“Vidrios”
Cerré mis ojos con fuerza, sin poder responder a lo que Max me había
dicho, aunque no tuve la capacidad para hacerlo cuando sus manos recorrieron
mis piernas desnudas hasta que sus labios se acercaron al interior de mi muslo
izquierdo, para después exponer sus colmillos y atravesar mi piel.
La corriente eléctrica que sentí desde ese punto hasta cada extremo de mi
cuerpo fue sublime, mi espalda se arqueó sobre la cama y deseé cubrir mi rostro
con la almohada para que él no pudiera ver mi expresión de profundo placer que
esta causaba su mordida, más aun siendo en una zona tan erógena como esa.
¿Había tomado en cuenta mi opinión sobre cambiar la zona de mordida? Eso
no me agradaba, significaba que estaba teniendo cierta consideración que no
ayudaba a fomentar mi odio hacia él.
Max se separó sin antes pasar su lengua por donde había mordido, lucía
extasiado, sus labios estaban manchados con mi sangre y realmente lucia un
tanto descontrolado con esos ojos negros muy profundos.
—Demonios, han pasado muchos días –recorrió su lengua por sus labios,
limpiando todo rastro de sangre que había en ellos mientras yo lo observaba sin
poder decir palabra alguna.
Por lo visto de verdad había pasado demasiado tiempo sin beber de mi
sangre, pero aun así bebió poco comparado a otras veces donde se pasaba unos
eternos segundos bebiendo.
Max rodeó mi pie de nuevo y me acerco a él hasta que mis piernas quedaron
fuera de la cama, haciendo que volviera a la tierra por aquel movimiento tan
inesperado. Se inclinó hacia mí y atrapo mis labios haciendo que mi cabeza se
fuera a otro lugar.
Sin previo aviso mis labios se estaban moviendo contra los suyos,
respondiendo.
Ni siquiera me di cuenta de que mis manos rodeaban su cuello para
acercarlo a mí, mientras que avanzaba en la cama para que ambos estuviéramos
sobre ella. No fue hasta que sentí su fría mano en mi cadera que desperté de
aquel ensueño.
Max me seguía besando provocando la misma reacción, prácticamente
dejándome a su total disposición, pero me obligué a abrir los ojos. Esto estaba
mal, no podíamos ser tan compatibles en la cama y tan desagradables fuera de
ella.
—No —lo alejé solo unos centímetros, no era fuerte como Emily. Mis labios
ardían por volver a sentir los de Max, es más, hasta mis ojos se llenaron de lágrimas
al no tenerlo. Es como si me hubieran quitado mi dulce favorito –Esto no tiene
sentido, yo te odio —dije alejándome de él –no tengo porque ayudarte si tienes
hambre…ni tampoco aceptarte —Max me quedo mirando muy serio –además tu ni
siquiera deberías estar aquí, Tara dijo que te ibas a donde tus padres –casi
podía ver la ira de Max por lo que estaba haciendo.
¿Es qué acaso se estaba controlando?
—Estoy contando hasta cien para no… — ¿estaba leyendo mi mente? No, imposible,
él había dicho que no.
Observé sus labios y debía ser lo bastante honesta para decir que me
encantaban, pero no me podía guiar por eso. Además Max me estaba mirando con
odio.
— ¿Por qué crees que pararé en este momento? ¿Cuando ya me pusiste duro?
–abrí mis ojos sorprendida por lo que dijo. Max era tan directo que me dejaba
sin palabras.
Era cierto, él nunca se detenía
cuando yo lo pedía ¿Por qué iba hacerlo ahora?
—Porque estás raro –respondí sin pensar –y cuando eso sucede haces cosas
excéntricas, como hacerme ese té –dije mirando hacia la mesa de noche donde
estaba aun la taza –el rostro de Max se endureció aun más.
—Entonces debería actuar con normalidad –volvió a tomar mi pie y acercarme
a él.
—No.
Claro que no era mejor si era normal, así era malo y desagradable, en
cambio cuando estaba “raro”… bueno, era completamente un desconocido, era como
el Max que me acosó en la oficina, era misterioso, pero inofensivo, el Max
normal, era malvado, realmente peligroso, pero atrayente ¡Dios! ¡Max era una maldita
invitación peligrosa que no podía aceptar!
—Ya veo —dijo ahora mirándome burlón –debes serle fiel a tu noviecito,
Noah ¿o me equivoco?
¿Noah? ¿Qué tenía que ver Noah en todo esto?
—Noah es mi amigo, me ayuda a salir de este infierno y no sé porque te
estoy dando explicaciones.
—Los amigos no se besan —dijo mirándome fijamente.
—Basta con eso, creo que ya me castigaste si mal no recuerdo ¿cierto? –él
miró hacia arriba como si haciendo eso pudiéramos olvidarnos del tema, pero luego
volvió a mirarme.
—No quiero hablar, ahora quiero tener sexo contigo, tan simple como eso.
Me volvió a acercar hasta él sin ningún problema, quedando sobre mí, pero
dejé mis manos en su pecho para que no avanzara más, quedamos frente a frente,
sus labios solo estaban a uno o dos centímetros de los míos, pero volví a
mirarlo a los ojos, quedándome intrigada. Si hasta pareciera que pudiera ver lo
que pensaba a través de ellos.
—Tan simple como esto –hice mis manos un puño cuando dijo eso.
—Te estás deteniendo porque yo lo hago –él frunció el ceño al escucharme
— ¿es qué acaso estas teniendo consciencia de tu comportamiento? –él sonrió
curvando sus labios.
—No sueñes, Green, solo no puedo leer tu mente —lo miré enojada.
—Estás mintiendo, la primera noche pudiste leer mi mente y no paraste,
siendo que yo te rechace por completo.
—Solo hasta cuando te besé ¿no lo recuerdas? –de inmediato comencé a
pensar en aquel momento, en cómo se había apoderado de mi sin siquiera
consentirlo. Había sido un idiota.
— ¿Qué quieres decir con eso? No tiene relación con lo que estoy
diciendo.
—Quiero decir que aunque salgas con alguien más, que aunque me puedas
alejar o puedas ver a través de mis ojos –me tensé ante lo que dijo, eso era
exactamente lo que podía hacer –tu… –podía sentir sus labios en aquel roce
–sigues siendo…mía –volvió a besarme, dejándome completamente desorientada.
Comencé con mi lucha mental para despertar del sueño a donde me llevaban
sus labios y por alguna razón pude hacerlo.
— ¡No!
Lo empujé con todas las fuerzas que encontré y no tengo idea que
movimientos nos prosiguieron, pero quede sentada sobre Max. Lo quedé mirando
asombrada, era la primera vez que tenía una perspectiva de su rostro desde
aquí. Me fui de inmediato a sus manos para que no me hiciera bajar.
Ambos nos miramos sorprendidos por lo que había hecho, pero eso paso a
segundo plano al sentirme poderosa desde este ángulo. Mirando desde aquí a Max,
viendo como no era capaz de decir nada.
—Esto no me agrada –dijo de un segundo a otro al no ver reacción de mi
parte. Se movió de tal forma que quede sentada a su lado en la cama.
— ¿Tu actitud tiene otra historia más? –pensé en quizás tenía algún
problema con que alguna mujer estuviera sobre él.
—No, solamente me gusta dejar en claro quien tiene el control –me miró de
soslayo, llevando lentamente su mano a mi pierna, pero lo detuve antes de que
tratara de hacer algo más.
—Vete de aquí, vampiro –sonreí al notar por sus ojos que aquello le había
dolido. ¿Quién se creía Max Blake? –Estás en desventaja.
Se puso de pie y se fue de la habitación.
Claro que estaba en desventaja, si él había dicho que yo era capaz de
leer sus ojos, eso quería decir que ahora si le decía algo o trataba de ver que
pensaba, por lo menos sabría que sentimiento era el que lo abordaba ¡Dios! Esta
era mi llave para la libertad.
Max era demasiado orgulloso como para permitirme saber que hay en su
mente. La duda era en qué momento comencé a tener esa ventaja ¿Qué sucedió durante
estos días que pude lograrlo?
Después de un tiempo de no poder soportar el hambre que tenia, fui a la
cocina a prepararme algo. Agradecí que no estuviera Max. Sonreí, esto podía
salir bien después de todo, creo que era su turno de perder y mi oportunidad de
lograr mi libertad.
Me apoyé en la nevera comiendo una manzana luego de llamar a la cocina
del hotel para que me trajeran algo para comer. No podía dejar de pensar en la expresión
de Max cuando estaba sentada sobre él, era una mirada que me agradaba bastante,
estaba totalmente sorprendido.
Mi celular comenzó a sonar sin permitirme analizar un poco más lo que
sucedía con Max en aquel momento.
— ¿Diga?
—Doncella en apuros, quiero que me ayudes –sonreí al escuchar la voz de
Noah.
— ¿No deberías tú estar ayudándome? –Escuche su risa al otro lado de la
línea — ¿Qué sucede?
—Estoy aburrido.
—Ya veo, bueno somos dos.
—Entonces sería una ayuda recíproca –miré la hora en el celular y no
pasaban las seis de la tarde.
—Bien, a las siete en el edificio en el Gran Hotel ¿sí?
— ¿Ahí?
—Si…tengo que hacer algunas diligencias y nos encontramos en la recepción.
— ¿A las siete?
—A las siete –dije completamente arrepentida de lo que había dicho, no
había pensado si Max podría hacerle algo a Noah.
—Muy bien, entonces nos vemos, adiós.
—Adiós —dije susurrando.
Noah cortó y yo me quede de una pieza, asustada por si Max podía hacerle
daño, pero ese miedo desapareció al verlo cruzar hacia el ascensor.
—No hagas planes a todo esto, vendrán Teresa y Ezequiel a las nueve –sin
más se metió al ascensor.
¿Me habrá escuchado? ¿No le importaba que saliera con Noah?
Corrí hacia él para que me explicara algo…o para ver su mirada, pero no
alcance a hacer nada, él ya no se encontraba en el piso.
“A todo esto” ¿eso me indicaba
que si sabía de mis planes con Noah?
Me trajeron la comida y estuve en
silencio comiendo, por poco casi podía escuchar los engranajes en mi cabeza,
tratando de descubrir todo lo que sucedía. Max estaba tan extraño y realmente
no lo conocía como para saber que le pasaba. Él era un completo desconocido
para mí, a pesar que por un segundo pensé que me estaba dando más información.
Cuando me besó como esa vez, teniendo cuidado y como si fuera otro Max,
me había engañado.
Fui a lavar mis dientes como un verdadero robot para después salir del
piso, pensando en lo que había dicho Max, que no hiciera ni un plan ¿Por qué no
me dijo explícitamente “No salgas con
Noah”? ese era su estilo, pero esta vez me había recomendado que no hiciera
planes.
Estaba divagando en detalles inservibles.
Llegué al primer piso pensando en los últimos sucesos con él, sin duda ya
no estaba siendo el Max abusivo que era siempre. Algo pasaba y era mucho antes
de que él me hablara de su patética historia, pero no tenía idea que podía ser.
¡Demonios!
— ¿Lizzie? –mire a quien me llamó. Thomas.
—Buenas tardes, Sr. Scott –dije sonriéndole, él frunció el ceño.
— ¿Qué sucede con el Sr. Max? Está un tanto…extraño –suspiré ante su
pregunta.
—Eso mismo he estado pensando, pero no puedo descubrir que es.
— ¿Es verdad que él ya no puede leer su mente? –fruncí el ceño ¿Cómo
sabia eso Thomas? –Tara me lo dijo –respondió ante mi expresión de sorpresa.
—Así es ¿sabes algo al respecto?
—No –dijo negando –esos temas están fuera de mi conocimiento, ni me
interesan, yo no voy por ese camino como Tara, solo soy un humano trabajando
para vampiros –levantó los hombros, quitándole importancia.
— ¿Él no te ha dicho nada? –negó.
—No soy realmente su confidente, solo su empleado fiel —quedé pensando en
lo que dijo ¿Quién era el confidente de Max?
— ¿Crees qué James sea el confidente de Max? –él lo pensó unos segundos.
—James es más el amigo con el cual sales en la noche, de fiesta en fiesta
—asentí, ese mismo pensamiento tenia de él, James no era malo, pero sin dudas
no era el mejor amigo de Max ¿Quién lo seria?
Mi celular comenzó a sonar y vi que era Noah.
—Nosotros no nos conocemos desde ahora en adelante –le dije a Thomas
quien me miró confundido.
— ¿Noah? –conteste más animada que hace dos segundos.
—Estoy por llegar ¿estás ahí?
—Sí.
—Muy bien, nos vemos —sonreí a la idea de volver a pasar un tiempo con
Noah. Corté y miré a Thomas.
—Es un amigo, que no tiene idea de Max, así que tampoco de ti, espero que
comprendas –él me miró curioso.
— ¿Amigo? ¿El Sr. Max sabe de esto? –Asentí –esto ha empeorado, está
demasiado extraño, no te dejaba hablar conmigo y ¿ahora te deja salir con otro?
creo que ya sé por dónde va todo esto –dijo dando media vuelta para irse, pero
tomé su brazo, quedando consternada al escucharlo.
— ¿Lo sabes y no me vas a decir? –él negó.
—Soy un empleado leal, creo que te tocara descubrirlo por ti sola, es
demasiado obvio como para que no lo veas.
—Pero Thomas –él miró mi mano en su brazo.
—Lo siento, vaya a su cita – ¿vaya? ¿Por qué me estaba tratando de usted
de nuevo?
Solté su brazo lentamente hasta que quedó liberado de mi agarre. Thomas
se fue hacia el interior del hotel, dejándome helada por su actitud ¿Por qué
estaba enojado? No creo que haya estado celoso, él tenía claro que yo solo era
su amiga…creo, si, era imposible que estuviera celoso, más parecía como si
estuviera molesto conmigo por Max.
“Lo siento, vaya a su cita” ¿se
molestó porque cree qué engaño a Max? Pero eso no es así…alto, yo no tengo nada
con Max como para estar traicionándolo, esto es estúpido.
¿Por qué me preocupo de este estilo de cosas?
— ¿Lizzie? –me giré hacia la puerta y vi que estaba Noah mirándome
curioso. Se acercó a mi — ¿Qué haces aquí adentro?
—Necesitaba el baño, me lo han prestado amablemente –él me sonrió y sin
previo aviso tomó mi mano de nuevo.
Me observó unos segundos para ver si le decía algo, algo que le indicara
que me molestaba ese acercamiento. Miré nuestras manos y lo que menos pude sentir
fue desagrado, se sentía bien, me sentía ¿segura?
—Muy bien entonces –dijo tomando una postura normal, sin soltarme –es
hora de que salgamos para ir a la feria que hay en el centro –lo miré con los
ojos abiertos.
— ¿A la feria?
—Sí, la de juegos ¿es qué nunca has ido a una? –sí, lo había hecho, pero
su panorama era muy diferente a lo que había pensado.
—Debo estar libre antes de las nueve –no le gustó la noticia por lo que
noté en su rostro.
—Entonces mejor nos apresuramos –asentí ante su ánimo.
Por lo visto era lo suficientemente maduro como para no enojarse porque
las cosas no salían a su gusto, como cierto vampiro que conocía.
Salimos del edificio, miré a todos lados esperando a ser detenida por Max
o viendo si alguien podía herir a Noah, pero nada ocurrió, gracias al cielo.
—Entonces ¿Qué cita sigue después de la mía? –dijo Noah concentrado en
manejar, pero se notaba bastante
cauteloso en esa pregunta. Sonreí, estaba siendo astuto.
—No tengo ninguna cita, es más…una reunión –él frunció el ceño.
—Blake vive en el Gran Hotel –asentí.
—Fui a dejar unos papeles y a confirmar la hora que será la reunión...además
de usar el baño.
— ¿Un día domingo? ¿Solos? –sonreí.
—No pienses mal, no estaremos solos, eso sería raro. Han vuelto el Sr.
Ezequiel y su esposa…es una reunión para ver cómo va todo y tengo que estar
presente, soy la secretaria de ambos.
—Ya veo, debes ser buena en lo que haces Lizzie –dijo mirándome
emocionado mientras doblaba en una esquina.
—Supongo…
—Nada de suponer, que seas la secretaria de la autoridad máxima de una
compañía tan importante como lo es Blake Ltda. Y además participar en reuniones
privadas, que es casi como una reunión familiar en este caso, es importante
—empecé a jugar con mis manos, nerviosa –eres grandiosas, deberías saberlo, siempre
es bueno recibir halagos.
—Mi ego se irá a las nubes, no sigas que me bajare del auto y me iré por
uno mejor –dije bromeando, pero mire a Noah al no escuchar respuesta de mi
broma, por lo visto no fue graciosa.
Además mi excusa era una mentira, esos halagos no correspondían.
—De verdad eres grandiosa Lizzie, presiento que no eres buena recibiendo
adulaciones.
—No –dije bastante seria.
Claro que no era buena recibiéndolos, había pasado toda mi infancia y
adolescencia viendo como hacia todo mal y era castigada por ello. Tragué saliva
y pensé en otra cosa, no me iba a deprimir por el pasado.
—Bueno, quiero que lo sepas —sonreí nuevamente nerviosa, esta vez
sonrojándome. No siempre estaba con un hombre como Noah, diciéndome cosas
lindas.
—Muy bien, basta que me avergüenzas —él me sonrió, sabiendo que provocaba
que me sintiera apenada ante sus palabras.
—Es mejor que vayamos a pasar un buen rato ¿no?
—Eso sí suena mucho mejor.
Apagué el celular, acción que Noah notó, pero le expliqué que no iba arruinar
mi tiempo en la feria por estar atenta a aquel aparato, estuvo bastante
satisfecho con mi respuesta.
Solo tuvo que pasar un tiempo para poder llegar a la feria.
—No lo puedo creer –dije asombrada a lo gigantesca que era esta.
—Veo que te ha gustado.
— ¡Es Maravillosa! –bien, había salido con Sophia años atrás a
ferias pero jamás habíamos venido a una
como esta, era increíble — ¡Vamos a los juegos! –sin siquiera darme cuenta o
analizar mis movimientos, tomé de la mano a Noah y comencé a caminar hacia la
montaña. Noah solo me siguió.
Y así comenzó una de las más maravillosas tardes que había tenido desde
hace mucho tiempo. Con Noah nos subimos a cuanto juego existía en la feria,
entramos a la casa embrujada, estuvimos en los autitos chocones, estuve dos
veces más en la montaña rusa, donde grite cada vez más fuerte. Fue increíble.
—Estoy atrasada –dije mirando mi reloj. Si que estaba atrasada, eran las
diez y media de la noche.
—Es mi culpa… —volvió a tomar mi mano y comenzó a ir hacia la casa de los
espejos.
—Te digo que estoy atrasada y ¿me llevas a la casa de los espejos?
—Si ya estas atrasada ¿Qué más da si llegarás tarde? Además Blake se las
puede arreglar sin ti un tiempo ¿no? –no respondí ante eso, ya que no quería
pensar en Max, eso solo me perturbaba y me quería concentrar en como lo estaba pasando
y en lo espectacular que era Noah.
—Supongo –presioné levemente más la mano de Noah, me sentía tan bien a su
lado, por eso no me había querido ir, era algo obvio, había notado que estaba
atrasada pero había tomado la decisión de no estar rigiendo mi vida según las
acciones de esos vampiros.
Si Max me amenazaba con Sophia y mis amigos, bien, él me podía mantener
bajo su techo, pero eso no decía a cómo me tenía que comportar, y claro, tenía
que responderle a Ezequiel porque era mi jefe, como también a Max, pero fuera
del edificio no tenía ninguna obligación hacia ellos, menos con Teresa.
—Son muchos Noah y Lizzie –dije notando todo los reflejos de nosotros que
habían a nuestro alrededor.
—Sí que hay muchos de nosotros —Noah movió una mano y
todos sus reflejos siguieron sus movimientos a la perfección. Él me miró de
reojo y luego volvió a mirar su reflejo — ¿Lizzie? –oh oh... Aquí venia algo
malo –hice algo que no debí haber hecho –dijo mirándome realmente preocupado.
— ¿Qué has hecho? –dije asustada.
—Quería saber mucho de ti…entonces, busqué algunas cosas en el computador
–fruncí el ceño de inmediato y solté su mano.
— ¿Me investigaste? ¿Has mandado a alguien a seguirme? –él negó de
inmediato.
—Solo fue información que saque de algunos registros tuyos —di unos pasos
hacia atrás, asustada de lo que pudo haber encontrado.
—Bien –dije enderezándome — ¿y qué hay de interesante? –él esquivó mi
mirada al notar lo enojada que estaba.
—Elizabeth Green —asentí –hija de Luke y Suzanne Green, separados,
viviste con tu padre toda tu infancia y adolescencia, en un lugar llamado
Danville, donde Luke creó su primera mini empresa de tuercas para después ir
creciendo y creciendo, hasta que vendió su empresa para luego dedicarte a la
bolsa y manejarse con acciones, comprando partes de diferentes imperios de la
economía e ir creando una de las mayores empresas internacionales en repuestos
de automóviles —tensé mi mandíbula al escucharlo.
— ¿Por qué me preguntaste si era hija de Luke Green, si ya lo sabías? –él
volvió a esquivar mi mirada.
—Solo quería ver si me dirías la verdad —me apoyé en uno de los espejos,
esperando a que no viniera nadie.
—Hombres y sus malos métodos de ver si una mujer confía en ellos –sin
evitarlo recordé a Max y su estúpida forma también de probar si yo era
confiable.
—Lo siento –dijo finalmente –prometo que no volverá a pasar.
—Claro que no volverá a pasar Noah, ya estoy cansada de tener a locos a
mi alrededor —dije enojándome y decidida a salir de ahí.
Camine rápidamente, pasando por su lado, pero Noah no me dejó.
Tomó mi mano y me hizo volver a verlo, su agarre como siempre, era
delicado. Lo quedé mirando sorprendida ante lo que estaba haciendo y más cuando
dio unos pasos hacia mí, obligándome a retroceder.
—Noah… —choqué contra uno de los espejos y luego…bueno, luego me quede
helada.
Noah apoyó su mano en mi cuello sin presionar, solo estaba dándome una
caricia mientras no dejaba de mirarme. Pasó su dedo pulgar por mis labios,
logrando que muchas mariposas pasaran revoloteando por mi estómago, pero sabía
que eran solo los nervios. Se acercó a
mis labios y sin más, me besó.
Dejé mis manos a mis costados, aun sin poder creer que Noah me estuviera
besando, ni siquiera podía responderle por la impresión, yo estaba desando
tenerlo de amigo, no de otra cosa. Sin embargo, no quería tener solo besos de
un vampiro psicótico en mi vida; si Noah, que era dulce y me trataba con
cuidado, deseaba besarme ¿Por qué me iba a negar si no lo hacía cuando el
sádico del Monstruo me besaba?
Llevé mis manos a sus lados, atrapando con mis puños su camiseta. Noah se
acercó más a mí, provocando que quedara atrapada entre el espejo y él,
sintiendo como sus labios se movían naturalmente junto a los míos, como su lengua pasaba por mi labio inferior y
de esa manera obtenía acceso completo a mi boca.
Mi corazón saltó con más fuerza al tener contacto con su lengua, lo que
también provocó que mis manos se contrajeran, demonios ¿me había investigado?
¡A quien le importaba! Su beso era mucho mejor que el que había recibido en ese
pub, así que no había sido el efecto del alcohol, es más, había pensado que él
tenía un sabor agradable por culpa de lo que había tomado, pero no era así,
tenía un sabor característico, era dulce…no podía saber con exactitud que era,
pero esto era inusual.
Desperté del ensueño donde estaba encontrada cuando él se separó de mí
con delicadeza, como si dejara en claro que lo estaba haciendo exclusivamente
por mí y no porque ya no deseara besarme.
—Tenía que besarte antes de que te enfurecieras y no te volviera a ver –lo
miré sin dejar de soltar su camiseta, sin poder decir nada, seguía sorprendida.
Lo único que podía hacer era sonreír para que supiera que mi enojo se había
esfumado.
—Eso fue... —fue completamente diferente a Max –Noah…
Le iba a decir que no estaba enojada con él, que aquel beso se había
sentido muy bien, pero un ruido muy fuerte hizo que Noah me rodeara con sus
brazos, protegiéndome con su cuerpo ante la repentina explosión que hubo en el
lugar.
Cientos de vidrios saltaron por todo el lugar, golpeándonos con fuerza.
— ¿Estás bien, Lizzie? –dijo Noah mientras seguía escuchando el sonido de
otros espejos que iban cayendo.
— ¿Noah? –traté de moverme para poder ver si estaba herido, ya que yo estaba sana y salva, gracias a él.
Me puse de pie empujándolo un poco y llevé mi mano a la boca al notar que
tenia pequeños trozos de vidrio incrustados en su camiseta, que ahora estaba
manchada con sangre.
—Oh Dios…
Miré hacia los lados buscando a alguien que nos ayudara, pero sentí un
balde de agua fría en mi espalda al ver un pedazo de espejo que quedo intacto,
dejándome ver claramente el rostro de Max enfurecido. Me volteé para buscarlo,
pero no había nadie, al ver de nuevo el espejo, ya no estaba.
— ¡Ayuda! –grité para que alguien llegara a donde nosotros.
Noah no lucía nada de bien.
Oh oh... todo mal
Triste o no, qquí es donde me metes en una encrucijada, por un lado me da rabia con ella, al mismo tiempo que me pone feliz.
ResponderEliminarRabia: a pesar de todo, me enoja que ella ve diferente a Max y aun así no haya detenido esto
Feliz: Máx desde el inicio merece saber que Lizzie no es sólo suya, Lizzie es linda y no es una estudia que sólo lo tiene a él. A pesar de haber pasado su vida entera Virgen, máx llegó a la vida de ella como si él fuera el dueño y señor de todo. Y Lizzie tiene derecho! >.<
Ya ves Dani, que encrucijada me mete esto
Cada vez más cerca ^-^
Jajaja me sigue encantado la historia, verdaderamente me sienyo como nueva y a la vez no,hay cosas que no recuerdo y aun así sé como va a ir todoo jajaja
Anda que me sigues encantado ^-^
Gracias Dani ^-^
#PorNavidad2CapitulosIP
Bueno, por lo menos Noah tiene su merecido, anted de saber lo malo que es!!!! Espero que duela demasiado...
ResponderEliminarBesos gigantes!!!
XOXO