Un Ángel Traicionado - Capítulo 18

"Marcando Territorio"

Lilia se acercó a la cama donde se encontraba Adam y se ubicó a su lado, esperando que despertara pronto. Podía ver en su torso desnudo las marcas que había déjalo la curación de Thaumiel. Solo el recuerdo de su padre sacando las balas del cuerpo de Adam, la hacía estremecer.

—Creo que deberías descansar, Lilia —sugirió Eric, quien lucía bastante preocupado.

—Me quedaré aquí —dijo ella, sin importarle que descubrieran lo que había entre los dos, no tenía fuerzas para actuar como si no le importara Adam.

—Muy bien, yo me retiraré, si necesitas algo, solo avísame.

Lilia miró un tanto sorprendida a Eric, se estaba portando muy amable con ella.

—Gracias —susurró para volver a ver el rostro de Adam.

Eric salió de la habitación de su amigo y se dirigió hacia sus propios aposentos. Cuando abrió la puerta, no pudo evitar sorprenderse al ver que Arial se encontraba ahí, mirando por la ventana, con una expresión preocupada.

—Él me beso, yo no hice nada para que eso ocurriera, solo bebí de su sangre para tener mayor información. No merezco que me des miradas frías cuando soy inocente.

En un par de horas amanecería, Eric estaba tan cansado por haber cambiado tantas veces de humano a ángel que solo deseaba descansar sobre su cama, sin preocuparse de nada más. Aun se sentía extraño por haber golpeado con tanta furia a Gabriel e incluso, la imagen de una falsa Arial aun rondaba en su mente.

—Quiero dormir —dijo sacándose la ropa mientras se dirigía hasta su cama —Lilia está con Adam, dudo que se mueva de ahí hasta que despierte por lo que no es un peligro que te quedes conmigo.

Ella se giró hacia él, curiosa, sin saber porque la actitud agradable en Eric había vuelto.

—Te dije algo, responde y no cambies de tema —dijo Arial, quitándose su abrigo y tirándolo  al piso, mientras hacía lo mismo con el resto de su ropa, dirigiéndose hacia la cama.

Eric no pudo evitar sonreír al notar que ella no se alejaba, pero Arial no cambiaría de tema tan fácilmente.

—Lo siento, supongo que me molesté al ver que te besaba. Luego me di cuenta que no fue culpa tuya, sino de Ethan —mintió el ángel, ya que realmente se había enojado porque en un futuro alguien más, que no era él, estaría besando los labios de Arial.

Arial saltó a la cama para después meterse rápidamente bajo los cobertores, ya que tenía frio.

—Apareció de la nada ¿sabes? Ese Ethan debió ser tremendo antes de conocer a Dana, ahora es igual de sinvergüenza porque la ha olvidado —dijo mientras desabrochaba su sujetador y lo lanzaba al suelo, sintiéndose libre bajo las sabanas.

— ¿Te has quedado solo con mitad de tu ropa interior? —pregunto él, recién metiéndose a la cama.

—Claro, no tengo pijamas aquí y no dormiré con sujetador, son molestos ¿sabes? A todo esto, deje tu abrigo negro en el armario —dijo cuándo él se acercó a ella y rodeó su cintura.

—Por mi puedes andar desnuda por toda la casa, no me importaría si solo yo te observo —dijo escondiendo su nariz en el cabello de ella, embriagándose con su aroma.

— ¿No estás enojado porque liberé a Ethan?

—Claro que no, por lo que tengo entendido Adam le dijo a Ethan que no debía matar a las humanas que muerde, ese era nuestro principal objetivo, que no siga matando. Es parte del trato que se quede con Gabriel, ya sabes. No entiendo que pretendía Adam.

Arial se giró hacia Eric, para poder observarlo, aunque la oscuridad de la habitación casi no dejaba ver nada.

—Muy injusto —dijo ella, estremeciéndose al chocar con los pectorales de Eric.

—Si comenzamos a pensar en todas las injusticias de las que han sido victima tanto Dana como Ethan, estaríamos hablando durante días.

Arial se acurrucó contra el cuerpo de Eric, rodeándolo con su brazo y metiendo su pierna entre las de él. Deseaba quedarse de esa forma por mucho tiempo, el máximo que fuera posible. Solo con él podía sentirse segura y completa, era como si por primera vez en toda su existencia pudiera respirar con tranquilidad, deseaba tener aquella sensación por una eternidad.

—Lo has hecho increíble hoy, Eric —dijo ella, levantando su mirada para encontrarse con los ojos verdes de él.

De todos los años que llevaba como ángel, Eric jamás había recibido palabras de aliento o halagos por su trabajo, ya que es considerado un deber; esperar palabras bonitas de los demás era egocéntrico y ese no era un rasgo que un ángel debía tener. Sin embargo, escuchar aquellas palabras de Arial, solo hicieron que Eric se sintiera tan bien como nunca antes lo había hecho cuando luchaba contra demonios… y eso que ahora ni siquiera había matado a uno.

—Él se convirtió en ti, Arial, por eso no pude acabar con Gabriel —confesó al darse cuenta que el orgullo de Arial no estaba basado en nada. No lo había hecho bien, según él —fui débil, así que no lo hice nada de bien.

— ¿Gabriel se convirtió en mí? —preguntó ella confundida.

—Sí, tiene esa habilidad, así engañó en el pasado a Dana, haciéndose pasar por Ethan. Solo necesita una gota de sangre.

— ¡Oh! Ya veo.

Arial recordó de inmediato a Gabriel bebiendo de ella mientras tenían sexo sobre la cama de él.

—Es hora de descansar —dijo él, agotado.

—De cierta forma es bastante confortable que no hayas podido herir a la Arial falsa, así que si, hiciste un excelente trabajo hoy —acarició el rostro de Eric para luego besar su cuello.

—Duerme —susurró él, contra los labios de ella.

Arial asintió y se acomodó al cuerpo de Eric, dándole la espalda y dejando que el rodeara su cintura. Le agradaba en un ciento por ciento dormir prácticamente desnuda con el Ángel Dominacion a su lado.

Eric, tenso como nunca trató de concentrarse en otras cosas, solo para olvidar que tenía a Arial casi desnuda entre sus brazos. Para su sorpresa, se le hizo fácil al recordar como Gabriel había usado sus sentimientos hacia Arial, en su contra. No le había gustado nada, específicamente porque él se había dado cuenta que Gabriel estaba utilizando la imagen de su Arial, pero aun así… darle una herida mortal, era una imagen que no podía soportar, aunque fuera mentira.

Agotados los dos se dejaron vencer por el cansancio.

El primer día de inconciencia que tuvo Adam estaba dentro de lo normal para Lilia y los demás, es por ello que la Nephilim no se movió de su lado. Arial se dedicó a estudiar el libro que el padre Sebastián le había dado y Eric se encargaba de ayudarla en detalles que ella no podía descifrar, sin embargo, este no averiguaba el motivo de sus preguntas sobre palabras celestiales en un lenguaje antiguo. No obstante, todo lo hacía para quedarse con ella y darle en el gusto; pronto se iría y no quería pelear con Arial por no enseñarle algunas palabras celestiales.

Sin embargo, cuando pasó el segundo día las Nephilim comenzaban a preocuparse; Eric trataba de explicarles que era normal, incluso que podían transcurrir tres o cuatro días para que despertara. Los efectos de recibir poderes curativos por parte de un demonio le traía graves consecuencias a un ser que no era Celestial ni Demoniaco, que no estaba protegido ante la Oscuridad, ni que era parte de esta.

—Alto ahí —dijo Arial, apuntándolo, junto a Adam que seguía durmiendo plácidamente — ¿Estás queriendo decir que si te pasara lo mismo… te haría mal la ayuda de Thaumiel?

—No podría ayudarme, para comenzar, es un Demonio.

—Sí, pero ese mismo demonio ayudó a Adam —reclamó Arial.

—Porque dejaron libre a Ethan, lo hizo a cambio de algo. Siempre es así —explicó con cautela Eric —pero si me hirieran, bueno, debería ser un arma con la capacidad para hacerlo o alguien con la sangre de Lucifer.

Lilia quedo mirando confundida a Eric. Una gran duda llegó a su mente.

— ¿Eso quiere decir que Thomas podría herirte? —preguntó la Nephilim de los ojos violetas.

—Podría, podría… —respondió un tanto pensativo —pero no es solo eso ¿sabes? Thomas jamás me podría alcanzar, ni tampoco tiene la fuerza suficiente para luchar contra mí.

—Pero tiene poderes —dijo Arial, un tanto preocupada.

—Sí, pero eso tampoco le ayuda mucho, solo ha de tener máximo dos o algo parecido, por lo que sé.

— ¿Y no te afectaría? ¿Así de simple?

Eric se volvió un tanto inseguro sobre dicho tema; Arial era tan curiosa y él no podía responder a todas sus dudas.

—Realmente no he visto ningún Demonio ayudando a un ángel, así que no sé qué efectos puede tener.

—Eso es diferente a que no te haga nada —aclaró Arial —muy diferente. No tienes idea ¿cierto?

Eric tensó su mordida, con ganas de hacer callar a Arial con un buen argumento, pero no lo tenía.

—Como sea, Adam estará bien, sino ya habría muerto —aclaró él, sin preocuparse en Lilia que al escucharlo, se estremeció.

— ¿Lilia, tienes hambre? —preguntó Arial a su amiga, notando lo preocupada que estaba —te traje una muda de ropa y otras cosas, las deje sobre el mueble.

—Gracias —dijo ella alejándose de Adam, que ahora estaba bajo las sabanas —iré a cambiarme.

Cuando Lilia llegó al baño con una nueva ropa que ponerse, solo se pudo sentar en el bode de la tina, pensando en si había hecho bien al pedir ayuda a su padre; quizás Thaumiel lo había dañado porque mentía al tratar de ayudarla, quizás ahora se estaba alimentando de los pensamientos tormentosos que estaba teniendo.

—Oh Adam —susurró ella sin saber cómo ayudarlo.

Además estaba el hecho de que no había sido nada cuidadosa al ingresar a casa de Adam, ni siquiera sabía si Thomas estaba vigilándola o algo parecido. Se había tratado de comunicar con él, pero nunca contestó y luego de un par de horas, su celular comenzó a estar fuera de servicio.

—Ella está mal —dijo Eric sorprendido por la actitud de Lilia.

—Es obvio, lo ama —respondió Arial, negando a las palabras del ángel —iré por algo de comida —dijo mirando hacia la puerta del baño y tomando el brazo de él para que la siguiera.

Ambos dejaron la habitación de Adam y se dirigieron hasta el despacho del Caído.

—Cuida tu boca, Lilia tiene un oído muy bueno y estoy segura que te escuchó.

—Entiendo —asintió Eric, quien no estaba en su ciento por ciento para comprender a los demás —hemos perdido dos días con esta situación, debemos buscar un antídoto pronto. Creo que tendré que subir para averiguar sobre los contactos de Thomas.

—Pero te estarías interfiriendo y eso va contra las reglas —dijo Arial de inmediato, sentándose en el escritorio.

—Cierto —sentencio Eric, maldiciendo el hecho de no poder manejar toda la información necesaria y acabar con todo el drama —Creo que deberíamos ir a ver al demonio Cheitan para averiguar si Gabriel ha usado algún Portal.

—Portal, eso suena a magia barata —dijo Arial, cruzándose de brazos.

—No es magia, es por donde se movilizan los Demonios ¿Cómo crees que Gabriel puede estar en diferentes lugares con Ethan?

Arial bufó molesta al recordar las memorias de Ethan.

—Parecía que se lo estaba llevando de Luna de miel, claro… si eres del estilo “descuartizador de personas” podrían haber sido unas buenas vacaciones ¿tú no tienes Portales? Podrías llevarme de viaje a algún lado.

—No usamos ese estilo de transportes, ya que somos lo suficientemente rápidos para estar en cualquier parte —Eric respondió aun pensando en Ethan.

Sin duda su misión era recuperar su memoria y por lo tanto, cuidar de que el chico no se fuera al lado oscuro de los bandos, pero Thaumiel tenía razón al explicarle que se estaban involucrando más de la cuenta; nadie quería que Lucifer usará esos movimientos como excusa para dejar a sus Demonios ser peor de lo que ya eran.

No obstante, Ethan ya no seguía en su departamento —donde duro menos de dos días —sino que estaba desaparecido y nadie parecía saber dónde se encontraba. Su preocupación se vio aumentada al saber que Gabriel estaba usando los Portales ¿estarían juntos? Si era así, Eric lo encontraba una estupidez ya que se le dijo a Ethan que estaba al lado de un mentiroso traidor y con la prueba de dejar libre a la muchacha que había mordido… era suficiente para creer que no seguiría matando mujeres u hombres ¿o sería demasiado tarde? Quizás ya habían perdido su alma y no serviría de prueba para la Era de Redención, como todos la denominaban. Ethan podría estar volviéndose en un gran fracaso de la Luz.

Si era así solo tendría que enfocarse en el completo entrenamiento para sus Arcángeles; ni siquiera podía pensar en aumentar la cantidad de Arcángeles para enfrentar  a los demonios… cada día los humanos eran peores y nadie moría sacrificándose por otro. De esa forma no se creaban nuevos ángeles.

¿Es que acaso su especie estaba destinada a caer ante los demonios? ¿A extinguirse como los animales de la Tierra? No, eso era imposible y sus pensamientos se estaban dirigiendo a un lado oscuro que él no tenía.

— ¡Ey!

La voz de Arial y lo cerca que la tenía ahora, lo sorprendieron. No tuvo tiempo de decirle nada ya que ella tiró de la camiseta negra que estaba trayendo y sin más lo besó. Esas actitudes de ella hacia él, lograban hacer desaparecer todas sus dudas.

—Dime algo, Arial —dijo él, contra los labios de ella.

—Algo —respondió risueña, jugándole una broma que no hizo reír al Dominacion.

—Estos días he tratado de lucir desentendido sobre el tema, pero ¿Por qué estás tratando de descifrar las palabras que se dicen al aceptar la Orden?

Arial retrocedía unos pasos y miró a Eric con el ceño fruncido. Realmente había pensado que lo estaba engañando, ya que se había esforzado el doble para no tener demasiadas dudas. Solo le había hecho tres preguntas.

— ¿Quién te dijo que pretendía hacer algo así?

—No me gustan las mentiras —aclaró él, mirándola muy serio. Para su sorpresa, logró intimidar a Arial, solo un poco.

—El padre Sebastián no me dijo que estaba haciendo algo malo, así que no deberías enojarte o hacer algún drama sobre esto ¿sí?

Eric se quedó en silencio, esperando que Arial siguiera hablando, ya que él no tenía nada que aportar además de insultos hacia Sebastián. No le agradaba nada que ella lo nombrara.

—Estaba pensando que quizás aquella ceremonia que realizan al aceptar la Orden… podría hacerla con Ethan, de esa forma funcionaria al revés, ya que él prácticamente se está volviendo en un demonio.

Arial se sintió ansiosa al esperar la respuesta de Eric.

—Eso no funcionará, así no son las cosas —dijo él, de inmediato, sin darse un momento para pensar en la alternativa de ella.

—Eso no lo sabemos, es solo un plan B.

—Pero no tiene sentido y estás gastando de tu tiempo y ganas en algo que no funcionará, en vez de buscar directamente el antídoto con tus amigos demonios. Sé que tienes varios.

Los ojos rojos de Arial brillaron por la molestia que estaba sintiendo. Eric no estaba siendo nada considerado, para ser un ángel.

—Creo que confiaré en mis conocimientos más que en los tuyos. Yo digo que funcionará, la Oscuridad y la Luz se atraen como cargas negativas y positivas. Así mismo sucederá, te lo explicaría con tiempo, pero me has demostrado que no se te da nada de bien estos temas. Creo que me equivoqué al pensar que eras tan entendido en el tema como Sebastián, quien me dijo que era una excelente idea. Que podía funcionar, incluso…

Eric no lo soportó más, se estaba dejando llevar por los celos y por la desesperación que estaba sintiendo el último tiempo por tener que partir.

— ¡Si! Sebastián dice muchas cosas, pero sin ningún problema miró hacia otro lado mientras tú eras atacada por Azazel.

Arial se cruzó de brazos, no esperaba ese estilo de comentarios de Eric y no porque fuera santo de su devoción, sino porque era un maldito ángel y esas criaturas, según ella, eran todo menos seres guiados por el ego.

—Bueno, bueno… al parecer alguien se ha quedado mucho tiempo en la tierra como para hacer ese estilo de comentarios egoístas ¿no es así, Ángel Dominacion en Decadencia?

—No tendremos que preocuparnos por ello, me iré pronto.

Aquellas palabras fueron como una apuñalada en el pecho para Arial. Aunque hizo todo lo posible para disimularlo y tratar de comprender a Eric. Él siempre trataba de comprenderla y ella se había dado cuenta, de no ser así jamás se habría permitido tener algún tipo de relación con una Nephilim, sobre todo por lo cuadrado de mente que era cuando recién llegó.

—Sabes que estoy eternamente agradecida por lo que hiciste por mi ¿sí?

Eric miró hacia la ventana, la noche ya había caído y le daba un pretexto para no mirar a Arial. Se sentía culpable por sus palabras.

—Lo siento —dijo de mala gana —no quería decir eso.

—Lo sé.

Eric se sorprendió al ver la actitud de Arial, quien solo respiró profundo y se acercó a él de nuevo, tomando su mano para guiarlo hasta el sofá más grande, donde se sentaron. Ella apoyada sobre sus rodillas, en dirección a él.

—Pensé por un momento que la idea de aplazar tu partida te gustaría, pero si quieres encontrar a Ethan tan pronto… bueno, me haré tiempo para ayudarte; aunque no dejaré de lado mi excelente idea que nadie apoya, excepto Sebastián.

—Deja de nombrarlo, me molesta —dijo él, aprovechándose de tener a Arial tan comprensiva —pude ver cómo te miraba. Ese Dominacion se ha alejado mucho de la Luz, créemelo, tanto tiempo en la tierra le está afectando… así que no me sorprendería si se quedara obsesionado contigo, tiene ese carácter.

Arial solo sonrió, no quería burlarse de los celos de Eric porque honestamente le encantaba verlo de esa forma. No había pasado antes y no ocurriría en un futuro, por lo que aprovechó aquel momento hasta el último segundo.

— ¿Tú crees que me miraba de esa forma? —preguntó ella, haciéndose la desentendida.

Eric la miró como si hubiese dicho alguna estupidez.

—Claro que sí, eres atractiva, además de otras cualidades, como ser inteligente y tener sentido del humor. Muy pocas personas tienen ese estilo de combinación en sus rasgos.

Arial se mordió el interior de su mejilla, solo para no reír.

—Te dije que soy irresistible ¿viste como Ethan me besó? Que descaro. Tendré que correr eternamente de los hombres.

Eric la miró ofendido.

—Estás jugando conmigo —dijo él, molesto porque ella no se tomara nada en serio. Bueno, nada de lo que él hablaba.

—Por supuesto que juego contigo, me encanta hacerlo —respondió Arial, acercándose otro poco a él —Creo que ya nos hemos divertido por mucho tiempo, es mejor que hagamos lo que dices, preguntarle a alguno de mis contactos.

Arial pensaba que de todas formas, haber dedicado tanto tiempo a su objetivo, había sido productivo, ya que solo le quedaba una línea que descifrar.

—Creo que esta noche conocerás otro tipo de clubes, Ángel Celopata.

Él la miró sin comprender.

Las horas comenzaron a pasar y Lilia no se movió del lado de Adam, ni siquiera escuchó cuando Mia Young llegó con el informe que el ángel caído le había pedido. La rubia de cabello corto tuvo que entregarle todos los contactos que obtuvo de Thomas, a Arial, que los aceptó encantada porque deseaba salir de aquella casa.

—Deberías ponerte algo más… dramático, aunque luces un par de años bajo los treinta debes seguir las costumbres de los jóvenes demonios —dijo Arial, sentada en la cama de Eric.

— ¿Qué haces aquí? Pensé que estarías con Lilia…

Los ojos de Arial brillaron cuando vio salir a Eric del baño, solo cubriendo sus partes íntimas con una toalla blanca.

—Ahora está durmiendo junto a Adam, que todavía no ha reaccionado ¿estás seguro de que todo está bien, Eric? Yo estoy tranquila porque tú dijiste que Adam despertaría.

El Dominacion sonrió.

—Te haré una apuesta, si despierta esta noche puedo hacer contigo lo que yo desee.

—Eres un pervertido.

—Dije cualquier cosa, puedo invitarte a comer cualquier cosa, un helado o algo así.

Arial comenzó a reír

—Eso también es pervertido.

—Tu mente es una alcantarilla —dijo él, acercándose al armario donde buscaría algo más… dramático según Arial.

Después de unos minutos Arial sonrió al ver como lucia Eric. Sin duda no parecía fuera de lo normal, pero él evitaba ocupar colores demasiado oscuros porque le recordaba a tiempos que no deseaba revivir. No obstante, ahora iba completamente de negro y con su cabello suelto, lo que derretía a Arial.

—Me gusta cómo te ves, luces peligroso, aunque nada fuera de lo normal.

—Si dejara expandir mis alas podría lucir algo anormal ¿no? —Preguntó cuándo ella se acercaba a él —tu si te lo has tomado en serio.

— ¿Esto? —dijo ella apuntando su cuerpo, haciendo que el corazón de Eric saltara un poco más rápido y tragara saliva con cierta dificultad.

—Sí, eso… luces como si fueras a matar a cientos de demonios.

Arial no llevaba nada femenino sobre su cuerpo, solo se puso unos jeans y una blusa con franjas negras y blancas que dejaba descubierto sus hombros y parte de su espalda; además llevaba un pequeño suéter de género negro abierto, que dejaba descubierto sus brazos. En sus bolsillos con cierres llevaba varias balas sueltas mientras que en sus piernas se ajustaban un arma y varias cuchillas en un arnés que rodeaba sus muslos y cadera, donde tenía más balas.

—A diferencia tuya, yo debo demostrar mis armas, para que no me molesten. Soy fuerte, pero a veces eso no sirve.

Eric enredó su dedo índice en un mecho de ella, que también llevaba su cabello rojo suelto y tiró un poco de ella, para que se acercara más a él.

—Vamos a visitar a los contactos de Thomas, no a salvajes.

Arial sonrió.

—Los contactos de Thomas, son salvajes, por lo menos los nombres que estaban escritos y donde viven, no son nada amigables.

Cuando Arial apoyó sus manos en la cadera de Eric, este no pudo seguir alejado de ella. Rodeó el rostro de ella con sus manos y la atrajo hasta él para poder besarla.

—Es tan fácil distraerse contigo —dijo Eric contra los labios de ella.

—Es porque soy irresistible, ya te lo dije…

No había pasado una hora desde que Arial y Eric había salido cuando Lilia escucho un leve gemido por parte de Adam. La Nephilim se sentó sobre la cama, angustiada por su situación y tomó la mano de él con cuidado.

—Mierda —dijo Adam removiéndose sobre la cama, llevando su mano libre a donde había recibido los disparos —puto Gabriel.

— ¿Adam? —preguntó Lilia, asombrada de que efectivamente Eric tuviera razón en decirle que despertaría pronto.

—Lilia —el Caído sonrió y abrió sus ojos al darse cuenta que no estaba solo.

— ¡Adam!

A la Nephilim le importó poco o nada que él hubiese estado herido, se lanzó hacia él para poder besarlo sin ningún cuidado.

Adam se quedó sorprendido por unos segundos, pero no dudo en aprovechar aquella tregua que Lilia le había dado y la rodeó entre sus brazos.

—Pensé por un momento —dijo ella contra los labios de él —que Thaumiel te había hecho daño.

— ¿Tú se lo pediste? —preguntó confundido

—Si —dijo ella, esperando que él dijera algo desagradable por ello.

—Gracias…

Adam se alejó de ella para observar donde se encontraba ya que estaba un tanto desorientado. Nunca era bueno recibir ayuda de un Demonio a menos que sea una situación extrema y él, gracias a Gabriel, lo había estado.

—Acaba de firmar su sentencia a muerte —dijo Adam, sentándose sobre la cama y recordando los últimos acontecimientos antes de perder la conciencia —esto me pasa por estar fuera de práctica.

Lilia lo quedó mirando preocupada.

—Gabriel tenía un arma, tus alas no te protegieron Adam, no fue por falta de entrenamiento.

—Claro que sí, hace mucho que no me preocupo realmente de esas cosas. Seriamente.

Lilia no entendía a que se refería con seriamente ya que antes de la llegada de Dana, Adam entrenaba todos los días antes de irse a trabajar al Lucifer. Hace más de dos meses.

—Como sea, no puedo enfrentarme de esta forma a Gabriel de nuevo… mis alas —Adam se quedó pensativo, abordando la idea de que sus alas se habían debilitado a tal nivel que ya no servían de escudo ante ciertas armas. Antes eran impenetrables.

La Nephilim se sorprendió al ver que los ojos de Adam se llenaban de lágrimas.

—Algunas cosas son irreversibles —susurró Adam.

—Cuando todo salga bien, podrás tener tus alas como antes ¿no podrías pedirles eso?

Adam suspiró, sintiendo cierto peso en sus hombros.

— ¿Dónde está Ethan? —preguntó sabiendo que al haberse involucrado de esa forma en la vida de Ethan, de seguro también quedaría fuera del trato.

—Lo liberamos, Thaumiel dijo que era lo mejor, que el mismo Lucifer le había dicho que si no se hacía de esa forma, el equilibrio ya no existiría y comenzarían a involucrarse.

Para que Lucifer, Rey de Demonios, hubiese dicho eso, significaba que la Luz se había involucrado de forma indebida en algún momento.

—Eric dijo que la Luz se había involucrado cuando él luchó con Gabriel, ya sabes, haciendo todo lo posible para que no hayan testigos. Además de solo estar Eric con nosotros, se considera algún tipo de compromiso por parte de la Luz.

Adam había estado durante su existencia, involucrado tanto con la Luz como con la Oscuridad, pero jamás había estado metido en un trato tan engorroso como el actual. Le estaba trayendo tantos problemas que no se sorprendería si mañana encontraba canas verdes en su cabello.

—Supongo que el bastardo de Thaumiel tiene razón ¿sabes siquiera dónde está Ethan?

—No, en eso anda Eric y Arial, creo, además querían averiguar sobre los contactos de Thomas. Mia hizo un excelente trabajo. No me dijeron nada, pero alcance a escuchar algo.

— ¿Y dónde está Gaspar? No he sabido nada de él en días.

—Mia dijo que se encontraba en la oficina de publicidad tratando de mantener todo bajo control.

—Oh… demonios. Esto se ha vuelto incontrolable.

Antes que Lilia pudiera afirmar esas palabras, Adam analizó cierto dato que se le había escapado con una rapidez sorprendente.

— ¿Arial y Eric fueron a investigar por gusto? ¿No te dijeron que fueras con ellos?

Lilia negó, lo que hizo olvidar a Adam todos sus problemas, de forma tan rápida que incluso se sorprendió.

— ¿Cuánto dormí, Lilia?

—Más de dos días, mañana es el último día del año.

Él ni siquiera se sorprendió por los días que le tomó despertar, ya que cuando las habilidades de un demonio eran efectivas en alguien, era porque esa oscuridad había llegado hasta el alma de la persona herida. Eso agotaba cualquier cuerpo, mortal o no.

— ¿Te quedaste conmigo, Lilia?

Ella se sonrojo un poco, pero esquivo la mirada del ángel para no provocar que su cuerpo se encendiera en llamas por la vergüenza.

—Bueno, estaba preocupada, me asusté —dijo ella, mirando hacia la cama.

—Lo siento, Lilia… por todo.

A pesar de lo asustada que Lilia se había sentido los últimos días, incluso de haberse regañado por estar enojada con Adam, ahora que él se encontraba mejor, no tenía esperanzas de que él fuera a cambiar demasiado con ella.

—Thomas se fue de viaje, según lo que supe, fue en busca del antídoto, personalmente. Ahora que has despertado, es adecuado que vuelva a mi departamento ¿no crees? Así evitamos cualquier confusión.

—Que se joda Thomas Santderic y todo lo demás, no pienso perderte. Ya estoy cansado de esto —dijo tomando la mano de Lilia, buscando algo para que ella lo mirara —No seguiré con esto, no cuando te puedo perder.

—Pero está el Contrato de Sangre, Thomas puede hacer contigo lo que quiera.

—No seré el primero que le robe su estúpido contrato. Encontraré un modo.

— ¿Y qué sucederá con Dana y con Ethan?

Adam esquivó la mirada de Lilia, sintiéndose culpable antes de decir las palabras que iba a pronunciar.

—Los de arriba se tendrán que buscar a otros idiotas que hagan el trabajo. Han dejado afuera a Arial, siendo que ella ayudó a Ethan… no seré parte de ello, exactamente como lo dijiste antes de que saliéramos corriendo tras ese vampiro neófito. Si Ethan sigue optando por Gabriel, ya es problema de él.

Lilia negó a esa idea, no por desear seguir el trato para su propia redención, sino por Ethan y Dana. Simplemente no era justo como se estaban llevando a cabo sus vidas y no podían dejarlos solos.

—No podemos, Ethan corre un inminente peligro de perder su alma, por lo que me dijo Eric.

—Ya no me interesa, no quiero seguir en esto. Si me uní en un comienzo fue por ustedes. Este no será el primer plan de la Luz que se viene abajo.

Lilia soltó la mano de Adam, pensando en las palabras de Arial, quien había hecho tanto últimamente para ayudar a Dana.

—No, es Dana de quien estábamos hablando, ella se volvió parte de nuestra familia al bajar.

—Es mejor que siga creyendo en lo que inventaron arriba, que en un tiempo más baje y elimine a Gabriel. No morirá por no encontrarse con Ethan.

— ¡Pero no será feliz!

Adam la quedo mirando con el ceño fruncido.

—Ninguno de nosotros lo ha sido en las últimas décadas ¿no crees? Y hemos sobrevivido muy bien.

Lilia se separó por completo de Adam, saliendo de la cama y decidida a llamar a Arial, para unirse en la búsqueda que estaba realizando para encontrar el antídoto de Ethan. Ya no confiaba en las palabras de Thomas.

— ¿Qué haces?

—Llamaré de Arial, me uniré a ellos.

—Lilia…

Para sorpresa de Adam, le costó ponerse de pie. Había pasado demasiado tiempo durmiendo.

—Si hago esto, es para no tener que seguir con el trato de Thomas.

—Oh no —dijo ella de inmediato —ese negocio que hiciste es completamente diferente a lo que sucede con Dana. No puedo creer lo que dices ¿abandonarla a su suerte, Adam?

— ¡Ella ni siquiera nos recuerda, Lilia! La vi hace unos días y fue como hablarle a una desconocida… y prefiero esa desconocida a tener que enfrentar a Dana la Nephilim, esa es peligrosa.

Lilia lo miró sorprendida.

— ¿Me estás diciendo que le temes a Dana como Nephilim?

— ¡Claro que sí! —dijo él de inmediato —y si no fuera así, me consideraría un idiota.

— ¿Está es tu última palabra, Adam?

Él se quedó en silencio por unos segundos.

—Solo quiero la opción que no me aleje de ti, ya no voy a seguir preocupado por el bien mayor. Que se jodan todos los demás.

Lilia se cruzó de brazos.

—Bien Adam, ve a darte una ducha y vístete, luego comeremos algo e iremos por ese estúpido contrato que firmaste.

Adam la miró incrédulo.

— ¿Es qué acaso sabes dónde están?

—Fui la mejor amiga y amante de Thomas Santderic por mucho tiempo, Adam, claro que sé dónde están esos Contratos de Sangre.

Adam sonrió entusiasmado, pero aun sintiendo por la mirada de Lilia, que las cosas entre ellos se había arruinado seriamente. Que una disculpa de su parte no sería suficiente.

Eric estaba apoyado en una pared, escondido en la oscuridad que el lugar proporcionaba mientras que observaba con detalle donde se encontraban.

“¿Dónde me has traído?” pensó al ver que Arial lo hacía entrar a un antro, a kilómetros del centro de la ciudad. Era un lugar perdido en la nada, pero que parecía ser el club preferido de todos los demonios ya que habían mucho, además de humanos.

La principal diferencia que había en el Excalibur, era que aquí no había reglas, podías hacer lo que quisieras y con quien desearas. No obstante, los pocos humanos que ahí se encontraban, eran de una calidad más… “baja” como le informó Arial cuando entraron, ya que los seres mortales que recurrían a ese club, no eran más que drogadictos o quienes tenían una moral por el suelo. Almas que eran muy similares a los demonios que las rodeaban, es por ello que no era frecuentado por demonios que buscaban cierta pureza en los humanos… aquellos iban al Lucifer.

En el antro que se encontraban, Eric destacó la luz roja que llenaba cada rincón del lugar, por ello Arial se veía como una verdadera diosa, recorriendo su territorio. Ella en si era fuego con sus ojos y cabello rojo, más cuando iba como Nephilim, luciendo esas líneas rojas bajo sus ojos y mostrando sus colmillos cuando sonreía.

—Toma —dijo tendiéndole un vaso con algún líquido a Eric. Se apoyó en la pared, junto a Eric.

Ciertamente Arial habría agradecido que Eric fuera por un par de tragos, pero que interactuara con demonios ya era demasiado arriesgado, así que decidió ir ella. El Dominacion tenía un aura difícil de esconder y que hasta ahora había pasado desapercibida solo porque sus alas estaban escondidas, como todo su lado Celestial.

Eric bebió de aquel líquido en un segundo. Se encontraba inquieto, rodeado de tantos vampiros y otros demonios; además de observar como estos hacían lo que deseaban con los humanos que había en el lugar. Arial le había traído un jugo.

—Todos han mirado tus cuchillos —dijo Eric, sin dejar de observar a los demás, captando como un vampiro bebía de una humana mientras la tocaba. El Dominacion hizo una mueca de desagrado.

—Sí, pero no te preocupes, este lugar es seguro.

Eric se distrajo y la miró sorprendido. Ese lugar no era seguro, no sus sofás, ni sus drogas o alcohol que escapaba de los límites permitidos. La música era todo lo que le podía agradar a Eric.

—Este lugar es horrible ¿has encontrado a tu amigo?

—No es mi amigo, es solo un conocido. Se llama Philip y actualmente está bebiendo de una humana, así que no es aconsejable que lo interrumpamos. Sería una muestra de mala educación.

—No me agradan los vampiros —dijo Eric, incómodo.

—Philip no es ningún vampiro, es un Nephilim.

Arial tomó la mano de Eric y se terminó su trago de un sorbo. Fue avanzando entre las personas que bailaban al ritmo de una música que se iba metiendo en las venas como una verdadera droga. Todos parecían estar en otro planeta, bailando y chocando entre ellos. A diferencia del Lucifer, este club era mucho más pequeño.

Eric notó las miradas que recibía su Nephilim, ojos libidinosos que la miraban con deseo. No le gustó ni un poco, por lo que antes de que ella siguiera avanzando hacia el Nephilim, él se detuvo. No podía dejar que la siguieran mirando así.

— ¿Eric? —dijo ella, girándose hacia él.

El ángel no le respondió, tan solo acarició su mejilla con suavidad para después rodear el costado de su cuello y acercarla a él. Cuando los labios de Eric se apoderaron de los suyos, Arial relajó sus brazos. Aunque cuando las manos del Dominacion rodearon su cadera y la atrajeron a su cuerpo, sintió como su torrente sanguíneo se volvía fuego ¿se sentiría Lilia de esa forma cuando estaba rodeada de fuego violeta? Si era así, Arial opinaba que valía la pena tener dicho poder.

La Nephilim se fue moviendo lentamente contra el cuerpo de Eric, como si se estuviera uniéndose a la marea de movimiento que los rodeaba, mientras que cada segundo exigía más de los labios de Eric.

—Tus colmillos —gruño él contra su boca, pero ella lo sintió como si una corriente de electricidad recorriera su cuerpo.

— ¿Qué haces? —Preguntó ella ante esta irreverente forma de actuar en un ángel — ¿Qué sucede?

Eric miró de soslayo a quienes los estaban observando, al parecer su idea no había resultado ya que ahora Arial había llamado aún más la atención entre demonios.

— ¿Eric? —ella se removió entre los brazos de él y giró de tal forma que ahora le daba la espalda mientras tomaba las manos del ángel, que se apoyaban en su abdomen.

Arial deseaba ver que estaba ocurriendo a su alrededor como para que el ángel se comportara de forma ansiosa, pero no quería escapar de sus brazos aun, así que presionó un poco más las manos de él mientras se apoyaba contra su pecho.

Eric la presionó con más fuerza, sorprendiendo a la Nephilim.

—No quiero volver, Arial —susurró él contra el oído de ella, causándole escalofríos al sentir sus labios en una zona tan delicada —soy celoso, no voy a soportar la mirada que te dan otros hombres.

Recién fue en ese momento que Arial entendió el por qué Eric la besó en medio de aquella multitud. No pudo evitar sorprenderse por la conducta del ángel. Se quedó unos segundos en silencio, escuchando como la música llegaba de todos lados mientras los labios de Eric rozaban su cuello. La Nephilim sintió como su corazón latía más fuerte tanto por lo que causaba el Dominacion, como por la pena que le provocaba escuchar los deseos de Eric.

Él no deseaba irse, pero no se quedaría. Era así de simple.

—Puedo solucionar eso, por ahora —dijo ella susurrando.

El Excalibur era un club donde se encontraban más vampiros que otro tipo de demonio, así que Arial sonrió al darse cuenta que estaba en su territorio y demostraría sin ningún problema que había algo más que una noche casual entre Eric y ella.

Eric se sorprendió cuando Arial se giró hacia él y le sonrió, mostrando sus colmillos. Tiró del costado de su abrigo, acercándolo hasta ella, para que bajara unos centímetros hasta que sus ojos se encontraran a la misma altura; no fue mucho ya que ella era bastante alta.

—Cuida de tus alas, Eric —susurró ella en su oído, lo suficientemente bajo como para que fuera un secreto.

El Dominacion no alcanzó a reaccionar cuando ella rodeó su cuello con ambas manos, acariciando su piel para después acercarse a aquella zona tan importante en los seres que se fortalecían gracias a la sangre de otros.

—Arial —gruñó Eric cuando ella clavó sus colmillos en él, por completo.

La Nephilim estaba bebiendo de él, mientras los rodeaban decenas de vampiros. Eric recién entendió las palabras de ella, ya que sus alas desearon expandirse, dejándolos a la deriva por el placer que ella le hacia sentir.

Los demás seres observaron atentamente como los ojos de Arial liberaban un pequeño destello rojo, dejando en claro que no era un vampiro como ellos, sino una Nephilim… una que se estaba dejando llevar por su lado demoniaco. Sinónimo de peligro.

Arial se alejó de Eric, permitiendo que la herida sanara con la capacidad que solo los ángeles y seres sobrenaturales tenían. Su corazón estaba latiendo descontrolado por sentir tanto tiempo la sangre de Eric, se relamió sus labios por si quedaba una gota como rastro de lo que había hecho.

—Yo… —dijo un tanto nerviosa Arial, pero no pudo decir ninguna palabra ya que sus labios fueron atrapados por Eric, quien sin ningún cuidado la arrinconó contra uno de los grandes pilares que habían a un par de metros.

El Dominacion tenía por completo nublada la razón, ni siquiera se daba cuenta donde se encontraba ni que había más gente, quienes se habían distraído, olvidándolos totalmente. Eric rodeó con cuidado parte de la mandíbula y cuello de Arial para besarla. Era como si estuviera respirando a través de la boca de ella.

Cuando Arial sintió una mano colándose bajo su blusa, supo que había traspasado todo límite con el ángel. No debió provocarlo de esa forma, no cuando no podían llegar a ningún lado, aunque ella aceptaba que él también era responsable por hablarle de esa forma.

—Eric —susurró contra sus labios mientras detenía aquella curiosa mano del Dominacion —recuerda a lo que hemos venido.

Los ojos de Eric dejaron de lucir tan profundos y aquel verde que encantaba a Arial, volvió a la normalidad, despertando del sueño que la lujuria le había entregado.

—No vuelvas a hacer algo como eso de nuevo ¿Has entendido, Arial?

Ella solo sonrió, satisfecha por haber tenido una reacción completamente inesperada en Eric. Le gustaba tener ese poder en él.

—Está bien, solo lo hice para que te relajaras, así ningún vampiro nos molestara. No es usual que dos personas no humanas, tengan este tipo de contacto —dijo refiriéndose a que los vampiros no mordían a sus parejas sobrenaturales en público a menos que fuera para dejar en claro, que no podían involucrarse con ella.

—Mejor vamos con tu amigo Philip.

—Ya te dije, es un conocido…

Cuando Arial se dirigió hacia el Nephilim que conocía hace un par de años, se quedó estática al ver que estaba acompañado de una morena de pie pálida como Blancanieves, sus ojos eran tan oscuros como su cabello y su alma.

— ¡Arial! —dijo la vampiresa, descubriendo a Arial entre todas las personas. Levantó la mano y la agitó en signo de saludo.

—Perra —susurró Arial lo suficientemente bajo. Odiaba que estuviera aquella vampira en ese lugar, junto a Philip.

Eric siguió la mirada de Arial y se encontró con un Nephilim calvo como nadie, pálido y con unos ojos azules impresionantes. Estaba vestido con jeans rotos y una camisa roja abierta, bajo esta llevaba una camiseta negra. Tenía una cadena con púas rodeando su cuello. Y tenía a una vampiro como compañera.

— ¿La conoces también? —preguntó Eric, susurrando en su oído.

—Liam, mi ex novio se volvió en vampiro y me dejó por ella, su nombre es Marisa. Creo que ha superado muy bien su muerte, después de todo.

Eric recordó el nombre Liam con cierta dificultad, pudo tener en su imagen al chico rubio que había sido convertido por Gabriel para tenerlo como pupilo. Eric hizo una mueca al darse cuenta que su Nephilim había perdido tiempo con un ser tan despreciable como Liam.

—Entonces terminemos con esto rápido ¿no? —preguntó el Dominacion.

—Sí, vamos.

Se dirigieron hacia el sofá negro donde se encontraba Philip muy cómodo sentado, rodeando la cintura de la vampira, que vestía como si hubiese salido de una revista barata de personajes góticos.

—Arial, justo en ti estaba pensando —dijo Philip liberando a Marisa de su agarre y poniéndose de pie para saludar a su compañera Nephilim.

Sin embargo, se detuvo al ver que venía acompañada de cierto ser de mirada penetrante.

— ¿Qué demonios estás haciendo con él, Arial? —preguntó de mala forma Philip. Arial se tensó por un momento.

—Hola —dijo interrumpiendo Marisa, estirando su mano hacia Eric.

El Dominacion solo la tuvo que mirar una vez para que ella retrocediera y volviera a su sitio sin decir nada.

—Tengo que hablar cierto asunto contigo, en privado. Trata sobre Thomas Santderic —aclaró la pelirroja, tratando de disimular la gracia que le hizo la mirada fría de Eric a Marisa. Él podía lucir peligroso si lo deseaba.

—No tengo nada que hablar contigo, estas ayudando al enemigo, pensé que los rumores eran falsos —dijo Philip, descubriendo de inmediato que Arial iba a acompañada de un ángel —tu siempre has odiado a los ángeles.

Los Nephilim tenían mayor sensibilidad sobre los ángeles, que los demonios. Los Nephilim escapaban cada día de ellos, no de la Oscuridad.

—Sé que tienes la capacidad de manipular las mentes de las personas, quiero saber si le has dado cierta cantidad de sangre a Thomas o a alguien este último tiempo —respondió Arial, haciendo caso omiso a los comentarios de Philip.

La primera opción de la lista a la que podían recurrir, luego de interrogar demonios con un resultado inútil, era Philip, porque sin duda de él podían aislar el antídoto para Ethan.

— ¿Qué? —Preguntó desconcertado Philip —no sé de qué demonios estás hablando.

La música comenzó a sonar más fuerte, era un ritmo molesto y que no permitía a Arial concentrarse. Menos a Eric que comenzaba a ponerse de mal humor.

— ¡Dame un segundo! Iré a ver si puedo conseguir un lugar más tranquilo —dijo ahora Philip, hablándole al oído a Arial.

Eric no le sacó los ojos de encima al Nephilim porque no podía confiar ni un segundo en él. No todos los Nephilim eran como Arial o Lilia, más se parecían a la antigua Dana, en una escala muy inferior. No fue capaz de mirar a otro lado hasta que Philip se perdió entre las personas.

— ¿Estas segura de esto? —preguntó Eric a Arial, un tanto preocupado.

—Sí, no hay problema —dijo Arial.

Ella estaba considerando seriamente secuestrar a Philip para que les diera una rápida solución para Ethan. Desde hacía un par de años, cuando estaba en una fiesta con Philip y este se emborrachó, le confeso cuál era su habilidad demoniaca. Manipular la mente de los demás, poniendo imágenes o lo que él quisiera en ellos. Sin embargo, la debilidad que tenía dicho poder, era que debía estar frente a frente con la otra persona, sus ojos cambiaban a un negro tan profundo que se te olvidan sus hermosos ojos azules y todo lo que él deseara que no recordaras.

— ¿Has sabido algo de Gabriel?

La voz de Marisa cambio de tono, dejando de lado la altanería que tenía con Arial, a quien jamás había podido intimidar. Cuando Arial la miró, supo de inmediato que su existencia había sido olvidada.

— ¿Qué quieres tú con Gabriel? ¿No has encontrado un reemplazante adecuado para Liam? Te adelanto que está tratando de conquistar a alguien, aunque de una manera muy poco efectiva —dijo sonriendo Arial, mirando a Eric, quien seguía muy  serio, incómodo.

—No —respondió Marisa, poniéndose de pie para llamar la atención —solo lo estoy buscando para saber que sucedió con Liam, nadie me explico lo que pasó realmente.

—Muerto, así de simple —dijo Arial, dándole la espalda y mirando a Eric.

—Situación que pronto conocerás muy bien ¿no?

Cuando Arial se giró para ver a la vampira, está ya se estaba alejando, aunque no pudo avanzar hasta un lugar más seguro ya que Eric ya se encontraba ante sus ojos, obstruyendo su camino.

— ¿Qué quieres decir con esas palabras, vampiro? —preguntó con un tono de voz que Arial jamás había escuchado. No le gustaría estar en los zapatos de Marisa.

La vampiro dio un paso hacia la izquierda para alejarse de Eric, sin tomar en cuenta su pregunta, pero cuando iba por su lado, él la cogió de su antebrazo.

—No quieres problemas ¿no es cierto? —preguntó Eric, observando como la piel expuesta de la vampiro, ante su agarre, comenzaba a convertirse en un color rojo para después quemarse más profundamente.

—Ángel —susurró Marisa, mirando hacia el suelo. Aterrada.

—Responde, demonio —dijo Eric, presionando más fuerte y tirando de ella hasta él, para que nadie pudiera verlos.

—Philip esta coludido con Azazel, ahora lo fue a llamar. El demonio ofreció una excelente recompensa para que dijeran donde se encontraba, al parecer ya no puede acercarse a ella.

Por Eric, Azazel no podría hacer nada si Eric estaba protegiendo a Arial.

El Dominacion soltó la mano de Marisa y esta desapareció de sus vistas antes que pudieran decir otra palabra.

—Eric… —susurró Arial para después girarse hacia donde se había ido Philip.

Demasiado tarde.

Ambos se dieron cuenta que todo el lugar se había quedado sin murmullos, nadie hablaba, solo la música seguía sonando. Cuando una espesa neblina negra comenzó a emerger del suelo, el ángel Dominacion fue a por Arial para protegerla de Azazel que ya se encontraba en el lugar, pero no pudo hacer mucho ya que el golpe que recibió contra su rostro lo desestabilizo y lo hizo caer.

— ¡Corre, Arial! —gritó antes de sacarse el abrigo y dejar que toda su luz como ángel saliera a la relucir.

Eric tomó su espada, decidido a acabar con todos los demonios que ahí se encontraran. Lo había deseado hacer desde que entró al Excalibur.

Ta daaaaaaaaaaaaaaa.... solo quedan dos capitulos de esta historia, espero que les haya gustado este :D gracias a quienes comentan, de verdad.