Capítulo 9
“Preparativos”
Eran más de las siete de la tarde y
estaba muerta de hambre.
—Esto ha sido una exageración Tara,
tengo hambre, volvamos al departamento –dije como si tuviera cinco años y le
estuviera hablando a mi madre.
—Solo falta un poco —estaba vuelta loca
mientras ahora un tipo, con una camisa negra ajustada al igual que sus
pantalones, me arreglaba el cabello.
— ¿No pudo elegir un personaje que
tuviera el cabello liso? –Dije de mala gana, ahora me estaban ondulando mi pelo
negro para ir más caracterizada, según Tara –es una estúpida fiesta, no veo el
motivo de tanto barullo.
—Eso deberá preguntárselo a él, no a mi
Srta. Elizabeth –suspiré y cerré los ojos mientras seguían jugando con mi
cabello, menos mal que lo tenía largo o si no me hubiese visto ridícula con los
rulos.
No fue hasta una hora después que por
fin habían terminado. Me habían hecho de todo, masajes en mi cuerpo,
depilación…en todo los lugares posibles, grité y mucho, pero nada mejoró
después, ya que se divirtieron con mis uñas, donde se demoraron otro poco.
Solo decretaré que jamás quiero volver a
pisar un lugar así, aunque por lo menos tuve tiempo para pensar en lo que
podría hacer sobre un posible escape en todo esto, no me iba a quedar de brazos
cruzados mientras un tipo me tenía en su departamento lujoso. Sin embargo mi
cabeza luchaba en pensar sobre el hecho de que realmente vería el rostro del
Monstruo, además el lunes me daría una excusa para las chicas ¿Qué sería?
Dios…debía estar enferma para preocuparme más por eso que por pensar en escapar
de su lado.
— ¿Tara que haces? –dije notando que se
movía a mi alrededor mientras íbamos hacia al auto.
— ¡No sé cómo detener su cabello! es
demasiado liso y con el viento volverá a la normalidad de aquí a las horas que
tiene que esperar –rodeé los ojos.
—No importa si eso sucede, relájate
–dije cuando Thomas abrió la puerta para nosotras.
—No, él dijo que debía llevar el cabello
así –la miré sonriendo, esta chica debía amar al Monstruo.
—Sí, pero no todo se cumple Tara, él
debería saber eso, todo el mundo lo hace, si mi cabello se alisa de aquí a
medianoche…bueno, así es mi naturaleza.
— ¿Siempre ir en contra de lo que le
dicen? –la miré seria. Negué y mi mirada se fue a la ventana.
— ¿Ahora nos vamos, cierto? Ya no hay
nada que hacer.
—Así es, ya deben estar preparando su
comida, además más tarde deberá maquillarse, llegarán las especialistas al
departamento… —sonó su celular y ella atendió como si la vida se le fuera en
ello, escuchó unos segundos para después hablar –Si, está todo bien señor, no
hay nada de qué preocuparse, estará lista a tiempo y además podrá hacer lo que
deseé, estamos adelantadas –entrecerré los ojos al notar que era el Monstruo
–si, Mathias esta avisado, todo saldrá en la revista –lo escuchó otro momento
–si, la máscara tengo que ir a buscarla –tenía unas ganas tremendas de tomar el
celular y gritarle un par de cosas, ayer al no tener contacto alguno, me evitó
de tener mi ración diaria de gritos hacia él –si, su traje está listo, su
máscara es la que debo ir a buscar…si, está aquí al frente ¿quiere hablar con
ella?
Hice mis manos un puño, lo único que
deseaba era golpearlo, de verdad, desde que vi su mensaje en la mañana, estaba
cansada de recibir notitas cobardes, quería verle su maldita cara y que me
dijera quien era, solo por eso estaba yendo a esta estúpida fiesta.
—Muy bien —supuse que su respuesta fue
una negativa porque no me pasó el teléfono, pero me vi obligada a dejar de
tomar atención en su conversación porque mi propio celular comenzó a sonar. Lo
tomé y sabía quién era, la misma persona a quien le había desviado las llamadas
en estas últimas horas, pero ya no podría hacer eso.
—Sophia —dije suspirando.
—Sí, suspira Elizabeth Green, no me has
contestado, menos mal que no lo hiciste antes, estaba mucho más enojada contigo
por haberme mentido, ahora quiero una explicación –miré a Tara y noté que
informaba a mi secuestrador de mi
conversación con Sophia.
—El lunes te diré todo.
— ¡No! Lizzie, dime dónde demonios estás
viviendo ahora o mejor dicho ¿con quién? –su voz era dura y demostraba lo
furiosa que estaba, pero no alcancé a decir nada ya que Tara tomó mi celular y
lo puso en su oreja.
—Disculpe, pero la Srta. Elizabeth no
está disponible ahora mismo, mañana la puede llamar, sin ningún problema –cortó
de inmediato.
— ¡Tara! –le grité sorprendida por lo
que hizo, pero ella acercó su propio celular.
—Sí, ya lo hice señor –rodeé los ojos.
— ¡Arg! –Grite frustrada — ¡Monstruo!
–dije hacia el celular de Tara, ella estaba aun más pálida de lo que era.
—Hasta luego señor —cortó el teléfono y
me quedó mirando como si lo sintiera.
— ¿Si te ordena qué te tires por un
puente lo harás también Tara? –Ella no me dijo nada, así que aproveché ese
momento para atraparla desprevenida
–Tara ¿desde cuándo trabajas para Maximiliano Blake? –ella frunció el
ceño.
—No, no… ¿Maximiliano Blake? es el hijo
de Ezequiel Blake ¿no? –Asentí completamente defraudada por su reacción –esta
sospechando mal, él no es… —hice mis manos un puño.
— ¡Dios! –demonios, esta chica mentía
como los dioses o yo era pésima relacionando voces.
Pasaron largos minutos cuando Thomas
estacionó y nosotras salimos de ese auto; el chofer desapareció sin decir nada,
no entendía su cambio de comportamiento.
—Iremos por el ascensor, ese cabello no
puede ser afectado por el cansancio –dijo Tara, lo que hizo que me quedara
helada –Srta. Elizabeth, le diré algo —ella tomó mi brazo, lo que me sorprendió
porque ella no lucía como si le agradaran las personas –me han ordenado que si me tengo que ubicar
delante de una bala por usted, lo haga, cosa que no dudaré en cumplir, así que
en la persona que más puede confiar aquí, es en mi. Subamos tranquilas por el ascensor
porque no sucederá nada.
La miré indecisa, no quería. Comencé a
sentir como mis piernas comenzaban a sentirse más pesadas y mis manos
transpiraban.
—No… —dije dando un paso atrás cuando el
ascensor abrió sus puertas.
—Srta. Elizabeth, usted puede confiar en
mí —dijo al lado de las puertas –no puede subir siempre por las escaleras, yo
me encargaré de estar siempre aquí para que no suba escalón por escalón –me
sonrió amablemente, lo que me hizo dudar –venga… —tomó mi brazo con cuidado e
hizo que me acercara a la caja de metal.
Entré con el corazón en la garganta,
respirando rápidamente, pero Tara pasó su brazo por el mío y me sonrió.
—No sucederá nada –marcó el número del
último piso y las puertas se cerraron, di un paso para evitar que se cerrara,
pero era demasiado tarde.
Comenzamos a avanzar y como instinto me
fui al final de ascensor, Tara hizo lo mismo. Me apoyé en el brazo de metal que
tenía el ascensor y cerré los ojos con fuerza.
—Ya va a pasar, no se preocupe… —dijo
acariciando mi espalda, tratando de tranquilizarme. Sentí que pasaron horas de
eso –hemos llegado, solo fue un minuto ¿ve? –en un segundo estaba fuera de la
caja de metal que me aterraba.
—Bien… —dije respirando cansada —eso no
fue tan terrible como ha sido antes, no te tocó el espectáculo que he dado
antes, donde lloro y me quedo en posición fetal sobre el suelo… ha sido
horrible otras veces –dije sintiendo como me sonrojaba.
— ¿Qué le pasó en el ascensor? –Dijo
saliendo de este — ¿Cómo para quedar traumatizada?
Sonreí, era lo más estúpido como para
terminar teniendo problemas con los espacios pequeños y los ascensores.
—Nada, más adelante te lo contaré –dije
riendo, no se lo diría nunca, era vergonzoso y un tanto triste de recordar.
Mientras estaba comiendo con Tara, quien
me acompañó, vino a mi mente Thomas y su actitud tan extraña.
— ¿Qué le dijo tu jefe a Thomas, Tara?
Él ya no me habla –ella tomó un poco de su jugo de frambuesa, mirándome
sorprendida.
—Bueno, no me dieron instrucciones sobre
decirle algo de aquella situación, así que… —tomó un poco de arroz y se lo hecho
a la boca, comió mientras yo seguía esperando –Nuestro jefe, opina que…
—Él no es mi jefe –ella asintió dándome
la razón.
—Lo que sucede es que, em… –se llevó su
mano al cuello, incómoda –digamos que mi jefe no quiere que usted entre a un
ascensor con Thomas antes que con él –fruncí el ceño.
— ¿Está celoso?
—Eh... algo así –dijo rascando su cabeza
roja como el fuego, nerviosa.
—No le diré nada Tara, no te preocupes,
yo le repito todos los días que es un Monstruo, no me sorprende que sea poco
inteligente. Él no debería sentir celos de Thomas, porque para eso, yo debería
sentir algo por tu jefe, cosa que no es así, como tampoco es por Thomas –ella
asintió.
—Claro…Srta. Elizabeth, él de verdad no
es tan malo como se ve —enarqué una ceja.
—Tara, no lo he visto y lo encuentro
malo, eso significa que empeorará cuando vea su cara.
—Es estricto solamente —suspiré. Esta
niña adoraba al Monstruo.
—Tara, es malo, me tiene aquí contra mi
voluntad, diciendo que si hago algo que no le guste atacará a mis amigas ¿crees
qué eso es ser estricto?...eso es ser malo, de verdad –ella sonrió.
—Creo que cuando lo conozca mejor, no
dirá lo mismo.
—Tara ¿Qué edad tienes? –dije para poder
conocerla mejor y poder comprender porque actuaba de esta manera.
—Tengo veintidós.
— ¿Y qué haces trabajando para él?
Siendo que tu padre es Vladimir Knight, no creo que trabajes para ayudarle a tu
familia –ella sonrió y negó.
—Yo no gano dinero con esto, a
diferencia de Thomas, yo me estoy preparando para otros planes y esta
experiencia con mi jefe, terminará en uno o dos años más, estaré lista… —fruncí
el ceño.
— ¿Lista para qué?
—Lista para ser maquillada –dijo mirando
su reloj –no le puedo decir eso, pero más adelante claro que si, ahora…vaya a
lavar sus dientes, que las chicas llegaran pronto y así terminamos para qué
alcance a descansar antes de ir a la fiesta ¿está bien? –la quede mirando
seria.
—Te has acostado con él ¿no? Por eso le
eres tan fiel –ella se carcajeó, lo que me hizo sonreír.
—Claro que no, no tiene que preocuparse
de eso, esto es absolutamente profesional y el…jefe, me ha ayudado bastante
como para serle fiel por como es, no por sus otras habilidades –dijo riendo.
—No te comprendo –dije poniéndome de pie
y yendo al baño.
—Yo tampoco a usted –dijo parándose de
su silla. La miré confundida –hay policías…hay teléfonos por todo este lugar,
pero usted sigue aquí, podría advertirle a sus amigas.
—Un policía o la advertencias hacia
ellas no la salvarían de un vampiro Tara, ambas lo sabemos ¿no? –la risa de
ella se fue y asintió.
—Eso es cierto, bueno, mejor vaya a
prepararse para que las chicas hagan su trabajo –asentí yendo hacia la
habitación.
Me sentía como si fuera la hija de Tara,
era cómico sabiendo que yo era dos años mayor que ella.
Hice lo que me dijo, así que lavé mis
dientes y mientras la esperaba decidí investigar un poco más el lugar.
Realmente me fui directo a la habitación que estaba cerrada la noche pasada.
Con miedo dejé mis manos en las manillas de las puertas y empuje con fuerza,
estas se abrieron fácilmente, por lo que casi me caí por ejercer más fuerza de
la que necesitaba.
—Wow… —dije mirado el lugar, era mucho
más grande que la habitación que tenía yo. Era mucho más oscura que la mía,
teniendo cortinas negras, a juego con la cama, había un escritorio con un
ordenador portátil, también la alfombra era oscura, sonreí –que predecible
–este bastardo, parecía que le gustaba
ser malo, quizás Tara tenía razón y no era tan diabólico como el mismo quería
ser.
Abrí mi boca al notar el piano que había
al lado de un ventanal, que dejaba entrar la luz de una forma maravillosa,
mientras que en otro extremo había un equipo musical gigante, a su lado había
un estante donde se hallaban cientos de discos.
Rodeé los ojos, este tipo era
ridículamente millonario como para tener este piso.
— ¡Srta. Elizabeth! –Me volteé al
escuchar el susurro de Tara –usted no debería estar aquí…vamos –dijo haciéndome
una seña, sonreí como si fuera una niña a la que acaban de encontrar haciendo
una travesura.
—Tu jefe tiene un lado gótico –dije
riendo, ella solo negó sonriendo — ¿el sol no le hace algo? Siempre lo veo de
noche y es vampiro.
—No puedo decir nada y usted lo sabe
—asentí de mala gana mientras llegábamos a la sala, donde me confundí, creyendo
que habíamos entrado a otro salón de belleza. Suspiré. Tocaba sesión de
maquillaje.
No sé cuanto habré dormido en esa silla
que había, porque las chicas me recostaron y solo me quede inconsciente, tenía
sueño, hoy me había levantado temprano porque tenía que trabajar, no era como
si mi cuerpo fuera el de un vampiro y no me cansara.
—Me van a matar –escuché decir a Tara.
Abrí los ojos perezosamente –en quince minutos tenemos que estar abajo, el jefe
nos está esperando –mi corazón latió desbocado al escucharla.
— ¿Qué hora es? –dije sorprendida. Seguía
en la silla, pero las chicas que se habían encargado de mí, habían
desaparecido.
—Más de las once y usted no está vestida
–dijo afligida –es que lucía cansada, entonces me recosté en el sofá y puse la
alarma porque también estaba agotada, y no escuche el celular, tenía que sonar
hace más de una hora –por su voz y su expresión me di cuenta que estaba
asustada, por el Monstruo, quizás este tipo le daba latigazos cuando no cumplía
a un ciento por ciento — ¡de seguro él está esperando afuera!
—Relájate –dije poniéndome de pie –dame
cinco minutos ¿está bien? –ella asintió.
Corrí hacia la habitación y me metí al
armario, tomé la famosa caja y me desvestí completamente, me puse cada parte,
la blusa crema, el corsé negro, el bolero rojo vino, esos pantalones negros,
las increíbles botas que llegaban hasta mis muslos, ajuste cada botón y quede
lista.
Salí del ropero, me miré al espejo y
arreglé mi cabello, y como último tomé la cinta que tapaba mis ojos, era color
negra y se ajustaba extrañamente en mi cabello.
—Ahora eres Elizabeth Valerious, Lizzie
—dije mirando al espejo.
Me veía increíble, no iba a tener falsa
modestia, se ajustaba a mi cuerpo de forma perfecta, mis pechos se notaban
bastante con el escote y mi trasero se marcaba otro poco; las botas me hacían
ver más alta y amé como me maquillaron. Mis ojos azules resaltaban aun más con
el maquillaje oscuro, además que la máscara me daba otro toque. Mi cabello
negro aun estaba con bastantes rulos que caían sobre mis hombros y pechos. Este
disfraz, estaba hecho para mí, esperaba que me diera el poder de patearle el
trasero a algunos vampiros.
— ¿Srta. Elizabeth? –dijo entrando Tara.
Quien sonrió al verme — ¡esta lista! En un tiempo record, hay que bajar
–asentí.
—Veamos si Van Helsing ha estallado de
rabia –escuché su risa, aunque dudo que Hugh Jackman me esté esperando abajo.
—Espera… —dije deteniéndome. Corrí hacia
la habitación y fui al baño, tomé un perfume y me puse un poco en el cuello.
Quería arruinarle la noche a ese vampiro y sabía que no le gustaría otro olor
además de mi aroma natural.
Bajé casi con un ataque cardiaco el ascensor,
ya que me aferré al brazo de Tara mientras que mis piernas se debilitaban pero
eso fue todo, creo que si me estaba acostumbrando a confiar en Tara, aunque no
era sorpresa, porque si no me diera esa impresión jamás me hubiera subido en un
principio al ascensor.
Salimos del edificio y no vi el auto que
manejaba Thomas por ningún lado.
—Ahí… —dijo ella apuntando a una
limosina. Asentí mientras que mis piernas se debilitaban –yo me iré con Thomas
atrás, suerte Srta. Lizzie –asentí, mientras ella abría la puerta de la
limosina. No pasó desapercibido a como me llamó.
Tomé aire y entré, claramente tenía a
Van Helsing al frente mío, pero en la oscuridad como siempre y para mi sorpresa
pude notar que sus ojos estaban rojos.
—Se han demorado, no me gusta llegar
tarde.
Su voz estaba ronca, lo que hizo trizas
las posibilidades de que fuera Max el hombre que estaba al frente de mí y para
mi sorpresa, me asusté mucho más por eso, sin embargo, su voz estaba siempre
ronca porque este bastardo siempre que se comunicaba conmigo estaba… excitado
de alguna forma ¿será qué tengo ese efecto en él? Porque aun así, seguía
encontrado su voz familiar y eso estaba relacionado a Max, sin duda alguna,
pero parecía como si hubiera un muro en mi cabeza, impidiendo que pudiera
realmente darme cuenta de sus parecidos.
Dio unos golpes a la ventanilla detrás
de él y la limusina comenzó a andar, era hora de ir a la famosa fiesta Masquerade.
—Creo que hoy será el momento de verte
la cara ¿no? –sentí como río levemente, pero no me respondió nada. ¿Se
atrevería a engañarme?
Ahora si, costo pero ya esta :D
Daniii...tanto que te demoras..grrr...que llegue luego el cap de la fiesta... Sube luego...yegua xd
ResponderEliminarJajaja pienso igual queremos la fiesta apúrate please o mínimo sube uat
EliminarUjuuu bueno, quedamos iniciando la fiesta... y ahora ella es Lizzie Valerious.... que hará nuestro desconocido-muy-conocido???
ResponderEliminarBesos gigantes!!!!
XOXO
Demasiado bueno!!!
ResponderEliminarNext!
Fiesta!!!