Capitulo 12
— ¿Qué sucede?
–preguntó Aníbal cuando notó que no dije palabra alguna durante el resto de la
clase de introducción a la carrera. Habían presentando a profesores y
asistentes, habían hablando alumnos de otras generaciones, pero yo solo estaba concentrada
en mirar hacia adelante y no pensar en el humano que tenía dos puestos al lado.
Podía sentir que me observaba cada cierto minuto, pero no estaba segura si era
debido a la curiosidad natural que causábamos en las personas o estaba tratando
de recordarme.
—Nada, no
sucede nada ¿A dónde debemos ir ahora?
—Siguen las
presentaciones, supongo que para crear algún vínculo entre los alumnos ¿no?
Nos pusimos de
pie, fue en ese momento, cuando vi que Cristóbal se ponía de pie y avanzaba por
el otro extremo de la sala mientras que nosotros recién dábamos un paso. Pude
observar que lucía bastante normal, aunque sin duda era guapo, las demás chicas
estaban todas atentas al rubio de ojos verdes que caminaba ensimismado en sus
pensamientos ¿Cómo es qué este humano había llegado a trabajar en el Vampire?
¿Cómo había dejado que lo mordiera si sabía lo que deseaba esa noche en el
Excalibur? No, esto no tenía sentido ¿Quién era este humano?
Las horas
comenzaron a pasar y en ningún momento él volvió a darme algo de atención, cosa
que agradecí mentalmente porque estaba comportándome como una paranoica, aunque
en algún momento tendría que hablar con él ¿es qué sabrá que con Aníbal somos
vampiros? ¿Podrá identificarnos por nuestras características? De todas formas,
el día siguió entre actividades sin sentido que se volvieron muy aburridas,
presentaciones individuales, motivos del ingreso a la carrera y hablar con
algunos compañeros y compañeras fueron los panoramas que con Aníbal nos
encargamos de realizar al pie de la letra. No queríamos lucir sospechosos.
—No ha sido tan
terrible ¿sabes? –dijo cuando nos dirigíamos al pequeño auto negro.
—No.
—Tú has estado
en otro lugar todo el día, pensando en otras cosas ¿no te ha gustado? ¿Nos
retiráremos?
—Claro que no
–dije ahora más concentrada en sus palabras, pero no pude decirle otra palabra
cuando nos interrumpieron.
— ¡Victoria
Lenardis! –me giré de inmediato al escuchar mi nombre y casi se me cayó la mandíbula
al suelo al ver que era Cristóbal quien corría hasta donde nosotros –pensé que
no los alcanzaría –dijo ahora respirando agitadamente.
Aníbal frunció
el ceño y de inmediato dio un paso hacia adelante, bloqueando en parte la interacción
que podría tener con el humano.
Yo mientras
tanto observé mejor los detalles de Cristóbal. Sus jeans oscuros y su camiseta
gris, además de la chaqueta de cuero negro me dieron la impresión de que era un
chico normal, nada muy extravagante, aunque el hecho de verlo en el Vampire,
botaba toda idea de normalidad en él.
— ¿Qué sucede?
–dije dando un paso hacia el lado para que no se viera lo que Aníbal realmente quería
hacer, protegerme. Fruncí el ceño al notar la respiración agitada del humano,
por lo que veía en su camiseta y por lo que había tocado hace solo unas
dieciséis horas atrás, no me daba a entender que aquel chico tuviera una mala
resistencia física ya que sus músculos estaban marcados.
—Has olvidado
esto, me han dicho que es tuyo –se enderezó y me dejó ver como los pectorales
se marcaban en su camiseta.
Amaba a
Alexander y siempre lo he encontrado el hombre más guapo de toda la tierra,
pero no era ciega. Este chico además de saber muy bien, lucia bastante
agradable para la vista femenina… o masculina. Estoy segura que Ezequiel me
apoyaría.
En sus manos tenía
una carpeta roja con el gran símbolo de la universidad, una letra L rodeada por
dos serpientes. Dentro de ella se encontraban todos los papeles informativos
que nos entregaron.
—Muchas gracias
–dije tranquila, mirándolo fijamente a sus ojos verdes y sonreí al ver que él
se quedaba sin habla y estático, ofreciéndome la carpeta, la cual saqué
suavemente de su agarre –la había olvidado, que distraída soy.
Realmente no lo
era, siempre estuve atenta a ella y la dejé cerca de donde él se encontraba sin
que se diera cuenta.
— ¿Te conozco de
algún lado? –pregunté curiosa, acercándome a él. Pude notar como tragó saliva y
aquel movimiento de su manzana de Adán me provocó ganas de morder su cuello.
— ¿Victoria?
–miré a Aníbal que estaba confundido observándome.
—No sucede nada
¿Por qué no te adelantas? –él negó rápidamente –muy bien entonces.
—No te conozco,
aunque también tengo esa sensación –volví a sonreír, esta vez sin preocuparme
de que mis colmillos quedaran expuestos. Al tenerlos un poco más grandes que lo
normal, debían ser cubiertos constantemente por mis labios cuando estaba
rodeada de humanos, pero este en particular debía conocer bastante bien de que
se trataban –Oh… lo siento mucho –me sorprendí cuando dijo aquellas palabras.
— ¿Por qué lo
sientes? –esta vez fue Aníbal quien habló. No se pudo contener ante tanta
confusión.
—No sabía que
habrían… personas como ustedes aquí. No se sientan incómodos, tengo un contrato
de confidencialidad con el Vampire, nada saldrá de mi boca –Aníbal abrió la
boca sin poder creer lo que estaba hablando el humano.
—Ahí no
trabajan… personas como tu –le dijo mi amigo.
—Sí, soy una de
las excepciones –sonrió de tal forma que llamó mi atención, se veía una sonrisa
bastante honesta. Este chico no era desagradable.
—Entonces no
creo que haya problema entre nosotros ¿cierto, Aníbal? –Mi guardaespaldas
asintió sin decir palabra alguna –nos vemos en clases mañana, me encantaría
seguir nuestra conversación, pero me debo retirar.
—Si… bueno, nos
vemos ¡Ah! –Dijo rápidamente antes de desaparecer –yo no, bueno… espero que no
haya problemas entre los tres ¿cierto? Yo no soy proveedor –dijo llevando su
dedo índice y anular de la mano derecha a su cuello, justo donde lo había
mordido antes. Claramente él no lo recordaba.
—Oh lo siento
–dije despistada, manteniendo esa mirada un tanto depredadora de mi parte, era
inevitable — ¿es qué acaso alguno de nosotros te ha… mordido?
—No, no, no
–dijo rápidamente, moviendo ambas manos –solo es que, deseaba dejarlo en claro.
—No porque
trabajes en el Vampire te estaremos mordiendo, además no tienes idea de con
quienes estás hablando –dijo Aníbal mirándolo con cierta suficiencia que llamo
mi atención, él nunca era desagradable, además siempre tenía una expresión
amable para la mayoría de las personas.
—Lo siento,
solo… —dijo Cristóbal nervioso, mirándome de una forma extraña. Decidí
interceder antes de que Aníbal hablara demás.
—Aníbal –dije
golpeando suavemente su brazo –solo nos está aclarando un detalle de su
condición, no hay problema ni pecado en que nos aclare esto, es obvio. Además
debemos agradecer a nuestro amigo Cristóbal, que mantendrá nuestro secreto, por
su propio bien ¿cierto, Cristóbal? –dije volviendo a poner mi atención en él.
Sus ojos verdes me observaron por unos largos segundos sin decir nada.
—Claro que si,
su secreto está a salvo conmigo.
—Entonces ha
sido un gusto, gracias por la carpeta y espero que mañana nos veamos de nuevo. Adiós.
Ni siquiera me
controlé cuando di un paso hacia adelante y me empiné para darle un beso en su
mejilla. Respiré profundamente para sentir su aroma, solo como si estuviera
catando un vino. Casi pude sentir el escalofrió que recorrió su espalda. Fue
inevitable para mí sonreír.
—A-adiós…
Con Aníbal nos
alejamos mientras que este miraba hacia atrás al humano y luego me observaba a mí.
No fue hasta cuando entramos al auto que volvió a pronunciar palabra.
— ¿Qué fue eso?
–dijo mirándome.
—Nada, tú
hablando demás ¿querías decirle que soy la gobernadora? Estás loco, si él se
entera que es así y dice en el Vampire que estuve por ahí, todo se puede volver
un caos. Mi Alex no necesita que sus guardias anden rumoreando que yo estuve en
ese lugar, sabes que es un secreto.
—Sí, pero no había
necesidad de ser tan seductora con él –lo miré enarcando una ceja ¿otro celoso
más?
—Lo siento,
pero lamentablemente es un humano que tiene sangre a una temperatura adecuada
para mi paladar ¿es qué no me puedo deleitar un poco?
—Es verdad,
pero es un sorpresa verte en una situación así, tan seductora y segura –bufé
molesta por sus palabras –usualmente eres tan normal, ni siquiera pensaría que
eres vampiro.
—Oh perdón,
solo hay una cosa que me gusta después de Alex y es la sangre, me agrada estar
en un ambiente donde puedo beber a mi antojo, es así como me comporto ¿algún
problema?
—Pareces un
gato –lo miré sin entender –comienzas a moverte sigilosamente o es como si un
humano fuera tu ovillo de lana.
—Deja de hablar
tonteras y no quiero que llegue esto a Alexander, no quiero que se enoje por
algo tan simple como un humano que trabaja para vampiros ¿sí? –Él me miró unos
segundos sin decir nada – ¿Aníbal?
—No puedo hacer
eso, estoy encargado de darle informes al Sr. Lenardis, él me lo pidió.
—Mira, Alex es
un celoso y no quiero tener problemas por algo tan insignificante como esto. No
se te olvide que también soy tu Gobernadora, además de amiga y ésta Aníbal, es
una orden.
—Pero…
— ¡Pero nada!
Tu lealtad está conmigo porque eres mi guardia y amigo –esta vez saqué mi voz
de Gobernadora, era bastante autoritaria cuando eso ocurría y muy pocas veces había
hecho uso de aquel recurso, sin embargo, sabía muy bien que para un vampiro sus
gobernadores son un estilo de ídolos, aunque yo estuviera bajo la sombra de
varias gobernadoras, no quitaba importancia a lo que decía o hacia.
—Está bien,
Sra. Lenardis –rodeé los ojos.
—Ahora llévame
a casa y no vuelvas a llamarme Sra. Lenardis.
Cinco minutos después
de nuestra pequeña discusión y Aníbal dejó de sentirse mal; así que conversamos
todo el camino de vuelta para hablar cada detalle de nuestro primer día en la
Universidad. Sin duda había sido buenísimo, como me lo había imaginado, aunque
de todas formas me aburrí al no estar con Alexander, habría sido entretenido
verlo en un ambiente como ese, pero a pesar de tener solo veinticuatro años, no
los aparentaba ni un poco, no sé como habrán sido los chicos en el pasado, pero
envejecían más rápido. Miré mi celular varias veces, pero no tenía ninguna
llamada perdida. Sin embargo, Aníbal parecía más entusiasmado que yo, estaba
decidido a morder a la jefa de carrera y dejarla inconsciente en su oficina
debido al aroma a damasco que tenia.
—Fue un gusto
de tenerte como compañero, nos vemos mañana ¿sí? –dije saliendo del auto.
—Esto puede
volverse entretenido.
—Por lo menos
no tienes que estar de pie en mi puerta –él asintió.
Salí del auto y
caminé tranquilamente hacia la puerta, controlando cada paso que daba para
evitar que se notara mi ansiedad.
— ¿Alex? –grité
cuando cerré la puerta principal, pero no escuché respuesta alguna.
En menos de un
segundo recorrí toda la casa en busca de él, pero no había rastros de mi
vampiro favorito. Perfecto.
Me quede
descalza y sin el blazer, sobre la cama, con las piernas cruzadas y el
cuadernillo de Alex en mis manos.
—Dios, por fin
te tengo en mis manos –dije pasando mis manos por las portadas forradas en cuerpo.
1915. Número
que se marcaban suavemente al centro de la portada frontal. Cerré mis ojos,
imaginándome a un Alex de ese entonces, usando suspensores y con el cabello
correctamente peinado, no como ahora que siempre lo llevaba bastante revuelto.
—No puedo.
Prácticamente
mis manos temblaban, temerosas de lo que pudiera encontrar. Además de pensar en
el hecho de ser descubierta. ¡Pero quería saber todo de Alex! Después de
haberme metido en sus recuerdos y sueños, había quedado con un trauma, saber de
sus antiguas mujeres me complicaba la existencia porque sé que las amó de
verdad.
—Estúpidas
–dije con rabia, pensando en lo idiota que fueron al dejarlo. Aunque si no
hubiera sido por ello, yo no estaría aquí.
Sin pensarlo
otro segundo, abrí el cuaderno para ver que decía, no sacaba nada dándole más
vueltas al asunto. Aquí vamos.
“Septiembre, 1915.
Desde hoy he decido que los días no serán
importantes, desde hoy he decidido aprovechar mi momento junto a ella, la única
persona que me puede hacer feliz”
Tiré el
cuaderno lejos, sobre la cama. Estaba escrito en ingles, con una caligrafía
medianamente decente, ya que la letra de Alex no era la mejor.
— ¡Ah! ¡No
puedo! ¡Es imposible! Primera hoja y aparece esto ¡y una mierda! Estúpido Alex.
Me crucé de
brazos, observando al cuaderno como si fuera mi peor enemigo, como si fuera la
misma mujer que él había amado al frente de mis ojos.
Rendida volví a
tomarlo después de unos segundos donde odie las palabras tan tiernas que Alex
estaba escribiendo, palabras que yo no soñaba escuchar en la actualidad. Seguí
en la primera hoja, este cuaderno iba a ser analizado con detalle. Estaba
segura de que habría algo para que él dejara de dudar sobre mí y pudiéramos ser
felices por completo.
“Ha comenzado una nueva historia, una nueva
revelación y una nueva esperanza. Ella simplemente es divina. La he visto por
primera vez la tarde de ayer, siento que esta vez puede ser la definitiva. Sin
duda alguna. Es como si mi corazón volviera a latir y su aroma es divino, desde
ahora mi favorito.
Sus ojos marrones grandes e inocentes se
posaron sobre mí cuando notó que estaba siendo observada. Se giró a verme,
dejando que el viento moviera su largo cabello que aun llevaba suelto, pero que
con una cinta trataba de domarlo, imposible, he pensado en tratar de tocarlo la
noche pasada mientras ella dormía, pero pensé que sería traspasar los límites.
Debo ir con cuidado, se ve tan delicada que
temo que se pueda ir entre mis manos, tan rápido como llegó a mi vida.
Por fin la he encontrado, una nueva pareja
en la que espero encontrar la ultima y de esa forma acabar con esta maldita
maldición en la que me he visto envuelto. Debo redimirme.
Anne es su nombre, mi hermosa Anne.”
Cerré el
cuaderno, con mi mordida tensa y observando hacia adelante, pensando una y otra
vez en las recientes palabras que había leído. ¿Desde cuándo él tenía esa
capacidad para escribir? ¿Desde cuándo era tan romántico? Y lo peor ¡¿Por qué
no lo era conmigo?! ¿Es qué también tiene un cuaderno sobre mí? ¿Cómo me habrá
descrito la primera vez?
Sin poder
resistirlo seguí leyendo, no me iba a adelantar para saber todo antes de
tiempo, este Alex iba a ser desnudado lenta y minuciosamente por mí, iba a
descubrir quien realmente fue mi esposo.
“Tiene veintiún años y esta pronta a ser desposada
por alguien que sus padres consideran adecuado debido al dinero que tiene.
Pienso interferir, aun tengo tiempo y ellos pueden rechazar al hombre anterior
por mí o mejor aún, que ella sola deseé escapar conmigo.
El plan debe ser elaborado rigurosamente, no
debo ser impulsivo, algo que debo recordar cada día porque me ha traído
problemas con mis antiguas parejas. Aun así, puedo conseguir que ella deseé
escapar conmigo. Esta noche planeo beber de ella mientras duerme, no habrá diferencia
alguna si no lo recuerda, pero debo sentir el sabor de su sangre en mi paladar,
es necesario.
Raúl apoya mi decisión, aunque Elizabeth
dice que debo apresurarme para instaurar una imagen clara ante su familia.
Pedir unas vacaciones es lo adecuado, deberé hablar con el consejo y pedir la
autorización de estos días. No será necesario dar mayores explicaciones, saben
lo que sucede cuando encuentro a mi pareja y nadie desea a un gobernador sin
una, debo desposarla para que todo vaya bien entre los de mi especie. Otra gran
responsabilidad que tiene Anne.
Hoy durante la tarde, le he informado a
Charlotte que no requiero de su compañía. Sus palabras de desaliento ante la
nueva posibilidad que tengo con Anne, me han hecho pensar que todo puede acabar
antes de que empiece, pero luego he recordado que solo son palabras de una
mujer despechada. No debo sentir lástima, ella sabe cuáles son las reglas
cuando llega a mi habitación, aunque sea una excelente amante, no es a alguien
que deseo cerca cuando encuentro a mi pareja. Debo ser cuidadoso, ella puede
ser peligrosa. Elizabeth deberá interferir, de todas formas es su protegida.
Volviendo a Anne, hoy la he vuelto a ver y
ha puesto su interés sobre mi solo con asomarme al gran salón donde estaba
acompañada de sus padres. No he podido acercarme, pero tampoco he dejado
aquella oportunidad como perdida. Sus ojos marrones son lo más hermoso que he
visto en mucho tiempo, verlos atentos a mi es un placer que no creo volver a
tener. Es una sensación que debo guardar y no olvidar.”
Guardé el cuaderno
de nuevo en mi bolso, sin preocuparme de nada más. Alex no se metería ahí, no
lo encontraría.
Me hundí en la
cama, sin dejar de pensar en las palabras que él había escrito tan
honestamente. Me era imposible no sentir envidia por aquella chica, por lo
leído en esas páginas, él se estaba tomado con calma cada detalle a desarrollar
con la mujer, además de… expresarse de una manera que jamás pude llegar a
imaginar en él.
Me deprimí. No podía
evitar dejarme llevar por las palabras de esa hojas, incluso sentí lastima por
Charlotte, él había sido un bastardo con ella ¿la usaba y la dejaba? No pensé
que esa relación era tan frívola, sobre todo por parte de él, aunque también
debió ser de ella ya que ninguno era el alma gemela del otro.
No pude dejar
de pensar en Alexander, imaginándomelo de una forma tan diferente, siendo
amable y considerado, protegiendo sin dudar a la mujer que amaba. Ni siquiera quería
saber si él había sido capaz de regalarle esas palabras a ella, las que
escondía tan vehementemente de mí: Te amo.
Cubrí mi rostro
con la almohada. Era cierto que amaba al actual Alex y creo que si lo hubiera
conocido en otro contexto muy diferente, lo habría amado igual, sin embargo, él
siempre estaba escondiendo cosas de mí, pasándome a llevar como su esposa y
ocultado sus propios sentimientos de mi; siempre hablando con seguridad de que
pronto me iría, que lo dejaría por alguien más o simplemente me aburriría.
Mi amor por
Alex siempre estaba en duda mientras que yo me las arreglaba para creer que me
amaba, entendiéndolo y pensando que si no me lo había dicho, era porque
demostraba con actos que lo hacía. Sus besos, caricias, siempre causaba que
prácticamente mi cuerpo volviera a ser humano y se derritiera entre sus manos.
Sus miradas y sonrisas que siempre me regalaba cuando estábamos solos, también
eran la demostración a lo que sus labios no podían pronunciar. Sin embargo ¿Por
qué ahora deseaba leer este cuaderno? ¿Cuál era el sentido? ¿Encontrar
realmente algo de información para que él estuviera seguro de mi amor o solo
saber cuánto había amado a otra persona para tener la idea de su amor en la
actualidad?
No pude, no
pude seguir leyendo aunque lo deseaba, quería saber los detalles de esa Anne, quería
saberlo todo, como la conquistó, que hizo Charlotte, pero no pude. Solo me
quede recostada al medio de nuestra cama, pensando en los actos actuales de
Alex y deseando que estuviera a mi lado, diciéndome claramente que no tenía que
preocuparme, que él me amaba y que confiaba en lo que yo sentía por él.
De esa forma
las horas comenzaron a pasar mientras mi ceño se fruncía cada vez más al no
sentir una llamada o al notar que eran más de las diez de la noche y él no
estaba a mi lado. No fue hasta pasada la medianoche cuando sentí el auto. No le
tomó ni un segundo llegar a donde me encontraba.
—Buenas noches
–dijo sonriendo y tirando la chaqueta de su traje al sofá que había al final de
la cama. Lo miré aun recostada.
—Hola –mi voz salió
ronca y profunda, de seguro por no haber hablado durante horas. Él frunció el ceño
al escucharme.
— ¿Qué sucede?
–se quitó sus zapatos de un solo movimiento y se recostó a mi lado. Tirando de
la almohada que cubría mi rostro — ¿Qué te han hecho? ¿No fue un buen día?
–miré hacia otro lado. Molesta.
— ¿Por qué no
me has llamado? ¿Por qué llegas tan tarde? –él sonrió ante mis preguntas. Cosa
que no me gustó.
— ¿Qué ha
sucedido? pensé que te sentirías mejor si te dejaba tranquila –se quitó la
corbata, que tiró al suelo y después siguió con los botones de su camisa.
—Alex, esperé
tu llamada, además llegas tan tarde ¿Por qué?
—Estuvimos
ocupados hoy, no solo con mis temas mundanos, sino que con algunos vampiros… se
están llevando ciertas investigaciones acabo.
Se puso de pie,
alejándose de mí, sin siquiera darme un beso de saludo ¿es qué a Anne le habrá
hecho lo mismo?
— ¿Dónde?
—En Londres, quizás
debamos viajar hasta allá, ya sabes, el consejo se querrá reunir –lo miré
sorprendida, parecía ser algo grande.
— ¿Sera pronto?
Recién he comenzado con las clases, no me quiero atrasar.
—No tengo la
menor idea, Lina se encargará de ello –dijo en el armario, sacándose los
gemelos de su camisa y quitándose esta, dejándome ver su dorso desnudo. Su
espalda marcada me encantaba, más cuando después se quitaba sus pantalones y
solo quedaba en ese bóxer, de los cuales también se despojaba para finalmente
ponerse su pantalón de pijama azul.
Aun así mi
concentración volvió al ver su sonrisa sarcástica.
—Raúl tiene
contactos en esa universidad, puede arreglar algún problema burocrático si lo
necesitas –fruncí el ceño de nuevo ¿Dónde estaba el Alex de esta mañana? — ¿por
qué sigues vestida? ¿Quiere que te ayude a eliminarte de esa molesta ropa?
—No, puedo
hacerlo sola y agradecería que no tomaras esto a la ligera –dije poniendo la
almohada sobre mí.
—Bien ¿Qué te
sucede? Esta extraña ¿deberé meterme en tu cabeza? ¿Estás escondiendo algo? –de
inmediato vino a mi mente el cuaderno y también Cristóbal, de quien recién me
estaba acordando.
—Ya quedamos en
que no harías eso ¿o me dejaras buscar entre tus recuerdos? –él me observó unos
segundos, sin responder.
— ¡Oh vamos!
–dijo acercándose en un segundo a la cama, quedando sobre mi y mirándome con
una sonrisa, cubriendo la vista que tenia por su pecho y su rostro, además de
sus brazos que quedaban a mi lado. Me sentía rodeada por él completamente —
¿Por qué estás de mal humor? ¿No tuviste un primer día agradable? ¿Te ha dado
sed estar entre tantos humanos? Aun eres muy sensible a la sed ¿sabes? Toman
décadas controlarse, sigues siendo solo una bebé entre los vampiros.
—Te extrañé
hoy, pero parece que fui la única de los dos –miré hacia un lado, enojada y
sintiéndome pequeña por ser la única que decía lo que realmente sentía, bueno
en parte, porque si le dijera todo lo que pasaba por mi cabeza, lo tendría
arrinconado en una esquina exigiéndole que me diera todos los detalles de su
vida.
—Me estas
reclamando sentimientos –dijo con su ceño fruncido –eso no es muy
característico en ti, usualmente te reprimes –lo mire sin decir nada —Hoy he
estado ocupado, lo siento –noté como mano iba a mi blusa, para desatar el nudo
que había justo en mis pechos, pero tome su muñeca bruscamente.
—No quiero
–retiró su mano, mirándome desconcertado.
— ¿No quieres?
¿Y eso se debe a que?
—A que no tengo
ánimos –sus ojos me observaron sospechosamente.
— ¿Y así no
quieres que entre a tu mente?
—No lo harás,
sabes que me molesta, y si no quiero hacerlo contigo es porque no tengo ganas
¿crees qué es entretenido no escuchar tu voz todo el día para después esperar a
que llegues solo para…?
—Cuidado, no
quiero discutir –dijo con el ceño fruncido –estás de mal humor, ahora yo
tampoco quiero –dijo sentándose en la cama, mirándome confundido –y así quieres
que apruebe tu ida a la universidad, es el primer día y mira como estas.
—Para tu
información –dije saliendo de la cama, era un lugar peligroso –no estoy molesta
por nada sucedido en la universidad. Tienes toda la responsabilidad.
Alex en un
segundo estaba apoyado en la puerta de nuestro armario, dejando su mano apoyada
en el marco y observándome con una sonrisa que demostraba su seguridad. ¿Qué
Alex no tenía ganas de tener sexo? Falso, eso no existía.
— ¿Por qué
dices eso? –Con sutileza enredo su dedo índice en un mechón de mi cabello para después
tirar de este suavemente, llamando mi atención –pensé que ibas a estar eufórica
por tu primer día de clases, pero veo que no es así ¿tan importante es para ti
recibir una llamada de mi parte?
—Que pregunta
más estúpida, claro que es así, sobre todo si vas a llegar pasada la medianoche
–una sonrisa se marcó en sus labios, de aquellas que me regalaba muy pocas
veces.
—Hoy no pude
dejar de pensar en ti –lo miré sorprendida por aquella confesión –y en las
personas que podrías conocer, es por eso que traté de concentrarme solo en
trabajo. No fue efectivo
—No conocí a nadie
de gran importancia, Alex, lo deberías saber –estiré mi mano para recorrer su
pecho con mi dedo índice –sabes que no conoceré a nadie más interesante que tu
y además, deberías ya estar seguro que nunca es efectivo sacarme de tu mente…
simplemente porque me amas ¿cierto?
Su mano atrapó
la mía con rapidez, sin dejar de mirarme. Me acercó a su cuerpo para finalmente
rodearme con sus brazos mientras apoyaba mi espalda en su pecho. Me había hecho
girar.
— ¿Ahora si te
puedo saludar? –aquel susurro en mi oído me hizo sonreír y solo me aferré a sus
brazos, sintiendo lo maravilloso que era cuando ninguno tenía una mala actitud.
Giré mi rostro para encontrarme con sus labios.
—Alex, estoy
suponiendo que con tus besos me dices que me amas ¿me equivoco? –noté como sonrió.
Le encantaba cuando me dejaba así de expuesta. Idiota.
—No solo con
mis besos, Vittoria.
Su mano se
entrelazó a la mía mientras sus labios rozaban suavemente los míos, al igual
como su nariz con la mía. Unió sus labios a los míos superficialmente, pero no
pude evitar empinarme para poder tener más de él.
— ¿Ya no estás
enojada? –dijo susurrando contra mi boca.
Me solté de su
agarre y me giré para poder rodear su cuello. Sonriendo al saber que él pensaba
tanto en mí como yo en él.
—Nunca puedo
durar mucho tiempo enojada contigo ¿no te has dado cuenta? Aunque no me digas
palabras que escapen de algún tipo de inspiración que te provoque –él frunció
el ceño al escucharme.
— ¿De qué…?
No dejé que
terminara de hablar. Tiré de su cuello para que esta vez si sus labios fueran
atrapados esta vez por los míos, de inmediato comenzó a responderme, justo para
cuando sus brazos rodearon mi cintura y me levantó varios centímetros sobre el
suelo.
Cuando nos
quedamos mirando, fue inevitable traer a mi mente a ese humano. Cristóbal, lo
mejor que podía hacer por el momento era no decirle nada a Alex, guardarlo en
secreto y averiguar más sobre él, de esa forma después decirle toda información
a mi vampiro, de esa forma no arriesgaba tampoco la vida del humano. Alex podía
ser muy impulsivo cuando era celoso.
—No puedo leer
tu mente, a pesar de que he tratado ahora. Tu mirada es sospechosa, Victoria
–me dejó en el suelo después de decir aquello — ¿aun estas molesta conmigo?
–tomé su mano y tiré de él sonriendo.
—Puedes hacer
que mi molestia desaparezca…
Fui
retrocediendo mientras me sacaba la blusa y la dejaba en el suelo, al igual que
mis pantalones cortos y las balerinas.
—Como ordene la
Gobernadora.
Sonreí al ver
como se acercaba a la cama, junto a mí.
Abrí mis ojos
pasada las cuatro de la mañana, había disfrutado de los brazos de Alex hasta
que él se había dormido. Estos días había estado expuesto al sol más que yo, es
por eso que yo aun tenia energías.
Observé su
rostro tranquilo y sonreí al notar que por lo menos durante las noches podía
encontrar algo de paz sin tener que estas preocupándose de tantos problemas.
Aun si decidí que quizás no iba a tener un sueño tan reparador como él
esperaba, ya que necesitaba conocerla, quería que trajera a través de sus
sueños a esa tal Anne.
—Alex –susurré
cerca de su oído, pero él no despertó, solo se removió un poco, presionándome más
contra su cuerpo — ¿Quién es Anne? –no pude evitar sonreír cuando aun dormido
sus manos acariciaban mi espalda, pero después pensé que debía estar soñando ¿sería
conmigo? –Alex ¿Quién es Anne? –volví a susurrarle por última vez antes de
dejar mi frente apoyada en la suya. Era hora de volver a entrar a su mente.
Esa sensación
de vértigo volvió a mí antes de poder siquiera darme cuenta, la oscuridad se volvió
luz y en un segundo, me mantuve al margen de una pareja de enamorados, donde el
hombre era mi querido vampiro, Alexander.
Era de noche y
estábamos cerca de un bosque. No podía averiguar nada más, ya que Alex solo
estaba mirando a aquella mujer que solo estaba con un camisón blanco muy largo
para mi gusto, pero que dejaba sus
hombros descubiertos, llevaba su cabello marrón suelto. Su piel se veía
muy pálida al estar bajo la luz de la luna y las estrellas.
¡Maldito hijo
de…! ¿Cómo se fijaba en esos detalles cuando estaba con ella? Podía sentir como
cada detalle de ella era absorbido en su mente como un recuerdo invaluable.
—Tus ojos son
tan negros –dijo ella en ingles, con un acento británico muy marcado; acercó su
mano al rostro de mi Alex. La calidez de su mano fue algo que realmente le
agradó al vampiro, incluso estaba deseando volver a ser humano para poder estar
con aquella mujer –Tu piel tan pálida y fría.
—Tú igual estás
helada ¿tienes frio? –se trató de sacar la chaqueta para dársela, pero ella lo
detuvo.
— ¿No te gusta
como luzco que me quieres cubrir? Me he arreglado especialmente para ti esta
noche –Alex tomó el mentón de ella con suavidad, tratando de no ser demasiado
brusco e hizo que levantara su mirada para poder ver su rostro completo bajo la
luz de la luna.
—Te ves hermosa
siempre –ella sonrió. Aquel halago había hecho que sus mejillas se sonrojaran.
Sin duda era
cierto, aquella mujer se veía hermosa y no lo pensaba solo por estar desde la
perspectiva de Alex, sino que sin dudas parecía un ser exótico y delicado.
Mi atención se
vio interrumpida cuando ella tomó su cabello hacia un lado, dejando su cuello
expuesto.
—Ya he tomado
una decisión Alex, seré tuya… por toda la eternidad, no importa mi familia,
quiero estar contigo por siempre –esas palabras hicieron que prácticamente el corazón
de mi vampiro volviera a latir.
No pude
soportarlo, salí de aquel sueño y miré hacia el reloj, eran pasada las cinco de
la mañana y yo no tenía cansancio alguno, solo sentía que tenía varias espaldas
de plata atravesando mi pecho.
Con cuidado
salí de la cama, liberándome de sus brazos. Recogí mi sujetador y después tome
los pantalones de pijama que Alex había dejado en el suelo. Lo miré mientras él
seguía durmiendo bajo las sabanas, tomando mi almohada entre sueños y
rodeándola con sus brazos. No pude evitar sonreír al darme cuenta que ese
vampiro era todo mío, por ahora.
Salí de la
habitación con el cuaderno de Alex en mis manos. Claramente me había adelantado
a su historia al meterme en su cabeza, pero ahora me había dado cuenta que él
era muy vulnerable mientras dormía, solo tuve que susurrarle algo en su oído
para que su mente viajara hasta ahí. Eso había sido un gran descubrimiento.
Llegue a la
sala y me senté en el sofá pequeño, prendiendo la pequeña luz que había a mi
lado. Deje mis piernas apoyadas en la mesa de centro mientras volvía a abrir
ese libro, ya no sabía que podría descubrir, pero la curiosidad me estaba
matando… ¿habrá escrito sobre esa gitana, aquel amor de humano?
Presioné el
cuaderno con tal fuerza ante la idea de que esa gitana tuviera un espacio
especial en su corazón que casi lo rompí. Ella realmente me causaba un malestar
horrible, un dolor que casi provocaba que todo mi interior se volviera fuego,
deseaba que ella no estuviera en su mente. Solo esa mujer había tenido a Alex
como nadie más… y él seguía pensando en ella. No podía decir lo mismo de la
pobre Anne.
Me quede
leyendo sobre los planes de Alex para conquistar a la muchacha por al menos dos
horas más, que fue cuando la alarma en el segundo piso sonó y me dio aviso de
que Alex se levantaría. Simplemente deje el cuaderno dentro de una revista, ya
que él se puso en pie segundo después de escuchar la alarma de su celular.
— ¿Qué ha
sucedido? –dijo desde la amplia escalera que había al final de la sala.
Estaba desnudo
y me miraba con el ceño fruncido. Puse atención hacia la gran ventana que había
a mi lado, pude ver que el sol ya había salido.
—No pasa nada,
solo no tenia sueño –le sonreí para que no se preocupara, pero me miró enojado.
—No me gusta
despertar abrazando una almohada, Victoria –se acercó hasta mi y se sentó
cómodamente en el sofá de al frente –pensé que estar en la Universidad era lo
que deseabas realmente.
— ¿Por qué dice
eso? –levantó sus hombros, como si no le importara.
—No sé, puede
ser porque cuando sonríes tus ojos no brillan como usualmente lo hacen cuando
estas feliz –casi lo quedé mirando con la boca abierta y no era por lo guapo
que se veía ahí desnudo, sino por sus palabras.
—No digas eso,
estoy feliz.
—No lo creo,
algo está sucediendo, estás extraña desde ayer ¿de verdad tendré que romper mi
palabra y meterme a tu mente? –negué.
—Alex, estoy
feliz, no debes preocuparte –no pude mentir, mi voz tembló cuando dije aquello —
¿Por qué estás ahora interesado en saber esto?
—Porque puede
que no hayas querido entrar a la universidad, puede que solo hayas querido
libertad y obviamente deseabas una vida más humana. Míranos donde estamos
ahora.
—Si te
molestaba tanto el cambio, debiste decírmelo explícitamente y el porqué, ahora…
—Ahora ya es
tarde y no es eso lo que te estoy diciendo, esto ha sido interesante desde un
punto de vista que jamás pensé tener, pero me hace pensar que no estás conforme
porque no es esto esencialmente lo que deseas.
—No te
entiendo.
—Solo me haces
pensar que esta existencia como vampiro no te agrada y que estás haciendo todo
lo posible para obtener una vida más humana –mi boca se abrió sin poder creer
en sus palabras.
—Por supuesto
que no es eso, si fuera cierto no estaría conforme contigo –podía notar su
mordida tensa — ¡oh vamos! –me puse de pie para después sentarme sobre sus
piernas. Él esquivó mi mirada.
—No vuelvas a
escaparte de la cama –con mi mano en su mejilla hice que me observara.
Si pensaba más
sobre esta situación, solo podía entender que Alex pasaba por una situación
parecida a la mía, pero de una forma mucho más desgarradora. Yo estaba
desconfiando del amor que mi vampiro me tenia porque nunca me lo decía y porque
era adicto al trabajo, pero él no creía en mi debido a que en el pasado le habían
dicho que lo amaban, habían entregado su mortalidad en nombre de él y aun así… después
de todo, terminaban abandonándolo.
Alex no sería
capaz de dejarme como el consejero William hizo con Lilith, pero yo tampoco me
veía en un mundo vampírico sin Alex. Seria insólito.
—Nunca más,
prometido –dije sonriendo, sintiéndome mucho mejor.
Alex era solo mío
en la actualidad y yo no tenía planes de abandonarlo jamás, quizás más adelante
se le daría lo de romanticismo, ir a citas y decirme que me amaba. Ahí estaría
para aprovecharlo completamente.
—Te amo –le di
un corto beso en los labios y después rodeé su cuello para abrazarlo, pensando
en que si quería seguir investigando la vida pasada de Alex, no me podía dejar
llevar por lo que ya había sucedido, ya que no podría sacarle provecho a esa información.
Sonreí contra
su cuello al darme cuenta que esto podría salir mejor de lo que había planeado.
—Hoy en la noche
iremos donde Marco –lo miré con una mueca de desagrado, pero inevitablemente
vino a mi mente Cristóbal. Si, era mucho mejor esconder por ahora esa
información de Alex.
—Está bien.
Él rodeó mi
cintura con sus brazos y besó mi cuello.
¡hola lectoras y lectores! si, estoy aqui de nuevo, espero que les agrade el nuevo capitulo jejejeje aprovechando mis ultimos dias de vacaciones les traje este pedacito de historia. No tengo nada más que decir, que estoy ahora convencida que somos poquitos de nuevo por aqui, pero seguros jejejeje gracias por sus comentarios chicas ;D espero que esten bien y muuuuuuuuuuuuuchas gracias por darse el tiempo de leer y comentar.
me encanto el cap espero el proximo con ansias
ResponderEliminarbesos
maru
waaaaaa genial el cap!!
ResponderEliminaruna pregunta, es idea mia o Vicky ultimamente anda tan bipolar xDD
en el cap de hoy paso de coqeta a depresiba y para finalizar por lomenos estuvo un poco mas estable jajjaj
me almenos me gusto su ultimo pensamiento, si quiere leer y meterce en lo sueños de Alex(cosa q yo no apruebo, tu sabes yo en su caso, esperaria pacientemente a q me lo qisiera contar el solito y aprovechar el hoy junto a el, pero bueno igual asi le da mas emocion a la historia),no puede estar dejándose llevar por las emociones y caer en el pensamiento de qe Alex no la ama o entrando en comparaciones, q no sea tonta y lo aproveche y lo goce y lo re q te goce!!!(por mi y todas mis compañeras xD)
Danii!!!! Excelente capitulo. Como siempre me emociona y hace que espere con ansias el siguiente capitulo.
ResponderEliminarLa relacion de mi pareja favorita va avanzando y los secretos van revelandose, aunque Vicky los este desenterrando de manera furtiva, pero como dicen: en la guerra y en el amor todo se vale. Ademas que es la primera vez que leo algo relacionado con la maldicion (aunque sea de pasada).
Sobra decir que espero el siguiente capitulo. :D
Gracias por el capitulo!!
Me encantó el capi como siempre porque me gusta mucho como escribeS lo malo es que no me gusta nada Cristóbal pero bueno por algo esta en la historia pero no quiero que Alex sufra, ya espero el próximo. Saludos
ResponderEliminarGracias por el capi Dani, como siempre encantada como va la historia, pero pienso que si Alex no empieza a contarle a Victoria profundamente el porque se siente tan inseguro de que lo abandone por alguién va a estallar un mal entendido con este Cristobal que huele especial para ella, y tambien estan los cuadernitos que se le están extaviando a Alex, aunq puede ser que alguién lo puso apropósito para q lo encuentre... y a esto porque no puedo entrar en la mente de Vicky cuando quiso ?? :o que paso ahi??? insertidumbre a la espera del proximo cap.. un abrazo linda semana
ResponderEliminardaniii ya deje mi comentario en face pero mejor lo dejo aqui tambien....pues como que a vicky le valio su primer dia de U. hahahha y se concentro mas en cristobal quien no con ese especimen...aunq mmm no se .el es extrano y me parece que muy peligroso para la relacion de vicky y alex........vicky seductora hahahah pobre anibal como quedo en shock viendo ese lado de la gobernadora hahahaa......danii seria chevere ver un capi con esa victoria seductora con alex.....porq ella es siempre la seducida........ee diario me tiene en ascuas masssssssssssss infoooooooo
ResponderEliminarmmm, ese Cristóbal no me gusta nadita, y sigo sospechando que algo se trae entre manos. Me dio ternura Alex con su berrinche por despertar abrazando a la almohada y la verdad es que no le va ya que el se escuda en suposiciones tontas para ignorar a Viky.
ResponderEliminarDanii te has lúcido de nuevo, excelente capítulo.
wow que cool me encanto este capi. me encanta que cristobal vuelva a estar involucrado y me gusta que vicky se arriesgue pero ojala Alex no se de cuenta porque ahi si se armaria la 3ra guerra mundial :$
ResponderEliminaren total, te doy felicitaciones, DTB y que te vaya super bien en tu estudio!
Por fin lei el capitulo xD oaojjoa
ResponderEliminarayer estaba en turno asi que no pude ver cuando abriste denuevo el blog jajaj
Quisiera saber que tiene ese cristobal... Existe de verdad te basaste en alguien o es solo tu imaginacion? xD
Porque si existe presentalo!! xD
Hola mi nombre es Anel y es la primera vez que comento esta historia esta muy buena como todo lo que escribes...
ResponderEliminarYa me tiene de nervios esa sangre sabor a Frambuesa del guapo Cristobal. Sera que las anteriores Governadoras encontraban una sangre especial y se enamoraban de un humano y por eso dejaban al Governador??? ya estoy intirigada con tanto secreto y vicky que no termina de leer ese diario (aunque se que no deberia hacerlo pero si no lo lee no nos enteramos) Muero de ancias solo de pensar para donde va todo esto . imagino que se pondra a pruva el amor de Vicky por el hermoso de Alex y la pruba es el guapisimo Cristobal y su sangre sabor Frambuesa ya quiero ver como vicky supera esoooo .....
me hiper, super, recontra encanto el caqpitulo!!!
ResponderEliminarPor fin!!! por fin, pude terminar de leer el capítulo XD
ResponderEliminarYa volví de trabajar, y no podía leer el capítulo como corresponde, pero lo conseguí.
Pffff, la vez pasada dudaba de Cristóbal, pero ahora ni idea qué pensar de él, habrá que continuar leyendo, para generar hipótesis jejejjeje.
Victoria, con todo lo bien que me cae, siento que por su bendita curiosidad va a terminar peor que un gato... es tortura emocional lo que hace, nadie puede. Ojalá y Alex no la descubra, porque ahí si que ardería Troya y Grecia completa XD
Pd1: cada día me cae mejor Anibal XD
Pd2: me encanta la imagen del blog, y se agradece que las letras sean más grandes XD
Saludos!!!
Dani que buen capítulo! Me encanto. Aunque sigo sosteniendo que cristobal no me agrada nada... el simple hecho de pensar que pueden llegar a separarse por el me hace odiarlo.
ResponderEliminarSos mi idola Dani! ESPERO ANSIOSAMENTE EL PRÓXIMO CAPÍTULO ... (como siempre )
mil besos corazón !
Eve T.
Hay como amo a mi Alex, siempre he justificado sus actos por todo lo que le hicieron en el pasado, pero esta vez me da penita por Victoria, por que a ella le ha tocado una parte no muy amable de su vampiro, y muero por que siga leyendo ese libro para ir descubriendo mas, al que si no me trago es al Cristóbal y la muchachita esta que se pasa de coqueta con él, creo que estos dos le darán bastantes dolores de cabeza a mi vampiro; No me quiero ni imaginar la que se va ha armar cuando Alex se entere de esto.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola escritora jaja.
ResponderEliminarEstoy muy molesta cn Victoria jaja bueno no tanto pero si me desconcierta las actitudes q toma cn Cristobal, yo sigo creyendo q debería hablar cn Alex porq digo no puedes exigir honestidad cuando tu no estas dandola. Ahhhhh no se, a veces se me olvida q Vicky sigue teniendo 18 años jaja Solo espero q esto no le traiga problemas a largo plazo, pero bueno ella nunca tuvo tanta suerte.
Por otro lado entiendo el dolor de Vicky al ver el diario y los sueños de Alex, para ella es muy duro todo esto pero por otro lado, sitando a mi Stephanie Meyer "de cuantas maneras se puede romper un corazón y esperar q siga latiendo" Digo honestamente aunq la mayor parte del tiempo me parte su actitud odiosa, la comprendo y creo q Alex esta aterrado de q le vuelvan a rompe el corazón, yo también sería cautelosa.
Awwww yo si participo en el blog, en el grupo no tanto porq casi no toy por ahí pero ya lo haré!!!!!
Muchas gracias por el capi Danii y ya vi q ya actualizaste a mi angelito y al rato me lanzo a leerlo.
Un beso y nos seguimos leyendo.
Que hermosidad lo ame completamente, quien carajos es Cristobal! que pasa aqui jajajaja! Yo de Vicky en serio le preguntaria mientras duerme cosas sobre mi...
ResponderEliminarEspero ansiosa el prox cap. (:
tengo una gran teoria con Cristobal depues de haber leido esto por segunda vez ...
ResponderEliminarVicky por favor recuerda las ultimas lineas de esta caaaap!!
es inevitable pensar q en este cap yo pensaba q todo estaria bien en el siguente y no fue asi, todo empezo a caer de apoco :(