“Celos
y más celos”
¿Qué demonios me estaba pasando? Ya no tenía idea si Max me estaba
manipulando o yo tenía mi cabeza demasiado confundida. Esto me estaba
sobrepasando, no puedo creer a lo que accedí hoy.
—Por fin –dijo Jennifer cuando dejé mi bandeja en la mesa y me senté.
— ¿Cómo has estado? –Sophia enarcó una ceja.
—Creo que esa pregunta va más para ti que para nosotras –dijo
sonriéndome.
—Lizzie, eres una picara, jamás pensé que tu harías ese estilo de cosas –Jennifer
me miraba sonriendo.
— ¿Qué cosas? –dije sin entender
—Creo que las tres lo sabemos –dijo Sophia –no te creía sobre tener una
relación abierta con Maximiliano, pero me lo has dejado clarísimo con el chico
de esa noche.
— ¿Noah? –dije sorprendida.
—Sí, Noah —dijo Jennifer –que lindo nombre, pero ¿Por qué te fuiste tan
rápido?
—Max me llamó –dije rápidamente –y bueno… ya saben.
—Wow… —Jennifer me sonrió –quiero una relación abierta con Arthur –reí a
carcajadas, eso solo sucedería en un mundo paralelo.
—Tú eres demasiado celosa.
—Y tu igual, por eso me sorprende que estés en una relación abierta –dijo
Sophia mirándome fijo a los ojos.
—Bueno, estoy en una, aunque mañana debo aclararle a Noah que no debe
equivocarse conmigo.
— ¿Mañana? –pregunto Jennifer confundida.
—Sí, hoy vino hasta aquí, es el representante de los ejecutivos de una
compañía importante, tenía una reunión con Max –dije sorprendida, aun no podía
creer mi mala suerte.
— ¡¿Qué?! –Sophia se veía tan sorprendida como yo –Dios ¿Max sabe algo de
ustedes?
—No, claro que no –dije no muy convencida.
—Lizzie —Jennifer no podía dejar de sonreírme. Creo que estaba un tanto
orgullosa de mí, no quería ni pensar en cómo estaba Nathalie.
—Sí, me invitó a almorzar mañana, así que acepté, dejaré todo claro con
él.
—Estoy en shock Lizzie, no confundas una relación abierta con estar
moviendo las caderas para adelante y atrás.
— ¡Jennifer! –dije riendo y sorprendida por su frase.
—Es verdad, es aceptable una aventura pequeña, como un beso o una noche
de pasión, pero no puedes seguir viéndote con él — ¿es qué se habían comunicado
con Max?
—Sí, tienen razón —dije pensativa. Realmente no estaba bien.
—Él puede ser un buen chico Lizzie, no juegues –me regañó Sophia, asentí
a lo que dijo. No solo Max estaba diciendo que acabara todo con Noah, eso me
daba otra perspectiva de la situación.
—Bien, no más charla sobre eso, es tiempo de comer, muero de hambre.
—Dudo que Max no sea el culpable de eso –dijo Jennifer riendo.
Ninguna siguió hablando de mi vida amorosa, gracias a Dios, por lo que el
almuerzo comenzó a pasar más rápido de lo que deseaba hasta que cada una volvió
a su trabajo. Me fui en el ascensor pensando en Max de nuevo ¿cómo sería el que
estaba tan bien escondido en ese malvado ser? Ese beso que me dio ayer no era
para nada un beso del violento y sádico vampiro, sino que era algo que mantenía
escondido, eso nadie me lo podría negar. Quizás si lograba sacar más esa parte,
él accediera a liberarme, abogando ante la nobleza que pudiera tener muy
escondido en su corazón.
Llegué a la oficina y ni siquiera me alcancé a sentar cuando Max me llamó.
Fui sin ningún problema, él estaba apoyado en el escritorio con sus brazos
cruzados y observándome de forma altanera, como si no hubiera en el mundo nada
más impresionante que él. Idiota.
— ¿Hablaste de tu conquista con tus amigas? veo que se sienten orgullosas
de que te estés convirtiendo en una cualquiera –bien, eso me debería ofender
pero esta vez dijo “convirtiendo”
Negué, estaba llegando a un límite peligroso.
— ¿Qué necesitas? –dije ignorando sus insultos.
—Tengo hambre.
No necesité más explicaciones, fui al sofá y me senté, no quería que me
sacara sangre mientras estaba de pie.
—Bien, hazlo —moví mi cabello hacia atrás y en un segundo él estaba a mi
lado.
—Pero no tengo hambre de tu sangre, tengo hambre de ti –lo miré
confundida –te dije que si eras mi única persona para tener sexo, ibas a pagar
las consecuencias.
—Pero estamos trabajando –dije alejándome de él.
—Eso no te importó en el ascensor ¿no? –No le dije nada, solo me sonrojé
al recordar ese momento. Usualmente trataba de bloquear aquellos recuerdos de
Max o sino mi mente comenzaba a traicionarme –Muy bien –dijo con suficiencia.
—No, no es correcto, esa vez fue completamente un ataque —él sonrió.
—Un ataque que te gustó bastante.
—Max, detente —dije segura.
Traté de pararme y escapar de esa trampa que iba a acabar conmigo en
cualquier segundo, pero Max me detuvo, dejando su mano en mi cintura y
recorriendo mi cuello con su nariz mientras que sus dedos se aferraban a mi
cintura.
–No, esta es la oficina del Sr. Ezequiel –susurré cuando su otra mano
ahora estaba subiendo por mi pierna, lo detuve, dejando mis manos sobre ella.
— ¿Algún día te darás cuenta que nunca escucho lo que dices cuando deseas
que me detenga?...es más, cuando pides que pare, solo haces que te desee más –lo
miré con el ceño fruncido, enojada por su comportamiento.
Sabía que él tenía un efecto en mí que jamás pensé que alguien obtendría,
pero no me gustaba caer ante una persona que realmente era malvada y que me
trataba como si fuera cualquier objeto.
—Entonces sigue, siempre haces todo lo contrario a lo que pido –él me
observó un tanto sorprendido.
—Estás dándome aprobaciones que no necesito –su mano comenzó a colarse
por debajo de mi falda.
— ¡Basta!–dije empujándolo, pero me era imposible poder alejarlo, ya que
era más fuerte –Max, para —dije tratando de concentrarme y no dejarme llevar
por lo que sentía al sentir sus labios sobre mi cuello — ¡Para!
— ¡Para tu con esto! ¿Sí? –dijo Max, ahora separándose de mí y mirándome
muy serio, tanto que me causó un tanto de temor, pero no me deje intimidar.
—Solo aléjate, esto es demasiado –no bajé la mirada. No iba a permitir
que esto se volviera a repetir, me estaba pasando a llevar frecuentemente ahora
y estaba luchando menos contra él.
¿En qué estaba pensando? Yo no quería estar cerca de él ¿Por qué se lo
permitía? ¡Era un Monstruo! Uno que me trataba como su empleada, una que estaba
encargada de darle sangre y aplacar su sed sexual.
—Eres una mentirosa, sabes que te
gusta hacerlo conmigo, solo debes dejar de ser tan prejuiciosa e insegura,
nunca te dejas llevar por lo que sucede, eso me desagrada bastante de ti –no
podía creer lo que había dicho.
Max acababa de dar una opinión bastante sincera, no estaba siendo
sarcástico ni nada por el estilo. Lo miré enojada al darme cuenta de lo que me
estaba tratando de decir.
—A mi me desagradan muchas cosas de ti ¿las cambiaras a caso? –él se rió
en mi cara, lo que me impulsó a ponerme de pie y dirigirme hacia la puerta,
pero Max me tomó de la mano y me llevo al escritorio, acorralándome contra el
mueble.
—He dicho que tengo hambre –susurró mirándome de frente –y siempre
obtengo lo que quiero Green, ya debiste
entenderlo hace bastante tiempo ¿no crees? Ya llevas a mi lado un tiempo
considerable.
— ¡Déjame! –le grité enojada cuando me estaba sentando sobre el
escritorio. No pude evitar recordar el sueño que tuve cuando recién lo conocí.
El mismo día que acabó con mi vida –llevo suficiente tiempo a tu lado como para
pensar que estás loco y yo aun más por sentir algo de placer contigo, no eres
más que un idiota que juega con los sentimientos de los demás, eres una
falsedad Max.
— ¿De qué estás hablando ahora? –dijo un tanto confundido.
—Suéltame –traté de alejar sus manos de mi cintura, pero él no me dejaba,
me observaba como si tratara de descubrir el enredo que había en mi cabeza.
—Oh… tú estás pensando en cómo podría ser contigo ¿cierto? –me quede
quieta cuando dijo aquello, ni siquiera fui capaz de mirarlo a la cara –no dudo
lo feliz que estarías si me pareciera un poco a ese Noah tuyo ¿o me equivoco?
—Solo estoy pidiendo que me sueltes, estamos en la oficina de tu padre,
mi jefe y aunque me llame mucho la atención hacerlo sobre un escritorio ¡no
quiero tener esa experiencia contigo! –sus manos me soltaron, dejándome libre y
mirándome realmente enojado.
—Muy bien –me bajé del escritorio y arreglé mi falda.
—Tú sigues siendo la persona que me tiene capturada contra mi voluntad,
además de amenazar la vida de mis amigas, bebes de mí sangre, me tomaste la
primera noche como si tuvieras el derecho. No vuelvas a decir que soy tuya
porque te puedo tolerar, pero no te voy a aceptar –Max sonrió ante mis
palabras.
—Me alegro que pienses ello porque esa es la realidad, no tengas ideas
ridículas sobre mi personalidad, solo limítate a cumplir con tus deberes y
ambos estaremos en paz –me tensé al escucharlo.
—Mi deber ahora mismo es ser tu secretaria, no la persona con la te
acuestas o bebes de su sangre, así que con su permiso, Sr. Blake.
Me dirigí hacia la puerta rápidamente para salir de esa maldita oficina,
pero antes de poder dar un paso afuera, Max se ubicó a mi lado, mirándome de
forma arrogante.
—Necesito que llames a Emily –enarqué una ceja al escuchar lo que pedía.
Fue como sentir un golpe en el estómago — ¿Qué sucede?
—
¿Para qué la necesitas? –dije sin mirarlo.
—Para algo que no te importa –fruncí el ceño –Elizabeth, no traspase aun
más el limite –sentí como si prácticamente en mis venas corriera fuego, me
estaba enfureciendo.
— ¿La quieres para que satisfaga tus necesidades? –él rodó los ojos y se
cruzó de brazos.
—No sé realmente lo que tu mente está pensando en este momento, además no
me interesa. Llámala –respire
profundamente, tratando de encontrar paz.
—Muy bien –salí directo a mi escritorio.
Le marqué a Jennifer para que avisara a la Srta. Wright que Max la
necesitaba. No pasaron más de quince minutos cuando ella estaba saliendo del
ascensor, tan increíble como siempre, con un suéter rosa pálido y una falda
negra para nada ajustada.
—Buenas tardes, Lizzie –dijo dándome una sonrisa amable, pero realmente
yo no era capaz de ser así de cínica como para devolverle el gesto.
—Buenas tardes –dije seria, pensando en el infeliz de Max.
— ¿Qué ha sucedido como para que el Sr. Blake me necesite de nuevo? –se
acercó a mi escritorio y esperó por mi respuesta.
—Lo siento, me ha dicho que no me debe importar –ella puso los ojos en
blanco, sorprendiéndome por lo cabreada que lucio ante mi respuesta.
Se inclinó un poco hacia mí y tomó
lápiz y papel para después cerrar los ojos y comenzar a escribir algo y
al mismo tiempo tararear una melodía.
Este vampiro estaba loca.
—Gracias Lizzie, ve a tomar un café, de seguro nos demoraremos –dijo
sonriéndome, estirando su mano con el papel que escribió ¿era para mí?
Luego se fue con rapidez hacia la oficina de Max.
Tomé el papel que escribió, fui hacia la puerta de escape y baje un par
de pisos para poder leer la nota.
“Lizzie, no tienes que sentirte
mal. Te aseguro que nada más pasará con Max, soy mujer, no me gustaría sentirme
como tú lo has hecho días atrás, lo siento, no tienes que preocuparte. Max
puede ser un idiota y muy inseguro a veces.
PD: esto de escribir, tararear una
canción y pensar en otra cosa, distrae a Max, evitando que entre en tu cabeza.
Es un buen tip para que protejas tus pensamientos de él”
Me quedé sin palabras al leer el papel ¿ella de verdad había escrito esto
para mí? ¿Y qué me importaba lo que ella hiciera con Max? ¡¿Qué demonios me
estaba pasando?! ¿Por qué me había comportado como su novia celosa antes, en su
oficina?
Hice pedazos el papel para no dejar evidencia y tomé mis cosas. No había
nada más que hacer, no quería pasar más tiempo aquí, me iría.
No me iba a exponer de esta manera, así de fácil.
Escribí rápidamente una nota mintiendo sobre mi estado de salud para
poder retirarme, aun no cumplía con el horario pero ya no tenía trabajo que
hacer. Estaba dejando el papel en la placa que decía mi nombre cuando Emily
salió de la oficina, haciéndome una seña con la mano, despidiéndose.
Eso había sido breve.
—Elizabeth —pude ver a Max apoyado en el marco de la puerta, mirándome
sin entender lo que estaba haciendo.
—No me siento bien, me retiraré.
— ¿Tú crees qué no me puedo meter en tu cabeza y saber que mientes? –lo
observé unos segundos, sin saber que decir, nunca había sido buena mintiendo.
—Me quiero ir –esto era patético,
pero de verdad no me sentía cómoda.
—No, no puedes irte, tu horario de trabajo no está completo y además, no
te sientes enferma —mordí mi labio inferior para así evitar que las lágrimas
cayera –Esta bien, no llores, vete.
Tomé mi bolso, dándome cuenta que a Max
ni siquiera le importaba el motivo para desear irme antes. Me apresuré
para entrar al ascensor, pero cuando me giré, él estaba delante de mí.
–No es necesario preguntar, solo
estas tan celosa que no lo puedes soportar.
Me apoyé en el ascensor hasta que las puertas se cerraron, separándome de
él. No podía pensar en algo con claridad ¿Max me estaba matando cada neurona
que tenía? Como lo odio, él disfrutaba haciéndome pasar por una tortura
psicológica. Ya era hora de comenzar a pensar en cómo escapar de su lado, era
imposible que estuviera con él hasta que me drenara por completo.
Salí del ascensor y caminé lentamente hasta la salida, sin embargo, mi
ánimo subió un poco al notar que no estaba Thomas abajo, mi celular comenzó a
sonar, solo tuve que mirar de quien se trataba para sonreír y no contestar.
Era Max, de seguro recién se había dado cuenta de que me iría sola.
Comencé a caminar tranquilamente entre las personas, era agradable, me
sentía como si tuviera una falsa libertad, pensando que podía hacer lo que se
me ocurriera.
Luego de haber caminado un montón de cuadras, donde me senté a observar a
las demás personas mientras me aferraba a mi abrigo, estaba frio, pero de todas
formas estaba logrando la tranquilidad que se me había arrebatado hace semanas
atrás. Creo que este era el primer
momento desde hace bastante tiempo en el
cual podía respirar sin tener que sentir un nudo de dolor en mi garganta.
Sin embargo, aprovechando mi tiempo libre, decidí poder darme el lujo de
tener un buen momento dando una buena noticia. Busque el número de Tara en el
celular y le marqué.
—Buenos tardes, Lizzie –su voz estaba ronca, por lo visto no había dejado
de llorar.
—Tara, necesito hablar contigo –ella tosió un poco.
—No creo que sea un buen momento.
—Bueno, yo digo que si es un buen momento, dime dónde vives —ella le
costó unos segundos responder, pero me volvió a hablar.
—515 calle W. Briar –sonreí.
—Estaré ahí en una hora.
—Está bien –cortamos y me fui directo a tomar un taxi, el que
milagrosamente paró cuando levanté la mano.
Llegué luego de unos veinte minutos y quedé mirando todos los números de
los departamentos, no sabía cuál era el que me comunicaba con Tara, así que
decidí comenzar a presionarlos todos hasta que escuche muchos “¿hola?” “¿Quién
es?” solo dije mi nombre y escuche que alguien me daba un número, supuse que
era donde vivía Tara, así que cuando se abrió la puerta subí tranquilamente por
las escaleras tomando mi tiempo.
Cuando llegué toqué un par de veces hasta que salió un chico.
—Buenas tardes, Srta. Lizzie –lo quedé mirando unos segundos, sin saber
quién demonios era –soy Mathias, estuve con usted en casa del. Sr. Blake –me
llevé la mano a la boca, apenada por no haberme acordado.
—Eres el novio de Tara, lo siento mucho, ¿Cómo estás? –lo saludé de un
beso en la mejilla y él me hizo pasar.
—Bueno, estamos bien –por su mirada podía notar que estaba un tanto incómodo
teniéndome aquí –ella está en su habitación –susurró sin mirarme. No tenía idea
el motivo de su timidez.
Me indicó con la mano hacia donde debía ir, así que seguí su dedo índice.
Pude notar que Tara era muy femenina, su departamento era pura luz y colores
pasteles, no era extremadamente grande, pero tampoco era pequeño, era…era
perfecto. Me había encantado y para mi sorpresa no tenia colores negros o
blancos, a diferencia de su vestimenta.
Toqué suavemente la puerta y entré
a la habitación. Las cortinas estaban corridas, dejando todo a oscuras, solo se
podía notar un bulto bastante grande sobre la cama. Tara.
—Tara—dije sentándome al lado de ella — ¿Cómo puedes estar en estas
condiciones solo por lo que hizo Max? –ella se giró y pude ver su cara,
completamente roja, sus ojos hinchados y estaba horrible, había que ser sincera.
—No entiendes, esto va mas allá de todo lo que has visto, yo tenía que
cumplir con… —volvió a llorar sin poder terminar su frase, no quería que
estuviera más triste, así que le diría de inmediato lo que sucedía.
—Bien, ahora te levantarás de esta cama, te lavarás el rostro, harás algo
para que el pobre Mathias no le dé un paro cardiaco cuando te vea e iremos a
casa de Max, pero antes comeremos algo, así hacemos hora hasta que llegue, que
él no deja de trabajar hasta las siete –ella frunció el ceño.
—No, el Sr. Max me despidió, no hay nada más que hacer, él es hombre de
una sola palabra, si dice no, es no —sonreí ante lo que decía Tara.
—Bueno, digamos que me debes una muy grande por esta, hice que Max no te
despidiera, tienes tu trabajo de vuelta, pero, con una condición –por esto
quizás iba a tener problemas Max –me tienes que decir cuál es tu gran misión,
ese fue el acuerdo que decidimos con Max.
Tara me quedó mirando con los ojos rojos bien abiertos y se sentó en
menos de un segundo. Me seguía mirando como si tratara de descifrar si esto era
un sueño o la realidad.
—Esto es una broma muy cruel de tu parte –dijo sin creerme –lo que dices
es imposible, el Sr. Max… –levanté la mano para que se callara, tomé mi celular
y marqué el número de Max, quien me contestó al tercer pitido. Tara me miraba sorprendida.
—Max.
— ¿Dónde demonios estas? Te he estado llamando.
—Problema mío.
— ¿Cómo que problema tuyo? –por su tono parecía que mi respuesta le había
causado gracia.
—Estoy llamando porque tengo a mi lado a Tara, dile que ya no esta
despedida –le puse el teléfono en la oreja a la pelirroja, quien luego de cinco
segundos, saltó de la cama y comenzó a moverse de un lado a otro.
—Elizabeth –dijo Max ahora que
tenía el teléfono para mí.
— ¿Qué? no he hecho nada malo, adiós –hubo un silencio de su parte.
—Bien, adiós –corté y Tara saltó a
abrazarme, gritando de felicidad.
Mathias entró a la habitación y nos quedo mirando sorprendido, Tara me
dejó para ir por arrojarse sobre Mathias, quien la abrazó sin entender lo que
pasaba, pero entre los gritos que dio Tara, dijo que ya tenía su empleo de
vuelta. Lo que hizo bastante feliz a Mathias.
—Bien, quiero mis respuestas ahora —Tara dejó de saltar y quedó mirando a
su novio. Los dos parecían nerviosos –me están asustando.
—Vamos a la sala mejor –asentí.
Con Mathias nos fuimos a los sofás mientras Tara se arreglaba un poco, no
se demoró más de quince minutos cuando llegó como nueva. La misma Tara de
siempre.
—Bien, no sigamos atrasando esto —dije
advirtiendo cómo los dos aun se miraban sospechosamente — ¿Qué misión tienen con Max? –Tara respiró
profundamente y suspiró.
—Es mi tutor… —fruncí el ceño, sin entender.
—Pero Vladimir Knight es tu padre ¿para qué ibas a querer a Max como
tutor para los negocios?
—No, o sea, lo es, pero el Sr. Max es mi tutor en otro sentido –esto se
estaba volviendo color de hormiga.
— ¿Es qué participarás en la empresa? –ella sonrió.
—En parte, no aquí en América, ninguno de los dos –dijo tomando la mano
de Mathias, quien le sonrió.
—Muy bien, no estoy entendiendo nada ¿Qué les sucede? Se están mirando
raro y están nerviosos hace ya un rato.
—Es un tanto complicado, ya que no creo que usted lo entienda –dijo Mathias
–aun me sorprende que el Sr. Max la haya dejado saber esto –parecía que esto
era un secreto de Estado.
—Bueno yo —continuó Tara –estoy bajo la tutela del Sr. Max hasta dos años
más para convertirme en vampiro –mi hombros bajaron de inmediato por el balde
de agua fría que me arrojaron.
Dios… ¿estaba ayudando a Tara para que fuera vampiro? ¿Qué había hecho?
No fue hasta que lei un comentario de ustedes que recorde que tambien me desagrada Noah ajajajajajaj ¡Gracias por leer esta historia de nuevo! :D
Ohhh si!!!! Bueno Noah es demasiado desagradable, aunque me encanta los celos de Max ;)
ResponderEliminarLizzie de verdad se da cuenta hasta ahora de todo... Aunque no creó que se arrepienta despues... Me encantan los consejos que le dan :D
Besos gigantes!!!
XOXO
Jajaja no recuerdo a Noah! Help! Me perdí con lo de que Noah lo odiamos jajajajaja en serio me perdí JajajaJ, están buenos los capítulos
ResponderEliminarLo de Tara si lo recuerdo jajajaja pobre Lizzie! JajajaJ xD
Da ni, tienes que darme crédito leí esta historia mientras la actualizadas en fanfiction, ya sabrá tu que tanto llevo sin leerla jajaja
AY! QUIERO LEER MAS! :D shiiii
Gracias por todo! Feliz día de la Virgen, o como en mi país, FELIZ DIA DE LAS VELITAS! ^-^