“Rendición”
Eran las seis y media de la mañana
y Adam dormía plácidamente sobre el suelo, desnudo junto al cuerpo de Lilia,
quien tenía sus ojos bien abiertos. No había dormido ni un poco y aun no podía
creer lo que acababa de ocurrir. Ni siquiera le importaba estar tan incómoda
sobre ese suelo, pero sí que estaba preocupada por las consecuencias de no
haber detenido a su ángel caído.
Esa noche Lilia había descubierto
dos cosas: la primera era que su lado demoniaco la estaba manejando con mucha
fuerza como para no haberse detenido, aunque Adam le haya dicho lo contrario; y
su segundo descubrimiento era que… se había vuelto completamente adicta a Adam.
Se sentía pésimo por estar pensando
en cómo iba a sobrevivir sin los labios de ese ángel caído en vez de solucionar
el problema con la Azurita y el poder que tenía.
Cobardemente se desenredó de los
brazos de su amado Adam y se vistió con una cautela y rapidez sorprendente. Salió
de aquel lugar rompiendo la puerta, sin mayor dificultad quemó la cerradura y salió
de ahí, dejando a un Adam cansado y desnudo. Estuvo tentada a volver a sus
brazos, pero finalmente se sacó la pulsera que era la principal tentación para
cumplir sus deseos ya que estaba segura de que Adam no le negaría nada.
El Lucifer estaba bajo la oscuridad que le proporcionaba el cierre de
sus puertas. Al parecer había sido una noche de locos porque todo estaba patas
arriba.
Fue rápidamente hacia la oficina de
Adam y sacó su abrigo para luego escapar de ahí, con su corazón latiendo
desbocado por si Adam despertaba, pero aun así, dejo el regalo que le había
comprado en su escritorio. Cuando salió del edificio y metió sus manos en los
bolsillos, se dio cuenta que algo había en uno de estos.
No pudo evitar sonreír al ver que
era un regalo. Adam lo había dejado ahí antes de perderse con ella en la
bodega.
Los rayos de sol comenzaban a
colarse entre los edificios cuando ella abrió dicho paquete. Frunció el ceño al
notar que era una joya, el ángel no era de ese tipo de regalos. Sin embargo, no
demoró en descubrir que no era cualquier regalo.
Lilia tuvo que tragar saliva para
controlar el nudo de su garganta al ver que el calor y fuego que había en su
cuerpo lograba concentrarse levemente en el corazón de oro blanco que tenía
sobre su mano derecha. Este, de forma sorprendente, hacía que una imagen se presentara
ante los ojos de la Nephilim, creada por el fuego violeta que ella siempre
emanaba cuando no se controlaba o luchaba. Era una imagen de Arial, Adam y ella
cuando eran pequeñas. Los tres sonreían detrás de sus muñecos de nieve, que
habían tratado de simular a sus propias imágenes. Eso había pasado hace tanto
tiempo que apenas podía recordarlo.
Lilia secó con rapidez las dos lágrimas
de emoción que escaparon de sus ojos. Se colgó el corazón al cuello y pensó que
Adam no volvería a darle jamás un regalo luego de que despertara, es más,
comenzaba a estar segura que ni siquiera le hablaría cuando se diera cuenta de
lo que habían hecho. Ella entendía muy bien que Adam le hacia ese regalo, con
aquella imagen, porque seguía insistiendo que ellos jamás podrían tener una
relación diferente a ser parte de una familia, un tanto disfuncional.
Se fue tan rápido a su auto como
sus piernas se lo permitieron, sin notar que dentro de otro automóvil se
encontraba Thomas mirándola con el ceño fruncido y descubriendo de inmediato
que había sucedido esa noche en la vida de Lilia. Sus ojos dorados se volvieron
negros en un pestañar.
En el interior del Lucifer comenzaba a desperezarse cierto ángel
caído que comenzó a sentir frio, al extrañar el cuerpo tibio de alguien que
estaba a su lado hace media hora. Adam abrió sus ojos y observó donde se
encontraba, un tanto perdido por la oscuridad que había en la bodega, no pudo
orientarse rápidamente. Pero eso no evitó que cuando descubrió que se
encontraba en la bodega, junto a un montón de cajas, desnudo y con frío, un
cúmulo de recuerdos llegaran a su mente, dejándolo paralizado.
Aquella sensación de pánico solo
duro tres segundos, nunca en muchos años había despertado tan aliviado y
relajado. Se sentía casi liviano y no pudo evitar sonreír ante el recuerdo de
lo que había pasado anoche.
—Demonios, esto ha estado mal —susurró
para sí mismo ya que a pesar de sentirse tan bien como nunca, sabía muy bien
que lo ocurrido con Lilia había sido un error.
Rápidamente se vistió con los restos de
su ropa que encontró en la oscura habitación. Se quedó helado al encontrar las
bragas de Lilia. Decidió que luego vendría a revisar si había más evidencia de
lo que había ocurrido en ese lugar, pero hasta entonces, guardó la prenda en su
bolsillo.
Cuando entró a su oficina pudo ver que
el abrigo de Lilia ya no se encontraba colgado en la perchera. Esperaba a que
ella hubiera encontrado el regalo que le costó meses conseguir.
Adam fue por su chaqueta de cuero para
irse del Lucifer a su casa,
necesitaba descansar ya que haber dormido en el suelo, le había traído
consecuencias a su cuerpo. Sin embargo, notó como una hermosa caja de madera
oscura estaba en su escritorio, justo al centro.
No le tomó un segundo acercarse y abrir
la caja para ver su contenido. Su boca se abrió por la sorpresa de encontrar lo
que había ahí adentro.
—No es posible —susurró al ver los
guantes que tanto le habían llamado la atención en el Mercado Negro, imperio de
Thomas. Eran carísimos, tanto como para que Adam se lo pensara dos veces antes
de querer comprarlos.
Sin dudarlo tomó los guantes y se los
puso. Eran negros y tenían un espacio donde quedaba expuesta su piel, justo en
el centro del dorso de su mano. Sus dedos eran cubiertos hasta los nudillos,
pero como no tenían la función de resguardar el calor, no le importó ese
detalle.
Se giró hacia el resto de su oficina y
miró uno de sus libros que había en la biblioteca. Sin ningún problema simulo
tomarlo y abrirlo. El libro como por arte de magia quedo flotando en el aire,
mientras se abría, como si estuviera el hombre invisible manejándolo.
Aquellos guantes le habían costado a
Thomas sudor y lágrimas para conseguirlos al final del mundo. Un ser bastante
especial le había prometido crearlos para él, pero le tomaría diez años poder
lograrlo. Thomas Santderic no era un Nephilim con mucha paciencia, es por eso
que tuvo que simular cierta amnesia sobre esos guantes para poder soportar la
espera… valían cada peso que cobraba por ellos. Ni siquiera le hizo un
descuento a su amante por ellos.
—Ya me preguntaba para que los quería.
El libro cayó al suelo, ya que la voz de
Thomas desconcentró a Adam, quien frunció el ceño al verlo en su oficina.
—Lindo regalo, feliz navidad.
—Feliz navidad —dijo Adam sonriendo, le
agradaba saber que había pasado la noche con Lilia… y Thomas no. Era un
pensamiento infantil y muy machista pero no pudo evitar tenerlo — ¿Qué haces
por aquí Nephilim?
—La noche fue bastante interesante, vine
por Lilia, pero no la encontré… aunque acaba de salir de este local, hace media
hora. Sabes que trato tenemos para que yo les proporcione mi ayuda ¿estás
jugando sucio, Adam?
—No tengo le menor idea de lo que estás
hablando, yo entré hace un rato por la parte trasera y no encontré a Lilia ¿Qué
estaría haciendo por aquí a estas horas? —dijo el sonriendo, sin poder evitar
regocijarse en la noche que había pasado con ella.
—Tenemos un contrato… y uno en blanco
Adam, esos significa que puedo hacer contigo lo que se me plazca.
El ángel caído enarco una ceja, ya no
tan aliviado como hace cinco minutos atrás.
—No sabía que tenías esos gustos,
Thomas.
—No juegues conmigo —dijo cruzándose de
brazos y apoyándose en la puerta —puedes creerte muy superior, pero mientras más
alto crees estar, más fuerte es el golpe.
Adam suspiró, cansado de que su
maravillosa mañana se arruinara por el chico Nephilim.
—Es mejor que te retires del Lucifer… y que busques otro lugar donde
entretenerte. No soy muy amigo de las amenazas.
Thomas, víctima de la furia que lo
manejaba, se lanzó a por Adam para hacerlo tragar sus palabras.
Ni siquiera le tocó un cabello.
El Lucifer
hacía mucho tiempo estaba protegido por cierto poder que no permitía peleas
sobrenaturales. El club no tendría buena fama si todos sus asistentes no
humanos pudieran hacer de las suyas en ese lugar. Es por eso que cuando Thomas
quiso golpear a Adam, su puño, fuerte como una roca, quedo suspendido a
centímetros del rostro de Adam, quien ni siquiera se había inmutado por el
movimiento del Nephilim.
—Si no tienes nada más que hacer, creo
que es adecuado que te largues. Es obvio que no tienes permitida la entrada a
este lugar otra vez ¿sí? Y sobre el hecho de necesitar o no tu ayuda, puedes
hacer lo que se te plazca.
Thomas dio un paso hacia atrás, mirándolo
con verdadero odio.
—Y puedes poner lo que desees en ese
contrato, no es la primera vez que alguien no cumple contigo ¿cierto? No eres
el maldito Lucifer, solo su hijo.
—Sabes muy bien en lo que se puede
volver un hijo de Lucifer —respondió Thomas sonriendo de forma malvada.
Se fue sin cruzar otra palabra con el
ángel caído.
—Sin duda sé lo que puede hacer un hijo
de Lucifer —susurró Adam, un poco preocupado.
Mientras Thomas caminaba hacia su auto,
sacó una pequeña botellita con un líquido blanco de su abrigo negro. La lanzó
al suelo sin problema alguno, para después sentarse detrás del volante y hacer
partir su auto último modelo color gris.
—Veremos cómo se consiguen ahora el puto
antídoto para Ethan.
Aceleró pensando en la mala forma que
acabó el regalo de navidad para Lilia.
Arial abrió sus ojos con dificultad, aún
era víctima del cansancio y de las habilidades secretas de Eric, por lo que le costó
orientarse en tiempo y espacio. Poco a poco se dio cuenta que en la oscuridad
de la habitación se encontraba sobre una cómoda cama, mientras que ahora vestía
una gran camiseta como pijamas y sus bragas habían vuelto a su lugar. Otros
segundos después pudo notar que una gran mano se posaba en uno de sus pechos,
mientras que el dueño de aquella extremidad dormía plácidamente junto a ella.
Arial se removió sobre la cama,
escondiendo su rostro en la almohada y tratando de controlar su estómago que
estaba hambriento.
— ¿Eric? —preguntó cuando sintió que él
rodeaba su cintura y la atraía hacia su cuerpo. Pero no había despertado, solo
se movía entre sueños.
La Nephilim levantó el cubrecama y vio
que él estaba con un pijama, lo que la desanimó. Sin embargo, no se detuvo.
Giró su cuerpo hacia él y dejó que su frente se apoyara con el pecho de Eric
mientras una de sus manos se colaba bajo la camiseta que llevaba, sintiendo la
piel desnuda de él y los músculos marcados en su abdomen y tórax.
— ¿Eric? —volvió a preguntar mientras
enredaba sus piernas con las de él, dejando una entre las del ángel.
Observó el rostro dormido de Eric,
pensando en las imágenes que habían llegado a su mente luego de beber de él. Le
parecía insólito creer que él tuvo un pasado tan oscuro, lleno de vicios.
Aunque sin duda le agradaba el lado alternativo del Dominacion, ya que así no
se podía jactar de una conducta perfecta, pues no la tenía.
— ¿Qué estás haciendo? —preguntó él, aun
medio dormido. Se había despertado gracias a las manos de la Nephilim que
estaba recorriendo su pecho.
—Despierta, tengo hambre.
— ¿Y desde cuando soy tu empleado? —dijo
él sonriendo.
—Desde que tú eres un ángel, que no
debería estar durmiendo con nadie. No puedo bajar por comida.
Lentamente y con muy pocas ganas Eric se
desperezó, estirando sus brazos para luego alejarse de a poco de Arial. No era
algo que quería hacer, pero ella tenía razón. Además también tenía hambre.
El ángel salió de su cama vestido con un
pijama gris y fue hasta el baño bajo la mirada curiosa de Arial, que se sentó
en la cama, pensando en una realidad alternativa y borrándola al instante que
apareció en su mente.
— ¿Crees qué este Adam en casa? —preguntó
ella, un tanto nerviosa, no deseaba ser descubierta.
—Espero que no —respondió Eric, saliendo
del baño — ¿estás asustada?
—Solo quiero evitar problemas, como sea
¿me debería ir a casa o me quedo hasta la reunión?
—Segunda opción ¿no fue por eso que te
quedaste en primer lugar?
Eric trataba de concentrarse en la
conversación pero le era demasiado difícil, teniendo a Arial en su cama, con su
cabello revuelto y con los recuerdos de la noche anterior en su mente.
Encontraba ahora que ella estaba demasiado cubierta, dejando solo parte de sus
brazos desnudos. Se recriminó por haberla vestido cuando ella se durmió.
El ángel estaba comenzando a desear que
ella se movilizara de un lado a otro desnuda, sería una constante fuente de
inspiración para el resto del mundo. Según sus pensamientos.
— ¿Eric?
— ¿Si? —preguntó, despertando de su
ensoñación.
—Te estaba hablando sobre lo sucedido
ayer.
Las mejillas del ángel se volvieron
rojas antes que pudiera controlarlo, lo que no pasó inadvertido para Arial.
—Sobre Ethan y Gabriel —aclaró ella,
sonriendo de forma coqueta — ¿qué estás pensando, pervertido?
—Tengo hambre, iré por comida.
No dejó que ella le dijera otra palabra
y desapareció de la habitación.
Arial en cambio se quedó pensando en la
situación con Ethan, ella habría deseado ayudar a Dana un poco más, pero no fue
factible, no cuando él vampiro estaba tan perdido en su mente. La Nephilim no
pudo evitar recordar lo sucedido el día anterior.
Ambos caminaban
cerca de las caballerizas, mucho más tranquilos y por lo menos ahora Ethan
estaba dispuesto a escuchar.
— ¿Tienes
alguna prueba de que Dana te hirió? ¿Qué ella fue quien asesinó a tu padre? —preguntó
Arial, mirando con cierta lastima al vampiro que iba a su lado.
—No, solo
la palabra de Gabriel… ciertamente no tengo memorias sobre ese demonio, supe
que vendría alguien parecido a ella para cenar, no recordaba su rostro.
— ¿Y al
verme de esta forma, como ella, la recuerdas?
Ethan negó,
mirando hacia el suelo. Por un momento aquel supuesto demonio había logrado que
él desconfiara de la única conexión que tenía sobre este mundo sobrenatural:
Gabriel.
—No tienes
la menor idea de Dana, pero la odias ¿no te parece eso extraño, Ethan?
—Gabriel me
ha ayudado.
—Escúchame
bien —dijo ella de inmediato —lo que te hicieron fue que borraron tu memoria,
tu no odias a esta persona —se indicó a si misma con ambas manos —no tengo la
menor idea si la muerte de tu padre fue provocada o un accidente, pero Dana,
que ni siquiera es un demonio, no sería capaz de hacer algo como eso.
— ¿Es que
tú la conoces? ¿Por qué hablas con tanta confianza? —preguntó enojado Ethan, le
molestaba estar cerca de alguien que si tenía comunicación con Dana.
—Porque mi
querido Ethan, yo conozco a Dana y te conocía a ti antes de que te convirtieras
en esto —dijo apuntándolo —mi pregunta es ¿Cómo te has vuelto en un vampiro
malvado? ¿Viviendo en un desenfreno de sangre y sexo? Sé muy bien como es
Gabriel… y Dana sabía muy bien como eras tú y ahora, creo que la
desilusionarías por completo.
— ¡Calla!
El vampiro
dio unos pasos hacia atrás, sin poder creer en las palabras de aquella falsa
Dana.
—Mira,
tengo entendido que eres un poco inestable de aquí —dijo tocando la sien de su
propia cabeza —pero debes comenzar a enfrentar la realidad donde te has
sumergido. No crees en mí y tiene sentido, pero debes tener claro que fuiste tú
quien decidió estar aquí, de esta forma… por Dana, porque en realidad la amas y
no la odias como Gabriel pretende que creas.
Aquello
había sido un error, ya que la mente de Ethan comenzó a perder sentido sobre
todo lo que hasta ahora había creído.
— ¿Te has
reunido con tus amigos? —Ethan negó ante tal pregunta —porque deberías comenzar
a frecuentarlos de nuevo, eran casi tus hermanos y ahora los has abandonado por
completo. Te darás cuenta que ellos también conocieron a Dana, investiga
pequeño vampiro, porque tú ahora no tienes la menor idea de quien era Dana… y
Gabriel no te ayudará tampoco.
— ¿Gabriel?
—Solo
piensa un poco ¿Cómo habrías de confiar en alguien como él? ¡Te apoya cuando
quieres beber de alguien hasta asesinarlo!
Ethan se quedó
en silencio, observando y analizando esta nueva información.
—Vuelve a
tu trabajo, comienza a controlar tu vida de nuevo porque o sino terminarás muy
mal si sigues como ahora, perderás… —se acercó hasta él, solo unos milímetros separaban
sus rostros —incluso dejaras de ver a esas personas que te buscan.
Los ojos de
Ethan se abrieron con sorpresa, aquel detalle había tratado de esconderlo muy bien
en su mente. No entendía porque ahora no le molestaba ver a esas pequeñas
esferas de colores rondando el mundo o las personas que rondaban a otros seres
humanos, pero que carecían de cierta condición: estar vivos.
Arial se
acercó al oído de Ethan, provocando que este se tensara pero que no
retrocediera. La Nephilim clavó sus colmillos en el vampiro por menos de una
fracción de segundo, pero justo el tiempo necesario para tener una gota de él.
— ¿Qué
haces? —preguntó Ethan, a varios metros de distancia.
—Tan solo
veré que tan jodida tienes tu cabeza.
—No lo he
consentido —aquellas palabras hicieron reír a Arial, logrando la molestia de
Ethan.
—Guapo, tú
no has consentido muchas cosas en tu vida. Ahora es mejor que volvamos a casa.
Arial sabía muy bien que necesitaba
tiempo a solas, deseaba averiguar que estaba sucediendo en la vida de Ethan…
además de ver lo sucedido en el pasado Eric. Ella no podía evitar sonreír al
pensar que el ángel la había subestimado, ahora podría investigar aún más en el
pasado del Dominacion, en la información que este manejaba. Era tal el poder
que le había proporcionado Eric que no necesitaría las clases de idioma
celestial que estaba buscando en él.
—Tan dulce… —dijo ella sonriendo,
pensando en Eric.
— ¿Qué es tan dulce? —preguntó él,
entrando con una gran bandeja, llena de comida para ambos.
Arial no pudo evitar sentir que su
corazón daba varios latidos rápidamente por verlo entrar de esa forma, tan
servicial y comprensivo. Aceptó que el ángel ayer la trataba de ayudar, que siempre
había estado tratando de darle consejos, no porque quisiera llevarla a la Luz,
sino que para mantenerla con vida.
—Hice tu café con dos de azúcar ¿está
bien? —preguntó, dejando la bandeja en la cama, para después unirse al lado de
Arial y atraer su desayuno.
—Perfecto —dijo ella.
Arial comenzaba a darse cuenta porque
los ángeles no podían tener ninguno tipo de parejas. Siempre iban a dar más que
el otro ¿era lo que le había pasado a Gabriel? Sin duda Dana había dado más que
Ethan en un momento, aunque el humano se niveló con la pequeña angelito al
entregar su vida por estar junto a ella en algún momento.
—Gracias —dijo la Nephilim sonriendo,
besando la mejilla de Eric que tenía su cabello suelto, como le encantaba a
Arial —lo pase muy bien anoche, eres una caja de sorpresa, Eric —se acercó a él
aun sujetando su taza de café y besó el borde de su mandíbula.
El ángel sin pensarlo se giró un poco
hacia Arial y la besó. Tenía deseos de hacerlo desde que despertó y no dejó de
pensar en ningún momento durante el tiempo que estuvieron separados en cómo se
sentía tocarla.
—No —dijo ella alejándose de él —harás
que bote el café encima de ti.
Eric la quedó mirando unos segundos,
pensando en que jamás se habría imaginado estar compartiendo un desayuno, sobre
la cama, acompañado de una mujer, mucho
menos de una Nephilim. Tensó su mordida al darse cuenta que ya no le era
difícil comprender a sus amigos que dejaron la Luz por estar en una situación
como esta.
—Quiero hacerlo de nuevo —dijo ella,
atrapando su atención por completo.
— ¿Qué cosa? ¿Ahora?
—No, debo estar más abrigada para la
próxima vez.
Eric la miró confundido.
—Estoy hablando de volar —aclaró ella,
adivinando que los pensamientos de Eric habían volado hacia otra dirección.
El Dominacion se limitó a reír
avergonzado por haber pensado en repetir otro momento como el de la noche
anterior.
—No habría problema para repetirlo.
— ¿Recuperaste la moto? —Él asintió
mientras bebía de su café y tomaba una tostada para comer de ella —me dejaste
sola anoche mientras dormía entonces ¿no?
—Sí, quedaste agotada —dijo él, ahora
sonriendo.
Arial lo quedo mirando unos segundos.
—Esto se volverá difícil, Eric… primero
dices que te gusto y ahora no puedo sacar de mi mente como sería pasar una
noche de desenfreno, locura y sexo salvaje contigo —dijo ella sonriendo.
—Basta, no bromees.
Arial estaba escondiendo la verdad en
una broma, ya que realmente todo se estaba volviendo un tanto complejo cuando
él aceptó que le gustaba y después provocó que su cuerpo se volviera en
gelatina por tantas veces que la dejó agotada.
— ¿Qué pasaría si trato de seducirte? ¿Si
terminas con esas lindas Marcas en todo tu brazo y no solo una parte?
—No harás eso —dijo él, frunciendo
levemente el ceño —porque sabes que a pesar de todo, yo soy un ángel y en mi
caso, nada hará cambiar esa condición.
Fue tal la intensidad de sus palabras y
mirada por parte de Eric que incluso él se entristeció por aquella verdad.
Arial bebió de su café, para deshacer el
nudo en su garganta. No podía bromear en ese segundo.
Lilia dormía sin ser capaz de sentir lo
que sucedía en su departamento, la noche anterior la había dejado agotada y por
ello, Morfeo la había atrapado por completo, sin darle oportunidad de despertar
cuando otra persona entró a su habitación.
Los ojos violetas de la Nephilim se
fueron abrieron lentamente porque a pesar de estar durmiendo y sentirse
agotada, no podía evitar alejarse de sus sueños porque unos ojos la miraban
atentamente.
La habitación estaba por completo a
oscuras debido a que las cortinas de Lilia estaban cerradas y eso conllevaba la
prohibición para que cualquier rayo de luz se colara. Es por ello que cuando
vio un movimiento extraño en la oscuridad, prendió la luz de su lámpara tan
rápido como pudo.
Su corazón se disparó descontrolado y su
boca se abrió ante la sorpresa.
Era Adam.
—No pretendía asustarte.
Lilia miró su mesa de noche para
asegurarse de que el peculiar regalo de su padre, estaba dentro de su caja,
protegido de liberar los secretos de otras personas.
—Pero no podía aguantar otro minuto en
el Lucifer. Necesitaba hablar
contigo.
—Calla Adam, si es la culpa lo que te
ha…
—No —dijo él, interrumpiéndola —necesito
que guardes distancia con Thomas, que no le comentes lo sucedido entre
nosotros. Estoy en serios problemas ahora, ya que firme un contrato por su
ayuda, diciéndole que nunca tendría nada contigo.
Lilia tragó saliva de forma lenta, sin
dejar de mirar a Adam, que estaba vestido con la misma ropa de anoche. Ni
siquiera había ido a cambiarse, pero tenía su cabello mojado. Ella se había
duchado antes de caer rendida a su cama. La Nephilim mientras observaba a su
amado ángel caído, no podía dejar de pensar que no se estaba disculpando ni
regañándola, no por ahora.
—Y necesitamos la ayuda de Thomas —se obligó
a decir Lilia, para no quedarse muda ante la imagen que tenía ante sus ojos.
—Así es…
Ambos se quedaron en silencio,
mirándose, expectantes para ver quien hablaba primero sobre lo sucedido la
noche recién pasada.
Fue Lilia.
— ¿Has dormido algo? Sigues con la misma
ropa —dijo ahora sentándose en su cama —si quieres… —susurró, moviéndose para
darle espacio a Adam, en su cama. Su corazón latía con rapidez, por los nervios
de ser rechazada por enésima vez.
—Lilia… yo, esto es difícil —Adam
escondió sus manos en los bolsillos —te tuve en mis brazos cuando eras un bebé,
cuando recién llegaste a este mundo porque el maldito de tu padre dejo sola a
Cyra cuando estaba pronta a tenerte.
>>Creo que no tiene sentido seguir
ocultando el pasado, aunque, no seré yo quien hable de eso… todo lo sucedido
antes de la separación que viví con tu madre, no es de tu incumbencia. No
tendría sentido relatarte sobre ello.
— ¿Me estás diciendo que si quiero saber
de ella, debo ir con Thaumiel?
—Exacto, él la conocía mejor que yo, sin
duda alguna.
Lilia esquivo la mirada de Adam,
pensando en que sería realmente desagradable encontrarse con su padre. Solo
había ocurrido una vez y él solo le dio tanto dinero para no preocuparse de
nada más sobre su futuro. No entendía ni un poco a su progenitor.
Sin embargo, las palabras de Adam le
revelaron hasta que nivel llegaba el amor que sentía Adam por Cyra, que incluso
estuvo a su lado, ayudándola con el bebé que había nacido del engaño.
Repentinamente sintió el pesar con el cual la miraba Adam.
— ¿Tú me cuidaste aun sabiendo que era
hija de Thaumiel y Cyra? —preguntó ella, con sus ojos violetas concentrados en
el ángel caído.
—Eso no viene al caso, además no tengo
deseos de hablar sobre ello. Dormí sobre un frio y duro piso, me duele la
espalda y estoy cansado.
Ante la atónita mirada de Lilia, él se
desprendió de su camiseta mientras se quitaba los zapatos y terminaba
deshaciéndose de sus pantalones. Solo con su ropa interior dejaba que las
Marcas en ambos brazos quedaran expuestas.
Se metió a la cama de un segundo a otro,
bajo la sorpresa de Lilia, que aún seguía sentada en su cama, mirando los ojos
oscuros de su ángel caído.
—Tenemos que reunirnos con Arial y Eric
en casa, para ver que sucedió ayer con Ethan.
Lilia lentamente se fue recostando en la
cama y se quedó mirando de frente a su amado ángel.
— ¿Por qué no te duermes? —Dijo él
apagando la luz de la lámpara y siendo absorbidos por la oscuridad — ¿no estas
cansada?
—Agotada, en realidad —ella se acercó al
cuerpo de Adam, debido a que estaba pronta a caer de su propia cama.
Adam rodeó su cuerpo con su brazo libre
y la acercó. Estaba nervioso y se notaba en el cuidado que tenía al tocarla,
era como si fuera primera vez que acariciaba la piel de Lilia, ya que
astutamente coló su mano bajo la blusa que llevaba ella de pijama.
—Necesitas una cama más grande.
Lilia escondió su rostro en el cuello de
Adam, disfrutando de su aroma y del calor de su cuerpo. Ella no entendía como
algunos demonios se derretían por los vampiros, en especial por Gabriel… seres
fríos como el hielo. A ella le encantaba el calor de su ángel caído.
—Feliz navidad —le dijo ella, contra su
oído —me encantó tu regalo.
—Estuve jugando por mucho tiempo con
esos guantes, están increíbles. Gracias.
—Thomas me explicó que los guantes
tienen pequeños apéndices que conectan con tus terminaciones nerviosas
digitales, muy receptoras, ya sabes como el tacto se ve reflejado en esa zona.
Ya conectados pueden llegar a tu cerebro y puedes manejar la telequinesia… la
tecnología que está desarrollando es única. Está manipulando por completo la
percepción de las cosas.
Adam al escucharla se relajó, le gustaba
conversar trivialidades con ella, de esa forma los nervios que sentía quedaban
a un lado.
—Suena maravilloso… y peligroso. Acaba
de crear un poder en alguien que no tenía esa capacidad, como lo relatas.
—Sí, lo malo de todo es que con un poco
de dinero o algún favor, cualquiera puede tener acceso a ellos, ya sabes que el
Mercado Negro no discrimina a nadie.
Ambos se quedaron en silencio por unos
segundos, sumergidos en sus propios pensamientos.
—No quiero que Thomas te vuelva a tocar.
—Tú ya no te puedes comportar como un
idiota conmigo —respondió de inmediato Lilia.
—No nos pueden descubrir, por ahora ¿sí?
Debemos estar concentrados en Ethan y Dana, hemos perdido tanto tiempo. Espero
que Arial haya descubierto algo ayer.
— ¿Por qué firmaste ese contrato con
Thomas?
—Pensé que iba a ser más fácil.
Los parpados de Lilia comenzaban a pesar
con las suaves caricias que hacia Adam en su espalda, en forma circular.
—Eso fue estúpido y peligroso… Thomas
puede hacer contigo lo que quiera.
Los ojos violetas de Lilia lo tenían
hipnotizado, no la había tenido tan cerca desde… hace unas horas atrás, pero
ahora estaba manejando por completo su raciocinio.
—Me encargaré de eso, pero no debemos
ser descubiertos. Hoy en la mañana me visitó, exigiendo saber que sucedía entre
nosotros, te vio salir del Lucifer.
—Entonces ya lo sabe, conozco muy bien a
Thomas y no se hubiese enfrentado a ti de no saberlo.
Los ojos de Adam se distrajeron un poco
y se perdieron en la oscuridad de la habitación, pensando en una solución.
—Tendremos que convencerlo de lo
contrario.
—Pero para que eso ocurra, tendría que
volver a estar con él.
—No —respondió de inmediato el ángel
caído —tendrás que terminar toda relación con él.
—Adam, él es mi amigo… desde hace
décadas.
Él tensó su mordida, nunca le había
gustado Thomas, pero era probable que solo fueran celos ya que el hijo de
Lucifer jamás le dio sospechas realmente factibles de que fuera malvado.
Excepto el arrebato de hoy en la mañana, que fue extraño ya que nunca perdía
los nervios.
—Estaba muy enojado esta mañana, me
estuvo amenazando y todo.
—Thomas no es malo —aclaró Lilia,
volviendo a revolverse entre los brazos de Adam para sentir lo tibio de su cuerpo
—es solo que es muy caprichoso, siempre ha obtenido todo lo que ha querido. No
me ama de esa forma, solo me quiere porque tú también lo haces.
—Ya no es ningún niño para comportarse
de esa forma.
—Bueno, tú le seguiste el juego ¿no?
Adam se tensó, ya que era cierto, si no
hubiese sido por el regreso de Thomas no habría sentido celos o miedo de perder
a Lilia.
—Bueno, habrá que convencerlo de que no
hay nada entre nosotros y que solo no quieres estar con él.
—Thomas tiene ojos en todas partes,
Adam, eso es imposible.
—Deberemos ser cuidadosos, mientras nos
entregue ese antídoto. Ni siquiera Arial debe saber lo de nosotros, con la boca
que se gasta y el desagrado que le tiene a Thomas, es probable que vaya ella
misma a decirle.
— ¿Decirle qué? ¿Qué somos ahora? —pregunto
ella sonriendo, llamando la atención de Adam.
—Oh, no seas exigente —dijo él,
nervioso.
—Bueno, como sea, Thaumiel me dio un
buen regalo.
—Ni lo digas —dijo él ahora —eso es
peligroso, no soy de esa forma… tan primitiva ¿sabes? No habría permitido jamás
que “eso” sucediera en una bodega llena de alcohol a oscuras y tu temiendo que
me arrepentiría en cualquier momento. Como si hubiese tenido oportunidad de
hacerlo.
—Te ofrecí eliminar esa pulsera —las
caricias de Adam se detuvieron.
—Eso no habría cambiado nada, es por eso
que te detuve… pero joder, esa cosa es demasiado peligrosa, debes tener cuidado
al usarla, te han dado un regalo muy poderoso. ¿Sabes lo que harían con ella en
un interrogatorio o algo así?
—Los ángeles deberían adquirir varias
¿no?
—Son armas prohibidas, no se les permite
entrar de esa forma en otro tipo de seres.
—Podríamos usarla cuando estemos con
Dana o con Ethan.
—Sería imposible con Dana, nadie sabe lo
que guarda realmente en su corazón… ya sabes que ella en el pasado fue una
Nephilim, más demonio que humana. Quizás con Ethan podría resultar, a ese chico
debemos desenredarlo.
—Conozco muy bien a Arial y estoy segura
que se las arregló para tener una gota de sangre de Ethan. De seguro nos dirá
lo que vio en su sangre luego de beberla.
—Ahora que hablas de Arial, no sé cómo
esos dos, Eric y ella, han sobrevivido tanto tiempo sin asesinarse —susurró
Adam, pensativo.
—Él es muy desagradable, de seguro Arial
lo ignora o es aún más desagradable con él para sobrevivir.
—Bueno, de todas formas no le queda
mucho tiempo aquí, entre nosotros. Nuestro objetivo era buscar el paradero de
Ethan, ya después él puede volver a su tierra de origen.
— ¿Entonces esa era su misión? Pensé que
era quitarle de las garras de Gabriel a Ethan.
—No, en todo momento se estuvo
estipulado que Ethan estuviera con Gabriel… siendo un vampiro, lo que no estaba
en los planes era que él se volviera un vampiro sádico como su creador.
—Bueno, no ha sido mucho aporte
entonces.
—Estando él aquí… nos evita tener problemas
con los Arcángeles, ya sabes como son.
—Me alegro, así Arial no tendrá que
soportarlo por mucho tiempo.
—Asegurando la mente de Ethan, todo
quedará zanjado, luego tendremos que protegerlo.
—Mmm… —asintió Lilia, haciéndole
cosquillas con su nariz a Adam.
—Es mejor que descansemos, al atardecer
nos reuniremos con ellos.
—Bien.
El ángel caído retomó las caricias en la
espalda de Lilia y luego se acercó otro poco más a ella. Cuando la Nephilim
sintió los labios de Adam, fue como si todo su cuerpo volviera a estar en
llamas. Le respondió con todo el deseo y amor que había contenido durante las últimas
décadas.
Arial no sabía hacia donde se había ido
Eric, pero le había dado el tiempo necesario para bajar a la biblioteca. Solo
con la camiseta del ángel y aun con su cabello desordenado, se encontraba
enfrascada en los libros que había sacado de una de las ciento de estanterías.
—Mmm… —se removió sobre el asiento — ¡oh,
maldito Eric! —dijo enojada al no poder concentrarse, eso no le pasaba hacía
años.
Tenía las manos de Eric marcada a fuego
en su cuerpo y no dejaba de recordar lo sucedido anoche, ahora que se
encontraba sola, podía darse el lujo de pensar en lo pasado con Eric.
Tiró el libro hasta la mesa, rindiéndose
a las imágenes que venían a su cabeza. Ya no podía seguir jugando con aquel
ángel, se estaba sintiendo de una forma prohibida.
—Se irá, se irá —se repetía para
convencerse de que estaba jugando con fuego.
—Buenas tardes, Nephilim —Arial sintió
un escalofrió al escuchar el eco de aquella voz. Le parecía familiar, aunque no
la podía reconocer.
— ¿Quién está ahí? —preguntó al ponerse
de pie, mirando hacia todos lados.
—Tranquila, solo vengo a buscar unos
libros.
Una sotana negra apareció ante los ojos
de Arial, en el segundo piso, justo al lado de una de las estanterías. El padre
Sebastián apareció con su cabello blanco y su larga cruz que llegaba hasta un
poco más debajo de su pecho.
—Adam me dejo entrar a la biblioteca
hace un tiempo, estaba en busca de un libro sobre exorcismo. Lo encontré —dijo levantado
su mano derecha y mostrando un libro antiguo sobre demonios.
El padre Sebastián, que en realidad era
un ángel Dominacion como Eric, incluso más poderoso, ya que debía ascender a
Tronos pronto. Sin embargo, su obsesión con la muerte de Gabriel, lo tenía
retenido en la tierra.
— ¡Ey! Eres tú, el cura loco —dijo ella
sonriendo y ahora apoyando las manos en su cadera, dejando que sus piernas se
vieran de forma tentadora.
Las piernas desnudas de Arial no pasaron
desapercibidas para Sebastián, quien de un salto llego al primer piso, de pie
arregló su cruz azul.
—No sabía que eras un ángel hasta que
Adam me lo dijo ¿te ha tocado un demonio muy difícil de exorcizar? Veo que
estas encargado de esa misión aquí en la Tierra, extraño trabajo para un
Dominacion.
—Tu no cambias, siempre hablas más de lo
que debes —Sebastián se acercó hasta la mesa y se apoyó, observando a Arial, de
arriba abajo — ¿Qué andas buscando, Arial?
La Nephilim observó al ángel, sonriendo.
No le agradaba, pero era porque no lo conocía mucho. Solo lo conocía porque
Lilia y ella acudieron a un par de clases, donde el padre les enseñó las
jerarquías y cambios que había dentro de los ángeles, un tema que no le
agradaba a Adam.
—En realidad, puedes. Estoy buscando
algo de información sobre Gabriel.
Arial estaba al tanto de la obsesión de
Sebastián, detalles que Lilia le había entregado.
— ¿Y qué sería?
—Bueno, en realidad es el proceso por el
que Dana pasó, cuando limpiaron sus pecados y borraron su memoria.
— ¿Crees que ese ritual actuará al revés
si lo haces con Ethan? Eso es algo inteligente, pero arriesgado. Cuando se
mezclan las tradiciones celestiales con demonios, es como juntar agua y aceite.
No sabes que puede salir de ahí, pero no será bonito.
Arial tensó su mordida, nerviosa por ser
descubierta.
—No te preocupes, Nephilim, me agrada
que quieras joderle los planes a Gabriel.
Sebastián se apoyó en la mesa donde
había estado Arial y la quedo mirando otros segundos.
—Ve a donde vivo, quizás encuentre algo
como eso. Aquí no hay nada, ya que tiempo atrás esta biblioteca fue saqueada… y
algunos libros terminaron en manos equivocadas.
Arial dio un paso hacia atrás cuando Sebastián
se acercó, de forma imprevista.
—Este puede que me sirva también —dijo
ahora sacando un libro que se encontraba en la estantería en la que se apoyaba
la Nephilim —puedes ir hoy en la noche, luego me iré por unos días.
—El exorcismo se está volviendo más
común ¿no?
—Algo así —dijo él, sonriendo, atrapando
a Arial con sus ojos azules.
Por unos segundos la Nephilim sonrió al
ver aquellos ojos, eran muy llamativos, como el resto de aquel ser. Un ángel,
podía llevar a la perdición a algunos Demonios… o Nephilim.
—Sebastián.
Tanto Arial como el padre se alejaron al
escuchar la voz de Eric, que entraba a la biblioteca como el ángel que era, con
sus alas expandidas y su armadura. Parecía un guerrero que podría acabar con
cualquier cosa.
Arial admiró la forma que la armadura se
adhería a Eric.
— ¿Qué sucede aquí? —preguntó molesto el
ángel al ver a su colega tan cerca de su Nephilim.
No pudo
evitar ponerse celoso.
—Estaba ofreciéndole a Arial, aquí
presente —dijo Sebastián, levantando su mano para tocar la mejilla de ella. La
Nephilim lo quedo mirando sorprendida y dio un paso hacia atrás —mi ayuda
respecto a algunos libros.
—Cura Loco, no te tomes tantas
atribuciones —dijo alejando la mano de Sebastián —no queremos que duden sobre
tus votos de castidad.
Sebastián retrocedió unos pasos para
luego dejar expandir sus alas sin ningún problema. Sonriéndole a Arial, que
tuvo que cerrar un poco sus ojos por la luz del ángel.
—Nos vemos en la noche, Nephilim.
Con la característica rapidez de los
ángeles, este desapareció de sus vistas con tan solo un movimiento de sus alas.
—Wow… esa fue una salida triunfal ¿no? —preguntó
Arial, sonriendo.
Al mirar a Eric se dio cuenta que ya estaba
con su imagen humana. Con unos pantalones negros, una camiseta blanca y un
suéter oscuro.
—Aun no entiendo como cambias de
vestimenta tan rápido.
—Cosas de ángeles —respondió con el ceño
fruncido — ¿Qué hacías con Sebastián?
—Cosas de Nephilim.
Ambos se quedaron mirando muy serios.
Ninguno conforme con la forma de actuar del otro.
— ¿Es que acaso te has puesto celoso?
—Sebastián nunca ha sido de mi agrado,
ten cuidado cuando te reúnas con él.
Se giró para dejar sola a Arial, pero
ella tragándose su orgullo se acercó a Eric y tomo su suéter, por la parte de
atrás, para detenerlo.
—Ey solo me estaba dando información
sobre un libro. Adam nunca me dijo que habían saqueado la biblioteca ¿Quiénes
fueron?
—Los ángeles, Tronos para ser
específicos. Y algunos demonios y otros Nephilim, Dana estuvo involucrada en
ello también, pero actuó antes, con la ayuda de Gabriel.
Ella volvió a tirar del suéter de Eric
para que se girara a verla, pero él no lo hacía.
—No lo sabía —dijo ella, tratando de
tener un tema de conversación diferente, pero al parecer no era fructífero — ¡Oh,
vamos Eric! No te puedes poner así cada vez que alguien se acerque ¿Qué pensarás
cuando estés arriba y yo este disfrutando de los placeres carnales aquí en la
Tierra?
Eric se soltó de Arial para salir de la
biblioteca, pero ella se le adelantó y se interpuso en su camino.
—Oh, Ángel celopata… no estés enojado
¿es qué acaso no ves que eres pésimo mintiendo y estarás amurrado como niño
delante de Adam y Lilia?
Aquellas palabras solo hicieron
enfurecer a Eric.
—No estoy enojado por Sebastián, sino
porque me mentiste. No es agradable que mis superiores me regañen porque has
interferido en el destino de Ethan.
Arial suspiró, por lo visto todo lo que
había hablado con el vampiro estaba registrado.
—Eric, no estoy en tu mismo bando, no me
guio por tus reglas. No te puedes enojar conmigo por haber hecho algo diferente
a lo planeado por tus jefes… vamos, ya lo hablamos antes.
—Bueno, no puedes esperar que no me
enoje por no seguir tus planes. Tampoco estoy en tu bando.
Dio un paso al lado de ella y la dejó
sola.
Para cuando se reunieron los cuatro,
Arial se encontraba ya vestida con la misma ropa de ayer mientras que Eric
estaba con una expresión molesta, mirando por la ventana bajo la mirada de
Arial. Por otro lado, estaba Adam y Lilia sentados en dos sillas diferentes,
uno al frente del otro.
Lilia no dejaba de mirar a Arial, que
estaba actuando de forma extraña.
—Interesante —dijo Adam cuando Arial
informó sobre todo lo sucedido con Ethan, incluso que bebió de él. Dio un
reporte superficial de lo que sucedía con el vampiro neófito.
—No te queda mucho por aquí entonces,
Eric —dijo sonriendo Lilia, esperando que eso animara a Eric, pero causó el
efecto contrario.
Arial frunció levemente el ceño.
— ¿En serio? —preguntó como si no fuera
una gran noticia. Nadie sospecho de su tono de voz, excepto Eric que se tensó
por completo.
—Arial se encargó de Ethan, así que si
todo resulta como esperamos, en dos semanas los dejaré solos —Eric se giró a
verla.
Arial asintió, descubriendo realmente el
motivo del mal humor que tenía el Dominacion.
—Entonces aquí, el ángel presente —dijo
la pelirroja, poniéndose de pie —tan solo debe verificar que Ethan vuelva a su
vida y luego se largará, finalmente ¿estoy en lo correcto?
—Si —respondió Adam sonriendo —quedaras
librada de este cascarrabias.
—Ya lo veo, si no hay nada más que
hablar, quisiera ir a descansar —pidió Arial.
—Pero hay más que tratar —aclaró Adam,
sin sonreír.
—Pero pueden hacerlo los tres ¿sí? Ya
estoy cansada, a diferencia de ustedes el día de ayer cada célula de mi cuerpo
se transformó en Dana —Arial los miró enojada, sobre todo a Eric.
Hubo un silencio incómodo que duró
varios segundos.
—Es mejor que vayas a descansar —dijo
Lilia, dándole su apoyo a Arial.
La Nephilim salió de la gran casa lo más
rápido que pudo, sintiéndose furiosa, tanto que no se dio cuenta que habían
otros ojos esperandola, tan rojos como los de ella.
Espero que les haya gustado el capitulo. Gracias a las personas que comentaron :) y a las que no: jum! xD
Ufffff eso no me gusta, cuidado con el papá demonio Arial!!!
ResponderEliminarHola Dani.
La verdad que yo entiendo totalmente el descontento de esos 2 porque yo tampoco quiero q Eric suba, que se quede q aquí todo es más divertido :P Y bueno espero que Lilia y Adam se cuiden de Thomas porque él no anda nada contento y ya hasta desperdicio el antídoto de Ethan. Veremos que pasa.
Gracias por el capi y nos seguimos leyendo!
Ahhhhh muero en serio estas parejitas estan pero super perdida entre ellas jajjajaja bueno espero q pronto se arreglen y sobre todo q es lo q thomas va hacer ahhjhhhh quiero saber
ResponderEliminarWooow si que no se ve nada facil lo que esta por venie en los siguientes cap .. creo que en vez de estar arreglando la situacion de Ethan estan por traer mas problemas de los que ya hay Adam ,Lilia, Arial y Eric no veo que esten 100% concentrados y no se estan dando cuenta tan solo el hecho de que Thomas ya no va apoyar es un gran problema que no se que dira Eric cuando se entere y mas del porque ya no les va ayudar porque eso es lo que parece por otro lado Arial no esta pensando solo esta actuando sus intenciones no son malas pero creo que ese esta tomando atribuciones que pueden traer consecuencias nada agradables el solo hecho de lo que hizo con ethan ya es problema nose si de esto se entere Gabriel y quien sabe que decida hacer ..y ahora con lo que esta pensando hacer Arial para ayudar a Ethan quien sabe que es lo que vaya a pasar si lo hace y que es la concecuencia que se de por que siento que es algo que hara por su cuenta sin la ayuda de nadie es es uno de los errores de Arial habla de mas y sin pensar las cosas actua por impulso ... La verdad me deja muy intrigada el final del cap quien es el ser que se le quedo viendo a Arial puedo creer que es Ethan pero mejor me espero al sig cap y espero y no tarde mucho xq mueeeeroooo por leer que pasara jejejejeje gracias por el cap muy bueno como siempre
ResponderEliminarooo no¡¡¡¡rayos¡¡maldicion¡¡¡no puede irse¡¡¡ si el se va seguro su padre va por ella¡¡¡ no por favor¡¡¡
ResponderEliminarOk..despues de mi ataque de panico...gracias por el capitulo, de verdad tenia tantas ganas de leerlo, me alegra el hecho de que Adam no se mostrara todo arrepentido y quisiera alejar a Lilia...pero esto es un graaaan problema con Tomas...es decir, el ya tenia el antidoto¡¡¡aaa todo se complica, porque me encanta el hecho de que Lilia y Adam por fin "esten juntos" pero no es una buena noticia tener al hijo de lucifer en su contra, en fin.
Eric y Arial...bueno que puedo decir, ellos son mi pareja favorita, pero si es cierto que Eric esta por irse...aaa no quiero que se vaya y deje solo a mi querida Arial.
Tenia la duda de que era lo que habia hablado Arial y Ethan..gracias por mostrarlo...y ¿que onda con el padre Sebastian???
En fin el otro dia estaba viendo la pelicula Legion de angeles... y todo lo que podia pensar era si asi lucirian estos angeles con sus armaduras y habilidades de lucha...
ok..ya me perdi..gracias por el capi¡¡¡
Omg, todobtan fuerte desde el capi anterior que giro q han dado las cosas, ahora entiendo xq Erick no queria qcse adelantara Arial por su cuenta... se le acaba su tiempo con ella super triste que no se puedan decir lo q sienten el uno x el otro....
ResponderEliminarY lego ese loco de Azazel q la quiere para sus experimentos debe ser xq ya dabe de su otro poder y lo quiete para su beneficio espero q Erick salga al rescate de Arial y no pase a mayores...
Lilia y Adam mmmm.... me alegra q se de cuenta q ella si puede compartir con el pero fe que se molesto Thomas y arruino el antidoto y la amena hacia Adam no me agrado nadita, pero se que todo saldra algo bueno aunque no descarto alguna perdida importante.... gracias Dani x el capi como sipre mos dejas con ganas de mas.... besitos
Hay no puede ser, pork tomas quebró el antídoto, aunk poniéndome en su lugar creo k haría lo mismo
ResponderEliminaruuuu estuvo muy bueno me gusto mucho gracias dani :)
ResponderEliminarPor fin Adam dio su brazo a torcer y sin pulseraaa! Me encantan! Y Arial va a conseguir un corazon roto cuando Eric se vaya! Ya quiero q regrese Dana por q Ethan esta tan perdido sin ellaaaa!!!
ResponderEliminarOk nos vemos (ojala prontito) jeje ;)
Besos Chauuu