Capitulo 10
Atravesé la
puerta y observé que había un largo pasillo de madera color crema con fotos
enmarcadas en la pared. Una gran escalera estaba a mi costado y que aun era
alcanzaba por la luz del atardecer que entraba por las ventanas traseras. Caminé
hasta la primera puerta a mi derecha, pude ver como una mujer se revolcaba en
el suelo cubriéndose su estómago, buscando la bala que Alexander había
atravesado al dispararle. Era una vampiro.
No podía
ayudarla, debía verificar los daños de Alex antes.
Avance más allá
con el arma casi colgando de mi mano, parecía una autómata recorriendo el lugar,
entrando cada vez en esas habitaciones, a la oscuridad que comenzaba a
apoderarse de esta casa.
Subí las
escaleras después de verificar el primer piso, necesitaba ver si había más
heridos, ni siquiera era capaz de concentrarme para escuchar los pasos o voz de
Alex, me había vuelto una inútil humana.
Llegué a otra
habitación que se encontraba en el segundo piso. Había dos personas en el
suelo. Cubrí mi boca al ver que sangre roja recorría sus frentes, estaban
muertos. Eran humanos.
Corrí hasta
donde se podía encontrar Alex y me quede helada al ver como tenia a Fréderic.
Estaba inmovilizado, Alex apoyaba su rodilla en la espalda de él y justo cuando
abrí la puerta le disparo en la pierna.
Fréderic
LeBlanc, de unos cuarenta años, incluso un poco calvo, estaba vestido con ropas
holgadas, oscuras. Se removía bajo el agarre de Alexander.
El hombre dio
un alarido que casi provoca que mi piel se erizara al recibir el impacto de la
bala, lo que era imposible. Pude ver como su extremidad era carcomida por la
plata que se estaba derritiendo, como si fuera una bacteria devora carne ¡¿Qué
arma era esa?!
— ¿Dónde está Cristóbal?
–preguntó como si estuviera bebiendo una taza de té y conversando con su mejor
amigo.
— ¡No sé de qué
hablas, bastardo! –le gritó a Alex. Nunca había visto a un vampiro comportarse
así con el Gobernador.
— ¡Tu sabes quién
mató a Marco! Dime donde está el centro de rebeldes
en esta ciudad.
Pude escuchar
como las vertebras de su columna se quebraban por la presión que ejercía
Alexander. Cerré mis ojos cuando Fréderic volvió a gritar, aunque mejor hubiera
sido tapar mis oídos. De todas formas nada servía ya que mis sentidos habían
vuelto a la normalidad.
Esta no era la
forma, no era correcto torturar a alguien, no importa lo que hubiera hecho.
—Basta, Alex
–susurré mirándolo aterrada. Sabía que él había hecho cosas horribles, pero de
ahí a verlo era algo diferente. El arma cayó de mi mano.
— ¡Responde de
una buena vez! –gritó presionando de nuevo su espalda, haciendo gritar al
vampiro.
Mi corazón se destrozó
al ver los ojos de ese hombre, oscuros como los míos o los de Alex, pidiendo
misericordia con su mirada.
—Lo próximo que
haré será arrancarte el brazo –dijo Alex, muy cerca de Fréderic –y sabes que no
somos tan buenos regenerándonos ¿cierto? –una cosa era sanar rápido y otra cosa
muy diferente era perder las extremidades.
Di un paso
hacia atrás, en shock, no podía creer lo que estaba viendo. Mi Alex no hacía
esto en mi mente ¿con quién me había casado? ¿A quién le había entregado mi
vida?
—Alexander
–dije un poco más alto, llamado su atención.
Cuando levanto
su cabeza y me vio, fue como si estuviese despertando de un sueño, incluso sus
ojos cambiaron por un par de segundos, pero solo tensó su mordida y se volvió a
concentrar en Fréderic.
—Sabes que no
amenazo para asustar, sino para obtener algo a cambio ¿Eres zurdo o diestro?
Quizás perder tu brazo izquierdo no te traiga muchos problemas.
— ¡No, por
favor, no!... Señora Victoria, por favor, ayúdeme –mi mentón comenzó a temblar
ante sus ruegos –usted sabe que esto está mal.
— ¡Silencio!
–le gritó Alex y presionó tanto el rostro de aquel vampiro al darle un puñetazo
que su mejilla se deformó por unos segundos hasta que volvió a su normalidad,
moviéndose de forma extraña –dime de una buena vez donde están.
Su tono volvió
a ser más bajo, pero dejó su arma a un lado para tener su mano libre, de esa
forma pudo apoderarse del hombro de Fréderic, amenazándolo con quitarle el
brazo.
—Dile, por
favor –susurré mirando al hombre que estaba en el suelo.
Por una extraña
razón él me quedó mirando unos segundos y después asintió.
—No sé, yo solo
di el aviso a uno de los rebeldes
para que informara a los licántropos.
Fréderic apoyó
su frente contra el piso de madera, cansado. Miré alrededor, notando que esta
era la habitación matrimonial. La casa no era lujosa o costosa como los hogares
de vampiros que había visto, este lugar era normal, como toda casa de una
familia humana que trabajaba.
—Entonces
tendrás que darnos algo a cambio, de esa forma podrás conservar tu brazo izquierdo,
será difícil dar cambio con un brazo menos ¿cierto?
Dios… ¿Quién
era ese vampiro que hablaba de forma tan cruel?
—En el
escritorio, en la otra habitación, tercer cajón a la derecha –ambos me miraron
y supe que debía ser yo quien fuera a buscar lo que estaba guardado ahí.
No me apresuré,
fui a paso lento porque no podía hacer conexión en mis neuronas para correr
como una vampiro. Entré a la habitación y me di cuenta que era la sala de
estudio u oficina que Fréderic tenía.
Busqué en el
cajón que me había indicado y encontré varios papeles, rebusqué en todos hasta
que encontré un mapa, habían marcados puntos rojos cada ciertos países. No me
costó observar que Ucrania tenía uno, Italia otro, Inglaterra también estaba
unido… había rebeldes en todas
partes. Tomé la libreta negra que estaba bajo el mapa y me di cuenta que estaba
repleto de datos sobre los integrantes, direcciones según sus agrupaciones. Por
instinto la escondí en mi espalda, en mi pantalón. Con el mapa Alexander se
conformaría.
Antes de salir
de la habitación vi como un sobre blanco tenía mi nombre. Lo tomé antes de
leerlo, guardándolo en el bolsillo de mi casaca. Me tensé al escuchar como a lo
lejos se escuchaban las sirenas de la policía.
—Bien, encontré
esto –dije mirando a Alex –es un mapa con todos los países donde se encuentran
los rebeldes, incluso hay marcadas
ciudades. No hay nada más.
Fréderic me miró
sin decir nada, sabía que había encontrado aquella libreta y el sobre. Sabía lo
que estaba pasando por mi mente en este preciso momento. Sin que Alex lo notara
él cerró sus ojos y asintió, como si estuviera dándome el saludo oficial que se
les entrega a los Gobernadores.
—Muy bien –dijo
Alex, tomando el arma –si no estuvieras involucrado con la muerte de mi único
amigo, puede que te haya dejado vivir.
Antes que
pudiera detenerlo Alex le dio un disparo en la cabeza y después de forma brusca
la separó del cuerpo de Fréderic, decapitándolo.
No era un
vampiro antiguo, no se volvió en cenizas como lo hizo Cathal o Marco. Se quedó
ahí, como lo había hecho Javier. Secretando aquella sangre oscura que teníamos.
—Vamos.
No me podía
mover, Alex me tuvo que tomar del brazo, recoger mi arma y prácticamente
llevarme a volandas fuera de la casa. Me subió al jeep y después entró él,
acelerando y escapando del lugar.
No había matado
a la mujer vampiro y sabía muy bien su fundamento. Quería testigos que hicieran
correr el rumor de lo que Alexander Lenardis había hecho. Prácticamente podía
sentir como su ego crecía.
Ninguno dijo
nada, no tenía idea a donde nos dirigíamos, supuestamente él deseaba pasar un
tiempo en otro lugar, una sorpresa. Yo necesitaba estar a kilómetros de él,
pero sabía que era inútil, no porque me detuviera, sino porque pasaría más
tiempo preocupada por lo que podría hacer.
Volvimos a la
estación, Alex fue por unos boletos con destino desconocido y volvió, sin decir
nada me indicó que lo siguiera. Lo hice sin dudar, sintiendo como esa libreta
se removía en mi espalda y como ese sobre ardía en mi bolsillo. Le estaba
mintiendo de nuevo, pero no podía decirle lo que había encontrado. No aun.
Esta
vez teníamos boletos de primera clase, pude ver que el tren decía Alemania. No
entendía nada pero no pregunte. Nos sentamos uno al frente del otro, pero no
era capaz de mirarlo, iba a abrazada a mi bolso, poniendo atención hacia
afuera, en como todos los humanos pasaban, riendo, conversando, tomado de las
manos, con sus hijos, con sus madres… ninguno de ellos había torturado a
alguien como Alexander lo había hecho.
El
tren comenzó a moverse y supe que jamás sacaría de mi mente los ojos oscuros de
ese hombre que ahora estaba muerto.
Estábamos
solos en el lugar, las puertas nos protegían ya que nos daban privacidad, pero
era primera vez que no sabía que decirle. Me atreví a mirarlo después varios
kilómetros recorridos.
—Sé
lo que estás pensando, crees que soy un monstruo –sus ojos habían vuelto a la
normalidad y con ello me refiero a que no estaban llenos de odio –y
probablemente ahora tus ideas de que soy un tirano han crecido al doble ¿me
equivoco? Debo recordarte que ese vampiro era un traidor, culpable de la muerte
de Marco.
Claro,
Marco… su vampiro amigo ¿Qué cosas habrá hecho él también? Quizás su muerte fue
justa por todo el daño que provocó en el pasado. Alex había hablado de eso
antes.
—
¿Ahora me harás la ley del hielo? Creo que estamos mayores para esos juegos.
Estaba
sorprendida que mi mentón no comenzara a temblar. Era como si todas mis
emociones hubieran quedado embotelladas, correctamente guardadas porque no era
momento para dejarlas salir.
—
¿Victoria? –abracé el bolso, otro poco –dime algo, por favor.
—No
eres un monstruo –susurré, sin dejar de mirarlo –pero me convertiste en uno al
hacer que te amara.
No
fueron muchas palabras pero bastaron para que comprendiera cómo me sentía. Ese
era el problema, me sentía mal porque yo sabía desde un comienzo, aunque fuera
una pequeña parte, que Alex había hecho atrocidades, pero estaba ciega, tanto como
él lo estaba por el poder. Y aunque supiera todo de él, seguía amándolo. Sin
embargo, eso no significaba que apoyara su forma de actuar.
—Hay
cosas que se deben arreglar rápido. Eliminar al enemigo y salir con lo que
buscas. Ahora tenemos ese mapa, gracias a ti y además la muerte de Marco esta
vengada de cierta forma.
Deje
mi bolso a un lado, impresionada por la forma de actuar que tenía Alex. Yo no
deseaba tenerlo a mi lado si se comportaría así para siempre.
—
¿Qué harás ahora con ese mapa? Tiene las ciudades marcadas.
—Voy
a enviar esto a Londres y se encargaran de volar esos centros –tensé mi
mordida.
—Pero
solo traerá más sangre y sed de venganza hacia a ti –incluso se expondrá más al
odio de sus enemigos.
—Son
sacrificios que se deben realizar.
Instaló
la pequeña mesa entre nosotros y después sacó el mapa de su bolsillo, lo expandió
sobre el plástico y comenzó a observar las diferentes ciudades que estaban
marcadas.
No
supe cómo me atreví, ya que seguía bajo la conmoción de sus acciones hacia
Fréderic, pero la imagen de su mirada, de la confianza que me entregó sabiendo
que yo era la pareja de Alex, fue lo que me hizo actuar.
Con
rapidez tomé el mapa de la mesa y lo rompí en diferentes pedacitos, al frente
de la mirada de aquel vampiro que estaba inexpresivo. ¿Sería capaz de
eliminarme como lo hizo con Fréderic?
—Victoria.
—No
–dije levantando mi mano para que se callara –no seguirás haciéndole daño a los
demás como si fuera un deporte. Eres uno conmigo y otro siendo Gobernador, yo
no aspiro a eso. Desde ahora quiero que sepas que no dejaré que vuelvas a tomar
ese cargo ¿entendido?
Fue
el turno de Alex para quedar en shock, claramente no esperaba que hiciera
trizas el mapa. No encontraba que fuera una gran ayuda en comparación a la
libreta que poseía aun en mi pantalón, pero eso Alex no lo sabía.
Hice
mis manos puños cuando él se puso de pie y de un solo movimiento sacó la mesa
desplegable del tren y la lanzó contra la pared. Gracias al destino que
estábamos solos.
—
¿Qué? –dije sin retroceder, observando de frente la expresión enfurecida de
Alex.
—
¿Cómo… has podido… tu? –estaba tan tensa, pero no baje la miríada. Esperaba que
él comenzara a hablar de forma coherente — ¿Qué estas tratando de hacer? ¿Ayudar
a Cristóbal? ¿De eso se ha tratado todo este tiempo?
—Calla
de una buena vez –dije sentándome de nuevo, me costaba seguir manteniendo el
coraje que sentía, no podía sacar de mi cabeza a Alex torturando a ese hombre
–esto no seguirá de la manera que tu quieres, no harás explotar nada ni seguirás
torturando a los demás. Alex, ni siquiera deseo averiguar cómo eres realmente.
—
¿De qué estás hablando? No tenemos tiempo para esto –dijo ahora mirando la
mesa, el mapa destrozado — ¡mierda! –se sentó de un solo movimiento y volvió a
mirarme enojado.
—Esto
es mi culpa –susurré, tratando de contener mi frustración –por nunca investigar
tus métodos.
—No
tienes idea de lo qué estás hablando, no estás preparada para manejar este tipo
de problemas. Debiste quedarte en la mansión, tranquila con Ezequiel.
—Muy
conveniente para ti ¿no crees? –dije molesta, esa siempre era su forma de
actuar, así me mantenía alejada de lo que hacía –por eso nunca querías que
supiera nada ¿Cuántas personas has matado?
—
¡Son vampiros traidores! Claro que los eliminaré si es necesario. No soy un
asesino en serie para que me mires de esa forma –cubrí mi boca por su palabras,
sorprendida… esto me superaba.
—Alex
calla, no hables de esa forma ¿no te das cuenta? Mataste a dos humanos en esa
casa.
—Eran
proveedores ilegales, Fréderic no tenía los recursos para tener humanos
permanentemente, los tenía secuestrados. Tuve que eliminarlos, ya sabían más de
la cuenta.
—Yo
sé más de la cuenta ¿también me vas a eliminar?
Cerró
sus ojos, negando por mis palabras.
—No
digas tonterías, Victoria –solo tuve que recordar cómo le disparo a sangre fría
a aquel hombre para después decapitarlo.
—Dijiste
antes que acabaste con una de tus parejas –él me miró sorprendido, entendiendo
a qué me refería con esas palabras. Él podía eliminarme.
—No…
¿Cómo puedes pensar eso? Nunca, ni siquiera la noté… yo jamás haría eso, fue un
accidente y te lo dije pensando que entenderías.
—
¿Jamás? Acabas de torturar a un hombre, quieres asesinar a todos quienes estén
involucrados con los rebeldes y
¿esperas qué te crea?
Ni
siquiera entendía como podía seguir hablando, estaba guardando todas mis
emociones de ir hacia él y decirle como se había vuelto en un desconocido.
—
¿A dónde vamos? Es mejor que me lo digas ahora mismo –dije cruzándome de
brazos. Tenía a un extraño ante mis ojos.
—Debemos
tomar otros trenes, vamos a Siracusa, Italia –hice chistar mi lengua molesta.
—
¿A qué? Solo estás intentando distraerme ¿crees qué no me he dado cuenta, Alex?
—Te
prometí que te haría recordar, que te mostraría lo especial que eres para mí.
Tensé
mi mordida, no podía soportar esto ni un minuto más, necesitaba aire.
—Permiso,
necesito ir al baño –él frunció el ceño, claramente yo no necesitaba ir hasta
ese lugar.
Salir
del apartado donde estábamos y me apresuré en recorrer el tren hasta el baño.
No había nadie gracias al cielo. Cerré la puerta con seguro y me desmoroné. Caí
de rodillas y me cubrí la boca con mi mano, tratando de silenciar mis sollozos.
Estaba metida en una maldita pesadilla, quería a mi Alex de vuelta, borrar esa
faceta suya que había conocido, pero aquello era imposible, nada podía hacer
para olvidar lo que había visto. No había justificación para con él.
Cuando
sentí sus pasos me puse de pie y me tragué todos los sollozos. Creo que ahora
notaba la parte beneficiosa de no poder llorar, no había registro de mi llanto
sin lágrimas. Así que para cuando Alex abrió la puerta a la fuerza, solo me
encontró, arreglando mi cabello al frente del espejo.
—No
–dijo cerrando la puerta y tomando mi brazo para que lo mirara. Me sorprendí
ante ese movimiento ¿me iba a hacer daño? –no voy a permitir que esto que hay
entre nosotros se arruine otra vez, estábamos arreglando todo, no dejaré que te
escapes de mis manos de nuevo.
—Vete,
déjame estar sola un momento –dije enojada, solo necesitaba unos segundos para
poder analizar todo lo que estaba pasando, pero él no me lo permitía.
—No,
no te dejaré sola, si tienes que pensar o decir algo, es conmigo con quien
tienes que hablar, así que dime ahora mismo que está pasando por tu cabeza.
No
había nombrado el hecho de que despedacé el mapa. Solo estaba preguntando sobre
mí, eso me tomó desprevenida.
—Victoria
–dijo ahora cansado, acercándose unos pasos, pero con rapidez dejé mi mano en
su pecho para que se alejara –jamás te haría daño, no pienses algo así, por
favor.
—Puedes
pasar una eternidad sin tocarme un pelo Alex, pero al mismo tiempo acabando y
torturando a otras personas. Yo no puedo estar al lado de alguien así.
Miré
hacia un lado, tragándome mis emociones.
—Sale
¿sí? vuelvo en un minuto –abrí la puerta, para que saliera. Él me miró con
rencor por unos segundos, pero después salió. Le había dado justo en su
orgullo, él había venido por mí, pero había sido rechazado, lo que era extraño
porque yo siempre le perdonaba todo.
Cerré
la puerta y me acerqué a la pequeña ventana que había en una esquina. La abrí y
dejé que una gran cantidad de viento entrara y llegara a mi rostro. Eso había
sido refrescante, un poco de libertad.
Al
salir me encontré a Alex mirando hacia afuera, no se volteó cuando yo salí del
baño, ni cuando pasé por su lado. Iba a volver a nuestros asientos, no había
causa para quedarse en ese lugar. Cuando me senté y deje mi bolso a un lado, un
poco más tranquila, Alex entró y también se sentó, pero al frente, mirando
hacia la ventana.
—Bueno,
esto es lo que va a suceder –dije cruzándome de brazos. Él me miró preocupado –nunca
te perdonaré por lo que acabo de ver, puedo aceptar tus errores hacia mí, pero
nunca, escúchame bien Alexander porque esto quedara como una advertencia, jamás
te perdonare si eres capa de dañar a otro deliberadamente, eso habla pésimo de
ti y aun más de mí por siempre quedarme a tu lado.
Él
negó a mis palabras, lo que me sorprendió de sobremanera.
—Tú
no entiendes –dijo muy seguro –hay cosas que se deben hacer de cierta forma.
—
¡No! –Dije levantando la voz –tu eres el que no entiendes, no estamos en
tiempos medievales… esto no es una película de acción y no soy alguien que
puede aceptar amar a alguien que se comporte de esa forma. En la ley dice
claramente que todo sospechoso de traición tendrá derecho a un juicio Alex. Ese
vampiro era un sospechoso y lo torturaste hasta que le sacaste información.
—Información
que tú eliminaste.
—No
lo creas –dije sacando la libreta negra de mi pantalón y mostrándosela.
Arriesgaba todo con esto, pero no iba a perder la fe en él por completo –si
llego a perder de vista esta información, si te atreves a quitármela o tan solo
a levantarme la mano para obtenerla. Olvídate de mi Alex, no me volverás a ver
y no importa lo que me pase si escapo de ti, según esa estúpida Maldición
debería acabar muerta, pero ¡sorpresa! Yo he roto esa ridiculez, entonces si me
voy, viviré una eternidad… sin ti.
Me
miró por unos largos, eternos segundos sin decir palabra alguna. Ya me
imaginaba que saltaría en mi contra para quitarme dicha libreta.
—Está
bien, estoy en tus manos ¿Qué tiene esa libreta? –no dejaba de mirarme de forma
penetrante, me causaba desconfianza, quería que tuviera esos ojos oscuros que
se concentraban en mi de nuevo.
—No
te lo diré –dije buscando en las páginas lo que buscaba hasta que lo encontré, después
la guardé en mi bolsillo –tendrás que confiar en mí.
—No
sabes lo que estás haciendo –dijo después de entrecerrar sus ojos, mirándome de
forma sospechosa.
—Oh,
no vampiro mío, el que no sabe que está haciendo eres tú, todos estos siglos
has hecho lo que se te ha antojado, pasando a llevar a los demás, junto con ese
estúpido Consejo que no ve más allá de sus narices. Las cosas van a cambiar y tú
no seguirás condenándote, no lo permitiré.
Pude
ver como las manos de Alex se volvían puños. Me estaba volviendo en una
traidora completamente, pero no me importaba, no iba a dejar que él siguiera
haciendo daño.
—Quizás
deberías buscar a Cristóbal para completar tus objetivos, tendrían mucho más en
común por lo que veo –estaba por completo tenso por el rencor y me estaba
realmente mirando como una enemiga. Lo sabía, no tenía que decirlo.
—Cristóbal
no es mi esposo –al decir eso sus hombros bajaron unos centímetros y su expresión
pasó de enfado a dolor. Él me amaba, lo sabía, pero también estaba enterada de que
él estaba provocando sufrimiento a los demás –no me interesa lo que él haga.
—Hay
cosas que se deben tratar con disciplina, no lo entiendes Victoria.
—Calla
de una vez, no sigas hablando de esa forma porque solo lo empeoras… tendrás que
aprender de la forma dura Alex. Comienza a despedirte de tu cargo de Gobernador
porque no volverás a tenerlo, aunque matemos a Cristóbal. No lo voy a permitir.
Yo estoy al mando y haré cumplir mi cargo, solo para derrocarte.
No
me respondió ni una sola palabra en ese entonces ni después. Llegamos a
Alemania y ni siquiera me dijo a dónde íbamos pero nos subimos al siguiente
tren por una seña que me hizo.
Recorrimos
durante 21 horas Francia, Alemania, Austria y finalmente Italia. Llegamos a
Roma pasada la medianoche, habíamos tomado la sección de trenes que distrajera
a posibles traidores, pero eso para mí no era importante, sabía muy bien que
íbamos a Siracusa y que gracias a la libreta, también había traidores en esa
ciudad. Alex no sabía eso y tampoco trató de averiguarlo, no hablamos mucho,
tan solo monosílabos ante la pregunta del otro. Él me observaba con sospecha,
pero no había hecho nada para obtener la libreta negra. No dudaba que lo
hiciera después.
Estábamos
cansados, durante todo el viaje no dormimos, necesitábamos descansar, así que
para cuando Alex arrendó un auto, sentí que iba camino al infierno, estaba
agotada. Además no le encontraba sentido a esto, supuestamente íbamos Siracusa
como un gesto romántico pero ninguno se hablaba. Ilógico.
Sinceramente
estaba muerta de tristeza, quería que él se acercara y me dijera cuanto se
arrepentía de sus actos, que jamás los iba a llevar a cabo de nuevo, pero sabía
muy bien que si él hacia algo como eso, sería mentira. Debía atrapar a Alex, de
alguna forma para que nunca más volviera a tomar el poder, por lo menos hasta
mucho tiempo después y no sabía porque, pero esa opción solo se acercaba con
los rebeldes ¿es qué acaso no era tan
loca la opción de tenerlos a ellos como una alternativa factible para
derrocarlo? Era exactamente eso lo que necesitaba.
El
eterno viaje fue de alrededor diez horas, era de día cuando llegamos a
Siracusa, cerca del mediodía. No había dormido en ningún momento y sentía tanta
sed, pero no me atrevía a pedirle a Alex. Seguía enojada con él. Gracias al
cielo este viaje tuvo música. Beneficios de arrendar un auto.
Al
llegar mi sueño paso a segundo plano, desde que noté el mar y las hermosas
casas antiguas casi sentí que mi corazón volvió a latir. Me enderecé en el
asiento. Me gustaba salir con Alex, recorrer otros lugares, pero cuando era por
gusto no por culpa de su cargo, pero ahora, que estábamos rodeados de
problemas, llegar aquí fue como un respiro. Mi cansancio desapareció mientras
mis ojos se abrían cada vez más ante las hermosas iglesias, los museos, todas
las infraestructuras tan antiguos como Alex. Este lugar era hermoso.
Sin
embargo había que volver a la realidad, estábamos agotados por el viaje y por
no dormir. Es por ello que Alex nos llevó a una hostal que tenia vista hacia el
mar, se notaba muy tranquila y escondida entre otros edificios, no era un gran
lujo pero no una pocilga a la que habíamos ido antes. Alex arregló todo, solo
lo interrumpí para especificar que quería dos habitaciones. No iba a dormir con
él, no quería siquiera que me tocara. Seguía furiosa con él.
Alex
no dijo nada, supongo que también estaba molesto conmigo.
Cada
uno se fue a su habitación. Cerré las cortinas, la habitación caracterizada por
tener todo blanco, excepto los muebles que era de madera nativa, se oscureció
por completo. Me quité la ropa y quede solo con mis bragas violetas, no deseaba
buscar mi pijama, solo quería dormir para después tener energía y buscar a
aquellos rebeldes.
Guardé
la libreta en un lugar secreto que hice en la habitación.
Al
momento que mi cabeza tocó la almohada me quede completamente dormida. No habían
pasado muchas horas cuando sentí que la puerta se abría, apenas pude abrir los
ojos, estaba muerta de cansancio, necesitaba demasiadas horas para recuperarme,
pero aun así pude ver como Alex estaba solo con su bóxer y su almohada. Mis ojos se volvieron a cerrar, pero cuando
sentí el peso en mi cama volví a abrirlos cansada.
—No
puedo dormir sin ti –escuché a lo lejos. Solo abracé a mi almohada mientras él
se colaba a mi lado, rodeando mi cintura con su brazos –lo siento –susurró
antes de besar mi cuello y quedarnos dormidos.
No
tenía fuerzas para decirle que se fuera, ni tampoco quería. Aunque yo si podía
dormir tranquilamente sin él descansaba mucho mejor cuando lo tenía a mi lado.
Cuando
mis ojos se abrieron por completo, me sentí llena de energía. Era de noche,
todo estaba demasiado oscuro en la habitación, pero podía sentir como Alex seguía
durmiendo, ya que su mano presionaba uno de mis senos y estaba inmóvil. En su
séptimo sueño.
Me
removí bajo su agarre y avancé hasta la ventana que había al frente de la cama,
abrí las blancas cortinas para dejar expuesto el mar, la luna y las estrellas.
Sonreí, era una visión increíble. Era una hermosa y fría noche en Siracusa,
Italia. Nuestro hogar en el tiempo que ambos fuimos humanos.
Eso
era algo con lo que no podía tratar aun. Imposible.
Cuando
me giré hacia la cama, Alexander seguía durmiendo, dejando parte de su espalda
y brazo derecho expuesto. Sonreí, esa imagen también era increíble.
¡Demonios!
Así era como deberíamos llevar nuestras vidas, pero no, ahora debía tratar de
controlar su sed de sangre psicópata que corría por su mente.
Me
acerqué a la cama de nuevo y me recosté boca abajo, mirándolo. Comencé a
acariciar su cabello mientras seguía durmiendo plácidamente.
Lo
gracioso es que yo sabía que dormía, pero parecía completamente un muerto, él
no respiraba al dormir, ninguno de los vampiros lo hacía. Aun así ya se me había
hecho tan normal, que entendía muy bien que estaba descansando.
No
iba a dejar que siguiera en ese cargo, no podía seguir haciendo mal a los
demás. Se había trastornado tantos años, viudo cada década de una nueva pareja,
sintiéndose perdido ¿Cómo no se iba a volver un tanto psicópata con eso? No
debía volver a estar con todo ese poder, tendría que haber un nuevo líder,
alguien justo y que se preocupara de todos los niveles dentro de nuestra
especie… no alguien que buscara el beneficio propio, ni que usara métodos tan
crueles para obtener lo que deseaba.
Cuando
despertó yo había dejado de tocarlo. Sus ojos negros se encontraron con los míos
y sonrió triste.
—Me
he acostumbrado mucho a ti –dijo sin moverse –no pude dormir en la otra
habitación.
Comencé
a guardar todas las emociones que sus palabras me provocaban. No quería
demostrar debilidad ante él, sabía muy bien que haría lo que fuera si me
atrapaba en la palma de su mano.
—Debes
irte a tu habitación y vestirte –dije ubicándome de espalda, mirando hacia el
techo, cubriéndome con las sabanas –tengo sed y aquí no hay Centros de
Proveedores.
—Pero
puedes beber de mi –dijo de forma seductora, acercándose a donde estaba. Sus
labios besaron mi hombro, pero antes de que pudiera avanzar me alejé,
poniéndome de pie.
No
podía beber de él porque sabía muy bien donde eso dejaba mi cabeza. Me rendía a
Alex y estaríamos en una noche desenfrenada de nuevo.
—No,
iremos a buscar humanos, estoy segura que deben andar afuera a esta hora, solo
será un par de sorbos, lo suficiente para aplacar la sed.
Se
levantó para después acercarse a donde estaba, teníamos que buscar nuestra
ropa, pero se quedó justo al frente de mi.
—Sé
muy bien donde tienes escondida esa libreta Victoria –dijo acariciando mi
cuello con su dedo índice –se nota claramente que has destrozado esa esquina de
la habitación. No la he sacado ni la sacaré, así que deja de desconfiar de mí.
Su
mano que me acariciaba bajo hasta uno de mis pechos, con su dedo índice
recorría mi aureola mientras que tomaba mi mentón rápidamente para que lo
mirara. Me besó sin decir nada más, pero antes de poder empinarme para poder
besarlo aun más, se alejó, dando un paso hacia atrás.
—Iré
por mi ropa para que vayamos a cazar un par de humanos –dijo dirigiéndose hacia
la puerta.
No
pude evitar sonreír, Alexander de verdad no se había metido donde supuestamente
tenia la libreta. Había dejado ese lugar marcado como una opción falsa, él no
verificó si estaba ahí, ni mucho menos que la libreta estaba detrás del mueble
de madera, a un lado de la puerta.
No
nos tomó mucho encontrar a una pareja de humanos para poder beber su sangre;
los dejamos sentados en una banca, inconscientes y sin recuerdo alguno sobre
nosotros. Ahora me sentía mucho mejor, había descansado y aplacado mi sed.
¿Qué
más podía pedir?
Que
Alexander no fuera un fanático adicto al poder. Eso era algo.
—Bien
¿Qué vamos a hacer ahora? –dije metiendo mis manos en mi abrigo mientras
caminábamos por la calle.
Estábamos
en una zona extremadamente tranquila e íbamos en dirección al puerto, se veía
como la luna estaba gigante sobre el mar. Era una noche fría por lo que vi en
los humanos, pero no iba a llover, había muchas estrellas.
—
¿A qué te refieres? –preguntó Alex, quien no se molestó en parecer normal. Solo
llevaba unos jeans oscuros y una camiseta roja oscura.
—Tú
nos has traído hasta acá ¿vamos a perder el tiempo caminando por las calles sin
hablar?
Sus
ojos se entrecerraron un poco y sin decir nada me acorraló contra una casa
antigua de ladrillo y me besó. No me dijo nada, tan solo unió sus labios a los míos,
dejándome atónita ya que aun seguía enojada con él. Esto era jugar sucio.
Su
mano fue hasta mi mentón y entreabrió mi boca, de esa forma pude sentir como me
tentaba con su lengua. No pude resistirme, no era tan fuerte.
Apoyé
mis manos en su pecho y me empiné un poco para poder sentir mejor aquel beso.
Pude notar claramente como sonrió contra mis labios, pero deje pasar esa
altanería suya y me relajé por unos segundos.
—Te
he traído al que una vez fue nuestro hogar, tan solo eso. Te dije que haría lo
necesario para que te dieras cuenta de cuan única eres para mí –empuñé mis
manos contra su pecho, tirando un poco de su camiseta.
Esas
palabras tan solo hacían que me rindiera, pero la imagen de Alex acabando con
el otro vampiro, Fréderic, no se irían con tanta facilidad.
Miré
hacia un lado, no podía encararlo.
—Victoria
–susurró en mi oído. Me estremecí –me mirabas como si te fuera a hacer daño en
cualquier momento –se alejó un paso de mi, dándome espacio.
—No
me has dado tu mejor imagen estos días –me estaba controlando de una manera
sorprendente, solo deseaba saltar a sus brazos, pero esta vez no podía, quizás
incluso él estaba tratando de distraerme para que cayera en sus redes como
siempre lo hacía.
—No
digas eso, por favor –lo miré, por su expresión sabía muy bien que le dolía
como yo lo trataba.
Levanté
mi mano hasta su rostro, acaricié su mejilla sin dejar de observar esos oscuros
ojos. Tan profundos ¿Qué secretos escondería? ¡Cómo deseaba poder entrar a su
mente! Necesitábamos eliminar a Cristóbal. Le exigiría a Alexander que me dejara
entrar a su mente por completo.
—Es
mejor que sigamos –me gire hacia la luna y comencé a caminar –si me quieres
mostrar algo y hacer algo provechoso este largo viaje, es mejor que lo hagas
esta noche ¿entendido?
Caminó
a mi lado unos segundos y para mi sorpresa, rodeó mi cintura y me acercó a él.
—Te
amo –dijo para después apoyar su boca contra mi cabeza.
Yo igual, tan solo me asustas.
Ese
fue el único pensamiento que pude tener en ese momento.
*w* aaah espero que les haya gustado el capítulo, realmente apenas hubieron comentarios en el anterior asi que creo que la historia está dejando de gustar, pero bueno, lo lamento por los demas y gracias por a quienes siguen aqui :D gracias por leer y comentar.
mi gatito alex ya no sabe dormir solito
ResponderEliminareste capitulo me ha hecho mejorar, esperando el proximo mmmmm
A mi si me sigue gustando aunq cada vez esto se vuelve más oscuro.
ResponderEliminarHola Dani!!!
Mira yo creo q muchas chicas se pudieron a lo mejor decepcionar un poco de q Alex volviera a sacar su vena malvada pero "¡Chicas el q sea guapo no significa q hay q perdonarle todo y el q ame a su esposa no lo hace un ángel (ángeles los de UAT jaja)!"
A mi me esta gustando esto porq si solo hubiéramos visto su parte tierna, se dejarían cosas inconclusas dentro de la historia. Esta semana estuve meditando sobre la historia y creo q apoyo a los rebeldes, q quede claro q todavía me choca Cristobal, pero esq no esta bien como actúan Alex y el consejo. No se puede seguir cn la ideología de siglos pasados, el mundo evoluciona y así ellos esten congelados la vida sigue avanzando. Yo estoy triste por Victoria por todo lo q le toca afrontar y la apoyo totalmente en su decisión porq Alex se va a seguir condenando de seguir en ese puesto y esta tan enajenado por seguir así q no se da cuenta. Por lo q estoy viendo algunos rebeldes le tienen algo de respeto a Victoria y ya quiero q lea la carta, quiero saber q es y también va a ser interesante conocer un poco de ciudad donde esta historia empezó.
Muchas gracias por el capitulo Mariposa.
Un beso y nos seguimos leyendo!!!
.
.
.
.
Por cierto extraño a Julie y Oliver, espero también los puedas actualizar pronto :)
ok...estoy confundida, tengo sentimientos encontrados, por un lado odio totalmente ver a Alex de esa forma, y por esa parte estoy de acuerdo con Victoria en que el debe dejar el cargo para siempre...pero por el otro lado, odio que ella piense en aliarse con los rebeldes...no se esto me supera, pero luego pienso:¿los rebeldes de verdad son tan malos?me confunde el hecho de pensar en que tal vez Alex no fue tan bueno en su puesto, haciendo cosas tan feas, viendo solo por una parte de la poblacion de vampiros...tomando la justicia en su propia mano, el vampiro ese sedio solo por que Vicky se lo pidio, o sea, pudo haber sido porque los rebeldes ven en ella una aliada, o una buena gobernadora?quiza creen que ella pudiera dar un nuevo rumbo a la forma de gobernar a los vampiros...o Cristobal dio ordenes de tratarla asi para que ella se una a el como se lo pidio antes...uuuu estoy vuelta loca con tanta teoria que se me viene a la mente.
ResponderEliminary que dice esa carta/sobre que encontro con la libreta?apuesto mi quincena a que es de Cristobal...pero muero por saber que dice¡¡¡¡
Siracusa¡¡¡ lo busque en google y es un hermoso lugar, pero yo pienso también que solo la llevo ahi para distraerla...pero ya que estan ahi...¿ella recordara mas cosas? recordara todo? el de verdad no conoce tan bien a Victoria como para saber que no esconderia la libreta en un lugar tan obvio a su vista? Dios Alex¡¡¡¡¡
en fin, en lo que sigo procesando todo esto, te dejo un saludo y espero que puedas actualizar pronto....quiero saber que pasara...que dice esa bendita carta...la libretita...y quiero volver a ver al gatito tierno de los primeros capis...como que no me gusta ver este lado malvado de el :(
no me gusta la actitud ni la forma de pensar de Victoria.... jajjajaja
ResponderEliminarOoo es como caminar dos escalones y retroseder 3 mas aa pero me encantan los dos quien sabe que otra faceta malvada mostrar alex ya lo quiero leer
ResponderEliminarAme el capitulo estuvo intenso dios desde el misterio y el medio hasta un momento dulce ya quiero leer el otro capi quiero saber que va a pasar con esos dos los amo pero son raros gracias por el capitulo estuvo muy bueno me encanto
ResponderEliminarLa verdad es que como que odio a Victoria en cada capítulo, se podría decir que soy team Alex! Jaja
ResponderEliminarHe leido el cap y estoy molesta con Victoria por su actitud sigue pensando de una manera muy humana para ser una Vampira apoyo que Alex deberia cambiar sus formas de Gobernar es cierto los tiempos cambian pero que tambien se ponga a penar que en cierta manera vengo a Marco y se lo tenia mereciodo por traidor aparte el estaba aliado a Cristobal directa o indirectamente la verdad no entiendo a Victoria que acepte que el no puede ser como ella Alex ha vivido mucho mas que ella y ha tendo que hacer muchas cosas ya sea por bien a para mal y en lo personal no me imagono a un Alex sin ser Gobernador no lo veo como alguien mas y viviendo eternamente como cualquier vampiro q eso es lo que desea Victoria lo cual como lectora no me gustaria que pasara una parte importante de Alex es que le gusta el poder y no concibo que se convierta en un vampiro mas..
ResponderEliminarAparte eso de que Victoria practicamente se esta poniendo en contra de Alex eso creo que esta sobrepasando su forma de actuar con Alex que no se le olvide que todo esto esta pasando es por su culpa por convertir a Cristobal y eso de usar su poder si fuera necesario para derrocar a Alex no me gusto para nada creo que si quiere que cambie Alex su manera de como llevar el poder ese no es el camimo que se deje de sentimentalismos y que se comporte como la pareja de Alex que le diga sus errores si y que le haga ver que esta mal y que juntos Gobiernen esa es la manera que deberia pensar Victoira .. Dani muy buen cap ya muero por leer el sig jajajaja
Danii que buen capi no me acordaba donde habia quedado pero igual lei este capi creo q estaba al dia porque nos eme izo muy raro espero q las cosas se solucionen luego y q encuentren a cristobal y q todo vuelva a la normalidad
ResponderEliminarANEL...
ResponderEliminarYa como que Vickiy esta muy remilogosa, si ok Alex fue cruel pero fue necesario ademas, que creia Victoria? que en las Guerras o Rebeliones no habia muertos?? apoco cree ella que los rebeldes se tentaran el Corazon y no los vana torturar si los atrapan? osea la Vicky si es demaciado inocente ademas que ya no mes esta gustando que ella se una a los rebeldes no se me da cus cus....
ANEL...
ResponderEliminarHAA SE ME OLVIDO DECIR ALGO ...
Acaso Victoria no queria ser parte de la vida de Alex?? osea el tiene que ser cruel para poder gobernar o no?? a lo mejor si ella e enseÑa de nuevo la piedad el podria aprender ya que lleva muchos aÑos perdiendo parejas y ademas que ha sido traicionado muchas veces no entiendo a Vicky hahahahahah me voy a vlver locaaaa jajaj
Amo esta historia y no importa que seamos pocas por favor no dejes de escribirla....
Que sadico es Alex. Yo estaria igual q victoria toda asustada. Alex me sorprende a veces :S y asusta xD aunq es muy sexy xD.
ResponderEliminarNo dejes la historia. Somos pocas pero buenas lectoras. Ademas la historia esta genial. Tampoco te olvides de ELDYLL :P
Daniii, que buen capítulo. Aprendimos unas cuantas cosas de Alex. El sí es lo más romántico-..... VICTORIA ABRÍ LOS OJOSSS!!
ResponderEliminarEstoy realmente enfadada con ella, de todas formas. ¿Acaso es tonta? ¿Como le va a esconder una CARTA a Alex? Si el la llegase a encontrar, la creería una traidora... ¿que si la carta es de Cristobal?
Aaaaay dios, cosas como estas me ponen de los pelos.
Quisiera encerrar a Alex y no dejarlo hacer nada más!! que deje de tener tantas sombras oscuras en su vida...
Quisiera encerrarla a Vicky con el, y que de una buena vez por todas, se terminen sincerando.. porque, son marido y mujer no pueden estar asi de lejos...
Dani, si queres te comento de 10 a 20 veces así después no te arrepentís de subir, porque se que a veces tus lectoras somos medias vagas, pedimos capitulo capitulo capitulo y te volvemos loca, pero después, ni comentamos... (me paso alguna vez, lo admito y lo siento mucho), pero es super importante que sepas que siempre siempre te leemos y nunca quedamos satisfechas porque siempre queremos más... y todo por tu loca imaginación que nos termina volviendo locas con tus personajes!! Espero que sigas escribiendo (y no solo hablo de esta historia) sino que cuando la termines sigas con nuevas historias, porque tenes una manera de escribir unica, que puede enamorar a mas de un lector.... y si no tenes más lectores que los de ahora, es porque nunca leyeron nada de ti y no te conocen, porque sino también sería adictos a voooooos!
Sigo fiel a vos Dani!!
Nos vemos en el próximo capitulo de la vida :)
Besos!!!
super! hacia rato que no me metia a ver esto... valio la pena, gracias dani DTB
ResponderEliminarWao Eve Talou(sorprendida en buena manera)...
ResponderEliminardani... después de demonio blanco (q todavía no termine de leerlo), vengo acá. omg, me estoy obsecionaaandooo, fue lo q me entretuvo en vacacione, gracias x eso, pero x faaaavooooor, hace algo con.vicky, q está fría,no ve q alex hace todo pRa poder recuperar el poder, al igual. ella ayudar a los demas. es su personalidad, aunq últimamente está sacando lo mejor de alex, está siendo tan tierno!!! q te empalaga ya. bueno, lo dejó acá x estoy desde el cel y es un odio escribir
ResponderEliminarYeih al fin pude ponerme al dia!! He estado muy ocupada! jaja Me encanto este cap y pienso que Alex me da miedito igual jajaja esta safado en serio! jajajaja
ResponderEliminarPienso que Vicky esta en lo correcto en imponer un nuevo regimen mucho mas traquilo y justo! :D
Espero que Alex cambie porque en serio es muy psicopata jaja... Quiero saber que dice el sobre y la libreta :3
Muy buen cap