“Primera Cita”
Tensé mi mordida al ver como se abrazaba Noah con Luke en un saludo
bastante fraternal.
—Me pregunto ¿Qué es lo que desea contigo? –dijo Max mirando hacia el
misterioso encuentro.
Me solté de su agarre. Esa misma pregunta me hacia e iba a buscar la
respuesta ahora mismo. Di unos pasos con la intención de correr hacia ellos.
— ¡Maldito hijo de…! –Max me rodeó mi cintura y me hizo volver atrás, cubrió
mi boca y luego nos escondimos detrás de un árbol. Presioné con fuerza mi mano
en la suya que estaba en mi abdomen, solamente para liberar mi rabia. Me
comencé a mover para que me soltara y pudiera aclarar todo esto de una buena
vez.
—No te muevas –dijo en mi oído, pero no le hice caso –Basta, Lizzie –me
había llamado “Lizzie” otra vez. Me
gustaba cuando lo hacía, además que siempre usaba mi diminutivo para
manipularme.
Llevé mi mano hasta su agarre sobre mi boca, pero no lo hizo. Deje de
moverme mientras seguíamos escondidos detrás de un gran árbol, quedando Max
apoyado en el mientras me sujetaba
–Por lo visto eres una experta en arruinar todo, deberías ser más astuta
–entrecerré los ojos mientras escuchaba lo que decía.
Si no fuera astuta, seguiría siendo prisionera en su departamento, pues
ya no lo era y ni siquiera él sabía de mi plan.
Noté que no me iba a soltar hasta que me calmara por lo que decidí
hacerlo. Max fue aflojando su agarre y me soltó finalmente. Lo quedé mirando
con mis brazos entrecruzados.
— ¿Cómo supiste todo esto? –él levantó los hombros quitándole
importancia.
—Eso no es realmente interesante, sino más bien tú gran error al confiar
en Noah –no le respondí nada sobre ello.
—Dime cómo supiste todo esto, Max –él enarcó una ceja. Realmente no me
llamó la atención el tono que utilicé con él, lo estaba usando bastante
últimamente.
—No te lo diré, bien…solo te quería mostrar esto, es hora de volver
–comenzó a caminar de vuelta, pero no lo seguí. Me giré y me fui en dirección a
la mansión que estaba a metros de nosotros —Ni se te ocurra –cogió mi mano y me
hizo volver, comenzó a caminar llevándome con él. Pensé rápidamente como podía
sacarle información a Max.
—Él nos vio cuando salimos de aquel local, la noche que me viste con él.
—Lo sé, me lo dijo el día que fue a la oficina –abrí mis ojos sorprendida
y empecé a tratar de soltarme de su mano.
—Suéltame, eres un mentiroso… —él liberó mi mano y la quedó mirando. Aquí
estaba pasando algo extraño — ¿Por qué hiciste esto? –levantó de nuevo sus
hombros.
—Solo para refregarte en tu cara, al tipo de hombre con que te estabas
revolcando –dio media vuelta mientras yo lo quede mirando en estado de shock.
— ¡¿Cómo dices algo así?! –no se detuvo, solo siguió caminando –jamás
llegué a ese nivel con Noah –no me moví, me quede en el mismo lugar, no iba a
salir corriendo tras él.
Max se volteó.
—Solo unos días más y no le tomaría mucho ¿cierto? –fruncí el ceño. No me
iba a sentir mal por lo que él decía, ya que era mentira.
— ¿Y qué con eso? –odiaba que Max estuviera con sus gafas.
— ¿Y qué con eso? Creo que ya has respondido a tu propia pregunta ¿de
verdad te hubieras acostado con ese tipo? –sonreí mentalmente.
—Ya no podre saberlo, ni tú tampoco –me giré para ir de vuelta a la
mansión de Luke.
—Detente ahora mismo, no me está gustando esta nueva actitud tuya…no creo
que sea conveniente que expongas a tus amigos ¿cierto? Deje nula la amenaza
pero soy un vampiro, no creo que deberías confiar en uno —tragué saliva
nerviosa, sin dar un paso más.
Mi punto débil, había utilizado esa maldita debilidad. Me gire hacia él.
—Tu dijiste que…
—Yo digo muchas cosas, que las cumpla es algo muy diferente, es más, si
quiero puedo llevarte de nuevo al edificio –sus labios formaron una perfecta
sonrisa malvada. Se apoyó en un árbol con los brazos cruzados –tú eliges… —lo
pensé unos segundos y decidí.
—Allá tu –di media vuelta y corrí hacia la casa de Luke para encarar a
los dos traidores, aunque ya sabía que uno lo era.
— ¡Basta! –escuché un gruñido y luego sentí como con fuerza unos brazos
me estampaban contra el árbol. Debo decir que no sentí dolor ante ese
movimiento tan brusco –vas a comenzar a respetarme, Elizabeth –apoyó su mano al
lado de mi cabeza, su rostro quedo al nivel del mío.
Su expresión no era dura como solía ser cuando se enojaba. Lo quede
mirando entrecerrando los ojos para después sin previo aviso sacar sus gafas;
dejé mis manos en el aire, mirando sorprendida como estaban sus ojos.
—Max…
— ¡Dame eso! –dijo tomando las gafas y dejándolas en su lugar.
Sus ojos estaban completamente rojos, junto con la pupila, su esclerotida
estaba más roja que su pupila y los pequeños capilares en su piel, tanto en la
parte superior e inferior, estaban fuertemente marcados.
—Tus ojos…
—Ya has causado varios problemas, ahora vámonos —me tomó del brazo para
avanzar pero no deje que lo hiciera.
—No te has alimentado de nadie –aun no lo podía creer, en todo este
tiempo no había bebido de ninguna humana.
Él sonrió de forma arrogante.
—Eso no significa que…
—Max.
—Nada de Max, vámonos de aquí rápidamente –dijo mirando hacia la casa de Luke,
un tanto incómodo, pero no lo tomé en cuenta.
Realmente nada de lo que sucedió después fue razonado, sino que fue todo
como un verdadero impulso que no supe reconocer y que no me agrado nada.
–Lizzie, ya…
Max no siguió hablando cuando deje
mis manos sobre su rostro, para acercarlo más al mío. Saqué sus gafas y
las deje a un lado.
—Tus ojos están rojos —con mis pulgares cerré sus parpados y estaban
demasiado marcados con aquellas líneas rojas.
—Suéltame, ahora –sonreí, era orgulloso.
De verdad le había dolido lo que le grite días atrás, por eso no había
recurrido a mi todavía para calmar su sed, sin embargo aun no entendía porque
no había utilizado la sangre de otras personas.
—No –cerré mis ojos y me acerqué hasta sus labios.
Este era el primer beso que yo le daba y no entendía porque lo estaba
haciendo.
Me relajé por completo al sentir sus labios, siempre era lo mismo, algo
tenían y no creo que sería capaz de poder descubrirlo. Aquel beso no duro ni
cinco segundos…como un beso suave y
lento ya que Max me tomó de la cadera y me hizo retroceder hasta chocar con un
árbol, nuevamente. Mordí suavemente sus labios para que entendiera lo que
estaba comunicándole a través de esto, cosa que no le costó nada en entender.
Pasó a mi cuello con rapidez y traspasó mi piel provocando que me quejara
bastante alto. Cerré mis ojos con fuerza y solo deje que Max bebiera de mí. En
un momento detuvo su agarre en mi cadera y dejo una de sus manos en mi cuello,
mientras que la otra atrapaba la mía, entrelazando sus dedos con los míos.
Me aferré a aquel agarre como si mi vida dependiera de aquello.
Se separó de mi, segundos después de aquel movimiento.
Miré a Max y de la comisura izquierda de sus labios, corría una gota de
sangre, la cual atrapó con su lengua, sin desperdiciar nada.
—Vámonos –dio media vuelta y comenzó a caminar.
Esta vez lo seguí, aun tenia las gafas en mis manos, por lo que sonreí,
en algún momento me tendría que hablar y yo me aprovecharía para ver sus
reacciones y para ver como quedaron sus ojos luego de beber de mi.
Llegamos al auto varios minutos después ya que nos fuimos caminando
normalmente, nada de adrenalina o algo por el estilo. Max no me habló durante
todo el camino hasta que me canse de ir en este silencio.
Nos subimos al auto, nuevamente el abrió la puerta para que yo subiera,
pero no le dije nada al respecto.
— ¿De dónde conoces a Noah? –encendió el auto y marcó una sonrisa que
pude notar, no era sincera.
—Ya veo….sangre por información ¿no? Te has vuelto realmente sagaz –no
pude creer lo que estaba diciendo ¿realmente pensaba que yo era tan frívola?...bueno,
entonces le daríamos una Lizzie frívola.
—Es lo mínimo que puedes hacer, me estas quitando la vida de a poco ¿no?
–él me miró y pude ver por sus ojos que se había sorprendido al escuchar mi
afirmación.
—Ya veo, muy bien, me encargaré de darte algo a cambio cada vez que me
sirvas –tensé mi mordida por sus palabras.
—Entonces habla –arrancó al auto a una velocidad impresionante.
—Soy millonario y él tiene dinero…está claro que lo conozco, solo debías
sumar dos más dos.
— ¿Qué te dijo cuando estuvo en tu oficina? –él levantó los hombros, reacción
que se le estaba haciendo costumbre y que me estaba comenzando a molestar.
—Quería saber si había algo entre nosotros. Le dije que no se acercara a
ti o que habría consecuencias…
—Y las hubo, de una manera horrible –a pesar de ser la principal causante
de eso, no me iba a delatar yo misma.
—Ya puedes ver que tu querido Noah está en perfectas condiciones.
— ¿Qué relación tiene con Luke? –él me miró y sonrió.
—Creo que tu sangre no vale tanto para responder aquella pregunta –hice
mis manos un puño, a tal nivel que rompí las gafas de Max –eso tendrá que salir
de tu sueldo –miré hacia un lado, sin ser capaz de decirle nada.
Aquel insulto sobre mi sangre, había llegado…a un nivel que no tenía la
menor idea que existiera, creo que esta era la primera vez que Max me hacía
sentir tan mal en todo este tiempo.
—No exageres –dijo con un tono extraño.
—Cállate –miré por la ventana. Mi mente comenzó a pensar en cientos de
situaciones al momento, tratando de evitar a Max.
—Lizzie… —movió levemente mi hombro para que lo mirara –Basta, sabes que…
—Déjame tranquila ¿sí? –no sé como lo habré mirado pero no me dijo nada.
Tragué saliva y supe de inmediato lo que tendría que hacer, en esto no
habría ninguna salida y no podía buscar el lado bueno de Max, realmente me agotaba
hacerlo…dolía.
No hablamos nada durante el camino de vuelta, solo la música nos libraba
de ir en aquel silencio tan incómodo. Ambos sabíamos que él había traspasado
los límites.
Volví a respirar más relajada cuando vi los edificios que nos indicaban que
Chicago solo estaba a unos minutos más. Llegaría a mi departamento y podría
descasar un poco, poder analizar todo lo que había sucedido hoy.
No pude evitar sonreír al ver que llegábamos a mi edificio. Max estacionó
el auto.
—Green, debo… —no lo deje seguir hablando. Salí del auto y me fui hacia
el edificio.
No iba a escuchar nada más por parte de Max. Por hoy mis energías se
habían agotado, con la gran revelación que tuve hoy sobre Noah y Luke, lo que
hice con Max y por ultimo su gran frase del año, este día había sido épicamente
catastrófico.
Me fui al interior del edifico sin evitar mirar hacia atrás, pero para mí
no sorpresa como sucedía siempre, el auto ya había desaparecido, a Max le
importaba poco o nada sobre lo que yo
pudiera pensar, exceptuando aquella vez que todo quedo mal en su departamento y
me beso de tal forma que por eso aun seguía aquí y no corría lejos de su lado.
Subí escalón por escalón sintiéndome con un peso gigante en mi espalda.
Había sido traicionada por Noah, no tenía la menor idea de qué relación tenía
con mi padre, pero nada bueno podía salir de aquello. Tendría que averiguarlo.
Entré al departamento y prendí el calefactor, había un ambiente más frio
de lo normal. Preparé un poco de café y fui a mi habitación por mi pijama, eso
fue un tanto extraño, ya que me quedé mirando más de diez minutos la camiseta
con aquel toro rojo. No pude evitar recordar aquella noche cuando Max entró a
este lugar y tomó todo lo que quiso.
Me desnude, solo quedando con mi ropa interior y me puse la camiseta gigante, obligando a
dejar de tener aquel recuerdo y volver a pensar que esa era mi camiseta
favorita y no el origen de un mal recuerdo.
Fui por mi café y me lo llevé a la cama mientras prendía la televisión.
Me tendría que levantar en un par de horas y no tenía nada de sueño debido a lo
sucedido de Danville. No iría mañana a trabajar, así de simple, avisaría que me
ausentaría por problemas de salud.
Me quede recostada abrazando mi abdomen, ya que sentía un dolor extraño y
no podía diferencia si era en todo el cuerpo o solo mi pecho. Miles de
pensamientos transcurrían en mi mente como si esta fuera una autopista. Cerré
mis ojos tratando de poder quedarme dormida pero era inútil, tenía en mi cabeza
las palabras de Max, ni siquiera lo que había pasado con Noah.
Tenía solo a Max repitiendo una y otra vez “Tu sangre no vale tanto” ¿Cómo él era capaz de decir algo así? O
peor aun ¿Por qué yo me sentía como una verdadera basura?
Cubrí mi cabeza para tratar de dormir; no había éxito, estaba condenada a
mantenerme despierta hasta que amaneciera; rendirme a estos pensamientos
provocados por él era una opción tentadora.
— ¿Por qué no te duermes? –me senté en la cama en menos de un segundo.
Buscando el origen de esa voz. Llevé mi mano a mi lámpara pero fui interrumpida
–no prendas la luz –bajé mi mano y me senté mejor en la cama.
— ¿Qué quieres, Max? ¿No te habías ido ya? –pude verlo por la luz que
entraba por la ventana, estaba apoyado en el mueble de al frente, por lo visto
hasta vestía diferente.
—Solo estoy aquí para verificar que no te has ido a buscar a cualquiera,
estoy pendiente de tus movimientos ahora —fruncí el ceño.
—Estoy cansada ¿Por qué no te buscas alguien más para que desarrolle tu
nivel de insultos? –me recosté y me cubrí bien con el cobertor.
—Y vengo por algo más –abrí mis ojos sin decirle nada –tengo sed –ni
siquiera lo miré, me quede sorprendía por el tono que utilizó, era normal y
tranquilo, era el primer tono de voz que había escuchado por parte de Max,
cuando lo conocí en el Blake ltda.
—Bueno, ve a algún pub a beber de alguna zorra que te deje –volví a
cerrar mis ojos.
Solo sentí una brisa de viento que me hizo volver a mirar a mis lados.
Max estaba sentado en el suelo, por mi lado, apoyándose en la cama, con
una pierna flexionada y su cabeza completamente al lado de mi brazo, podía
sentir su cabello en mi antebrazo.
—Sabes que tu sangre no es como la de las demás…
—Claramente no lo sé, ya que me refregaste en la cara que no lo era –me
volteé hacia el otro lado, dándole la espalda.
—Escúchame Lizzie, esto es lo único que obtendrás de mi parte, no esperes
que traiga flores o cosas tan ridículas como esas…recuerda tu posición –solo
moví mi brazo derecho hacia atrás y le hice un gesto obsceno con mi dedo del
corazón.
—Que te den –me cubrí mejor.
En menos de un segundo, ya no tenía mi cobertor cumpliendo su función,
mis manos estaban sobre mi cabeza mientras que su mano me evitaba moverlas, su
otra mano estaba en mi cadera evitando que escapara.
— ¡Max! –dije más alto de lo normal.
— ¿Qué me den? creo que te podría decir lo mismo y cumplirlo ¿no te
parece? Hace tiempo que no hacemos nada –se acercó a mis labios, pero me moví
hacia un lado, evitando caer.
—Solo bebe y vete…no quiero nada contigo –Max recorrió con su nariz mi
cuello, provocando miles de descargas eléctricas en mi cuerpo.
—Recuerda que tu obedeces a mis necesidades —traté de moverme para
golpearlo pero como siempre, era inútil –ya que bebí de ti y no puedo soportar
hasta el fin de semana…creo podríamos jugar un poco ¿no?
— ¡Max, basta! –lo miré fijo a sus ojos, tratando de encontrar un poco de
cordura de su parte, pero fue completamente imposible.
Chocó sus labios con los míos provocando que por mi cuerpo pasara una ola
de calor. Relajé mis brazos y respondí a su beso. Me estremecí cuando sentí que
su mano comenzaba a colarse por debajo de mis bragas. Intenté pensar en algo para alejarlo, esto no podía
pasar, aun mantenía mi pensamiento sobre lo bien que nos llevábamos en este
ámbito y lo malos que éramos fuera de esta superficie tan blanda, que invitaba
a dejarme llevar por Max.
–Mmm…. –me sentí tan mal al tener
estas respuestas cuando él solo tenía que tocar un poco mi piel.
Atrapó mis labios con rapidez de nuevo, provocando que mi respiración
aumentara de una forma peligrosa, sin embargo, una idea llegó a mi cabeza, que
estaba segura que acabaría con todo esto, aunque me arriesgara a que Max me
mordiera de forma bruta, pero no me importó, tenía que hacer sacrificios y este
camino me ayudaría a vengarme por lo que hizo Max, además de conectar su ego
con la realidad.
—Noah… —suspiré bastante agitada.
Max no se movió ni un solo centímetro por varios segundos. Yo me quede inmóvil,
esperando a que llegara un gran mordisco de su parte, pero no fue así. Soltó
mis manos y se alejó de mí con movimientos robóticos.
Lo miré aun con mi respiración agitada, mi pecho subía y bajaba con
rapidez. Tragué saliva nerviosa.
—Yo… —iba a decir algo inventado, pero Max me dio la espalda y se fue del
departamento.
Me quede mirando hacia el techo por bastante tiempo más, pensando si lo
que hice había sido correcto. No tenia escapatoria, no quería que sucediera
nada con Max y a pesar de que debo ser honesta y decir que me hacía sentir de
una forma que me volvía loca, no podía permitirle que me tratara como basura y
luego recompensarlo por su comportamiento.
Terminé cubriéndome con mi cobertor y entregándome a Morfeo, pensando en
todas las preocupaciones que tenía.
Al día siguiente decidí dejar de pensar en Max y concentrarme en lo que
de verdad importaba, Noah. Así que no pude evitar llamarlo y decirle que nos
reuniéramos en un restaurante porque tenía que hablar algo urgente con él. La
llamada fue fría y ya no estaban las típicas bromas del príncipe azul y la
doncella en apuros, aquello solo me hizo recordar el día anterior, cuando lo vi
abrazándose fraternalmente con Luke Green.
Tomé mi bolso y salí del departamento, pero mis sorpresas no terminaban
ahí, al llegar a la entrada del edificio vi un flamante auto negro, esperando
por mí. Thomas estaba apoyado en el auto, esperándome.
— ¿Qué sucedió? –él me sonrió.
—Buenas tardes, Srta. Lizzie… —llevé mi mano a la cabeza, apenada por
saltarme las reglas de educación.
—Lo siento, hola Thom ¿Cómo has estado? –él me volvió a regalar esa
sonrisa tan característica que tenia.
—Bien, volviendo a ser tu chofer –fruncí el ceño. Max no me había dicho
nada de eso.
— ¿Por qué? –él levanto los hombros, haciéndome entender que no tenía
idea. No le creí — ¿Por qué, Thomas? –lo quedé mirando hasta que me dijo de qué
se trataba todo esto.
—Supongo…que andas en malos pasos como para que te corten de nuevo tus
alitas de libertad –lo quede mirando feo, no se notaba como si estuviera triste
por esto.
—Y yo supongo que tu estas a favor –él me sonrió y abrió la puerta del copiloto.
—Supones bien –entré al auto sin decirle nada hasta que el también estuvo
en su interior — ¿A dónde vamos?
—A La Cueva, me reuniré con un conocido –él asintió y partió el auto –ahora
dime ¿Por qué estas a favor, suponiendo tu respuesta?
—Si te dieron libertad es porque te la merecías –abrí los ojos
sorprendida por lo que dijo, pero no me permitió responderle nada ya que siguió
hablando –y no digo que este bien, solo hablo introduciéndome en la mente del
Sr. Max.
—Bien, sigue –veremos que tan bueno era en esto.
—Entonces, como decía, si te diera libertad seria porque te has portado
bien…ahora has de haber hecho algo mal y presiento que es por ese amigo tuyo,
Noah —me acomodé mejor en el asiento.
—Bien, la primera suposición es errónea ¿sabes cómo logré mi libertad? Lo
dudo, ya que tienes esa hipótesis tan inexacta —él frunció el ceño y me miró
–me tuve que poner un revolver en la cabeza, tu preciado vampiro no dejaría que
se perdiera toda esta sangre –Thomas me quedo mirando realmente perplejo –así
que mejor cierra esa boca y maneja porque no tienes idea de lo que estás
hablando.
—Lo siento —bufé.
—No me sirve de nada tus disculpas –ninguno dijo nada hasta que llegamos
al lugar que le había indicado –espérame aquí, esto solo tomará unos minutos –él
asintió y salí de ahí.
Me apresuré en llegar a ese restaurante, enfrentaría a Noah y le pediría
explicaciones. Que me dijera la verdad de una buena vez.
Llegué a la recepción y había una chica rubia, con un uniforme negro con
blusa blanca, que me sonrió dándome la bienvenida.
—Bienvenida a La Cueva ¿tiene reservación? –asentí.
—Me deberían estar esperando.
—Muy bien, dígame su nombre.
—Elizabeth Green –ella buscó en un libro que tenia con todos los nombres
y luego me miró.
—Venga conmigo –tomó mi brazo y me llevó hacia otro lado.
— ¿A dónde vamos? –había venido aquí y jamás había subido las escaleras
hasta el tercer piso.
—Usted está en la sección VIP –abrí mis ojos un tanto sorprendida. Noah
se estaba dando demasiadas molestias.
—Ya veo —llegamos a una puerta gigante y entramos. Era un gran salón, que
tenía unos ventanales gigantes al frente de la puerta por donde entré y a mis
lados las mesas estaban adornadas con hermosos manteles y candelabros.
—Ahí la esperan –apuntó a alguien me daba la espalda.
Fruncí el ceño de inmediato, reconocería ese cabello en cualquier lugar.
—Gracias –le dije a la chica para después irme casi corriendo a la mesa
–Max Blake.
—Lizzie Green ¿Cómo estás? ¿Qué te trae por aquí hoy?
—Noah me está esperando abajo…así que me iré.
—No lo
creo –dijo tomando mi mano para que no avanzara más –Lamentablemente a Noah le
cancelaron su reservación, un pena que no hayas ido a trabajar para escuchar su
llamado ¿no crees qué es una pena?
—Maximiliano
–miré su mano y moví la mía para que no me siguiera tocando — ¿Qué tratas?
—Si te
sentaras y no llamaras tanto la atención de los demás, esto sería mucho más
ameno –miré a mi alrededor y las demás personas que se encontraban ahí me
estaban mirando.
No sé si
era por estar con Max, porque escucharon algo que dije o porque simplemente vestía
mal para estar en este lugar.
Me senté
resignada.
— ¿Por qué
presiento como si te estuviera viendo más de lo común? Creo que ni siquiera en
tu departamento te veía tan seguido.
—No es un
presentimiento, es cierto.
—Realmente
eres tú, tú me sigues. Yo ya no vivo contigo.
—Dime por
qué venias a reunirte con Noah ¿vienes a una cita? ¿sabes lo qué estás provocando
con esto? –me acomodé en la silla.
—Tengo
hambre, venía a comer con Noah y tú me has quitado a mi cita, con quien iba a
estar toda la noche –él frunció el ceño — ¿es qué en todos tus años de
existencia no has aprendido nada? Es estúpido que venga aquí para una cita con
Noah luego de lo que vi. Yo pensé que eras inteligente, eres un hombre
negocios…
—No es lo
mismo contigo –no tome en cuenta esas palabras –mientes cuanto se te antoja,
nunca he sido bueno descubriendo mentiras a menos que lea la mente.
—Me da lo
mismo, aun así, tengo hambre –Max solo levantó la mano y vino un camarero a
atendernos.
Cuando
hizo eso pude notar como vestía, ahora estaba con un traje gris oscuro, camisa
blanca y una corbata que combinaba. Era obvio que venía del trabajo, pero de
todas formas se veía guapo.
Me sentía
mal por estar solo con unos jeans claros y una chaqueta de deporte con gorro.
Nada adecuado para el tercer piso de La Cueva
Le dije al
mesero que es lo que deseaba y Max también lo hizo, cosa que me sorprendió.
—Entonces
venias a ver a Noah por lo que sucedido ayer ¿no?
—Y aquí al
frente tenemos al futuro sucesor de Sherlock Holmes –él frunció el ceño.
—Deja de
comportarte como una niña inmadura, Green.
—Deja de
compórtate como un idiota y esperar que te traten bien por ello, se consecuente
a como tratas a los demás –él rodó los ojos.
— ¿Sigues
así por el comentario sobre tu sangre? –miré hacia el lado –ya te dije lo que
opinaba.
—Sí, me
quedo muy claro.
—Green, no
esperes que te ruegue, yo no soy así…además agradece que te sigo tratando bien
luego de lo que paso en tu casa, sé que no dormiste con Noah porque lo sabría
solo con mirarte, pero si sabes cómo arruinarme el humor para tener sexo.
Quede
pensando en lo que dijo, era un buen dato, pero sin dudas en otra situación así
no sé si haría que se detuviera. De solo pensar en estar con Max me ponía
nerviosa, había pasado tiempo desde la última vez.
— ¿Por qué
no dejaste que me reuniera con Noah? –él bufó.
—Porque es
peligroso –fruncí el ceño sin entender.
—Eso es
mentira Max, si mientes hazlo con algo que me engañaría, no la estupidez que me
estás diciendo –él me miró sin decir nada por varios segundos.
—El
próximo fin de semana veremos lo que sucede entre Noah y tu padre, pero ahora
no ¿has entendido?
— ¿Tengo
opción? –él negó –muy bien, ahora me iré ¿está todo dicho y declarado? –él me
quedo mirando varios segundos sin decir nada — ¿Qué te sucede? –en ese momento
llegó el camarero con lo que habíamos pedido. Miré el plato y lucia increíble.
—Espero
que les agrade –dijo el chico para después irse.
— ¿Qué
tienes, que atraes tanto a los hombres? –fruncí el ceño al escucharlo.
— ¿De qué
hablas?
—Ese chico
te quedó mirando todo el tiempo.
—Estas
mintiendo ¿Qué te sucede Max? –miré como llevaba su mano a su mentón y me
miraba pensando.
Tuve que
esquivar su mirada antes de que comenzara a recordar situaciones que solo harían
que cometiera algún error con Max.
—Solo
estoy diciendo lo que veo –tomé el tenedor y llevé un poco de comida a mi boca
— ¿Por qué
has hecho esto? Pudiste llegar a mi departamento y decirme que no fuera, como
lo haces usualmente, además ¿Qué estas comiendo? Tú no comes –lo último lo
susurré.
— ¿Y a ti
qué te importa?
—Qué
respuesta más madura –volví a llevar algo de comida a mi boca.
Él tosió
un poco y me miró.
— ¿Cómo le
está yendo a Robin con Nathalie? –lo miré asustada.
— ¿Qué les
has hecho? –él bufó cansado.
—Solo te
estoy preguntando, no significa que les he hecho algo.
— ¿Qué
estás planeando?
— ¡Green,
deja de hacerme preguntas! Solo conversa, es un diálogo ¿cuán difícil puede ser
para ti tener una?
Lo quede
mirando sorprendida y recién ahí mi mente reaccionó a todo esto. Restaurante
sección VIP, comida, preguntas triviales ¿es qué estábamos en una cita?
—Me
pudiste haber dicho que me estabas invitando a una cita, como para arreglarme
un poco más –él frunció el ceño molesto y sacó la servilleta de sus piernas
para dejarla en la mesa.
—Muy bien
–se iba a poner de pie.
—Que
cobarde—realmente presentía que Max quería sacarme la cabeza con su mirada —
¿Por qué no te vuelves a sentar?
— ¿Por qué
crees que haría tal cosa? –le sonreí.
—Porque
vamos a comer… —él me miró molesto –y además porque las demás personas te están
mirando –él se volvió a sentar –están bien –dije recordando su pregunta –
¿notaste que trabajan mucho? Se han esforzado para tener su negocio.
—Sería una
lástima si lo perdieran.
— ¿Cómo
crees que podre tener una conversación contigo si estás amenazando a mis
amigos?
—No lo
digo por mí, lo digo por tu padre –lo miré asustada.
— ¿A qué
te refieres? ¿has descubierto algo?
—Estuve
averiguando algunas cosas y tu padre no tiene un pasado muy limpio por el mundo
de los negocios –sonreí.
—Dime algo
que no sepa.
—Me
refiero a ti, Green –me tense de inmediato –apartando lo de la violencia hacia
a ti, ese hombre ha influido hasta en tus amigos.
— ¿Por
qué?
—Damien
quería hacer su propio negocio ¿no? –asentí –bueno, para eso tenía que irse a
Europa, se iba a llevar a Sophia y de por sí, tu también querrías ir.
—Eso pasó
hace tiempo.
—Pero lo
iba a cumplir Green, solo que tu padre no lo permitió… —tomé un poco de mi
vino.
— ¿Y eso
por qué?
—La misma
pregunta te quería hacer, hasta he descubierto que me quiere hacer caer en los
negocios, ha pagado mucho dinero para que le den información importante.
—Él no me
quiere lejos, eso es lo que sucede, tendré que hablar con él respecto a Damien,
no puedo creer que haya hecho eso —recordé lo triste que estuvo mi amigo por
haber perdido mucho esfuerzo en su proyecto –iré el próximo fin de semana y le
diré que te deje tranquilo.
—Créeme
cuando te digo que no necesito que alguien interceda por mi…e iremos juntos en
los próximos días, lo que él desea es alejarte de mí.
—Ha de
saber que son de la misma línea ¿no?
—No
confundas las cosas, Green.
—Tú de verdad
crees que soy estúpida –él frunció el ceño –eres de la misma línea que Luke, te
puedo identificar…no tienes nada que decirme, me golpeaste e hiciste mucho más,
hasta quedas peor que mi padre –Max me quedo mirando sin poder responder nada a
lo que le dije –creo que esto no ha funcionado muy bien, ha estado increíble la
comida pero aun así me tendré que retirar.
—Tú no te
mueves –dijo tomando mi mano, sin permitir que me pusiera de pie –y si lo
haces, lo harás conmigo —pude ver claramente como su mirada cambiaba a un
sentimiento que no pude reconocer.
Miré como
tenía tomada mi mano y cerré los ojos, buscando algo lindo que Max hubiera
tenido conmigo, algo, aunque fuera pequeño, que me diera una esperanza de que
había otro Max detrás de este.
—Sigues
así por tu sangre, lo sé, me equivoqué y eso es lo último que diré –lo miré
sorprendida.
Con eso no
tuve que buscar ningún recuerdo; había admitido que se había equivocado. Solo
por probar pasé mi dedo pulgar por su mano, él la sacó de inmediato y me quedó
mirando enojado. Parecía un gato malhumorado.
—No sé
cómo no te han salido arrugas, siempre estás enojado –me sonrió sin poder
evitarlo.
—Teresa te
mandó saludos –dijo mirando hacia el lado, como si estuviera mirando a otra
mesa, pero sabía exactamente que le incomodaba lo que estaba diciendo. ¿Estaba
avergonzado?
¿Quién
demonios era Maximiliano Blake?
— ¿Max? –él
me volvió a mirar — ¿Por qué eres tan diferente al Max que conocí en Blake.
Ltda.? –él me sonrió.
— ¿Y tú
por qué no eres de las mujeres que se quedan calladas? –no me hizo gracia lo
que dijo –era una broma, Green.
—Bueno, de
comediante te mueres de hambre, responde –dije ahora de mal humor.
—Ese no existe,
solo te estaba probando —lo quede mirando unos segundos.
—No te
creo, pienso que ese eres tú y lo escondes muy bien.
—Según tu,
Noah era bueno –buen punto –bien, creo que mejor te apresuras, tengo que hacer
otras cosas —sonreí.
—No
mientas, te quedarías aquí aunque me demorara horas comiendo –él me quedo
mirando entrecerrando los ojos.
—En la
confianza esta el peligro…ten cuidado.
Realmente
no me importó lo que dijo, ya que mi confianza hacia él era completamente nula,
estaba sana y salva si era por eso. Nos quedamos hasta que termine de comer,
Max ni siquiera tocó su comida.
Salimos
del restaurante y antes de irme hacia Thomas, Max me llevó hacia otra
dirección. Lo miré sin entender, pero antes de preguntarle, él llamó a Thomas y
le dijo que se fuera porque no me iría con él.
— ¿Qué
haces? Thomas estuvo esperando todo este tiempo por nada.
— ¿Y? para
eso le pago.
—Que
despectivo, Thomas es muy leal a ti, deberías retribuirle de igual forma –él
abrió la puerta del su auto para que entrara, lo hice y él entró en menos de un
segundo.
Pude notar
que ahora había elegido un auto mucho más normal.
—Mañana
espero que arregles tus cosas en la noche, el sábado partimos a primera hora a
Rusia —miré hacia un lado.
Ese viaje
me complicaba la existencia hasta más no poder.
— ¿Por qué
cambias el tema sobre Thomas? Recién hoy te estaba defendiendo.
—Sé a qué
estilo de personas contrato –miré hacia
el lado.
Era
imposible ilusionarme con que él fuera un poco más común y con un carácter más
llevadero, ya que cada vez que comenzaba a tener la esperanza, él la arruinaba
con un par de palabras.
Siguió
manejando sin que ninguno dijera nada, no le tomó mucho llegar a mi edificio.
—Verte de
mal humor es peor que ver lo malvado que puedes llegar a ser –después de decir
eso no sé qué movimiento hizo Max, pero los asientos se movieron hacia atrás y
con agilidad me tomó de mi cadera para dejarme sobre la suya.
—Muy bien
–lo quede mirando asustada por el movimiento tan rápido que hizo. Me tuve que
apoyar en su pecho –haz que mi mal humor cambie –estaba más alta que Max desde
aquí y parecía que sus labios estaban a mi disposición para hacer lo que se me
antojara con ellos.
A pesar de
estar en una situación que realmente añoraba, de estar extrañamente sobre él;
cosa que no le agradaba ni un poco, no le seguí el juego.
—No estoy
para esto –dije bajándome de él –si estás de mal humor, cámbialo, no soy tu
bufón personal. Nos vemos mañana en el trabajo –me bajé del auto y me fui
directo a mi edificio.
Como se me
estaba haciendo costumbre, miré hacia donde Max, pero el auto desapareció con rapidez.
Mi corazón
aun saltaba desbocado por haber tenido una cita con el Max Blake, el vampiro
más malvado y extraño del mundo.
O___O aun no puedo creer que haya gente que apoye a Max jajajaja insolitooo, se merece la pena de mil infiernos por todo lo que ha hecho, pero bueno, ya se sabe que sufre en el futuro jejejejeje Gracias por leer y por sus hermosos comentarios <3
Para mii que tu eres team Noah xD okno....
ResponderEliminarAy pero que bello mi MAX *-* tan rudote
Max <3.<3!! Me encanta esta historia :D
ResponderEliminarPues yo soy team lizzie que no se deje que le haga ver su suerte a este darkward
ResponderEliminarBueno, cuando quiere Max es muy bueno, pero cualquiera se hubiera molestado cuando dice otro nombre, me reí mucho!!!!
ResponderEliminarMe encanta Max, porque sé que después sufre, pero aunque la trata horrible, ella tampoco es muy buena con él, no????
Besos gigantes!!!
XOXO
Awww...una cita y se pone todo mal humorado...pero era una cita¡¡¡mirenlo, buscando temas de conversaacion awww¡¡ Luke que mal padre y Noah: Te odio¡¡¡ jajaja espero ese viaje a Rusia con ansias locas¡¡
ResponderEliminarJajajajaja me encanta esta escena jajajajajaja es que por Dios! Si alguna vez me ofenden Y me empiezan a calentar juro que hago la misma. Que se vaya al carajo -.-
ResponderEliminarBah, yo quiero al Máx de mucho más después, éste desgraciado por ejemplo se puede ir lentamenta a la verdadera damier ^-^ y en torguga si quiere, yo invito el pasaje ;) ^-^
Jajajaja me encanta Lizzie definitivamente y me da ternura Máx, a pesar de que es un desgraciado, empieza a ser domesticado ^-^ Jajajaja
Vamos Dani, gracias y en serio, estudia la posibilidad, voy a hacer campaña hasta el 23
#PorNavidad2CapitulosIP jajajaja
A nooo lizzi de paso..Como le dice noah a las en ese momento..eso no se hace..Que mara... pero bueno.por fin más comienza a pagarlas todas jejejwj.....sube maaas danii..No seas malota
ResponderEliminar