchar,
profunda de esa que te quedas observando como una estúpida.
—Te aseguro que
no perderás nada de tiempo.
—Y esto quedara
solo entre nosotros ¿no? –comencé a caminar en ese momento y él siguió mi paso.
—Entre los dos
y la luna –sonreí, a pesar de ser una agente tan importante, era bastante
ingenuo en creer que yo le seguiría su juego.
Abrí los ojos
al escuchar algo de ruido acercarse al calabozo. Abrieron la puerta de golpe y
me tomaron dos hombres desde las piernas y los brazos.
— ¡Oliver!
–grité con fuerza. No hubo respuesta, de seguro seguía inconsciente — ¡¿Qué le
han hecho, bastardos?! –volví a gritar para escuchar la voz de Oliver, pero
nada.
Quería decirle
que lo amaba antes de perder mi vida.
Aquellos
hombres cubrieron mi cabeza nuevamente y me llevaron a un lugar que no pude
reconocer. Era mi turno de sufrir, como Oliver lo había hecho.
Todo esto era
mi culpa y no iba a pasar un día de mi vida sin pensar que él estaba sufriendo
por mi culpa. Nuestra vida colgaba de un hilo y no tenía la menor idea de cómo ayudarnos,
a sobrevivir para estar juntos, como lo habíamos planeado.
¡Ah! odio demorarme a lo acordado. Aquí esta nuevamente el primer capitulo de Entre los dos y la luna, espero que les haya gustado. Gracias por leer
T___T No recordaba cuanto sufrí con esta historia.
ResponderEliminarHola Dani.
La verdad q amo y odio esta historia, me encanto el trailer. Natalie y Michael son perfectos, los amo a los 2.
Se nos viene fuerte jaja con esta si voy a andar bn al pendiete. Te voy a ser muyyy honesta, DB si me gusto pero como q dejo de atraparme como antes, estoy loca y voy a esperar a q la termines de subir para leerla toda y ver en q termina todo.
Por otro lado, ELDYLL me ENCANTA, entre una de mis favoritas definitivamente. Estoy ansiosa por ver más, mientras leía iba recordando q va a ocurrir en la historia y no pude evitar carcajearme al recordar lo q Julie le va a hacer a Oliver, me encanta. Con esta historia conecto de inmediato, me hace llorar y ya quiero leer más.
Gracias por el capitulo Mariposa.
UN beso y nos seguimos leyendo!
Me ha encatadoooo si que nos has dada mega sorpresa UAT,LA,que son neuvas temporadas y nos das DB y ahora esta la verdad estoy muy contenta de leer tan buenas historias de nuevo y con nuevos nombres gracias Dani por esto y a leer se ha dichoooooo como sufri de nuevo al leer este cap de nuevo asi me paso cuando recien la subiste y ahora igual jajajajaja
ResponderEliminarme encanto!!!
ResponderEliminarjesus! daniela amoo esta historia! gracias por volverla a poner, espero esta vez si saber como terminara todo :S gracias.. mil gracias dani :D me hiciste feliz hoy :3
ResponderEliminarDTB
oooooohhhhh!!!!!@! me encanta estq esta historia..... recirdar sus locuras y sufrir con ellos es asdfghjkkkll.... ahora voy x segundo capi... recordar como lo dejo hizo q sonria sola...... geacias Dani....
ResponderEliminar