Epílogo
Miré por la ventana de mi oficina. Estaba en el último piso de un
rascacielos en Londres. Tocaron a la puerta y me iré a ver de quien se trataba.
—Adelante –dije al notar que no habían entrado. Un muy guapo y brillante
hombre que se acercaba a los veintiocho años caminó hasta donde me encontraba,
sonriéndome en todo momento.
—Ya nos deberíamos ir, cariño —asentí al escuchar su acento inglés.
—Si ya es tarde y quiero llegar temprano a casa Dante, sabes que no me
gusta andar de noche por las calles y menos manejando –él asintió.
—Entonces vámonos, ya está atardeciendo –fui rápidamente por mi bolso que
estaba esperándome en el escritorio y partimos hacia la puerta de salida.
—Te ves bien.
—Muchas gracias, me esmeré hoy, sabes que es una de las reuniones más
importante de estos dos últimos años.
—No exageres –se abrieron las puertas del ascensor y mi estómago se
revolvió un poco. Estúpidos recuerdos que no se podían quedar atrás.
—No lo hago –Dante apretó el botón para que llegáramos al primer piso.
— ¿Cómo qué no? Si el otro mes hay otra reunión más –tomé mi bolso
nerviosa.
—Te tengo una propuesta –él me miró confundido –Luke me ha dicho que
bueno, quiere mover todo su negocio a Chicago, Estados Unidos.
—Sé dónde está Chicago, Lizzie –dijo sonriendo.
—Dante, no seas pesado.
— ¿Qué no seas pesado? Me estás diciendo que volverás a Chicago, siendo
que quizás un psicópata te estará esperando –lo miré verdaderamente enojada.
—Has cruzado la línea, eso fue hace tres años.
— ¡Casi tres años!
— ¡No me grites! –él miró hacia un lado.
—No puedo creer que estés haciendo esto, es obvio que no te dejare sola,
tendré que irme contigo –sonreí ante lo que escuche.
— ¿Es en serio? –mi tono de niña malcriada salió a la luz en todo su
esplendor.
—Sí.
— ¡Ay Dios santo, te amo! –Salté hacia él y le di un corto beso en los labios
–gracias, gracias, gracias.
—Ahora —dijo cuándo me separé de él — ¿Cómo es qué has decidido volver,
después de todo lo que te pasó?
—Simple…amo Londres, me ha encantado, pero esta no era mi visión de
llegar a Europa y trabajar como desquiciada mientras Luke se las había
arreglado para meterme a último año de la universidad para estudiar
administración de empresas.
—El dinero hace maravillas.
—Eso mismo dijo él...en fin, además de tener este hermoso y perfecto
ayudante para poder sobrepasar los problemas que la empresa me podría dar, quiero
ayudar a Luke en este proyecto.
— ¿Por qué me estas mintiendo? –rio ante mi excusa.
—Bien…es verdad, es solo que necesito verlos –él frunció el ceño –mis
amigos, necesito verlos, me fui de casa sin avisarle a nadie y ahora solo me
comunico por correo electrónico y con un poco de suerte, con Sophia no hablo en
meses y Nathalie me ha dicho que ni siquiera pregunta por mí. Se han cansado de
mí, ha pasado demasiado tiempo y los extraño, solo será por un tiempo…Chicago
es gigante, nada malo pasará.
—Lizzie ¿y qué sucede con el lazo que tienes con él?
—No sé porque te conté todo, te odio. Ahora cada vez que puedes sacas a
relucir ese tema, lo haces. No hay lazo, no hay nada ¿sí? tan claro como el
agua. Súper superado lo de Max.
—Estoy siendo objetivo, no te quiero perder por él –reí, eso era
imposible.
—Ni siquiera se sabe si sigue en el mismo lugar –llegamos al primer piso
y bajamos las escaleras para llegar al subterráneo.
—Lo sabemos Lizzie —rodeé los ojos.
—Sí, pero ya no sigue trabajando en Blake Ltda. –Lo miré triste –he
estado alejada de él por bastante tiempo, no quiero seguir lejos de mi
verdadera familia, que son mis amigos, siento que debo volver. Tres años han de
ser suficientes, ya las heridas han cicatrizado.
— ¿Y no será que ese famoso lazo entre vampiro y Elska Evige es el que te está haciendo pensar así?
—Calla de una buena vez –lo regañé porque habló tan fuerte de eso –no
seas ridículo, eso lo hubiera hecho cuando pasé tres meses llorando –lo miré
enojada.
—Bien, recuerdos que no queremos cerca ¿cierto? –asentí.
Nos acercamos a mi auto.
— ¿Te sentiste solo, mi bebé? –dije pasando mi mano por mi Jeep negro,
regalo del padre arrepentido.
—Cuando veo cosas como estas pienso… ¿Por qué algunas personas tienen
tanta suerte?
—No digas nada malo –saqué la llave de mi bolso –sabes que es la culpa
que lo está motivando a ser un buen padre, debo decir sí, que es primera vez
que me agrada este tipo de regalos por parte de Luke.
—Pero se ve que Luke te quiere mucho, te viene a ver fines de semana por
medio –asentí.
—Sí, bueno…creo que es tiempo de irnos, ya se está haciendo tarde y debo
manejar bastante.
—Beso –me empiné y le di un corto beso en los labios.
—Adiós, nos vemos –le guiñé un ojo y me subí a mi increíble auto.
Tenía que manejar alrededor de una hora o incluso más para poder llegar a
la carretera que estaba alejada de la ciudad. No vivía en Londres
específicamente, solo trabajaba y ¡que trabajo por todos los Dioses! Había pasado
estos últimos años volviéndome loca para poner en pie la empresa de Luke por
acá.
Él había empezado hace mucho tiempo, cuando yo era una niña con una
empresa de tuercas, de todo tipo, bien este negocio fue creciendo hasta el
punto que las tuercas quedaron en el pasado. Nos encargábamos de todo tipo de
repuestos automotrices, eso sí era un caso diferente y en Londres estaba
teniendo la mejor bienvenida, entregábamos calidad y a precios razonables.
Bien…encargarme de manejar aquello no era lo mío, aunque si lo era poner
en pie la empresa a nivel administrativo y que la competencia temiera de
nosotros, por los movimientos que yo hacía.
Estaba funcionado a la perfección, me sentía orgullosa y sinceramente me
agradaba que Luke también lo estuviera, nuestra relación había mejorado mucho,
sin embargo, no le diría papá.
Disminuí la velocidad y doble hacia la izquierda para poder ingresar al
camino que me llevaba a casa. Los arboles me daban la bienvenida por los
costados y sonreí al ver que la propiedad que me había comprado, esperaba por
mí.
Estacioné el auto en el garaje y salí para cerrar las puertas con el
control.
Busqué las llaves de casa y fui directo a la puerta, pero al mirar mejor
me di cuenta que estaba entreabierta.
Mi estómago dio un vuelco al pensar quien podía ser, demonios, era cierto
que las heridas estabas cicatrizadas, pero aun así temía que cualquier día él
aparecía ante mis ojos y me arrebatara la vida que había construido con tanto
esfuerzo.
Dios sabía cuánto había tratado de olvidarlo y cuanto había luchado para
que mi vida siguiera su curso normal, pero no podía olvidarlo por completo.
Dante me trataba de ayudar distrayéndome, pero era imposible. Había hecho de
todo, dormí con otros hombres lo que empeoró la situación porque nada se sentía
como se sentía con Max, había salido con compañeros de la Universidad, fue
demasiado…humano y simplemente al cerrar los ojos aunque me haya salvado de
pensar durante todo el día en Max, lo último que veía antes de dormir eran sus
ojos, sin embargo aquel lazo no era tan fuerte para llevarme a casa de nuevo,
más fuerte era el lazo con mis amigos.
No tenía la menor idea de qué hacer ¿me haría algo por haberlo
abandonado? ¿Por mentirle?...no me había comportado de la mejor manera, pero el
recuerdo de todas las cosas que me hizo demostraban que el Max de la última vez
no existía, sí lo hacia el psicópata, pero no él que me extrañaría y estaría
siempre pensando en mí, ese Max no era real y solo estaba en mi cabeza. Sin
embargo, aquello que me hizo estaba guardado en un baúl, en lo más profundo de
mi cerebro, en mis recuerdos más oscuros donde mantenía mi adolescencia, mi
madre y ahora un nuevo integrante, Max.
Empujé la puerta para ver si podía observar algo, pero era inútil, todo
estaba bajo la oscuridad. Decidida y sin pensar en nada, entré para prender la
luz y cuando lo hice quede helada.
—Tanto tiempo –esa piel blanca, sus ojos negros más su sonrisa me hacían
ver que las cosas habían cambiado, sus colmillos me lo demostraban –he venido
por ti…esto se está escapando de nuestro control.
—Tara…
Continuará.
Wooooo!!! Antes que nada Hola ,termine de leer IP hace unos minutos por que literalmente la leí en un día,me atrapó y seguí hasta aquí!!, me encantó ! Lamentablemente Di con tu trabajo , por que en un blog comentaron que habían clonado tu historia,esa era una de mis dudas ya que leí el trabajo al que se estaban refiriendo y puedo asegurarte que tu trabajo es excepcional,muchas felicidades pero igual es una lástima que se roben tu historia.Saludos y esperando sin uñas la continuación :)
ResponderEliminarAsí que Tara la encontró... Me fascina este epílogo, te queda el sabor de qué pasará después... aunque espero que esta vez sea Max el que sufra con la nueva Lizzie....
ResponderEliminarBesos gigantes!!!!!
XOXO