Nos dirigimos hacia Julián Hunt. Un hombre de unos veinticinco años que
estaba llamando a Max para hablar sobre sus empresas…si, plural.
—Buenas noches –saludó Max, estrechando la mano de aquel hombre y besando
la mano de las dos mujeres que lo acompañaban. Maldito vampiro promiscuo y
coqueto.
—Buenas noches –dije sonriendo. No quería estrecharles la mano a esas
chicas porque no tenía idea de donde las tuvieron antes y sin duda no quería
tocar la mano de un vampiro desconocido.
— ¿Cómo han pasado su tiempo en la ciudad? –dijo Julián.
Lo miré sonriendo para que no sintiera la incomodidad que me estaba
atrapando. Noté su cabello rubio y un rostro realmente hermoso si no sabías que
era un vampiro. Su acento ruso era sin duda notorio y le daba una especie de
atractivo.
—Hemos llegado hoy –dijo Max muy serio. Asentí sin saber que tenía que
mentir, él no me había avisado nada. Max debería decirme cuando tenía que
esconder información.
—Lo sé, por eso pregunto. Creo que nadie deseara algo para cenar ¿no? –se
rio de una forma bastante agradable para mis oídos.
Todos sonreímos incómodos, ya que por mi parte necesitaba un gran plato
de comida porque había almorzado hace horas…y solo fueron unos fideos.
— ¿Lizzie, deseas comer o beber algo? –me preguntó Max, lo que me hizo
dudar si estaba leyendo mi mente.
—Agua…sería lo mejor –él asintió de tal forma que me dio a entender que
su pregunta había nacido de verdad.
— ¿Agua? –Llamó mi atención Julián –eso no es aceptable, si esto aún no
es una comida de negocios, es para conocernos mejor –levantó una mano y dos
segundos después llegó un garzón.
—Tráigale un Martini a las señoritas –alcohol sin comida no era una
excelente idea. Miré a Max y él frunció el ceño enojado.
—No –dijo Max –dos Martini y un Green Fairy, por favor –el garzón asintió
y se retiró.
Julián miró a Max.
—Interesante —las chicas se miraron entre ellas ante la respuesta de Julián.
—Muy bien, entonces, deseas que Blake Ltda. Apadrine tus empresas ¿no?
—Sí –respondió el vampiro desconocido.
—Bien, pero creo que debes esperar algunos resultados como para elegirnos
entre tantas empresas que hay, sobre todo aquí en Rusia –Julián levantó los
hombros.
—Veamos…necesito conexiones con América, así de simple, ustedes son
buenos. Me han recomendado al Sr. Ezequiel, cerraremos el trato. Esta reunión
no es precisamente para hablar de negocios, quiero ver la cara de quien le
cortara la cabeza a mi empresa…o le dará alas –al mirar mejor a Julián, el tipo
parecía un mafioso. Con su traje blanco y su mano derecha sobre la pierna de la
mujer de cabello rojizo. Me dio un mal presentimiento.
Trajeron mi trago y el de las dos mujeres, quienes sonrieron.
— ¿Qué es esto, Max? –él me miró, pero antes de responder lo hizo Julián,
lo que me desagrado.
—Gin Tanqueray, Sambuca italiano, ananá fresca y menta –volví a mirar a
Max.
— ¿Max? –incliné mi cabeza hacia la izquierda esperando una respuesta. Me
sorprendió que él me quedara mirando sin decir nada por unos segundos.
—Te gustara, pruébalo –tomé la copa y bebí un poco.
—Es rico —miré a nuestros acompañantes. Las chicas se miraban entre ellas
y Julián miraba a Max.
—Te lo dije —él se movió incómodo y miró de nuevo a Julián.
Desde ahí comenzaron a hablar sobre las ventajas que tendría aquel ruso
por estar bajo la tutela y guardia de Blake Ltda. Lo que hizo que varios tragos
siguieran llegando uno tras otro, aunque realmente exagero, llegaron dos más
luego del que me tomé, pero mis ojos estaban comenzando a pesar.
—Si me disculpan –me puse de pie para ir al baño. Aquellas chicas me
miraron y copiaron mi movimiento, supongo que todas iríamos al baño. Apoyé mi
mano en el hombro de Max, quien me miró, por un segundo su mirada de preocupación
volvió a sus ojos –voy y vuelvo —él asintió para seguir hablando con Julián.
Segundos después entré al baño junto con aquellas mujeres que me miraban
sonriendo.
—Mi nombre es Lara –dijo la rubia.
—Victoria –dijo la de cabello rojizo.
—Lizzie Green –no tenía la menor idea de que ellas hablaran mi idioma –un
gusto –pasé directo al baño porque necesitaba orinar. Minuto después salí y
Lara ya no estaba — ¿Dónde está Lara?
—Ha vuelto —asentí y después lavé mis manos — ¿Cómo lo has hecho? –la
miré sin entender.
— ¿Hacer qué? –tomé un poco de papel y sequé mis manos.
—Que él te mire así, eres la Elska
Evige del vampiro Max ¿no? —la miré incómoda.
— ¿Y eso tendría que respondértelo por qué?
—Yo soy la de Julián —boté el papel al basurero y la quedé mirando.
—Bien ¿de qué me estás hablando?
— ¿Cómo es que estás a solas con él? Julián está con otras mujeres
–enarqué una ceja.
—Max y yo no somos pareja, es una relación de conveniencia que durará un
tiempo –ella me miró triste. Lucía bastante preocupada, creo que no era la
única que estaba teniendo problemas con su vampiro y por lo que expresaba
Victoria, si situación era peor –se lo exigí… —confesé sin poder ocultar mi
situación por mucho tiempo. Ella parecía estar pasándolo mal.
— ¿Exigir?
—Sí, él estaba con otras mujeres, pero le dije que si seguía haciéndolo
no iba a pasar nada más entre nosotros –sentí como mis mejillas se sonrojaban.
Estar hablando de sexo con una extraña, no era nada cómodo.
— ¿Y él aceptó?
—Por algo estoy acá –ella asintió –ahora que estamos de confidentes ¿Por
qué se quedaron mirándonos cuando Max pidió mi trago? –sonrió nerviosa.
—No es nada del otro mundo, solo que nos sorprendió que él se preocupara
que te gustara el trago…yo odio el Martini —fruncí el ceño.
— ¿Y por qué no te vas de su lado? Por lo que me dices Julián no te trata
muy bien –ella asintió.
—Él es dulce a veces —muy bien, no era la mejor en esta conversación, ni
la más adecuada, pero esa frase no me gustó ni un poco.
— ¿Supongo que deseas confesar que él es un verdadero perro a veces, no?
–ella suspiró y sus ojos se llenaron de lágrimas. Saqué de aquel papel tan
suave que había en el dispensador y se lo pase antes que su maquillaje se
arruinara.
—Es como…bruto ¿así es la palabra?
— ¿Te pega? –la miré sorprendida.
—Cuando lo hago enojar solamente –abrí los ojos, sin poder creérmelo,
pero luego me sorprendí más cuando me di cuenta que Max igual…él igual me
había…golpeado al principio, aunque dudo que sea la misma forma que a Victoria.
Eso no quitaba lo grave que era la situación, de ambas.
—Él también lo hizo conmigo, fueron dos o tres veces, nunca más lo hizo
luego de que durmiera por dos días seguidos, supongo que se preocupó al darse
cuenta que se podía quedar sin una fuente de sangre –dije sonriendo.
— ¿Ya pasaste la primera fase? –Dijo sonriendo de forma muy tierna —Yo aún
no, él no sana sus mordida con su ponzoña –una mujer entró al baño,
interrumpiéndonos.
—Tú y yo vamos a conversar –tomé el brazo de Victoria y nos dirigimos
hacia donde estaba el bar, donde habían varios sofás con un hombre que tocaba
el piano de una forma increíble — ¿Qué has dicho? –pregunté cuando nos
sentamos.
—La primera fase, la ponzoña pasa a tu cuerpo…en la Elska Evige el cambio es más prolongado, es por eso que te debe ir
convirtiendo de a poco.
—Mierda —dije sin evitarlo — ¿Cuántas fases son?
—Tres… ¿estás bien? –dijo preocupada ante mi rostro. De seguro ahora
estaba pálida como un papel. Sinceramente ahora encontraba que mi respiración
estaba incontrolable, además de sentir nauseas.
—Tranquila –dejó su mano sobre la mía. Tuvieron que pasar minutos para
buscar algo con que olvidar lo que ella había dicho…tenía que sacarle más
información — ¿Él te trata bien?
—No es un príncipe azul, no tienes nada de que envidiarme —ella lucía muy
afligida — ¿Por qué no te alejas? –sonrió triste.
—Esa misma pregunta puede ir para ti ¿no?
—Yo lo haré…solo que aún no es el momento.
—No puedes –me miró sorprendida —Eso le haría daño –enarqué una ceja.
—Lo dudo, él es muy fuerte.
—Pero ustedes, se miran como si se am…
—Alto ahí —levanté una mano para que se callara –mira, no confundas las
cosas, además tú no sabes nada. Ahora dime ¿Cómo te has enterado de las fases y
esos datos?
—Mi madre fue una Elska Evige…dejó
a mi padre por irse con un vampiro –demonios ¿esto era más usual de lo que
lucía?
—Dime ¿Qué más sabes? Yo no estoy rodeada de personas que están con
vampiros –ella asintió.
— ¿Sabes por qué su libido sube más cuando estamos cerca, tanto para él
como para ti? — ¿eso sucedía? Bueno…Max no era bueno controlando sus manos
cuando estaba a mi lado. Negué ante su pregunta –es porque cuando están con
nosotras se sienten más completos, la maldición o bendición de ser una Elska Evige va más allá del vampiro y el
o la humana es una parte muy importante para poder atravesar el mundo por una
eternidad…tu eres más importante de lo que te imaginas, esa es una de las
razones de las porque no puedo alejarme de Julián –tragué saliva. Todo lo que
me había dicho me dejó helada, por completo.
—Me estoy confundiendo ¿estás diciendo que Max me necesita?
— ¿Qué propósito tiene el beneficio de la eternidad si estás solo? El
creador tiene el vínculo con su pupilo, pero es mayor el vínculo que existe
cuando el creador por fin encuentra a aquella persona que es su aroma
favorito…desde ahí el vampiro no puede volver a convertir a alguien más porque
al fin ha encontrado a su Elska Evige –la
miré en shock ¡Dios santo! ¡Esta mujer me estaba dando más información de la
que he recibido en todos estos meses!
— ¿Y qué sucede si la Elska Evige
lo deja? ¿Qué sucede si la mata? Hay más de una…Max mató a la primera –ella
frunció el ceño.
— ¿La asesinó?
—No se dio cuenta, recién había sido convertido…era un neófito —ella me
miró apenada.
—Siempre hay solo un aroma para el vampiro. Julián tiene unos 7 años de
vampiro, usualmente no nos encuentran temprano.
—Imposible, Max ya mató su aroma anterior y yo soy su Elska Evige —ella asintió.
—Los aromas van relacionados con el alma de las personas, ese estilo de
pureza atrae a los vampiros, necesitan a alguien que sea bueno y comprensivo
para que ambos atravieses la eternidad, uno al lado del otro –la miré
extrañada.
—Créeme, ya no queda nada de esa Lizzie, pero explícame sobre las dos Elska Evige –ella negó.
—No hay dos Elska Evige, cada
alma es única y para un vampiro solo existe una.
— ¡Pero Max mató a la anterior!
—No hay dos –rodeé los ojos. Estúpida rusa –quizás hay una en diferentes
tiempos… —mi garganta se secó al escucharla.
—Eso es imposible.
—Sí y los vampiros no existen…para el resto de la humanidad.
—Max tiene que estar equivocado conmigo –apoyé mi cabeza sobre mis manos.
—Muy pocos vampiros entienden sobre lo qué se trata la Elska Evige cuando recién la encuentran,
por eso es una relación un tanto…enfermiza, te quedas al lado de él siendo que
te trata mal, pero sabes que algo tiene que suceder para que cambie su forma de
ser, ellos son todos brutos como vikingos que toman cualquier animal y creen
que es de su propiedad…sobre todo los vampiros antiguos —y Max era una momia
–supongo que te ha dicho muchas veces “Eres
mía” –asentí, esta chica me estaba dando miedo, era como estar hablando con
un vidente, que no mentía –bueno, literalmente eres suya, ya que después de que
estás marcada, no puedes ser tocada por ningún vampiro, sin embargo, como dice
en los libros, la entrega que tiene la Elska
Evige hacia el vampiro es lo que la hace realmente “suya”
— ¿Libros? –la miré sorprendida.
—Vengo de una larga línea de generaciones de Elska Evige…los hombres de mis antepasadas no son nada felices que
digamos, siempre un vampiro llega a robarlas, por lo menos a la mayoría.
— ¿Qué sucede con los rusos? –pregunté sorprendida.
—Los vampiros son originarios de aquí —la miré asustada, tanta
información me estaba dejando en blanco –podría prestarte algunos para que
sepas más sobre…
— ¿Hay algún problema? –los ojos de Victoria se abrieron asustados
mientras que yo sentía una gota helada correr por mi columna al escuchar esa
voz.
Me giré y miré a Max quien parecía bastante molesto.
— ¿Es qué tendría que haber un problema porque estoy hablando con
alguien? –dije armándome de valentía.
—Se han demorado en volver.
—Puedes ver que no estamos en el baño ¿no? –él frunció el ceño.
—Vamos, no puedes estar sola como si nada aquí en Rusia –Victoria asintió
y se puso de pie.
Rodeé los ojos y tuve que irme detrás de los dos, pero antes de irnos con
Julián tomé con rapidez el lápiz que tenía un garzón en su camisa. Miré al
chico y le guiñé un ojo, él sonrió de inmediato, pero escondí el lápiz antes
que Max mirara hacia atrás y viera con ojos asesinos al garzón.
Estuvieron hablando un poco más de negocios y todo término, quedando en
el acuerdo de verse de nuevo mañana. Max se comenzó a despedir de Victoria y
Lara, mientras yo me despedía de Julián.
—Lavanda… —dijo sonriendo. Max lo quedó mirando con verdadero odio,
momento que aproveché para despedirme de Victoria y escribir el número de mi
celular antes de que nos descubrieran. Ella asintió y todos nos separamos para
irse por sus caminos.
Con Max nos fuimos al ascensor en completo silencio, hasta que entramos y
nos quedamos solos.
—Veo que hablaste con Victoria.
— ¿Cuánto escuchaste?
— ¿Cuánto crees que escuché? –lo miré enojada.
—No me gusta que me escondan información Max y lo has hecho muy bien…eres
un excelente mentiroso, felicitaciones –él me miró frunciendo sus labios. Sus
ojos estaban negros.
—Es algo complicado.
—Hijo de puta ¡¿Fase uno?! ¿Es en serio? ¿Me estas convirtiendo en uno de
los tuyos sin mi consentimiento?
—Te dije que eras mía.
— ¿No escuchaste la última parte de lo que dijo Victoria? Nunca voy a ser
tuya Max –las puertas se abrieron y salí rápidamente de ahí porque mientras le
discutía me estaba concentrando más en sus labios que en lo que estaba
diciendo.
— ¡Lizzie! –gritó antes que entrara a mi habitación. Me giré y lo quede
mirando.
—Ya sé muy bien lo que te estaba pasando horas atrás y porque puedes y no
puedes leer mi mente –él se acercó a mí por lo que no quise quedarme atrás y
avance hacia él –es tu puta conciencia la que no te deja tranquilo “No te preocupes, no por mi” no te mereces
ni siquiera que te dirija palabra alguna Max…eres un maldito cerdo, me pudiste
haber dicho algo ¿ahora tengo alguna solución? ¿Fase uno? ¿Me estas
jodiendo? —Max puso atención en mi boca
cuando me quede en silencio –debes revertirlo o no beberás de mí otra vez en tu
infeliz vida –miré sus labios que se entreabrían para decir algo, pero no
formulaban palabra alguna –Y no te atrevas… –dije ahora susurrando con mis
latidos más acelerados –a bes… —dije aquello muy tarde.
Tomó mi rostro en sus manos y llevó sus labios a los míos. Empujándome
hacia mi habitación mientras su lengua jugaba con la mía. Al entrar me tomó
desde el trasero y me levantó para que rodeara mis piernas en su cadera, lo
hice con dificultad por culpa del vestido, pero él me sentó en un mueble donde
había dejado un poco de ropa.
Max se deshizo de mi vestido, rompiéndolo desde la parte de mis pechos
hasta el final. Lo quede mirando sorprendida, pero después me desconcentre al
sentí su mano contra mi pecho y sus labios contra los míos, provocando que mi
cuerpo comenzara a arder por sentirlo.
Gemí suavemente cuando tiró de mi labio inferior en un beso mientras se
deshacía de mis bragas. Me quejé cuando sus caricias en mis senos eran más
bruscas. Apoyó su cabeza en mi cuello besando aquella zona mientras su mano
desabotonaba su pantalón liberando su erección, aproveché aquel momento para
poder sentir su cabello en mis manos, sensación que me encantaba.
—Lizzie… —dijo cuando tocó mi entrada con su miembro. Rodeé su cadera con
mis piernas para poder sentirlo en mi cuerpo. Me queje cuando salió de mí para
volver a entrar con fuerza. Sus embestidas comenzaron a provocar que mi espalda
chocara contra la pared al mismo tiempo que el mueble lo hacía.
Max seguía apoyando su cabeza en mi cuello sin poder ver su rostro.
—Max —me quejé cuando sentí que mi cuerpo iba a estallar en llamas por
las arremetidas de él, que me dejaban esta vez una sensación extraña,
exactamente como había sido todo este momento.
Mi espalda se arqueó involuntariamente al sentir como aquel fuego que se
concentraba en mi vientre era liberado por completo, llevando a Max a su propia
liberación. Mi respiración estaba fuera de control y Max seguía apoyado sobre
mi hombro, eso solo provocaba una mezcla de emociones que no podía identificar.
Sin embargo, todo el placer y satisfacción se fueron apaciguando cada
segundo que transcurría a su lado, dejándome ver la realidad de lo que
realmente sucedía entre nosotros.
—Ya has obtenido lo que deseabas –lo empujé para que separara de mi
–Victoria me explicó lo que significaba esto, ya lo has hecho…aléjate –él levantó
su cabeza y me miró.
Sus labios se entreabrieron para decirme algo, pero solo fue la intención
porque no dijo nada. Simplemente se separó de mí, arregló su ropa y se giró
para después desaparecer por la puerta.
Demonios, este no había sido uno de mis mejores días. Esperaba que mañana
cuando llamara a Victoria mis días fueran mejorando.
Wooooow este Max es un malulo
A eso le llamo sexo duro contra el muroo papiii xD okya.
ResponderEliminarLizzie eres una bipolar ciega que aunque el.mismo demonio quiera cambiar contigo es imposible -.-
Ohhh si... Bueno, después de ese tipo de información y la forma de terminar la noche, yo no estaría enojada... Pero el cerebro de Lizzie funciona diferente, no???
ResponderEliminarBesos gigantes!!!
XOXO