Capitulo 4
Ya pasaban las
diez de la noche cuando Adam terminó de relatarles todo lo sucedido a los
hermanos Young. Cada uno de ellos se vio frustrado ante los nuevos
acontecimientos ya que su esfuerzo se había visto desvalorado al acabar con
Ethan como vampiro. Todo lo que habían hecho, no tuvo sentido.
—No ha ido a su
departamento, hoy fui a checar el lugar, no hay rastro de vida en los últimos
días –dijo Gaspar, mirando hacia la ventana, pensando en su amigo, ya que con
los años Ethan se había vuelto en su confidente. Referente a problemas que el
humano pudiera manejar.
—Tampoco ha
visitado o llamado a Helena, su madre. Hemos tenido suerte –aclaró Mia, apoyada
en el escritorio —ella está de viaje,
pero esperaba poder tener una cena con su hijo y con Dana. Eso es dentro de
tres días.
—Interesante
–dijo Adam, cruzando sus piernas.
Estaba sentado
en el sofá que había en la oficina. Lucía más joven con los jeans azules
gastados, su suéter blanco que tenía bordado una flor de lis en el costado
derecho, además llevaba una chaqueta de género color verde musgo con gorro
forrado.
—Tendrá que
llamar a su madre, quizás aun mantiene su celular ¿han probado llamando?
–preguntó Adam.
—Fuera de
servicio, sospecho que es debido a baja batería –respondió Gaspar. Se giró para
ver al ángel caído –deberemos interferir en el teléfono de su madre ¿no crees?
—Sí, grabar y
registrar cada llamada, que se identifique la ubicación de cada persona que se
comunique con ella.
—Eso llevará
tiempo –se excusó Mia.
—Antes de 24
horas eso debe estar listo –exigió Adam –no podemos dejar pasar nuestras
oportunidades.
Ambos hermanos
asintieron. Habían perdido la esperanza de descansar, ya que a medianoche
debían proteger a las Nephilim, ser los ojos en sus espaldas para que tuvieran
refuerzo por si las cosas salían mal.
—Debo ir por Sebastián,
estoy seguro que él puede tener información de Ethan o de cómo ayudarlo. Hay
que recurrir a todas nuestras opciones –sentenció Adam, que trataba de luchar
contra el tiempo.
— ¿No crees qué
ir a casa de Gabriel sería buena idea? –Mia susurró, temerosa de esa
posibilidad ya que a pesar de ser tan o más valiente que su hermano en contra
de los demonios, Gabriel le causaba cierto terror. Parecía tener un aura color
sangre.
—Sí, pero no
deben hacerlo –aclaró Adam –si alguien va, seré yo. Ahora es mejor que vayan a
comer algo, preparen sus armas y se alisten que a medianoche las Nephilim
esperaran por ustedes.
— ¡Si, claro!
–dijo Gaspar riendo, antes había recorrido las calles con ellas. Para ese
entonces ellas cubrían su espalda — ¿Cuál de las dos es más impuntual? –volvió
a reír.
—Como sea,
ustedes deben ver eso, yo ahora me debo ir.
Adam se puso de
pie y se despidió de los hermanos Young que también debían preparar su
vestimenta. Ellos necesitaban de más arreglos que solo salir a la calle para
luchar. Ambos solo eran humanos, entrenados de forma estricta, pero humanos después
de todo.
Adam salió del
edificio y se subió a su Jeep negro para dirigirse a una de las entradas que tenía
el Mercado Negro, debía averiguar en qué plan estaba Thomas, antes de ir con
Sebastián. Esperaba que ya tuviera algo de información.
Para su suerte
todos los semáforos estaban en verde, así no le tomó mucho tiempo llegar hasta
esa casucha de madera que se estaba cayendo a pedazos. Había dos vagabundos
borrachos que no sabían si soñaban o realmente aparecía cada cierto tiempo personas
desde el suelo.
Adam de un
salto de hundió en la oscuridad y después se dirigió hacia los pasillos
inundados de luz. Todo era tan limpio y blanco que sacaba de quicio al ángel
caído. Creía que ese lugar era una ironía. El Mercado Negro, lugar lleno de
claridad y limpieza. Le parecía una idiotez, aunque no dejaba de alabar los
productos que ahí se podían encontrar.
A pesar de no
estar muchas veces en ese centro de variedades, supo qué camino seguir para
llegar a la oficina principal. Se podría decir que era un laberinto, con
diferentes productos a altos precios, algunas armas no tenían siquiera
etiqueta. Todo se mantenía detrás de un vidrio demoniaco impenetrable. Nadie podía
robar en el Mercado Negro.
Sin poder
evitarlo, antes de dar las dos últimas vueltas para llegar donde Thomas, Adam
se entretuvo con unos guantes negros que estaban detrás de una ventanilla. En
la descripción especificaba que servían para manipular objetos. Telequinesis.
—Ni siquiera
tiene el precio –dijo malhumorado Adam. No se trataba de que tuviera un
problema económico, pero nunca había sido el tipo de ser sobrenatural que
gastaba en objetos caros.
Finalmente se
dirigió hasta las grandes puertas de esa oficina, eran de madera. Iba a tocar
una segunda vez, pero esta se abrió, dejando a una sorprendida Lilia al otro
lado.
Adam maldijo su
mala suerte. No le gustaba verla con otro, menos con Thomas y pareciera que el
destino lo llevaba a situaciones incómodas cada día. Alguien estaba muy feliz
refregándole en la cara que ella tenía a alguien más.
El ángel caído
notó de inmediato el cabello de Lilia, estaba desordenado, sus ojos brillaban
de forma vidriosa, sus mejillas estaban sonrojadas. Era obvio que lo había
pasado bien durante su estancia en esa oficina, sin duda no estaba ahí para
pedirle un favor a Thomas… o quizás si.
Trató de
deshacerse de esos malos pensamientos, no obtenía nada a cambio por ellos, solo
distanciarse más de la Nephilim, lo que era conveniente, pero doloroso.
—Adam ¿Qué
haces aquí? –preguntó ella, cerrando la puerta, sin permitir que él entrara.
—Quiero hablar
con Thomas ¿puedo entrar o lo has dejado un tanto indispuesto?
Ella frunció el
ceño de inmediato, tomando en cuenta el tono ácido de Adam. Odiaba cuando él se
comportaba así porque era anormal, no era la persona más simpática de mundo,
pero no tenía la tendencia a ser sarcástico con malas intenciones. Ese no era
su Adam.
—Basta con esos
comentarios –susurró ella, tratando de arreglar su cabello, ya que por la
mirada de Adam descubrió que lo llevaba hecho un asco.
Ciertamente
ella había llegado mucho más temprano a la oficina de Thomas. Habían almorzado
y luego fueron a ver una película. Regresaron porque Lilia ayudó al Nephilim a
buscar posibles demonios que los ayudarían a encontrar lo que buscaban:
Gabriel.
—Si me
permites, quiero hablar con Thomas.
A pesar de que
a Lilia le gustaba ganarle a Adam en las discusiones, esta era una que estaba
destinada a perder ya que indudablemente había estado jugando con Thomas dentro
de esa oficina, no habían llegado al último nivel, pero lo había dejado con un
problema entre las piernas.
—No puedes
entrar aun.
No se
necesitaron otras palabras para darle la razón a Adam.
—Bueno, entonces
iré a dar una vuelta, así se le baja la calentura que le has dejado –metió sus
manos en los bolsillos de la chaqueta y comenzó a mirar las ventanillas.
— ¡Ey! Cuida
como hablas de mi Adam, esta es la tercera vez.
Él no la tomó
en cuenta, ya le daba la espalda. Lilia deseó por un segundo reducir el cuerpo
de Adam a las cenizas, incluso sus puños se encendieron en aquel fuego violeta,
pero se calmó al segundo después, sintiéndose mal consigo misma por esos
pensamientos.
—No trates de
comportarte como un puritano, no te queda –dijo caminando hasta donde estaba él
–recuerdo cuando llevabas mujeres a casa.
—Sí, bueno… uno
hombre tiene sus necesidades –Adam seguía aparentando estar concentrado en los
productos.
—Tú no eres un
hombre, eres un ángel caído.
Él se enderezó
y se giró hacia Lilia, con el ceño fruncido.
— ¿Cómo
demonios sabias que llevaba mujeres? ¡Esa casa era gigante! –las mejillas de
Lilia se tiñeron de rojo, ya que en cierta forma sabia esa información porque
espiaba a Adam, lo que no la dejaba en una buena situación en este preciso
momento.
—Debiste
conseguir mujeres que no fueran tan gritonas –ella deseó golpearse contra la
pared. Aquellas palabras habían sido las más estúpidas que había dicho en sus más
de ocho décadas humanas.
Adam sonrió con
altanería.
—Me espiaste en
esos años, si lo hiciste entonces has de entender el motivo de sus gritos.
No, era cierto
que ella lo espiaba, pero jamás había visto completamente desnudo a Adam. Ganas
no le faltaban, pero no se había dado la ocasión, además de que solo la idea la
hacía sonrojarse. Como ahora.
—Yo no te
espiaba –ella miró hacia abajo, avergonzada –nunca te he visto de esa manera.
Tan solo había
visto a Adam sin camisa o con pantalones cortos. No había sido testigo de
mayores detalles en él. Ni siquiera conocía bien las Marcas de sus brazos,
ambos tatuados por las armas que pudo usar en el pasado y por los pecados que
cometió.
—Tranquila,
puedes hacer lo quieras Lilia… con Thomas o quien sea, no es mi problema –él
uso un tono tranquilo, tratando de demostrarse a sí mismo la veracidad de
aquellas palabras. Era un cínico.
Tan solo verla
con sus mejillas sonrojadas lo hacía caer en recuerdos que no deseaba tener,
pero que no podía controlar. Es por ello que no podía permitirse nada con
Lilia… no siendo hija de Cyra, de su Cyra.
Lilia se rindió
y se alejó de un muy nostálgico Adam que no pudo controlar su mente y sus
memorias.
Habían pasado tres meses donde Cyra y Adam
se habían vuelto confidentes. El monasterio que parecía suspendido en al aire
desde otras distancia, se convirtió en un centro donde los dos podían conversar
durante horas mientras él la ayudaba a cocinar. Ella estaba encantada con él,
la escuchaba de una forma que nadie lo había hecho, además le parecía tan simpático.
Reía mucho con él, de esa forma la pena por la muerte de su prometido se fue
haciendo cada vez más pequeña hasta quedar opacada por el joven monje, que la
tenia prendada completamente. Era guapo, inteligente y además parecía ser el
hombre perfecto para ella.
En cambio Adam, él sí estaba hechizado por
ella. Su expresión cambiaba cada vez que la encontraba y su corazón, que antes
de caer jamás había sentido su peso, latía con fervor y rapidez. Ella solo
debía darle una sonrisa y él podía ser feliz por el resto del día. Le gustaban
sus ojos azules, parecían tan profundos y cambiaban de tono cuando sonreía o
cuando la encontraba mirándolo por más tiempo del correctamente establecido.
La amaba, no había duda de ello. Podía
conversar de todo con ella, muchas veces discutían por diferentes formas de
pensar, pero nuevamente él la hacia reír y el disgusto quedaba en el olvido.
La deseaba, Adam estaba loco por ella, había
descubierto que solo la imagen de ella en su cabeza le causaba escalofríos que
se concentraban en su entrepierna. Varias noches a la semana se despertaba
pensando en ella y también teniendo una erección que le provocaba dolor. En
momentos como esos se concentraba en otros recuerdos, usualmente malos y de esa
forma se calmaba.
Para los demás monjes, no cabía duda de que
existía una conexión única entre esas dos personas, pero ninguno ensució sus
pensamientos al atribuirle situaciones amorosas. Tenían a Adam en alta estima,
en un ser que estaba sobre lo carnal y emociones banales que se iban tan rápido
como llegaban.
Adam mientras todos oraban se quedaba
obsesionado con el cabello de ella. Jamás lo había visto, no era ninguna regla,
pero él no podía pedirle a Cyra que dejara su cabello descubierto ya que sería
una petición comprometedora. Él no deseaba arruinar su relación con ella.
—Que tengan buen viaje –dijo Dymas,
despidiendo al joven monje y Cyra, que bajaban al pueblo para abastecer la
despensa.
Llevaban la carreta, ella sobre esta y Adam
caminando, guiando al burro por el camino. Eran horas de viaje, que parecían incluso
cortas para ellos que no paraban de conversar, de reír o simplemente de quedar
en silencio mientras uno espiaba al otro.
Aquel día las nubes estaban oscuras,
amenazando con una tormenta de miedo. Es por ello cuando llegaron al pueblo,
prácticamente al anochecer, compraron parte de los alimentos y decidieron que
al otro día cumplirían con la totalidad de la lista. Sin embargo, la lluvia se
hizo caer con fuerza, por eso mismo los viajeros que se unían a ellos ese día,
acabaron por colapsar las hostales, dejándolos sin refugio.
Asustada Cyra comenzó a preguntar casa por
casa hasta que encontraron a una anciana que era propietaria de una pequeña
cabaña que estaba detrás de su propia casa, casi se caía a pedazos. Les ofreció
techo a cambio de un par de monedas. Aunque deberían dormir en la única
habitación que tenia dicho lugar ellos aceptaron y permitieron que la mujer
arreglara los aposentos.
La noche no demoró en llegar y ambos se
fueron a dormir luego de una abundante cena. Adam tenía una cama en el suelo
mientras que Cyra se había quedado con la de paja, cubierta de sabanas, que
tampoco estaba en mejores condiciones que la cabaña, pero que servía para
descansar.
Adam entendía muy bien porque su corazón
latía fuerte al estar con Cyra en un camisón blanco a centímetros suyo. Deseaba
poder ver su cabello, ella lo obligó a cerrar sus ojos cuando fue su turno de
acostarse, así no podía verla con su camisón.
— ¿Tienes sueño, Adam? –él giró hacia ella,
para poder verla desde abajo.
—No ¿tu?
—Creo que hemos comido mucho, no tengo ni un
poco de sueño, a pesar del cansancio por el largo viaje –ella se acercó al
borde de la cama y se encontró con los ojos oscuros de Adam, que no perdía
detalle del rostro de Cyra —¿Por qué te volviste monje?
La pregunta desconcertó a Adam, jamás ella
le había hablado del tema y él no tenía una excusa bien hecha. No podía
confesar su naturaleza.
—Eres tan joven –susurró Cyra.
—No tan joven, soy tres años mayor que tú,
técnicamente –la realidad era otra, pero ella no tenía porque enterarse de
ello, según la analogía de Adam.
—Dime ¿Por qué? –Cyra bajó su mano y sorprendiendo
al ángel caído, tocó su frente. Tan solo fue su dedo índice el que recorrió
sobre su piel, pero aquel movimiento tan solo hizo encender el cuerpo de Adam,
que además se quedó concentrado en cómo parte del cabello largo de Cyra, caía
sobre su hombro y brazo, tentándolo como nunca nadie lo había hecho.
—No me gustaba la vida que llevaba –dijo
bajito, tragando con dificultad –en el monasterio puedes encontrar paz, además
de compañía.
— ¿Pero no extrañas las mujeres? –él sonrió
por las preguntas que ella le hacía.
Adam jamás había pensando en las mujeres de
una forma romántica, ni siquiera se había preguntado sobre ello, siempre las
vio como seres a los que debía proteger, como a los hombres. Sin embargo, eso
había cambiado hacía tres meses.
— ¿Me estás tentando, Cyra? –ella lo miró
asustada y alejó su mano de él. Aun así no dejó de mirarlo, exponiendo su
hombro desnudo, el mismo que traía loco a Adam hacía varios minutos –no te
preocupes, puedes preguntar, somos amigos ¿no?
—Sí, lo somos –susurró ella, sintiendo su
piel muy sensibilizada. Nunca había visto a Adam sin su túnica, es por eso que
al verlo ahora, con su pecho descubierto, sentía que varios grados aumentaban en
ella.
—Bueno, no puedo extrañar algo que no he
experimentado –los ojos de Cyra se abrieron sorprendidos.
— ¿Nunca tuviste novia? ¿Ni de niño? –Adam
negó, no tenía una respuesta lógica para esas preguntas así que solo se limito
a negar — ¿has besado a alguien, Adam?
—No.
— ¡Así no me sorprende que alguien como tu
sea monje! Si no has experimentado nada en la vida ¿Cómo puedes estar encerrado
ahí?
Adam decidió que no deseaba estar otro
momento sin probar lo más básico entre los humanos. Si había caído en la
tierra, tenía que vivir como un ser humano, no como un ángel porque ya no lo
era.
— ¿Qué haces? –preguntó Cyra cuando él se
sentó, quedando cerca de su rostro.
—Tienes razón –ella no tomó en cuenta esas
palabras ya que su atención cayó en el brazo izquierdo de Adam.
— ¿Qué son esas Marcas, Adam? –susurró ella
al ver los líneas rectas que se unían una a otra, dejando cuadrados incompletos
para después comenzar con una nueva figura de la misma forma —¿Qué?
Para cuando Cyra levantó la vista, dejando
de lado el brazo de Adam, se encontró con el monje muy cerca de ella. Su
respiración llegaba a la mejilla de ella. La humana tensó su mordida, sintiendo
como un escalofrió de anticipación recorría su espalda.
—Ada…
No pudo completar lo que deseaba decir, pero
poco le importó al momento de sentir los labios de Adam contra los de ella. Era
un beso superficial, pero ella decidió tomar la iniciativa ya que de los dos,
era la que más experiencia tenía. Comenzó a mover sus labios contra los de Adam
mientras su mano iba al cuello de él, para que no se alejara.
El ángel caído no demoró más de unos
segundos para encontrar el ritmo de aquel beso y para cuando ella acarició su
labio inferior con la lengua, perdió la cabeza. Se puso de pie sin dejar de
besarla y se pasó a la cama de ella mientras sus manos comenzaban a moverse despacio
sobre el cuerpo de Cyra, tocando sobre el camisón, sus muslos, su cintura.
—Mmm… –gimió ella cuando la mano exploradora
de Adam pasó por el lado de su pecho, pero con dirección diferente, su cabello.
Él no había cerrado sus ojos en ningún
momento, ahora podía ver el largo cabello de Cyra, cayendo sobre las sabanas
mientras respondía a sus labios. Pudo acariciarlo solo un poco ya que ella tomó
la mano de Adam y la llevó a uno de sus senos.
—Toca ahí… —él se separó de su boca y por
instinto comenzó a besar el cuello de Cyra mientras ella respiraba con
dificultad.
Adam sabía lo que era el sexo, no le había
llamado la atención hasta ese entonces, pero sabía claramente como era el
proceso. No era un ignorante referente a ello, pero sí lo era sobre las
sensaciones que se podían experimentar sobre el acto.
El ángel caído comenzó a bajar el camisón de
ella, besando sus hombros, deshaciendo el nudo que había en el borde y de esa
forma expandiéndolo para que pudiera bajar por sus brazos y sus caderas. En un
par de minutos ella estuvo desnuda hasta la cintura.
—Oh Adam… —jadeó ella cuando él se llevó un
pecho a la boca mientras tocaba el otro con cuidado.
Cyra se sentía completamente rodeada, Adam
era grande y ella pequeña, el fuerte y ella débil… se estaba dejando llevar por
todas esas sensaciones que él le provocaba con sus palabras, risas y miradas.
Adam estaba maravillado por la tostada piel
de Cyra, era tan suave. Le provocaba un placer desconocido posar su boca sobre
ella, aun más recorrer sus pechos, besándolos, presionándolos suavemente con
sus dientes o manos.
Cuando él acercó más su cadera al costado de
ella, Cyra se tensó, sintiendo la erección que tenia Adam, pero su preocupación
pasó a segundo plano cuando él comenzó a bajar su camisón por completo hasta
que ella misma se deshizo de este. No llevaba ropa interior, ya que esta se
encontraba colgada en un rincón escondido de la cabaña, esperando que se
secara. El día había sido agotador y ella debió darse un baño.
— ¿Adam? –ella lo miró con sus mejillas
sonrojadas, avergonzada porque él la observara por completo desnuda.
— ¿Si? –él no se detuvo, a pesar de quedarse
hechizado por los ojos azules de ella, vidriosos por el placer que sentía.
De todas formas llevó su mano hasta la parte
más íntima de Cyra, acariciando entre su
vello púbico hasta llegar al centro de su intimidad. Sin saber lo que estaba
haciendo Adam disfrutaba con tocarla cada centímetro, pero más lo hizo cuando
encontró cierto botón entre los labios íntimos de Cyra que la estremeció.
Comenzó a acariciarla con mayor rapidez en dicha zona al notar que ella se
deshacía entre sus dedos. La besó con mayor confianza, robándose todos los
gemidos que salían de su garganta, fascinado por la entrega de ella.
—Adam –dijo ella casi suplicando. Él se detuvo,
dejándola al límite, a las puertas de obtener su orgasmo –te quiero a ti… —sin
mayor preámbulo ella rodeó con su mano el miembro del ángel caído, que se
alzaba duro producto de la excitación que sentía.
Adam cerró sus ojos, sintiendo como si un látigo
de placer lo golpeara. Ni siquiera había notado cómo ella coló su mano a través
de su ropa interior.
— ¿Si? –preguntó ella como si dudara de las
intenciones de Adam.
Él se puso de pie, alejándose de ella, pero
solo para deshacerse de lo que quedaba de su ropa y después se ubicó sobre
ella, para besarla y apodarse de sus pechos de nuevo mientras su erección
chocaba contra el vientre de ella.
Cyra estaba al límite, moviendo sus caderas
en busca de que Adam entrara en ella y la llevara al éxtasis del placer que sentía.
Por ello mismo estaba lista y preparada para recibirlo sin ninguna dificultad.
Cuando sintió la erección de Adam entre sus intimidad no pudo evitar llevar sus
manos a través de la fuerte espalda del causante de sus desesperación, hasta
llevarlas a su trasero, tratando de que él la penetrara y acabara con su
calvario.
—No te quiero hacer daño –susurró él en su
oído.
Ella alzó su cabeza y lo besó, dándole con
eso el aviso de que siguiera, que ella lo deseaba tanto como él.
Adam decidido llevo su miembro hasta el
interior de Cyra, primero solo un poco, sintiendo de inmediato la calidez de
ella. Luego avanzó otros centímetros controlando el deseo de embestirla de un
solo movimiento, estaba tan húmeda que lo tentaba a hacerlo, pero se preocupó
por ella ya que su miembro era grande para su pequeña Cyra. Se dio cuenta que a
pesar de la excitación de ella le costó recorrer los últimos centímetros. Ella
era más estrecha, pero no sufría con la invasión de Adam.
—Bésame –le pidió Cyra cuando él entró por
completo en ella. Adam cubrió su boca con rapidez.
Ella había perdido su virginidad hacia tres
años, había sido una vez y no lo había disfrutado para nada. Fue un encuentro
rápido y desagradable con uno de sus primos, solo estaban jugando, pero luego
todo se escapó de sus manos. Ni siquiera con su prometido lo había hecho y
ahora estaba disfrutando como nunca pensó con Adam.
Después de unos segundos donde el ángel
caído se quedo tranquilo en el interior de ella, su instinto comenzó a exigirle
que se moviera, por esa misma razón comenzó a embestirla de forma lenta, pero a
medida que pasaban los minutos tuvo que separarse de ella para tomar con
firmeza los mulos de Cyra y penetrarla más profundamente. Se estaba sintiendo
en el séptimo cielo, aprovechando la piel de su amante, sus senos, su boca, sus
manos… sus gemidos.
Cyra había llegado a su orgasmo al comienzo
de las arremetidas de Adam, creía que iba a desfallecer al entender que ahora
se había encontrado con alguien que tenía más aguante, que la deseaba con
locura y que la amaba. El mismo joven que la hacia reír y la escuchaba como
nadie más. El mismo que era monje, pero que en ese preciso segundo, su túnica
no tenía nada de importancia.
Adam se sentó en la vieja y desgastada cama,
pero no se separo de Cyra, sino que ella quedó sentada sobre él, a horcajadas.
El ángel caído se apoderó del trasero de
ella, ayudándola a moverse sobre él. Los gemidos de Cyra lo tenían vuelto loco,
tan solo estaba a un par de embestidas para dejarle liberar en ella. Cuando
tuvo su orgasmo fue el mayor de los placeres que sintió en su existencia. Se
aferró a ella, rodeando su cintura con sus fuertes brazos, atrayéndola más él
mientras se vaciaba en Cyra, acallando un grito en los labios de ella.
Cyra quedo agotada, sus ojos se cerraron al
segundo de tocar la rustica almohada mientras que Adam se quedó encantado con
ella, tocando sus hombros, su cabello, besando su cuello… sin poder controlar
todo lo que sentía por ella, jamás en su vida había sido tan feliz como en ese
momento.
Finalmente se rindió al sueño y mientras lo
hacía la rodeó con sus brazos, sintiendo su suavidad en las manos, sin ninguna preocupación
por un posible embarazo de Cyra, ya que ambas especies, humanos y ángeles, ya
que además de no ser compatibles, estos últimos no tenían la anatomía para
reproducirse.
Al día siguiente Adam se despertó solo, Cyra
le había dejado su ropa y una fuente con agua. El ángel caído confundido se
lavó y se vistió para después comer tan solo un pedazo de pan con queso. Cuando
se encontró con Cyra ella lo miró como si nada hubiese ocurrido y le pidió que
se apresurara porque tenían un largo camino de vuelta al monasterio.
Fue el viaje de regreso más largo que pudo
tener Adam.
Las puertas se
abrieron y el ángel caído pudo entrar a la oficina de Thomas, dejando de lado
los recuerdos de un pasado más bien doloroso.
—Pero que
sorpresa –dijo Thomas sentado en un gran sofá, al costado de su escritorio. El
lugar era gigantesco e incluso intimidante — ¿Cómo estás Adam?
El Nephilim
estaba vestido casualmente, lo que era extraño debido a que se encontraba en su
oficina, donde siempre se caracterizaba por la formalidad de su ropa. Ahora
llevaba unos pantalones caqui oscuro y una camiseta gris.
— ¿Estás
trabajando? —preguntó Adam, sin
demostrar mayor interés aunque sabía con exactitud que la relación de los
Nephilim había terminado debido al trabajo de Thomas. No le molestaba la idea
de que rompieran de nuevo.
—No, solo vine
en busca de algunos datos, para contactarme con los Demonios que tú has pedido,
de seguro te encontraste con Lilia, iba de salida.
—Sí, la vi
–Adam metió sus manos a los bolsillos.
—Espero que no
hayan discutidos, ya sabes… ustedes son como perro y gato, lo que es raro ya
que prácticamente eres como su padre ¿no? la criaste.
El ángel caído
sonrió, aunque sus puños presionaban con fuerza sus dedos dentro de los
bolsillos.
—No vine hasta
aquí para hablar de Lilia.
—No, pero
quiero aprovechar esta oportunidad para dejar todo claro entre nosotros –Thomas
sonrió, no iba a desperdiciar esta oportunidad ya que no siempre veía a Adam y
menos a solas.
—Está bien,
aunque no veo la necesidad de hablar sobre nosotros ¿es qué me encuentro en
alguna relación desconocida contigo sin haberme enterado?
—Si –dijo
sonriendo el Nephilim –nos interesa la misma mujer.
Adam suspiró
molesto, ya no quería seguir hablando con Thomas. Ni siquiera hablaba con Lilia
sobre ese hecho, era algo que tenía muy bloqueado en su mente.
—No sé de lo
que hablas, ella es libre de hacer lo que desea, yo no estoy detrás de ella y
ella no está detrás de mí.
El Nephilim
dejó de sonreír, no le agradaba ni un poco las conversaciones con falta de
honestidad.
—No eres el
mejor candidato para Lilia, pero no soy su padre para ir diciéndole que chico
le conviene o no –siguió Adam, mirando a los ojos dorados de Thomas –ahora, si
temes porque ella pueda estar interesada por mí, bueno… eso deberías arreglarlo
con ella ¿no crees?
Thomas sintió
esas palabras como un golpe bajo, pero no respondió de la misma manera.
—Las cosas han
cambiado –dijo el Nephilim –esta vez no dejare que vaya detrás de ti.
—Muy bien, así
me evitas una preocupación más, solo encárgate de hacerla feliz –la mordida del
Nephilim volvió a tensarse, molesto por la actitud de Adam.
—Sigues siendo
un ángel ¿no? me conviene después de todo.
— ¿De qué
hablas?
—Sigues
pensando que somos la estirpe de los suyos, acéptalo, por eso no puedes ver a
Lilia con otros ojos. Rendirte a una Nephilim ensuciaría por completo tus
antecedentes ¿no?
Adam se irguió,
molesto y dolido por lo que dijo Thomas. Ninguna de esas palabras eran ciertas,
pero le desagradaba de sobremanera que él pensara eso, ya que de alguna forma,
Lilia también podía llegar a esas falsas conclusiones.
—Por eso haces
todo esto –continuó Thomas –por eso quieres la redención para los Nephilim ¿no
se trata de eso? Dar una prueba viviente y qué todo el mundo se entere de que
la Luz es misericordiosa como siempre ha proclamado –usó un tono resentido,
marcado por el pasado.
—Como sea, no
tengo tiempo para esto, dime de una buena vez ¿has encontrado algo? ¿Alguna
pista de Gabriel?
—Ni siquiera he
considerado buscarlo con seriedad, ya que puede que necesiten mi ayuda pero…
¿Qué obtengo a cambio? No se me ha entregado la información necesaria como para
considerar un bando.
—Entonces no
tenemos nada más que hablar –sentencio Adam, dándole la espalda para retirarse.
Estaba pronto a
dar un par de pasos, alejándose de Thomas, cuando recordó las palabras de
Noelia, que le aseguró tener un futuro favorable si se aliaban con el jefe del
Mercado Negro. Derrotado volvió a darle la cara a su desagradable compañero.
—Quieres hacer
un contrato conmigo ¿no? un trato a cambio de tu ayuda.
—Sí, pero a
diferencia de lo que piensas, lo quiero en blanco, no podrás poner las
condiciones y si no cumples mis deseos, tendrás que entregarte en sacrificio,
estoy seguro que obtendré mucho dinero por ti con algunos Demonios que te odian
con toda su oscura alma.
Adam observó a
Thomas por varios segundos, sopesando la idea. Era arriesgado y tenía una
corazonada sobre la petición del Nephilim.
—Es sobre Lilia
¿no?
—Te dije que
esta vez la quería y haré lo necesario para que siga a mi lado –Adam bufó
molesto.
—Ni siquiera
estás enamorado de ella, no es tu pareja, sabes que después encontraras a
alguien… en algún punto, como Nephilim envejeces muy lento ¿Por qué quieres a
Lilia? ¿Es un estilo de revancha porque te dejó la última vez?
—Claro que no.
Ya tienes mi oferta, tómala o déjala.
Adam recordó
nuevamente las palabras de Noelia. Él sabía muy bien que Thomas era importante
dentro de ambos bandos, no tenía idea de cómo, pero se había hecho la fortuna y
el poder para tener a grandes ángeles y demonios, en sus manos. Aunque no se sorprendía
mucho, de tal palo tal astilla.
—Está bien,
firmaré.
El Nephilim lo
quedó mirando sorprendido. Nunca pensó que Adam iba a seguir su juego, tan solo
quería probar cuanto interés tenía el ángel caído por Lilia. Deseaba probarle
que estaba tan loco como él por ella, pero ahora toda su idea se había desecho,
había aceptado y él no deseaba hacer negocios con Adam, tan solo lo odiaba por
no aceptar que estaba interesado en Lilia, que la amaba y que la negaba solo
por su naturaleza. Era un factor incógnito para Thomas Santderic y odiaba eso,
ya que no podía ver cómo afectaría a Lilia el día que Adam aceptara que estaba
más que interesado en ella.
—Bien… —dijo
Thomas un tanto indeciso. Él jamás había usado su poder para hacer ese estilo
de tratos, tan desventajoso, no quería torturar o aprovecharse de Adam. Le desagrada,
si ¿lo odiaba? No.
Ambos se acercaron
al gran escritorio de Thomas. El ángel caído se sentó al frente de este
mientras que el Nephilim tomaba una de sus grandes hojas especiales blancas que
guardaba en uno de los cajones, además del lápiz para anotar el nombre de Adam
y luego él debería manchar el papel con su propia sangre.
—No me
sorprende que me pidas esto –dijo Adam mientras anotaba sus datos en el papel
blanco –tu sangre es bastante especial, jugar sucio es lo tuyo.
Thomas tensó su
mordida, molesto.
Como todo
Nephilim, no conocía a su padre pero sabía muy bien de quien se trataba.
Lucifer nunca se había presentado al frente de sus ojos pero si le había
heredado una cantidad considerable de poderes o dones. Nunca se contactó con su
progenitor ni con su fallecida madre, se crió entre demonios y no se volvió un
ser malvado gracias al rencor que sentía por su padre y lo que este
representaba.
—Cuida tu boca
Adam, estarás en mis manos después de que tu sangre quede en ese papel.
Adam levantó la
vista y dejó el lápiz a un lado.
— Ahora hay que
buscar un arma que te pueda dañar –dijo curioso Thomas.
—No es
necesario, tengo mi Daga –respondió, para la sorpresa del Nephilim. La sacó de
su chaqueta, la Daga de oro que estaba marcada con su nombre en el mango dorado
–puedes tener muchas cosas increíbles aquí Thomas, pero creo que te hace falta
una de estas ¿no?
Siendo un
Principado debías tener dos armas, no era hasta ser un Dominacion cuando su
Daga dorada se unía con su espada que obtenían al ser Arcángeles. Ambas armas habían
sido arrebatadas de Adam cuando dejo su caminó celestial, es por ello que no
dudó en pedirla de vuelta cuando Eric bajó a pedirle que lo ayudara con Dana. Tenía
otra guardada en su oficina, pero no le correspondía usarla, ya que era de la
pequeña angelito.
— ¿De dónde la
has sacado?
— ¿Con qué
pensabas sacar mi sangre? Mi piel es dura para tus armas –dijo el ángel apuntando
a su mano con cuidado. Cruzó la palma de su mano con el filo de la hoja y luego
la presionó con fuerza para que las gotas de sangre llegaran al papel —no eres el único que hace buenos tratos.
—Te estás
arriesgando mucho con esto.
—Un trato es un
trato –aclaró Adam –solo consígueme a Gabriel y cumpliré con mi palabra, antes,
ni lo pienses.
—Oh… ya veras,
te conseguiré algo mejor que un demonio despechado, te daré ese antídoto que
buscan. Los trucos de Azazel, todos tienen un fallo, lo que él hace es una
copia, siempre ofrece dones que son la copia del original.
— ¿Y eso qué
tiene que ver?
—Un ejemplo que
has de conocer bien, es Dana –Adam frunció el ceño sin entender –ella tenía un
poder gracias a Azazel, se involucró con él, ya sabes que como Nephilim se
divertía bastante.
—No entres en
detalles, tan solo dime de qué demonios estás hablando.
—Ella tenía una
falla en el cambio de forma que usaba para esconderse de los arcángeles, se podía
volver en otra persona en tan solo un segundo. Para cuando se volvió ángel,
ella quedó con su forma natural, pero llegó a la tierra con su cabello castaño
oscuro ¿no? ella lo tiene color blanco, natural, como Noelia. Ese es un fallo
en su sangre, debido al producto que le ofreció Azazel, que estaba defectuoso. Es
lo mismo con ese borrón de memoria que le han dado, están unidos, todo está
hecho a medias. Cuando ella recuerde todo, volverá a ser quien realmente es.
—Ese don era de
Mory, una demonio amiga, Azazel le extrajo su sangre a cambio de una salida a
la tierra desde el Infierno.
Thomas se sentó
en su sillón de cuero, detrás del escritorio.
—A Ethan le
borraron su memoria producto de un veneno ¿no? –Adam asintió –una cantidad
indicada para los días o meses que deseas borrar, de eso se trata. Es imposible
que hayan manipulado su mente, tan solo borraron su memoria, a diferencia de
Dana ¿cierto?
—La han
manejado para hacerle creer ciertos hechos y borras otros, según lo que dijo
Noelia.
—Perfecto,
entonces, tan solo hay que buscar al demonio a quien robaron ese veneno.
Adam tensó su
mordida, molesto por la perfecta analogía que había hecho el Nephilim.
—Por lo menos
eres inteligente –aclaró el ángel caído –estás en lo correcto, si encontramos
dicho demonio, debe haber un antídoto. Aunque ¿Qué sucede si solo tiene el
veneno?
—Tendremos que
crear el antídoto del mismo veneno, créeme cuando digo que la mayoría de los
seres en este mundo me deben algún favor. Si deseo Azazel podría hacer ese antídoto,
si en su clausula no especificara “No interrumpir acciones de otros demonios”
si él creó el veneno y ayudó a Gabriel, no puedo hacer que me ayude y anule a
Gabriel. Va en contra de las reglas de su trato.
El ángel caído
se quedo unos segundos mirando a Thomas, sin entender su forma de trabajo, pero
sorprendido por la capacidad que tenía en atrapar demonios y ángeles de gran
calibre.
— ¿Qué ganas
con todo esto, Thomas?
—Aparento 25
años y tengo mucho más de los que debería por culpa de mi padre. Si los Nephilim
crecen lentamente, yo demoró aun más. Tan solo quiero darle un escarmiento, ya
sabes.
Adam sonrió al
ver la expresión del mismo hijo de Lucifer. No era ningún secreto la
información sobre el padre de Thomas, es más, habían en un tiempo mucho como
él, pero llevar un gran poder como el que Lucifer entregaba a sus hijos era un
arma de doble filo, todos se habían vuelto demonios antes de siquiera cumplir
los quince años. Thomas era el único que no había recaído por completo a su
lado demoniaco, a pesar de la tentación que representaba dominar tantos
poderes.
—No me creas
ingenuo, te estaré vigilando –dijo Adam mientras el Nephilim enrollaba el papel
blanco.
—Bueno… y quizás
desee también moverle el piso a los ángeles, ya sabes, yo no estoy protegido
como Arial y Lilia, no me incluiste en la tregua temporal así que he tenido que
escapar o eliminar a más de un arcángel estos días, que han aparecido más de lo
habitual. Quizás tengo nerviosos a los integrantes de la Luz.
Adam se puso de
pie, escondiendo su Daga nuevamente. No le dirigió otra palabra al Nephilim,
tan solo con un asentimiento se retiró de la oficina.
—Tan solo quiero
la verdad y un poco de venganza, nada más –susurró el Nephilim cuando se quedo
solo.
Thomas se volvió
a sentar en su sillón de cuero y activó la pantalla de su escritorio, de esa
forma se abrieron diferentes ventanas y dejaron expuesta la entrada al barrio
donde las Nephilim irían en busca de demonios que dieran algo de información. Sonrió
al ver que Arial y Eric eran los primeros en llegar, para él no había pasado
desapercibida esa relación.
Arial se había
despertado relativamente temprano ese día, pero estuvo encerrada todo el tiempo
en la biblioteca de Adam. Había sido cuidadosa y silenciosa para que Eric no la
escuchara. Comenzó a investigar entre los libros que había en el gigantesco
salón blanco lleno de estanterías con información para ella. Esta vez estaba
buscando sobre lo que más depreciaba: los ángeles y sus tradiciones.
Adam se había
encargado de darle libros gigantes sobre dichos ritos, era tan solo por gusto
que los traspasaba, con información bastante limitada, por si los libros caían
en manos equivocadas, pero con las pistas necesarias por si algún día sus
Nephilim necesitaban ayuda.
La pelirroja estaba
con tres gigantes libros sobre la conversión para ser ángel, tan solo eso, tan
simple, pero inservible hasta el momento. Comenzó a leer el primero con todo el
entusiasmo, pero a medida que avanzaba su odio por Adam crecía, ya que ahí no
decía nada de lo que estaba buscando.
Su tarde pasó
de esa forma, hasta que encontró la oración que Noelia, la serafín del recuerdo
había recitado para Dana. No descubrió como su amiga se volvió ángel siendo una
Nephilim, pero no le importó, tan solo deseaba la oración que estaba en otro
idioma. Debería dedicarle otro día a su investigación, ya que traducir esas
palabras con el precario diccionario celestial que tenían le tomaría mucho
tiempo.
Cuando ya
estaba anocheciendo volvió a su departamento y se cambió de ropa, uso colores
oscuros y algo holgado, por si debía luchar en algún punto. Un par de armas se
unieron a su tenida y después tomó su chaqueta de cuero y sus llaves. No tenía
idea de dónde se encontraba Lilia, pero esperaba que estuviera camino al
departamento. Mientras tanto ella debía pasar por algo de comida rápida antes
de dirigirse a su encuentro, estaba muerta de hambre.
Cenó en su
auto, aun faltaba alrededor de cuarenta minutos así que partió a su encuentro,
tomando de su jugo de mora, pensando en los recuerdos de Eric, esta noche volvería
a husmear en ellos para encontrar quizás algo más personal que el Dominacion se
avergonzaría de mostrar. Así podría usar ese recuerdo para molestarlo.
Dejó su auto a
varias cuadras de su encuentro y se bajó, caminando lentamente, mirando a los
lados y decidiendo si usaba esta noche su poder demoniaco o no, podría usar su
visión en los recuerdos de las personas bebiendo una gota de sangre de los
demonios, pero no todos constaban con un sistema circulatorio y ella tampoco
estaba preparada para recibir memorias de miles de años. Era complicado y muy
difícil de llevar a cabo, pero estaba pensando seriamente tomar un poco de su
lado demoniaco para defenderse, cuando se volvía en parte vampira adquiría
todas las características de dicha especie.
—Llegas
temprano –ella se giró de inmediato al sentir la voz de Eric a su espalda.
La imagen que
vio la sorprendió, esperaba verlo como ángel, todo luz y un tatuaje que dijera
“odio a los Nephilim” pero tan solo se presentó con unos jeans azules y uno suéter
negro, además de una chaqueta de cuero abierta.
— ¿Qué es esto?
–Dijo señalizando con sus manos el cuerpo de Eric — ¿Dónde están tus alas, tu
luz, tu espada, tu pelo suelto… o sea tu de ángel?
—No es
necesario que me deje expuesto de inmediato ¿esperabas verme de ángel?
–pregunto sonriendo Eric.
—Absolutamente
¿Cuál es la idea de que vengas hasta aquí vestido así?
Se quedaron a
un metro de distancia, el uno del otro. A diferencia de Eric, Arial estaba
molesta al verlo tan desprotegido.
—Me puedo
cambiar en un segundo, esto es más bien una ilusión –aclaró Eric, avanzado por
la calle, observando lo oscuro y abandonado que estaba aquel barrio. La luna
estaba escondida detrás de varias nubes y amenazaba incluso de nevar por el
frio que hacía.
— ¿Entonces
llevas tu cabello suelto, pero no me dejas verlo? –preguntó ella caminando a su
lado, mirando los edificios sin luz. Era una noche peligrosa y ella lo
presentía.
—No, usualmente
lo llevo tomado, me muevo bastante como para que se vuelva una molestia.
—Oh, créeme,
para mí no sería ninguna molestia tenerte así –Eric no pudo evitar sonreír, había
extrañado durante el día el humor de Arial, aunque nunca lo aceptaría ni lo
diría.
— ¿Cuál es tu obsesión
por mi cabello?
—Me gusta, esta
largo… ¿Qué hace si te lo cortas? ¿Serias como Sansón y te volverías débil?
–Eric la miró confundido por los temas que Arial estaba trayendo a colación.
—Estás nerviosa
¿no?
— ¿Yo? Esto es
un juego de niños –dijo ella mirando hacia un edificio del lado, estaba
abandonado.
—Tranquila, los
Arcángeles no han de venir, ya sabes, la tregua se mantiene en pie y además
estoy aquí.
—Oh, no sabes cuánto
me tranquiliza, ya que eres el primer defensor de los Nephilim.
Eric la quedo
mirando mientras avanzaban. No tenía como debatir las palabras de Arial, debido
a que eran ciertas. El Dominacion seguía viendo como enemigos a los mitad
demonio y nada podría hacer cambiar su mentalidad.
—No me mires el
trasero, Eric, es de mala educación –dijo Arial cuando lo había adelantado unos
pasos.
Eric se maldijo
¿es qué Arial tenía ojos en la espalda? Él no estaba enterado de ello, no
encontraba explicación para que lo descubriera cada vez.
—Bien, nos
debemos reunir en cuatro cuadras con Lilia y los hermanos Young –dijo ella
retrocediendo un par de pasos, escondiéndose en parte dentro de la oscuridad
que ese callejón le proporcionaba –me estaba preguntando, si quizás…
Antes que ella
pudiera formular palabra Eric frunció el ceño y sin esperar otro segundo, su
ropa despareció, dejando expuesta su armadura de plata que cubría su pecho, sus
hombros y parte de sus piernas, entremezclada con su túnica blanca. Desvainó su
espada al mismo tiempo que sus gigantescas y amplias alas quedaban expuestas.
No había pasado
ni una fracción de segundo cuando se había vuelto en el Dominacion que era. Se
acercó a Arial y con seguridad atravesó con su espada al demonio que había
detrás de ella, pronta a eliminarla si retrocedía otro paso. Su espada comenzó
a brillar, atravesaba el pecho gelatinoso del demonio oscuro con ojos negros
como la noche, comenzó a desintegrarlo tan solo por la energía que había en su
espada mientras que Arial se quedaba inmóvil, cerrando sus ojos ya que la luz
que desprendía era demasiado para ella.
El demonio se desfragmento
en pequeñas luces doradas al haber sido destruido por un arma tan poderosa como
la de Eric, quien anuló la energía del demonio por completo.
—Puedes abrir
los ojos, Arial –ella le hizo caso y por poco le da un infarto. Todo a su
alrededor seguía iluminado, pero no le dolía.
— ¿Pero qué…?
–dijo levantado la mirada para encontrarse con los ojos verdes de Eric.
—Debes estar
atenta, Arial, ese demonio pudo haber acabado contigo… debes aprender a sentir
esas energías; Adam no les ha enseñado eso, pueden sentir demonios a largas
distancias a menos que tengan formas de cubrir su poder y pasar desapercibidos.
— ¿Eric? –Dijo
ella apoyando su manos en el pecho del ángel –Wow, esto es como una armadura
adherida a su piel, como si fuera…
—Una segunda
piel más bien, lo es. Atributos que llegan al ir ascendiendo.
Ella bajó la
mirada, notando que parte de las piernas de Eric también tenían armadura, todo
lo demás estaba cubierto con una tela blanca, llevaba la túnica común de los
ángeles.
— ¿Eres todo de
armadura? –dijo ella mirando hacia abajo con una sonrisa coqueta, que no
provoco ninguna sonrisa en Eric.
Ella no pudo jactarse
de su broma ya que notó la claridad que los rodeaba. Recién en ese segundo
Arial advirtió cómo estaba siendo rodeada por las alas de Eric, eran tan
blancas y se veían tan suaves que no se pudo resistir al deseo de tocarlas.
—Wow… jamás había
podido tocarlas –dijo sin pensar y pasando su mano por varias plumas.
Eric solo cerró
sus ojos tragó saliva nervioso, había sentido un latigazo de placer en su
cuerpo por aquel roce.
—No hagas eso
–susurró.
— ¿Qué? ¿Esto?
–ella volvió a hacerlo, pero esta vez más lento.
—Basta –dijo él
tomando su muñeca para que no lo tocara, con su otra mano guardo su espada,
teniendo cuidado con Arial –no juegues con mis alas.
—Eso sonó
tierno Eric, vamos… ¿te duele? –Dijo acariciando con su mano libre las plumas
que las rodeaban –dame una de recuerdo.
— ¡No! –antes que
pudiera detenerla ella trató de sacar una pluma para robárselas, pero estas se
volvieron de hierro, sin perder su color o luz tan pura –te dije que no
–susurró cuando vio sangre en la mano de Arial.
—Impresionante
–dijo ella mirando su mano. Se la llevo a la boca sin ningún problema mientras
sus ojos se volvían más rojos y esas dos líneas rojas aparecían bajo ellos al
mismo tiempo que sus colmillos crecían. Bebió de su propia sangre hasta que no
quedo marca de la herida.
—Impresionante
–susurró Eric, notando con mayor detalle las marcas lineales rojas bajo los
ojos de Arial, que se perdían en su cabello rojo. Se acercó a ella y pudo notar
que tenían pequeñas cicatrices que aparecían en las líneas, solo se limitaban a
estar en ese largo rectángulo en la piel de la Nephilim.
—No te acerques
tanto, me quemarás divinidad de la Luz –dijo ella observando los ojos de Eric –deberíamos
irnos, este no es lugar para…
Antes de poder
terminar fue nuevamente interrumpida por Eric, pero no para acabar con un
demonio, sino más bien para besar a uno parecido. Sus labios hicieron callar a
Arial, atrapando los de ella al mismo tiempo que ambos se escondían en la
oscuridad. Eric escondió sus alas mientras que rodeaba la cintura de ella.
Arial rodeó el
cuello de Eric y a pesar de extrañar la luz que sus alas y él en si como ángel
los rodeaba, se sintió más segura. Ella abrió sorprendida los ojos al sentir
como el Dominacion se apoderaba de su boca, moviendo su lengua contra la de
ella mientras rodeaba su cintura y la levantaba varios centímetros sobre la
tierra. Ella presionó sus uñas con líneas rojas contra el cuello de él, pero no
para robar una gota de sangre, sino sintiéndose víctima del beso que Eric le
estaba dando. Cuando él recorrió con su lengua uno de los colmillos de Arial,
ella se sintió en el paraíso, no pudo evitar cerrar sus ojos.
Después de que
ambos se entregaran por un par de minutos al otro, se separaron con cuidado y
Eric dejó los pies de Arial sobre el suelo mientras ella comenzaba a arreglarse
el cabello, sonrosada. Sin rastros de ser vampiresa.
—Excelente idea
la de besarnos en la oscuridad, habría sido mejor sin ese asqueroso demonio
–aclaró Eric, esperando a que ella se arreglara.
— ¿Por qué
besarte como Nephilim y tu de ángel no me ha quemado?
—Yo no me
convierto en ángel, lo soy las 24 horas del día –dijo sonriendo –y no te quemas
porque hay sangre humana en ti, eres mitad de demonio, no por completo –sin más
él comenzó a caminar hacia la luz, dejando a una reflexiva Arial.
Ella despertó
de su ensoñación y corrió para alcanzar a Eric.
—Soy malvada
–susurró sonriendo ella –deberíamos besarnos tu de ángel y yo de Nephilim más
veces mientras me enseñas a percibir demonios.
Ella lo miró
por un segundo y después lo detuvo, sin problemas sacó el resto de brillo
labial que quedo en la boca de Eric.
—No haré eso –respondió
el ángel –no quiero que toques mis plumas de nuevo.
—Por tu rostro
fue como si hubiese tocado otras partes de tu cuerpo –dijo guiñándole un ojo y dándole
la espalda para avanzar hacia su punto de encuentro con Lilia.
—No bromees.
—Como sea,
gracias por salvarme la vida, Dominacion –Eric no pudo evitar sonreír al
escucharla, le agradaba mucho que le dijera de esa forma, le causaba cierta
satisfacción que nunca antes había sentido –y deja de mirarme el trasero,
pervertido.
La sonrisa del
ángel se borró, nuevamente había sido descubierto.
Nanai, Adam lindo de recien caido y Eric <3 me encantan. Espero que les haya gustado este capitulo, espero que comenten, anda lenta la cosa por aca, espero que les este gustando la temporada. Muuuchas gracias por leer :d
Siento ganas de golpear a Adam ¬¬ debe de aceptar sus sentimientos, no puede sentirse culpable por siempre. En cuanto a Eric y Ariel jajaja, me encanta que sean coquetos
ResponderEliminar*------------* capitulo lindo .... Eric y Arial me encantan *-* y Eric ya no esta tan pesado como antes :x auuunqe qede mas metida con la historia de Adam cn la mami de Lilia >o< qiero mas recuerdos de Adam :c tengo curiosidad por saber qe miercale paso ahi >:c ñaaaa!
ResponderEliminarJaja los amo, son tannnn adorables <3
ResponderEliminarHello Butterfly!
Ufff tu dirás q Adam todo tierno cuando recién cayo pero la verdad q no me cae bien. Lo dije jaja No lo culpo por lo q paso cn la mamá de Lilia (q no recuerdo el nombre), entiendo q este herido y q no se quiera acercar a ella pero me molesta mucho su actitud, simplemente me supera q sea tan mezquino cn Lilia. De ahora en adelante soy team Thomas y ni modo q se joda Adam. Por otro lado creo q ese tipo va a traer cosas buenas al grupo, no creo q sea malo y no se, me cae bn.
Ufff Arial y Eric, LOS AMO!!!!
Me encanta q sean todos lindos y se peleen y se besen sus bocas :3 Awww no se que tienen q me derriten por completo, interesante ver las cosas q ella va descubriendo, quiero saber más sobre la transformación de Dana a un ángel, ya quiero más jaja.
Gracias por el capi Dani, ya no hagas corajes cn Hush hush y mejor sube y escribe capis de tus super historias XD
Un beso y nos seguimos leyendo!!!
A pesar de que despues de lo que hicieron la mami de lilia se haya echo la loca todavia no se me hace mala... en que momento se fue a meter con un demonio!!!!... Arial y Eric son tan tiernos!!(siento que he escrito esto en todos mis comentarios :/ )
ResponderEliminarawwww adoro a estos dos, me encantan¡¡¡ que bueno que en esta temporada podremos saber mas sobre ellos Eric y Arial, solo a ella se le ocurre pedir una pluma de recuerdo, y Eric la salvo¡¡¡¡ que genial, quiero pensar que la oracion que encontro Arial le va a ayudar a encontrar la cura para devolverle sus recuerdos a Dana? espero que si, que ella recuerde a Ethan...
ResponderEliminarAhora, Adam y Cira...mmm. ¿por que ella actuo asi?como si nada hubiera pasado? me hizo pensar por un momento en si ella de verdad llego al monasterio a tentarlo, de lo contrario me dejas esperando el momento en el que el demonio padre de Lilia aparezca, referente a el tambien tengo la teoria de que vigilaba a Adam y al verlo tan cerca de ella decidieron atacarlo por esa parte..pero no se, miles de teorias me vienen a la mente cada vez que leo sobre ellos.
y la que lo viene pagando es Lilia, Adam se aleja de ella no por su lado demoniaco, sino por ser hija de quien es :(
hablando de padres...¡no me acordaba quien era el de Thomas! nada mas y nada menos que el demonio mayo¡¡¡¡ ahora entiendo por que es tan importante en todo este jueguito, umm ese contrato que hizo firmar a Adam me preocupa, entendi que no era su intención de verdad hacerlo firmar, pero ¿que pasara cuando thomas le de lo que pidio? lo hara efectivo? ya me preocupe¡¡¡
en fin, veremos como va avanzando todo esto, pero me pones de nervios Dani¡¡¡ en un momento estoy mordiendome las uñas pensando en lo malo que podra pasar, y al siguiente me haces reir como loco con las ocurrencias de Arial y Eric...
gracias por el capi¡¡¡
Haaaaaaa k noticion osea Cyra sedujo al pobre de Adam
ResponderEliminarJa ja ja Pobre por eso no puede ver a lilia d otra forma
Impresionante la acción de Eric super rápida su transformación
Extraño s Dana y Ethan
wow que capi tan cool!! jajajaja me fui por un par de dias y ya hay muuucho por leer!! yupii jajaja espero que la accion sea super buena en el proximo capitulo, interesante los recuerdos de adam... muy interesantes... jaja gracias dani por animarme la noche!
ResponderEliminarDTB
hola el capitulo estuvo super me encantooo espero el otro gracias dani eres muy buena
ResponderEliminarme da risa eric al ver que se contradise asi mismo pero igual lo hace , dani van a tener esnusnu?? :$ magic magic
ResponderEliminarwao me quede medio ida con el api, Adam y su recerdo con Cyra, fue su primer amor en la tierra, su primera en todo y se levanta al dia siguiente como si nada, wao chica moderna ella, pobre Adam debio sufrir mucho puede que el miedo que tiene el para sus sentimientos con Lilia sea eso de ella tambien lo deje con su amor pisoteado pq le recuerda mucho a su madre y a su traision, y porque los angeles no puede consebir?? si son caidos no caimba se vuelven mas humanos??? y Thomas sabe que tienen un competidor fuerte por el amor de Lilia aunque no lo acepte de frente,y tiene su corasoncito mira que no queria ningun contrato pero sabemos que Adam daria su vida por ellas....... para que busca Arial la cancion de Noelia?? esta chica es una travieza y oh Erik con su dulce traje defendiendola y compartiendo esos momentos de su tregua mmmm que sera que sera,.. me encanta saber mas de estos chicos. no veas el trasero!!!!!! jajajaa.... pero extraño a nuesta parejita..... oh me estaba olvidando esos de los antidotos, me parecio super interesante Thomas sabe los huecos que hay en cada demonio y cuales son sus puntos debiles, lo que me preocupa es que en esa busqueda Azazel le haga daño a Arial sin importarle que sea su hija....gracias Dani..... :))
ResponderEliminarAmo esta historia ya quiero saber que el paso a ethan aa yo queria que siguiera siendo bueno pero hay que esperar a adoro a todos esto personajes pero adam me mata
ResponderEliminarAdam por que no luchas por tu felicidad me dan tantas ganas de darle unas buenas nalgaditas para que se de cuenta lo que siente me encanta estas parejas tan diferentes excelente capitulo gracias nos leemos en el proximo
EliminarANEL...
ResponderEliminarTarde en leer por eso no habia comentado...
Ufff esto se pone cada vez mas bueno...
Hola que hermoso fue conocer un poco de adam ahhhhh esa cyra es un caso ahora quiero saber que paso entre ellaby adam porque no quiere a lilian ahhhhh me molesta q sea tan tonto y no lo acepte q la quiere.ahhhh y tom tiene planeado algo el.sabe de los sentimientos de lilian por su angel caido hermoso.
ResponderEliminarAhora mi bello par de tortolos eric muere por arial y mi pequeña demonia es un caso los amo de verdad quiero q se queden juntos siiiiiiii