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“Perdida”
Lilia le mostró
el Contrato de Sangre a Adam, quien no dudó en leerlo.
Le tomó un
segundo.
—Esto no
tiene sentido —respondió el Caído, sin comprender lo que estaba leyendo.
—Dame eso —Lilia
se lo quitó y comenzó a leerlo en voz alta, como si de esa forma pudiera
explicar las palabras del contrato.
“Se establece que Adam, ángel Caído, tiene
estrictamente prohibido herir una vez más a Lilia, Nephilim hija de Thaumiel.
Jura, por concedido en este contrato, protegerla con su vida si esta corre
peligro en un futuro. De incumplir este contrato por tercera vez, las sombras
de Lucifer irán por su alma para romperla en pedazos y enviarla al infierno.
Contrato establecido por Thomas Santderic,
Nephilim hijo de Lucifer”
—Realmente
no entiendo a este chico —dijo Adam, sin poder creer que esta fuera la forma
que Thomas elegido para atraparlo.
—Thomas no
es malo, quizás entendió que no va a suceder nada más entre nosotros.
Adam la
miró incrédulo, no confiaba en las palabras de Thomas, pero sin duda ese era su
Contrato de Sangre, el cual ya estaba escrito y los términos habían sido
establecidos.
— ¿Pero cómo
sabrá cuando me haces daño? No tiene sentido.
—Las
sombras de Lucifer saben todo ante la oportunidad de tener una nueva alma para
su Infierno. Mi sangre esta en ese pacto, he accedido.
—No puedo
creerlo —dijo ella, metiendo de nuevo el Contrato de Sangre en la caja de
seguridad, aunque luego se detuvo y se la ofreció a Adam.
—No, guárdala.
—Me niego a
que tengas un pasaje al infiero porque me haces llorar, es estúpido.
—Se acabó,
aquí tienes mi póliza de seguro. No volveré a hacerte daño, guárdala de una
buena vez.
—Es
peligroso, además tampoco quiero que estés a mi lado por este trato con el hijo
de Lucifer.
—Solo guárdala,
Lilia —dijo él, con cuidado.
Ambos se
miraron por un par de segundos, él asintió para reafirmar su decisión. Lilia
guardó el contrato y cerró la pequeña puerta de la caja de seguridad.
Adam
comenzó a cerrar las cajas de seguridad para dejar todo como se encontraba
desde un principio. Lilia no dejó de mirarlo, un tanto confundida por dejar el
contrato donde se encontraba, además estaba agotada, no quería volver a usar su
poder otra vez.
—He estado
pensando que Noelia no nos ha dicho toda la verdad sobre Dana —dijo Adam,
atrayendo la atención de Lilia.
— ¿Qué? —preguntó
ella, sin entender a lo que se refería el Caído.
—Dijeron
que ella estaría tres meses humanos en entrenamiento, pero no creo que eso vaya
a ser factible, Gabriel ha destruido antes de tiempo a Ethan.
—Es cierto —afirmó
Lilia, pensando en lo fácil que se le había hecho al Demonio acabar con alguien
como Ethan —no pensé que caería tan rápido en el juego de Gabriel, Ethan… era
una buena persona ¿sabes? No debió acabar de esta forma.
—No sé cuánto
tiempo le queda, ni siquiera sabemos dónde se encuentra. Quizás haya vuelto con
Gabriel y si es así —Adam se sentó en el frio suelo, apoyándose en la pared
llena de cajas de seguridad —no tenemos mucho que hacer por él.
—Thaumiel
dijo que así debía ser, que Ethan estaría junto a Gabriel hasta el final ¿a qué
se refiere? ¿Hasta que vuelva Dana?
—Supuestamente…
Lilia se
sentó a su lado, agotada.
—No hemos
hecho un buen trabajo, Adam —el Caído tomó su mano y entrelazó sus dedos con
los de ella.
—Claro que
no, todo sería mucho más fácil si la voluntad de la persona estuviera a nuestro
favor, pero Ethan se ha comportado todo este tiempo como un excelente aspirante
a Demonio.
—Solo
quiero que ella se reencuentre con él, estoy segura que de esa forma la sed por
sangre menguara porque la recordará ¿cierto? Cuando la vea le será imposible no
sentir el amor que alguna vez tuvo por ella.
Adam
sonrió, triste, pensando en lo ingenua que estaba siendo Lilia.
—Le
borraron la memoria y además le hicieron creer una falsa verdad ¿crees qué se dé
el tiempo de pensar sobre lo que siente?
—Debe
hacerlo —respondió ella, segura de sus palabras. Por una razón desconocida
confiaba en Ethan.
—Ethan está
perdido, Lilia, pero no de la forma que todos esperábamos… no sabemos si está
realmente arrepentido de lo que ha hecho y si no es así, no le costará nada a
Lucifer tenerlo entre sus manos y su ejército. La Luz arriesgó mucho con él y
puede que pierda.
Lilia negó
a las palabras de Adam, pero no fue capaz de rebatirlas.
— ¿Y qué
sucederá de ser así? ¿Qué hará Lucifer con él?
—Si lo
logra tener, no podrá ocupar el don que tiene ya que será por completo un
demonio y dejara de ver las almas perdidas… pero jodera todo el plan para tener
a cientos de demonios del lado de la Luz.
—Insólito… —susurró
Lilia, creyendo que la idea de la Luz realmente era bastante buena, pero
pecaban de ingenuidad ya que no se podría imaginar a demonios yendo hasta la
luz ¿en qué se convertirían de ser así? ¿Es que acaso había demonios lo
suficientemente decentes para renunciar a la oscuridad que le proporcionaba
Lucifer? Ella no lo creía, jamás había confiado en los demonios. Ni siquiera tenía
muchos conocidos demonios, como Arial.
— ¿Estás
muy cansada o puedes con una puerta más? Debemos salir de aquí —dijo mirando a
la puerta principal, que se había cerrado al instante de haber entrado.
—Una más… —susurró,
mirando la puerta como su peor y más grande enemiga.
Sus ojos
violetas brillaron y se puso de pie, decidida a salir de ahí para refugiarse en
su cama. Necesitaba un descanso.
Eric comenzó
a recoger su armadura y a ponérsela mientras Arial dormía sobre la cama. No se
sentía bien teniendo todo en el suelo y mucho menos sin tener su espada. Para
cuando estuvo listo y completo, sus alas desaparecieron al igual que el resto
de su armadura, para dejar a un humano corriente que vestía un abrigo negro.
Ya luciendo
como alguien normal se deshizo del abrigo y miró a la Nephilim. Decidió tener
un tiempo libre de ella, necesitaba dejar de lado las dudas que estaba
sintiendo, por lo que salió de la habitación y se dirigió hacia la cocina… tenía
un hambre feroz, no había comido nada en horas y al estar en la tierra tenia
necesidades comunes, como los humanos. Le encantaba comer, era lo mejor de
estar en la tierra… era lo que pensaba antes de conocer a Arial.
Para cuando
entró a la cocina, encontró esta vacía. No estaba la asistenta de Adam, que
extrañamente era humana y no se daba cuenta de los hechos anormales que había
en aquella casa, ni siquiera de los antiguos demonios de baja categoría que
cuidaban la casa del ángel Caido en el pasado.
De mala
gana Eric fue hasta la nevera, de donde sacó una lasaña congelada y la metió en
el microondas por un par de minutos, para después sentarse en la pequeña mesa
de la cocina y comer en silencio, pensando en cómo sobreviviría sin Arial
cuando llegara el momento. Tan solo había pasado unos minutos y ya la
extrañaba, también pensaba en cómo acabar con Azazel, ese maldito Demonio que
estaba empecinado en herir a su Nephilim.
Todo quedó
en nada cuando sintió cierta presencia.
— ¿Puedo
acompañarte?
Eric
observó su lasaña, ni siquiera la había sacado del envase en el que venía.
—Hay
tenedores en el segundo cajón de la izquierda, Noelia.
La Serafín
sacó un cubierto y luego se acercó muy tranquila hasta Eric, se sentó al frente
de él.
— ¿Qué
haces aquí, Noelia?
Ella lucía
como una humana cualquiera en esos momentos, sus dos pares de alas visibles no
se encontraban expuestas y solo llevaba un vestido blanco, veraniego, como
prenda. Su cabello claro como su ropa iba libre, luciendo mucho menor de lo que
realmente era. Sus ojos miel observaban atentos a Eric mientras le robaba un
poco de lasaña.
—No sabe
muy bien —dijo ella, poniendo una mueca de desagrado.
—Bueno,
estaba congelada y la deje mucho tiempo en el microondas, jamás sabré utilizar
esas cosas.
—Un
excelente indicador para ver que no estás donde corresponder, Eric.
El levantó
la mirada muy serio. Sus ojos verdes la miraban de forma dura y fría.
—Me
enviaste una nota con Dana, muy considerado de tu parte.
Ella sonrió
levemente, luciendo aún más joven, como si estuviera pasando un excelente
momento con algún amigo. Cosa que no era cierta.
—Bueno,
estás muy ocupado con a Nephilim Arial, entonces no pude bajar directamente a
decirte la decisión sobre su caso.
—Y al
parecer tampoco pudiste bajar y decírselo a la cara ¿no sería eso mucho más
honorable?
La sonrisa
de Noelia se esfumó tan rápido como llegó.
— ¿Y desde
cuando damos esa información directamente? ¿Debería tener un trato especial, tu
Nephilim Arial?
—Su nombre
es Arial, no es necesario que destaques en cada oración que es una Nephilim,
todos lo sabemos.
Eric
recordó los pasados juicios de los Serafines y efectivamente, jamás los
revelaban directamente a los afectados. Como el caso de Dana, primero se le
informo a él y luego a Ethan para finalmente entregarle las noticias a ella, en
una miserable carta escrita por los Serafines.
—Al parecer
a ti se te ha olvidado que es una Nephilim, por eso me encuentro aquí ¿es que
acaso tengo que venir nuevamente a advertirte de tu comportamiento? Pensé que
décadas atrás sería la última vez ¿quieres renunciar a la Orden? ¿Volverte en
un Caído?
Eric se quedó
en silencio, sin ser capaz de responder como la última vez. Cuando había caído
en todos los vicios humanos posibles, nunca había dudado sobre seguir siendo un
ángel, ahora en cambio… no podía responder con la misma rapidez que en el
pasado.
— ¿O solo
quieres acostarte con ella? Quizás pueda solicitar un permiso ¿sabes? Se
consideraría debido a que llevas tanto tiempo en la tierra y como eres el
encargado de entrenar a los Arcángeles, podemos arreglar algo para que sigas
con nosotros.
— ¡Silencio!
—rugió él, furioso y sintiendo que su apetito se desvanecía. Movió la lasaña
hacia un lado —no permitiré que hables de ella como si fuera algo desechable
¿entendido?
—Bueno, yo
tampoco puedo permitir que tengas este comportamiento ¿Cómo lo solucionaremos?
Por lo que veo no es solo deseo lo que sientes ¿te has enamorado de ella?
Espera… ¿Cómo fue que dijiste? ¿Qué no te importaban Dana y Ethan, sino que
Arial?
Eric se
puso de pie, sin poder seguir soportando la mirada acusatoria de Noelia. Sus
ojos dorados podían ser infernales cuando estaba furiosa con algún ángel.
— ¿Quieres
hacer un trato conmigo para que me quede con ustedes? —preguntó Eric, aceptando
el juego de Noelia.
La Serafín
al escucharlo, se tensó, no esperaba que Eric, quien desde su época Oscura
había sido un ejemplo a seguir para los demás ángeles, cayera en un juego tan
bajo como el que ella le estaba ofreciendo.
—Así es ¿de
verdad quieres que eleve esa solicitud? ¿Una noche libre con tu preciada Arial?
Eric se
giró hacia ella.
—No, quiero
un arma directamente hecha por parte de Él para acabar con Azazel.
Noelia
suspiró, aliviada de no haber perdido al ejemplar ángel, aunque los deseos que
él tenía, no fueran factibles.
—No puedo
pedir eso —dijo ella, esquivando su mirada —Azazel tendrá su final, no dudes de
eso.
Eric la
miró sorprendido. Era cierto que los Serafines tenían la capacidad de ver el
futuro, pero nunca revelaban nada, ni el más mínimo detalle.
—Claro que
tendrá su final —respondió Eric —pero quiero que sea este año, para que deje
tranquila a Arial.
—Y
sucederá, solo debes protegerla mientras estés en la tierra. Azazel no volverá
a molestarla y es todo lo que diré sobre el tema.
Eric la
miró, esperando alguna reacción para desconfiar de ella, pero luego recordó que
estaba hablando con un Serafín. No mentían, era imposible.
—Entonces
¿Qué arreglo tendremos para que te quedes con nosotros?
El
Dominacion tenía claro que no necesitaba ningún incentivo para seguir siendo
leal a la Luz, no había soportado estoicamente por nada cada prueba que tuvo
que sobrellevar junto a Arial, incluso el amarla como lo haría por el resto de
su existencia, pero quería encontrar algo que pudiera ayudar a la Nephilim
cuando el ya no estuviera a su lado.
—Quiero que
la perdonen y vuelva a entrar en ese trato, sabes que ella se ha esforzado más
que nadie para mantener a Ethan con nosotros.
Noelia se apoyó
en la silla, cruzándose de brazos y mirando fríamente a Eric.
—Sabes cómo
son las reglas, sé que ella es quién más ha hecho, incluso sé los planes que
quiere llevar a cabo ¿crees que fue un gusto condenarla a un destino de
constante escape? ¿A esa criatura que es una deslenguada, altanera y te está
poniendo en constante peligro para volverte en un Caído, aunque no se lo
proponga? Porque no es así, para mí, personalmente no es un gusto traer estas
noticias… sabes muy bien que no estoy en contra de las Nephilim ¡lo sabes muy
bien! —dijo ella poniéndose de pie, dejando que el enojo la absorbiera —pero no
se puede perdonar ese comportamiento, no cuando no se es humano… ella sabía que
estaba haciendo mal y si se le excusa, tendremos que hacerlo con los demás.
Eric no
pudo evitar sorprenderse por la actitud de Noelia, no era normal que ella
perdiera los papeles de esa forma.
—Entonces
no hay nada que puedas hacer por mí.
— ¿Debo
esperar que te vuelvas en un Caído? —preguntó ella, recuperando su inexpresión.
Eric se quedó
en silencio por un momento, pensando en lo cerca que estuvo de caer ante Arial,
de la fuerza de voluntad y del autocontrol que estaba usando. Si no podía tener
nada para Arial a cambio de seguir como Dominacion, no había nada más que
hacer. Solo siendo un ángel podría protegerla de los constantes peligros que
enfrentara.
—No, soy
leal a la Luz, como jure al momento de aceptar la Orden.
— ¿Pero…? —preguntó
ella, descubriendo que había más contenido en esas palabras.
—Pero no
puedes controlar que este enamorado de ella y será así por toda una eternidad.
— ¿La
cuidaras por una eternidad mientras entrenas a los Arcángeles?
Eric
sonrió, seguro de sus palabras.
—Lo haré y
le diré a mis Arcángeles que no se atrevan a herirla o realmente me volveré en
un Caído.
Los ojos de
Noelia se entrecerraron. Sin duda Eric era astuto ya que le daría a Arial lo
que el trato entre las Nephilim proporcionaba.
—Muy bien
entonces, confió en tu palabra.
Él solo
asintió.
—Y
prepárate porque esto se acabara antes de lo que piensas, Ethan ha estado
entrenando con Gabriel en el Lugar sin tiempo y espacio.
Los ojos
verdes de Eric se oscurecieron.
— ¿En el
Infierno?
—Claro que
en el Infierno, el otro lugar solo sería con nosotros y no, no lo he visto por allá
arriba.
Antes que
Eric pudiera decir otra palabra Noelia desapareció ante él, elevándose con una
rapidez que él podría envidiar, al igual que sus alas extras.
—Sal de
dónde estás —susurró Eric.
Arial cerró
sus ojos un segundo, apoyada al lado de la puerta que daba a la cocina. Secó
rápidamente sus lágrimas y se armó de valor para entrar a donde se encontraba
Eric.
—Bueno,
bueno —dijo ella sonriendo —si hubiese estado en tu lugar, habría elegido pasar
una noche libre conmigo. Haría que valiera la pena.
Eric
sonrió, pero aquella expresión no llego a sus ojos. Sabía que ella estaba
ocultando su pesar en una falsa sonrisa. Sin embargo, le encantó verla solo con
su ropa interior, al medio de la cocina y mirándolo con aquellos ojos rojos.
—Tienes
razón, Arial —susurró él, sin apartar la mirada —no puedo dejar de ser un Dominacion,
tanto por ti, como por mí.
Ella tensó
su mordida, tratando de soportar las lágrimas que querían escapar para inundar
sus mejillas. Odiaba a Eric por hacer que llorara con tanta facilidad.
—Si estamos
con… confesiones —dijo tosiendo para aclarar su voz —yo también debo admitirlo.
Eric la
miró confundido, sin entenderle, pero ella siguió hablando, aclarando cualquier
duda.
—Yo también
estoy… —ella se quedó en silencio por uno segundos, sin era capaz de pronunciar
las palabras que deseaba decir hace varios días. Eric comprendió de inmediato
las intenciones de la Nephilim.
El
Dominacion se acercó a ella, tanto que Arial solo tuvo a Eric en su campo
visual.
— ¿Te ayuda
si lo digo primero? —Susurró él en el oído de ella —porque si, te amo.
Arial cerró
sus ojos y escondió su rostro contra el cuello de Eric, sin ser capaz de
responderle de la misma forma, ya que aceptar que estaba enamorada de él, era
hacerlo aún más real y más doloroso.
Se deberían
separar y nada cambiaria eso.
—No sirve
de nada ¿cierto? —Preguntó ella —tan solo me pones más triste. Demonios, es
como si en todo momento estuviera triste. No me gusta esto.
—Aunque —dijo
él, rodeándola con sus brazos —no vale si estás sonriendo cuando en realidad te
sientes apenada. Lo que en realidad haces un montón, debes detenerte Arial. No correrás
peligro, yo estaré protegiéndote… no debes seguir preocupada.
—Cállate —dijo
ella de inmediato, escondiendo sus manos ahora en los bolsillos de los jeans de
él —aún falta para que te vayas, no tienes que despedirte ¿sí? —lo miró con sus
ojos llenos de lágrimas.
—Muy bien,
entonces creo que lo mejor es ir a descansar ¿no crees? Es bastante tarde.
—Y mañana
es la última noche del año, gran fiesta en el Lucifer.
Eric llevó su
mano al rostro de ella, acariciando sus labios con el pulgar, tratando de
guardar muy bien las sensaciones que provocaba tocar a la Nephilim.
— ¿Sabes
que esa noche hay que llevar disfraces? No sé tú pero yo elegí uno bastante
revelador, es más, lo tengo preparado desde comienzos de este año, solo para
joder a los Arcángeles… ya sabes, un año más con vida y…
Eric la
silenció con un beso, tan corto que Arial se empinó para poder seguir teniendo
los labios del Dominacion. Sus ojos verdes se oscurecieron por el deseo de
tenerla, cada vez le costaba más controlarse, sobre todo cuando hacía un par de
horas estuvo casi por caer ante ella. Sin embargo, no podía tenerla tan cerca y
no hacer nada.
Volvió a
besarla y esta vez comenzó a caminar, logrando que ella retrocediera mientras
se dejaba hacer por el Dominacion. Cuando logró apoyarla contra la pared, rodeó
su cuello delicadamente con sus manos y la siguió besando, causando que el
corazón de Arial se disparara y que los recuerdos de la reciente noche
fatídica, se quedaran en el pasado.
—También te
amo —dijo ella, susurrando contra los labios de ángel.
Eric la tomó
entre sus brazos mientras que ella a la vez rodeaba su cadera con las piernas,
riendo por lo rápido que habían sido los movimientos del ángel.
—Bueno,
podríamos entretenernos un poco antes de dormir ¿no crees? —preguntó ella,
mordiendo levemente la oreja de Eric, quien sintió un escalofrió recorrer su
espalda.
—Eres la
tentación hecha persona, Nephilim.
Eric subió
sin problema la gran escalera y llegó a su habitación, sin soltar a Arial.
Cerró la puerta con una mano y luego se dirigió hacia la cama.
— ¿No te
regañaron por este tipo de jueguitos? —preguntó Arial cuando Eric se subió con
ella a la cama, la recostó con cuidado sobre esta.
—Eso no
importa.
Eric
observó a Arial otros segundos, dejando sus manos apoyadas en los costados de
ella, justo al nivel de su cadera.
—Nos
metimos en un problema ¿no? —preguntó ella, sonriendo —debiste seguir
comportándote como un Ángel Dictador, todo pesado y dando órdenes, así no me habrías
gustado tanto.
—Mientes,
te gusté desde que abusaste de mí en el Lucifer por primera vez.
Arial no
pudo evitar reírse a carcajadas de la broma de Eric. Sin duda su sentido del
humor había mejorado mucho con ella, le gustaba verlo hacer bromas o reír sin
preocuparse de mantener su imagen seria y peligrosa. Amaba tener ese poder en
él.
—Solo
estaba jugando contigo, te tomas todo muy seriamente —dijo ella sonriendo y
recordando lo agradable que había sido ese momento.
—Tu no
fuiste nada agradable conmigo, de todas formas —Eric se entretuvo besando el
cuello de Arial mientras ella se removía bajo él, riendo bajito —además odias a
los ángeles, yo era uno más.
—Claro que
si, además entrenas a los que me persiguen —dijo ahora mucho más seria, pero no
por lo que decía sino por las sensaciones que Eric le estaba provocando. Ya
había desabrochado su sujetador y se lo estaba sacando —aunque debo admitir que
solo me agradas tú y Dana, nadie más.
—Es todo un
honor —dijo Eric sonriendo, besando el cuello de Arial, para lentamente ir
bajando.
Arial se
recostó por completo en la cama, rendida ante las caricias del ángel, sin
embargo no pudo deshacerse del punzante dolor que tenía al recordar que este
partiría. Una historia de amor con un final muy poco favorable… supo que de
alguna forma, si se enamoraba, debía terminar de aquella forma, toda su vida no
había sido de color de rosas precisamente.
Lilia había
perdido toda fuerza luego de abrir la última puerta para escapar de casa de
Thomas, es por eso que Adam se encargó de llevarla entre sus brazos hasta que
alcanzaron el auto de la Nephilim. Luego no fue problema llegar hasta el
departamento, donde entró y la dejó con cuidado sobre la cama.
—Muy
considerado, gracias —dijo ella sonriendo, con sus parpados pesados por el
cansancio.
—Deberás
dejar tu lado demoniaco por un largo tiempo ¿sí? —preguntó él, sentándose al
final de la cama.
—Creo que
tienes razón —sus ojos violetas brillaban como nunca, prueba suficiente para
darle la razón a Adam. Su lado demoniaco estaba a flor de piel —ayúdame con los
zapatos.
Obedientemente
Adam la ayudó a sacárselos, al igual que sus pantalones y su abrigo, luego la metió
bajo los cobertores.
—Es mejor
que no vuelvas al Lucifer hasta que
te recuperes.
—Solo
necesito dormir, nada más —susurró, sin mirarlo, mantenía sus ojos cerrados —puedo
estar en la barra durante la noche, además es año nuevo ¿sabías que Dana tenía
planeado decirle luego de estas fiestas a Ethan, que era ángel?
— ¿Me puedo
quedar, para hacerte compañía? —preguntó él, interrumpiéndola.
—Claro, el
sofá esta libre, aunque creo que Arial está perdida por esta noche así puedes
usar su cama.
Adam no respondió
de inmediato, solo esperó unos segundos para ver si había algún signo que
indicara que Lilia mentía o le hacia una broma, pero no, ella solo se abrazó un
poco más a la almohada y se acomodó en la cama. Aun así, el Caído no se rindió.
— ¿Puedo
quedarme contigo, para cuidarte como tú lo hiciste conmigo?
Lilia no le
respondió, solo le dio la espalda para poder dormir mejor. Adam creyó que era
muestra suficiente para largarse de ahí porque ella no lo quería cerca, pero
cuando se puso de pie, ella movió su mano y destapó un lado de la cama pequeña
que tenía.
El Caído sonrió
al ver que podía quedarse con ella. En menos de cinco segundos ya se encontraba
con solo su bóxer, dispuesto a dormir con su Nephilim favorita.
—Gracias
por quedarte conmigo estos días —dijo él mientras rodeaba la cintura de ella
con su brazo. Besó la mejilla de ella y luego se acomodó para poder dormir.
—Dejaste el
contrato, Adam… eso significa que estás aun del lado de Dana —susurró ella
preocupada, sin poder entregarse del todo al sueño.
—Estaré
donde tú te encuentres, siempre.
Lilia se
giró hacia Adam.
—Estoy
pecando de ingenua, pero muy bien Caído, voy a creer en ti.
—Me
aseguraré de que no te arrepientas entonces.
La besó en
los labios antes de que ella se perdiera en un profundo sueño.
A varios
kilómetros de distancia se encontraba Gabriel, mirando y analizando el terreno
que rodeaba el árbol donde Dana y Ethan se habían besado bajo la lluvia, donde
él había convertido al humano en vampiro, para llevarlo de forma apresurada
hacia la Oscuridad. Gabriel deseaba que todo ocurriera rápido, necesitaba que
Dana bajara, no podía permitirse perder tiempo con ella, sobre todo porque su
mente había sido manipulada y era probable que cada día sus superiores
quisieran reafirmar sus falsos recuerdos.
Al demonio
no le servía una Dana rota, una que no pudiera diferenciar la verdad de la
falsedad. Una que no fuera capaz de reconocerlo o de tomar cartas sobre el
asunto cuando se enterara de la verdad. Necesitaba que ella despertara antes de
que acabara el año. Su paciencia se había gastado con las décadas y se
encontraba ansioso.
Gabriel
tomó entre sus manos el bastón de sombras y lo observó por unos segundos. La
Ceremonia que debía llevar a cabo en unas horas, debía involucrar a Ethan, sin
duda alguna, pero debía estar rodeado de Oscuridad, en el lugar donde fue
convertido en vampiro. Tomar el alma de un ser que alguna vez fue humano, era
un proceso complejo. Lucifer le había dado las herramientas, pero debía ser
cuidadoso.
Tomó las
medidas adecuadas y comenzó a formar un círculo perfecto, quemando el césped
con aquel bastón de sombras; luego con cuidado hizo otro circulo a unos
centímetros del anterior para finalmente darle forma a un pentagrama. Cinco
puntas, los cuatro elementos naturales y el símbolo del hombre, rodeados por el
espíritu de Lucifer. Todo se unía por los canales que había formado con el
fuego de Lucifer.
—Siendo un
Demonio no podrás estar nunca con ella —susurró, mirando su obra de arte.
Antes de
que acabara el año debía encontrar cinco personas para utilizar su sangre y
unir como se debía aquel símbolo del mal.
Gabriel no
pudo evitar tensarse, era la primera vez que llevaba un alma hacia la
Oscuridad, pero en este caso él había convertido a Ethan y era su trabajo.
Azazel lo había convertido a él y fue el encargado de su Ceremonia.
El Demonio
observó hacia la oscuridad del cielo, lleno de nubes cargadas de lluvia. Sonrió
triste, pensando en cómo su antiguos hermanos estarían viéndolo ahora, como un
demonio que hacia la Ceremonia para formar un nuevo Demonio, uno poderoso como
sería Ethan.
—No debiste
enamorarte de ella —dijo con cierta nostalgia, pensando en su pupilo.
Ciertamente
Gabriel odiaba a Ethan, pero de todas formas sentía cierta lastima por su
destino. Lo había llevado hasta las mismas llamas del Infierno, a un lugar que
se le era permitido entrar y donde seguía practicando con diferentes demonios.
Aceptó darle un entrenamiento adecuado en el lugar donde no hay tiempo, solo
porque tomaría su alma al final. Nadie podría darle un antídoto antes de ello,
no cuando él había hecho un trato antes con Thomas Santderic.
—Idiota —susurró
al pensar en el Nephilim y de lo cerca que estuvo para darle aquel antídoto a
Lilia. Estaba agradecido de que la haya descubierto con Adam, fue lo necesario
para tenerlo por completo de su lado… o mejor dicho, del lado de Lucifer.
Ahora solo
debía esperar. Dana bajaría pero se encontraría con un demonio que ni siquiera
la recordaba. La haría despertar de cualquier sueño que le hayan implantado en
su memoria y lograría que estuviera con él… o que decidiera acabar con su
existencia. Como fuera, no podía aceptar los planes que la Luz le había dado a
su Dana.
Ambos
habían sido marionetas y era hora de cortar los hilos.
—Todo
saldrá bien esta vez, me recordara como antes y no habrá ningún Ethan que pueda
interferir entre nosotros.
Tomó el bastón
de sombras con más fuerzas y sin titubear apuntó hasta su pecho. Fue
apuñalándose con este para guardarlo lentamente dentro de su ser, era un arma
que debía cuidar, ya que era necesaria para la etapa final del proceso que cambiaría
a Ethan.
Volvió a
mirar hacia el cielo mientras que sus ojos miel se volvían en unos carmesí.
—Ya nos
volveremos a encontrar —susurró, pensando en Dana.
Arial había
despertado hacia horas de un largo sueño, se había dormido al amanecer con Eric
y ambos habían terminado agotados, después de tantos juegos. Ella se había
levantado y buscado algo para comer. Eran más de las seis de la tarde y ella se
encontraba cómodamente en una esquina de la cama, mirando a Eric mientras dormía.
—Me estoy
comportando como una psicópata —dijo mientras tomaba un poco de su café.
Se había
despertado con una extraña sensación, deseaba quedarse entre los brazos de un
desnudo Eric, pero por alguna razón también deseaba alejarse de él. Tragó
saliva nerviosa al sentir como su estómago se revolvía por la ansiedad que le
provocaba pensar en la inminente partida del Dominacion.
—Sin duda
alguna eres guapo —siguió hablando sola, ya que Eric no podía escuchar.
Bebió de su
café mientras notaba como el cabello negro caía sobre el rostro del él. Sus
pestañas largas y negras se notaban desde donde ella se encontraba sentada.
Deseaba acariciarlo, pero a la vez no. Le gustaba la imagen de él, durmiendo
tan plácidamente ¿Habría dormido de esa forma alguna vez en su existencia?
—Siempre
tan preocupado… por todos.
Arial entendía
con claridad las responsabilidades que tenía él hacia los ángeles y humanos. Lo
había visto en sus recuerdos y en los de Dana; era un buen instructor y siempre
estaba preocupado de que sus Arcángeles supieran tanto sobre la capacidad bruta
de lucha como de la sabiduría al momento de usar sus nuevas habilidades. Para
la Nephilim era gracioso saber que ella lo hacía actuar de una forma nada
correcta, aunque no deseaba hacerlo caer. Ella lo amaba, pero lo suficiente
para entender sus reales deseos y no acabar con ellos.
—Idiota —susurró
ella, pensando en que si hubiese demostrado alguna bajeza durante este tiempo,
algo que le indicara que quizás no era bueno en lo que hacía, ella se había
empeñado en hacerlo caer. Gustosa le habría visto como nuevas Marcas aparecían
en su brazo derecho.
Sus Marcas,
Arial amaba los tatuajes que tenía Eric en su brazos, tanto las que obtuvo en
el izquierdo al aceptar ascender a un Arcángel tiempo atrás, como las del
derecho, cuando se comportó de mala forma y fue advertido.
Aunque no
era lo que más le agradaba de él. Sin duda alguna amaba sus alas.
La suavidad
y a la vez la protección que estas entregaban a Eric y a quien él deseara, eran
increíbles. Deseaba poder robarle una pluma, podría usarla de recuerdo para el
sufrimientos que tendría que soportar al sentirse sola.
La Nephilim
terminó de beber su café para dirigirse hacia el baño y darse una ducha,
necesitaba despejar su mente. Aun le quedaba más de una semana con Eric, no
debía abatirse antes de tiempo.
Para entretenerse
comenzó a cantar con cuidado la oración que había robado a los Serafines. La
próxima vez que viera a Ethan, no dudaría en usarla. Creía fervientemente que
solucionaría sus problemas, que funcionaría y que traería de vuelta las
memorias de Ethan… y de esa misma forma, los planes de Gabriel y Lucifer,
quedarían truncados. Ella aun tenía fe en él, creía que la parte humana de
Ethan lucharía para no caer en la Oscuridad.
Repitiendo
una y otra vez aquella oración como si fuera un mantra, estuvo bajo el agua,
hasta que decidió salir antes de volverse anciana por estar tanto tiempo bajo
el agua caliente.
Secó su
cabello, observando sus ojos rojos y su cabellera de fuego, a la vez que
ciertas cicatrices quedaban expuestas en su blanca piel. Arcángeles. La había
herido un centenar de veces en el pasado y aun no podía creer que un Dominacion
había besado cada una de ellas.
—Qué pena —susurró
al recordar que ninguno de los Arcángeles que ella creyó haber asesinado,
habían muerto realmente.
Adam les
había escondido información para no desanimarla, ya que Arial y Lilia solo eran
capaces de herir a los Arcángeles que las seguían. No acababan con sus
existencias, ya que para eso se necesitaba ser parte de la Luz o ser de la
sangre de Lucifer.
Sus
cicatrices eran por nada. Eran tan blancas y finas que a Eric le había tomado
tiempo descubrirlas, ella se quedó un tanto sorprendida al ver la expresión de
sorpresa que él había puesto. Arial llevó su mano a una que tenía sobre su
pecho, era la más notoria y no la había hecho ningún Ángel.
—Mi hermosa
hija…
Arial se quedó
de pie, mirando en el reflejo del espejo como Azazel sonreía, con unos ojos
como rojos lascivos. Le tomo un mechón de su cabello y lo enredó en un dedo.
—Basta —se
dijo a sí misma, cerrando sus ojos. Había pasado mucho tiempo desde la última
vez que su mente le jugaba ese tipo de trucos —no estás aquí.
Cuando
abrió sus ojos nuevamente, se encontraba sola. Se envolvió en la toalla y trató
de convencerse de que no temblaba. Solo el recuerdo de su padre, la noche
anterior, poseyendo su cuerpo como un demonio, la hizo caminar hacia una
oscuridad que había creído dejar en el pasado, junto con las horribles memorias
de Azazel.
— ¿Arial?
La voz de
Eric la trajo de vuelta a la tierra. Cuando observó donde se encontraba, noto
que ya había salido del baño.
— ¿Qué
sucede?
Él se
encontraba apoyado en sus brazos, aun acostado, mirándola preocupado.
—Lo que
pasa, es que pronto serán las ocho de la noche y tú todavía sigues acostado.
Debemos ir al Lucifer, hoy se acaba
el año y hay mucho que hacer en el local, estará lleno de humanos y seres sobrenaturales,
sintiéndose lo suficientemente solos como para desear acabar el año con
desconocidos.
Eric no sonrió,
ni siquiera cambio la expresión.
— ¡Debes
ducharte y ponerte algo de ropa a menos que desees disfrazarte de Adán! Si
quieres puedo ser tu Eva y tentarte durante toda la noche.
El
Dominacion no pudo evitar sonreír por las palabras de su Nephilim, aunque eso
no evito que siguiera creyendo que algo iba mal. La expresión con la cual había
salido Arial del baño lo había preocupado, parecía perdida en algún lugar muy
lejano. No fue hasta que le habló que ella despertó de donde se encontraba.
— ¿Y se
puede saber que te pondrás? —Preguntó él, un tanto curioso —ayer dijiste algo
sobre un disfraz.
—Lo he traído
hasta acá, los días que Adam durmió, así podría cambiarme aquí. Te va a
encantar, pero prefiero que te bañes y arregles, debemos partir pronto.
—Supongo
que es lo mejor que puedo hacer, de todas formas Ethan está perdido en el
Infierno por ahora, según Noelia.
—Y no hay
nada que podamos hacer, es mejor darnos esta noche de regalo ¿no te parece?
—Muy bien.
Ambos se
separaron por unos minutos, ella a buscar su disfraz y preparase mientras que
Eric se duchaba. Para cuando el Dominacion salió del baño, encontró la
habitación vacía, por lo que fue a buscar algo que ponerse a su armario.
—Arial… —susurró
al ver el papel amarillo que le indicaba que se pusiera un traje negro, sin
corbata.
“Consiénteme, será Año Nuevo, debes lucir guapo”
Él negó y
sacó el traje, incapaz de negarle un capricho como aquel. No le tomó nada poder
vestirse, incluso le dio tiempo para decidir que se mantendría con el cabello
suelto, sabía que a la Nephilim le gustaba así, mientras que él lo odiaba,
incluso, aun no sabía porque mantenía su cabello largo. Este le llegaba hasta
los hombros desde que tenía memoria, quizás fuera tiempo de algún cambio.
— ¿Eric? —lo
llamó Arial desde la habitación. Él rápidamente salió a su encuentro.
El
Dominacion se quedó de una pieza al ver a la Nephilim. Llevaba su cabello
tomado, como a él le gustaba en ella, ya que así sus ojos rojos se veían con
mayor claridad. Un corsé negro se ajustaba al cuerpo de Arial, realzando sus
atributos y curvas, llamando inevitablemente la atención. Luego seguía una mini
falda que cubría muy bien lo que debía ocultar, dejando sus largas piernas
expuestas, donde se encontraban algunos cuchillos que había usado la noche
anterior, asegurados en sus piernas.
Sin
embargo, eso no era todo lo que había dejado asombrado a Eric. Las alas que había
en su espalda, sujetas firmemente en los hombros de Arial, eran simplemente
maravillosas. Negras y amplias, lo suficiente para caminar sin ningún problema.
—Ahora veo
porque deseabas tanto usar este disfraz —dijo él, sin poder evitarlo.
—Un ángel
negro ¿Qué te parece?
Él la
observó unos segundos antes de responder, deleitándose con el espectáculo que tenía
ante sus ojos.
—Creo que
no deberíamos ir a ninguna parte, la mejor opción es quedarnos aquí, estoy
seguro que sería una noche mucho más entretenida ¿no lo crees?
Ella no
pudo evitar sonreír, feliz por haber tenido la respuesta que esperaba en Eric.
Ciertamente Arial había preparado su disfraz meses atrás, deseaba burlarse de
todos los Arcángeles que alguna vez habían deseado acabar con ella y Lilia,
pero ahora, justo en este momento, eso había quedado atrás, solo deseaba
sorprender a Eric, incluso había pensado en cambiarlo a blanco, pero le pareció
una mejor idea mantener el color… ya que no existan los ángeles negros.
—Es mejor
que partamos ¿no lo crees?
—Absolutamente
—dijo el ángel.
Adam salió
de la bodega con una gran caja llena de tequila. Solo vestía unos jeans y una
camiseta negra, nada muy preparado, solo hizo uso de la ropa que tenía en el Lucifer. Muchas veces ocupaba el local
como hogar, así que tenía lo necesario para sobrevivir.
Lilia
estaba detrás de la barra, arreglando los últimos detalles mientras Lucy le
conversaba sobre la ajetreada noche que se avecinaba. Ambas vestían solo el
uniforme del club, pantalones y camisetas negras con el nombre del lugar en
color rosa, estampado justo en el pecho.
—Con esto
será suficiente por ahora ¿no? —preguntó Adam, ofreciendo la caja. Lilia la
tomó sin ningún problema y la guardó en un espacio a su lado.
—Esperemos
que sea una buena noche —dijo ella.
—Siempre es
así… pero esta vez no te has disfrazado, esperaba algo de tu parte —dijo él,
sonriendo, solo para molestar a Lilia, ya que ella le había insistido durante
el día que debía ir en busca de algún disfraz, pero él no le dio tiempo libre.
El ángel
caído había confinado a la Nephilim a pasar el día en la cama, desnuda, con él
en la misma condición… haciendo cosas no propias para ser un Caído, pero que
ambos disfrutaron bastante.
Lilia saltó
sobre la barra, sentándose en ella y atrapando con sus piernas a Adam.
—Muy
gracioso —dijo ella, atrapando con sus manos el rostro del Caído y besándolo,
sin preocuparse de que Lucy, el ángel caído de largo cabello azabache,
estuviera sonriendo al verlo.
Todos en el
Lucifer esperaban que pasara algo
como eso, incluso el humano Sam, que era el guardia. Lucy no sabía cómo había
ocurrido, pero le agradaba, sin duda alguna, verlos de esa forma.
—Mia me ha
llamado, dice que hoy fue a verificar un contacto de Thomas y le afirmó que hoy
volvía —dijo él, rodeando la cadera de Lilia con sus manos —Y también me dijo
que Arial y Eric solo pudieron hablar con una fuente de la lista que les dio… y
que todo terminó en caos ¿sabes algo de eso?
Lilia negó,
con su ceño fruncido, no quería admitir que había olvidado por completo que
Arial y Eric habían ido en busca del proveedor de antídotos que tenía Thomas.
—Creo que
le diré a Eric que suba antes de tiempo, puede que se esté llevando muy mal con
Arial. Tendrás que acompañarla la próxima vez ¿sí?
—No hay
problema y sí, creo que Eric es realmente un pesado con Arial. Son como agua y
aceite.
—Como sea,
creo que a Eric le está afectando una estadía tan larga en la tierra, es mejor
que vuelva.
Antes que
cualquiera de los dos pudiera decir algo, la puerta principal se abrió, dejando
expuesto a Eric y Arial que venían juntos. Tanto Lilia como Adam fruncieron el
ceño. Recién cuando llegaron hasta ellos volvieron a hablar, se habían quedado
en blanco.
— ¿Por qué
llegaron juntos? —preguntó Lilia sonriendo, observando el disfraz de Arial.
Lucía increíble.
—Bueno —dijo
con un tono malhumorado Eric —supuestamente Adam seguía durmiendo y perdido en
la oscuridad, es por eso que Arial insistió en volver a casa, tuvo que dormir
ahí.
— ¡No
fuiste capaz de avisar, Lilia! —la regañó la pelirroja.
Lilia en
ese preciso momento se dio cuenta de la falta que había cometido.
—Lo siento,
tuvimos que salir luego de que él despertara —se excusó ella —en busca de ese
estúpido contrato que firmó con Thomas.
Eric miró
curioso a Adam, sin entender de lo que hablaban, pero el Caído negó, haciéndose
el desentendido, ya que explicar cómo terminó aceptado ese contrato, era una
historia que tomaría demasiado tiempo.
—Lo siento,
lo olvidé por completo.
—Por
supuesto —dijo Arial, con el ceño fruncido, estaba comenzando a hartarse de que
Lilia no ayudara en nada sobre lo relacionado con Dana —solo nosotros tuvimos
que irnos a meter a un antro de la perdición, donde estaba Azazel, todo fue una
trampa por parte de Philip, estúpido Nephilim.
—Por lo
menos no volverá a tenderte una trampa —dijo Eric sonriendo, llamando la
atención de Arial, que fue incapaz de no responderle de la misma forma.
—Eliminaste
todo lo que se movía en ese club.
— ¿Qué
demonios ocurrió? —preguntó alterado Adam.
Eric
comenzó a relatarle todo lo sucedido la noche pasada, como Azazel se había
coludido con un Nephilim para acabar con Arial, que él tuvo que eliminar a
todos los seres que ahí se encontraban, por lo menos los que no quisieron
escapar. Finalmente le explicó que Arial había quedado atrapada, aunque omitió
la posesión que había realizado el Demonio. Detalle que Arial agradeció.
—Maldición,
eso sí es un problema, no podemos eliminar a Azazel —dijo Adam, contrariado por
el hecho de que el demonio estuviera descaradamente en busca de Arial —no hay ningún
poder que tengamos para acabar con aquel ser.
—Noelia
dijo que pronto llegaría su fin, no entiendo a qué se refiere, pero solo queda
aceptar lo que dice —dijo Eric, cruzándose de brazos y notando como Lilia
miraba espantada a Arial.
Bajo la
mirada de los dos hombres, Lilia tomó del brazo a Arial y la hizo avanzar hasta
la oficina de Adam, donde se encerraron.
— ¿Estas
bien? ¿Qué te hizo antes de que llegara Eric? —preguntó alarmada Lilia,
sintiendo como su corazón latía con fuerza por la preocupación que sentía.
—Nada, nada
—respondió Arial, quitándole importancia a lo sucedido. No fue capaz de
mentirle a Lilia mirándola a los ojos, lo que no pasó desapercibido para su
amiga.
—Dime la
verdad ¿Qué sucedió anoche? ¡Debiste llamarme! —sin dejarla hablar la abrazo,
pensando en la difícil noche que tuvo que pasar Arial, sola y soportando los
recuerdos de Azazel.
—Está bien —dijo
Arial, abrazando de vuelta a su amiga, pensando en la interesante noche que
había pasado gracias a Eric —estoy bien, sin un solo rasguño.
—Pero es
Azazel —susurró Lilia, abrazándola más fuerte. Las falsas alas de la Nephilim
le molestaban, pero debía admitir que eran muy suaves.
—Eric me
ayudó… —dijo Arial, separándose de su amiga, sonriéndole para tranquilizarla.
—A mí no me
engañas con esa sonrisa falsa, algo te pasa si no es Azazel ¿Por qué estás
triste? ¿Sucedió algo? ¿Eric ha sido extremadamente pesado contigo? Adam dice
que debería subir antes, porque la tierra lo está afectando más de lo debido.
Las
palabras de Lilia fueron como un puñetazo en su estómago.
—Eric ha
sido muy bueno conmigo, Lilia —dijo Arial, tensa como nunca.
—Pero es un
Dominacion y uno muy desagradable.
Ambas
Nephilim se quedaron mirando unos segundos. Arial negó a las palabras de Lilia.
—Él es muy
amable en realidad… y yo…
— ¡¿Lilia?!
—Unos golpes al otro lado de la puerta interrumpieron a las Nephilim — ¿están
bien? —era Adam.
Lilia miró
un tanto confundida a Arial, pero decidió abrir la puerta para no preocupar más
a Adam. Este entró y miró de inmediato a la pelirroja, para descubrir si se encontraba
bien.
— ¿Estas
bien? ¿Te hizo daño?
Arial negó,
sonriendo, aunque fuera mentira ya que Azazel le había hecho demasiado daño
poseyendo su cuerpo. No dejaba de ver sombras por todos lados, ella sabía que
era su imaginación pero era difícil luchar contra su mente, cuando esta no la obedecía.
—Todo bien,
todo bien —respondió ella, sintiéndose aliviada de que tanto Adam y Lilia se
preocuparan como nadie por ella… bueno, Eric también lo hacía y bastante —Como
sea ¿está todo listo para esta noche? La banda de hoy confirmó que llegaría
pasada las diez de la noche.
—Sí, me
dijeron lo mismo —dijo Adam, sonriendo por ver bien a Arial.
—Iré a ver
si necesitan ayuda allá afuera —dijo la pelirroja.
La Nephilim
de ojos rojos salió rápidamente de la oficina.
— ¿De verdad
está bien? —preguntó Adam.
—Realmente,
no tengo la menor idea —dijo Lilia, pensando en lo que Arial estaba diciendo
sobre Eric.
Eric estaba
bebiendo un jugo de frambuesa que amablemente Lucy le había ofrecido. Él
recordaba con claridad a Lucy e Isaac, ambos habían caído como Arcángeles.
Fueron lo suficientemente astutos para caer luego de haber aprendido a
defenderse, Dana debió hacer lo mismo, le habría ahorrado un montón de
problemas de esa forma.
—Que lo
disfrute, Dominacion Eric.
El ángel se
estremeció al escuchar a Lucy referirse a él de esa forma, solo los Arcángeles
que estaban en preparación lo llamaban así.
— ¿Un jugo,
es en serio, Ángel en Rehabilitación? —preguntó Arial, apoyándose en la barra,
sonriendo como siempre.
—Muy
graciosa ¿estás bien? ¿Discutiste con Lilia?
Ella negó
de inmediato.
—Solo
estaba preocupada por mí, le dije que habías sido muy amable al defenderme
anoche.
— ¿Quién lo
diría? —se burló él, para luego beber de su jugo.
Bajo la
protección del anochecer, Gabriel tomó los cuerpos de los padres, una
adolescente y dos pequeños niños. Los metió sin ningún problema en la parte
trasera de una camioneta y los cubrió lo suficiente para que nadie pudiera
verlos.
—No hay
necesidad de sangre fresca —dijo para luego subir a la camioneta y dirigirse al
centro de la ciudad, necesitaba ir por Ethan.
Mientras
manejaba llamarón a su celular, sin duda contestó mientras iba atento al
camino.
— ¿Dónde estás?
—preguntó la voz conocida. Gabriel sonrió.
—Voy de
camino a un Portal, en busca de Ethan. La Ceremonia será en… —miró su reloj —una
hora o un poco más, debes estar ahí ¿entendido?
—Estaré,
estaré… por eso llamo, no me verás pero me encontraré en aquel lugar.
— ¿No te veré?
¿A qué te refieres? —preguntó Gabriel, molesto, no le gustaban las jugarretas
de las otras personas.
—Por si las
cosas no salen como se esperan, ya sabes, no quiero ensuciar mi imagen
involucrándome contigo y Azazel. Si todo sale bien saldré, sino, haré mi
trabajo desde cierta distancia.
Gabriel
tensó su mordida y bufó molesto.
—Bien,
Thomas, si no fueras el hijo de Lucifer te diría que eres un marica, pero
bueno, tu padre sigue siendo nuestro Rey. Adiós.
Cortó el
teléfono y aceleró la camioneta, quería salir pronto de todo ese espectáculo,
sobre todo porque no estaba nada contento con hacer aquella Ceremonia.
Simplemente era un procedimiento demasiado oscuro, aunque ni siquiera le
molestaba haber asesinado a toda una familia, sino que le preocupaba el hecho
de involucrar tanta Oscuridad.
Incluso
Azazel estaría con él, lo que no era nada bueno pero había sido un
requerimiento que el mismo Lucifer había pedido.
—Por si
algo sale mal —dijo Gabriel, imitando las palabras de su jefe —siempre hay que
tener un plan B.
Gabriel
negó, esperando que nada saliera mal porque no quería repetir el proceso.
—Que lo
jodan, nada de plan B.
El Lucifer comenzaba a llenarse y todos
parecían disfrutar del lugar mientras que la banda de chicos que tocarían esa
noche comenzaba a instalar todos sus instrumentos y probaban las conexiones
mientras todos bailaban y bebían bajo cientos de disfraces. Había tanta gente
en la pista que nadie notaba a la chica pelirroja vestida de ángel negro
bailando con un hombre de ojos verdes que la hacía sonreír.
Eric y
Arial se habían escabullido astutamente de las miradas curiosas y pudieron
bailar sin mayor problema. Sin embargo, todo se terminó cuando Arial observó
que Thomas entraba al Lucifer, con una expresión bastante rara en él. Lo siguió
con la mirada, no le costó nada descubrir que se dirigía hacia la barra, donde
Lilia se encontraba… y donde Adam la acompañaba por si había algún idiota que
la molestaba.
La
pelirroja sonrió al sentir los labios de Eric en su cuello, pero tuvo que
concentrarse.
—Detente,
Thomas ha llegado ¿crees qué tiene el antídoto? —preguntó al Dominacion.
Eric se
giró de inmediato para observar al Nephilim, ya se encontraba hablando con Adam
y Lilia.
Adam se cruzó
de brazos, no le gustaba nada ver a Thomas, menos cuando le había prohibido la
entrada al local.
—Necesito
hablar contigo —le dijo a Lilia.
La Nephilim
lo miró curiosa, su amigo vestía demasiado casual para ser el Thomas normal,
solo usaba unos jeans y una camiseta verde gastada.
— ¿Dónde
demonio has estado? —preguntó ella, curiosa por el estado de Thomas, parecía
alterado.
— ¿Podemos
hablar a solas? ¿Los dos?
— ¿Tienes
el antídoto? —preguntó Adam, tenso y molesto.
—La cosa no
es contigo, Caído, debo hablar con Lilia… —dijo realmente preocupado.
—Bien, solo
tranquilízate ¿sí? —ella miró un segundo a Adam y luego suspiró.
De un salto
Lilia salió de la barra y guio a Thomas hasta la oficina de Adam, les tomo
varios minutos pasar entre las personas, pero lograron llegar. Todo ruido quedo
detrás de la puerta.
— ¿Qué te
sucede? Luces muy alterado, de todas formas tengo varias preguntas que hacerte —dijo
ella, cruzándose de brazos.
—Algo malo está
ocurriendo y debía avisarte para que hagan lo que corresponde.
Ella se quedó
unos segundos mirándolo. No podía recordar desde cuando eran amigos, pero eran
un montón de décadas y siempre él había cuidado sus expresiones, ella lo sabía.
Thomas nunca se relajaba por completo con ella o con nadie, siempre trataba de
demostrar que tenía todo bajo control.
—Con Adam
entramos al lugar donde tienes los Contratos de Sangre —dijo ella de inmediato,
no podía estar tranquila mintiéndole de esa forma.
—Lo sé,
tengo cámaras por todo el lugar —respondió él sonriendo, sorprendido de lo
ingenua que podía ser a veces Lilia —Sabia que llegarían a eso extremos, por
eso escribí mis requerimientos en el contrato de Adam… fuiste capaz de mentirme
directamente para esconder lo que sentías por él, supe en ese momento que no
podía haber nada entre los dos. Jamás me habías mentido en el pasado.
— ¿No estás
enojado? —preguntó ella, confundida.
—No, las
cosas no son blanco o negro Lilia. Puedo entender que me mentiste para proteger
a Adam, pero también entiendo que debió ser difícil para ti hacerlo, ambos
siempre hemos tenido una relación muy honesta.
Lilia se quedó
helada por un segundo, sorprendida por la actitud de Thomas, aunque sus
palabras eran ciento por ciento ciertas.
—Sabía que irías
por el contrato en algún momento, eres la única que sabe el lugar donde los
escondo. De todas formas, llené mi petición antes de tiempo por dos razones, la
primera es porque jamás poder cumplir con mi parte del contrato y eso es algo
que supe desde un comienzo, aunque dudé en un minuto. La segunda es porque no
quiero que me odies en un futuro, solo recuerda que no estoy coludido con
Lucifer y que solo estoy tratando de ayudar, quizás no a ustedes, pero ayudar
de todas formas. Ese contrato es tuyo, tú tienes el poder de llevarlo a cabo si
Adam se comporta como un patán.
Lilia abrió
la boca para decir algo, pero no sabía qué, sobre todo porque no le encontraba
sentido a las palabras de Thomas.
—Tom Tom,
no quiero un poder sobre Adam, eso sería una locura.
—Entonces
destrúyelo, puedes ir cuando gustes a buscarlo —dijo él, ahora mirando su reloj
—como sea, he venido para advertirlos. Ethan tendrá su Ceremonia de bienvenida
al club de toby.
— ¿Qué? —preguntó
ella, dejando todo alivio de lado.
—Que
Lucifer se apoderará en menos de media hora del alma de Ethan y si no van a
detenerlo, todo habrá acabado.
Justo en
ese momento la puerta se abrió, dejando a Adam ante los Nephilim. Los miraba
confundidos, solo había entrado porque ya no soportaba ver que estaban solos en
su oficina.
— ¿Qué está
sucediendo? —preguntó el Caído.
—Será en
casa de Ethan, justo cerca del gran árbol —dijo Thomas, alejándose de ellos
para salir rápidamente de la oficina —y recuerda Lilia, no todo es blanco y
negro, solo piensa en lo que te he dicho esta noche ¿sí?
Antes que
ella pudiera decirle algo a Thomas este escapó de sus vistas tan rápido como
pudo. Fue en ese momento que se dio cuenta que los ojos del Nephilim eran negros.
Estaba usando su poder demoniaco, lo que a Thomas nunca le había agradado.
— ¿Lilia? —preguntó
Adam, confundido.
—Debemos
correr, ahora.
Arial tuvo
tiempo suficiente para dejar sus alas en la oficina de Adam y cambiarse por
unos amplios pantalones anchos, que le quedaban muy incomodos debido a que eran
del ángel caído. Eric la esperó en todo momento, preocupado de pasarle ciertas
armas que su amigo tenía en esa curiosa habitación donde guardaba sus secretos más
preciados.
Adam y
Lilia salieron un par de segundos antes que Arial y Eric, es por eso que este último
antes de partir, decidió por instinto robarle un beso a Arial. El Dominacion
creía que las palabras de Noelia comenzaban a tener sentido, que esta sería su
partida anticipada y quería besar una vez más a Arial antes de tener que subir
precipitadamente, ya que pasaría de seguro unos días antes de poder bajar a
verla.
Lilia en el
tiempo que Arial se arreglaba había modificado la camiseta de Adam para que
este pudiera usar sus alas, así la prenda no se rompió por completo cuando él
las expandió.
Se
encontraban los cuatro en la azotea, listos para partir. Eric ya se encontraba
con su armadura y las Nephilim estaban lo suficientemente armadas para luchar
con lo que fuera.
Los ángeles,
tanto el Dominacion como el Caído, se elevaron del suelo en un segundo,
rodeando entre sus brazos a una Nephilim que amaba.
Ethan
observó atentamente, apoyado en el gran sauce, como Gabriel iba desangrando a
cada humano que asesinó como sacrificio para su Ceremonia de Entrega. Daría su
alma a Lucifer a cambio de habilidades que superarían su imaginación.
—De todas
formas no es como si tuvieras un alma pura y caritativa ¿no? —preguntó
sonriendo Gabriel, mientras arrojaba a varios metros de distancia el cuerpo del
ultimo niño que había desangrado.
A Ethan se
le revolvió el estómago ante la imagen, pero no pudo contradecir al vampiro.
Sin duda estas semanas se habían encargado de acabar con toda bondad en su
alma. Ya ni siquiera contaba las muertes que había provocado, solo sentía la
sed y los deseos de aplacarla. Nada más.
—Cuando
entregues tu alma, te sentirás libre —dijo Azazel a su lado.
Aquel
demonio, rey entre los vampiros, vestía con un traje rojo, al igual que su
cabello y ojos. No le agradaba nada a Ethan, sobre todo por la oscuridad que
emanaba. Todo el mundo sabía que tenía una cantidad infinita de poderes, que
incluso era capaz de dotar a cualquiera con ellos, solo con un par de gotas de
su oscura sangre y ciertas manipulaciones. Ni siquiera se preocupaba por la
autorización de Lucifer. Gabriel tenía varios poderes gracias a Azazel.
Ethan no
quería nada de aquel demonio, menos ahora, que se sentía tan poderoso. Haber
pasado los últimos días terrenales en un lugar donde el tiempo no era más que
una leyenda, había sido glorioso. No había parado de aprender de demonios de
todo tipo, ahora se sentía tan fuerte que ningún ángel podría luchar contra él.
Incluso había obtenido un arma, habían forjado una espada para él, oscura como
el onyx y fuerte como el hierro celestial.
—Qué lindo
regalo te han hecho —dijo Gabriel, celoso por aquella arma, a él no le habían
dado nunca nada cuando pasaba de visita al Infierno.
—Sí, un
demonio llamado Thaumiel me la dio, muy agradable ¿sabes? Me enseñó varios
trucos.
Ethan sonrió
con suficiencia, sabía que Gabriel no tenía un arma como esa. Forjada con las
llamas del infierno ¿Quién lo diría? Era tan poderosa como cualquiera espada
Celestial, según las palabras de Thaumiel.
—Debes
usarla sabiamente —dijo el demonio cuando Ethan se despedía —un arma infernal
no está creada necesariamente para acabar con seres celestiales.
El joven
vampiro solo le hizo una seña a Thaumiel, aceptando sus palabras.
Ethan
volvió al presente y observó cómo Gabriel sacaba un bastón de sombras desde su
pecho. Negó ante la imagen, debías ser un demonio realmente malvado para poder
soportar las sombras de la Oscuridad en tu interior. O quizás cuando él
entregara su alma, podría hacer lo mismo.
—Ethan,
ponte al medio del pentagrama.
Azazel
caminó hacia el lado de Gabriel mientras el joven vampiro hacía lo que le
pedían. Ambos demonios observaron cómo lo hacía, no dudó en ningún momento.
Gabriel se
acercó hasta Ethan y le indicó que debía sujetar con firmeza el bastón de
sombras, que no debía separarlo de la tierra quemada y la sangre porque debía
estar conectado para recibir las llamas del infierno.
Ethan
observó cómo sus pies, descalzos estaban tocando la sangre de aquellas personas
inocentes. Sintió asco de sí mismo, pero lo solucionó mirando al frente y
olvidando que era sangre lo que pisaba.
—Muy bien,
es hora de unirte el club —dijo sonriendo Azazel, con sus brazos cruzados,
dejando que sus ojos rojos brillaran de malvada emoción.
Gabriel
inspiró profundo y observó por un momento al bosque que se elevaba a un par de
metros tras de él. En aquella oscuridad estaba Thomas Santederic, esperando su
momento, tan solo debía ser paciente.
—Hagamos
que un par de ángeles caigan —susurró Gabriel, pensando que su plan sería
perfecto.
El demonio
se inclinó y apoyó en una rodilla para luego sumergir su mano en la sangre que unía
los puntos de aquel símbolo satánico. Miró a Ethan y este solo asintió, como si
necesitara afirmar de nuevo su decisión.
—Azazel —susurró
Gabriel, indicándole que comenzará con su parte.
El demonio
rojo miró hacia los cielos nublados y alzó sus manos al mismo tiempo que
cerraba sus ojos. La leve brisa que había comenzó a aumentar a medida que los
segundos pasaban, dejando que las primeras gotas de lluvia llegaran con mayor
rapidez.
—Cinco
elementos, tierra, agua, viento... fuego —en ese momento las palabras de
Gabriel invocaron las llamas infernales que arribaban a través del bastón de
sombras —y el hombre.
Gabriel
miró con unos increíbles ojos rojos a Ethan, sonrió, dejando sus colmillos
expuestos. La lluvia caía con fuerza contra el rostro de ambos, al igual que el
viento desordenaba sus cabellos.
— ¡Aquí
fuiste convertido y aquí serás Entregado! Tu alma será sacrificada a cambio de
toda la libertad que puedes tener, las cadenas que te atan a la tierra serán
destruidas y las puertas del infierno estarán abiertas.
Ethan
asintió, tomando con más fuerza aquel horrible bastón hecho de sombras robadas
en el pasado.
— ¿Aceptas…
—preguntó Gabriel, mirando hacia el cielo, esperando una intervención —la
Oscuridad de Lucifer, Ethan?
—Yo…
— ¡¿Pero a
que mierda están jugando?! —gritó la Nephilim pelirroja.
Arial solo
necesitó tocar el suelo para lanzarse con todo contra Ethan que sujetaba ese
horrible bastón. Mientras que Eric iba por Azazel; Lilia y Adam fuero por Gabriel.
Sin
embargo, Azazel solo sonrió y chasqueó los dedos para que un par de docenas de
sombras se elevaran del suelo y sonrieran con aquella horrible expresión que
daban los demonios hambrientos.
—Lucifer me
dejó manejar la escoria desde la Guardia Infernal, por si esto sucedía —dijo el
demonio rojo, sin dejar de mirar a Arial que estaba alejando a Ethan del
pentagrama con una facilidad que lo sorprendió. Su hija era sin duda bastante
fuerte como para poder ir contra el joven vampiro.
—Maldito
Azazel, espero que esta noche llegue tu fin.
El rey de
los vampiros solo retrocedió para que los demonios oscuros fueran en contra de
Eric, quien no tuvo otra alternativa que comenzar a luchar con ellos. Lo bueno
de enfrentar a la Guardia Infernal, que estos eran eliminados para siempre y no
necesitaba un poder mayor que su espada, la cual dividió en dos y comenzó a
luchar como el mejor guerrero que podía tener la Luz.
Lilia había
atrapado a Gabriel, rodeándolo con aquel fuego violeta que ella podía manejar,
dejando que su lado demoniaco se apoderara de ella para acabar con aquel
demonio.
— ¿Qué
demonio has hecho? —preguntó Adam a Gabriel, observando los cuerpos inertes de
la familia humana —me das asco, Gabriel.
El vampiro
solo observó como Azazel se acercaba a Arial y Ethan, lo que llamó la atención
de Lilia. La Nephilim no tuvo otra alternativa que soltarlo para que Adam se
encargara de él y poder defender a su hermana.
—Tú y yo,
otra vez —dijo Adam, sonriendo, pensando en vengarse por las heridas que había
recibido a manos del vampiro.
—No por
mucho —respondió altanero Gabriel, quien esta vez se lanzó sin dudar contra el
ángel caído.
— ¡No te
atrevas a tocarla! —escuchó Arial, que se giró para poder ver a Lilia. Su amiga
estaba decidida a detener a Azazel, pero ella no tenía tiempo para ver aquella
lucha.
— ¡Suéltame!
—le gritó Ethan, que estaba tratando de alcanzar el bastón de sombras.
—Escúchame,
escúchame —le insistió Arial, tomando su rostro y sorprendiendo el vampiro —se
acabó Ethan, tan solo dame un minuto y todo acabara.
— ¿Qué? —preguntó
él, alarmado, pensando que aquella simpática y hermosa pelirroja iba a acabar
con su existencia.
—Se
acabaron las mentiras.
Arial
sintió como Lilia caía sobre ellos, empujada por Azazel, pero no se concentró
en ello, no cuando Lilia tenía aquel fuego capaz de herir cualquier cosa,
incluso a un demonio como su progenitor.
La Nephilim
pelirroja apoyó su mano izquierda sobre la frente de un sorprendido Ethan y la
otra la apoyó contra el pecho de él, rompiendo su camisa negra y tocando su
piel, justo encima del su corazón sin latidos.
—Se acabó
Ethan.
Antes que
él pudiera decir algo, se quedó paralizado cuando Arial comenzó a hablar de una
forma extraña, tan tranquila y concentrada que no pudo hacer otra cosa que
escucharla. El cuerpo de Ethan comenzó a pesar cada vez más desde sus pies
hasta la cabeza, sentía como si un puño quisiera atravesar su pecho, justo
donde debía estar su muerto corazón. Dejó caer el bastón de sombras a medida
que una luz comenzaba a cegarlo por completo, trayendo consigo el peso de todas
muertes que había provocado. Algo en su interior se revolvió, como si fuera un testigo
ajeno de las atrocidades que había cometido… de lo equivocado que había estado.
Lilia
empujó con todas sus fuerzas el escudo de fuego que alejaba a Azazel de Arial y
Ethan. Pudo observar a la distancia que Eric estaba tratando de acabar con
todos esos demonios oscuros y peligrosos que se avecinaban contra ellos, él los
alejaba de una forma magnifica, siendo tan rápido y mortal como todo ángel
debía ser. Mientras que Adam estaba luchando con todas sus fuerzas para poder
alejar a Gabriel de donde se encontraba Ethan y Arial.
—Deja de
jugar, niña
—Hijo de
perra —dijo ella mirando a Azazel con un odio que incluso sorprendió al demonio
—no volverás a tocarla, en el pasado fui demasiado débil para defenderla, pero
ahora estas jodido. No te la llevarás, nunca, no lo permitiré.
—Oh que
dulce eres —dijo él sonriendo —quizás me pueda entretener contigo, me gusta
mucho la capacidad que tienes.
Azazel con
una rapidez sorprendente dejo de estar ante los ojos de Lilia y se ubicó detrás
de ella, donde no había nada que la protegiera.
—Ey —susurró
en su oído.
Ella se
giró hacia él, pero solo se encontró con una fuerte bofetada que la lanzó a
metros de distancia. Lilia sintió como todo su cuerpo era víctima del dolor y
de una desorientación única. No sabía dónde se encontraba y que estaba
sucediendo, por lo que solo uso su instinto al ver que Azazel se dirigía hacia
Arial, sonriendo.
Lilia por
un momento se quedó paralizada al ver que de las manos de Arial salía una
pequeña luz blanquecina mientras que Ethan estaba con sus ojos cerrados,
completamente inconsciente. La Nephilim de ojos violetas solo pudo reaccionar
protegiendo a Arial. Fue tan rápida como cuando Cheitan quiso acabar con ella
por tener una lengua demasiado descontrolada.
Arial miró
hacia atrás justo cuando vio que Azazel se acercaba, pero no sintió nada de
miedo porque estaba protegida por aquel escudo violeta que Lilia sabía usar muy
bien con ella. Siempre la cuidaba cuando tenía la oportunidad y esta era sin
duda una. La pelirroja siguió hablando en una extraña lengua, diciendo una y
otra vez las palabras que había aprendido, las pronunciaba de forma tranquila y
concentrada, exactamente como había practicado mientras se duchaba, un par de
horas atrás.
Azazel
observó esta vez con furia a Lilia, que no le permitía dar un paso hacia Arial,
ya que la tenía cubierta con un estilo de campo protector color violeta. La
Nephilim hija de Thaumiel se encontraba tirada en el suelo, boca abajo,
lanzando todo lo que podía de su poder hacia Arial, protegiéndola.
—Ya no eres
tan dulce —dijo Azazel, enojado y caminando decidido a acabar con la existencia
de Lilia.
El demonio
rojo sacó una cuchilla del interior de su chaqueta de traje rojo y la lanzó
hacia Lilia con una fuerza única para un demonio como él. Sin embargo su arma
rebotó en algo y cayó al suelo, sin haber cortado la garganta de Lilia como tenía
planeado.
—Azazel —el
demonio se quedó de una pieza al ver que Thaumiel estaba de pie junto a la
Nephilim, cubriéndola con sombras negras, protegiéndola de la misma forma que
esta cubría a Arial —creo que tenemos un problema, no me agrada la idea de ti,
haciéndole daño a Lilia.
Azazel solo
retrocedió, escondiéndose entre la oscuridad de la noche mientras tomaba un
puñal de sombras en sus manos. Sombras que le dio directamente Lucifer.
No se iría
sin acabar con quien le había hecho estas semanas un infierno.
Adam esta
vez había inmovilizado a Gabriel, estaba sobre él y tenía su Daga, la misma que
alguna vez tuvo siendo un ángel, presionando el cuello del vampiro.
—Bien,
hazlo de una buena vez —dijo el demonio, sonriendo al ver que las cosas no
habían salido como esperaba y que aún no había intervención celestial en todo
ese caos. Dana no llegaría.
Adam no
escuchó a Gabriel, se concentró en ver rápidamente que estaba ocurriendo a su
alrededor.
Y se quedó
desconcertado por ello.
De las
manos de Arial salía una extraña luz que no podía descifrar, estaba cubierta
por la protección que Lilia le daba a la distancia. Su Lilia, quien estaba con
su rostro herido y sangrando, cubriera por sombras que Thaumiel, si, su
progenitor demoniaco, le estaba dando. Podía ver a la distancia a Azazel,
susurrando algo que no podía captar de aquella distancia, mientras que por otro
lado estaba Eric, acabando con los ocho últimos demonios que quedaban. Adam
negó, sorprendido por la capacidad que tenía su amigo Dominacion.
—Qué cosas
has hecho, Gabriel —susurró Adam, mirando todo el caos que había logrado —aun así
vas a perder…
—Hazlo de
una buena vez, con esa Daga puedes eliminarme —el Caído miró hacia abajo,
notando como los ojos rojos de Gabriel se iban esfumando, dejando los miel que
siempre tenía en el pasado.
Suspiró y
negó, no era capaz de matar a Gabriel. Creyó por un momento que tenía la
fortaleza para ello, pero al ver a aquel demonio, en sus manos, supo que no sería
capaz.
—No puedo,
pero tampoco te dejaré invicto por lo que me hiciste —dijo Adam.
Sin duda o consideración
enterró su Daga en el costado de Gabriel, logrando que este gritara de terror,
como los humanos a los que había acabado.
—Y tampoco
te dejaré libre —dijo Adam, esperando a que Eric acabara pronto para que él
fuera el responsable de la muerte de Gabriel, de todas formas es como debía
ser, el Dominacion era parte de la Luz, no él.
(***)
Arial
susurró unas últimas palabras por enésima vez en el oído de Ethan y separó sus
manos del joven vampiro. Ethan se quedó apoyado en su regazo, mirando al vacío
como si aún estuviera perdido en la luz que Arial le proporcionó. Lentamente
sus ojos fueron recobrando la normalidad y miró a la pelirroja como si por
primera vez la viera a los ojos.
La Nephilim
sonrió, sintiéndose tan orgullosa que casi podía llorar en ese preciso momento.
Había funcionado, había logrado que una Ceremonia Celestial funcionará al revés
en un demonio o casi demonio.
— ¿Ethan? —preguntó
ella.
—Tú eres la
loca que me alejó de Dana cuando quería besarla, su amiga.
Arial se
cubrió la boca con el dorso de su mano, aun las tenía calientes y sentía que se
podía quemar su propia piel si no tenía cuidado. La emoción de haber traído de
vuelta a Ethan comenzaba a embargarla hasta las lágrimas.
— ¿Qué está
pasando? ¿Dónde está ella? —preguntó
Ethan, sentándose sin comprender lo que estaba sucediendo.
Arial
sintió como Lilia los dejaba desprotegidos, había llegado hasta su límite. Sin
embargo, se quedó tranquila al ver que Thaumiel estaba con ella, cuidándola.
La
pelirroja se puso de pie para poder ubicarse en tiempo y espacio ya que desde que
se había concentrado con Ethan solo tuvo un momento para entender lo que ocurría
y Lilia le había explicado todo de forma tan rápida en el Lucifer que solo
entendieron que debían apresurarse antes de perder a Ethan. No pudo evitar sonreír
al ver que Eric acababa con todos esos demonios oscuros de la Guardia Infernal,
le estaba dando la espalda, dejando expuestas sus blancas y fuertes alas.
No obstante
el poder que tenía en sus manos al parecer aun no acababa, ya que por alguna
razón sintió que su mano izquierda estaba más caliente. Cuando la miro sintió
que se estremecía por alguna razón, al levantar la vista vio en la oscuridad,
con toda la claridad que un Nephilim puede visualizar a su progenitor, que
Azazel estaba mirando a Eric, como destrozaba su ejército. Arial sonrió
orgullosa de ver aquella expresión en su padre, pero toda alegría se vio
desvanecida al ver aquel puñal de sombras que tenía en su mano. Flameaba como
si tuviera vida propia.
Arial entendió
de inmediato que su mano no ardía porque su padre estuviera en aquel lugar,
sino que era debido a aquella daga, traída directamente de la mano de Lucifer,
con el único objetivo de acabar ángeles ¿Qué ángeles había ahí sí solo Eric
luchaba contra los demonios? Ninguno, solo él. Esa arma tenía muy claro su
objetivo.
La
pelirroja jamás entendió como aquel poder demoniaco llegó a ella tan rápido,
tanto que mientras corría sus colmillos aparecieron amenazantes, dejando en
claro que era tan fuerte como cualquier vampiro. Era la princesa entre los
seres con colmillos y no iba a dejar que eliminaran a un ser como Eric, no solo
porque lo amara, sino porque una perdida como esa traería consecuencias para el
resto del mundo. Ella había aceptado que lo perdería en un momento, pero se
alegraba al pensar que seguiría entrenando Arcángeles que acabarían con los
demonios que rondaban en el mundo. No lo quería, ni servía muerto.
Azazel
había lanzado aquella daga hacia Eric, para acabarlo por la espalda, como el
ejemplar cobarde que era, es por eso que se sintió realmente sorprendido cuando
alguien se interpuso en la trayectoria de su daga.
Era Arial.
Eric había
terminado de enterrar sus dos espadas con fuerza en los últimos dos demonios
cuando sintió un golpe en su espalda. Cuando se giró para ver de qué trataba,
no entendió los primeros segundos el motivo de que Arial estuviera dándole la
espalda. Ciertamente había chocado contra él, ese era el golpe que había
recibido, pero algo no iba bien.
— ¿Arial? —cuando
Eric dejó su mano en el hombro de ella, su Nephilim se desvaneció contra él.
Solo por instinto alcanzó a cogerla entre sus brazos.
Eric la
miró y pudo ver como la daga de Lucifer se desvanecía, entrando al cuerpo de
Arial. Alzo la mirada buscando una explicación para lo que estaba sucediendo ya
que su mente no podía hacer las conexiones para entender.
Vio a
varios metros de distancia a Azazel que lo miraba con odio, pero sonriendo,
mientras que al frente suyo, también a metros de distancia se encontraba Ethan,
mirándolo sorprendido. Supo de inmediato que aquel vampiro había recobrado la
memoria, se le notaba en sus ojos. Por otro lado Adam había dejado libre a
Gabriel y estaba a medio camino de donde se encontraba Arial y él, como si
hubiese querido correr hacia ellos, pero hubiese llegado demasiado tarde.
Gabriel observaba hacia el cielo.
Por último,
Lilia estaba gritando algo que Eric no podía comprender mientras Thaumiel la
abrazaba para que no corriera hacia ellos.
Eric solo
sentía que sus brazos temblaban con Arial sobre ellos mientras comprendía que
ella, su Nephilim le había salvado la vida, entregando la suya a cambio.
—Que
inconveniente, Ángel Distraído –susurró ella, sin mirarlo.
Eric la
presionó con fuerza al ver que Arial no tenía sus ojos rojos, sino que aquel
color se iba filtrando como el agua entre los dedos, dejando un verde que
descolocó al Dominacion. Ese era el color real en los ojos de Arial.
—Por favor,
no —dijo abrazándola con más fuerza —no lo hagas —las lágrimas en el Dominacion
se arremolinaron en sus ojos como nunca antes mientras se mecía con el cuerpo
de ella, tratando de que se quedara a su lado.
Demasiado
tarde. El cuerpo de ambos se estaba partiendo en dos, tanto por el dolor de
perder a una persona como por ser invadida por la oscuridad de Lucifer.
— ¡No te
atrevas! —grito Eric hacia el cielo, como si alguien en ese lugar lo escuchara.
Volvió la
mirada a una Arial desconocida de ojos verdes como los suyos. Pudo ver en su
pecho, por donde el corsé dejaba expuesta su piel que sus venas se iban
marcando de color negro. Arial atrapo la mano de Eric y la presionó fuerte
mientras un grito escapaba de su boca, tan fuerte y lleno de dolor que incluso
Gabriel volvió a tierra, observando la imagen de Eric y Arial.
La mente de
Gabriel lo transporto a décadas pasadas, donde él había tenido a su Nephilim
Dana entre sus brazos, muriendo por haberlo salvado.
Arial no
pudo decir palabra alguna, solo se aferró a la mirada de Eric mientras la vida
se iba de su cuerpo como jamás había esperado, tantos años en la tierra la
había hecho creer que este momento nunca llegaría.
Eric llevó
su mano y la de Arial justo donde la habían herido mientras no dejaba de
temblar y llorar por su Nephilim. Cuando toco la oscura herida, una luz tan
fuerte como la que resplandecían de sus alas se fue formando, limpiando toda
sombra de Lucifer en el cuerpo de Arial, pero no la estaba sanando. La luz que
escapaba de su pecho se fue expandiendo por todo el resto de su cuerpo mientras
le Nephilim comenzaba a perder fuerzas.
Arial deseó
sentir un poco más la calidez en la mano de Eric, pero no, a medida que su
cuerpo se iluminaba, ella fue cayendo en una eterna oscuridad.
Cuando el
cuerpo de la Nephilim fue completamente iluminado, este se fue desvaneciendo en
las manos de Eric, dejándole finalmente aire y un corazón roto en mil pedazos.
Cuando vio sus propios brazos y manos vacías sintió como todo a su alrededor
comenzaba a destrozarse, como si estuviera pronto a caer en un acantilado.
— ¡Nooo! —gritó
con una furia que dejo helado a todos los espectadores de su dolor, incluso a
Azazel. Sus alas blancas se expandieron con fuerzas y se elevó hacia los cielos
con una rapidez que jamás seria olvidada.
Justo para
cuando Eric desaparecía de aquella escena de caos y dolor, cinco luces tan
resplandecientes como unas estrellas cayeron a un par de metros de donde se
encontraba Eric.
Eran
Arcángeles.
Gabriel se
puso de pie inmediatamente mientras que Lilia y Adam caían de rodillas sobre el
suelo, sin poder creer que Arial ya no estuviera con ellos. Thaumiel se mantuvo
de pie observando como los Arcángeles caminaban hacia ellos. Azazel también se quedó
en su lugar, faltaba algo muy importante que deseaba ver.
—Demonio
Gabriel, es hora de tu final.
Ethan
levantó la vista al escuchar aquella voz. Ella se encontraba liderando aquellos
ángeles, el brillo que resplandecía de ellos era casi demasiado para que
pudiera verla con claridad, pero podía distinguir a Dana en cualquier parte.
— ¿Dana? —preguntó
el joven vampiro, poniéndose de pie, tratando de encontrar sentido a todo lo
que estaba ocurriendo.
La Arcángel
ni siquiera escucho la voz de Ethan, solo tenía ante su mirada a Gabriel,
deseaba acabarlo de un solo golpe, pero al parecer él estaba contento con
verla.
—Bienvenida,
Dana —dijo con un tono de voz de suficiencia que la hizo hervir de furia.
—Cállate
demonio, te haré pagar por lo que me has hecho —dijo sacando dos espadas de su
espalda. Las sujetó, del puñal, apuntando hacia atrás; en ese momento
chuchillas de media luna aparecieron desde los puñales, rodeando sus manos…
eran armas excepcionales, exactamente como había dicho Eric.
Thomas sabía
que este era el momento de intervenir. Salió rápidamente de entre los árboles
que se encontraba, aun con los ojos enrojecidos, llenos de lágrimas por lo que
había sucedido con Arial; sacó la caja negra que estaba provocando que su poder
demoniaco estuviera fuera de control y con rapidez la abrió. Había una jeringa
con un líquido negro… era el antídoto de Ethan, que sería utilizado de una
forma diferente.
— ¿Thomas? —preguntó
Adam, sin comprender lo que el Nephilim hacia ahí.
Todos
hicieron caso a la voz de Adam y pusieron atención en Thomas Santderic, hijo de
Lucifer. El Nephilim había nacido con el poder de manejar los objetos solo con
su mente, es por ello que su habilidad estaba muy desarrollada, por lo que Dana
no se dio cuenta cuando Thomas hizo que la jeringa se clavara en el cuello de
la Arcángel. Fue presionando el embolo a la distancia, logrando que Dana dejara
caer sus armas y la luz que resplandecía en ella, se esfumara como si el viento
se lo hubiese llevado.
—Bienvenida,
Dana —dijo Thomas en un susurro —Nephilim hija de Lucifer.
Dana cayó
al suelo, apoyándose con sus manos para no caer del todo, comenzó a toser de
una forma horrible, botando una sustancia negra por su boca a medida que el
color de sus alas comenzaba a mutar al igual que su cabello castaño. Nadie se movió
para ayudarla mientras afloraba todo su lado demoniaco.
Excepto
Ethan, que corrió a ver que ocurría con ella. Trató de tocarla, apoyando su
mano en el hombro de Dana, pero ella tomó su mano y lo miró asustada, sin
reconocerlo… aun.
— ¿Dana?
Ella seguía
sin hablar, Ethan tomó un mecho de su cabello que se volvió en un blanco que no
había visto jamás; no era como si su hermosa ángel estuviera mutando en un
ángel anciano, era algo más. Ese blanco solo era fuerte y brillante, no como un
cabello seco y viejo. Parecía como si toda la blancura de sus alas fuera
consumida de sus alas, ya que estas comenzaron a cambiar rápidamente de un
blanco a un gris, para luego ser bañadas por un color negro que causo
escalofríos en todos los seres que la observaban.
Excepto
Ethan, que no soltó su mano y no dejó de mirarla mientras el Arcángel que había
llegado, desaparecía ante sus ojos.
— ¿Dana? —volvió a preguntar Ethan, tratando
de llamar su atención, pero solo logró que lo mirara con gran intensidad
mientras sus ojos dorados cambiaban a un oscuro tan profundo como nunca había
visto, eran tenebrosos, como los ojos de Lucifer.
El ser con
alas negras como nadie, se puso de pie, soltando la mano de Ethan como si este
le quemara. Miró por unos segundos las armas que había dejado caer y las toco
con sus pies desnudos. Le quemaron como si se tratara de un demonio.
— ¿Qué
eres? —preguntó uno de los Arcángeles que habían bajado con ella.
Dana lo
miró y se dio cuenta que la luz de aquellos seres no la cegaba como en el
pasado. Comenzó a observar lo que sucedía a su alrededor sin responder a la
pregunta de quien alguna vez fue su hermano Celestial.
Lo único
que vino a la mente de Dana en ese preciso momento, fue el recuerdo de Arial
siendo asesinada; podía reconocerla y recordarla, sentir el dolor que debía
sentir al ver a su amiga asesinada, pero también podía reconocer a Azazel con
quien estuvo involucrada en el pasado, cuando se entretenía a gusto con el Demonio.
—Azazel —dijo
ella, mirándolo un tanto pérdida.
Era un ser
extraño ahora, sin duda alguna, todos la miraban como si hubiese aterrizado
desde una nave extraterrestre. Todos esos seres sobrenaturales estaban en estado
catatónico por ver un ángel de alas negras, de cabello blanco y una mirada tan
oscura como el mismo Lucifer ¿Qué era Dana ahora? Sin duda no era Nephilim, ni
tampoco un Arcángel ¿era un demonio por completo?
Dana se
acercó con pasos inseguros hacia Azazel, sintiendo el peso de sus fuertes e indestructibles
alas. Aquel ser necesitaba saber si todos sus dones de Nephilim y prácticamente
demonio, habían vuelto. Necesitaba saber si la Luz se había robado todo de ella
o solo una parte. Deseaba saber si la Oscuridad en ella se había controlado o
seguía dominándola como en el pasado.
—Bienvenida,
Dana —dijo Azazel con una sonrisa nerviosa, ya que en todos sus años, jamás
había visto un espectáculo como este.
—Oh Azazel,
un rostro conocido, finalmente —sus piernas temblaban por lo que se apoyó en
los hombros del Demonio rojo, rey de los vampiros —tus ojos rojos, siempre me
encantaron ¿sabes?
El demonio sonrió,
sin fiarse del todo de las palabras que pronunciaba Dana.
—Son
atrayentes, si —dijo por fin Azazel.
Dana se quedó
mirándolo unos segundos, inexpresiva. Estaba confundida como nunca antes en su
vida, se sentía débil y sus piernas parecían no ser capaz de sostenerla, mucho
menos sus alas capaces de protegerla. Sin embargo una cosa tenia clara y ese
era el recuerdo de ella muriendo en los brazos de Gabriel, exactamente como
había acabado Arial en brazos de Eric. Lo veía con tanta claridad que el dolor
en su abdomen parecía volver… incluso sus ojos se llenaron de lágrimas al
comprender la traición del ser que una vez amo.
—Los ojos
de Arial igual me atrajeron mucho… —apoyo su frente en el hombro de Azazel
mientras todos observaban tensos la imagen que se estaba desarrollando —
¿sabes? Jamás he soportado a lo seres, tanto Demoniacos como Celestiales, que
acaban con los Nephilim.
La mano
derecha de Dana se alejó de Azazel y luego se enterró en el abdomen de este sin
mayor problema, como si su piel estuviera hecha de filosas cuchillas. Sin
embargo la extremidad que tenía enterrada en el cuerpo de Azazel, que se quedó
paralizado por el dolor, se comenzó a convertir en una sombra, en una llama
oscura… en la sangre de Lucifer.
Dana subió
su mano derecha a través del cuerpo de Azazel hasta que encontró su muerto
corazón. Lo presionó con fuerza aun en el interior de este, para luego
arrebatárselo. No corrió ni una sola sangre negra del demonio, solo se quedó
quieto con una expresión de terror mientras se convertía en cenizas.
—Recuerda
que polvo eres y en polvo te convertirás —dijo Dana sonriendo, destruyendo el
corazón de Azazel ante sus ojos de cenizas.
Cuando se giró
para ver lo que ocurría a su espalda, se encontró con cuatro Arcángeles que
huían del lugar. A Adam y Lilia que ahora se encontraban juntos, observándola
con cierto terror al igual que Thaumiel. Mientras que a su lado derecho, a
varios metros tenía a Gabriel con un cierto brillo en los ojos y al otro
extremo tenía a Thomas.
—Thomas —dijo
ella, sintiendo el peso de sus alas. Sabia como usarlas pero jamás le habían
pesado siendo ángel —gracias, te debo una.
El Nephilim
solo asintió, aun sorprendido de ver a quien era su hermana de sangre, usar un
poder que él jamás llegaría a alcanzar porque no deseaba entregarse tanto a su
lado demoniaco.
Dana miró
hacia Gabriel con tanta repulsión que el brillo en los ojos de este, se esfumó.
—Corre
mientras puedas, traidor.
El ángel
negro avanzó hacia adelante, dejando que el viento desordenara su cabello
blanco, solo para ver como Ethan la miraba. Lo recordaba, sin duda sabia de
quien se trataba y lo que había hecho por ella. Sin embargo en su caos mental no
había espacio para el amor, no otra vez, no cuando había sido destruida por
alguien a quien amó en el pasado.
Expandió
sus alas y se elevó por los cielos, dirigiéndose a un lugar donde nadie la
encontraría, necesitaba escapar del dolor que dejaba bajo sus pies.
O__________________O WEOOOOON!!!! ARIIIAL NO PORFAVOR!!!!!!!!!! nonononononono ;__; dime qe era una bromita ... un sueño ... Arial no pudo morir ;_________; Y Daaana weon DX ... aaaaahhhh... todo mal todo mal!! recuerda todo!!! y ahora no sabemos qe clase de ser es!! SEÑOOOOR JESUUU!!! XDD pa pasara ahora?! Recuerda a Ethan pero no lo pescará :'cccc es una combinación rara de Danas confundidas :'cccccc los matara a todos! XDDDD lo unico bueno esqe mato al maricon de Azazel >_< feo qlo!!!!! aunqe hubiese sido mas feliz si Eric lo mataba >:c pero bueh... murio qe es lo importante ;___; pero ñoooooo Arial weon Arial!!!! .... y me dijiste qe no era tan terrible el final Daniela por dios!!! XD qe no me tenia qe preparar psicologicamente! mintiendome descaradamente!!!! XD nononono esto no es justo!!!!! ire a llorar a mi rincon ;___;
ResponderEliminarSabía que eran hermano!!!!
ResponderEliminarNo, no, no, me mataste.
Todo el maldito capitulo fue bárbaro ¿Puede ser esa declaración de amor más perfecta? ¿Puede Eric ser más hermoso en todos los sentidos? ¿Puede Arial ser más talentosa, valiente, desinteresada y lista? La respuesta es no. Gracias de verdad por esta pareja, son increíbles, voy a darte el voto de fe y antes de llamarte por todos los malos nombres que conozco, voy a esperar para ver que pasa con mi Arial adorada. Se que no van a estar juntos a corto plazo pero bueno, mejor vivos y separados que muertos y... separados.
Ohhh Lilia fue muy valiente y yo que ella no destruía el contrato, ya ves como Adam se las gasta XD Broma, solo es mi lado malvado hablando porque todavía no me cae muy bien Adam jaja. Me da gusto que terminaran juntos, aunque no me quitaban el sueño tampoco >_< Soy mala.
No, la verdad que esta pareja además no me llego porque siento que de todos ellos fueron los menos comprometidos a la causa, salvo el final que ya se involucraron más, pero de ahí en fuera todo el trabajo pesado se lo llevaron el Dominación y la pelirroja.
Ah Ethan. Que bueno que al final haya recuperado la memoria y fijate que al final también esta bien que Dana igual, ya quiero leer más sobre esta ángel negro con la memoria totalmente instaurada. Estoy segura que Noelia ya sabía lo que iba a pasar y por eso fue tan rara cuando hablo con Eric, digo es obvio que sabía quién acabaría con azazel y probablemente que Arial "moriría". Ethan volvió a ser "bueno" y Dana a ser ¿mala? yo creo que va a ser una mezcla de las dos, un termino medio, eso es lo que los de arriba querían, aunque no con Dana Nephilim, ahora todo esta equilibrado. También hay que recordar que Ethan dijo en la temporada pasada (que me volví a leer los últimos capítulos para tener la historia fresca en mi cabeza) que él no manipularía a Dana y dejaría que ella decidiera que hacer, por lo menos eso entendí yo.
Ufff por cierto con eso de leer otro vez UAC dije "mira como empezaron Eric y Arial en la historia, todos grises y mira como terminaste toda enamorada de ellos." Cosas que pasan.
Muuuuchas gracias por el capitulo y por la temporada en general que de verdad la ame y me tuvo siempre al pendiente de cada capitulo. Ya solo queda ver si te mando la maldición gitana o no con el epílogo jaja.
Que mi Arial este bien.
Un beso y nos seguimos leyendo.
Oooooooo me encanto el capítulo estuvo genial eres muy buena dani gracias
ResponderEliminarNecesito un resucitador estoy en paro
ResponderEliminarNo lo puedo creer estoy .... No se k t digo
Regresare mas tarde a comentar...por ahora mi corazon esta roto por el dolor de Arial y Eric
ResponderEliminarEstoy que lei y dos veces y no lo creo Arial entrego su vida por salvar a Eric no lo puedo creer haaaaa que coraje..estoy que no se que escribir Dana y Thomas son hermanos!! pero es lo mas lógico como no lo pensé antes al como se referían de ella el terror que causaba asi que hija de Lucifer pues nos espera un super temporada porque ahora se sera con todo ..
ResponderEliminarLilia y Adam quien sabe que pasara , Thomas siendo hermano de Dana uff si que estará muy interesante de leer .
Gabriel ahora si que tendra que cuidarse y ha usar el poder que posee porque Dana le dara una gran batalla y Ethan no se como lograra llegar a Dana de nuevo aunque lo recuerde ya no es lo mismo Dana sencillamente ya no es la Dana que leímos al inicio de esta super historia en UAC..
Ariel si me da mucha pena y dan ganas de llorar pero quiero creer que algo bueno pasara con ella dio su vida por la da de Eric prácticamente y eso los de la Luz lo deben tomar en cuanta creo que Eric seguirá siendo lo que es y mas con lo que paso con Dana se ocupara alguien como el cuando se de inicie la guerra de la Luz contra la Oscuridad porque eso esta mas que claro que pasara próximamente.
Me interesa mucho el leer que es lo que hara Dana en la sig temporada ya que es un Ángel negro con unos grandes poderes que no les sera fácil doblegarla .. por lo menos sino mal recuerdo esto es lo que deseaba Gabriel que Dana recuperara la memoria para que fuera una pela mas justa según sus palabras...
y Azazel que gusto que llego tu final jejejejejej que gusto me dio leer esa parte ..
Dani muchas gracias por tan excelente cap me encanto super final casi me da algo por las emociones que nos hace sentir estas historias y aunado a estos finales siempre ocupo leerlo con una copo con vino o sino un café como mínimo, y no me despido porque nos leemos en la sig temporada de esta super historia .
Sabes Dani tenia una leve sospecha sobre el final por eso estado postergando la lectura pero ya q lo lei me matastes con arial pero espero q me hagas feliz dandome un hermoso angel de ojos verdes jijijijiji gracias saludos
ResponderEliminarOk ya regrese..me tomo unos días para poder digerirlo, pero aquí esta mi comentario sobre este capitulo, primero como que no tenia para mi mucho sentido que Thomas pusiera eso en el contrato de sangre y dije a ok es como una cosa linda, y no hay mucho peligro, pero despues me puse a pensar que esa es la forma mas facil que va a tener de tomar el alma de Adam, pues puede que sea cuidadoso en muchas cosas, pero ya vimos que a dañado y lastimado a lilia muchas veces antes, y quiza lo vuelva a hacer, no de forma conciente de aaa voy a romperle el corazon a Lilia, pero con alguna cosa que les depare el futuro ?bien yo creo que debieron de haberse llevado ese contrato y destruirlo ¿para que dejar algo tan poderoso en manos de Thomas? Thomas Thomas...el me encantaba pero ya no confio en el, hace o dice cosas que me confundieron mucho a lo largo de este capitulo...pero ya lo comentare mas adelante.
ResponderEliminarAhora Eric y Arial...primero tengo que decirte que esta pareja es a la que mas les he tomado cariño de todas las historias tuyas que e leido, ni bella ni edward o victoria y Alex me hicieron sentir tan en sintonia con ellos como lo hicieron Eric y Arial...por eso de vedad que si me afecto mucho lo que paso al final, bueno regresando...Noelia, la forma en que se expresa de Arial y su "relacion" con Eric aaa me dan ganas de darle un jalon a sus alitas...y luego, debo confesar que por un momento pense que Eric si iba a renunciar y volverse un caido, pero oo eso no paso, viéndolo en retrospectiva esa fue la mejor decisión, pero no pude evitar pensarlo, y Noelia aaa¡¡¡ ella ya sabia lo que le esperaba a Arial verdad? por eso no pudo sostenerle la mirada a Eric y yo creo que a lo mejor eso la impulso a ofrecerle lo que le ofrecio a Eric "su noche con Aril" ella ya lo sabia :(
Tambien me pregunto si hay una historia especialmente interesante de porque Noelia dice que ella especialmente no esta en contra de los nephilim, en alguna parte de su discurso me parecio entender que hay algo mas, o quiza solo estoy viendo cosas que no son.
Y luego de todo esto: zas¡¡¡va el y dice que esta enamorado de Arial...no estoy siendo exagerada al escribirte que yo estaba muy emocionada al borde de un ataque al leer esta parte...ingenua de mi, no sabia lo que me esperaba.
Aaaa me senti tan tonta cuando Noelia confirmo que Gabriel se habia llevado a Ethan al infierno...es que era tan obvio y yo no lo capte :P
ResponderEliminarCuando lei sobre Arial en la primea temporada ella me parecio tan fuerte, tan divertida , tan ¿como dijo Noelia? a si..tan deslenguada, que nunca pense que pudiera ver a esta Arial enamorada, y al borde de las lagrimas por saber que ese amor de verdad no iba a ser posible nunca, para este momento yo era un total caos de lagrimas y sonrisas que bueno que estaba sola cuando leia esto por que quien me viera definitivamente habria pensado que me faltaba un tornillo, ¿te ayuda si lo digo primero? sip...eso me mató.
"Angel dictador" quien iba a pensar que aun en estos momentos mi lista de sobrenombres iba a seguir creciendo? realmente adoro que este Eric haya evolucionado tanto por ella..hasta su humor mejoro "Mientes, te guste desde que abusaste de mi en el Lucifer por primera vez" sip eso me hizo reir mucho.
Gabrielito Gabrielito...¿que vamos hacer contigo? es tan malo...planeando y haciendo tantas maldades... bueno bueno Adam y Lilia de verdad que no intuian nada de lo que pasaba entre Arial y Eric cierto?
Bueno lo jodidamente interesante empieza aqui ¿de lado de quien esta Thomas? porque bueno el esta ayudando a Gabriel...pero le dijo a Lilia lo de Ethan? eso era parte del plan para hacer bajar a Dan? si ellos cuatro no hubieran aparecido los arcangeles y Dana no hubieran bajado? no lo entiendo, se que quiza es obvio pero no se en verdad si entonces el tiene sus propios planes de hacer que Dana nephilim despierte y no le importa lo demas?
Thaumiel le dio un arma muy poderosa a Ethan...confio en que la use sabiamente,
ooo me pone la piel chinita esta parte de la lucha, Arial estuvo perfecta con esa oracion a la inversa que ni Eric penso que fuera a funcionar...me senti tan orgullosa al ver que si funcionaba...pero aaa maldito Azazel ¿por que tenias que crear un personaje tan maligno? Arial sabia lo que hacia, sabia que iba a morir y lo acepto sabiendo que Eric seguiria adelante..ella entrego su vida...a su "Angel Distraido" su muerte... me duele mucho Arial de entre todos se merecia ser feliz con su angel en esta vida no? sufrio tanto cuando era niña, fue perseguida durante su vida adulta y ella trajo de vuelta a Ethan¡¡¡¡ella menos que nadie merecia eso y Eric pobrecito de mi angelito¡¡¡
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ResponderEliminarThomas tenia que aparecer, y traer de vuelta a Dana nephilim... ya no se que pensar, o sea ahora ella es una extraña mezcla entre un arcangel y un nephilim? por que vamos..ella dijo que recuerda a su "amiga Arial" y tambien recordo que se divertia con Azazel..entonces que va a pasar? no se pero por lo pronto ¡BRAVO! acabo con Azazel..que alivio, y esos arcangeles que onda??por que huyen??miedosos..Eric nunca hubiera hecho eso¡¡¡
ResponderEliminarOOoo Gabrielito penso que Dana correria a sus brazos??pobrecillo iluso¡¡¡ me imagino la imagen de Dana diciendole a Gabriel "Corre mientras puedas , traidor" y me da mcuha risa¡¡¡ ella sabe que le hizo¡¡¡espero le de caza y lo mate.
OO¡¡aaa maldicion¡¡¡Dana si recuerda a Ethan¡¡¡pero no hay espacio para el amor?? debo esperar entonces que estos dos se amen pero que la sed de venganza o busqueda del equilibrio interfiera en su amor? NO¡¡¡¡
Estaba como en sock cuando termine de leer esto que enserio no pude escribir nada¡¡¡mi pobre Arial¡¡y mi pobrecito Eric destrozado¡¡¡ Dana y Ethan sabiendo quien es quien pero sin saber si algun dia puedan estar juntos¡¡¡y Lilia y Adam destrozados por perder a Arial y con miedo de Dana esto de verdad me supera¡¡¡
Pero ya sabes como soy yo de dramática, claro que estaré contigo para la tercera temporada...aunque siga lamentandome por la enternidad por Arial..ahi estare.
Que mas debo decir? solo muchas gracias por darnos estas historias tan buenas...aunque me hagas sufrir y llorar estoy muy feliz de poder leerte¡¡¡
Saludos¡¡¡ me voy a comentar ese epilogo :)