Furia
Dana se removió
entre las suaves sábanas de su cama y antes de abrir sus ojos sintió un fuerte
dolor en su cabeza. Enredó de inmediato los dedos en su cabello y se sentó
rápidamente.
—Qué dolor…
—susurró tratando de evitar las náuseas que tenía. Sin embargo, cuando miró
hacia su lado, dejó de sentir cualquier
malestar por entrar en un estado de shock — ¿Qué hice?
Observó como
Ethan estaba vestido, sobre su cama, durmiendo plácidamente. En un segundo Dana
comenzó a mirar sus brazos, tratando de ver si tenía algún tipo de tatuaje
marcado en su piel, pero suspiró aliviada al ver que todo iba bien.
— ¿Ethan? –ella
lo movió, tomándolo de su hombro. Ethan no respondió, solo se giró hacia ella y
siguió durmiendo.
Dana lo quedó
observando cómo lo hacía cuando era su ángel guardián y sonrió al ver lo
tranquilo que lucía. Era la única vez que él no se veía atormentado por las
almas ni por sus pensamientos negativos. No pudo controlarse y pasó su mano por
la mejilla de él, regalándole una caricia dulce, sintiendo lo tibia que podía
ser su piel. De inmediato ella se sonrojó al darse cuenta de lo que estaba
haciendo, siempre había querido hacer aquello y ahora lo estaba cumpliendo.
—Voy a arreglar
tu vida, no te preocupes –susurró pensando en cuanto había sufrido su humano
durante estos años, siempre atormentado –todo irá bien, Ethan.
Tras estar unos
minutos observando a su humano, el ángel decidió levantarse y darse una ducha
para quitarse el malestar que sentía. Estuvo un largo rato bajo el agua, sintiendo
como su cuerpo respondía positivamente ante tal baño. Después se vistió en el
baño, con unos jeans y una blusa blanca con un par de botones en el comienzo,
era holgada y caía por su abdomen libremente. Se tomó su cabello por completo y
por último se puso unos botines marrón.
Salió del baño
para poder preparar algo de desayuno, por lo que entendió Ethan no iría a
trabajar, ya que eran más de las diez de la mañana y él seguía durmiendo, así
que se dedicó a dar lo mejor en la cocina y preparar un desayuno decente con
las cosas que había comprado junto a Lilia.
Ethan se
removió sobre la cama y abrió sus ojos, hacía mucho tiempo que no dormía tan
plácidamente. Sin embargo, se quedó con los ojos bien abiertos al darse cuenta
que no estaba en su habitación. Segundos después recordó lo que había pasado la
noche anterior.
“Él llevaba a Dana, rodeando su cintura
hasta su habitación, se sorprendió al ver lo ordenada que era, pero más lo hizo
al notar las luces que brillaban en la pared cuando prendió la interruptor.
— ¿Tienes problemas con la oscuridad? –le
preguntó Ethan a la ebria ángel que llevaba en sus brazos. Dana no se sentía
nada de bien, menos cuando salieron del departamento y subieron por el
ascensor, eso solo hizo que su mundo diera aun más vueltas.
—No me gusta, estoy acostumbrada a estar
rodeada de luz… —sus palabras salían de su boca de forma lenta y un tanto
arrebatadas, como si le pesaran sus labios. Ethan miró la boca del ángel y
sintió deseos de besarla, sin embargo, sabía que no era lo correcto, por lo que
simplemente se limitó a ayudarla.
La recostó en la cama, quitándole sus
pantuflas para que durmiera más cómodamente.
—Bien, te dejaré, ahora trata de dormir ¿sí?
–él apagó la luz principal, automáticamente las luces de la pared quedaron
prendidas. Le gustaba la habitación de su vecina, lucía un buen refugio para
descansar.
—No te vayas, no quiero estar sola… estoy
cansada de sentirme así –dijo ella mirándolo con una tristeza que jamás había
demostrado hasta ahora. Él de inmediato asoció aquella información al pasado de
Dana, para él, vivir en un orfanato, le parecía una de las cosas más horribles
del mundo.
—No creo que sea lo correcto.
—No me harás nada ¿cierto? No quiero tener
las marcas en mis brazos –Ethan sonrió, sin entender lo que ella decía.
— ¿Qué marcas?
—Si hago algo indebido contigo, mis brazos tendrán
marcas… es un pecado estar contigo.
— ¿Un pecado? –Ethan decidió sentarse en la
cama, tomando la mano que ella le ofrecía.
—Si… no nos tienen permitido involucrarnos
con humanos –él volvió a sonreír, entretenido por las locuras que su vecina y
ahora amiga, hablaba.
— ¿Y tú qué eres? ¿No eres humana? –ella
negó triste.
—Alguna vez lo fui… me habría gustado
conocerte en ese entonces, sé que puedes llegar a ser muy dulce si te lo
propones.
— ¿Y cómo soy ahora? ¿Malvado?
—No… pero yo te… ayudaré a sentirte…
mejor —de inmediato él tuvo una idea
para nada decorosa que involucraba al ángel para sentirse mejor, pero la
desechó de inmediato, ella no era ese estilo de mujer, no era una aventura de
solo una noche, menos estando borracha.
— ¿Y cómo me ayudarás? –preguntó tratando de
llamar la atención de Dana nuevamente, los ojos de ella se estaban cerrando de
a poco.
—Ya verás… lograré que seas… fe...liz –ella
se fue acomodando cada vez más sobre su cama, sin soltar la mano de Ethan –solo
no te vayas.
— ¿Quieres que duerma contigo?
—Por favor… ¡pero no hagas nada! –dijo
abriendo sus ojos un poco más y levantando el tono de voz.
—Creo que no habrá más licor para ti otra
vez.
—Es la primera vez que bebo…
—Dana… ¿de verdad tu primer beso te lo di
yo? –esa pregunta estaba en la mente de Ethan hace días, solo quería saber
realmente si eso había sido cierto, le parecía increíble, aunque ella se lo
hubiera dicho sobria minutos antes, le parecía increíble.
—El primero… pero debe ser el único, es algo
que tengo prohibido. Me costó tener mis alas ¿sabes?
— ¿Tus alas? –Unos segundos pasaron y ella
no contestó — ¿Dana? –La movió, pero ella regañó entre dientes, pidiéndole que
la dejará tranquila –eres todo un caso Dana Cross.
Ethan se sacó sus zapatos y se recostó junto
a ella, dejando que el cansancio acabara con él también, se sentía muy bien
estando a su lado. Se quedó dormido solo pensando en los ojos miel de ella, sin
que ninguna alma se interpusiera en su mente”
Ethan se
levantó de la cama un tanto desconcertado, pero sonrió al recordar las palabras
de Dana. Miró la hora y se dio cuenta que estaba atrasado para ir a trabajar,
aunque no se preocupó ni un poco, sabía que sus jefes podrían comprender que
había tenido un día de relajo después del arduo trabajo que realizaba en la
agencia.
Pasó a orinar
al baño y lavó su cara para después salir a ver si encontraba a Dana. Cuando
llegó a la cocina ella estaba llevando los platos a la mesa para tomar su
desayuno.
— ¿Y donde
están esas alas que te costó tanto conseguir? –le dijo él sonriendo, bromeando.
Dana dejó caer
los platos de las tazas cuando escuchó esa pregunta, sintiendo como si todo el
mundo estuviera sobre sus hombros. Su rostro se volvió pálido y por su mente
pasaron todas las explicaciones que tendría que darles a sus superiores porque
su humano ya sabía que era un ángel.
— ¿Qué… has…
dicho?
— ¡¿Qué
sucede?! –dijo Ethan al ver lo que había provocado con su pregunta. Rápidamente
se dispuso a recoger el desastre que Dana había hecho, sin tomar en cuenta la
expresión de horror que ella tenía — ¡vamos! Solo fue una broma, anoche
hablaste algo de tus alas, fue gracioso, pero no sabía que era algo serio ¿Qué
pasa?
En un segundo
Dana se recuperó, el tiempo necesario para que Ethan no viera el pánico que la
estaba absorbiendo.
— ¿Hablé algo
anoche? –de inmediato ella comenzó a recoger el desastre que había en el piso.
—Sí, eres
graciosa, incluso hablaste sobre unas marcas en tus brazos, me comporté como un
caballero, así que no tienes nada –dijo él recogiendo los restos mientras que
Dana se quería golpear contra una pared por hablar hablado de más.
“Nunca más vuelvas a beber, idiota” se
reprimió al darse cuenta que su humano había escuchado más de la cuenta.
Agradecía al cielo que él lo haya tomado como una broma.
—De verdad, no me
dejes tomar de nuevo, se me nubló todo anoche, no recuerdo nada desde que me
levanté de esa silla.
—No te
preocupes, conmigo no vuelves a beber, aunque fue agradable poder compartir una
cama contigo.
— ¿Por qué te
quedaste? –dijo ella tomando los restos de loza y dejándolo en el bote de
basura.
—Debes envolver
eso en papel, alguien se puede cortar –dijo Ethan tomando unas servilletas y
guardando los restos ahí para después arrojarlos en la basura –y referente a tu
pregunta, es porque tú me lo pediste, no querías quedarte sola porque estabas
cansada de sentirte así –la mirada triste de Dana volvió, ni siquiera ella se
había dado cuenta que se sentía de esa manera.
—Ya veo…
—No fue para
nada un sacrificio –mintió Ethan al darse cuenta que le habría gustado hacer
otro estilo de cosas sobre esa cama y dormir… no estaba en sus planes
–realmente me debes decir la marca de tu cama, hace mucho que no dormía tan
bien.
—No tengo la
menor idea, la compraron por mí –dijo ella ahora sonriendo, dándose cuenta que
no era la cama lo especial, sino que había sido ella, las almas rechazaban a
los ángeles o seres espirituales porque podían obligarlos a ir hacia la luz,
temían de algo que no sucedía, ellos ayudaban, no obligaban a nadie, por lo
menos los ángeles que tenían permitido rondar en la tierra.
— ¿Estabas
preparando el desayuno? –ella asintió emocionada, ahora se había relajado al
darse cuenta que él no entendió nada de lo que dijo anoche.
—Con Lilia
compramos unos dulces en el supermercado, puede que te gusten, ya herví el agua
y recuerdo que compramos café y lo necesario para tomar un buen desayuno.
—Oh… ya veo, tu
amiga te ha entrenado bien para sobrevivir a un desayuno ¿cierto?
—Si –Dana se
sonrojó –bueno… vamos.
Arreglaron todo
lo que había sido arruinado y se sentaron para tomar un café con un pie de limón que Lilia había obligado a
comprar a Dana porque decía que era el mejor de todos.
— ¿No has visto
a los hermanos? –preguntó el ángel, ella no había visto a las almas que había
prometido ayudar, aun recordaba eso.
—No… quizás se
dieron cuenta que teníamos que desayunar antes de hacer cualquier cosa.
—Tú tienes que
trabajar ¿cierto?
—Si, después
llamaré para avisar que llegaré un poco más tarde.
—Bastante tarde
por lo que veo –dijo Dana tomando de su café.
—Yo me
encargaré entonces, prometí que los ayudaría, además son pequeños, hay que
apresurar su transición ¿sabes? Son más vulnerables.
— ¿Vulnerables
ante qué? –ella se quedó pensativa unos segundos, analizando la forma para
explicarle de la mejor forma a Ethan lo que sucedía con las almas.
—No todos son
buenos ¿sí?... no todas las almas que ves o seres que hay tienen buenas
intenciones ¿nunca has visto unas sombras que puedes absorber las almas?
— ¿Qué? –el
ceño de Ethan se frunció ante esa nueva noticia, él no tenía nada de
experiencia en el tema de las almas, las había dejado de ver en su totalidad
cuando era un adolescente, lo poco que veía eran almas que lo seguían por años
y no perdían la esperanza de que él las ayudara –no tengo idea de lo que estás
hablando.
—A veces las
absorben… como si se alimentaran de almas buenas, para ser más fuertes,
personalmente creo que son demonios –“personalmente” no era la palabra
correcta, ella estaba segura de lo que ocurría con esos seres, se lo habían
enseñado junto a Sophia y Quentin –digamos que los niños son más puros y más
inocentes, no saben escapar cuando hay peligro, a diferencia de las almas más
adultas, esos niños de anoche… no lucían llevar mucho tiempo en ese plano
¿sabes? Hay que tener cuidado, siempre que vengan a pedir ayuda, debes tratar
de dárselas de inmediato o sino corres el peligro de que sean absorbidos por
esas almas oscuras y solo Dios sabe lo que sucede con ellos –Dana sabía
exactamente que eran recluidos para ser pequeños demonios o para hacer fuerte a
un ser maligno, pero no podía decirle eso a Ethan o sería demasiado sospechoso.
— ¿Cómo sabes
eso? ¿Lo has visto?
—Exacto, yo a
diferencia tuya no le he dado la espalda a mi habilidad.
—Entiendo,
entiendo –dijo él comiendo un pedazo de pie
de limón –no tienes para que refregármelo en la cara.
—No lo hago,
para eso te estoy ayudando, ya con el tiempo te darás cuenta de lo que sucede.
—Muy bien,
ahora dime… ¿Qué sucede si esas almas son absorbidas?
—No sé qué
sucede después –mintió ella –pero no ha de ser algo bueno.
— ¿No se pueden
recuperar?
—No tengo la
menor idea –claro que se podían recuperar, pero ese era el labor de otros
ángeles y ella no tenía idea de cómo podían hacerlo –pero eso no ha de
importar, tratarás de que eso no pase ¿cierto?
—Estás hablando
como si estuviera ya metido en este negocio y solo estoy en un periodo de
prueba, ya te lo dije ayer.
—Haré que
firmes el contrato por un periodo fijo ¿sabes? Podrás hacerlo y estoy segura.
—No cantes
victoria antes de tiempo –ella se sonrojó al sentirse tan animada en el día de
hoy, todo el drama de ayer lucía como un lejano recuerdo, todo había mejorado
desde su cena — ¿Por qué te has sonrojado?
—Me he dado
cuenta que dormí contigo, eso no está bien.
— ¿Por las
marcas? Me porté bien, ya lo sabes –ella sonrió, nunca se imaginó que podría
hablar de esa forma con su humano, aunque él creyera que era una broma.
—Si… pero no es
correcto, apenas te conozco ¿no? –Ethan la quedó mirando serio por unos
segundos.
—Pues pareciera
que nos conociéramos de toda una vida, congeniamos muy bien ¿no? –claro que se
llevaban bien, si ella había estado a su lado siempre.
—Pareciera…
—Ethan miró el reloj que había en la cocina de Dana, podía verlo desde ahí. Al
ver que ya habían pasado las once de la mañana se levantó rápidamente, bebiendo
su café de un trago, haciendo una mueca al sentir que se quemaba.
—Para la
próxima vez un poco de agua helada, el café caliente no me gusta del todo,
siempre estoy apurado –ella asintió sonriendo, notando la íntima escena que
estaban viviendo, como si él fuera a tomar más desayunos en su compañía.
—Es hora de que
te vayas ¿no?
—Si… y ahora,
pediré permiso por algo que me merezco ¿no? me porte bien –ella lo quedó
mirando confundida, pero al ver que Ethan se acercaba demasiado, Dana se quedó
estática –no es pedir permiso, sino el modo de hacerlo ¿verdad? –se quedó
concentrada mirando la boca de Ethan que solo estaba a unos milímetros de la
suya. Sus labios le causaban una gran y preocupante tentación.
No respondió,
simplemente suspiró al sentir que su corazón estaba descontrolado, más cuando
Ethan llevó su mano al rostro de ella para levantarlo un poco. Sus labios
atraparon los de ella, succionando el inferior, causando que ella dejara
escapar un suspiro que más sonó como un suave gemido.
Dana presionó
sus manos en la silla para controlarse y no tomarlo de su camisa y acercarlo
más a ella, simplemente dejó que él la tomara y la besara, cosa que no debía
estar haciendo, pero no podía controlar y ahora estaba segura que nadie la
interrumpiría, así que tenía que tener cuidado con sus propios movimientos.
Ethan al ver lo
pasiva y dispuesta que estaba su vecina, aprovechó la oportunidad y profundizó
el beso, dejando que ahora su mano viajara al cuello de ella, recorriendo esa
suave piel.
“Demonios… el mejor desayuno de mi vida” pensó
el al sentir como su lengua tenía contacto con la de ella.
Los dedos de
Dana estaban blancos por usar tanta fuerza, su corazón no dejaba de latir con
una rapidez que la estaba asustando. No sabía cómo, pero su lengua se movía
junto a la de Ethan como si se conocieran de toda una vida, exactamente como él
lo había dicho.
Si bien no
estaban destinados el uno al otro, sin querer los años habían hecho que se
sincronizaran en una misma frecuencia.
La cabeza de
Dana comenzó a dar vueltas como la noche anterior, pero de una manera
agradable, sentía escalofríos en su espalda, mientras que quería seguir besando
a Ethan por todo el día, no quería parar, pero debía hacerlo, ya que sino
perdería el control de sus actos y esa no era la idea.
—Bas… ta –dijo
ella retirando un poco su cabeza, pero al ver los ojos verdes de su humano, que
brillaban de una forma extraña, no se contuvo. Sin poder controlarlo, su mente
le indicó a sus manos que rodearan el cuello de Ethan y lo acercaran a ella.
Él respondió
aquel entusiasmo de Dana con un beso más pasional, rodeando en esa posición,
con una mano, la cintura de su ángel, tirando de ella hacia arriba para tener
un mejor acceso. Sin embargo, él se alejó, dejando a Dana con las ganas de
seguir siendo besada.
—Nos vemos en
la tarde, esta vez sí será un día para preguntar muchas cosas que no sé ¿sí?
–ella se sentó, sonrojada y sintiendo que sus labios estaban inflamados por tan
ferviente beso.
Ethan volvió a
robarle un beso, esta vez más corto y tomando a Dana aun más desprevenida para
después irse, sin decir otra palabra.
Dana se removió
en la silla al sentir que tenía ansias de algo que no podía identificar. Se
dedicó a tomar algo de café para concentrarse en algo más que no fuera la boca
de Ethan.
Dana arregló la
loza que había usado, sin poder quitarse esa sonrisa de enamorada en ningún
segundo. Había llamado a Adam para avisarle que pasaría al Lucifer a verlo, tenía que decirle sus avances con Ethan, ni
siquiera se sorprendió por lo cortante que había sonado, él solo le pidió que
se apresurara.
Cuando terminó
de arreglar todo en su departamento ella fue rápidamente a tomar un taxi para
ir hasta donde Adam, parecía que podía escuchar alguna canción alegre que su
memoria traía a la actualidad. Se sentía tan feliz, que parecía que podía
bailar, aun sentía los labios de Ethan sobre los suyos y su corazón aun latía
desbocado por saber que él seguiría adelante con ayudar a las almas. Mientras
iba en el taxi se aseguró que su daga estuviera en el lugar adecuado, esta vez
en el costado de su abdomen, iba muy bien ajustada.
Sin embargo
cuando llegaron al Lucifer, su sonrisa se desvaneció cuando vio que del lugar
salía Gabriel, siempre con el mismo estilo de ropa, la miró y le cerró un ojo
antes de meterse a un auto deportivo negro y manejar como si estuviera
permitido ir a más de cien por hora.
El humor de
Dana cambió del cielo a la tierra, pero después de saludar a Sam con una
sonrisa, sentía aun más mariposas por haber besado a Ethan. Saludo a Isaac y la
chica que estaba ahora su lado, con una
sonrisa y se fue directo a la oficina de Adam, tocó una sola vez.
—Buenos días,
Adam –el ángel caído la miraba desde la chimenea que ahora estaba apagada. Dana
se quedó en silencio al ver su expresión, nunca lo había visto tan enojado.
— ¿Cómo lo
pasaste ayer en tu cita con Ethan?
— ¿Qué pasa?
–ella de inmediato entendió que no le interesaba saber cómo lo había pasado en
su velada.
—Me dijo un
pajarito que terminaron cenando ¿estuvo buena la comida? ¿El vino fue agradable?
—Adam yo…
— ¡Responde de
una buena vez! ¿Estuvo bueno? ¿Fue entretenido? ¿Reíste suficiente?
Adam tenía sus
puños fuertemente marcados, mirando de forma violenta al ángel principiante que
tenía al frente de sus ojos, sintiéndose desilusionado y herido por haber
creído totalmente en Dana, por pensar que estaba preparada para enfrentar la
vida humana, por pensar que Gabriel estaba equivocado. Se sentía traicionado
con él mismo, por haber fracasado como guía de Dana; Adam no manejaba nada de
bien la frustración, más cuando ya tenía suficiente día a día.
Dana se quedó
en silencio, sin saber lo que pasaba, más cuando entró Arial y Lilia a la
oficina. Sin embargo, ellas no tenían idea de lo que estaba pasando, solo
venían para llevarse a Dana a la mansión de Adam y seguir entrenándola. Esas
habían sido las órdenes de su ángel caído favorito.
—Buenos días…
—dijo Arial un tanto confundida, entendiendo que el ambiente estaba tenso.
Ambas vestían
con ropas deportivas, listas y preparadas para poder hacer sufrir a Dana en el
entrenamiento, estaban entusiasmadas en divertirse hoy con su amiga. Arial en
un conjunto negro y rojo, mientras que Lilia estaba en un conjunto violeta y
negro.
— ¿Qué sucede?
–preguntó Lilia, mirando a Adam.
—Nada
–respondió él, aun enojado –solo quiero saber cómo le fue a nuestra pequeña
angelito en su cita con su humano.
— ¡Verdad!
–dijo Arial, entendiendo lo importante que era para Dana. Lilia la miró
confundida, no tenía idea de los sentimientos del ángel hacia su Ethan
–cuéntanos to…
— ¡Silencio!
–La hizo callar de manera brusca Adam –quiero escucharlo de la boca de Dana.
Para el ángel
no había otra señal, ya tenía claro que algo malo estaba sucediendo y tenía
relación con Gabriel, era la única justificación de verlo justo cuando ella
estaba por entrar.
—Lo pasé muy
bien –dijo ella muy seria, mirando con la cabeza en alto a Adam, sin demostrar
ninguna expresión –fue muy entretenido, comí y bebí, mientras conversaba con
Ethan… fue memorable.
—Lindos
¿cierto? –Dijo Adam caminando de un lado para otro –ahora dime ¿no pasó algo
fuera de lo normal? ¿Algo que pudiste haber visto o sentido?
—Dos almas,
hermanos se nos rebelaron para que las ayudáramos, quedamos en que hoy se
realizaría ese trabajo –el corazón de Dana latía con fuerza, producto del
miedo.
— ¿En serio?
¿Por qué no las ayudaste de inmediato, Dana? –preguntó él, sin tomar atención a
las miradas desconcertadas de Arial y Lilia que no entendían nada.
—Era tarde y…
—sus mejillas se sonrojaron ante lo que iba a decir –había bebido.
— ¡Uuuuh! –dijo
Arial tratando de molestar a Dana, como si fueran niñas de secundaria, pero
antes de que pudiera decir algo, la mirada de Adam la hizo callar.
— ¿En serio?
Una experiencia muy humana y bastante entretenida si estas en el lugar y con
las personas correctas –dijo Adam.
—¡Ey!… ya basta
–Lilia avanzó para quedarse al lado de Dana –deja el drama que estas creando y
de hablar como si la estuvieras regañando, aquí todos somos adultos, así que
compórtate como uno y deja de actuar de esa forma… tienes tejado de vidrio,
ángel caído.
—Hoy me vino a
visitar Gabriel, muy temprano para ser él ¿sabes? –Prosiguió Adam, tratando de
olvidar las palabras de Lilia, ese “ángel caído” le había dolido –a veces me
trae ciertos rumores que corren en nuestro mundo.
En ese momento,
las tres mujeres perdieron el hilo de la conversación. Ninguna se esperaba las
siguientes palabras de Adam.
—No fue nada
gratificante escuchar como Gabriel se jactaba de haber incluido a las filas
demoniacas de su jefe, dos niños… que fueron absorbidos por las sombras que él
atrae cuando desea atrapar almas perdidas.
Los brazos de
Dana cayeron sin fuerza a sus lados, sus hombros bajaron varios centímetros y
sintió como ese peso sobre sus hombros volvía. Al igual que Arial y Lilia al
darse cuenta de lo que había ocurrido gracias al error de Dana.
— ¡Por tu culpa
y que no te quepa duda Dana! Esos niños, fueron absorbidos por Gabriel, en el
mismo departamento de la amiga de Ethan ¡al frente de tus ojos y no lo pudiste
notar porque estabas borracha! ¡No sirves para nada! ¡Debieron enviar a otro
ángel! ¡No estás siendo más que un obstáculo para los de tu especie y no has
ayudado en nada a Ethan! ¡Simplemente estás haciendo perder mi tiempo! ¡Eres
débil e inútil!
— ¡Basta Adam!
–le dijo Lilia cuando él comenzó a caminar hacia Dana, ella estaba pronta a
desmoronarse al tener en su mente el rostro de esos niños.
— ¡Tu cállate!
–le gritó Adam, pero Lilia lo tomó de los brazos, deteniéndolo y mirándolo tan
enojada que sus ojos comenzaron a brillar a un violeta que no muchas veces
había dejado relucir.
—Detente, no te
quiero herir –dijo cuando la punta de sus dedos comenzaron a brillar. Adam al
notar ese gran detalle, se retiró, dando unos pasos hacia atrás, de esa forma
Lilia también hizo lo mismo, dejando que su poder quedara escondido donde
debía.
—Después viene
Gabriel hasta aquí y me dice que dormiste ¿muy acaramelada con Ethan? ¿Qué
esperas? ¿Tener marcas por todo tu cuerpo?
Dana respiraba
rápida y superficialmente, mirando hacia la chimenea de Adam, sin poner
atención a nada de lo que estaba pasando, solo tenía en su mente a aquellos
niños que pedían desesperadamente su ayuda, la cual había sido negada por
haberse comportado de forma irresponsable.
— ¿Qué harás
ahora? ¿Ah? ¿Llorar por esas almas realmente perdidas? No has sido más que un
fracaso –si algo le molestaba a Adam era que niños fueran atrapados de esa
forma, siempre había tratado de protegerlos cuando tenía la capacidad de ver
las almas perdidas.
—Adam –le
advirtió Arial, que se mantenía en shock por lo que había sucedido y por la
actitud que estaba tomando él –debe haber una solución, solo hay que pensar con
calma… quizás tu amigo Eric puede hacer algo, contactar a alguien y…
— ¡Silencio!
–Adam quería escuchar lo que tenía que decir Dana, pero ella solo estaba
sintiendo como su cerebro comenzaba a calentarse, igual que todo su cuerpo,
como su vista se volvía borrosa por las lágrimas de furia.
Rápidamente
ella se sacó su blusa blanca, dejando a todos confundidos. Después sacó su daga
y le hizo dos tajos a su hermosa blusa, mientras se mantenía solo con su
sujetador también blanco, mientras pensaba y repasaba cada uno de los
movimientos que usaba cuando entrenaba.
— ¿Dónde vive
Gabriel? –Dijo ella casi en un susurro, prácticamente haciendo sonar sus dientes
por la rabia — ¡¿Dónde vive?! –exigió ante la mirada consternada de todos lo
que estaban ahí.
— ¿Qué dices?
¿Ahora planeas ir por él? –dijo riendo Adam, siendo sarcástico, pero eso no le
importó a Dana, solo se puso de nuevo su blusa y dejó que sus alas escaparan de
su espalda sin ningún problema, no pasó a llevar ni un centímetro de su blusa,
estaba lista para pode ir tras ese demonio que había provocado esto.
— ¡¿Dónde
vive?! –Lilia se quedó con la boca abierta mirando las alas de Dana.
— ¿Qué planeas
hacer? –Dijo la de ojos violetas, sin poder comprender — ¿Qué pretendes?
Arial se acercó
hasta el escritorio de Adam y escribió la dirección de Gabriel sin que nadie
tomara atención a sus movimientos.
Dana los miraba
enojada, sintiendo por primera vez como la rabia recorría sus venas, iba a
recuperar a esos niños sin importarle su propia vida.
—Basta, no
puedes hacer nada ahora –dijo Adam –no queda otra que esperar a ver si…
—Aquí esta –le
ofreció Arial a Dana, interrumpiendo al ángel caído, que se quedó con la boca
abierta ante lo que hacia Arial –yo confío en ti, dicen que siempre el bien
gana, es hacia el oeste, debe estar pronto a llegar, maneja como un loco.
Dana sin más
tomó el papel y salió de esa oficina antes de que pudieran decirle algo, recorrió
todo el Lucifer sin ser notada, sus
alas le daban una velocidad sobrehumana, más cuando estaba enojada, emoción que
recién estaba comprendiendo el ángel. Sin esperar otro segundo, estuvo en el
cielo oscurecido por las nubes, mirando hacia donde quedaba el oeste y sin
pensarlo se dirigió a toda velocidad hacia donde vivía Gabriel.
— ¡¿Qué has
hecho?! –Le exigió saber Adam a Arial — ¡ahora Dana se va a morir por tu culpa!
¿Crees que podrá contra Gabriel? ¡El tipo es un demonio que fue arcángel! ¡Uno
muy importante!
—Debemos
detenerla —dijo Lilia, caminando hacia
la puerta, pero Adam la tomó del brazo –ustedes se quedan aquí, espero poder
volver con Dana o si no estaremos metidos en un grave problema ¡mierda! –dijo
dejando que sus alas salieran a la luz, sin importarle su ropa, la cual desechó
de un solo movimiento, arrojándola al suelo, estando desnudo en la parte
superior, solo quedando con sus jeans negros y sus zapatos negros –y una mierda
¡en lo que me meten!
Sin esperar
palabra de Arial o Lilia salió del bar, indicándoles a Isaac y Lucy, que se
hicieran cargo del local. Ambos se miraron sorprendidos al ver en las
condiciones que se encontraba Adam.
—Ese angelito
está metida en problemas –dijo Isaac, mirando como desaparecía Adam.
—Ella pasó muy
rápido volando –asintió Lucy, tomó su cabello largo color negro azabache para
hacerse un moño completo –estoy segura que ese demonio, Gabriel está metido en
ello.
—Siempre lo
está, maldito arcángel traicionero –susurró Isaac, pensando en cómo él mismo
había presenciado cuando desertó Gabriel en la tierra de los ángeles.
—Creo que
tendremos más movimiento de lo habitual desde ahora –dijo Lucy remangando su
camiseta negra de manga larga, dejando expuesto sus marcas negras en su brazo
derecho.
Dana voló como
nunca antes lo había hecho, con rapidez recorrió los caminos de la salida oeste
de Chicago, mirando las mansiones del final de la ciudad, observando como un
auto negro, el mismo que manejaba Gabriel avanzaba a una velocidad peligrosa
por la carretera hasta que se detuvo en un gran portón negro que resguardaba la
gigantesca mansión de madera antigua, protegida por arboles, con una energía
oscura que llama la atención de toda persona que pasaba por ahí.
El ángel sin
problemas se detuvo y se dejó caer antes de que el portón se cerrara y caminó
hasta las puertas principales, mirando como hombres vestidos de negro la
observaban sin decir palabra alguna y sin detenerla. Dana sentía como deseaba
romperle la cara a golpes a Gabriel, quería verlo sufrir, herirlo hasta que se
arrepintiera de lo que había hecho.
Gabriel entró a
su mansión sonriendo de una forma tenebrosa, sabiendo que solo a unos metros de
él venía Dana, furiosa, por su cabeza. Lo tenía todo planeado para interactuar
con su ángel favorito y para enseñarle que las cosas no iban a ser tan fáciles
solo por estar en el bando del bien. Entró hasta llegar a su oficina, donde
avanzó rápidamente gracias a su velocidad sobrehumana.
Dana mientras
tanto, de una patada abrió las puertas, mirando hacia los lados por si alguno
de esos demonios que resguardaban la seguridad de Gabriel, no hacían nada, solo
la miraban asustados, pensando que de un momento a otro podría córtales sus
cabezas y enviarlos al mismo infierno. No eran demonios que pudieran combatir
al ángel y Gabriel se lo había advertido. Ni siquiera Dana sabía lo poderosa
que era.
— ¡¿Dónde
estás, maldito?! –gritó cuando entró a esa oscura mansión, que mantenía las
cortinas cerradas. Un ambiente lúgubre para un ser oscuro — ¡Da la cara
maldito! –vio que una luz aparecía al final de un pasillo, comenzó a caminar
para llegar a ese lugar. De un golpe abrió la puerta y se encontró con su
objetivo, cómodamente sentado en su sillón de cuero, mirándola con una sonrisa
que solo hizo enojar aun más a Dana.
—Bienvenida a
mi humilde morada, amor, te habías demorado en llegar ¿ya no estás con resaca?
¿Pasaste una buena noche?
—Dime donde
demonios los tienes, quiero que los liberes ahora mismo.
—Oh… ese no es
mi trabajo ¿es el tuyo no?... oh, perdón, el tuyo es protegerlos, cosa que no
hiciste por estar de juerga con tu humano, fue agradable verte en ese estado
¿sabes? Me alimento de esos errores, me hiciste sentir más vivo cuando obtuve
esas almas puras.
— ¡Calla! –Dana
tomó su daga, enojada y mirando los puntos de donde podía atacar a Gabriel,
lamentaría haberla entrenado, cada clase había vuelto a la memoria de Dana como
si solo hubiera sido ayer, justo lo que el demonio necesitaba.
Gabriel se puso
de pie y se sacó su abrigo para después desabotonar dos botones de su camisa,
liberando su corbata unos centímetros. Caminó hasta apoyarse en el escritorio,
a unos metros de Dana.
—No te diré
nada, tendrás que venir por mí, ese era tu objetivo ¿no? ven, pequeña angelito
–le indicó con su dedo índice que fuera por él, que lo atacara y cayera en la
trampa que había creado, quería ver cuán fierecilla podía ser Dana, cuál era su
límite actual.
—Eres solo
escoria –dijo ella con sus ojos rojos por las lágrimas, pero no lo pensó dos
veces.
Justo en el
segundo que Adam luchaba con varios demonios que no eran nada para él, Dana se
lanzó por Gabriel.
El ángel con
sus alas se impulsó para llegar hasta donde Gabriel, sin soltar su daga trató
de atravesar su abdomen, pero el demonio con maestría la tomó de su brazo
izquierdo y la doblegó, pero para la sorpresa de Gabriel y de Dana, el
siguiente golpe tuvo éxito, ella con rapidez se liberó de Gabriel y clavó la
daga en su abdomen… dejándolo sorprendió, pero el dolor que le provocó ese
golpe fue reemplazado por satisfacción al saber que tendría que tener cuidado
con Dana.
Gabriel con su
mano estirada le dio un golpe directo en el pecho del ángel, provocando que
retrocediera varios metros hasta chocar contra el librero de madera. Cayeron
varios libros sobre la cabeza del ángel, pero antes de que pudiera decir algo,
Gabriel fue por ella de nuevo. La tomó con fuerza de una de sus piernas y tiró
de ella como si fuera cualquier cosa, arrastrándola por el piso mientras ella
trataba de liberarse.
— ¡Dime donde
están! –le gritó cuando usó sus alas para defenderse, con las cuales se elevó y
le dio una patada a Gabriel justo en la nuca, haciendo que cayera sobre el
piso, pero antes de recibir otro golpe de su ángel, él se giró sobre la
superficie de madera y evitó el fuerte golpe que Dana le iba a dar con su daga
dorada.
—Tendrás que
averiguarlo durante las noches, antes de irte a la cama con Ethan tendrás que
buscarlos… —él tomó con fuerza el brazo de Dana que iba directo a su quijada,
la apretó con tanta fuerza que causó gran dolor en ella, que flexionó su brazo,
inmovilizándola solo con una mano –tendrás que clavar esa daga justo en el
corazón de los niños para que sean liberados, mi querida Dana –Gabriel podía
sentir como su piel se quemaba al tener contacto con aquel ser tan puro que
había enfurecido.
—No sé… como en
un tiempo pude… —Gabriel tomó la mandíbula de Dana con su mano libre, de tal
forma y causándole más dolor a ella para que dejara de hablar y para que dejara
caer su daga.
—Conmigo no es
un juego, amor –dijo él sonriendo –mi alma ya no está unida a la tuya para caer
ante ti –lo que dijo Gabriel dejó helada a Dana, él jamás le había hablado de
la unión que tenían y que se había quebrado cuando él había desertado ante los
ángeles, cuando su alma había cambiado para volverse maquiavélico –no eres mi debilidad,
como yo soy la tuya.
Las manos de
Gabriel ardían y quemaban por tocar a Dana, tenía marcas en su rostro que se
estaban regenerado, igual que la puñalada que había recibido, sin embargo, Dana
estaba sintiendo el dolor de ser tomada de esa forma.
—Puede que la
rabia te maneje ahora, pero solo te debo manipular un poco para que caigas ante
mí, solo mírate ahora, una palabra sobre el pasado y ahora estas dispuesta de
tal manera que podría arrancar tu corazón y acabar contigo, dejando a tu
preciado Ethan a mi disposición.
—Tú no eres mi
debilidad –susurró ella sorprendida por lo que Gabriel decía. Sin embargo, con
la poca fuerza que le quedaba ahora que la adrenalina había bajado se liberó.
Con su mano libre y casi sin energías le dio un golpe en las costillas de
Gabriel que lo hizo soltar su rostro, aquello le dio mayor movilidad y con su
pierna le dio otro golpe, para después tomar su daga, pero antes de poder
enterrarla en el pecho de Gabriel, este fue más rápido y más fuerte.
El demonio la
hizo caer, para después quedar sobre ella, inmovilizando sus manos sobre la
cabeza de Dana y atrapando sus piernas con las de él.
— ¿Te gusta
rudo, Dana? Aun tenemos cosas en común –dijo Gabriel, dejando de lado el dolor
que le provocaba tocarla y sin más acercó sus labios a los del ángel, dejándola
completamente sin voluntad. Dana no sentía lo mismo que con Ethan cuando la
besaba, pero sin duda se quedó sin aliento cuando Gabriel mordió su labio
inferior y pasó de forma lujuriosa su lengua por el mismo labio.
Ella en el
pasado, antes de conocer a Ethan, siempre había pensando de cómo habría sido
ser besada por su arcángel favorito, le llamaba la atención que los humanos lo
hicieran, pero quería saber cómo era en ello Gabriel. Nunca pudieron llegar a
ese nivel, es más, no llegaron a nada más que una fuerte amistad que se rompió
cuando él la dejó. Ese deseo desapareció por parte de ella, creyendo después
que Ethan había provocado esa curiosidad, ahora recordaba que no era así.
— ¡Gabriel!
–Dana escuchó el gritó de Adam, pero solo se quedó con los ojos abiertos
mirando al demonio, sus ojos también eran de un dorado, pero no tan claro como
los de ella, habían sido corrompidos por dolor y sangre.
—Tú solo eres
mía, recuérdalo Dana –dijo Gabriel tirando con sus dientes el lóbulo de la
oreja de una sorprendida ángel. Se odió por sentir que ese ser demoniaco hacía
que su corazón latiera con fuerza.
Adam con
rapidez separó a Gabriel de Dana, tomándolo de su camisa negra y tirando de él
contra la otra estantería de libros. Lo quedó mirando directamente a sus ojos.
—Una más y me
verás realmente enojado ¿has escuchado, vampiro? –Gabriel sonrió ante las
palabras de Adam.
— ¿Cuál es el
sentido de venir aquí sin camisa? ¿Verte más sexy que yo mientras peleas? Eso
es imposible, lo sabes –Gabriel se puso de pie y miró a Dana que estaba tomando
su daga, sintiendo como su oreja ardía ante el contacto de la boca de Gabriel.
—Cállate,
idiota –le dijo Adam, sin evitar sonreír un poco. Ese humor demasiado negro por
parte de Gabriel siempre le hacia reír, aunque fuera en una situación como
esta, él conocía a su amigo y sabia cuáles eran sus intenciones.
—Mientras mi
pequeña angelito sale de su estado de shock al darse cuenta que me desea, te
digo que recorran las calles de noche, dos pequeños vampiros empezaran a
asaltar a inocentes humanos. Ahí está tu oportunidad –dijo moviendo su cuello,
haciendo sonar sus huesos –será interesante ver si Dana es capaz de hacerlo.
Adam tomó a
Dana del brazo y la hizo caminar, sin decir palabra alguna ante lo que decía
Gabriel, sorprendido más por la revelación que había recibido. Negó ante la
situación en la que estaba Dana, ahora las cosas se complicaban.
Antes de salir
de la oficina del demonio, Dana se giró hasta mirar al demonio.
—No soy parte
de tus juegos, tú no eres mi Gabriel de antes, solo eres un demonio lleno de
mierda por dentro –sin más acomodó su daga y sus alas desaparecieron –jode a
alguna de tus demonios si quieres divertirte, conmigo no tendrás éxito –dejando
con la boca abierta a Adam por las palabras que había utilizado, salió de ahí
antes de escuchar alguna otra palabra por parte de Gabriel.
—Enséñale bien
Adam, es una cajita angelical, llena de sorpresas –dijo Gabriel, hablando en
serio, sin bromas entre sus palabras.
—Y tú no trates
de usar la lujuria con Dana, sabes que puedes tentarla, pero está enamorada, en
ese campo no puedes jugar –Adam le sonrió con suficiencia y cerró la puerta,
dejando a un Gabriel realmente molesto.
—Maldito
humano, ya caerás y Dana dejará de amarte tan fervientemente –susurró dándole
una patada a su escritorio, dejando expuesta cual era su verdadera
preocupación.
Hola pequeñas mariposas! :D wwwow si que me he demorado esta vez no? aah ni me lo digan, que hasta se me habia olvidad lo genial que es escribir, no puedo decir que valga la pena porque que lata esta la universidad, un aburrimiento atroz. En fin, mientras escribia gritaba de la emocion, si es ridiculo, pero soy yo, espero que les haya gustado el capitulo. Gracias por leer y espero que comenten para saber que esto no esta muerto xD
Ufff vaya capitulo, ha estado muy interesante, por una parte, ya dejo bien claro que Dana por nada del mundo se puede volver a emborrachar otra vez o la próxima vez Ethan ya conocerá toda la historia ja ja ja. Me dio mucha pena la parte de los niños, entiendo que Adam este enfadado porque en vez de cuidarlos, estuvo de "fiesta" con Ethan, pero también entiendo que Dana es como una pequeña niña ahora mismo, siente y hace cosas que nunca antes había experimentado y por eso esta más vulnerable que nunca, pero sabe sacar su lado fuerte y vengativo, aunque tenga un cierto punto de vulnerabilidad frente a Gabriel (que aunque sea malo y peligroso, quien no lo tiene??, como me gusta ja ja ja) le ha plantado cara y le ha enseñado que en poco tiempo se esta haciendo fuerte y que nadie se mete con ella, con más entrenamiento a saber que más sera capaz de hacer.
ResponderEliminarEstoy deseando leer el siguiente capitulo, siempre me pasa lo mismo, se me hacen cortisimos juuu
ESTE FUE UN MUY MUY BUEN CAP.... GABRIEL MALDITO VAMPIRO MALOTE Y SEXY :D
ResponderEliminarme encanto el capitulo y me dejo con ganas de mas jejje tendré que esperar ansiosa hasta la próxima actualizacion
ResponderEliminarme encanto...!!! maldito gabriel, sos sexy y todo lo demas, pero ahora te odio...!!! dos besos ardientes en un mismo cap, jajaja-...!!! esa dana si que tiene suerte...
ResponderEliminarLujuria??!!!, solo puedes con pecados intentar quedarte con Dana?... Gabrielito, Gabreilito... no te han dicho que el amor lo puede todo...
ResponderEliminarMe encanto Ethan!!!
Mil gracias por escribir capítulos!!!
Anapi
Solo espero que en algún momento Dana limpie el suelo con Gabriel.
ResponderEliminarMe eh enamorado de GABRIEL!!! <3 es malo lo se... pero lo amoo!!! jajajaaj ay Dana si supiera de lo que se pierde :3 aunque deberas que esta bien mensa! pobres niños :C
ResponderEliminarAwwwww dulce y amargo me encanta la ternura d ethan .. Y este Gabriel con loa niños q crue.... Pero esta genial el capi t deja con ganas de mas........
ResponderEliminarOMG, bien por Dana que Ethan no tomo en serio sus palabras, pero estoy muy segura de que a pesar de eso él no las olvidara. Mmm, así que Dana puede hacer más daño del que ella creé a lo demonios, y estoy casi segura de que algo hará para salvar a los niños. Así que Gabriel un siente algo por Dana y está celoso de que ella ame a Ethan.
ResponderEliminarno jodas dani... estoy echa un bol de dudas con esta historia, sabia que iba a ser buena, pero mierda que se ve realmente interesante no mucho mas k interesante, k mismo kiere gabriel, k es lo k reealmente siente dana, pork siento k esto es mas k una historia de AMOR...As
ResponderEliminarQUE BUEN CAPITULO! ESPEO EL PROXIMO CON ANSIAS!!!!!
ResponderEliminaramé con locura a Ethan!!! fue super lindo.. y Dana fue la onda con sus declaraciones de ebria.. jaja me recordó cuando yo borracha comencé a hablar de los implantes de cabello de un amigo!! jaja
ResponderEliminarpero vil Gabriel!! jactarse de lo que hizo con esos pobres niños.. aunque ya salió la verdad.. está celoso!! pues no podrá contra el amor!!! ha!!!
o sí? digo, porque también la lujuria es fuerte.. y más si Ethan no deja la vida de prostipirugolfo.. va a hacer sufrir a Dana o_O
dios!! que dificil.. sólo tú sabes que le espera a todos estos Dani, asi que estamos en tus manos.. no nos tortures!! por favor!!
Me encanto, ojala y Dana le hubiera pateado mas el trasero a Gabriel. Y los niños los rescataran?? espero que si.
ResponderEliminarSalu2
Me leí todos los capis hoy todavía vas a escribir la historia Dani cuando actualizas o como es la mecánica aquí en el blog
ResponderEliminarasuuu trato de no entrar a leer en 4 semanas para que cuando vuelva tenga capítulos que leer y me doy con la sorpresa de solo 1 =/ deverdad daniela me encanta como escribes y se que tienes cosas que hacer pero creo que deverias ser mas responsable porque al final las lectoras se aburren de esto
ResponderEliminarNo son cosas persona anónima, es la universidad y ya sabemos, que manda entre escritura y estudiar, si no te gusta el ciberespacio es gigante para que puedas leer en otra parte. Y aqui en el blog escrito porque me agrada, no por las lectoras, asi que aunque tuviera un solo comentario, seguiría con la historia, asi que si no te gusta, ya sabes.
Eliminarno te lo digo en mala onda ya te dije que escribes genial y yo como mucha spersonas tambien tienes 100000000 cosas que hacer pero porque relamente me gusta la historia y como escribes por eso me paso aca cada vez que tengo un poco de tiempo libre a lo que me refiero esque como nosotras te apollamos tanto creo que por ahi un dia que si puedas actualizar subas 2 capitulos en vez de uno como mcuhas escritoras lo hacen se que tu eres tu y no me gustaria para nada que cambies pero para nosotras que vamos esperando hace tantos meses a que actualizes (ojo yo te sigo desde que empezaste esto como el fic de edward y bella)nos gustaria que fuera mas constante porque bueno no quiero hablar por las demas pero hace que pierda un poco el brillo que tiene esta gran h istoria porque pucha por ahi no actualizaste en 4 semanas y para leer el capi tengo que volver a leer el anterior porque sino se me escapan algunas cosita speor bueno no te la quiero hacer larga solo te digo eso como una sugerencia y te escribo lo que senti que fue realmente frustracion y un poquito de colera pero bueno simpre te agradesco por la historia y te felicito por tus grandes ideas y disculpame si te ofendi o moleste con mi mensaje bueno estare en la proxima actualizacion espero sea pronto gracias
ResponderEliminarwaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
ResponderEliminarqedola caga!!!!!
nooo y yo crei q la pelea de Gabriel con Dana se venia en mucho tiempo mas!!!!
waaaajoajoao no deja de sorprenderme esta historia ...
-cual es el sentido de venir aqui sin camisa? verte mas sexy q yo mientras peleas? eso es imposible y lo sabes ... -
wn no podo decir eso en un moneto como ese!!! pero q me rei ajaoaooao x'D
hola me encanto super me huviese gustado q le huviese daño a gabriel...me encata danna
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